SU SONRISA
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Sakura dormía plácidamente en su cama, incluso estaba teniendo un sueño agradable, más que agradable, estupendo. Algo relacionado con Ino, una playa y cosas eróticas… pero lamentablemente, un sonido del demonio la despertó. Se incorporo en la cama, cada parte de su cuerpo parecía crujir, sus cabellos cortos estaban levantados en todas direcciones y su expresión decía que iba a matar a quien sea que estuviera llamando a semejante hora.
Extendió su mano hacia el mueble que estaba junto a su cama, tomo su celular y un le dio un tic en el ojo izquierdo cuando vio de quien se trataba.
—Estaba teniendo un sueño increíble, así que más te vale que sea importante el hecho de haberme despertado, Sasuke, porque te juro que si no, te descuartizo — un aura oscura le rodeo el cuerpo, y su voz sonó siniestra.
>—Son las once de la mañana, Sakura — se limito a responder. Quizá otros tal vez se sentirían intimidados por la peli-rosa cuando esta estaba molesta, pero ese no era el caso del azabache.
—¡Me importa un reverendo rábano la hora que es, yo estaba durmiendo! — Sasuke tuvo que separar el celular de su oreja, debido a lo chillona que se escucho la voz de la chica —. Ya te dije, espero que sea importante.
>—Lo es. Estoy en la puerta, ven a abrir.
Sakura dio un gruñido, cortó la llamada y ha como estaba en ese momento, salió de la habitación y fue a abrirle al azabache, al ingresar, este saludo a la madre la peli-rosa, quien estaba en la cocina.
—Estaremos arriba — le informa la oji-jade.
—Claro.
La mujer les sonrió y ellos fueron hacia la habitación de la chica. Una vez dentro, Sakura se cruzo de brazos y clavo su verde mirada en el azabache.
—Habla — exigió.
Sasuke había estado meditándolo el resto del día anterior, y buena parte de la noche. Pero ahora que estaba ahí, y se suponía que debía pedirle ayuda a Sakura, se pregunto si era buena idea.
¡No!
Por supuesto que era buena idea.
Quería ayudar a un chico que había sido amigo suyo hacia un tiempo, claro que era buena idea el hacer lo que estaba pensando, eran tonterías el dudar ahora. Ya lo había decidió, tenia… quería ayudar a Naruto.
—Tienes razón, Naruto no aceptaría ayuda de ningún extraño.
El seño de la peli-rosa, el cual había estado fruncido, se suavizo y luego alzo las cejas, estudio durante un momento la expresión que tenia Sasuke. Aunque quería aparentar que estaba tranquilo, relajado, ella sabía que en realidad estaba un poco nervioso, la forma en que jugueteaba con sus dedos y mordía su labio inferior se lo confirmaba.
—Realmente te importa mucho ese loquito, ¿No? — más que pregunta, era una afirmación.
El azabache no quería decir que sí, que era verdad. Pero Sakura había confiado en él, le había hablado de su relación con Ino, lo que significaba que confiaba en su persona. Sería injusto si él no confiaba en ella.
—Sí.
Sakura esbozo una pequeña sonrisa, dejo caer sus brazos a sus costados y fue hacia su cama, tomando asiento en el borde de esta; palmeo el colchón en clara señal de que quería que Sasuke tomara asiento junto a ella. El azabache se encogió de hombros y tomo asiento.
—Pero si se trata de ti, quizá si acepte la ayuda, ¿cierto? — el oji-noche asintió. La peli-rosa suspiro —. Bueno… creo que no se pierde nada con intentar — Sasuke dirigió la mirada hacia ella, pues antes estuvo viendo hacia el suelo —. ¿Qué quieres que yo haga?
—Que seas mi coartada, cuando salga de casa.
—Así como tú eres la mía, cuando yo estoy con Ino.
—Exacto.
La peli-rosa lo pensó, la verdad era que no era algo difícil de hacer, solo tenían que ponerse de acuerdo, para saber que decir por si Fugaku o Itachi, llegaban a preguntar.
—Aunque no es tan sencillo — dijo Sasuke, la chica arqueo una ceja —. Padre es… me daría un tiro si llega a enterarse que estoy cerca de Naruto. Lo que quiero decir es que, nadie debe verme junto a él, no basta con decir que estuve contigo, tiene que vernos juntos a nosotros dos. Debe hacer testigos que se lo confirmen a mi padre.
Sakura asintió.
—Comprendo.
—¿Me ayudaras?
—Por supuesto, Sasuke — Le sonrió. El azabache la observo a los ojos unos segundos, luego, una media sonrisita se formo en sus labios —. ¿Y cómo te acercaras a él? — curioseo.
