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It's not crazy por RoronoaD-Grace

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Notas del capitulo:

HOLA


¿Qué tal, pastelitos de limón? ¿Cómo les va?


HOLI. SDLFJASÑLKDFAS EN SERIO LO SIENTO MUCHO POR TARDAR TANTO. DE VERDAD ESPERO QUE NO SE HAYAN HARTADO DE MI.


Bueno… ya no los entretengo más.


A las personas que leyeron el capitulo anterior, infinitas gracias, y a quienes me dejaron su hermoso y sensual review: neilan, SotenSama, Itery, Neji_hyuga, Misaluna, jesica, Martina, sukisasunaru50, yumin45 (ahora respondo). Otros infinitos gracias, me hizo muy feliz saber que les gusto el capitulo.


Recuerden que los amo a todos bellos lectores.


Los personajes no me pertenecen, son del increíble Masashi Kishimoto-sama. Por los posibles horrores ortográficos, dos mil disculpas, esta vez no lo revise… perdón.


Sin más que decir excepto que, espero por el ángel que el capitulo sea de su agrado, los dejo leer.

 


DRAGONES ESQUELÉTICOS


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Sasuke continuaba algo perdido en su mente cuando el timbre sonó en todo el lugar. Parpadeo repetidas veces antes de caer en la cuenta de lo que ocurría, entonces al fin se levanto del sofá donde había permanecido recostado y, extrañado por el silencio y no ver a Sai, fue hacia la puerta y la abrió.


—Hey, chicas — saludo el azabache tanto a Ino como a Sakura. Ellas correspondieron el saludo.


Se hizo hacia un lado y permitió que las chicas ingresaran en el lugar.


Ellas fueron directamente hacia la sala y tomaron asiento en el sofá más grande, una junto a la otra. Sasuke les ofreció algo de beber a lo que ambos agradecieron y pidieron un vaso de agua. Una vez está servida, Sasuke tomo asiento en uno de los sillones a los costados.


Tanto Ino como Sakura se limitaron a permanecer en silencio y observarlo, esto durante varios minutos. Minutos que fueron un tanto incómodos. Sasuke no sabía que pensar, jamás se había sentido de esa forma estando con sus amigas. Además ellas parecían nerviosas.


—No me digas que acabas de levantarte — se escucho entonces la voz de Sakura. La peli-rosa lo observaba de la coronilla hasta la punta de los pies descalzos.


Sasuke se visualizo mentalmente: Su ropa arrugada completamente, el cabello revuelto y una expresión de Idiota en la cara.


—No — negó con la cabeza —. Solo estaba haciendo el vago —se encogió de hombros.


Y entonces el silencio volvió a reinar. Sasuke ya no tenía dudas, ellas querían decirle algo, algo muy importante al parecer.


—Escuchen — hablo nuevamente—. Solo digan lo que querían decir, no voy a molestarme o lo que sea que piensen que hare — las chicas se observaron a los ojos unos segundos para luego suspirar. Sasuke vio como se tomaron de las manos y se sonrieron.


Entonces tuvo un idea del porque ellas estaban allí en la sala de su hogar.


—Ya no queremos ocultarnos, Sasuke — hablo Ino.


—Hemos hablado acerca de ello y…


—Está bien — él las interrumpió. Negó con la cabeza —. No hace falta que expliquen nada, yo entiendo.


—¿No te molesta? —cuestiono la rubia, un tanto apenada.


—¿Por qué debería de molestarme?


—Sakura es tu coartada — respondió ella —. A tu padre le agrada la idea de que sean novios. Cuando se entera de que ella y yo estamos juntas y que cuando decías estar con ella no lo estabas realmente, se molestara mucho y ello llevara a que se pregunte dónde estabas realmente. No tardara en descubrir que te ves con Naruto… Que sales con Naruto.


El azabache alzo las cejas.


—Gracias — dijo, y ellas se mostraron realmente confundidas —. Gracias por pensar en mi… pero de verdad, no preocupen. Si ustedes quieren gritar a los cuatro vientos que se amaban, que valga madre todo. Además —sonrió, y fue alucinante para las chicas. Era alucinante pues aun no estaban del todo acostumbradas a ver a Sasuke sonreír —, yo también quiero hablar con mi padre. De todo.


—¿De verdad? — Cuestiono Sakura, Sasuke asintió.


Los tres permanecieron en silencio durante algunos segundos, hasta que unas suaves sonrisitas por parte de Ino se dejaron escuchar, sonrisita que contagio tanto a Sakura como a Sasuke.


