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Solo quería ayuda por RoronoaD-Grace

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Notas del capitulo:

Heeeyy…

 

Jola, pastelitos de limón, bueno, he decidido alargar esta cosa, así que quedara en tres capítulos. Tenemos aquí un cap, de revelación y planes locos hahaha okay no…

 

Gracias a esas personitas hermosas que leyeron el cap anterior y a quienes me dejaron su comentario: F, Zabura_800, dariangel, MaryHyuga, Fabiola-san, gracias, gracias, fue genial leerlos a todos. Suben mucho el ánimo saber sus opiniones

 

Los personajes no me pertenecen, son del fantástico Eiichiro Oda-sama. Por los posibles horrores ortográficos, dos mil disculpas. Lo revise antes de subirlo, pero soy muy despistada, así que supongo que se me paso más de alguno.

 

 

 

Sin más que decir, excepto que, espero por el ángel que les guste, los dejo leer.

 


En mis noches oscuras cubiertas por un manto estelar, viajo hacia el universo de mis fantasías, entro en mis sueños y tomo el camino de mi imaginación,  hasta llegar a las peligrosas y sensuales facciones de tu rostro; navego por tus ojos y acompañado por la luna, llego hasta donde estas, mientras me acerco, puedo adivinar, que sabes que quiero que me tomes entre tus brazo, y acercándome más, puedo ver en tus irises, que el deseo empieza a llamarnos para viajar a lo desconocido, y descubrir lo inalcanzado, puedo sentir como el calor de tu cuerpo empieza a quemarme y mi corazón se acelera mientras que tus labios se acercan susurrándome al oído «te deseo», no hace falta más, me balanceo hacia tus brazos y siendo observados únicamente por las estrellas, nos convertimos en uno solo y empieza a encenderse el fuego de la pasión; nuestros cuerpos cubiertos por ardiente calor; mis manos recorren tu cuerpo y mis dedos se enredan en tu verdes cabellos; desaparecidos de este mundo, solos los dos, tan cerca que casi podemos escuchar nuestros pensamientos; dejándonos llevar por el deseo, sin importar lo que pase después, y queriendo únicamente que ese momento nunca termine. Mis manos se aferran a ti, puedo sentir tu respiración y una lágrima sale de mis ojos, recorre mis pálidas y sonrosadas mejillas, y cae como las hojas secas, sobre las cobijas. Te digo que soy solo tuyo, y envueltos entre sabanas blancas, vivimos la emoción de haber experimentado ese hermoso y mágico momento.


 


Hasta que llega la hora de despertar y volver a la realidad.


 


Los azules ojos del cocinero de abordo, se abrieron de golpe, lo primero que observo, fue el techo del camarote de los chicos. Se quedo unos segundos observando este, y luego de un rato, dio un profundo suspiro. Y se dio cuenta entonces, que aunque todo fue tan real solo fue de nuevo…


Su fantasía apasionada.


Cerro sus parpados unos instantes, luego volvió a abrirlos y se giro sobre la cama, su vista viajo hacia el sofá que está en el camarote, en el, el cuerpo trabajado y sensual de Zoro, descansaba plácidamente. Sanji lo observo por varios minutos, el pecho del peli-verde subía y bajaba con suavidad y lentitud, el rubio se perdió en ese movimiento, por largo tiempo.


Sacudió la cabeza y dio un hondo suspiro.


Tiempo de después, el rubio se encontraba en la cocina, preparando el desayuno para sus Nakama. Sanji trataba de concentrarse, pero por más que intentaba, no podía hacerlo del todo. El sueño que habían tenido, continuaba rondando en su mente. Y es que esa noche, no era la primera vez que soñaba con Zoro, desde hacía dos semanas, todas las noches se aparecía en sus sueños, más bien, parecía que Sanji viajaba entre sus sueños, a los sueños de Zoro, y ambos se dejaban llevar por una desenfrenada pasión.


El cocinero no estaba seguro si Zoro lo sabía, pero ese día, hacía dos semanas, había liberado algo en su interior, algo que Sanji estaba seguro, había estado presente todo ese tiempo desde que lo vio por primera vez, desde que sus ojos observaron su rostro, y que no se había dado cuenta que permanecía dentro de sí… pero ahora, ahora las cosas eran diferentes. Ahora estaba seguro, ahora tenía la certeza, que Zoro siempre había sido para él, algo más que su Nakama.


La noche del primer día, de hacía dos semanas, se la paso en vela, pensando. Sin poder evitarlo, a su mente llegaron recuerdos de todo el tiempo que había pasado junto a los chicos, junto al peli-verde. Analizo su comportamiento, su comportamiento estando Zoro cerca. El cómo sus ojos azules siempre lo buscaban; el cómo al pelear con el marimo, se sentía feliz, incluso si no lo demostraba; el cómo se preocupaba de que se perdiera, disfrazando dicha preocupación, con burlas hacia el peli-verde.


