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It's not crazy por RoronoaD-Grace

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Notas del capitulo:

Holaaaaaa...

¿Como estan hermosas y preciosas criaturas? Yo esperó de todo corazón que muy bien.

Jsndkdkd lo sé, me tarde mucho, y de verdad lo siento. Cuando digo que noe gusta hacerlos esperar lo digo en serio, pero por más de alguna u otra razón, siempre termino haciéndolo, y lo siento... De veras. XD.

Podría darles excusas, pero no valdrían nada pues ya los hice esperar y decirlas no lo cambiara. Así que, en cambio, no voy a entrenerlos porque se que quieren leer.

A quienes me dejaron su hermosa y sensualon comentario: Neji_hyuga, Misaluna, Itery (love you, woman), yumin45, Martina y Kurumi-san. infinitas gracias y besotes para ustedes. Se les quiere mucho, a ustedes y a todos mis bellos lectores en general.

Los personajes le pertenecen al increíble Masashi Kishimoto-sama. Por los posible horrores ortográficos, dos mil disculpas. Ya saben que soy bien pendeja. 

Sin más que decir excepto que, espero por el ángel que el cap sea de su agrado, los dejo leer.

 

 

Pd: Mis títulos de capítulos son adorables.

 

 

 

FUCK

xxxxxxxxxxxxxxx

 


—Aléjate unos quince metros —Gaara le pidió a Sai.

El peli-rojo estaba sentado en una gran roca, a la orilla de la Laguna bajo el imponente árbol en el centro del claro, y el de piel lechosa se encontraba a su lado. El chico arqueo una ceja sin comprender del porque tan repentina petición, hacia un momento estaban hablando muy animados acerca de algunas festividades que se aproximaban en el cuidad, y ahora su novio se encontraba demasiado serio.

—¿Por?

—Solo hazlo…

El peli-negro se llevo una mano a la barbilla, en pose pensativa.

—No lo sé, ¿me conviene?

Gaara desvío la vista unos segundos, se veía nervioso. En sus mejillas había un suave carmín que lo hacia verse muy lindo a ojos de Sai.

—Espero —murmuro.

Una pequeña sonrisa se dibujo en los labios del peli-negro.

—Esta bien.

Dicho y hecho, se alejo la distancia que Gaara le había pedido. Sai lo observo cerrar los ojos durante unos segundos, luego los abrió de par en par. Pareció un poco asustado, luego nuevamente nervioso, la forma en que mordía suavemente su labio inferior se lo hizo saber al de ojos negros.

—¿Qué sucede? —le cuestiono alzando un poco la voz debido a la distancia entre ellos. El peli-rojo no respondió, en cambio hizo un gesto con la mano, indicándole que nuevamente se acercara. Otra sonrisita se formo en los labios del menor, pero un vez más acató la petición—. ¿Si?

—Quítate… tu playera.

—Uh, tenía mis dudas, pero quizá y sí me convenga — guiño un ojo y sonrió de forma coqueta.

Gaara enrojeció antes las cochinadas que de seguro estaba pensando Sai. Y no hizo falta que le reclamara por esa mente pervertida, puesto que las miradas fulminantes por parte de los hermanos y hermanas de este, que estaban también a las orillas de la laguna, hicieron al Sai sudar frío y retractarse.

—Solo… solo quítatela, dámela y vuélvete a alejar, ¿sí?

El peli-negro acepto y así lo hizo. Una vez más a quince metros de distancia, pero descubierto de la cintura para arriba, Sal observo a Gaara colocarse su playera, luego cerrar los ojos y un brillo más que conocido, rodearle todo el cuerpo. Finalmente, cuando desapareció, vio a su novio de pie en medio de la roca donde antes había estado sentado.

En el primer instante, el de ojos aguamarina se desequilibro, por lo que Sai se apresuro a ayudarlo…

—¡No te acerques! —Gaara alzo el brazo con la palma hacia el frente—. Sólo quédate allí… yo llegare hasta ti.

Las cejas de Sai se levantaron y sus labios se abrieron un poco. Estaba sorprendido. No creía en lo que Gaara estaba diciéndole. Sabia de sobra, pues su novio se había encargado muy bien de hacérselo saber, que amaba su cola y el agua, y que sus piernas no eran algo que le gustara realmente usar. Así que, verlo dando un paso tras otro, con una sonrisita tímida y un sonrojo en sus labios, además de que llevaba puesta su playera, fue una de las escenas más bonitas que había tenido el privilegio de ver hasta el momento.

Sai también amaba la cola de Gaara, era larga, fuerte, hermosa. Pero esas piernas que lo sostenían mientras se acercaba a él eran… perfectas. Recubiertas por una linda piel y un aspecto que te incitaba a tocarlas, acariciarlas de arriba hacia abajo. Eran tan provocativas, tan sensuales.

