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It's not crazy por RoronoaD-Grace

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Notas del capitulo:

HOLA


¿Qué tal, pastelitos de limón? ¿Cómo les va?


HOLI. SDLFJASÑLKDFAS EN SERIO LO SIENTO MUCHO POR TARDAR TANTO. DE VERDAD ESPERO QUE NO SE HAYAN HARTADO DE MI.


Bueno… ya no los entretengo más.


A las personas que leyeron el capitulo anterior, infinitas gracias, y a quienes me dejaron su hermoso y sensual review: Martina, SotenSama, Itery, (al fin), love sasunaru, bray, H3L3NA. Otros infinitos gracias, me hizo muy feliz saber que les gusto el capitulo.


Recuerden que los amo a todos bellos lectores.


Los personajes no me pertenecen, son del increíble Masashi Kishimoto-sama. Por los posibles horrores ortográficos, dos mil disculpas. Lo reviso siempre, pero ya saben que se me va la onda, y es seguro que más de un par se me fue.


Sin más que decir excepto que, espero por el ángel que el capitulo sea de su agrado, los dejo leer.

 

BAJO LA SUPERFICIE

xxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxxx

 

Tanto Sasuke como Sai, habían recibido la reprendida de su vida.

Aunque, ciertamente, ninguno de los dos se arrepentía de lo que habían hecho. Sasuke más que Sai. Y si, se había perdido la lluvia de estrellas, pero en eso era lo menos que estaba pensando luego de lo ocurrido con Naruto.

Despertarse esa mañana siendo abrazado y abrazando a ese rubio hermoso, fue, jodidamente. lo mejor que le había ocurrido en la vida hasta ese momento. Naruto simplemente parecía brillar, resplandecer y cegarlo. Era tan bello que Sasuke no hizo más que quedarse embobado observándolo dormir. Y entonces Naruto había abierto los ojos y esos hermoso irises color cielo despejado se clavaron en sus negros ónice. Se observaron durante algunos segundos, solo para luego el rubio sonreírle.

Su sonrisa fue hermosa, fue radiante y encantadora, bellísima. Una maravilla.

«La octava maravilla del mundo», había pensado el azabache en su momento.

Se besaron durante minutos que parecieron horas, deliciosas y encantadoras horas. Y puede que la noche anterior estuvieran demasiado ocupados como para probar alguna de las cosas que Sasuke había preparado, pero como las había guardado bien, fue eso su desayuno. Comieron entre besos y mimos luego de cubrir su desnudez. Entre risas y más besos… hasta que Kurama había hecho su aparición, al menos a ojos de Naruto, e intento morderle la cabeza a Sasuke.

Ante los ojos del azabache, se vio como si Naruto simplemente sujetara el aire mientras se retorcía. Y su mente llegaban gruñidos que le pusieron todos los vellos le cuerpo de punta.

«¡Se suponía que era una cita para ver la lluvia de estrellas!». Le recrimino. «¡Sabía que iba a arrepentirme!». Más gruñidos por su parte y Naruto se retorció con más intensidad gritando que se detuviera o iba a molestarse enserio con él.

Pasaron varios minutos hasta que finalmente el Zorro se hubo tranquilizado, luego Sasuke no supo exactamente que sucedió, pues pareció que simplemente Kurama se dio la vuelta y se alejo. Tampoco es que quiso saber, por el momento estaba feliz de que su cabeza permaneciera sobre sus hombros. Además de que Naruto había volteado a verlo con una gran sonrisa en los labios y se balanceo hacia sus brazos, prendiéndose de su cuello y ponderándose de sus labios posesiva y salvajemente.

—Te amo tanto, Sasuke — le dijo luego de separarse solo lo suficiente para verlo a los ojos.

El azabache sonrió de medio lado.

—Y yo te amo a ti.

Volvieron a unir sus labios durante minutos eternos.

Entonces Naruto había recordado que tenía que ir a trabajar,  por lo cual, luego de comerle la boca a Sasuke una vez más, había salido corriendo hacia su casa, si eso se llamaba correr pues parecía más que iba cojeando y Sasuke había sonreído un poco orgulloso; para tomar una ducha, aunque a medio camino se había detenido y regresado hacia donde se encontraba su novio recogiendo todo.

—Olvídate de eso, y cárgame de regreso a mi casa — le había ordenado. O al menos eso quiso que pareciera, pero el sonrojo en sus mejillas lo delataba —.  Y tomemos una ducha juntos.

