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It's not crazy por RoronoaD-Grace

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Notas del capitulo:

Holaaaaaa....

¿Como están bellas y hermosas criaturas? ¿Yo espero de todo kokoro que bien? Primero que nada... ¡Aaahhg, lo sé! ¡Sé que me quieren descuartizar por tardar tanto! Pero es que... Surgieron algunas cosas y no pude publicar antes. Pero de verdad siento mucho hacerlos esperar tanto. De verdad. Segundo... ¡Los amos, bellos lectores!

A quienes leyeron el capítulos anterior, y quienes me dejaron su sensual y hermoso comentario: Misaluna, Itery, Narusing, SotenSama, Paulaebss, Neji_hyuga, sasu-naru, Camiluz17  y Karychan, mil gracias y cientos de abrazos y besos para ustedes. Los amodoro.

Los personajes son propiedad del fantástico Masashi Kishimoto-sama. Por los posibles horrores ortográficos (y sé habrán muchos pues ya no miro por el sueño), dos mil disculpas. Lo leí, pero de verdad ya no doy.

Sin más que decir excepto que, espero por el ángel que el penúltimo cap sea de su agrado, los dejó leer. 

 

CENA

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—Estoy nervioso —Naruto acepto, mientras se mordía las uñas de la mano derecha.

Sasuke sonrió ante tal confesión.

La verdad era que lo había notado desde la primera uña que desapareció de su mano izquierda. Eso y que no se había estado quieto ni un solo segundo desde que fueran a la sala. El azabache había pensado, por un momento, que haría una zanja en esta, pues caminaba de un lado hacia otro sin parar. Le había sugerido que tomara asiento, y el rubio lo había hecho, pero entonces sus pues se movían sin descanso hacia arriba y hacia abajo una y otra vez, por lo que volvió a ponerse en pie. Su nerviosismo era contagioso, y el de cabello de cacatúa se había mantenido sosegado solo porque sabía que todo iría bien.

—Te va a amar —le dijo, para trata de calmar un poco sus nervioso. Además de que lo creía sinceramente.

—Debí haberme puesto otra ropa… tu estas muy sexy.

Naruto lo observo de pies a cabeza: utilizaba zapatos y un pantalón de vestir color negro, una camisa color granate con las mangas arremangadas hasta los codos y los dos primero botones estaban fueran del ojal, haciendo que mostrara parte de su clavícula. Tenía un aire formal, pero descuidado, realmente muy sexy.

El de ojos azules, por otro lado, tenía puestos unos converse negro con blanco, un jean azul marino, junto con una camisa negra de manga corta, aunque esta no se notaba pues llevaba sobre si un suéter de cuello en «V» igualmente negro. El color oscuro hacia resaltar su cabellera besada por el sol y sus irises de cielo. Estaba muy guapo a ojos de su novio, y este no había podido evitar clavar sus negra mirada en las posaderas de su chico. El jean le quedaba de maravilla en esa zona, por lo que había tenido una excelente visión del trasero de Naruto. Y, oh joder, le habían dado tremendas ganas de darle una nalgada y luego darle duro contra lo que estuviera cerca… pero se contuvo.

—Tonterías, estas muy violable —Sasuke le guiño un ojo, coqueto.

Naruto, de forma inconsciente, se lamió y luego mordió el labio inferior. Oh, dios, su azabache en serio estaba guapísimo.

—Uf, hace demasiado calor aquí —dijo, abanicándose con su mano.

Ante ese gesto, Sasuke sonrió. Y su sonrisa era salvaje y seductora.

Luego, con la agilidad y velocidad de un felino, ya se encontraba sujetando a su novio de la cintura y plantándole tremendo beso. Naruto suspiro aferrándose a la camisa del azabache mientras este le acariciaba sensualmente los labios con la lengua, y conducía las manos hacia sus posaderas solo para apretujarlas. Lo que provoco que un gemidito escapara de la garganta del de ojos azules, y eso era música para los oídos de su novio. Sus lenguas se encontraron en sus bocas calientes y húmedas, y se sumieron en una danza sensual y erótica que le hizo temblar las piernas a Naruto. El calor aumento y la sangre en sus venas corrió de prisa, su corazón martilleaba fuerte contra sus oídos. Sasuke soltó un ronco gruñido cuando el rubio enredo los brazos en su cuello y tiro de sus cabellos hacia atrás. Ah, como le encantaba que hiciera eso.

Continuaron besándose y saboreándose, soltando suspiros y suaves jadeos, hasta que el aliento les faltó, entonces tuvieron que separarse. Se observaron a los ojos, sus irises estaban brillosos y sus mejillas levemente coloreadas.

Se sonrieron con cariño.

