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It's not crazy por RoronoaD-Grace

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Notas del capitulo:

HOLA

¿Qué tal, pastelitos de limón? ¿Cómo les va?

Lo siento, sé que me odian por tardar tanto. Es solo que mi compu murió… estoy actualizándoles gracias a la bondad de mi primo que me prestó su compu para pasar a Word lo escrito en mi cuaderno.

Bueno… ya no los entretengo más.

A las personas que leyeron el capitulo anterior, infinitas gracias, y a quienes me dejaron su hermoso y sensual review: sukisasunaru50, Itery, Soten, Neji_hyuga, eydy, love sasunaru, Sabaku no vera (Mujer, envie msjs pero no sé si eras tu). Otros infinitos gracias, me hizo muy feliz saber que les gusta lo que escribo.

Recuerden que los amo a todos bellos lectores.

Los personajes no me pertenecen, son del increíble Masashi Kishimoto-sama. Por los posibles horrores ortográficos, dos mil disculpas. Lo reviso siempre, pero ya saben que se me va la onda, y es seguro que más de un par se me fue.

Sin más que decir excepto que, espero por el ángel que el capitulo sea de su agrado, los dejo leer.

 

FRESA

xxxxxxxxxxxxxxxxxx

 

La primera mañana del cambio, Itachi había estado tan sorprendido, que tuvo que ir a lavarse muy bien el rostro con agua fría pues creyó que su sentido de la vista estaba gastándole una broma. Sin embargo, cuando volvió, Sasuke y Sai continuaban conversando entre ellos,  y pareciendo los mejores amigos de toda la vida.

Itachi, aun sin podérselo creer del todo, fue hasta ellos y les tomo la temperatura colocando su palma sobre sus frentes, cabe decir que los chicos lo observaron como si le hubiera salido un tercer ojo. El ojeroso noto que ellos no estaban enfermos. Así que procedió al interrogatorio, el cual no sirvió de nada pues ninguno de los chicos rebelo información vital, solo se observaron a los ojos de forma cómplice. Eso puso de los nervios al mayor.

Al final, no tuvo más opción que rendirse. De todos modos, ¿acaso no era excelente que se llevaran bien? Por supuesto. Los detalles no importaban.

Lo primero que cuestiono Fugaku al verlos, fue el porqué ambos tenían un golpe en las mejillas. Por lo que Itachi procedió a contar su excusa, y cuando su padre se dio cuenta del cambio de actitud de los primos, no cuestiono nada más. Así que Itachi pensó que estaba muy satisfecho, lo cual era un alivio para él. De ese día ya habían transcurrido tres más. Por lo tanto, ya era muy normal ver a los chicos siendo amistosos.

En ese trascurso de tiempo, Sasuke le había informado a su hermano que las chicas tenían planeada una «fiesta», por motivo de su noviazgo con Deidara. Dicha fiesta había ocurrido el día anterior.

Pero no había sido una «fiesta» en sí. Resulto que todos eran un tanto aburridos respecto a armar un gran alboroto; así que había habido música suave y con poco volumen, mientras ellos jugaban alguno juego tono o anticuado que las chicas propusieron. Los presentes habían sido: Ino, Sakura, Itachi, Deidara; estos como pareja obviamente, así que, estuvieron haciendo caras tanto Sasuke; quien le hubiera encantado estar con Naruto pero este tenía que trabajar; así como Sai, quien dijo en un sinfín de ocasiones, que culpaba completa y absolutamente a las dos parejitas, si moría de diabetes. En otras palabras, se quejo por estar soltero.

Hicieron bromas, vieron películas, comiendo comida chatarra y las parejitas se dieron besos subidos de tono junto con un poco de manoseo. Sai y Sasuke ya estaban hasta la madre de ello. Pero fuera de la soledad, y envida, de los chicos, se podría decir que fue una reunión bastante agradable. Sasuke había sonreído y apreciado el tiempo junto a sus amigos, primo y hermano. Se sintió feliz por las chicas y por Deidara e Itachi.