Claramente Sasuke no se había negado.

Y cabe resalta que tomar una ducha no fue precisamente todo lo que hicieron. Suerte que su turno comenzaba a las diez de la mañana. Y fue muy lindo que Sasuke lo acompañara y se despidiera con un beso en los labios, asegurando que iría por él cuando terminara su turno.

Cuando llego a su casa luego de dejar a su novio en su trabajo y abriera la puerta, resulto que esta se abrió antes de que él siquiera tocara la perilla. Uchiha Fugaku estaba al otro lado, con el semblante completamente serio. Sasuke apretó los labios cuando observo a su padre. Suerte que pensó en esa posibilidad y hablo con Sai la noche anterior para tener una coartada, pues claramente su primo tampoco había llegado a dormir.

Luego de los minutos de regaños y sermones por parte de Fugaku a ambos, minutos que parecieron horas interminables, y al fin los dejo hablar, ambos respondieron al unisonó tal y como lo habían acordado.

—Estuvimos en la terraza, en casa de Sakura, con ella, Ino y su primo Deidara, viendo la lluvia de estrella.

Fugaku se había cruzado de brazos y los observo a ambos con los ojos entrecerrados durante unos minutos.

—¿Y que son estas horas de llegar? Es casi medio día.

—Lo siento, padre, pero como dormimos hasta tarde no sentimos y los señores Haruno no nos despertaron por eso mismo, además de que luego nos invitaron a desayunar… no podíamos racharlos.

Sai no podía creer que su primo tuviera tal facilidad para mentir en la cara de su padre. Y de hecho, Sasuke tampoco se creía que pudo hacerlo en ese momento. Internamente, se retorcía cual gelatina de los nervios.

Fugaku se estuvo en silencio un momento, luego los chicos lo vieron suspirar y dejar caer los brazos a los costados. Y eso era todo, al parecer les había creído.

—Que esto no se vuelva a repetir — les advierto —. De todos modos, por lo menos se hubieran llevados sus celulares. Espero que se hayan comportado con las chicas y no se propasaran.

Ambos menores habían hecho una mueca ante la insinuación de Fugaku.

—Por supuesto que no, padre.

—Nos comportamos, Tío.

—Está bien, les creo por ahora… pero entérense que si me están mintiendo, les va a ir muy mal.

Tanto Sasuke como Sai pasaron saliva fuertemente.

Luego Fugaku se había marchado nuevamente hacia su trabajo, Itachi se había ido hacia ya unas horas. Sasuke sabía que fue su hermano quien le había dicho a su padre que ellos no habían llegado a dormir el día anterior, el hombre tampoco lo había hecho lo que indicaba que llego esa mañana, y de ninguna forma iba a creerle a su hijo mayor si este le decía que los chicos se habían levantado temprano y habían ido a correr o quién sabe qué cosa, por eso tuvo que decir la verdad. De todos modos no lo reprochaba eso a Itachi.

Y entonces ahí estaba en ese momento, pasado el medio día, estirado en el sofá de la sala y perdido en sus pensamientos. Sai, quien estaba sentado en uno de los sillones a los extremos, pensaba que su primo estaba haciendo una cara desagradable.

Sai, por su parte, no era como si estuviera prestándole demasiada atención a la película que se mostraba en el televisor, pues estaba impaciente porque dieran las tres de la tarde y pudiera marcharse. ¿Hacia dónde? El bosque, por supuesto.

Fue eterna la espera, pero cuando al fin fue momento de irse, una sonrisa se dibujo en sus labios. Se despidió de Sasuke, pero el chico por estar subido en su nube rosa llena de amor y felicidad, ni siquiera le respondió. Sai pensaba que ni lo había escuchado. Aunque no es como si él se haya quedado a escuchar su respuesta.

Salió de casa tarareando una canción de la cual no sabía ni su nombre, pues solo la escucho por ahí y se le pego el ritmo. Mientras cruzaba por las calles, observo en un par de ocasiones a ciertas criaturas del bosque que habían salido a curiosear, de hecho, incluso vio al Guardián a lo lejos: sonriendo con cierta timidez mientras se escondía detrás del tronco de un árbol y observaba saber qué cosa. Sai no pudo evitar no reír ante la escena, pues no hacía falta que el peli-azul se ocultara, ya que nadie aparte de él era capaz de verlo.