Todo Gaara era provocativo y sensual con cada paso que estaba más cerca de él. Y si Sai pudiera verse con los ojos de Gaara, se hubiera dado cuenta que había estado sonriendo como idiota todo ese tiempo, pero incluso así, continuaba viendo muy atractivo. Su torso descubierto, esa piel tan blanca motivaba al peli-rojo, incluso más de lo que ya lo estaba, a continuar su recorrido y terminar de acortar la distancia entre ellos.

Finalmente, cuando estuvieron cara a cara, ambos con sonrisas tontas en sus rostros, tardaron algunos segundos en decir una palabra.

—¿Quieres…? —comenzó a cuestionar Gaara y luego se interrumpió. Inhalo hondamente antes de continuar—. ¿Quieres que vayamos juntos a esas… festividades?

La expresión de asombro en la cara de Sai fue monumental, y luego también lo fue su sonrisa.

Él abrazo fuertemente a Gaara por la cintura, después lo alzo en el aire y comenzó a dar vueltas con él en sus brazos hasta que el rostro del peli-rojo cambio a verde, azul. Solo para luego ponerlo una vez más en la gramilla, tomarlo de las mejillas y juntar sus labios con los de él. El mareo del de ojos aguamarina se fue volando y le correspondió por completo a Sal.

Cuando se separaron, Sai sonrió ampliamente una vez más mientras respondía:

—¡Eso sería estupendo! Me encantaría.

Gaara sonrió suavemente con las mejillas sonrosadas.

 


El aura que rodeaba a Eurus era de colores vivos, cálidos, alegres y sobre todo, de mucho amor. La sonrisa en su rostro era imborrable y dejaba corazones flotando donde sea que pasara, o al menos daba esa sensación. Tarareaba una canción que destilaba romance y él danzaba conforme el ritmo con sus ojos cerrados.

Aqua, sentada en una roca grande a la orilla de la poza de agua que era su hogar, sonreía mientras aplaudía alegremente cada giro que daba el Guardián. Y así mismo, las cinco hadas de multicolores cabellos suspiraban soñadoras por tanto amor desprendiendo del aura del peli-azul. Algunas otras criaturas que se encontraban también en el lugar, sonreían con mucha ternura al verlo.

Los habitantes del bosque no sabían a que se debió su decaimiento, pero ahora estaban muy felices de que estuviera tan contento y que esa hermosa sonrisa dibujada en sus labios no desapareciera. O al menos la mayoría lo estaba…

Porque lo que eran Naruto y Kurama habían tenido un humor horrible, según Sasuke, esos últimos tres días luego de la visita al hospital.

—De alguna forma debí esperarlo —comento el rubio.

Ellos se encontraban sentados en la gramilla a unos metros de distancia de donde Eurus mostraba su felicidad y Aqua aplaudía encantada de la vida.

—No entiendo porque estas tan molesto —Sasuke a su lado, dijo—. Dijiste que no te gustaba verlo tan triste. Además de que él esta enamorado de mi primo.

—Sí pero… tu primo se aprovechó de eso y lo beso.

—Míralo —pidió, pues Naruto lo observaba a él en ese momento—. Al Guardián no parece importarle si así fue. Pero tu sabes y yo sé, que Shisui le corresponde.

—No puedes estar realmente seguro de eso —dijo enfurruñado.

—Bueno —Sasuke se encogió de hombros—, es fácil de suponer si estos últimos tres días no ha parado de enviarme mensajes preguntando por él.

Naruto torció los labios, el Guardián también le preguntaba si Sasuke no le había dicho nada respecto a Shisui, pues no se sentía con el valor como para ir a verlo… al menos por el momento.

—Pero, si es así… al menos lo hubiera cortejado —susurro bajito—. El Guardián es romántico por naturaleza. Yo quería que lo tratara de una forma que lo hiciera suspirar.

—Yo lo veo suspirando a cada rato —ante su comentario, Naruto lo fulminó con la mirada.

—Shisui es un aprovechado.

—Pero si no hubiera querido, pudo haberse negado y ya. Así que el Guardián también quería.

—¡Ah! ¡Pero claro que se aprovecho de él! —Sasuke alzo una ceja y se cruzó de brazos, esperando una explicación coherente—. Por el golpe que recibió, el cual ambos sabemos que fue jodidamente fuerte, era tonto pensar que Shisui no sintiera como si un auto le hubiera pasado encima. Así que, el Guardián tuvo que haber notado el dolor que sentía y obviamente se sintió muy culpable. Eso nos lleva a que también se sintió en la obligación de esfumar su dolor. Y fue lo que seguramente hizo… ¡y entonces Shisui se aprovecho de ello! ¡Y sabiendo lo culpable que el Guardián debía de sentirse supo que accedería incluso si no quería!