El azabache de vez en cuando volteo a ver a Sai, quien parecía que a veces se desconectaba por completo de la realidad, pensando en que sabe que cosas. De todos modos, Sasuke pensaba que al menos no había sido el único solo ahí.

Entonces esa mañana, luego de desayunar. Cada quien se fue por su lado. Fugaku al trabajo. Itachi con sus amigos y luego con Dei. Sasuke en dirección a la casa de Naruto, quien ese día sola; mente trabaja hasta la una de la tarde, el azabache tenía planeado preparar algo de comer y sorprenderlo; por lo cual había ido a comprar lo necesario, luego irían a visitar otra vez a las criaturas mágicas. Pues el de ojos negros y cabello de cacatúa quería comprobar lo que Age, el Pegaso presumido, le había dicho acerca de que era mejor estar sobre su lomo que en el de los Pegaso. Los días anteriores lo habían secuestrado las otras criaturas, así que ese día que por fin estaría Naruto, podría comprobar cuál era la verdad.

Sai por su parte, se fue directo hacia el «claro» del Guardián.

Ese lugar era su favorito de todo el bosque. Era simplemente hermoso y transmitía paz y tranquilidad. Al chico le encantaba recostarse sobre la gramilla y cerrar los ojos. El aroma además, era exquisito y relajante.

Había estado yendo todos los días anteriores y pocas veces hablaba con las criaturas, quienes en realidad, parecían sentir más interés por Sasuke que por él, por lo tanto se iban de tras de su primo y lo acribillaban con preguntas de todo tipo. Pero a Sai eso no le importaba, le gustaba estar solo y recostado sobre la gramilla. Al principio le pareció todo muy fascinante y quería lanzarse sobre todo las criaturas que veía, pero la euforia había pasado y ahora lo que quería era estar en ese lugar por siempre. No podía describir la forma en la que se sentía, más que decir que encontraba una increíble paz estando allí. La mente se le ponía en blanco y lo único que quería era disfrutar de esa tranquilidad y ese aroma que bailaba en todo el lugar.

 

Al medio día, Naruto llego a su hogar y ni siquiera había tocado la puerta, cuando un exquisito aroma le llego a las fosas nasales. Sonrió teniendo una idea de que era lo que se encontraría al cruzar por el marco. Y si, si fue lo que imagino. Al entrar, Sasuke estaba esperándolo con una sonrisa en los labios y un sencillo almuerzo ya dispuesto sobre la mesa en medio de su pequeña pero hermosa y agradable casa.

—Hola — lo saludo el azabache con esa sonrisa en los labios y yendo directo hacia él.

—Hola.

Sasuke lo tomo de las mejillas y junto sus labios con los labios del mayor, en un beso que constaba de varios besitos y suaves mordisqueos. Naruto amaba cuando Sasuke le mordía los labios.

—Te extrañe — susurro el azabache entre el beso.

—Y yo a ti — juntaros sus frentes y se observaron a los ojos durante unos segundos. Luego volvieron a unir sus labios en un nuevo y delicioso beso —. Pareces una esposa recibiendo a su amado luego de un arduo día de trabajo — no pudo evitar bromear Naruto, mientras tomaban asiento y observaba los sencillos, pero con un aroma delicioso, que eran los alimentos, y luego comenzaron a devorarlos.

—Oh, Naruto, ambos sabemos quién es la esposa en nuestra relación — Sasuke le guiño un ojo de forma seductora, y el rubio no pudo enrojecer más, porque de haberlo hecho, se hubiera vuelto una manzana.

—Tonto —susurro el de ojos azules, lo cual le saco una sonrisa al azabache.

«Sigue así de descarado, Mocoso, y ya veremos quien termina siendo la esposa de la relación cuando te castre».