En ese momento, el piel de leche se sintió travieso por lo que se acerco sigilosamente hacia el Guardián. Lo contemplo durante unos segundos identificando que era lo que observaba. Sai alzo las cejas al notar que se trataba de dos chicos en un automóvil… de hecho, el peli-negro conocía a dichos jóvenes. Uno era su hermano, el otro su primo.

¿Qué hacían ellos dos ahí? Cosas de policías seguramente.

Más importante.

¿Qué hacia el Guardián espiándolos?

—¿Qué hace, Guardián? — cuestiono sin poder evitarlo. El peli-azul pego un brinco en su escondite, luego se giro y encaro al de cabellos negros.

—Hola, Sai — saludo amable y con una sonrisa en los labios. El chico correspondió el saludo —. Solo observo.

—¿Sabía que esos  de ahí son mi hermano mayor y mi primo?

—Si, por supuesto.

—¿Y porque los observa?

La sonrisa en los labios del de hebras azules pareció vacilar un segundo, desvió la vista hacia un costado un instante, y luego regreso su mirada dorada hacia Sai.

—Los cuido… Son familia tuya y de Sasuke, no me gustaría que los lastimaran y ustedes sufrieran por ello.

Sai lo observo con los ojos entrecerrados. No le creía nada. Sabia, gracias a Kurama y Gaara, la fama del Guardián.

—No le quiero matar las ilusiones — comenzó —. Pero mi hermano es más asexual que otra cosa, y mi primo ya tiene novio.

Lo que sucedió a continuación fue un baile de expresión en el rostro del peli-azul. Primero fue esa desilusión al saber que su Shipp acaba de ser completamente destrozado. Segundo, una nueva y completa emoción al saber que siempre si había otra pareja con la cual fantasear. Tercero, un intento demasiado fallido al ocultar esa emociona y brillo en los ojos dorados.

«Este es peor que Fujoshi». Pensó Sai a la vez que negaba con la cabeza.

—Bueno… yo me voy — comenzó a darse la vuelta, sin embargo, la voz del Guardián lo detuvo unos segundos.

—¿Iras con Gaara? — Sai apretó los labios reprimiendo una sonrisa. Y no era necesario pues el Guardián no podía verle el rostro ya que estaba dándole la espalda, solo fue por inercia.

—Sí.

—Suerte.

—Gracias.

«Ah, mierda», dijo mentalmente ya sin reprimir su sonrisa.

Sai se alejo del lugar donde había estado oculto junto con el peli-azul. Extrañamente ahora quería llegar cuanto antes al bosque, al claro, con Gaara.

¡Ah, ese peli-rojo!

Claramente Sai no iba a negar que Gaara le atraía. No le veía ningún caso en hacerlo. Le gustaba y punto… ya estaba. Disfrutaba mucho estando en compañía del tritón, las conversaciones era muy entretenidas y el tiempo transcurría de forma agradable.

 Acelero el paso incluso más. De verdad quería verlo.

Rápidamente llego a los límites del bosque y sin pensarlo un instante, se adentro. Tomo rumbo hacia el claro y se apresuro a llegar cruzando por el túnel de arboles ramas y hojas.

Finalmente, atravesó la cortina de hileras de hojitas, y el lugar continuaba tan hermoso como siempre. Camino directo hacia el puente hecho de roca y observo hacia abajo, hacia la laguna. En medio de esta se encontraban los hermanos y hermanas de Gaara, sin embargo, no lo veía por ningún lado a él.

¿Estaría caminando por ahí? Sai lo duda, pues bien sabia que al peli-rojo no le gustaba mucho tener dos piernas… el amaba su cola.

—¡Ah! — Entonces se le ilumino la mente.

Se apresuro a bajar hacia la laguna por un camino que estaba hacia un costado. Era un tanto inclinado, pero si bajaba con cuidado no rodaría sobre sí mismo. Casi enterró el rostro en el suelo, pero logro mantenerse en pie con movimientos dignos de un ninja.

Una vez en suelo plano, se acerco a la orilla con cierta timidez. No es que los tritones y sirenas no lo conocieran ya, era solo que de vez en cuando alguno le lanzaba miradas desconfiadas. Claro, Sai sabía que no es que desconfiaran de que pudiera hablar de todo lo que había en el bosque con otra persona, su desconfianza más bien era provocada debido a que no sabían a ciencia cierta que intensiones tenia con su hermano.