—Ah, o sea, ¿dices que le dijo que le dejara meterle la lengua?

—¡Sí! Bueno… no exactamente —su novio le dirigió otra vez esa miradita con la que solía pedirle que se explicara—. La forma en la que el Guardián se llevo el dolor de tu primo, fue juntando sus labios con los de él. Se podría decir que de esa manera el daño lo absorbió él, aunque sin tener repercusiones en su cuerpo —Sasuke tenía que admitir que se sorprendió Y de alguna forma estaba comenzando a pensar que Naruto tenía razón.

¡Por supuesto que no!

—Shisui simplemente reacciono como reaccionaria cualquiera ante un beso —respondió con total seguridad.

—¡De ninguna manera! —Naruto estaba indignado completamente—. Las veces que lo ha hecho conmigo, simplemente me he quedado quieto, tranquilo hasta que finaliza. ¡Tu primo se aprovecho de su gran corazón!

El asombro fue más que notorio en la expresión de Sasuke: las cejas alzadas y los labios entreabiertos. Fue imposible que no hubiera reproducido una imagen mental de dicho acto que su novio acaba de revelarle.

—Bueno… él reacciono así porque le gusta —sacudió la cabeza para alejar las imágenes que no dejaban de llegar a su mente—. Y el guardián parece encantado de la vida con que las cosas se dieran de esa forma —Naruto torció los labios en un gesto de completo disgusto, pero no dijo nada—. Ahora bien, tengo algo que decir respecto a tú y el Guardián besándose —el rubio dio un brinquito al no haberse esperado las palabras de su novio. Su expresión ahora se veía nerviosa, pues se mordió el labio inferior y desvió unos segundos la mirada—. Estoy indignado, celoso y de alguna forma... excitado.

Naruto enrojeció, ofendido… ¿Cómo se atrevía Sasuke a pensar cochinadas del que era como un padre para él?

—Ustedes los Uchiha son todos unos descarados.

—¿Disculpa? —una mano sobre su pecho, dramatizando—. Es tu culpa por poner las imágenes en mi mente.

Naruto se cruzo de brazos, molesto.

—Como si con una disculpa fuera a perdonarte.

El azabache sonrió con divertida ironía.

—No es que te haya pedido disculpas por ello.

El rubio le dirigió una fea mirada a su novio, luego volteo el rostro hacia un costado muy dignamente.

—Suficiente tengo con el pervertido de tu primo, como para que tú también estés pensando cochinadas — sus labios se retorcían en muecas de fastidio—. Tú y tu gente son todos unos verdaderos descarados.

Sasuke apretó los labios en una línea recta. Más que molestarse por la actitud del rubio, le divertía mucho esta. Su novio le había dicho que el Guardián era como un padre, un hermano, un amigo… pero el único que parecía un padre sobreprotector era Naruto. Y Kurama, había que agregar, quien también se encontraba en el lugar muy enfurruñado y soltando gruñidos unos metros alejado de ellos. Sasuke sabía exactamente su posición ya que veía la gramilla aplastada.

—A ver… —alzo las manos pidiendo la palabra—. Por favor dime, ¿Quién fue el que le dijo a quien que, aunque no pudiera, que le hiciera todos los hijos que quisiera?

Finalizada la cuestión, Naruto dio un pequeño saltito en su lugar, lo que provoco que el azabache se mordiera el interior de las mejillas y prestara suma atención a la respuesta que daría. Y no fue el único, puesto que Kurama dejo de hacer su berrinche y alzo bien las orejas por las cosas que estaban hablando esos dos.

—N-No recuerdo.

Sasuke, aun con los labios en una línea y conteniendo la carcajada que quería escapar de su garganta, alzo las cejas aun más divertido que antes.

—Ah, pero mira… que conveniente.

Con un lindo pucherito en sus labios, Naruto volteo a verlo. Oh, se veía tan adorable que el azabache estuvo a casi nada de lanzársele encima y violarlo. Se controló solo porque Kurama era capaz de ahogarlo en la poza de Agua de Aqua.

—Bueno… —comenzó el rubio, como quien no quiere la cosa—, quizá no todos los Uchiha son unos descarados.

La risa que Sasuke había estado conteniendo, al fin fue liberada. Él se dejo ir de espaldas quedando recostado un momento sobre la gramilla, carcajeándose por la actitud de su adorable novio. Luego, cuando lo escucho refunfuñar una vez más, volvió a incorporarse sólo para tirar de él y abrazarlo fuertemente.