El oji-noche inhalo hondamente.
—No tengo idea — dijo.
Estuvo a punto de volverse loco con ese asunto, nada llegaba a su mente, incluso si decían que él era un chico muy inteligente. Simplemente nada le parecía bien a la hora de intentar acercase a Naruto.
Sakura puso los ojos en blanco. Estuvo a punto de darle un zape al chico, pero entonces se fijo en su semblante, se veía tan afligido respecto a no saber cómo acercarse al rubio. De repente, una idea cruzo por su rosada cabecita. Ella sonrió.
—Que tal, si usas su trabajo como excusa — sugirió la chica.
—¿Su trabajo? — Sasuke parecía confuso — ¿Tiene trabajo?
—¡Por dios, Sasuke! — Sakura estaba indignada — ¿Y dices que el loquito te importa? Sé más yo de su vida, que tú — el azabache se sintió molesto y un tanto avergonzado, molesto por la forma en que la chica llamo a Naruto, y avergonzado porque si, ella tenía razón en que no sabía casi nada de la vida oji-azu ahoral. —. Como sea, trabaja en un Mini-Market en el centro. A veces esta en los pasillos u otras veces caja.
Sasuke lo medito durante un par de segundos, era buena idea.
—Entonces vamos.
—¿Ahora? — Sakura hizo una mueca.
—Sí, ahora.
La chica dio un gruñido, se levanto de la cama y fue hacia su armario, saco una muda de ropa y fue hacia la ducha. Minutos después salió vestida y con el cabello medio húmedo. Fue fácil para ella notar, que Sasuke estaba impaciente por ir a ver al loquito. Se dirigió hacia la mesa en donde reposaba su computadora portátil, busco entre las gavetas y tomo un bolígrafo y una hoja de papel. Guardo las cosas en la bolsa de su pantalón y se giro hacia Sasuke.
—Vamos — le dijo la oji-jade, el azabache se levanto cual resorte.
Salieron de la residencia Haruno, no sin antes decir a la señora de casa a donde se dirigían, y que no tardarían mucho, a lo cual, la señora solo asintió.
En el centro de Konoha, en cierto Mini-Market, un chico de rubios cabellos y azules ojos se encontraban en uno de los pasillos, rellenando los estantes de productos que ya se encontraban medio vacíos. El joven vestía el uniforme del lugar, el cual solo era una playera tipo polo color azul, con su correspondiente logotipo, podía usar cualquier color de jean, así que usaba uno de color negro.
Estaba arrodillado en suelo, limpiando el producto y colocándolo ordenadamente, cuando una persona se detuvo a su costado. No le dio importancia pues seguro estaba buscando algo en los estantes superior.
—Disculpa — dijeron.
Naruto dio un brinquito en su lugar, no espero que le hablasen, tardo unos segundos en responder, pues sentía que esa voz la había escuchado en algún lugar, aunque no sabía dónde. Levanto la vista, y fue en ese momento en que recordó donde la había escuchado.
—Sasuke — susurro.
Ambos se observaron a los ojos durante un tiempo, ninguno de los dos supo cuanto transcurrió exactamente. Hacia tanto que no estaban tan cerca, hacia tanto que no escuchaban la voz del otro. Sasuke sonaba y se veía tan masculino; estaba bastante alto, más que el rubio; su facciones estaban mejor definidas; tenía una mirada tan misteriosa y profunda, sexy. La voz de Naruto sonaba dulce, no como la de una mujer, sino como la de alguien tranquilo; las líneas de su rostro eran suaves; las marcas en sus mejillas hacían que se vería un poco tierno; y sus ojos azules estaban más hermosos que nunca. Ambos pensaron que el contrario estaba bastante guapo.
Naruto se levanto de prisa, se planto frente a Sasuke y entonces le sonrió.
El azabache se quedo sin oxigeno durante no supo cuanto tiempo. Su corazón brinco dentro de su pecho, una sensación tan agradable lo invadió, esa que hacia tanto que no sentía. A sus ojos, Naruto brillaba, destellos habían a su alrededor, flores flotaban junto a él.
Su sonrisa era hermosa.
Deslumbrante.
Cálida.
—¿Puedo ayudarte en algo? — cuestiono el rubio, sin perder la sonrisa.
Sasuke se abofeteo mentalmente, puso su cerebro a funcionar al ciento por ciento y entonces recordó lo que había estado hablando con Sakura antes de que llegar allí. Metió la mano en la bolsa de su pantalón azul, y saco una nota.