—Así que los tres saldremos del closet — dijo la rubia observando a su novia y amigo azabache —. No por nada somos amigos.


Sasuke se encogió de hombros.


 


En la mayor parte del trayecto hacia su destino, Sai se había estado preguntando hacia donde se dirigían.


Al llegar al fondo de la laguna/pozo, este se dividía en diez secciones distintas, o diez puertas para entenderse mejor. El de cabellos negros noto que era el mismo número que el de Sirenas y Tritones en total. Entonces gracias ello, tuvo una idea de a donde lo quería llevar Gaara.


No pudo evitar imaginar cosas debido a ello.


Tremenda decepción la que se llevo.


Una vez en el fondo, Gaara lo guio hacia una de las secciones, la cual estaba también increíblemente iluminada, y se condujeron por esta. Tenía cierta forma circular y larga, parecida a un tubo, y las paredes de igual forma tenían rubíes, esmeraldas y zafiros. Bueno, Sai en verdad creía que se trataba de estas piedras preciosas, si se trataban de piedras comunes vaya trolleada la que sus ojo le hicieron.


En fin.


Continuaron avanzando y avanzando por el lugar, Sai en verdad no comprendía cómo era que el agua era tan cristalina haciendo que todo se viera a la perfección, además de que la temperatura de esta tenía los grados exactos. Finalmente, llegaron hasta el final del túnel. Solo había una pared. Sai creyó haberse equivocado en su suposición, pero entonces el tritón de rojos cabellos volteo a verlo y le sonrió.


«Arriba». Dijo en su mente.


El peli-negro, un tanto confundido, levanto el rostro y observo hacia arriba. Durante los primero segundos no supo como identificar lo que veía. Eran solo muchas luces oscilantes en el agua, y algunas otras figuras a las que era muy difícil darle forma. Hasta que finalmente noto el detalle principal. El agua se movía. Lo cual por supuesto no era extraño en sí, lo que raro era que encontrándose bajo el agua, era difícil notar esto, a menos que se tratara de corrientes muy bien definidas.


El hecho de que viera el agua moverse le hizo suponer que se encontraba a nada de la superficie, pero esto era imposible porque había tardado varios minutos en llegar hasta el fondo de la laguna/pozo, además de que luego se habían adentrado en una especie de túnel. La única explicación era, que se encontraba justo debajo de una cámara subterránea marina.


O sea, un espacio bajo el agua donde no había agua, pero si había paredes de roca y también oxigeno el cual respirar. Entiéndase, una habitación seca.


Sai volteo a ver a Gaara, quien le sonrió y segundos después nado hacia arriba. Su cabeza y torso salieron del agua. El peli-negro hizo lo mismo. Los primeros segundos no distinguió nada, ya que por inercia cerró los ojos y lo que tardo en abrirlos, todo se puso un poco borroso. Luego, se quedo unos segundos observando el lugar, con las cejas alzadas.


Era hermoso.


Se veía increíblemente espacioso. Las pareces no era de otra cosa que cuarzo de varios colores. Lila, más que nada. Sin embargo, había también cuarzo rosa, celeste y verde pálido.


La piedra estaba dispuesta en todos lados, no era que hubiera picos por aquí y por allá. Literalmente, toda la pared era de cuarzo. Y la vista era bellísima. Los diferentes tonos, el brillo de la roca. Había picos más grandes que otros, y lugares, el suelo se puede decir, completamente planos, como piso hecho de cerámica. Pero este era de cuarzo, obviamente.


No había cosas como: armarios, mesas, o cuarto de ducha. Solo era una habitación nada amueblada, aunque Sai distinguió lo que parecía ser una cama en una de las esquinas.


Como continuaban dentro del agua, Gaara le indico a Sai que con ayuda de sus brazos, se apoyara en el suelo de cuarzo, y subiera. El peli-negro así lo hizo, de igual modo Gaara, quien al quedar con la cola de fuera, espero un momento y entonces la cambio por un par de piernas. Cabe decir que Sai casi se desangra al ver el cuerpo de ese hermoso peli-rojo, nuevamente sin ninguna prenda que lo cubriera. Y en ese momento él ni siquiera tenía playera para quitarse y dársela.


Pudo haberse quedado viéndolo sin descaro alguno, incluso lanzársele encima y demostrarle todo lo que provocaba en él, pero Sai no era ese tipo de chico. Al menos no quería que Gaara creyera que lo era.