Sasuke escupió el jugo de Naranja que estaba bebiendo en ese momento, y Naruto se cubrió los labios con ambas manos para no estallar en carcajadas. Por una parte estaba indignado por el comentario tan sádico por parte de Kurama hacia su novio, pero también se le había hecho demasiado graciosa la reacción de Sasuke, quien luego de toser un poco, se puso pálido. Muy pálido.

—¡Kurama! — el rubio uso todo su autocontrol para parecer molesto, pero su noto sonó más como una carcajada reprimida.

«Si me amenaza de esa forma con un comentario — pensaba Sasuke —. No quiero ni imaginar que me hará cuando Naruto y yo pasemos a segunda bese». El chico estaba sudando frio.

—No le hagas caso, Sasuke — dijo Naruto, pero el azabache sabio que en verdad debía hacerle caso… con Kurama no estaba seguro de nada —. Y tú, Kurama, discúlpate, hiciste que escupiera su jugo.

El zorro rastrero, según Sasuke, soltó un bufido de indignación total. De ninguna forma iba él a disculparse.

«Jamás».

—¿Ah, no? — el azabache observaba como el rubio veía en cierta dirección —. Supongo entonces que me comeré yo, las gomitas en forma de oso que había traído para ti. Traje incluso de Limón, tus favoritas… pero al parecer no las quieres.

Hubo silencio durante unos largos segundos, entonces la voz de Kurama resonó en la mente de Sasuke.

«Lo siento, Mocoso». Fue más un gruñido de lamento que otra cosa. Era obvio que el zorro estaba muriéndose del horror por tener que disculparse.

—¡Ha! — el de ojos negros no pudo evitar burlarse —. Por supuesto, Kurama, te disculpo — en sus labios había una sonrisa —. No te preocupes.

Luego, todo sucedió muy rápido.

Cuando Sasuke se llego a dar cuenta, ya tenía el rostro contra el plato de sus alimentos, mientras Naruto gritaba con total indignación a Kurama, quien se carcajeaba en la mente del azabache a más no poder.

 

Ino y Sakura aprovecharon que los padres de la peli-rosa no estaban en casa.

Ellas se encontraban en la habitación de la oji-jade, completamente desnudas y acurrucadas una junto a la otra. Sus respiraciones aun estaba un tanto agitadas debido a la reciente actividad, y sus mejillas permanecía presente un suave rubor.

—Sakura — la voz de su novia llamo su atención. Los ojos verdes de la susodicha se clavaron en los celestes de la rubia.

—Dime.

Ino permaneció un momento en silencio.

—No quiero seguir con esto.

Sakura sintió como todo el oxigeno escapaba de sus pulmones. Como su alma abandonaba su cuerpo en un instante. Se incorporo rápidamente en la cama con una mueca de pánico en su rostro mientras observaba a Ino.

—¿Qué? ¿A q-que te refieres? — la voz le tembló —. Dime que no estás intentando terminar conmigo, por favor.

—¿¡Que!? — La rubia también se incorporo —. ¿¡Pero qué idioteces estás diciendo, Sakura!? ¡Por supuesto que no!

La peli-rosa se lanzo a su cuello y la abrazo con fuerza durante unos segundos.

—¡Entonces no me asustes de esta maldita forma, cerda! — le grito, luego de separarse.

—¡Tú no te hagas ideas equivocadas, frente de marquesina!

Se observaron durante unos segundos, ambas claramente molestas, luego se dejaron caer en la cama nuevamente y se carcajearon durante unos segundos.

—Pero — hablo la peli-rosa —. ¿A qué te refieres entonces? — se acostó de lado y sus verdes ojos buscaron los de su novia. Ino también se coloco de lado, clavando sus ojos en la peli-rosa. Sakura le acaricio la majilla izquierda.

—Hablo de que no quiero seguir ocultando lo nuestro, y haciéndoles creer a todos que Sasuke y tú se traen algo.