—Eres tan lindo —dijo, mientras continuaba apapachándolo y restregándose un poco a su cuerpo.

—Lindo es tu trasero… —susurro el rubio.

—Gracias, pero tu lo eres más.

—Dices eso porque no te has visto de espaldas —empujo el pecho de su novio para que así pudieran verse a la cara—. Hablo de que en serio tu trasero es muy, muy sexy —se mordió el labio inferior y alzo una ceja de forma sugerente, para que su chico entendiera que hablaba en serio. Sólo que esto provoco que el azabache pensara que se veía muy erótico en ese momento.

—Ah, no —Sasuke dijo, en una especie de gruñido excitado —, el único aquí que es jodidamente sexy eres tú.

—Bueno, sí —guiño un ojo, coqueto—. Pero más sexy es tu p…

«Su conversación esta a punto de hacerme vomitar». Kurama quería cortarse las orejas. No podía creer que en verdad estuvieran teniendo ese debate. ¿Cómo es que habían pasado de estar discutiendo acerca del pervertido de Shisui, a estarse coqueteando? Los únicos descarados allí eran ellos.

Al de negros cabellos le dio un tic en el ojo izquierdo.

—Silencio zorro rastreugh…

Más no alcanzo a terminar bien la frase, pues en el momento en el que Sasuke se giro en dirección que suponía, Kurama se encontraba, algo choco con violencia contra su rostro haciendo que se fuera de espaldas hacia la gramilla.

Kurama se carcajeó de lo lindo.

«¡Que excelente puntería!».

Naruto le grito a Kurama por su osadía, luego procedió a ayudar a su novio y ayudarlo a reincorporarse. El rubio trato de no reírse, pero el punto rojo justo entremedio de las cejas del azabache se le hizo de lo más gracioso. Desde luego, Kurama sí que tenia una gran puntería, además de que le había dado con una pequeña bellota.

Era cierto que a él no le gustaba que esos dos pelearan a cada que tenían oportunidad, pero se le hacia muy tierno. Esto porque conocía muy bien a Kurama y sabía que esa era su forma de decir que apreciaba a Sasuke. Después de todo, cuando ellos se conocieron, Naruto y el zorro, no es que este hubiera sido precisamente el más amable de todos al principio. Incluso al rubio se la puso difícil.

Pero, claro, todo sería más fácil si solo dijera lo que sentía desde un principio.

—No te pases a su bando, traidor —dijo Sasuke, mientras acariciaba donde ese desgraciado Zorro rastrero había osado golpearlo.

El rubio cubrió sus labios rápidamente, pero era obviamente era muy tarde. Sasuke se había dado cuenta de sobra de que se había reído de él.

—Lo siento.

Su novio le dirigió una mirada inquisidora con los ojos entrecerrados, luego se encogió de hombros y sonrió. Siempre era hermoso ver la preciosa sonrisa de su rubio amor.
—Un beso y estarás perdonado.

Desde luego, Naruto no se negó. Al contrario, sonrió con picardía y procedió a cumplir la petición de su sexy azabache con cabello de cacatúa.

Sasuke escuchó refunfuñar a Kurama y decir una retahíla de maldiciones. ¡Era tan jodidamente divertido molestar a ese Zorro! No se carcajeó en ese momento solo porque su atención estaba en disfrutar de los deliciosos labios de su rubio. Y, por supuesto, meterle la lengua hasta la garganta. Algo en lo que Naruto, desde luego, no se quedaba para nada atrás.

Los besos que compartían eran muy sensuales y exquisitos. Sasuke no podía quedar satisfecho y siempre quería más y más. Y esa no era la excepción. El movimiento de labios y el sonido era muy excitante. El chocar de sus lenguas y el jugueteo entre ellas lo incitaban a hacer más, mucho más que solo comerse la boca. Pero tenía que controlarse, estaban en la posa de agua de Aqua, en presencia de la nereida, del Guardián, las hadas y otras criaturas más. Y por supuesto, de Kurama.

Y este ultimo sin duda alguna lo destriparía si osaba intentar ir más allá con Naruto, estando en su presencia.

Esa era la idea, controlarse, pero eso se fue por un tubo con el delicioso sonido que salió de los labios del rubio en forma de gemido, cuando le mordió exquisitamente el labio inferior. El pensamiento se le nublo y lo único que tenía en la cabeza era que debía hacerlo suyo en ese instante.

Continuo besando a Naruto, cada vez más apasionado, y poco a poco fue colocándose sobre su cuerpo hasta ambos quedar recostados sobre la gramilla. En el calor del momento, el azabache se acomodo entre les piernas de su novio y coló una mano por debajo de su playera. El rubio gimió y tiro fuerte del cabello de cacatúa de su oji-negro, lo que provoco que este gruñera de forma deliciosa.