Se puso de pie y le dio la espalda al peli-rojo.


Aun en el suelo, con las blancas piernas un tanto flexionadas, Gaara observo lo hecho por Sai y sonrió. Un lindo sonrojo afloro en sus pálidas mejillas.


—¿Me pasas lo que está sobre la cama? — cuestiono al peli-negro.


Sin verlo, Sai asintió. Fue hacia el lugar indicado, que parecía estar hecho también de cuarzo, con picos un tanto altos en cada extremo, pero con algas y otras cosas que no supo identificar sobre la superficie, para que así fuera cómoda. Lo que Gaara estaba pidiéndole era una playera.


Sai se sonrojo. Pues esa playera era suya. Era la misma que le había dado esa vez que se conocieron. Cuando lo beso por primera vez.


La tomo, se giro y luego se la entrego a Gaara, quien también se sonrojo.


—La uso para dormir — dijo el tritón —. Si te molesta puedo devolvértela.


¿Molestarle? Sai creí que podía desangrarse por la nariz hasta morir, debido a la infinidad de imágenes que azotaron su mente.


—Está un poco vieja — se limito a decir —. Si quieres puedo darte otra, una nueva.


Gaara negó con la cabeza.


—No hace falta — sonrió suavemente a la vez observaba la prenda —. Esta me gusta — procedió a ponérsela y luego intentar ponerse en pie.


Algo que termino mal, pues él aun no podía sostener nada en esa posición. Afortunadamente, lo reflejos de Sai era un tanto rápidos, aunque no tanto. Logro sostenerlo de la cintura antes de que cayera, pero la forma en la que lo tomo no fue la mejor, así que, en vez de que Gaara se estrellara contra el suelo de cuarzo, la espalda del peli-negro lo hizo; aunque el peli-rojo también cayo, solo que sobre Sai.


¿Lo dejo sin aire? Solo un poco, Gaara no pesaba casi nada.


¿Lo encendió a mil verlo sobre su cuerpo mientras solo usaba una playera suya? Por supuesto.


¿Quería invertir papeles y darle duro y perverso contra el suelo? obviamente.


—Lo siento — se disculpo el peli-rojo, sus ojitos aguamarina se ensancharon en los negros de Sai. La expresión del tritón lucia apenada. Sus mejillas ruborizadas.


—No te preocupes — Sai paso saliva


¿Qué pensaría Gaara de él, si lo violaba ahí mismo?


«No, no, no, no, no — se abofeteo mentalmente —. Aleja esos pensamientos, Sai».


Intentando ello, fue que reparo en el techo de la habitación.


Era azul… y oscilaba.


Proyectaba cierta luz.


Y había peces en el. Se movían, estaban vivos.


Sai sacudió la cabeza creyendo que veía mal. Incluso cerró los ojos. Pero no. Su vista no le fallaba. El techo era de agua. O sea, no era de cuarzo. Agua arriba, agua abajo y cuarzo en medio. Físicamente, la estructura de la habitación de Gaara era imposible. Debía estar completamente llena de agua, y no seca y con oxigeno.


Pero, hey, había magia de por medio. Nada era imposible realmente.


Sai sentía como si estuviera observando hacia el interior de una pecera, por debajo de esta más específicamente. Aunque, si estiraba la mano, sentía que era capaz de introducirla en el agua y sujetar a algún pez. Gaara capto el motivo por el que Sai observaba hacia arriba. Sonrió y segundos después se quito de encima del peli-negro, haciendo que este regresara la vista hacia el tritón.


—Quería que lo vieras — dijo Gaara. Se había puesto de rodillas frente al peli-negro, quien se había incorporado y estaba apoyado en sus brazos —. Todo — sonreía, y su sonrisa era…


—Hermosa — los ojos negros de Sai contemplaban el rostro deslumbrante del peli-rojo —. La habitación… es muy bella. La cantidad de cuarzo es alucinante. Y no digamos los tonos de colores.


—¡Sí!... lo sé — susurro. Sus ojos fijos en los de Sai.


Se observaron por tan solo unos segundos, aunque se sintió como una eternidad, pues Sai desvió la vista porque sentía que si continuaba así, en verdad terminaría violando ese tritón. Centro su vista en las paredes de cuarzo, y en los picos de esta piedra que sobresalían. Noto entonces cosas que no había visto antes. Por ejemplo: habían unas conchas, y varios obtener que ciertamente no comprendía que era, pero suponía tenían un gran valor para Gaara.