Bueno, Sai no los culpaba.

—Emm… ¿Hola? — Saludo. Todos voltearon a verlo con seriedad —. ¿Alguien puede decirle a Gaara que estoy aquí?

Las sirenas y tritones lo observaron durante algunos segundos, luego, simplemente voltearon el rostro sin responder absolutamente nada. Ah, pero si fuera Sasuke ahí si todos hubieran ido corriendo a responderle y saludarlo.

Sai suspiro resignado.

Giro sobre sus tobillos y se llevo una mano hacia el mentón. ¿Cómo podía hacerle saber al peli-rojo que ya se encontraba allí? ¿Un pez mensajero?... rio ante eso. Tal vez funcionaba si ataba una nota a una roca y la lanzaba en medio de la laguna. Aunque, ¿Y si los hermanos y hermanas de Gaara se molestaba y terminaban ahogándolo?... ¡Oh!

«Tal vez si yo me tiro al agua sienta mi presencia». Medito. Aunque no creía mucho que eso fuera posible. Se encogió de hombros, valía la pena intentarlo. Giro nuevamente, dispuesto a lanzarse al agua tal y como estaba, vestido. Sin embargo, a dar la vuelta se topo con el rostro sonriente de Gaara a unos metros de él.

«Estoy aquí». Le dijo el peli-rojo.

Una sonrisa también se dijo en los labios del de cabello negro al escucharlo hablar en su mente.

—Hey — fue su saludo.

Rayos. Estaba nervioso.

Estuvo sucediendo lo contrario que cuando el Guardián le deseo suerte. En ese momento se había sentido lleno de confianza y con fuertes deseos de ver a Gaara. Y así, ahora estaba muy emocionado por tenerlo enfrente, pero esa confianza se había ido al caño.

Y es que Sai había decidido declarársele al peli-rojo.

No es como si él fuera muy egocéntrico, pero de alguna forma sentía que Gaara diría que sí, si le pedía ser su pareja. Bueno, eso esperaba. Esa era una de las razones por las que se había decidido a confesarse. Pero venían los nervios y lo traicionaban. Bastardos.

Pero bueno, no iba a dejarse vencer. Suspiro hondamente y luego volvió a sonreír, pues se había puesto un tanto serio. Avanzo hasta la orilla de la laguna, y luego se puso de cuclillas frente al tritón. Gaara emergió un poco más, de modo que se observaron directamente a los ojos.

«¿Estuvieron molestándote?». Cuestiono el peli-rojo, a la vez que les lanzaba una fea mirada a sus hermanos y hermanas.

—No, de hecho. Solo me ignoraron — Se encogió de hombros.

«Lo siento por no estar en ese ratito». Esbozo una sonrisa apenada. «Es solo que estaba… terminando algo». Un suave rubor se hizo visible sus mejillas. «¿Recuerdas que dije que quería mostrarte algo?».

—Sí.

¡Oh! Y vaya que lo recordaba, parte de su impaciencia por verlo era por ello. Esa curiosidad de saber que quería enseñarle. Pues aparte había dicho que era muy especial para él. Así que Sai en verdad se sentía muy importante por dichas palabras.

Gaara paseo su mirada aguamarina en las manos del peli-negro, y en el suelo, la gramilla a un lado de este. Parecía buscar algo en específico.

«Te dije que trajeras ropa extra, ¿no lo hiciste?».

Sai alzo las cejas.

—emmm… no me dijiste nada.

«¿No lo hice?». Su expresión sorprendida. El peli-negro negó con la cabeza. «Lo siento. Mi error».

—¿Y para que podría necesitar ropa extra? — curioseo el de pie lechosa.

Gaara sonrió.

«Lo que quiero mostrarse no es un lugar al que podamos llegar precisamente caminando».

El oji-negro pareció momentáneamente confundido, no entendiendo las palabras de Gaara. El chico le sonrió e hizo una mueca hacia el agua a su alrededor, pero incluso así, Sai no pareció comprender… medido durante unos segundos.

—¡Ah! — exclamo al comprender. El peli-rojo se burlo de él —. No importa la ropa, siempre puedo desnudarme y entrar al agua así.

Sai fue testigo de cómo un suave sonrojo adorno las mejillas del de ojos aguamarina. Se veía muy lindo sonrojado. El peli-negro sonrió.

