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It's not crazy por RoronoaD-Grace

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Notas del capitulo:

¡Hola!

¿Que tal mis pastelitos de limón? ¿Como les va? Yo solo pasaba a dejarles el nuevo cap. 

Y aaaaahhh, uuufff,  este cap, este cap. Hahshshs no sé, fue un desmadre de cosas hahaha. Pero me gusto como quedo. 

¡Wahahaha!

A las personita que me dejaron su hermoso y sensual comentario en el capitulo anterior: yumin45, H3L3NA, eve.kurosaki, Luneta, Neji_hyuga y mi adorada y hermosa Itery. (Sos hermosa woman, no aceptó una negativa).  besooooteeees y abrazooosssss de oso,  los amodoro un chingo. Y a quienes son lectores anónimos, no crean que no los quiero,  ustedes son igual de importantes para mi. Muchoooo ‹3.

Los personajes le pertenecen a Masashi Kishimoto-sama. Por los posible horrores ortográficos,  dos mil disculpas. Leí el doc para corregir errores pero ya saben que soy medio pendeja,  así que más de un par de errores se me fueron.

Sin más que decir excepto que, esperó de todo corazón que el cap sea de su agrado, los dejo leer.

 

I SEE YOU

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La idea que Naruto había tenido respecto a la actitud que mostraría Shisui al pararse frente a él era, sin duda, no como la escena en ese momento.

Por como Sasuke y Sai habían descrito el comportamiento del mayor al momento de exigirles ir a buscarlo, pensó que, a la hora de tenerlo cara a cara, soltaría preguntas de todo tipo y sin ningún indicio de terminar. Pero… lo único que Shisui había hecho era sonreír en el momento en el que los dejaron solos.

Lo cual hacía ya unos cuantos minutos. Tanto silencio era incomodo.

—Entonces… —Naruto decidió tomar la palabra, ya que el peli-negro no parecía querer hacerlo él—, ¿alguna pregunta que quiera hacerme?

Shisui, quien hasta ese momento ni si quiera lo había visto a los ojos, clavo la vista en él.

—¿Hueles ese aroma?

—¿Qué? —El rubio se sintió ligeramente consternado.

—¿Hueles ese aroma? —Cuestionó por segunda vez. Cerro los ojos e inhaló—. Menta —susurro. Naruto aprovecho el momento para observar por el rabillo del ojo al Guardián, pues el peli-azul estaba a su lado, él no le quitaba los ojos de encima a Shisui; en sus labios había una pequeña sonrisa y en sus mejillas un lindo rubor. Parecía muy nervioso pues no dejaba de juguetear con sus dedos—, canela —el rubio volvió la vista hacia el peli-negro y sonrió al comprender de que hablaba este—, y c…

—Cerezas.

Shisui abrió los ojos, y una vez más su negra mirada estaba sobre la azul de Naruto.

—Sí, cerezas… ¿Lo hueles?

El rubio sonrió, luego asintió.

—¿Alguna otra pregunta que quiera hacerme?

Era extraño, pensó Shisui. La presencia de Naruto era extrañamente cálida, y las palabras que salían de sus labios de alguna forma parecían un relajante arrullo.

—¿No me estoy volviendo loco? —Parecía muy preocupado.

Otra risilla suave escapo de los labios del oji-azul.

—Por supuesto que no.

—Genial, eso es genial —la preocupación se había vuelto alivio—. Entonces… —Shisui ahora se veía muy nervioso. El rubio no podía creer que tantas emociones bailarán en su rostro en tan poco tiempo—. ¿Esta aquí? —Cuestiono al fin.

Naruto noto que no pregunto si el Guardián era real o no. Si bien podía no estarse volviendo loco, el de ojos azules podía decirle que solo recordaba cosas debido al tremendo golpe que se llevo en la cabeza. Pero con las escasas preguntas que le había soltado, Shisui ya daba por hecho que la existencia del peli-azul de ojos dorados era real.

El menor tardo varios segundo en responder, dándole un tanto de suspense a la situación.

—Lo esta —respondió,  finalizando la tortura mental del peli-negro.

Shisui inhaló hondamente y Naruto casi lo escuchó jadear de la emoción.

—Originalmente venia con la intensión de contarle todo pero… —el policía observo como el rubio giro el cuello hacia un lado—, creo seria mejor que usted le explicara —Shisui se mordió el interior de las mejillas al ver como Naruto le hablaba a la nada—. Muy bien, entonces los dejo solos…

Con un sonrisita en los labios oculta del policía y el peli-azul, Naruto salió de la habitación dejándolos solos y, por supuesto, cerrando la puerta detrás de si. En el pasillo, las miradas desconcertadas de Sasuke y Sai lo recibieron.