El beso se volvió aún más ardiente y ahora no solo Sasuke manoseaba, pues Naruto libero el cabello de su novio y dirigió ambas manos a las posaderas del chico, apretujándolas y atrayendo a Sasuke aun más a su cuerpo. Pegándose, restregándose…

Se sentía tan rico. Naruto tenía el cuerpo muy caliente, específicamente una parte más que otras. ¡Joder! Sasuke besaba delicioso, sus labios cosquilleaban exquisitamente por los mordiscos y succiones que el azabache le daba... No podía no gemir. Las caricias de sus manos eran deliciosas. El movimiento que hacia sobre su cuerpo, frotándose con un sensual movimiento de caderas, simplemente lo llevaba a la locura.

El rubio movió el rostro ligeramente al su novio liberar sus labios y dirigirse hacia su cuello, lamiendo su piel y mordiendo suavemente, succionando. Lo escuchaba suspirar y gruñir mientras continuaba agarrándole el trasero para pegar más sus entrepiernas. Mientras, las manos del azabache se paseaban por debajo de su playera, jugueteando con sus pezones.

Sus azules ojos se abrieron de par en par, y un fuerte gemido escapo de sus labios cuando Sasuke llevo ambas manos a su cintura, estrujándola, y sin dejar de lamer y succionar su cuello, hizo un movimiento de cadera simulando una penetración. Eso término por encenderlo completamente.

Pero lo que vio al tener abiertos los ojos, apagó esa calentura de golpe.

Sasuke estaba muy excitado. Su mente sólo pensaba en el cuerpo que yacía bajo suyo, la sangre en sus venas era como fuego liquido. Quemaba, el amor y deseo que sentía por Naruto quemaba. Quería poseerlo, hacerlo suyo, sentirse uno en cuerpo y alma. Tanto, que no meditó ni le dio importancia a la mano, aparte de las del rubio que estaban sobre su trasero y que ya no apretujaban, que se poso sobre su espalda y lo sujeto de la playera.

—No te atrevas —escucho entonces decir a su novio.

Sintiéndose un tanto desconcertado y creyendo que le hablaba a él, el de negros ojos libero el cuello del rubio y clavo sus irises en el rostro de este. Pero Naruto no lo veía a él, si no a alguien más que parecía estar justo detrás del azabache.

Sasuke hizo el amago de dirigir la mirada hacia el punto que su novio observaba, pero antes de que esto se llevara acabo, lo que fuera que estuviera detrás de él tiro con fuerza del agarre que mantenía en sus prendas. Cuando Sasuke se llego a dar cuenta, ya se encontraba siendo lanzado en el aire con tremenda fuerza, directamente hacia la posa de agua.

La sensación de ser alzado de forma tan repentina y abrupta, se comparaba con el sentir de vértigo al subirse en el rascacielos. Sus ojos se abrieron de para en par y sintió como si su corazón se detuviera durante un instante, sólo para que luego sus latidos volvieran con una aceleración espantosa. El grito que salió de los labios del chico fue de sorpresa y terror. Seguramente todos en el bosque lo escucharon, puesto que grito alto, fuerte. Como su vida dependiera de ello. Y mientras iba en el aire, vio y también escucho gritar a su rubio novio, igual o quizá más espantado que él.

Cuando cayó en el agua, lo hizo completamente de espaldas, dolió. Se sintió como cientos de alfileres incrustándose en su piel al mismo tiempo. Lo que provoco que sus músculos se agarrotaran y no pudiera salir a la superficie de inmediato. Pero en el momento en el que lo hizo, observo como su querido novio nadaba hacia él. No tardó nada en llegar, y sin decir alguna palabras, se apresuro a ayudarlo a llegar a la orilla.

Una vez en esta, se tendieron en la gramilla boca arriba. El pecho de ambos se movía con cierta rapidez hacia arriba y hacia abajo. Luego de los hechos, todo había quedado en completo silencio, a excepción del agua al caer. El Guardián ya no tarareaba la melosa canción en su mente ni Aqua aplaudía por ello. Todos los presentes prestaban completa atención a lo que sucedería a continuación.

En el como reaccionarían Sasuke y Naruto.

Se habían esperado que el primero en explotar fuera el rubio, pues la indignación por su parte debía ser tremenda. Kurama y él eran muy unidos y seguro era horrible que se comportara de esa forma con el chico de quien estaba enamorado. Luego, Sasuke seguro soltaría su retahíla de insultos hacia el Zorro. Así que, definitivamente no se esperaron la carcajada que escapo de los labios de Naruto.