—Así que estas celosa de mi falsa «relación» con Sasuke — la oji-jade sonrió con ternura.

—¡Por supuesto que estoy celosa! ¡Tu novia soy yo!

A decir verdad, Sakura también quería acabar con ello. Quería gritar a los cuatro vientos que estaba enamorada de Ino. Ya estaba harta de ocultar su relación. Quería que todos supieran cuan loca estaba por esa rubia de ojos celestes.

Pero tenía miedo… miedo por la reacción de sus padres y los padres de Ino. Y también tenía miedo de la reacción de Fugaku hacia Sasuke, era su amigo después de todo. Su familia y la de su amigo parecían muy felices con su supuesta relación nada oficial, basada solo en suposiciones de ellos, le aterraba que supieran que en realidad ella estaba enamorada de una chica, de Ino, y que Sasuke de un chico, de Naruto. Y no es que con revelar la relación de ellas fueran a también a revelar la de Sasuke y el rubio, pero si el azabache no estaba con la oji-jade, ¿estaba con alguien más? ¿Quién? Esas preguntas podrían llevar a otras y conociendo la clase de persona que era Fugaku Uchiha, no tardaría nada en descubrir la verdad. A Sasuke le iría muy mal si eso sucedía.  Además, Sakura temía que sus padres quisieran separarla del amor de su vida, de esa hermosa rubia de ojos celestes que era su novia.

—Ino… yo también quisiera que esto acabe. Que dejemos de ocultarnos.

—Entonces contémosle a nuestros padres.

—Sabes que no podemos.

—Los secretos no duran toda la vida. Algún día lo sabrán por una tercera persona u alguna otra cosa, y sus reacciones serán peor de lo que pensamos… es mejor que lo sepan por nosotras.

Sakura desvió la vista. Ojalá y nunca lo supieran.

—¿No te has puesto a pensar, que tal vez no reaccionen de mala manera, sino que nos acepten? Somos sus hijas después de todo — la peli-rosa no respondió. Ella había pensado en ello, pero no creía que fuera posible —. Sakura, yo quiero poder tomarte de la mano en la calle, sin tener miedo a ser descubiertas. Quiero besarte y decirte cuanto de quiero sin ocultarnos de nuestros padres. Quiero gritar que tu novia soy yo. Yo y no Sasuke. Quien te ama soy yo. Te amo, Sakura.

La oji-jade cubrió su rostro con ambas manos. ¡Joder! Ella también quería eso, deseaba lo mismo que su rubia novia, con todo el corazón. Sintió como sus ojos empezaban a arder. Se descubrió y se abrazo con fuerza a la oji-celeste.

—Yo también te amo, Ino. Te amo.

Ino sonrió, correspondiendo el abrazo con igual cantidad de fuerza y sentimiento.

—Lo sé, Sakura.

Permanecieron abrazadas durante unos minutos, hasta que al fin se separaron.

—De verdad entiendo cómo te sientes, Ino, yo quiero lo mismo. Pero no es algo que podemos decidir así como así. No somos solo nosotras las involucradas.

—Lo sé, pero sé que si le decimos a Sasuke él entenderá nuestra decisión. Estoy segura.

Sakura observo esos ojos tan hermosos que tenia Ino, vio en ellos la seguridad de sus palabras y el anhelo de dejar de ocultarse y gritar su amor a los cuatro vientos. Ese mismo que ella quería.

—Está bien… hablaremos con Sasuke.

Ino sonrió ampliamente antes de volver a abrazar a su novia y luego comerle la boca a besos.

 

Gaara era un tritón.

Un tritón de hermosa cabellera rojo sangre y piel blanca y suave. Al igual que las sirenas y demás tritones en la pequeña laguna que estaba justo en medio del claro del Guardián, él poseía una belleza impresionante. Pero a diferencia de sus hermanos, porque puede que no fueran hermanos de sangre pero todos se consideraban como si lo fueran, Gaara no mostraba emoción alguna por los humanos que ahora podían ver a todas las criaturas.