—Pensé que seria mejor que él se lo explicara —se apresuro a responder la pregunta silenciosa.

Los primos se limitaron a asentir.

Itachi, por su parte, simplemente observan todo lo que los menores hacían. Él estaba de brazos cruzados y recostado contra la pared. La verdad es que no sabía que decir al respecto. Había visto como tanto Sasuke como Sai llegaron e informaron que Naruto estaba en el pasillo, por lo que Shisui pidió hablar a solas con él. Pero no habían pasado ni cinco minutos y el rubio ya había salido diciendo que dejo que alguien más le explicara lo que ocurría a Shisui. Pero, ¿¡quien!? ¡Había entrado solo!

Sabia que Naruto estaba confundido, pero no creyó que su hermano le siguiera la corriente de esa forma, mucho menos lo pensó de Sai. ¿Qué creían que hacían? Si querían ayudarlo, esa definitivamente no era la mejor manera.

Pero sobre todo, ¿Qué demonios estaba haciendo Shisui allí solo? Permitió que hiciera lo que quería, que llamara a Naruto e iba a dejar que charlarán. No esperaba nada pues no había forma de que lo que Shisui había visto fuera real. O sea, hasta la parte donde había un chico peli-azul de ojos dorados estaba bien, podía tener el cabello teñido y ese color de ojos era raro pero no imposible.

Pero de allí a volverse invisible. Eso si era imposible.

¿Qué esperaba Shisui averiguar al hablar con el rubio? El chico estaba… confundido. Si su primo ya estaba muy dudoso por si solo como para llamar al menor, la conversación con él solo lo dejaría peor. En el hipotético caso de que hablara con él, claro. ¡Pero Naruto estaba allí afuera! ¿¡Con quien se suponía que Shisui estaba hablando!? Pensaba que Naruto era un buen chico, había conversado con él y realmente no parecía estar con los cables rotos. De hecho, su personalidad era la de una persona muy cuerda. Aun así, lo que salía de sus labios no lo ayudaba en absoluto. Si no hubieran asesinado a sus padres frente a él, no se encontraría tan confundido respecto a lo que creía ver. Si era real o no. Independientemente de ello, era un chico muy listo. Pero eso no significaba que pudiera ayudar a Shisui a solucionar su problema.

No podía pedir ayuda para encontrar a alguien que era posible no existiera, a una persona que veía cosas donde no las había. Era una completa… locura, por parte de Shisui.

Era oficial, estaba perdiéndolo.

El primero en notar el desconcierto en la mirada de Itachi, fue Naruto. Quien le dio un golpe en el costado a Sasuke, obteniendo su atención.

—¿Y eso por que fue? —cuestiono mientras acariciaba donde su novio lo había golpeado.
El rubio hizo un movimiento de cabeza, indicándole al azabache que observara en dirección de su hermano, lo cual hizo.

—Parece que fuera a explotarle el cerebro en cualquier instante —susurro Sai a un costado. Él había visto las señas de Naruto y entendió que pasaba por la mente de Itachi cuando lo observo. Naruto no pudo evitar un risilla.

—¿No van a decirle a él?

Los chicos lo vieron como si le hubiera salido otro ojo en la frente.

—Solo fue una pregunta.

Se encogió de hombros restándole importancia. Lo que provocó un suspiro por parte de su azabache novio, luego sonrió y lo tomo de la cintura. Fue el turno de Naruto para sonreír y rodear el cuello de su chico con los brazos. Se permitió acariciar el cabello de Sasuke, era muy suave a pesar de su peinado de cacatúa.

—Ah, ya van a empezar —Sai se lamento. Lo que llamo la atención de Itachi. El de ojeras alzo una ceja al ver la posición en la que los chicos se encontraban. Pensaba decir algo al respecto, molestar a su hermanito. Pero en cambio solo sonrió—. ¿Podrían, por favor, no meterse la lengua? Es tan incomodo.

Los novios lo ignoraron olímpicamente, lo que hizo que una vena se hinchara en la frente del menor.

—No creo que sea necesario —susurro Sasuke y luego le dio un beso de piquito al rubio, este sonrió por el gesto—. Ya que, cuando vea que Shisui dejo el asunto por la paz —su voz era baja, pues no quería que Itachi lo escuchara—, él también lo hará —esa vez en vez de besarlo de piquito, le mordió el labio inferior suavemente, para luego tomarlo entre los de el y succionarlo de forma deliciosa—. El no cree nada de esto, así que será un alivio si Shisui se olvida de ello.

—Comprendo.