«Supongo que está bien». Gaara se encogió de hombros.

El peli-negro asintió, y entonces procedió a comenzar a desvestirse, a lo que Gaara dio un respingo. Ciertamente no estaba mentalmente preparado para verlo desnudo otra vez. Aun que en la primera ocasión solo había visto su torso luego de que le prestara su playera. La primera prenda que de la cual se despojo Sai, fue la playera, a ella le siguieron los zapatos y luego el pantalón.  Gaara desvió la vista incluso más sonrojado que antes, pero sin que el moreno se diera cuenta, lo observo mientras doblaba sus prendas y las dejaba sobre la gramilla junto con su celular y zapatos.

—Pues ya — hablo cuando hubo acomodado bien sus cosas.

Gaara esbozo una pequeña sonrisita al observar la ropa interior de Sai. No eran unos bóxers apretados, de hecho era unos un poco grandes y flojos, los cuales parecían más una pantaloneta un tanto corta de color azul. Tenían dibujitos de corazones rojos.  No es que Gaara supiera mucho de ropa interior,  de hecho no sabía nada de ropa en general, pero pensaba que eran un tanto graciosos.

—Son cómodos, es lo que importa — Sai se encogió de hombros con un leve rubor en las pálidas mejillas, el cual era bastante notorio por eso mismo, por ser de piel muy pálida.

«Vamos entonces».

—Ah, una cosita… ¿No está muy profundo? ¿Hay donde respirar? No sé si lo has notado pero no soy un tritón — se señalo a sí mismo. Eso provoco una risita suave por parte del peli-rojo.

«No te preocupes, lo tengo… solucionado». Sai alzo las cejas. El tritón estaba nuevamente sonrojado.

—¿Estás seguro que esto no es una treta para hacerme entrar al agua y luego atacarme todos y ser su cena? — cuestiono mientras comenzaba a ingresar a la laguna. Más que nada se lanzo, pues el lugar se volvía repentinamente muy, muy profundo. Gaara rio.

«Eso es salvajismo». Indignado.

—No lo sé. Leí que las sirenas engañaban a los hombres para adentrarse en el agua y luego comerlos.

«mmm, bueno si.». Sai se mostro alarmado. «¡Pero no somos esa clase de Sirenas y Tritones!». Se apresuro a remarcar. El moreno rio entonces.

—Lo sé.

Se observaron a los ojos durante algunos segundos, segundos en los que compartieron una sonrisita, y segundos en los que los hermanos y hermanas de Gaara se mostraron fastidiados ante la escena. Finalmente, Gaara conto hasta tres, Sai respiro hondamente, y entonces se sumergieron.

Sai siempre había visto la laguna que atravesaba el claro del Guardián, desde el puente hecho de roca. Sin duda alguna era una vista hermosa, y más en las noches, pues el agua parecía adquirir propiedades luminiscentes haciendo que todo se viera incluso más mágico. Si un bosque lleno de criaturas que para la mayoría de personas era un simple cuento, no era ya de por si demasiado mágico.  Y era por ello que al haber varias cosas juntas, Sai en realidad nunca se había preguntado cómo se vería la laguna, vista desde las profundidades.

Pero ahí estaba él en ese momento, sumergido completamente y con Gaara a su lado.

Era hermoso, simplemente bellísimo.

Independientemente del hecho de que estaba aguantando la respiración, Sai simplemente sentía como si estuviera flotando y no sumergido. El agua era incluso más cristalina de lo que sus ojos lo dejaron observar antes, había mucha claridad. Por lo que fue capaz de percatarse que esa laguna tenía extrañamente la forma de un pozo con un gran diámetro y demasiada profundidad. Había rocas en las paredes submarinas que parecían más diamantes, esmeraldas, zafiros y rubíes. Habían algas y corales de hermosos colores, y peces que el de cabellos negros estaba seguro no habían en ninguna enciclopedia. De colores completamente inusuales y formas aun más impactantes.  Además de que las raíces del árbol del Guardián eran gruesas y llegaban hasta el fondo de la Laguna/Pozo.

«¿No te preguntas como es que el agua brilla en la noche?». Cuestiono Gaara en su mente. Sai negó con la cabeza. «El agua no brilla… son los peces los que lo hacen».