Lo cierto era que no confiaba del todo en sus intensiones. Ya antes los humanos habían hecho sufrir mucho a los seres mágicos, no había nada que le asegurara que esos humanos no tramaban algo. No es que desconfiaran del juicio del Guardián y de Naruto, en si confiaba plenamente, era solo que simplemente no podía confiar en esos humanos que acaba de conocer.

En ese momento se encontraba sobre una roca junto a la laguna, con su cola medio sumergida en el agua cristalina, y moviéndola con suavidad hacia atrás y hacia adelante. El claro del Guardián estaba un tanto silencioso ya que casi todas las criaturas habían ido a casa de Naruto y sus alrededores, para poder hablar con el rubio y con ese Humano de cabello azabache. Hasta sus hermanos y hermanas, quienes en verdad parecían fascinados con la llegada de este.  Hablaba de que incluso habían cambiado su cola por esas feas piernas humanas, para poder ir a verlo.

Admitía que fue gracioso verlos intentar caminar y enterrar el rostro en la gramilla hasta que al fin pudieron dar un paso, pero no entendía porque tanta emoción. Quizá era porque hacía mucho que no veían a un humano a parte de Naruto. De todos modos ¿Es que acaso no veían que podía ser alguien peligroso?

Pero, lo que más fastidiaba a Gaara no era la atención hacia Sasuke. Sino la poca hacia ese humano sin vergüenza que se ponía a tomar la siesta todo despreocupado en el puente de roca justo frente al árbol del Guardián. ¿Quien se creía? Ni siquiera Naruto era tan confianzudo para ir cuando se le daba la gana allí. Además ¿ralamente estaba durmiendo? No, seguramente estaba pensando en la forma de cómo obtener beneficios utilizando y haciendo daño a su familia.

La mirada de Gaara se afilo y los dientes le castañeaban por la fuerza con la que apretaba la mandíbula. Si alguien lo veía en ese momento, seguro hubiera pensando que desprendía un aura tan roja como su cabello. Un aura que desprendía deseos asesinos.

—Oh, Gaara — una voz detrás del tritón lo hizo dar un brinco sobre la roca —. ¿Por qué tu aura desprende tanta violencia? — cuestiono con amabilidad la voz.

Gaara giro medio cuerpo para observar al Guardián en su forma humana, quien sonreía con dulzura. El tritón se sintió avergonzado en ese momento, pues si el Guardián le permitía a ese humano permanecer en el claro, era porque confiaba en él, y en que no haría nada que pudiera dañar a ninguna criatura. Desconfiar del humano era desconfiar del Guardián, y Gaara confiaba en él con su propia vida.

«Lo siento, Guardián». Resonó una grave pero suave voz en la mente del susodicho.

—¿Por qué te disculpas?

Camino hasta estar junto al peli-rojo, quien observo cada uno de sus movimientos, hasta que tomo asiento a su lado en la roca, sumergiendo sus piernas en el agua cristalina.

«Es que no confió en esos humanos», su rostro se mostro afligido.

—Así que piensas que al no confiar en Sasuke y Sai, desconfías de mi juicio, ¿Verdad?

La expresión avergonzada de Gaara le confirmo sus palabras.

—Oh, pequeño. No te sientas mal — el Guardián le sonrió con dulzura —. Está bien tener desconfianza de quienes no conoces. Pero te lo digo yo que he observado sus corazones, no hay motivo para desconfiar — poso una mano sobre los rojos cabellos del tritón y los acaricio.

«¿Qué puedo hacer, Guardián? ¿Cómo hago que desaparezca este sentimiento?». Su mirada era suplicante. No quería continuar sintiéndose de esa forma, no quiera seguir desconfiando de la decisión de quien lo había cuidado toda la vida.