Solo terminó de hablar, y los labios de Sasuke se pegaron desesperados a los de Naruto, quien abrió la boca permitiendo que su novio lo besara como era debido. Con ese toque sensual y deseoso, desesperado pero suave. El azabache lo acercó más a su cuerpo y el rubio se enredo con fuerza de su cuello. Y como Sai había pedido que no hiciera, Sasuke termino de meterle la lengua hasta la garganta a su muy guapo y rubio novio.

—¡Agh! —Sai les dio la espalda, aunque el sonido de sus labios chocando continuaba entrando por sus canales auditivos. Y su tortura duró un par de minutos.

Itachi, aun recostado contra la pared, no podía creer que su hermano fuera tan descarado. Y por lo que había dicho Sai, no era la primera vez que protagonizaban tan tremenda escena. ¡Era increíble! Antes de Naruto, realmente creyó que su hermano iba a quedarse solo toda la vida. Es decir, nadie podía lograr captar su atención. Y no tenía nada que ver si era gay o no, Itachi sabia que en realidad, para Sasuke, el genero no era algo realmente importante…

Pero observándolos en ese momento, Itachi comprendió porque nunca nadie pudo conquistar el corazón de su hermanito. Y eso era porque ya había sido cautivado desde hacia mucho.

—Desde que lo conoció —susurro con una sonrisa tierna. Sai lo escucho y lo observo de reojo y, sin que su primo lo notara, el menor también sonrió.

Finalmente, el beso que compartían los novios, terminó.

Sus respiraciones agitadas y el corazón queriéndoles salir del pecho. Decir que Naruto se sentía acalorado luego de los toqueteos de Sasuke en su cadera, y posaderas tenía que agregar, porque definitivamente le metió mano, era decir poco. ¿Estaba mal hacerlo en un Hospital? No, no, no, la verdadera cuestión era: ¿Estaba mal hacerlo en los baños de un Hospital? Porque bien podía irse arrastrando a Sasuke del cuello en ese momento y encerrarse en un cubículo.

Los pensamientos de Sasuke no eran tan diferentes de los Naruto. Lastimosamente, sus planes no podían llevarse a cabo.

—Ni se les ocurra —Sai dijo. Bastaba una mirada para darse cuenta de la clase de pensamientos pervertidos que cruzaban por sus mentes.

Sasuke se sintió un tanto apenado y sus mejillas adquirieron un tono carmín suave al verse descubierto. Naruto por otro lado, sonrió como un niño cuando lo descubren infraganti en una travesura.

Con esa carita, ¿quien creería que era un descarado lujurioso?

Itachi claramente no, pues estaba con las cejas alzadas y una mirada de incredulidad. Pero tampoco es como si pudiera juzgarlo, ni a él ni a su hermano, pues el ojeroso casi lo hacia con Deidara en la tumba de Mikoto.

Ese era, definitivamente, un completo y más descarado ejemplo de lujuria.

Como fuera. Si iban a estar así, Itachi decidió que no quería presenciar más, pues solo hacia que extrañara a Deidara. A él, a sus exquisitos besos, y ésas firmes posaderas que tanto le gustaban manosear…

¡Demonios! Estaba acalorándose, por lo que sacudió la cabeza despejando su mente. Dejo de recargarse en la pared y se le alejo de los chicos en el pasillo, con rumbo a la cafetería del Hospital.

 

 

Mientras tanto en la habitación de Shisui, al policía las manos le sudaban.

Hacia ya un par de minutos que Naruto había salido y nada ocurría. Las respuestas del rubio le habían dado mucha esperanza, pero en ese momento no sabia que pensar. ¿Y si…? Sacudió la cabeza para despejar su mente. No podían estarle viendo la cara de tonto.

No lo creía, por lo que sabia de Naruto, él estaba seguro de lo que veía, así que el chico no estaba engañándolo respecto a ello. Pero… ¿y si él, Shisui, realmente recordaba cosas que no eran? No, no, no, no, no. No podía estarse poniendo a dudar ahora, no después de como se había comportado con Sai y Sasuke. No por lo que le había dicho a Itachi. No después de las preguntas y respuestas sinceras de Naruto. Además estaba el aroma… era imposible que estuviera imaginándolo.

Pero, en el hipotético caso de que en verdad lo hiciera, ¿era realmente posible una alucinación colectiva de ese tipo? Bueno, quizá sí. Naruto sabia como era el chico peli-azul. Shisui lo había descrito bien y estaba seguro que Sasuke le había dicho a su novio. Así que, si estaba visualizándolo debido a la descripción, ¿era posible incluso sentir un aroma que estaba seguro no había descrito a su primo en ningún instante? Por que no recordaba haberlo hecho, y Naruto había hablado del tercera aroma como si en verdad pudiera olerlo.