—Ustedes son tan calenturientos.

El rubio y el azabache dieron un bote en su lugar, se alejaron unos centímetros y dirigieron la mirada hacia el dueño de la voz.

Sai los observaba con ojos entrecerrados mientras negaba con la cabeza. Él estaba sentando en los peldaños al pie de las escaleras. Había querido ignorar a su primo y el novio de este, haciendo cualquier cosa con su celular, pero esos dos eran simplemente imposibles de dejar de lado. Era tan incomodo estar cerca de ellos cuando se ponían en plan lujurioso. Prácticamente, se olvidaban de todo y de todos cuando empezaban con sus coqueteos subidos de tono.

Kurama, mejor que nadie, lo sabía.

—Como si tu no le saltaras encima a Gaara —Sasuke estaba seguro de ello.

Su primo se mostró indignado y ofendido, pero fue Naruto quien le dio un codazo en las costillas al azabache. Este dio un quejidito y volteo a ver a su novio con una expresión que delataba lo traicionado que se sentía.

—Tu primo es buen chico —aseguro el rubio antes de que el de cabellos de cacatúa abriera la boca—. Se porta muy bien con Gaara —Sasuke dirigió la mirada hacia Sai, incrédulo; el de piel leche le dio una miradita de superioridad—. Incluso él me ha dicho que cuándo hace aparecer sus piernas, ya que se muestra completamente desnudo, Sai desvía la vista como muestra de respeto hacia su persona, y luego le ayuda a cubrirse.

Sasuke emitió un ruidito con sus labios. Un ruidito lleno de burla. Pero se abstuvo de decir lo que pensaba de Sai respecto a la información que su novio acaba de darle, puesto que este le dijo con una mirada afilada, que cerrara la boca. A lo que Sai se burló de él con otra sonrisita.

—Como sea —hizo una mueca de fastidio con los labios—. Si al caballero le incomodan nuestras muestras de afecto, puede marcharse —con un gesto de la mano le dijo: «Shu, shu».

Sai puso los ojos en blanco, luego guardo su celular en el bolsillo de su pantalón y después se puso de pie.

—Me voy, no porque tu lo digas —aseguro—, si no porque se me da la gana y ya.

—Sí, sí… ya vete —Sasuke lo echo con otro gesto de manos.

Su primo lo fulminó con la mirada. De haber sido el mismo Sai que era cuando recién acaba de llegar, hubiera estado muy colérico desde hacía mucho, pero había cambiado y no era debido a Sasuke. Desde ese primer día en el bosque, ya no había vuelto a ser el mismo.

El chico se dio la vuelta, subió las escaleras y pronto desapareció en el segundo nivel.

De Naruto no haber estado observando el atractivo rostro de su novio, no hubiera notado la sonrisita cariñosa que se le dibujo en la expresión por unos segundos mientras veía el lugar por donde su primo se había marchado.

Naruto sonrió con dulzura.

—Bien, ¿en que estábamos? —Sasuke lo tomó de la cintura y lo pego a su cuerpo; la sonrisa cariñosa había sido remplazada por una traviesa. Y el de ojos azules se mordió el labio inferior a la vez que correspondía con una sonrisa igual.

—Pues… ¡No! ¡Alto! —Poso las manos en el pecho de su novio y lo empujó suavemente—. Nada de estar de lujuriosos en la sala de tu casa. ¿Acaso tan rápido se te olvido lo que le sucedió a Itachi y Deidara? Porque a mi no… lo ultimo que quiero es que tu padre nos encuentre desnudos en el sofá. ¿Te imaginas el bochorno?

—No sera el caso, al parecer.

Un escalofrío le bajo por la espalda al rubio a la vez que soltaba un gritito. Un temblor involuntario le recorrió el cuerpo a Sasuke, erizandole todos los vellos del cuerpo. Ambos giraron sobre sus talones, solo para observar a Fugaku con los brazos cruzados sobre el amplio pecho y una expresión estoica. Vestía un traje negro con una camisa blanca y corbata también negra; lucía terriblemente alto e imponente, intimidante. A un costado del hombre se encontraba Itachi, vistiendo muy similar a Sasuke, sólo que él tenía una camisa color azul oscuro; y Deidara que utilizaba, al igual que Naruto, una camisa pero esta era de un color celeste cielo, y tenía las mejillas encendidas, había que resaltar.
Toda una gama de tonos de rojo danzaron en las mejillas de Naruto.

¡Oh, por la madre!

¿Podia alguien, por favor, darle un tiro en medio de las cejas?