—El Guardián la hizo especialmente para mí — hablo el peli-rojo nuevamente. Sai volvió la vista hacia él y observo como intentaba ponerse nuevamente en pie, por lo que se apresuro a ayudarlo y llevarlo hasta la cama.


El peli-negro necesitaba en verdad saber de que estaba hecha, pues era increíblemente suave y cómoda.


—Hasta hace algunos años — prosiguió Gaara —. Tan solo era un niño… que vivía con sus padres. Durante generaciones, mi familia se mantuvo escondida de los humanos, no fue tan difícil pues no creían ya en nuestra existencia, y en dado caso que lo hicieran, no íbamos a dejarnos ver tan fácil mente — Sai escuchaba atentamente —. Mis padres me contaron historias que les contaron a ellos mis abuelos, y que antes a ellos les habían contado sus padres. Los humanos fueron crueles… mucho.


Su sonrisa vaciló unos segundos, luego regresaron.


—Hay algo importante que en realidad no te he dicho… no soy un tritón de sangre pura.


Sai alzo las cejas, confusión domino en su expresión.


—Mi familia vivió como una colonia durante, como dije, generaciones. En un lago cerca de una aldea humana, y los aldeanos jamás supieron de nosotros. Todo era un tranquilo, se vivía en paz, pero al vivir en el lago y este estar cerca de los humanos, se contamino — guardo unos segundos se silencio, observando a la nada, luego sus ojos volvieron al rostro de Sai —. Comenzaron a enfermar. A morir, el lago mismo estaba muriendo, y murió. Mis abuelos fueron los últimos que quedaron, y sabiendo que no podrían continuar viendo allí, migraron. Me contaron que fue muy difícil, pues lo suyo era el agua, pero tuvieron que aprender a caminar. Podían vivir sobre la tierra pero era necesario volver al agua a cada cierto tiempo, algo difícil ya que no había casi nada cerca. En una ocasión mi madre me conto que ellos casi se dieron por vencidos, pero entonces encontraron un pequeño rio. Y  con el, siguiéndolo durante días, un lugar donde poder vivir.


»Eventualmente los años pasaron, mi abuela tuvo a luz a mi mamá, vivieron con tranquilidad durante mucho tiempo. Hasta que apareció alguien. Un Humano. Un Humano que creía en la magia.


Con eso, Sai entendió a lo que Gaara se refería cuando dijo que no era un tritón puro.


—¿Cómo se enamoraron? — quiso saber, con verdadera sinceridad.


—Era la historia favorita de mis padres — sonrió con emoción —. Mi padre era alguien extraño, dijo mi madre que pensó cuando lo vio. Tenía en ese entonces unos veinte años, solía llegar muy seguido a la orilla del lugar donde vivía ella y mis abuelos, y con frecuencia hablaba solo. Peleaba consigo mismo y luego se deprimía, luego se daba aliento y recuperaba el ánimo, se marchaba y al volver… era la misma historia — Sai sonrió —. Madre dijo que era muy entretenido observarlo. Al principio ella no comprendía de lo que hablaba, solo escuchaba sus monólogos con diversión. Pero eso cambio cuando otras personas aparecieron, siguiéndolo.


»Ellos se burlaron e insultaron. Dijeron que era un idiota y que estaba loco, que la magia no existía. Y entonces mi padre se defendió, dijo que si existía, que era unos incrédulos, alego que su familia, durante generaciones, converso restos que probaban la existencia de seres mágicos. Ellos se rieron de él… y lo golpearon hasta estar satisfechos.


Gaara se mostro triste, aunque su expresión cambio rápidamente, volviendo a sonreír.


—Él se quedo tirado a la orilla de la pequeña laguna, observando el cielo y sangrando del rostro. Mi madre había presenciado todo, y encontró sumamente atractiva la forma en la que mi padre había permanecido fiel a sus creencias. Ella emergió, y se dejo ver. Él se mostro asustado y luego sorprendido. Y luego había sonreído y brincado como un niño, a pasar de las heridas… él, por la emoción, se había lanzado al agua y besado a mi madre en los labios — Gaara desvió la vista hacia el suelo, sus mejillas sonrojas y una pequeña sonrisa en los labios.


Sai de igual forma se sonrojo.


—Mi madre se asusto y dejo dejarse ver por una semana completa, y padre había llegado todos los días con un ramo de rosas y había pedido disculpas. Ella lo había perdonado desde el primer día. La convivencia hizo que las cosas eventualmente se dieran. Mis abuelos jamás se opusieron. Mi padre, a pesar de haber encontrado las pruebas de que sus ancestros tenían razón, nunca dijo nada. No le importo lo que dijeron de él, jamás.