Una de dos: o Naruto estaba diciendo la verdad o ya en serio los dos estaban con los cables haciendo corto circuito. Shisui aun tenía la esperanza de que fuera la primera.

Un hondo suspiro salió de sus labios.

Y entonces lo sintió, fue como si ese delicioso aroma golpeara contra su rostro, seguido de una suave caricia contra su mejilla. Un jadeo escapó de su garganta. No pudo evitarlo. Reconoció ese tacto al instante.

—No te asustes —susurraron contra su oído.

El escalofrío que recorrió la espina dorsal del policía al escuchar esa dulce voz contra su oreja, en vez de provocarle incomodidad, fue de alguna forma placentero. Jamás un susurro en su oído le había parecido tan sensual.

¡Joder! ¡Era real, realmente era real! Las dudas se disiparon en un segundo.

Ansioso, giro la vista hacia el costado, pero no vio nada.

—Déjame verte —pidió, suplicó.

¿Qué sucedía con él? No se reconocía en lo absoluto.

—Esta bien, pero no te sobresaltes —esa vez su voz provino del frente, casi justo de en medio de la habitación.

Shisui negó energéticamente con la cabeza una y otra vez. En serio, ¿qué ocurría con él? Parecía un niño impaciente por abrir su regalo el día de navidad.

El Guardián veía a Shisui y le parecían tan lindas sus reacciones; su corazón brincaba en su pecho con cada una de ellas. Un rico calorcito se sentía en sus mejillas. Estaba nervioso, muy nervioso y emocionado. Pero sabiendo que no podía perder más tiempo, había un chico desesperado frente a él y su propio corazón lo estaba, suspiro hondamente llenándose de valor.

Entendiendo que aunque le hubiera pedido que no se sobresaltara, lo haría de forma inconsciente si aparecía de la nada, hizo que un suave brillo recorriera su cuerpo invisible para el policía, formando una silueta de luz que poco a poco dejo de serlo y le dio paso a los colores de su Yukata, a la tez de su piel, al tono de su cabello y a ese hermoso brillo dorado en los preciosos ojos del chico.

Finalmente, Shisui lo tenía frente a él.

Y, ¡ah! Era incluso más bello de lo que recordaba. ¿Era quizá la forma tan sensual en que se mordía el labio inferior lo que le hacia pensar eso? ¿O tal vez ese hermoso sonrojo en sus mejillas y como jugueteaba con sus dedos? Shisui no sabía que lo impresionaba más. Si el hecho de que una persona fuera capaz de volverse invisible, o la belleza que ese chico poseía.

—Yo… lo siento —su voz era tan suave y relajante, dulce—. Perdón por lastimarte de esa forma.

Shisui salió de su embobamiento al escuchar sus disculpas.

—No, no. No te preocupes —alzo las manos en un gesto que indicaba que no había problema con ello—. Para empezar, yo te asuste, por lo que tú solo reaccionaste.

—Sí pero yo... mi reacción fue muy exagerada. Te lastime. Así que lo siento mucho. Perdóname.

Estaba muy apenado y a Shisui eso le pareció muy tierno.

—Esta bien… acepto tus disculpas. Pero a cambio —sonrió de medio lado, en un gesto inconsciente, que fue un tanto coqueto a los ojos dorados del peli-azul—, dime tu nombre.

—¿M-Mi nom…bre?

El peli-negro asintió.

¿Su nombre? ¿Él quería saber su nombre? Hacia tanto tiempo que nadie lo llamaba por este, que hasta ese momento había olvidado de que tenía si quiera uno. El Guardián se sintió sumamente conmovido ante el gesto tan lindo de Shisui al querer saber como se llamaba. entendía que era algo de sentido común el preguntar por el, aun así…

Le parecía algo muy bonito de su parte.

—Eurus.

—¿Eurus?

—Significa: El viento del Este.

Shisui permaneció un momento en silencio, observado el hermoso rostro del Guardián. Su expresión dejaba ver nerviosismo e impaciencia por saber lo que el policía pensaba acerca de su nombre. Shisui se daba cuenta, por ello, se permitió sonreír de una forma que el peli-azul jamás había visto. Había tanta dulzura en su mirada ónice.

—Hermoso —la sonrisa sin borrarse de sus labios—. Dime, Eurus, ¿Cuál es la historia detrás de tan bello nombre?

El peli-azul sonrió con emoción ante lo que Shisui pensaba, y con melancolía por la pregunta hecha. Aun así, su pecho se hincho de felicidad por el obvio interés del peli-negro por saber más de su persona.

—El nombre dado a mi, y el de mis hermanos a ellos, fue otorgado en honor a los elementos y los puntos cardinales.