Deidara lo habría hecho con mucho gusto de haber tenido un arma en las manos, pues entendía perfectamente como estaba sintiéndose Naruto. Oh, joder, lo entendía tan bien, que no estaba seguro de como era siquiera posible que hubiera estado en el mismo automóvil que su suegro no hacia mucho, e incluso, en ese momento, tenerlo tan cerca.

Era tan vergonzoso y, para susi mala suerte, nunca podría olvidar como Fugaku los encontró.

—Se-Señor como lo siento —Naruto sentía sudor frío bajarle por las sienes—. No piense que soy un irrespetuoso o algo por el estilo, no quiero que tenga una mala impresión de mi. Es solo que… su hijo es un lujurioso.

—¿¡Que!? —Sasuke le dirigió una mirada de genuina incredulidad—. ¡Eras tu quien me estaba provocando!

—¿¡Yo!? ¿¡En que momento hice algo así!?

—¡Oh! —El azabache soltó un gruñido—. Cuando te mordiste y lamiste el labio inferior de esa forma tan sensual en la que lo haces. Sabes que me encanta. Desde luego fue una clara invitación.

Naruto lanzo una exclamacion de indignación total.

—¿¡Que!? —El rubio no podía creer lo que escuchaba—. Bueno… quizá y sí hice dicho gesto. ¡Pero no lo hice adrede! ¡Estaba muriéndome de los nervios y fue de forma inconsciente!

—¡Ah! Pero bien que no te hiciste del rogar cuando te metí la len…

Un carraspeo de garganta por parte de Fugaku los hizo desviar su atención. Entonces, al caer en la cuenta de la escena que estaban protagonizando, las mejillas de ambos se calentaron y encendieron como un volcán haciendo erupción. Su sonrojo fue monumental.

Itachi deseó poder grabar tan increíble espectáculo. Pero hubiera sido muy bajo de su parte, puesto que ni Sasuke ni Naruto se habían burlado del como su padre los encontró a él y su novio. Lo cual había sido peor, mucho peor que la escena ante sus ojos.

Deidara los observaba con empatia.

—Oh, dios —Naruto deseó ser una ser una avestruz para poder enterrar la cabeza en el suelo—. Lo siento tanto —sus ojos brillaban por la pena contenida—. Que vergüenza con usted —terminaba de salir de una situación vergonzosa y ya estaba metido en otra. Los nervios eran el peor enemigo del mundo.

Ojala la tierra se abriera baja sus pies y se lo tragara.

Pero para sorpresa de los cuatro chicos, y espanto también, Fugaku tan solo soltó una suave carcajada. Naruto río nervioso sin saber como reaccionar ante ello.

—Tranquilo —dijo el hombre—. Después de como encontré a Itachi y Deidara, supuse que debía esperar cualquier cosa y no alterarme por ello —eso y el hecho de ver esa nueva faceta en la personalidad de su hijo menor. El chico callado que no mostraba sus expresiones había desaparecido, dando paso a ese nuevo Sasuke. No. Dando paso al verdadero Sasuke, pues quien era antes tan solo era una mascara. Máscara que él le había obligado a utilizar. Pero ahora podía ser quien en verdad era, y todo gracias a Naruto… tenía tanto que agradecer a ese niño—. Esto no es alarmante. No te preocupes.

Deidara tuvo el impulso de salir corriendo en ese instante, sus mejillas están tan rojas como la sangre y sus ojos abiertos de par en par. Itachi, por su lado, se mordió por completo el labio inferior y se obligo a no mostrarse más afectado que eso.

Entonces otra risa resonó en las paredes de la sala, pero esta provenía de la garganta de Sasuke.

—Eso, definitivamente, fue peor —dijo, sin dejar de so reír. Su hermano y Dei lo fulminaron con la mirada, mientras Naruto le daba un codazo en las costillas—. ¿Qué? Es cierto.

—Sí, pero guarda silencio —Naruto se percató entonces que ahora las miradas negra y azul de los chicos estaban puestas, fulminantes, en él—. Lo siento —completamente apenado.

Fugaku observo a sus hijos. Ellos eran tan distintos a como siempre pensó que eran. Sasuke mucho más que Itachi. Su hijo menor se veía tan alegre y feliz, la sonrisa en sus labios y el brilloben sus ojos le sentaba hermoso… se parecía tanto a Mikoto. Jamás iba a perdonarse por lo que les había hecho pasar, sus pequeños retoños; no podía volver en tiempo y cambiar sus acciones, pero podía intentar compensarlos. Y definitivamente lo haría.

—¿Porque mejor no pedimos la cena? —Sugirió Itachi para ya de una buena vez cambiar de tema.

—Por supuesto —su padre estuvo de acuerdo. Saco el celular para ordenar a domicilio.

Naruto se sonrojo sin que nadie lo notara, excepto Sasuke, quien le dio un suave empujoncito con el hombro. El rubio le sonrió, se mordió el labio y luego inhaló hondamente.