Guardo silencio, un silencio que se prolongo durante minutos, minutos que parecieron eternos para Sai.


—Es muy… romántico —comento.


—Si — esos ojos aguamarina observándolo —. Mi abuelos murieron unos años después, la enfermad que habían acabado con los demás tritones también estaba en su cuerpo, solo que ellos al haberse marchado lograron prolongar más su vida. Mis padres vivieron juntos hasta que yo tuve diez años, en una caballa que padre había construido cerca de la laguna. Yo prácticamente puedo escoger si vivo en el agua o en tierra firme, puedo continuar viviendo normal si incluso no vuelvo nunca más al agua… pero amo el agua. Cuando excepto por mi cola, soy un Humano común y corriente. Mi magia consiste solo en hacer volver mi cola y hablar en tu mente… no naci con ella, ¿sabes? No puedo hacer nada más. Si ahora voy a tu cuidad, caminando, todos podrían verme.


Sai no Sabía que decir, de alguna forma encontraba esas palabras maravillosas, y aun así sentía que a Gaara no lo hacían precisamente feliz.


—Nunca quise vivir con los humanos, las historias que mi madre me conto que le contaron mis abuelos eran terribles, además de que la forma en la que trataban a mi padre hizo que los odiara. Durante toda mi vida los odie. Y los odie más luego de la muerte de mis padres.


Ese suceso era algo que Sai había querido cuestionar, aunque no se había sentido con el valor suficiente.


—Fueron los mismos humanos… ellos lo asesinaron.  Fue frente a mí. Todo por el maldito dinero. Entraron a robar, los tres estábamos ahí, pero a mi madre no podían verla — Gaara sentía un nudo en la garganta, y Sai veía que quería llorar, pero el peli-rojo no lo hizo. Era fuerte —. Le dispararon a mi padre, y luego a mí… pero mi madre se interpuso y la asesinaron a ella. Quizá no podían verla, pero su sangre si, creyeron que me habían dado. Tomaron todo lo que quisieron, y se marcharon creyendo que yo estaba muerto.


Sai lo veía, lo veía y sentía que podía llorar él.


—Algunos seres humanos dan asco — fue lo único que pudo decir. Gaara volvió a clavar sus ojos en él, pues había desviado la vista.


—Si… algunos — sonrió suavemente —. Pero algunos otros, al igual que mi padre, son estupendos. Naruto, Sasuke… tú — Gaara dio un gran suspiro y sonrió —. Estuve solo por meses, sumergido en el agua y comiendo lo que encontrara en tierra firme cuando nadie me veía, hasta que el Guardián me encontró y me trajo a vivir aquí. De esto hace diez años.


El peli-negro alzo las cejas, sus ojos abiertos como platos.


—Técnicamente — prosiguió hablando Gaara — soy el menor de todos los tritones, ellos me vieron crecer, es por ello que te ven tan feo… es molesto, lo sé, a mi también me molesta, pero ellos son mi familia — espero que Sai dijera algo, pero el peli-negro se mantuvo en silencio —. Sai — le llamo, no hubo respuesta —. Sai, ¿estás bien?... ¡Sai!


El susodicho dio un brinco en su lugar.


—¿Eh?


—¿Estás bien?


—Ah, sí, si… esto, una pregunta — el peli-rojo asintió —. ¿Tienes veinte años? — Gaara asintió.


—Sí.


—Eres mayo que yo…


—¿Te molesta? —Sai sacudió la cabeza.


—No… solo me sorprendió. No pareces de veinte. Pareces de mi edad.


—¿Y qué edad tienes?


—Quince, casi diez y seis — aclaro.


Gaara sonrió… una sonrisa hermosa a ojos de Sai, y a ojos de cualquiera. ¡Dios! Ese peli-rojo era realmente bello. Se quedo embobado observándolo, viendo sus preciosos ojos y contemplando sus labios a la vez que se relamía los propios. ¿Qué importaba que fuera mayor por cuatro años? A la mierda la edad. Antes de darse cuenta ya había estirado la mano y la había posado sobre la mejilla del peli-rojo. Gaara no se alejo, al contrario, cerró los ojos y busco más contacto con la mano de Sai.


—Gaara — susurro. Los ojos aguamarina del mayor se clavaron en él —. Me gustas… mucho — Sai, luego de escuchar la historia del peli-rojo creía que las posibilidades de tener algo hermoso con Gaara superaron el 200%.