Hasta hacia unos días, siempre había pensado que se trataba de un sentimiento similar al que sentía hacia todos sus Nakama. Pero Sanji siempre lo supo, en el fondo lo sabía, que cuando se trataba de Zoro, las cosas eran completamente distintas. Los sentimientos que tenía por el peli-verde, eran similares a lo que sentía por Luffy, Usopp, Chopper, Franky o Brook, y así mismo, se parecían a lo que sentía por Nami o Robin. Pero a la vez, no.


Los primeros cinco eran sus amigos, sus hermanos de otra madre, personas con las que siempre podía contar. Las últimas dos, eran sus damas, ellas eran joyas invaluables de una belleza sin igual. El era un amante de la belleza femenina, y sin duda, Nami y Robin eran hermosas, Sanji siempre estaba alagándolas y gritando a los cuatro vientos sus sentimientos hacia ellas, pero a pesar de ello, el rubio jamás intentaría nada con sus preciosas damas, porque aparte de ser unas señoritas hermosas, eran sus Nakama, él jamás se atrevería a quitarles la pureza que estaba seguro, poseían. Eran familia.


Pero, a pesar de que pensaba todo eso de los chicos, y sus damas, también pensaba eso de Zoro. Sabía que podía contar con el peli-verde, y que siempre estaría cuidando su espalda, y anteponiendo la vida de todos, por sobre la de él, así como lo demostró cuando sucedió lo de Kuma, en Thriller Bark. Zoro era su familia, su Nakama, su amigo, su rival… pero también era algo más.


Sus sentimientos hacia el marimo eran similares al resto de los Mugiwara, pero a la vez, eran completamente distintos.


Darse cuenta de ello, lo tenía muy frustrado. Bueno, al menos al principio. Pues aunque el mismo lo había aceptado, no dejaba de ser contradictorio a todo lo que Sanji era. Era un chico después de todo, más que eso, era Zoro. Ahora, simplemente le frustraba no volver a repetir lo que había sucedido ese día, ahí mismo, en su preciada cocina. Quería que lo envolviera en sus fuertes brazos, y que sus labios devoraran los suyos.


Y entonces los sueño, los sueños estaban torturándolo completamente; en el día, no podía dejar de pensar en él, y buscarlo con la mirada, y en las noches, sus sueños, su subconsciente lo buscaba. Incluso había decidido no dormir, para no soñar con él, pero entonces, sus pensamientos están llenos del marimo. Trataba de que esos sentimientos no interfirieran con su rutina, pero era simplemente imposible.


Zoro lo superaba completamente.


Termino de hacer el desayuno, y llamo a todos. La comida transcurrió como siempre: risas, gritos, robos de comida por parte del monito de goma que tenían por capitán, alegatos debido ello y más risas.


Sanji estaba cansado, incluso si había tenido un gran sueño, primero había permanecido despierto hasta la madrugada, y eso ya era cosa de todos los días. Simplemente no podía dejar de pensar en ese cerebro de alga.


Mientras todos continuaban desayunando, el rubio los observaba, él se encontraba de pie, frente al fregadero, elevo su mano derecha y la llevo hacia su hombro izquierdo, la dejo ahí un momento, entonces quito los primeros dos botones de su camisa y aventuro su mano dentro de esta, la dirigió hacia su hombro y lo masajeo por varios segundos. Cerró sus ojos unos momentos, relajándose. Pero entonces, un sentimiento extraño se sintió por todo su cuerpo.


Esa extraña sensación que se siente, cuando alguien te observa.


Abrió sus ojos y busco a quien lo veía, sus azules ojos se toparon con la negra mirada del ojo derecho de Zoro. Sanji dejo de respirar por no supo cuanto tiempo, pues la mirada que el peli-verde le dirigía, lo estremeció por completo, era profunda, tanto como el océano, había cierto toque de diversión y lujuria… deseo.


Zoro lo observo de pies a cabeza, y cuando su mirada volvió al rostro del rubio, el peli-verde sonrió de medio lado, Sanji sintió que su cuerpo se acaloraba, sus mejillas, estaba seguro, se sonrojaron. El marimo tenía una botella de sake en su mano, llevo la boquilla hacia sus labios, y bebió un sorbo, y a propósito, dejo escapar un poco del liquido que esta contenía, haciendo que acariciara la comisura de sus labios y descendiera hacia su cuello y se perdieran en sus pectorales, y mientras esto sucedía, no desprendía la mirada del rostro de Sanji, el rubio había seguido la trayectoria de las gotas de Sake e inconscientemente, se había lamido los labios… igual que había sucedido ese día, hacía dos semanas.


«¡Joder, Marimo!... ¿Quieres que me excite o qué?» pensaba el rubio.


—¡Sanji! — le llamo Luffy, haciendo que el rubio dirigiera inmediatamente la mirada hacia él.


—¿Si?


—¡¡Postre!!