—Pequeño, lo único que puedo decirte es que les des una oportunidad — volvió a mostrar esa hermosa sonrisa llena de dulzura, esa que transmitía una gran paz —. Permítete conocerlos.  Permite que te demuestren que puedes confiar en ellos.

Gaara lo medito. Por supuesto que el Guardián tenía razón. La única forma de alejar ese sentimiento de desconfianza era conociéndolos y observando por si mismo que eran de fiar y no tramaban algo.

«Si, Guardián. Lo hare. Me permitiré conocerlos». Gaara sonrió, y era una sonrisa hermosa a ojos de cualquiera.

—¡Perfecto! — El de azules cabellos sonrió ampliamente a la vez que aplaudía complacido —. Entonces, ¿puedes cambia tu cola por un par de piernas? — pidió amablemente —. Te llevare con Sai ahora mismo.

«¿A-Ahora mismo?». El Guardián asintió feliz. «¿Ahorita, ahorita?»

—Por supuesto — se levanto de donde estaba sentando y camino hacia la gramilla para darle espacio al peli-rojo.

Gaara paso saliva. Siendo sincero consigo mismo, no estaba listo en ese momento para enfrentar al humano, pero debía confiar.

«Está bien».

El tritón movió su cola, sacándola del agua y posándola completamente sobre la roca. Dejo que el sol diera de lleno y secara un poco sus escamas, incluso si este no era nada fuerte, luego cerró los ojos, concentrándose. El cambio ocurrió segundos después. Un tenue brillo rodeo el cuerpo del peli-rojo, y la cola poco a poco fue cambiando: primero fue de color, luego se dividió en dos, y la aleta desapareció. Lo que quedo fueron un par de blancas piernas con suave y tersa piel.

Gaara intento ponerse de pie, pero le fue completamente imposible, incluso trato de mover los dedos, pero apenas y lo logro. Definitivamente no estaba nada acostumbrado a tener piernas.

Con una suave sonrisa en sus labios, el Guardián llego hasta el peli-rojo y se puso de cuclillas a su lado.

—¿Puedes sujetarte de mi cuello con fuerza? — Gaara asintió y así lo hizo.

Ese fue el turno para el Guardián de cambiar. Extendió los brazos y estos adquirieron ese mismo brillo que el cuerpo del peli-rojo segundos antes. Sus extremidades parecieron alargarse, pero cuando Gaara observo bien, sus brazos ya no eran brazos, sino un par de azules y hermosas alas, aunque su cuerpo continuaba siendo humano. Gaara se sujeto con más fuerza sabiendo lo seguía, entonces, el Guardián se elevo en el aire.

El peli-rojo cerró los ojos con fuerza. Le aterro volar, lo odio, incluso si estaba seguro que el de azules cabellos no lo dejaría caer. Supuso que se debía a que realmente se sentía a salvo estando en el agua y no en el aire.

El vuelo duro apenas unos segundos. Cuando Gaara se llego a dar cuenta, ya estaban aterrizando en el puente de roca. Abrió los ojos lentamente cuando sintió una caricia sobre sus cabellos.

—¿Podrás caminar?

—Si-Siendo sincero — dijo, y al igual que sucedió con el Guardián cuando cambio de ave a humano, su voz ya no resonaba en la mente de con quienes hablaba. Esto se debía a adquirir esa forma humana. El Guardián y las sirenas y tritones eran los únicos a los que esto les sucedía. Su voz había sonado rasposa debido a la falta de uso de sus cuerdas vocales —. Creo que comeré gramilla.

El Guardián pareció pensativo durante unos segundos, luego sonrió. Como Gaara estaba sujeto de su cuello, apenas y estaba de pie, parecía por estar colgando que otra cosa. La solución del de cabello azul fue tomarlo en brazos cual princesa, y llevarlo hacia el lugar donde Sai dormía plácidamente. El peli-rojo solo se dejo hacer sin decir nada más. Solo dio un par de pasos, ya que en realidad el humano no estaba tan lejos. El Guardián se inclino y deposito a Gaara en el suelo junto al de negros cabellos, y luego se enderezo.