—¿Pue… Puedes mostrarme donde están estos productos? — le tendió el pedacito de papel.
El rubio lo tomo y lo estudio durante un par de minutos, al llegar al final de la lista, sintió un pequeña punzaba en el pecho. Arqueo las cejas para disimular; levanto la vista y observo nuevamente al oji-noche.
—Claro — sonrió vagamente — sígueme.
Naruto comenzó a caminar seguido de cerca por Sasuke, este, no podía evitar no despegar sus ojos de la figura del rubio. Su cabellos dorados se veían tan sedosos, el azabache sentido unos grandes deseos de enredar sus dedos en las doradas hebras; sus hombros; su pequeña espalda; su cintura que, a pesar de estar usando una playera una talla mas grande, se notaba que era estrella; y sin duda ese tras… se abofeteo mentalmente y sacudió la cabeza.
Salieron del primer pasillo y Sasuke aprovecho para tomar una canastilla. Durante unos segundos, dirigió la mirada hacia el cristal que daba hacia la calle, fuera, Sakura le levanto el pulgar en señal de apoyo, el azabache solo desvió la vista y continuo siguiendo al rubio.
—Aquí están las palomitas de maíz — dijo Naruto, le estaba dando la espalda a Sasuke, se inclino y tomo un paquete, luego se giro y lo deposito en la canastilla. El oji-noche solo se limito a observar el producto. Continuaron caminando hasta el final del pasillo, entonces Naruto se volvió a detener y tomo algo —. Aquí están los Pringles — retrocedió un par de pasos y tomo algo más — y la bolsa grande de Cheetos — Sasuke asintió.
El rubio camino nuevamente hacia otro pasillo. Sasuke se moría de ganas por hablarle, y se sentía tan estúpido, pues no se le ocurría nada para decir. Habían estado platicándolo con Sakura, pero al tener a Naruto frente a él, sentía que aunque intentara hablar, nada saldría de sus labios. Era tan tonto, él no solía ser así. Siguió el recorrido en la tienda, Naruto continuo dejando cosas en la canastilla, un Jumbo de Coca-Cola incluido.
Hasta que llego la hora de ir a por el ultimo producto de la lista.
Naruto se aventuro hacia otro pasillo, hasta el final. Se detuvo y observo el lugar donde estaba lo que buscaba. El rubio estiro la mano pero antes de tomar el producto dudo… sacudió la cabeza un poco abochornado, pero no tenia porque, Sasuke ya estaba grande él sabía lo que hacía. Lo tomo entre sus manos y giro hacia el azabache. Cuando observo a Sasuke, Naruto arqueo una ceja, pues este tenía una expresión extraña.
—Y aquí están… — hablo el rubio y extendió la mano hacia Sasuke, el oji-noche elevo la vista y observo al chico, y se perdió en esos azules y hermosos ojos —, los condones.
—¿Ah? — dirigió la vista hacia la mano de Naruto, y cuando observo que era el último producto, le dio un tic en el ojo izquierdo.
Maldita Sakura.
Eso le pasaba por no revisar la lista antes de entregársela al rubio. Ya luego vería como se las pagaba. Por el momento, no tuvo más remedio que recibir la cajita morada y dejarla caer en la canastilla. Aunque cuando lo hacía, por el rabillo del ojo observo a lo lejos, hacia el cristal del Mini-Market, al otro lado de este, estaba Sakura mentándose de la risa. Sasuke le dirigió una fulminante mirada.
Pero entonces cayó en la cuenta de algo, su tiempo junto a Naruto ya había acabado, y ni siquiera le había dicho lo que se suponía tenía que decirle. Giro el cuello y sus negros ojos se clavaron en los azules del rubio. Sasuke paso saliva, pues el chico le sonreía.
—Gracias… por la ayuda — dijo el azabache.
—De nada, es mi trabajo después de todo — con voz amable.
—Respecto a es… — dudo. Respiro hondamente y continuo —. ¿A qué hora sal…?
Pero se interrumpió el mismo, pues a lo lejos escucho a Sakura hablar, dirigió la vista hacia ella y la vio conversando con Itachi…
—Ah, carajo — mascullo — Maldita suerte — susurro. De todos los lugares posibles, tenía que aparecerse justamente en allí.
Por fortuna, su hermano parecía no haberlo visto, así que sin perder más tiempo, Sasuke tomo a Naruto de la muñeca y lo llevo hacia un lugar lejos de la vista del ojeroso y engreído Itachi.