Cubrió su boca y trato de reprimirse, pero le hacia tanta gracia que al final solo dejo que esa diversión saliera sin contenerse.

—¡Lo siento, lo siento! —dijo, con las manos moviéndose de arriba hacia abajo con rapidez, mientras observaba al azabache a los ojos. Estaban uno junto al otro y por el aura que desprendía, sabia que no estaba muy feliz por su reacción.

Sasuke se incorporo en su lugar y giro medio cuerpo, casi inclinándose sobre su novio. Contemplo sus azules irises durante un instante, sus ojos brillaban y esa hermosa sonrisita en sus labios, mostrando un poco los dientes, le quedaba preciosa pero, ¿¡como se atrevía!?

—¡Casi muero! —le dijo a su chico, con exageración e indignación—. Casi muero y a ti te causa gracia —dramatizó.

—¡De verdad lo siento! —Sasuke le dirigió una mirada fulminante, pues si lo sentía, esa sonrisa que permanecía en sus labios decía absolutamente todo lo contrario—. De verdad lo siento —le dijo haciendo un gran esfuerzo por calmarse—. Es sólo que… tu grito —y una nueva carcajada escapo de sus labios—, ¡Gritaste como chica aterrada!

—¡No grite como chica! —la indignación aumentaba en el azabache, así como el rojo en sus mejillas.

Sus manos formaron puños y su entrecejo se frunció a la vez que apretaba y torcía los labios. ¡Era increíble! ¡Jodidamente inaceptable! Estaba molesto, indignado, y se sentía como idiota al su novio reírse en su cara en vez de defenderlo por lo que ese Zorro rastrero se había atrevido a hacerle. Pero, sin embargo, el enojo fue algo que realmente no le duro demasiado, pues la hermosa, preciosa y deslumbrante sonrisa en esos deliciosos labios que poseía su novio, simplemente le encantaba.

Le encantaba tanto que en menos tiempo del esperado, se encontraba con una mano sobre su frente mientras, al igual que su rubio, se reía de lo que recién acaba de suceder.

—¡Por un momento de verdad creí que iba a morir! —sus palmas extendidas casi a la altura de sus hombros.

—¡Lo sé, lo vi en tu cara! ¡Estabas aterrado!

—¡No! Tu estabas aterrado al pensar que perderías a tu sexy novio.

—Ah sí —el rubio emitió en un gruñido seductor—, eres jodidamente sexy.

—Pero más sexy eres tú. Te ves tan ardiente con la ropa mojada y pegada al cuerpo.

Y antes de darse cuenta, ya estaban nuevamente comiéndose la boca y metiéndose la lengua hasta la garganta. Sin olvidar los manoseos subidos de tono.

—¡No puede ser! —un grito histérico de una sensual voz—. Ustedes son increíbles. Tendré que lanzarlos a ambos al agua a ver si así se les baja la calentura que tienen.

Los chicos dejaron de besarse.

—¡Cállate, Kurama! —Naruto tenía un puchero en los labios cuando giro el cuello—. ¡Vuelve a tu forma de Zorro, o al menos cúbrete con algo, y lárgate de aquí!

—¿Q-Que? ¿Forma de zorro, cubrirse con algo? —consternado, Sasuke busco con la mirada no sabía que. ¿Alguien sin nada encima talvez? Pero como siempre, no vio nada.

La voz de hacia unos segundos definitivamente se parecía a la de Kurama, aunque también había una ligera diferencia. El sonido era un poco más agudo, y estaba falto de cierta agresividad. En vez de escucharse con un adulto gruñón, parecía un adolescente colérico cambiando de voz. Añadido a eso estaba la percepción, pues esta no había resonado en su mente, si no que provenía de tan solo uno o dos metros de distancia de donde se encontraban. Además ¿volver a su forma de Zorro? ¿Qué no siempre tenía esa forma porque era uno? Sin saber que pensar, busco la mirada de su novio pidiendo una explicación.

Pero este no lo veía, si no que tenía los ojos fijos en un punto del bosque, como si viera a la nada.

—¡Sí me voy, pero es porque ya no quiero seguir viéndolos! —Entonces Sasuke observo como la gramilla era aplastada, con un poco de violencia, en escasas partes formando un pequeño rastro que se alejaba más y más de ellos. El chico parpadeo repetidas veces no sabiendo que decir—. ¡Calenturientos, descarados! ¡Acaban de deshonrar a todos sus antepasados! —continuó chillando el Zorro en la lejanía—. ¡Es un ultraje al hogar de Aqua! —Los gritos cada vez más difíciles de escuchar conforme la distancia aumentaba. Pronto, nada más llagaba a los canales auditivos de los que habían presenciado la escena.