—Entonces… ¿tienes tres hermanos? —el oji-dorado asintió —. Así que, si tú eres el Viento del Este, en alusión a dicho elemento y punto cardinal, ¿Cómo estarían distribuidos los restantes?

La sonrisa en los labios de Eurus se volvió resplandeciente. No quería que Shisui pensara que era un confianzudo, por ello camino lentamente hasta el borde de la cama solo para estar un poco más cerca de él, pero cuando el peli-negro se movió dándole espacio para que tomara asiento, no pudo evitar subirse del todo a la camilla y sentarse sobre sus piernas flexionados.

El medidor de ternura de Shisui estaba por explotar en su cara.

—Bueno, sin el permiso de ellos no puedo revelar sus nombres. Pero quizá pueda decirte algo con la condición de que no investigues.

—Prometo no investigar —alzo una mano a la altura del hombro dando su palabra, lo que hizo sonreír un vez más al peli-azul.

—Bien… bueno. El nombre de mi hermano mayor quizá y este relacionado con el Fuego y el Norte. Y el de mi otro hermano mayor, pero menor que el primero, tal vez con el Agua y el Sur —Shisui sonrió al ver como los ojitos de Eurus brillaban al hablar de sus hermanos—. Y el de mi último hermano, menor que yo, podría…

—¿Estar emparejado con el Oeste y la Tierra?

—¡Sí!

¡Joder! Eurus era tan lindo. Shisui quería darse contra la pared.

—Me doy cuenta que adoras a todos tus hermanos.

—Si, mucho… —durante un instante, sus ojitos dorados perdieron ese brillo hermoso. El peli-negro sintió la necesidad de abrazarlo, aunque no lo hizo, acaban de conocerse y eso sería tomarse demasiadas libertades con él. Además, quizá y podía volver a asustarlo—. Hace demasiado tiempo que no sé nada de ellos, pero los sigo amando como siempre.

Por sus palabras, Shisui considero no debía cuestionar más acerca de su familia. Pero, al no preguntar él nada más, Eurus tampoco hablo, por lo que ambos se mantuvieron en silencio durante algún tiempo. El policía no creyó que fuera algo incomodo, por su parte continuo observa al peli-azul; le parecía fantástico el solo hecho de contemplarlo. 

El oji-dorado por otro lado, no sabia como lograba controlarse y no temblar como chihuahua. No es que la mirada de Shisui le incomodara, de hecho le hacia muy feliz que no le quitara el ojo de encima. Pero se suponía que Naruto los había dejado solos para que pudiera explicarle las cosas al peli-negro, así  que decidió terminar con ese silencio.

—Yo… veras —Shisui le presto mucha atención aunque, si se distraía observando sus sensuales labios moverse no era culpa del todo suya—. Voy a contarte una… historia. Y luego de ello, tienes que prometerme que no dirás nada.

Shisui se tomo unos segundos para pensar. Tenia una idea de que iba dicha historia ya que Eurus tenía habilidades y era un conocido de Naruto, quien hacia años había dicho que existían criaturas mágicas en el bosque, y aunque luego dejo de hablar de ellas fue imposible que la personas de Konoha lo olvidaran. El peli-negro, entendiendo ahora que Naruto no estaba diciendo tonterías en esos años, sospechaba de porque luego dejo de tratar de que los cidadanos le creyeran. No parecía realmente importarle lo que pensaran de él, así que no se trato de eso. Tuvo que ser algo más fuerte.

—No hace falta —dijo, y el peli-azul se mostró consternado. Podía leerle la mente y saber que quería decir, de hecho, pudo haberlo estado haciendo en todo ese tiempo que llevaba junto a él, pero no quería hacerlo, quería que Shisui le dijera todo lo que pensaba por voluntad propia. Que en verdad quisiera decírselo—. No te ofendas si te pido que no me cuentes esa historia, es solo que cuando le pedí a Sasuke que trajera a Naruto, lo hice porque quería saber de ti, no de ninguna de las criaturas que él ve. Puedo darme cuenta que en realidad que sepan de ustedes no es algo que quieran. Sasuke y Sai estaban dispuestos a no decir absolutamente nada y por ello tuve que amenazarlos un poco —las cejas del oji-dorado se alzaron, eso no lo sabia—. Solo se queda en amenaza, claro, jamás lo haría… lo que trato de decir es que, esta bien si no se nada de las criaturas del bosque, sin embargo, quiero saberlo todo de ti.

Las mejillas del peli-azul se encendieron como luces de neón. ¡Oh, joder! ¡La cara de ardía demasiado! Tuvo que desviar la vista pues estaba demasiado abochornado ante las palabras que Shisui le soltó sin un pisca de duda. Sentía como su corazón golpeteaba con fuerza contra su pecho e incluso lo escuchaba latir en su garganta. Si Naruto no le hubiera dicho del porque se sentía de esa forma, en ese momento estaría muriéndose de la preocupación por no saber que sucedía con él.