—De hecho… —dijo, logrando que todos pusieran su atención en él. Se escucho el suave murmullo de una voz al otro lado de la linea del teléfono de Uchiha padre. Pero él veía a Naruto—. Espero que no le moleste que me haya tomado el atrevimiento de hurgar en su despensa, y haya puesto patas arriba su cocina preparando la cena.

Fugaku colgó la llamada a la vez que alzaba las cejas, gratamente sorprendido.

—Desde luego que no —una pequeña sonrisa en sus labios.

El novio de su hijo menor suspiro. Al parecer, en verdad había pensado que se molestaría por ello. Debían pensar que era un tremendo ogro si realmente su personalidad los hacia dudar en algo como eso. No los culpaba, pues hasta hacia no mucho, realmente lo era.

—Padre, tienes que probar su comida —una sonrisa le adorbana el rostro a su hijo menor—. ¡Es el manjar del cielo!

Las mejillas de Naruto se encendieron como un foco.

—N-No seas exagerado —le dio un puñetazo suave en el brazo a su novio. Sasuke sonrió mientras se acariciaba el brazo, el golpe no había sido tan suave después de todo.

Bueno, quizá y si estaba exagerando un poco, pero, sin duda, la comida que preparaba su novio era para chuparse los dedos.

Deidara los observó pensando en que, si de verdad la comida de Naruto era tan deliciosa como Sasuke aseguraba, iba a ganarse mucho puntos con el suegro. Dei lamento profundamente no saber ni preparar siquiera agua hervida. Itachi, percatándose de por donde iban los pensamientos de su novio, lo abrazo por el cuello y lo pego a su cuerpo, luego le besó la sien y susurro en su oído.

—Aun si pudieras… siempre preferiría tenerte a ti en mi cama, completamente desnudo, y comerte entero —Deidara sonrió sonrojado.

Uchiha padre observo a su hijo mayor y la pareja de este de soslayo. Luego volvio la mirada hacia Sasuke y Naruto. Los cuatro parecían absortos en su propia burbuja, abstraídos en nada más que su pareja. Y era lindo, pensó Fugaku, sus hijos sonreían genuinamente y se veían felices. Deslumbras y muy enamorados. No creyó que volvería a verlos sonreír tan radiantes, pero lo hacia, y por más que se lamentara, no era por él. Era por esos rubios, por su presencia y por sus sentimientos hacia ellos.

De ninguna forma podía separarlos. Y, aunque existiera la manera, no lo haría.

—Entonces —dijo el hombre, obteniendo la atención de los menores. Estaba feliz por ellos y todo ese asunto, pero no podía negar que se sintió un tanto fuera de lugar al ser flanqueado por las dos parejitas—, ¿Pasamos al comedor?

Los cuatro asintieron, y se pusieron en marcha.

Cuando Sasuke llego con Naruto para informarle de como había ido todo con su padre, el rubio había sentido que el alma se le caía a los pies al ver la expresión de su novio. Estaba completamente serió, sus ojos vacíos y turbados, y las manos le temblaban pegadas al cuerpo. Pensó en lo peor, y se sintió terrible. Literalmente, le había soltado toda clase de insultos a Sasuke, refiriéndose al padre de este. No tenía idea de que había pasado, que le había dicho a Sasuke, pero odio a Uchiha Fugaku con todo su ser por poner, de nuevo, esa expresión en el hermoso rostro de su novio.

Pero luego, Sasuke hacia estallado en carcajadas y lo había abrazado como si quisiera pegar sus cuerpos y firmar uno solo. Y lo había besado sin reparó, robándole el aliento y haciendo que sus huesos se volvieran de goma.

—Te amo tanto —le susurró contra los labios y después continuo besándolo, aferrando a su cintura para mantener el contacto al máximo e impedir que su novio se desparramara todo por el suelo de madera, derretido de amor y pasión.

Continuaron besándose por no supusieron cuanto tiempo, pero cuando se alejaron, Naruto sentía que flotaba sobre una suave y esponjosa nubecita. Sus ojos achinados y la sonrisa tonta en sus labios hicieron dudar a Sasuke un momento, de si no le habían hecho corto circuito los cables en la cabeza.

—Tú —le dijo el rubio mientras lo tomaba de la playera, se mordía el labio inferior y se le volvía a restregar—, besas tan rico —su tono de voz y su expresión, sumamente sensual.

Y esa había sido la primera vez que profanaron la mesa de la casa de Naruto. Algo que Kurama se esforzaba por no recordar. El trauma audiovisual lo atormentaba cada vez que cerraba sus ojos. A pesar de sus esfuerzos por impedir que los chicos profanaran la mesa, fueron inútiles ante la lujuria.