Hubieron unos segundos de silencio antes de que la conversación se retomara.

—¿Qué rayos fue eso? —fue lo único que se le ocurrió preguntar al azabache.

Naruto simplemente le dirigió una sonrisita haciéndose el inocente.

 


Era el día libre de Itachi y pensaba aprovecharlo de la mejor manera.

Su padre no estaba en casa, Sasuke se había largado a ver a Naruto y Sai no tenía idea de donde podía estar, aunque quizá y se hubiera ido junto con Sasuke, con eso de que últimamente estaban de muy amiguitos. El caso era, que tenía la casa para él solo, o mejor dicho, para ellos solos. Su novio había insistido en quedarse y ver películas, pues seria mas cómodo y tranquilo estar sin nadie a su alrededor, y por supuesto que él no iba a desaprovechar la oportunidad.

Dei y él se encontraban en ese momento en la sala, viendo televisión. En la mesita del centro, estaba una caja de pizza medio llena y una botella plástica con gaseosa, así como dos vasos completamente llenos. En la Tv se estaba reproduciendo una película de ciencia ficción… ¿o era de acción?

Aunque, bien podía ser la mejor porno de la historia e Itachi en realidad no le estaría prestando ni la más mínima atención. Su total y absoluta concentración se encontraba en esos suaves y dulces labios de los que era dueño su novio, y que a él, por supuesto, tanto le encantaba morder, succionar. En un principio, la idea había sido acurrucarse y disfrutar de la película, la pizza y la bebida… pero entre caricia y caricia una cosa llevo a la otra, hasta que en ese momento Deidara estaba sentado sobre los muslos del peli-negro con una pierna a cada lado de estos, mientras sus dedos se enredaban en los negros cabellos de Itachi, así como este tenía las manos en la cintura del rubio, y le estrechaba y manoseaba sus posaderas.

Los besos fueron subiendo de intensidad a cada segundo, junto con el manosea. Antes de darse cuenta, las prendas habían volado lejos y ellos estaban completamente desnudos en el sofá. Moviendo sus caderas, frotándose, gimiendo, jadeando, disfrutando de las sensaciones y de las caricias sobre sus virilidades. Besándose como si un mañana no existiera, moviendo sus labios de forma sensual, enredando sus lenguas entre ellas.

Un fuerte jadeo escapo de sus labios cuando el orgasmo llego a ellos, sus cuerpos sudorosos y sus respiraciones agitadas. El corazón de ambos revoloteaba bruscamente dentro de sus pechos. Guardaron algunos minutos, Dei aún sobre las caderas de Itachi y abrazado a su cuello mientras el peli-negro se abrazaba a su cintura, esperando que los espasmos desaparecieran por completo de sus cuerpos.

Luego, viendo a su novio directamente a los ojos, Itachi dijo:

—¿A mi habitación?

—Por supuesto.

Ambos sonrieron cómplices antes de que el rubio se quitara de encima del pelinegro y este se levantara del sofá. Solo para que luego Deidara se lanzara y se abrazara a él cual Koala e Itachi lo sostuviera muy bien de los glúteos. Y así, abrazados, desnudos y frotándose con cada movimiento, subieron a la habitación de Itachi a terminar, como se debía, lo que habían empezado en la sala.

Allí, dejaron libre toda su pasión y lujuria. Se amaron como y tanto quisieron. Jadearon, gruñeron, gimieron sin restringirse. El constante sonido del golpeteo de sus cuerpos y el crujir de la cama no dejaba nada fuera de la imaginación al otro lado del pasillo.

Una vez satisfechos y, por supuesto, muy exhaustos, Itachi los cubrió hasta la cintura a ambos, después se acurraron uno frente al otro. Estuvieron unos minutos besando suavemente, muy diferente a antes. Esta vez se tomaron su tiempo, se saborearon con lentitud y calma, con ternura e infinito amor.

—Tengo una duda —confeso Itachi luego. La cabeza del rubio reposaba sobre su pecho y hacia circulitos con el dedo sobre su piel. El peli-negro, a su vez, le acaricia lentamente la cintura.

—Dispara —lo alentó.

—¿Por qué decidiste darme la oportunidad de conocerme?

Deidara se tardo un momento en responder. Luego sonrió decidiendo que no hacia falta ni era necesario el mantenerlo oculto. Levanto el rostro y lo vio los ojos.

—Te escuche hablando con el novio de Sasuke… —dijo—. Ya sabes, el loquito. Naruto.
Itachi alzo las cejas, notablemente sorprendido, esa vez que le pidió a Naruto hablar, creyó y estaba seguro que nadie los había visto o escuchado. Nunca se había alegrado tanto de estar equivocado.