Nuevamente, Gaara sonrió.


—Tú también me gustas mucho.


El pecho del peli-negro se hincho de felicidad.


—¿Puedo besarte?


—Sí.


Al contrario del beso que compartieron en medio de la laguna/pozo, este beso fue lento, dulce… un poco torpe. Sus labios se encontraron con timidez y se mantuvieron inmóviles durante segundos, hasta que, sintiendo un poco más de confianza, Sai los movió, y rápidamente fue correspondido. Fue un beso lindo, con mucho sentimiento de por medio. Cuando se separaron, unieron sus frentes.


—Quiero que seas mi novio — susurro Sai.


—Quiero ser tu novio — respondió Gaara.


Y luego de sonreír ambos, sus labios se encontraron una vez más. Pero esta vez con cierto grado de intensidad.


 


Cuando Naruto llego a su hogar ese día luego de una aburrida jornada de trabajo, en compañía de Kurama, no le extraño encontrar al Guardián sentado frente a la mesa. Lo extraño fue la posición en la que estaba.


Después de encender todos los candelabros para que el lugar estuviera bien iluminado, Naruto se acerco al peli-azul y tomo asiento junto a él. El guardián tenía los codos apoyados en la superficie de la mesa, mientras sus manos cubrían completamente su rostro. El rubio estaba muy preocupado… jamás había visto así al Guardián.


—¿Está todo bien, Guardián? — cuestiono, a la vez que posaba su mano en la espalda del oji-azul y acariciaba suavemente.


El susodicho negó enérgicamente, sin descubrirse el rostro.


—Mi corazón no deja de golpear contra mi pecho… siento que se me va a salir — respondió —. Siento algo en mi estomago, como un revoloteo.


Naruto alzo las cejas.


—¿Sucedió algo hoy? ¿Algo importante? — quiso saber el rubio.


 El guardián asintió una y otra vez. Suspiro hondamente, se descubrió el rostro y luego sus ojos dorados buscaron los azules de Naruto. El rubio noto el fuerte rubor en las pálidas mejillas del oji-azul.


—Hoy estuve en la cuidad — comenzó a relatar —. Me encontré con Sai y luego de ello…


Luego de que Sai se marchara, el Guardián se mantuvo unos segundos observando su silueta con una sonrisa en los labios. Entonces suspiro y dirigió la mirada nuevamente hacia el vehículo donde se encontraban Itachi y Shisui, sin embargo, no lo vio por ningún lado.


El de cabellos azules suspiro hondamente y luego se encogió de hombros. Total, Shippear a esos dos al parecer ya no era posible. De todos modos, tendría que investigar a este chico, el que era novio de Itachi. Debía asegurarse de que fuera un buen muchacho, pues después de todo, ciertamente si estaba cuidándolos y viendo que nada les sucediera.


No le había mentido a Sai en ello.


Había estado paseando un rato por la cuidad, luego había ido hacia el hogar de Sasuke, quien se mostro notablemente sorprendido al verlo, pero lo había dejado pasar. Porque sobre todo, el Guardián era educado, pues había tocado el timbre.


Una vez ambos en la sola, sentados en los sillones, dijo el motivo por el que se encontraba ahí.


—¿Cómo se llama la pareja de tu hermano, y donde puedo encontrarlo? — Sasuke estaba incluso más sorprendido, pero de igual forma respondió.


Su nombre es Deidara, normalmente esta en le floristería Yamanaka, es primo de mi amiga Ino.


Entonces el Guardián había sonreído y se había levantado de un brinco.


—¡Muchas gracias, Sasuke!  — se despidió y se marcho.


Sasuke lo observo irse, el movía la cabeza de un lado hacia otro mientras tarareaba una canción, el azabache no pudo evitar sonreír suavemente al verlo. El Guardián era alguien muy especial… Kurama tenía razón al decir que parecía un niño.


Durante el resto de la tarde, hasta quizá una hora y media antes del anochecer, el Guardián estuvo observando a Deidara. El rubio había estado atendiendo en el floristería, así que lo había visto atender y ser amable con quienes llegaban, así como también lo había contemplado mientras hablaba por mensajes o conversaba con su prima, quien estuvo unas horas con él.


Al final, el Guardián había comprobado que Deidara era un muy buen chico, así que le dio su visto bueno y luego se marcho.