—Padre me pidió que te invitara a una Cena en nuestra casa. Quiere conocerlos formalmente a ti y a Deidara —Sasuke informó luego de que terminaran con lo suyo, sus cabellos y ropas revueltas. En una esquinita, Kurama se balanceaba de atrás hacia adelante, sentado en sus cuartos traseros. Aunque, claro, el azabache no podía verlo.

Naruto había abierto los ojos de par en par. Ello y lo despelucado de su cabello y ropas arrugadas le habían hecho ver muy gracioso, o quizá un poco aterrador. Pero más aterrado estaba él por la información rebelada. Una cena. ¡Oh, dios! ¡Una cena con el suegro! Había comenzado a sudar frío y temblar como gelatina… el efecto Uchiha Fugaku haciendo de las suyas.

Sasuke había procedido a explicarle muy bien como había ido todo. Lo que cambio mucho la expresión de su novio e hizo que se alegrara por él y le diera un fuerte abrazo. Su azabache se merecía siempre lo mejor.

Estaba demasiado nervioso, pero sabía que era algo a lo que de ninguna forma podía negarse. Hablaron con Sasuke respecto a la fecha para la que estaba programada, y si debía vestir formal o como, a lo que él le dijo que tan solo fuera el mismo. Y así, entre ansias y nervios, Naruto había sufrido esperando dicha cena. Hasta que esta llegó. Y una vez en casa de Sasuke, los nervios aumentaron, aunque se esfumaron un poquito al su novio sexy recibirlo con una sonrisa encantadora y un beso delicioso. Pero, luego, los nervios volvieron y era por eso que, viendo de un lado yacía otro, noto algo importante.

—¿De verdad sera aquí la cena? —le cuestionó a su novio. En ese momento, ambos se encontraban en la cocina, pues él había querido un poco de agua.

—Sí, claro.

—¿Y quien la preparara? —según Sasuke le había dicho, ninguno podía cocinar. Y aunque el azabache le había preparado algo un par de veces en su pequeño pero acojedor hogar, un emparedado podía hacerlo cualquiera o eso pensaba, no era nada realmente muy elaborado.

—Ah, supongo que padre pedirá algo a domicilio.

Naruto arrugo el entrecejo. La idea llego en un instante.

—Si ese es el caso… ¿Qué tal si mejor la preparo yo?

A Sasuke le brillaron los ojos.

—Esa… es una magnifica idea.

La imagen mental llego a Sasuke en un santiamén. Estaban solos en casa, pues Sai había ido a ver a Gaara. Lo que significaba que podía convencer a Naruto de cocinar sin nada encima más que un delantal. ¡Oh! Su lívido grito eufórico. Se imagino observándolo desde atrás, teniendo la perfecta visión de sus posaderas completamente expuestas. También se vio comiendo antes de tiempo y no precisamente comida. Sin embargo, Naruto le bajo la calentura en un instante al echarlo de la cocina, para poder cocinar con total concentración. La decepción en la expresión de Sasuke podía guardarse en una botella de cristal.

Naruto entonces había procedido a revivisar todo para ver con que ingredientes contaba. Para su rospresa, la despensa estaba muy bien surtida. Con una sonrisa en los labios y una firme decisión en sus azules ojos, se dispuso a preparar una deliciosa cena. Mientras lo hacia, Sasuke se hizo el vago en el sofá frente al televisor. Nada más podía hacer, pues su novio no le permitía ingresar en la cocina. Sai hizo su aparición justo cuando Naruto salio anunciando que había acabado. Al ver a ambos primos, no le costo nada obligarlos a que le ayudaran a acomodar todo en el comedor.

Lo demás era historia…

Hubo una fiesta de aromas deliciosos en las fosas nasales de tanto Dei, Itachi como Fugaku nada más ingresar en el comedor. Añadido a ello estaba el espectáculo que sus ojos les mostraron. La boca les salivó ante la delicia puesta sobre la mesa. Y Sasuke podía jurar, sin ninguna pizca de duda, que vio saborearse los labios a su padre. Platillos exquisitos y con una gran presentación estaba dispersos en toda la superficie, para que así cada uno pudiera servise lo que quisiera y cuanto se le apeteciera.

El primero en tomar asiento fue Uchiha padre, quien se coloco en una de las cabeceras de la mesa, quedando sus hijos y las parejas de estos, justo a cada costado. Después de agradecer por los alimentos, rápidamente se llevo una porción a los labios con ayuda de los palillos.