—Escucharte hablar de ello me hizo comprender del porque de tu comportamiento. No significa que lo aprobara, pero entendí porque lo hacías —se inclino hacia el frente y depósito un pequeño besito en los labios de su novio—. Se que no fue correcto, pero quería saber si realmente eras un idiota o no.

—¿Y que tal?

Dei sonrió, altanero.

—Oh, pero por supuesto que lo eres —dijo—. Tuviste que hacer todas esas estupideces en vez de decirle como te sentías —hizo un movimiento de cabeza, negando con fingida decepción—. Eres tan idiota.

Itachi se hizo el ofendido antes de sonreír despreocupadamente.

—No puedo debatirlo —acepto.

Luego poso la mano en la parte trasera del cuello de Dei para atraerlo a su labios y besarlo como correspondía, y no el poquito que este le había dando antes. El rubio río entre el beso pero correspondió feliz de la vida. Cuando se separaron, Dei, con una hermosa sonrisa en el rostro, observó los hermosos y completamente negros ojos de Itachi. Estos brillaban preciosamente pero, de un instante a otro, ese brillo desapareció. Y lo que vio en ellos hizo que también su sonrisa se esfumara.

Observó como, lentamente, los párpados de Itachi se abrieron de par en par, y como sus labios, un tanto hinchados por tantos besos dados, se entreabrieron. En su mirada había sorpresa, incredulidad y hasta miedo… como si acabara de ver a la mismísima muerte directamente a los ojos. Sin saber que esperar, Deidara giro sobre si y dirigió la mirada hacia el lugar donde Itachi tenía fija la vista.

En el marco de la puerta, estaba Uchiha Fugaku, con los brazos cruzados sobre el pecho y una seriedad en el rostro que le helaba la sangre a cualquiera. Sus ojos veían a Itachi, pero luego estos se movieron y su mirada se clavo con dureza en los azules irises de Dei.
Un terrible escalofrío le bajo por la espalda al rubio y lo hizo dar un pequeño respingo. Apretó los labios evitando que un jadeo de sorpresa saliera de estos, sintió la garganta resecársele y el oxigeno escapar de sus pulmones. Su corazón se detuvo un instante, solo para después escucharlo latir con fuerza en su garganta. Sintió a Itachi estremecerse a su lado, y después posar una mano sobre la suya y estrecharla con un poco de fuerza. Podía sentir la tensión desbordando de él.

Fugaku volvió la vista a su hijo.

—Hablaremos en la noche —dijo, con esa gruesa e imponente voz—. Cuando abra la puerta, quiero verlos a los tres sentados en el sofá —y no hizo falta que explicara de quienes estaba hablando, Itachi, e incluso Deidara, lo supo de sobra.

Luego se dio la vuelta y se marcho.

Dei, muy lentamente, giro y volvió la vista hacia su novio. Itachi noto sus azules ojos asustados y que el tono de su piel era más pálido que antes. Supo que iba a decirle incluso antes de que dijera alguna palabra.

—Lo siento —susurro—. Lo siento.

Itachi lo abrazo fuertemente y de forma protectora.

—No es tu culpa.

—Yo insiste en que nos quedáramos aquí —temblaba levemente.

—No es tu culpa.

—Sasuke va a odiarme… —sollozó.

—No es tu culpa —Itachi lo tomo de las mejillas y beso sus sienes de forma tierna—. Se iba a enterar tarde o temprano. Sasuke y yo se lo íbamos a decir… esta bien, no es tu culpa.

Sus azules ojitos derramaron pequeñas lágrimas, las cuales Itachi limpio con infinito cariño y dulce ternura. Deidara se abrazo a él muy fuertemente mientras gimoteaba, y por supuesto que su novio le correspondió.

 

Notas finales:

Yyyyyyyyyy eso fue todo. 

 

¿Y que tal? 

 

¿Qe les pareció?

 

¿Les gusto?

 

Usnxlsmdodmflemf FUCK. Hahahaha. 

 

Quisiera decirles muchas cosas, pastelitos de limón, pero nah.

 

Yo espero y el capítulo les haya gustado. Ya saben que pueden hacérmelo saber por medio de un hermosa, lindo y adorable review (no me maten que se quedan sin fic). Y si no, igual pueden hacérmelo saber, solo no me insulten mucho que mi negra alma se agrieta... Y no quieren verme con el alma destrozada. 3:)

 

Muchas gracias por continuar leyendo. Que el ángel me los cuide muuuchoooo. Besoste su abrazotes de oso de para todos ustedes. 

 

¡Hasta la próxima! 


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