Entonces el rubio noto, que todos ya habían terminado sus alimentos, y que todos tenían la vista sobre él, quien se encontraba aun, con la mano sobre su hombro, inmediatamente saco su mano de entre sus ropas, pues no quería que sus Nakama notaran que estaba cansado, ya que seguro se preocuparían, y no quería eso. Le dio una última miradita a Zoro, quien continuaba sonriendo, y luego fue hacia el frigorífico. Saco dos platitos de porcelana, en cada uno, había un pedazo de pastel, con una fresa sobre cada rebanada, tenía un aspecto delicioso. Los ojos del monito destellaron cuando los observo, corrió hacia el rubio pero este lo mando a volar de una patada.


—¡Estos son de mis hermosas damas! — grito colérico, luego su actitud cambio completamente cuando se dirigió hacia Nami y Robin, entregándoles a ambas, la porción de postre, estas agradecieron con una sonrisa y Sanji revoloteo de felicidad, alrededor de ellas.


Entonces después solo le dio a los chicos, su parte, el monito no perdió tiempo en devorar varios pedazos, los demás cada uno comió una porción, a excepción de Zoro, claro, pues no le gustaba el dulce.


Y finalmente la cocina se quedo en silencio.


Sanji claramente necesitaba ayuda, pero pensándolo bien, mejor lo dejaba así, no era un gran trabajo después de todo, él podía hacerlo solo.


Permaneció dentro de su preciada cocina, aseando el desastre que sus Nakama había en hecho, en especial Luffy.  Cuando termino, tomo asiento en uno de los lugares, alrededor de la mesa, coloco sus codos sobre esta, y dejo caer su barbilla sobre sus palmas.


—Marimo — suspiro.


Pero, de repente, algo hizo click en su mente.


Se levanto de golpe de donde se había sentando, dirigió la vista hacia el lugar donde guardaba el Sake de Zoro, y lo observo durante unos segundos, y entonces sonrió. Sintió sus ojos empañarse, y continuo sonrió.


—Soy un reverendo idiota — se dijo —. ¿Cómo no pude darme cuenta antes?


Llevo sus manos a sus dorados cabellos y tiro de ellos con fuerza. ¡Pero qué tonto!... ¡Él, sufriendo tanto por lo que sentía por el marimo, que no se había detenido a pensar! Zoro tenía razón, Sanji lo incito a tomar el Sake, pero también era cierto, que el peli-verde se le insinuó descaradamente.


Lo provoco sin pudor alguno, incluso lo ínsito a que si realmente quería llamar su atención, tenía que esforzarse más. Lo que claramente significaba, que a Zoro, él no le era indiferente.


¡Zoro gustaba de él!


—¡Oh! — exclamo Sanji, mientras colocaba sus manos sobre sus mejillas y sonreía de forma muy boba.


Y cuando se le quedo viendo mientras bebía Sake, estaba coqueteándole, ¿Cierto?... ¡No podía ser otra cosa, todo era tan claro!


Se abofeteo mentalmente por estar tan perdido en sus pensamientos, que se olvido de las acciones del peli-verde. Era obvio, No solo él se sentía de esa forma, no solo él pensaba en el peli-verde como algo más. Zoro también lo veía de forma distinta. Ambos se sentían de la misma forma. Era tan obvio.


Su sonrisa se amplio, mientras algo llegaba a su mente.


—Tu mirada ya se desvía hacia mí, ¿No, marimo? — se mordió el labio inferior —. Pero si enserio quiero atraer todo tu atención, y que te concentres y pienses solo en mi, tengo que esforzarme más, ¿Verdad?


Cubrió su rostro con ambas manos, su sonrisa se había ampliado de sobremanera, y un lindo sonrojo había abarcado casi todo su rostro.


«Hare realidad, mi fantasía apasionada», pensó, completamente decidido


 

Notas finales:

¿Y qué tal?

 

¿Qué les pareció?

 

¿Les gusto?

 

Ya sé, ya se… no paso gran cosa y fue bastante corto, pero no quería que todo se diera así como así, primero tenía que explicar cómo se sentía Sanji respecto a lo ocurrido… ya en el tercer cap y ultimo, se van comer el uno al otro.

 

Por cierto, pinche Zoro sensual, que ganas de provocar a Sanji con el bendito Sake. Hahaha lsjñfljsñejsñe

 

Se aceptan sugerencias por cierto. Pregunto: ¿Dónde quieren que las cosas se den?

 

1-    En la cubierta.

 

2-    En la ducha.

 

3-    En el nido del cuervo.

 

4-    En la cocina.

 

Ldfajslñdfjs hahaha voten.

 

Son las diez de la noche y a mi costado derecho hay un trasto lleno de agua, y a mi costado izquierdo, un plato con dos rebanadas de paste, una de chocolate y otras de pastel frio. Lñsdfkjañlsdkfjñasl hahah

 

Me gustaría que me hicieran saber que les pareció el cap, en un lindo review, el cual yo responderé muy feliz, porque saber sus opiniones es una fuerte motivación.

 

Muchas gracias por haber leído. Que el ángel cuide de sus almas.

 

 

 

Judith…


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