Naruto movía el pie derecho sin tregua, nervioso por lo que pensara el suegro de su cocina. Se había esforzado y esperaba que hubiera válido la pena. Después de la primera impresión, de verdad rogaba porque las cosas se olvidaran un poco con la cena. Y supo que lo había logrado cuando Fugaku cerro los ojos e hizo un ruidito con la garganta.

—Vaya —dijo el hombre luego de engullir—. Esta delicioso.

Las mejillas de Naruro se colorearon y, por más que se mordió el labio para no mostrar una sonrisa de exagerada felicidad, no pudo evitar que su rostro resplandeciera. Fue como si el mismísimo sol brillará justo en medio del comedor, cegándolos a todos por un instante.

—Gracias —la hermosa sonrisa en su rostro le sumaba gran atractivo. Sasuke sintió su sangre correr hacia el sur mientras burbujeaba de excitación.

«Oh, no ahora, por favor». Puede que su padre estuviera mentalmente preparado para esperar cualquier cosa. Pero, en verdad, Sasuke dudaba que se le hubiera cruzado si quierapor la mente el ver como se comía a su novio allí mismo, sobre la mesa. ¡Tenía que pensar en algo desagradable para que Junior se tranquilizara!

Al ver la reacción y escuchar las palabras de Fugaku, tanto Itachi como Deidara probaron los alimentos. El rubio alzo las cejas con los ojos abiertos de par en par, impresionado, y el ojeroso en cambio dijo:

—Es oficial… nos lo quedamos.

Naruto río divertido observando a su cuñado, pero también feliz. Sasuke, por su lado, le regalo una mirada fulminante a su hermano. Dei, por otra parte, sonrió con un poquito de tristeza. Algo que de ninguna forma paso desapercibido para Itachi.

El dejo los palillos a un lado y abrazo a su novio por el cuello.

—Tu eres más delicioso que esta comida —le susurró al oído de forma sensual—. Dejame comerte más tarde.

Dei asintio mientras se morrión el interior de las mejillas. Ah, se estaba calentando. Sí Itachi seguía así, tendría que encerrarse un momento en el baño para liberar tensión.

Fugaku simplemente observaba a sus hijos con las cejas alzadas y poco de diversión. ¿Quién diría que sus retoños eran tan… que tenían las hormonas tan alborotadas?

—Dime, Naruto —dijo él, obteniendo la atención de los cuatro menores—, ¿Dónde aprendiste a cocinar tan exquisitamente?

—Bueno… —tenía las mejillas rojitas—. Iruka, quien fue mi tutor, me enceño lo básico y gracias a la práctica constante lo mejore. Al principio era patético, pero no me rendí y he aquí el resultado —esperaba no estar sonando como un gran presumido. Porque no lo era.

—Excelentes resultados.

—Gracias.

—¿Ves, padre? —intervino Sasuke entonces. Él tenía una sonrisa llena de orgullo en sus labios—. No eran exageraciones mías.

—Me doy cuenta —Fugaku sonrió de medio lado—. Cuentame —prosiguió, viendo aun a Naruto—, ¿Cómo han sido estos años para ti? —Cuestiono.

Naruto prosiguió prácticamente a contarle lo mismo que le había dicho a Sasuke esa primera vez que se reunieron en Ichiraku, mientras el hombre deboraba la comida y escuchaba atentamente. Le habló de los tutores que había tenido para estudiar en casa; de la responsabilidad que sentía que Iruka no tenía y en como trataba de portarse bien con él; del como, luego de complir cierta edad, sintió que podía valerse por si mismo. Hablo de cuanto Iruka había insistido en que no eran necesarias medidas tan drásticas como dejar de vivir con él. Pero Naruto era terco. Le contó de como lo ayudo para que le permitieran construir en el bosque sin problemas, y de como obtuvo un trabajo también gracias a su ayuda.

Fugaku sintió cierto respeto conforme avanzaba la explicación. Atreverse a valerse por si mismo y lograrlo. Ser tan trabajador y administrar muy bien su dinero. Salir adelante casi completamente solo. Además de que no tenía ningum vicio y, por lo que habia visto hasta ese momento, en verdad era un chico muy listo además de encantador; dejando de lado la escena en la sala. Por supuesto que merecía su respeto. Algo que también sentían Itachi y Deidara, quienes escuchaban con interés la explicación de Naruto, mientras también devorar los alimentos.

—¿Has pensado en continuar tus estudios? —pregunto Fugaku, con verdadero interés.

Sasuke sabía que Naruto no lo haría, él mismo se lo había dicho. Sin embargo, la sonrisita que antes había siendo de sincera alegría en el rostro de Naruto, titubeó. En sus irises se cielo fue capaz de vislumbrar, por un instante, una chispa de tristeza y resignación. Fruncio el entrecejo ante esa visión.