—¿Es-Estas seguro?

—Claro. Aunque, por supuesto, tampoco es que no este interesado, es solo que entiendo que quieren proteger a quienes están en el bosque y entre menos personas sepan, mejor. Aclaro que aunque yo supiera, no es como si fuera a decir alguna palabra —no hacía falta que lo dijera, el peli-azul sabía que no lo haría—. Es solo que por el comportamiento de los chicos y el tuyo, considero que se sentirían más seguros si yo no supiera y me relacionara con ellos de ninguna forma.

Lo único que Eurus atino a hacer fue asentir. Las palabras de Shisui eran muy ciertas. Ya se habían asustado demasiado cuando Sai apareció de la nada. En todo ese tiempo en el bosque solo habían tenido contacto con Naruto y entonces ahora estaban incluidos Sasuke y Sai. La mayoría de los habitantes les hacia feliz el tener personas buenas con las quienes hablar, pero algunos otros aun sentían un poquito de miedo aunque no lo dijeran.

Le alegraba mucho que Shisui comprendiera sin necesidad de decirle una sola palabra.

—Y obviamente, no diré nada acerca de ti. No te preocupes.

—Gracias —en sus labios una sonrisa que demostraba como se sentía.

—No hace falta agradecer. Después de todo, se la clase de personas que hay en este mundo. Codiciosas, crueles y despiadadas dispuestas a lo que sea por obtener dinero y poder. No me has dicho nada pero supongo cosas del porque tienen miedo. Seguro es difícil hablar de ello y en parte no quiero escucharlo porque no quiero que hables de cosas que aun duelen.

Eurus esbozo una sonrisita tierna.

—Es muy considerado de tu parte —con cada segundo que pasaba al lado de ese hombre, el peli-azul sentía que ese sentimiento de amor crecía mucho más dentro de su pecho—. De verdad muchas gracias.

Shisui sonrió enternecido.

Ese día había sonriendo más que en todos su años de vida hasta ese momento.

—De nada, supongo —se rindió en aceptar su agradecimiento—. La verdad es que no quiero imaginar que sucedería si todos llegaran a conocer la existencia de criaturas tan… hermosas.

Por un momento, el oji-dorado sintió que solo se refería a él. Sai había dicho que creía que su hermano gustaba de él, ¿seria posible que fuera verdad? Sus mejillas se sonrojaron al pensar en ello.

—Según me dijeron los chicos —dijo, cambiando de tema. Si seguía pensando cosas se convertiría en una manzana por los fuertes sonrojos—, tuvieron una pequeña discusión entre si debían decirte todo o no.

Shisui había entendido del porque del cambio en el hilo de la conversación. La verdad es que lo agradecía, no quería continuar soltando cosas y hacer sentir incómodo a Eurus. Aunque su linda carita sonrojada, que se veía aun más hermosa y él se sentía capaz de observarla por horas, le hacia pensar que más que incomodidad, sentía nerviosismo en un buen sentido.

—Cuando sepan que preferiste no escuchar la historia —continuo hablando el peli-azul—, querrán golpearte —aseguro.

Una pequeña carcajada escapo de los labios de Shisui. Que lo intentaran, el que peor saldría definitivamente no seria él. Lastimosamente para Eurus, a quien le encanto la sonrisa de Shisui, esta no duro demasiado al una punzada de dolor cruzarle las sienes, provocando que su sonrisa se deformada en una mueca contenida. Su entrecejo arrugado sutilmente y sus labios apretados en un línea recta.

Fue imposible que el de cabellos azules no notara el gesto y observara las vendas alrededor de su cabeza un momento, lo que ocasionó que esa estaca de culpabilidad volviera a enterrarse en su pecho. Desvío la vista hacia sus manos; sus dedos jugueteaban entre si.

—¿Duele mucho? —cuestiono en un susurro.

Shisui trato de despabilarse antes de responder.

—No, nada.

—No mientas —alzo nuevamente la vista y, tímidamente, lo observo a los ojos—. Esto te delata —levanto una mano e inclinándose un poco hacia el frente, con el dedo indice toco justo entre las cejas del policía, en su ceño fruncido.

El toque provoco un escalofrío en la espinal dorsal de Shisui.

—Bueno… —carraspeo la garganta—, quizá duele un poco —el peli-azul lo observo con los ojos entrecerrados—. Esta bien… sí, duele bastante. Siento que me va explotar la cabeza —culpabilidad y tristeza cruzo por la mirada de Eurus. Shisui descubrió entonces que odiaba ver esa expresión en tan bello rostro—. Pero no tienes porque sentirte culpable, yo me lo busque al inmovilizarte de esa forma tan brusca.