Como inercia y parte de su reacción, Sai abrió los labios, sorprendido ante las palabras de tritón. Acto que le costó la mayoría del oxigeno que había reunido al dar una gran bocanada antes de sumergirse, oxigeno que escapo en forma de burbujas y llego hasta la superficie.

Genial. Lo que le faltaba.

Sai calculaba que no iba a durar demasiado a partir de ese momento. Segundos después comenzaba a sentirse un tanto asfixiado… y apenas iban por la mitad del recorrido. El lugar sin duda era muy profundo. Sin embargo, como Gaara le había dicho en su momento, tenia solucionado el asunto de la falta de oxigeno, y era algo que a Sai ni siquiera le cruzo por la mente.

Gaara se detuvo, se volteo hacia él y lo tomo de los hombros. Le sonrió.

«Ahora soluciono esto», dijo, para luego acercarse completamente al peli-negro y unir sus labios con los de este. Sai no reacciono durante los primeros segundos, entonces su mente proceso lo que estaba sucediendo. Gaara lo estaba besando. El chico comprendió más o menos el porqué de dicha acción, sin embargo, impuso sus propios deseos.

Llevo sus manos hacia el cuello del peli-rojo y profundizo el beso, el cual fue correspondido al instante. Succiono sus labios e introdujo su lengua comenzando a juguetear con la del Tritón. Una mano bajo hasta su cintura, donde comenzaba su cola, y junto más sus cuerpos de lo que ya lo estaba. Y era curioso, pensó Sai, en cómo sin importar que estuvieran sumergidos en el agua, su cuerpo ardiera ante el contacto contra la piel desnuda de Gaara. Era curioso, sin duda alguna, en como el agua parecía no existir a su alrededor y en como sentía que podía besar eternamente a ese peli-rojo y sentir que el oxigeno jamás iba a faltarle.

Cuando se separaron, fue una extraña sensación la que invadió el cuerpo del peli- negro.

Un vacio en el pecho.

Un vacio que se desvaneció al observar el rostro de Gaara: Avergonzado pero con una linda sonrisa en los labios. El peli-negro se quedo un tanto embobaba ante la vista que sus ojos le regalaban, Gaara era en verdad un chico muy atractivo. Tanto que le robaba la respiración… ¡Ah! ¡Respiración! Ya no sentía que se sofocaba, de hecho respirar ahora resultaba increíblemente fácil. Como si no se encontrara varios metros bajo el agua.

«El beso de una Sirena o Tritón, te salva de morir ahogado». Dijo Gaara en su mente, respondiendo la clara incógnita que se había dibujado en su expresión. «Aun que, lo siento, solo es efectivo si estas bajo el agua ya sintiendo asfixia». Sai lo único que supo hacer fue alzar las cejas. «De ello el porqué lo hice hasta ahora. Ya sabes… el beso». ¿Era posible que alguien se sonrojara bajo el agua? Porque Sai en verdad estaba viendo rubor en las mejillas de Gaara.

El peli-negro sonrió de medio lado y luego negó con la cabeza. «No te preocupes», quiso decir y el peli-rojo comprendió. ¡Oh! Por supuesto que a Sai no le molestaba en lo absoluto, además podía darse cuenta que, para Gaara, no solo se trato de un simple beso sin mayor importancia sentimental que solo tenía por objetivo permitirle respirar bajo el agua. Porque para empezar, para Sai significaba demasiado. Además que de la forma en la que Gaara le había correspondido, con esa misma intensidad y pasión… no pudo simplemente no significar nada.

«Vamos», escucho al peli-rojo hablar en su mente.

Lo tomo de la mano y continuaron nadando hacia abajo, hasta el fondo.

 

Notas finales:

Y eso fue todo.


¿Y qué tal?


¿Qué les pareció?


¿Les gusto?


LKJLFDKJASDFASLFKJSDLSKDFJAS  NO SE QUE DECIRLES.


Yo espero y el cap. si les haya gustado, ya saben que pueden hacérmelo saber por medio de un hermoso review, el cual responderé con mucho gusto. Si no les gusto, igual pueden hacérmelo saber, yo acepto sus review de todo tipo. Solo no me insulten mucho que mi Kokoro es frágil y delicado ante estos.


Hasta la próxima, que el ángel cuide de sus preciosas almas. Besos y abrazos para todos. Se les quiere mucho, bellos lectores.


Hasta la próxima


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