—¿Estas bien? —Su novio alzó la vista hacia el, pues había bajado la mirada, cuando sus ojos se encotraron de nuevo, era el mismo Naruto de hacia un momento. Sasuke se cuestiono si lo que vio fue obra de su imaginación.

—Perfectamente —respondio él con alegría—. Y para responder a su pregunta, señor —su mirada buscó la de su suegro, él lo veía con ese mismo interés con el que habia hecho la pregunta—. Sí lo he pensado. Y sí, espero poder retomar mis estudios muy pronto.

Las cejas de Sasuke se alzaron hasta su punto más alto, sus ojos se abrieron de par en par y sus labios se entrevieron.

—¿Estas hablando en serio? —la incredulidad de su mirada era palpable.

Naruto le sonrió hermosamente, con esas sonrisas que achinaban sus ojos al punto de casi cerrarlos por completo, y que dibujaban arruguitas en el rabillo de estos.

—Sí… verte a ti me hizo pensar mucho en ello. Y me decidi. Quiero ser mejor, al igual que tu.

—¡Esa es una noticia maravillosa!

Sasuke le correspondió con una sonrisa igual de hermosa, a la vez que lo atraía hacia su cuerpo y lo estrujaba con fuerza y suavidad contra su pecho. El revoloteo que Naruto escucho proveniente de la caja torácica de su novio, le afirmo que, desde luego, su azabache estaba muy feliz por él y con la decisión que había tomado, así como también orgulloso.

—Excelentes noticias, sin duda —Fugaku estuvo de acuerdo. Naruto asintió, aun sonriente.

—Padre, ¿te hable ya del sermón que Naruto me dio cuando se dio cuenta que no seguiría Medicina? —Sasuke se mostraba muy alegre.

—Sí… varias veces, de hecho —la primera vez que Sasuke se lo había comentado se mostró muy sorprendido. Luego, le provocaba cierta gracia. Su hijo le sonrió, y Naruto se sonrojo al saber cuanto Sasuke hablaba de él con su padre.

—Sasuke estaba cometiendo un gran error —se atrevió Naruto a decir—, y, con todo respeto, no iba a permitir que continuara con tan terrible estupidez —las mejillas del chico se encendieron al peecatarce de la forma y tono en había hablado, esperaba Fugaku no se molestara.

Pero él tan solo río.

—Y no sabes cuanto de lo agradezco —dijo, y Naruto supo que hablan en serio. Eso lo hizo sonreír nuevamente. Entonces, los negros ojos del hombre buscaron los azules de Deidara, quien dio un respingo en su lugar. Ese hombre, estuviera de buen humor o no, le ponía los pelos de punta a cualquiera—. ¿Y tu que me decís?

—Oh… —Dei trago rápidamente el contenido alimenticio en su boca—. Bueno, desde luego, continuare con mis estudios. La Universidad de Konoha es mi destino el siguiente año.

A comparación de Naruto, él no tenía algo realmente interesante que contar. Aun así, le explicó como había vivido hasta ese momento.

Hablo de la cuidad en la que había vivía antes con sus padres, de la relacion que tenía con ellos, del porque habían decidido mudarse y del como se había tomado él, dicha decisión.

—No teníamos ningún familiar cerca, y mi madre se sentía muy nostálgica últimamente. A mi padre no le gustaba verla así, así que decidió que nos mudaríamos. Todo sucedió de un día para otro y la verdad estaba muy molesto por ello… pero ahora no podría estar más feliz —por encima de la mesa, entrelazo sus falanges con las de Itachi, él le sonrió y alzo ambas manos para poder depositar un suave beso en el dorso de la de su novio. Dei no pudo evitar sonrojarse y que su corazón brincara como loco dentro su pecho.

Fugaku observó con cierta ternura la escena.

—¿Y como se tomaron tus padres tu relación con Itachi?

—Para mi sorpresa, bastante bien —Uchiha padre lo observó con curiosidad—. Estaba aterrado acerca de contarles. Nunca estuve interesado en nadie y que la primera persona que llamará mi atención fuera un chico, fue un tanto impactante, aunque tampoco fue algo para entrar en depresión. La verdad es que lo acepte muy rápido. Aun así, hablar con mis padres de ello era un asunto diferente —despues de la conversación que había tenido con sus hijos, desde luego que Fugaku comprendía al novio de su hijo mayor—. Pensé en retrasarlo lo más que pude, pero luego de… —no hubo necesidad de decir más, todos los presente comprendieron a que se refería. Con las mejillas sonrojadas por la vergüenza, prosiguió—, luego de ello me decidí.

Recordar dicha conversación le provocaba cierta gracia, por lo que sonrió de medio lado.