El rubio se había percatado de lo que sucedió. Ato cabos rápidamente y no pudo evitarse sentirse un poco mal. Había mucho que le había dejado de importar lo que las personas pensaran de él. Pero un breve momento se alegro de estar cerca de Sasuke, y creyó que el también parecía estarlo. Pero al parecer, estaba equivocado.
—Deberías ir a pagar las cosas, antes de que te veían conmigo — sonrió vagamente.
Sasuke, quien había estado asomando la cabeza para ver que sucedía con su hermano y Sakura, desvió la vista nuevamente hacia Naruto y observo su sonrisa y hacerlo… le dolió, pues supo que era lo que el rubio estaba pensando. Y eso le basto para dejar todas sus dudas de lado.
—¿A qué hora sales de trabajar?
—¿Ah? — Naruto estaba confundido — emm, yo… — observo los ojos del azabache, tan negros, tan profundos —. A las cinco — susurro. Desvió la vista.
—¿Aun sigues amando el ramen?
El rubio levanto la vista y observo el semblante serio que tenia Sasuke. Naruto sonrió.
—Si
—Bien — dijo el azabache —. Emm, ¿Quieres ir conmigo a Ochiruka, después del trabajo?
El oji-cielo se pellizco el brazo, pues supuso que quizá y su subconsciente estaba jugándole una broma, pues solo en sus sueños Sasuke le hablaría de nuevo, y más que eso, lo invitaría a comer ramen. Pero el pellizco dolió, lo que significaba que estaba despierto, muy despierto. Una gran y hermosa sonrisa se formo en sus labios, y Sasuke se quedo sin oxigeno ante ella.
—Es «Ichiraku» — sonriendo —. Pero sí, quiero ir.
Sasuke dejo de lado la vergüenza por decir mal el nombre del local. Pues la felicidad que sintió en ese momento, era más importante que cualquier cosa. Su pecho se sentía tan cálido. Era increíble pensar que con tan solo unas cuantas palabras y una sonrisa, Naruto podía hacerlo sentir tan bien.
—Paso por ti a las seis — dijo.
—¿De verdad? — Cuestiono el rubio — ¿Enserio pasaras por mi? ¿No es ninguna broma o algo parecido?
Incluso si se sentía feliz por la proposición de Sasuke, no podía evitar sentir dudas. Hacía años que ni siquiera se dirigían la palabra, y hora repentinamente se acercaba a él y lo invitaba a comer. Era extraño.
Por su parte, Sasuke comprendía las dudas del rubio.
—Si… pasare por ti. No es ninguna broma.
Amos se observaron a los ojos durante unos segundos, entonces el azabache sonrió de medio lado, y fue el turno de Naruto para quedarse sin aliento. ¡Joder! Cuando había extrañado esa sonrisa.
—Okay — susurro el oji-azul —. Estaré esperándote.
—Bien, aamm… — bajo la vista y se dio cuenta que en todo ese tiempo, había estado sujetando la muñeca del rubio. No quería soltarla, aun así, lo hizo, inmediatamente su mano se sintió fría —. Hasta entonces.
Giro sobre sus pies y cruzo los pasillos hasta llegar a la caja, en el estacionamiento observo a Sakura, Itachi continuaba junto a ella, y también estaba otro chico. Pago las cosas, excepto los condones, pues los dejo perdidos a propósito, en lugar. Antes de salir del Mini-Market giro la vista hacia atrás y sus ojos buscaron a Naruto. Lo vio sonriendo un pasillo antes de los frigoríficos, el mismo lugar donde había estado acomodando productos. Sasuke también sonrió.
Lo primero en su lista ya estaba hecho.
Salió y fue hacia la peli-rosa y el idiota de Itachi. Su sonrisa se borro completamente, dándole paso a su ceño fruncido.
—Sasukito — dijo Itachi, se notaba feliz. El mencionado hizo una mueca de desagrado ante la forma en que el ojeroso lo llamo.
—No vuelvas a decirme así — gruño.
—¿O qué? — le reto.
Sasuke lo observo unos segundos, pero luego suspiro. No le apetecía para nada pelear con su hermano en ese momento. Se giro hacia Sakura y hablo.
—Tengo todo, vamos — dijo.
—Emm, de hecho — la peli-rosa se notaba nerviosa —. Itachi se ofreció a darnos un aventón.
—¿En qué? — cuestiono el azabache, pues que el recordaba, el ojeroso no tenia vehículo.
Entonces reconoció quien era el otro chico que estaba junto a su hermano. Shisui, un primo de ambos un par de años mayor que Itachi. Shisui trabajaba junto a Fugaku, el chico por cierto tenía un automóvil negro.