Sus palabras no obtuvieron el efecto deseado.

—Nuestra magia —dijo, aun sintiéndose culpable pero con las mejillas sonrojadas por lo que estaba pensando—, no es magia curativa. Aunque tenemos formas de calmar el dolor y las heridas del cuerpo sanar. Incluso si dices que no es mi culpa, no puedo evitar sentir que la tengo. Por ello, es mi responsabilidad el sanar tus heridas.

—Y esas formas, ¿no duelen? —su expresión preocupada.

—No tienes que temer, estarás bien.

—Me refería a que si no te duele a ti —el peli-azul contuvo un pequeño jadeo ante el golpe que dio su corazón contra su caja torácica.

La sangre se le fue al rostro al de ojos dorados. ¿Dolerle? De ninguna forma lo haría, todo lo contrario.

Shisui lo vio negar enérgicamente con la cabeza, lo que provocó que suspirada aliviado.

—Entonces no me opongo a que lo hagas.

Y ante el permiso dado por el oji-negro, Eurus quiso salir corriendo. Oh, oh, en primera instancia creyó que podría hacerlo sin titubear. Pero ya en ese instante no sabia si darse contra la pared o reír como poseso por ser tan atrevido. No, no, no, no podía hacerlo. ¡Abortar misión, abortar misión!

Pero… en ese momento no importaba si él se iba a morir de la vergüenza, lo realmente importante era esfumar el dolor de Shisui.

Suspiro hondamente dándose valor.

—En-Entonces… cierra los ojos.

—Okay —hizo lo que se le pidió.

Shisui permaneció inmóvil en su lugar durante algunos segundos. No sentía que estuviera ocurriendo nada así que pensaba abrir los ojos y ver. Sin embargo, justo en ese momento sintió el movimiento sobre la cama, que sin duda el peli-azul provoco, ¿quizá al inclinarse hacia el frente?

El policía paso saliva un tanto nervioso ante lo que podía ocurrir a continuación. No es que tuviera miedo, solo estaba ansioso por saber de que forma, Eurus, podía aliviar su dolor.

Y la respuesta llego a él acompañada de un fuerte estremecimiento y un rico cosquilleo en los labios.

Abrió los ojos queriendo comprobar la fuente de la presión contra su boca, y entonces lo vio. Eurus tenía los ojos fuertemente cerrados, mientras su rostro estaba rojo hasta las orejas y sus labios se pegaban a los de Shisui de forma inexperta e inocente. No se movía en lo absoluto, aunque el policía lo sintió temblar.

El de cabellos negros no se detuvo a pensar en si ese era el método que Eurus había dicho, o si este no existía y solo lo había mencionado como una excusa para besarlo. Aunque ciertamente eran las dos. Pero, como fuera, al carajo pensar. Shisui cerro los y entrevió la boca para poder atrapar entre sus labios el labio inferior del de ojos dorados y succionarlo de forma deliciosa, a la vez que lo tomaba de la cadera.

Eurus se sobresalto por la acción y, por inercia, poso sus manos en los hombros del policía. Quien siento un poco más de libertad y, con bastante facilidad, tiro del cuerpo del más bajito hacía él, permitiendo que quedara sentado sobre sus muslos con una pierna a cada lado de su cintura.

Un pequeño gemidito involuntario escapo de la boca de Eurus.

Acto que envió un escalofrío al vientre de Shisui, haciendo que llevara una mano hasta el cuello del peli-azul y lo pegara más a su boca. Eurus estrujó la tela de la bata de Shisui cuando sintió como algo se abría paso entre sus labios y jugueteaba con su lengua.

Se sintió jodidamente deliciosos.

 

 

Naruto, con la cara asomada en el cristal de la puerta de la habitación, estaba con la mandíbula desencajada.

¿¡Que demonios!?

Solo había sentido un poco de curiosidad respecto a como iba la conversación. Si Shisui se mostraba incrédulo o era todo lo contrario. También quería confirmar si el Guardián no temblaba de los nervios por estar solo frente al policía… ¡Pero entonces se topaba con tremenda escena! ¿¡Como era posible!?

¡Maldito Shisui!

¿¡Cómo se atrevía!?

Una cosa era hablarle bonito, invitarlo a salir, coquetear suavemente. El rubio hubiera estado de acuerdo si las cosas se hubieran llevado a cabo de esa forma. ¡Pero definitivamente no iba a dejar que Shisui se volviera a acercar al Guardián, si tenia el tremendo descaro de meterle la lengua la primera vez que hablaban cara a cara!