—Ellos dijeron: «Ah, ¿era eso? Que alivio. Creímos que era algo grave por la forma en la que pediste hablar con nosotros. No te preocupes, ya sospechabamos que caminabas por el lado contrario de la acera, y no hay ningún problema por ello. Todo esta bien» —Dei puso los ojos en blanco. Aunque le daba gracia, también lo indignaba. Sus padres se habían reído de él por la expresión de susto que había puesto en ese momento.

Naruto río divertido ante la mueca que estaba haciendoel novio de su cuñado. Sasuke tan solo quería comerse a su novio a besos. Itachi quería hacer lo mismo, Dei se veía muy lindo cuando hacías sus: «¡Hmph!».

—Una sorpresa agradable —dijo Fugaku en tono amable.

—Si, demasiado… —Deidara se rasco el cuello de forma tímida—. Los quiero mucho y quería tener su aprobación.

—Algo que sin duda tienes.

—Sí —fue el turno de Deidara para mostrar esas sonrisas hermosas que calentaban en demasía a Itachi. Lo que por supuesto sucedió.

La conversación entre los cinco se extendio hasta incluso después de que todos los ricos platillos que Naruto había hecho se terminaran. Ellos habían hablando de muchos temas, de interés general e incluso cosas sin importancia. También se atrevieron a bromear un poco sintiéndose más en confianza. Algo que resulto aterrador al principio. La velada se había vuelto muy amena y agradable, el tiempo transcurrió sin que se dieran cuenta con bastante armonía.

Pero llegaron a un punto en que debían dar por finalizada la reunión. Naturalmente, como ya estaba muy entrada la noche, tanto Itachi como Sasuke debían acompañar a sus respectivas parejas a sus hogares.

Todos se levantaron de sus lugares y caminaron hacía la salida.

—Pueden ir en el auto —Fugaku le entrego las llaves a su primogénito, quien con gusto las acepto—. Conduce con cuidado.

—Claro que sí, padre —salio rápidamente con dirección hacia la acera, donde se encontraba estacionado el auto de su padre.

Fue Naruto quien se despidió primero, Sasuke a un lado de él.

—Señor, que tenga buena noche. Ha sido un verdadero gusto.

—Un gusto fue para mi, Naruto. Una vez más, tu cocina es deliciosa.

Le extendio la mano y el rubio se apresuro a estrujarla, sus mejillas coloradas. Luego se encamino hacia el vehículo siendo abrazado por su novio. «Te adora, estoy aseguro», Fugaku escuchó susurrar a su hijo menor.

Despues fue el turno de Deidara.

—Señor, yo… —inhaló hondamente para darse valor—. Respecto a como nos encontro el otro día a su hijo a mi, quería pedirle una disculpa. Sé que fue una gran falta de respeto hacia su hogar y hacia su persona, y quería que supiera que en verdad lo siento mucho.

Uchiha padre poso una mano sobre el hombro del menor, y le sonrió con cierta calidez.

—Descuida. No hay ningún problema.

Deidara suspiró; el peso de su conciencia se sintió increíblemente muy ligero.

—Que tenga una muy buena noche, señor.

—Tu también. Enviarle mis saludos a tus padre.

Al igual que había hecho con Naruto, extendió submabo y Deidara no perdió tiempo en estrecharla.

—Así lo haré.

Finalmente, se encaminó hacia el automóvil. En este, Itachi le sonreia desde el asiento del conductor. Ah, se veía tan guapo.

Naruto estaba por subirse al asiento trasero junto a Sasuke, y Dei a medio camino de llagar y subirse en el ssuento de copitolo, cuando la voz de Fugaku se escuchó una vez más.

—Y, niños —dijo, sus hijos y las parejas de estos voltearon a verlo. Él estaba justo en el marco de la puerta, la luz del porche lo iluminaba completamente—, bienvenidos a la familia.

Deidara y Naruto enrojecieron, mientras que Itachi y Sasuke sonrieron orgullosos.

 

Notas finales:

Yyyyyyyyyyyy eso fue todo por hoy. 

¿Que tal?

¿Que les pareció?

¿Les gusto? 

Jsndkdnfke yo esperó que sí. 

La verdad es que quisiera decirles algunas visitas, pero me muero del sueño. Solo diré: Preparen sus pañuelos para el último capítulo. 7w7

Si el cap fue de su agrado, ya saben que pueden hacérmelo saber por medio de un precioso review, yo lo leer y respondere con mucho gusto. Y sí, al contrario, no les gusto, igual pueden hacérmelo saber. Solo no me insulten mucho que mi Kokoro sufre. 

Que el ángel me los cuide mucho. Besos y abrazos de oso para todos. 

¡Hastabla próxima! 


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