—¿No deberías estar en la jefatura? — le cuestiono a su hermano.
—Es medio día, Sasuke. Me permiten salir a almorzar — volteo a ver a Shisui y luego regreso la vista hacia Sasuke —. Pasábamos por aquí cuando vi a Sakura, supuse que estaba contigo y como bien sé, no tienes nada para transportarte, y me parece injusto que una chica tan linda como ella, tenga que caminar — la peli-rosa no pudo evitar sonrojarse. Joder, que tenia novia, pero ni ella podía negar que Itachi era jodidamente sexy.
Sasuke entorno los ojos hacia su hermano, no se fiaba de su repentina amabilidad.
—Solo es un aventón, Sasuke — hablo Shisui, por primera vez.
El mencionado volteo a ver a su primo, el mayor era alguien bastante amable, así que supuso que, en realidad, fue él quien dijo que los llevaría, y no Itachi, si era así, sería una grosería rechazar la buena voluntad de su primo.
—Está bien — acepto.
Itachi sonrió.
Los cuatro se subieron al auto y Sasuke le indico a Shisui, cual era la dirección de la casa de Sakura, pues le habían dicho a la madre de esta, que estarían ahí para el almuerzo. Los primeros minutos de camino, ninguno dijo nada, pero entonces Itachi giro hacia los asientos traseros y se le quedo viendo a Sakura.
—Y que, ¿ya son novios? — interrogo.
La peli-rosa no pudo evitar un carmín en sus mejillas, Sasuke se carcajeo internamente.
—No es de tu incumbencia, Itachi — le dijo a su hermano.
—Entonces eso significa que estas disponible — volteo a ver a la chica.
Shisui observo a Itachi por el rabillo del ojo, alzo una ceja y luego observo a Sakura, por el espejo retrovisor.
—amm, etto… yo.
—No lo está — respondió Sasuke. Pues era cierto, Sakura tenía novia.
Aunque el azabache menor comprendía porque Sakura estaba tan colorada, hubo un tiempo en el que estaba totalmente colgada de Itachi, y que estuviera cuestionando ese tipo de cosas la hacía sentirse abochornada.
Itachi volvió a sonreír.
—Es una pena — dijo, luego tomo asiento correctamente y permaneció en silencio durante el resto del camino.
Cuando llegaron a casa de la chica, los menores agradecieron a Shisui e ingresaron rápidamente en la residencia Haruno. La madre de la chica ya los esperaba para almorzar.
Tiempo después, se encontraban en la habitación del peli-rosa, ambos chicos estaban recostados en la cama, hombro con hombro, viendo hacia el techo. Permanecían en un cómodo silencio, hasta que Sakura lo rompió.
—No le digas a Ino, lo que paso con tu hermano — exigió.
—No iba a hacerlo.
Se quedaron nuevamente en silencio.
—¿Y cómo te fue con el loquito?
—No le digas así — frunció el entrecejo.
—¿Cómo te fue con Naruto?
—Iremos a comer Ramen — respondió sin despegar la vista del techo.
—Odias el ramen — dijo Sakura.
—Pero Naruto lo ama.
Y entonces algo hizo «Click», en la rosadita cabeza de Sakura, y se sintió estúpida por no haberlo notado antes. Se incorporo en la cama con rapidez, se quedo de pie frente al cuerpo de Sasuke y lo señalo con un dedo.
—¡Te gusta! — grito.
El azabache se sentó en la cama, observo el rostro de su amiga y analizo las palabras de esta.
—Claro que no — desvió la vista.
—¡Ay, eres tan obvio! — gruño.
—Estás loca — afirmo.
Y contrario a lo que Sasuke pensó que Sakura diría, ella simplemente comenzó a carcajearse, lo cual era escalofriante, pues la peli-rosa sonreía igual que una hiena con toz. La chica se lanzo boca abajo sobre la cama y su risa se escucho ahogada debido al colchón, aun así, se retorcía sobre este.
—Definitivamente estás loca.
—Y a te gusta el loq… Naruto — se corrigió.
Sasuke la observo unos momentos, luego él también se dejo caer sobre el colchón, observo nuevamente el techo y permaneció en silencio durante un rato, antes de responder.
—No es eso — dijo —. Yo… simplemente quiero acercarme a él, quiero ayudarlo. Y la forma en que puedo tener su atención, es por medio de las cosas que a él le gustan. Eso es todo.
—Por supuesto — ironizo la peli-rosa.
—Piensa lo que quieras.
—Lo hago — ahogo una sonrisita.
Sasuke rodo los ojos. No tenia caso discutir con Sakura.