Regreso al bosque muy sonriente. Durante algunos minutos se estuvo caminando por ahí y por allá, observando a los habitantes del bosque, comprobando que estuvieran bien, que no necesitaran nada. Todos lo saludaban y sonreía, y él devolvía la sonrisa con total sinceridad. Tenía una sonrisa muy bonita.


Pero entonces… varios sonidos llegaron a sus canales auditivos.


Un derrape de neumáticos.


Disparos.


Por supuesto, el Guardián corrió en la dirección de la que provenían los sonidos, mejor dicho, voló entre los árboles, de rama en rama. Pero al llagar solo habían dos vehículos, uno volcado y el otro estacionado de forma apresurada.


Más disparos se escucharon, esta vez dentro del bosque.


El Guardián rápidamente volvió a introducirse en el bosque. Uno de los dos vehículos le resultaba más que conocido, afortunadamente este no era que estaba volcado. Con forme avanzaba, fue aproximándose a dos figuras que corrían serpenteando entre los árboles. Otro disparo y el arma se quedo sin municiones. El hombre que la sostenía la lanzo lejos y sin dejar de escapar, saco una navaja de entre sus ropas. Él estaba herido, sangraba, así que era quien se conducía en el vehículo destruido.


Persiguiendo a este, obviamente criminal, estaba Shisui, el hermano mayor de Sai. El no llevaba ningún arma, cosa que preocupo al Guardián, pero Shisui era un policía competente así que esperaba que estuvieran bien.


En un momento dado, y puesto que noto que tenía la ventaja, el sujeto de cabellos castaños y ojos negros se detuvo y encaro a Shisui. Shisui no vacilo en ningún instante, y no se detuvo ni un segundo de su carrera. Quien sí dudo fue el hombre con la navaja, pero solo unos segundos, sujeto el arma corto punzante con fuerza y corrió en dirección hacia Shisui, dispuesto a acatar.


El Guardián se quedo solo observando desde la rama de un árbol.


Shisui esquivo el primer ataque del hombre, así como el segundo y el tercero. Pero el cuarto fue un poco difícil ya que el sujeto uso los troncos de los árboles y follaje como medio para ocultarse y atacar de improvisto, aunque Shisui no resulto lastimado, solo la camisa que usa la cual termino completamente rasgada del frente, dejando su piel un tanto al descubierto. Algo que no le importo, por supuesto.


Harto ya de esa situación, Shisui decidió terminarla de una buena vez.


En el siguiente ataque el hombre dio, el policía había intuido de donde exactamente vendría este, así que cuando el delincuente ataco, Shisui dio una voltereta en el aire, golpeando la navaja y haciendo que esta saliera volando. El hombre, momentáneamente sorprendido, fue presa fácil de un fuerte rodillazo en el vientre y un puñetazo en el rostro.  Una vez en el suelo, fue incluso más fácil someterlo. Lo dejo inmóvil con el rostro contra la tierra y procedió a esposarlo mientras le decía sus derechos.


El hombro intento quitarse a Shusui de encima, levantarse y salir corriendo, pero un nuevo golpe en el rostro lo dejo inconsciente.


Finalmente, Shisui suspiro y se puso de pie. Observo sus ropas e hizo una mueca. Estaba molesta, esa camisa acaba de comprarla y le encantaba. Y ahora estaba destruida.


Se la quita terminando de romperla y con ella se limpio el sudor de la frente y la tierra de las manos.


—Gracias, imbécil — dijo fastidio.


El Guardián presencio todo con asombro, la forma en la que Shisui había sometido a ese sujeto había sido tan fácil, que no podía estar más que asombrado. Incluso a él, con su magia, le hubiera dado pavor enfrentarse a ese sujeto, y Shisui no había vacilado en ningún momento, incluso estaba desarmado.


Con demasiada curiosidad, había descendido del árbol en el cual se encontraba, y se había ocultado detrás del tronco de otro, justo detrás de donde estaba el Uchiha. Lo observo terminar de romper sus ropas y limpiarse la suciedad en el cuerpo. No pudo hacer nada más que contemplar su ancha y musculosa espalda, la firmeza de sus brazos… cada uno de sus movimientos.


Lo observo completamente embobado. Jamás lo había visto en acciones, y mucho menos sin camisa. Cierto era que lo había espiado en varias ocasiones, a él y a Itachi, pero jamás lo había visto así. Tanta seguridad y destreza física.


Antes de darse cuenta, él ya había salido de su escondite y estaba acercándose a Shisui. Estirando la mano para poder tocarlo.


Y entonces Shisui se giro, y sus ojos negros lo observaron.