—¡Suerte! — le deseo con los pulgares arriba y una gran sonrisa, antes de cambiar en su forma de gran y hermosa ave azul, y volar hacia quien sabe dónde.

Gaara suspiro.

Y entonces, al fin observo al humano. Había estado evitando hacerlo, pero entendía que eso no podía hacerlo para siempre. Lo primero que observo fue su cuerpo: se notaba que era alto, muy alto en comparación con el peli-rojo, quien se observo a sí mismo y nuevamente el cuerpo del peli-negro. Luego estudio su rostro durmiente, por un segundo Gaara se asusto, pues el humano estaba muy pálido, y entendía que eso no era normal ¿Y si se había muerto? No, no, no, no. No podía ser eso. De todas formas, para estar seguro, se inclino sobre el rostro del humano, quien entendía se llamaba «Sai». Suspiro aliviado al sentir la respiración de este sobre su propio rostro.

 

Sai había estado muy relajado todo el tiempo.

Ya estaba acostumbrado a que siempre estaba solo, con la calma reinando a su alrededor junto con un suave y rico calor sobre su cuerpo; por alguna razón que no comprendía, los rayos del sol no eran para nada fuertes en el claro, así que era obvio que notaria rápidamente, incluso si estaba dormido, cuando surgiera algún cambio en el ambiente. Por ejemplo: un nuevo aroma entrando en sus fosas nasales, y algo impidiéndole a los débiles rayos del sol llegar a su rostro.

Abrió rápidamente los ojos, y como había supuesto, había algo haciéndole sombra. Justo frente a él, inclinado sobre su cuerpo, se encontraba el rostro más hermoso que nunca antes había visto.  Sai inhalo con fuerza al observar como un par de ojos aguamarina lo observaban sin una pizca de vergüenza, siendo que estaban tan cerca el uno del otro.

El de cabellos negros ni siquiera término de procesar lo que estaba sucediendo, lo único que atino a hacer, fue posar su mano izquierda sobre el cuello de esa persona y tirar de este hasta juntar sus labios; tomando completamente desprevenido al de rojos cabellos, quien no pudo evitar el contacto.

Sai sintió tocar el cielo con las manos. Los labios de esa persona sabían delicioso… sabían extrañamente, pero de forma agradable, a fresa.

 

Notas finales:

Y eso fue todo.


¿Y qué tal?


¿Qué les pareció?


¿Les gusto?


¡¡OH POR DEEEEOOOOSSSS!!  (Pose sensual de la pintura «El grito» XD)


HAHAH nah.


No sé si les paso, pero cuando Kurama dijo su comentario de quien sería la esposa, me entro un ataque de risa enorme. Le hubiera visto la cara a mi primo. Tuvo que preguntarme si no me había fumado algo.


Como sea, ese Sai es un sinvergüenza.


Oh, y las chicas. ¿Qué creen que dirá Sasuke?


A quienes leen «Corriendo del pasado», tratare lo más que pueda de actualizarles mañana.


Espero y entiendan el porqué de que me tarde en actualizar… yo también sufro mucho sin la compu y estar pariendo para pasar lo que escribo en mi cuaderno a Word. me duele mucho hacerlos esperar.


Yo espero y el cap. si les haya gustado, ya saben que pueden hacérmelo saber por medio de un hermoso review, el cual responderé con mucho gusto. Si no les gusto, igual pueden hacérmelo saber, yo acepto sus review de todo tipo. Solo no me insulten mucho que mi Kokoro es frágil y delicado ante estos.


Hasta la próxima, que el ángel cuide de sus preciosas almas. Besos y abrazos para todos. Se les quiere mucho, bellos lectores.


Hasta la próxima.


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