Sus intensiones ante tanta insistencia por saber de él, acaban de quedar completamente expuestas. ¡Maldito pervertido! Naruto se arrepentía de pensar que era un gran chico y un buen partido para el Guardián.

El aura que de repente comenzó a emanar del cuerpo del rubio puso en alerta tanto a Sasuke como a Sai, quienes se observaron entre si bastando solo eso para ponerse de acuerdo en que hacer. El de cabello de cacatúa tomo a su novio de los hombros y rápidamente lo alejó de la puerta antes de que entrara en la habitación, mientras el piel de leche se asomaba y veía que ocurría dentro de esta.

—¡Suéltame, Sasuke! ¡Lo voy a estrangular! —Naruto pataleó tratando de liberarse.

—¿¡Que demonios hizo tu hermano!? —el azabache cuestiono a Sai, quien estaba petrificado frente a la puerta.

—Nada malo… solo ganarse el odio de tu novio —y mientras lo decía, observo de reojo a cierto peluche esponjoso que se había mantenido extrañamente en silencio, pero que ahora estaba soltando gruñidos y su pelaje estaba erizado desde sus oreja hasta la punta de sus colas—,y también el de Kurama, por meterle la lengua al Guardián.

—¿¡Que!?

 

 

Dentro de la habitación, Shisui vagamente escuchaba el bullicio de los chicos en el pasillo. No le importaba en lo más mínimo lo que estuvieran hablando y no pensaba concentrarse en saberlo. Había un asunto más importante que requerían su completa atención.

No contaba el tiempo transcurrido, pero sentía que podría continuar disfrutando de esos deliciosos labios eternamente. Lástima que eso no estaba realmente en los planes de Eurus.

Shisui estaba bien, maravillosamente bien un segundo y entonces al otro, de repente, su cuerpo se sentía demasiado pesado.

Un fuerte mareo provoco que deshiciera el contacto que sus labios aun mantenían con los del peli-azul. Encontrándose un poco desorientado, busco la mirada dorada de Eurus, quien le sonrió de forma cálida. Ah, se veía tan lindo con sus mejillas sonrojadas. Shisui sacudió la cabeza tratando de despabilarse, lo que realmente no sirvió de nada.

El peli-azul, aun con sus manos sobre los hombros del policía, ejerció un poco de fuerza en estos, haciendo que se fuera hacia atrás hasta quedar completamente recostado sobre las almohadas.

—¿Q-Que…?

—Tranquilo. Todo esta bien —el tono de voz de Eurus era calmado, dulce, como una suave caricia.

Shisui cerro los ojos con un poco de fuerza. Sus labios estaban calientes, no era insoportable pero tampoco podía solo ignorarlo. Y eso se volvió definitivo cuando ese calor se extendió a cada parte de su cuerpo. Ya no solo se sentía pesado, si no que sus ojos comenzaban a cerrarse sintiéndose somnoliento.

Eurus lo observo unos segundos con ternura, antes de recordar la posición en la que se encontraban. Sus mejillas se colorearon aun más mientras se quitaba de encima de Shisui y se bajaba de la camilla.

Al sentir que se alejaba, el policía extendió la mano, como pudo, y sostuvo la tela del Yukata.

—No te vayas —susurro.

—Tienes que descansar. Te aseguro que cuando despiertes, todas tus heridas habrán desaparecido.

—Eso no me importa —el agarre se volvió aun más débil. Eurus tomo la mano de Shisui que le impedía alejarse—. ¿Volveré a verte?

El peli-azul sonrió conmovido.

—Prometo que sí.

Y con esa promesa clava en su pecho y un beso en su cabello depositado con mucha ternura, los párpados de Shisui cedieron y todo fue oscuridad.

 

Notas finales:

Yyyyyyyyyyyyy eso fue todo.

¿Que tal?

¿Que les pareció?

¿Les gusto?

Espero que sí, pastelitos, me esforce mucho en escribirlo y sería hermoso que les gustara como quedo. 

No sé que carajos decir respecto a lo que sucedió. Hahaha de verdad,  no  tengo nada que decir. Solo que los amo. Aaahh,  y que Eurus, si buscan,  significa: El dios del viento del Este. Pero decidí usar sin el «dios». 

Si el les gusto, y yo espero que sí,  pueden hacérmelo saber por medio de un hermoso y sensual comentario, yo lo leer y responder muy feliz. Y si no les gusto, igual pueden hacérmelo saber,  solo no me insulten mucho que mi negro kokoro siente y sufre aunque a veces parezca que no.

Otros besotes y abrazos para todos. Muchas gracias por continuar leyéndome. Que el ángel me los cuide a todos.

Hasta la próxima.

 


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