—¿Quién eres tú? — cuestiono con el entrecejo fruncido y voz ronca. Se veía tan atractivo —. ¿Qué haces aquí? — observo en todas direcciones. ¿Cómo era posible que se hubiera acercado tanto y él no lo hubiera notado?


El guardián quedo incluso más hipnotizado por la visión del cuerpo de Shisui. Tanto musculo y firmeza. Tanto atractivo. Quería tocarlo. Tocar esa piel… pero antes de que pudiera terminar de acercarse, Shisui lo derribo y se posiciono sobre él.


—¿¡Quien eres!? ¿¡Estas con el Carroñero!? — el sobrenombre, del sujeto que yacía inconsciente a un par de metros de ellos. Tenía el puño alzado dispuesto a golpearlo, a la vez que lo sujetaba por el cuello del yukata —. ¡Habla! — exigió.


Y con ello el Guardián salió de su embobamiento. Reacciono abriendo los ojos completos. Él era de esos seres que a simplemente vista cualquiera podía verlo, por lo que era necesario ocultar su presencia con magia, tan ensimismado estaba, que olvido hacerlo y ahora… Shisui estaba viéndolo.


No solo estaba viéndolo, estaba encima suyo… ese cuerpo con el torso al descubierto, mostrando esos pectorales y ese abdomen de tableta de chocolate, ese rostro molesto pero tan atractivo.


Entro en pánico, jamás estuvo en ese tipo de situación.


Hizo lo primero que le cruzo por la mente.


Literalmente, se hizo invisible justo enfrente de Shisui… quien abrió los ojos como platos al no poder verle al peli-azul pero si tocarlo, lo que provoco que bajara la guardia y el de ojos dorados pudiera tumbarlo y salir corriendo. Pero de algún modo, incluso si no lo veía, pudo volver a sujetarlo del yukata y nuevamente lo derribo.


El guardián temblaba cual gelatina, otra vez bajo el cuerpo de Shisui. se removía y pataleaba intentando liberarse. Así que, en medio del pánico, hizo la única cosa que cruzo por su mente.


Uso más magia.


A como pudo, poso la mano justo en la frente de Shisui, y ante de que el pudiera alejarse, el guardián lo lanzo con fuerza, un par de metros a lo lejos, haciendo que se impactara contra el tronco de un árbol con tanta fuerza, que lo dejo inconsciente al instante.


Se levanto, se giro, y salió corriendo hacia el hogar de Naruto.


A esconderse.


 


Naruto estaba con la mandíbula casi sobre la mesa.


¿Qué el Guardián que cosa a quien? ¿Qué cosas por quien?


—Mira, no dejo de temblar — el peli-azul le mostro sus manos al rubio —. Pero ya no estoy asustado — confeso —. Es solo que no dejo de pensar en él, en su destreza, en su rostro y en su cuerpo sobre el mío cuando me inmovilizo… No sé qué me pasa. Y estoy muy preocupado también, ¿y si lo lastime? — bueno, de que lo lastimo lo lastimo —. ¿Crees que este bien? ¿Debería ir y cerciorarme? Quiero verlo pero a la vez no… ¡Naruto, no sé que tengo!


Otra vez estaba en pánico.


—Mi corazón late con fuerza, siento como si tuviera dragones esqueléticos revoloteando en el vientre. Tengo un nudo en la garganta. Mi rostro arde… ¿¡Que tengo!? — sus dorados ojos suplicaron una respuesta.


El rubio se cubrió los labios con ambas manos durante unos segundos, luego suspiro y poso las manos sobre los hombros del peli-azul.


—Guardián, creo que… se enamoro de Uchiha Shisui.


—¿Eh?


Una expresión de completa confusión se mostro en su rostro.


 

Notas finales:

Y eso fue todo.


¿Y qué tal?


¿Qué les pareció?


¿Les gusto?


LKJLFDKJASDFASLFKJSDLSKDFJAS  quiero decirles un montón de cosas, pero me muero del sueño.


Yo espero y el cap. si les haya gustado, ya saben que pueden hacérmelo saber por medio de un hermoso review, el cual responderé con mucho gusto. Si no les gusto, igual pueden hacérmelo saber, yo acepto sus review de todo tipo. Solo no me insulten mucho que mi Kokoro es frágil y delicado ante estos.


Hasta la próxima, que el ángel cuide de sus preciosas almas. Besos y abrazos para todos. Se les quiere mucho, bellos lectores.


Hasta la próxima.


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