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Jesús y Yuber por Crazyana

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Notas del capitulo:

CUATRO AÑOS PARA ACTUALIZAR... TOMATE TU TIEMPO...

El lunes por la mañana estaba en automático, no creía lo que había pasado el sábado me tenía fuera de la realidad. No era sólo por el hecho de lo que había sucedido sino la forma tan natural con que metí mi mano en sus pantalones y le hice un trabajo manual, tan natural que me asustaba.

 

No soy gay, eso lo tengo claro. Estuve el fin de semana comprobando si me atraían los hombres y no, sólo las mujeres. Aún así no puedo dejar de pensar en lo bien que me sentí en el baño, tal vez era la falta de sexo lo que está nublando mi juicio... eso es, tengo que echar un polvo y voy a dejar de fantasear con lo sucedido el sábado. ¡Voy a hablarle a Sabrina para coger!

 

—¿Te enteraste?— Santiago me sacó de mis cavilaciones— Sabrina está saliendo con Esteban.

 

Hasta ahí llegaron mis posibilidades de echar un polvo fácil. Y el resto de mi seguridad se fue al diablo cuando lo vi entrar al salón y caminar tan relajado hasta su pupitre sin apartar eso ojos verdes de los míos, y la sonrisa burlona que me dio antes de sentarse hizo que me pusiera muy paranoico y mirará a todos lados a ver si alguien lo notó. ¡Mierda!

 

Nadie parecía prestar atención. Me hundí en mi silla y quise con todas mis fuerzas desaparecer. Mis amigos ingresaron a clases después del profesor, lo cual agradecí porque no tenía ganas de entablar una conversación.

 

—Bien chicos… como solo queda un mes de clases, este va a ser su último trabajo antes de egresarse... van a trabajar en grupos de a dos, pero yo voy a sortear quién hace grupo con quién—. Un quejido de treinta adolescentes resonó por el salón, aunque al profesor no pareció importarle—. Este trabajo va a valer la mayor parte de la nota final...— otro quejido— así que les recomiendo que se esfuercen... ahora voy a decir quién trabaja con quién.

 

Y por magia del destino me tocó hacer grupo con Yuber. Ahora sí quería que me tragara la tierra. ¡Suerte perra, la mía!

 

—Te tocó grupo con el Emo— susurró Carlos a mi derecha.

 

—Uh huh...

 

No hice ni un movimiento para acordar algo con mi nuevo compañero de grupo. Cuando tocó el timbre de salida, se levantó y me enfrentó antes de poder salir. Me entendió la mano con un papel en ella.

 

—Acá está mi dirección. Nos encontramos a las cuatro en mi casa para empezar.

 

Tomé el papel en un tirón rápido y sin siquiera contestarle salí del salón. Obvio ni pensaba ir a su casa. No había manera que fuera…

 

 

Sólo vine porque me quiero egresar…

 

Cuatro en punto estaba parado en su puerta, puerta por la cual estaba saliendo hace un par de semanas. Para ahora ya no tenía dudas de con quién había estado el día que se supone que iba a estar con Sabrina. Las manos me sudaban y los nervios me carcomían mientras esperaba que me abrieran la puerta.

 

 

—Vaya, vaya, pero si es el NO HOMO—. Y eso cierra el círculo… la niña de la pileta, sino lo recuerdo mal su nombre es Joy—. Pasá, mi amigo GAY te espera.

 

Inspiré profundamente y entré en la casa. Caminé detrás de la pequeña mujer hasta la puerta del dormitorio. Tenía los nervios de punta para cuando entramos en la habitación. Joy entró primero como si fuera suya y se tiró de panza a la cama donde había un celular. Cama dónde desperté hace un par de semanas, ese recuerdo me hizo subir el calor a la cara.

 

—Pensé que no ibas a venir— estaba muy relajado, recostado contra el espaldar de la silla de escritorio, no lo miré a la cara—. Ya tengo todo lo que necesitamos...— cuando pareció notar que no iba a responder, sentenció—: Empecemos.

 

Sondeé la habitación mirando a cualquier lado menos a su dirección y me senté en una silla extra que había a un lado del escritorio.

 

A medida que pasaba el tiempo y empecé a relajarme, me encontré muy cómodo trabajando y sorprendentemente era un tipo muy listo, jamás lo hubiera imaginado. Tres horas pasaron volando y ya teníamos una buena parte del trabajo. Joy se había ido ya hacía un buen rato y su mamá nos había traído mate y torta. No había salido ni una mención de nuestros dos encuentros. Cuando su amiga se fue estuve muy preocupado de que sacara el tema porque no sabía qué decir, pero nada surgió.

 

Ahora estaba tirado en mi cama haciendo zapping, con un humor del demonio. Tomé mi celular y busqué el contacto que había agendado antes de salir de la casa de Yuber.

 

Esperaba por lo menos una disculpa. Teclee rápido y lo envié antes de arrepentirme.

 

Yuber: Una disculpa? Xq? Contestó rápidamente.

 

Por haberme abusado mientras estaba drogado después de la fiesta (emoticones de enojo)

 

Yuber: Estabas drogado? Pensé que solo estabas muy borracho…

 

Y te aprovechaste de mí (emoticones de enojo)

 

Yuber: Vos fuiste quién se me tiró encima y casi me lo hace en el patio de Sabrina. Apenas pude sacarte de encima y subirte al auto. Y mis intenciones eran solo acostarte para pasar la mona. Pero cuando te pude meter en la cama estabas frenético…

 

Yuber: Pensé que tenías un enamoramiento por mí y te emborrachaste para animarte… así que simplemente me dejé llevar.

 

A medida que leía los mensajes me ponía más que furioso. ¡¿Yo enamorado de este imbécil?!

 

NO SOY GAY! NO ME GUSTÁS!

 

Yuber: No parecía el sábado en el baño (emoticón de diablo morado)

 

Estaba borracho!!

 

Yuber: Ah! Entonces es eso, las drogas y el alcohol te vuelven GAY

 

VOY A SACARTE LA MIERDA A GOLPES!!!

 

Yuber: Preferiría que sea cogiendo (emoticón de diablo morado)

 

A este punto estaba por levantarme e ir directo a su casa a darle una paliza. Estaba tan enojado que no escuché el timbre cuando sonó y la puerta de mi habitación se abrió de golpe dejando pasar a mis tres muy animados amigos. Rápidamente bloquee el teléfono y me lo metí en el bolsillo del pantalón.

 

—¿Estás bien?— Me preguntó Santiago— Tenés una cara…

 

—Estaba viendo porno…— sabía que eso los distraería y no preguntarían más— ¿No saben golpear?

 

—Para la próxima— dijo Carlos—¿Cómo te fue con el Emo?— lo último de lo que quería hablar.

 

—Bien… resulta que es muy inteligente. Ya estamos muy avanzados en el proyecto.

 

—¡Qué suerte tuviste!— se quejó Pablo— Me tocó con Sara y no entiende nada…

 

Se acomodaron en mi habitación y jugamos con la Play hasta las diez de la noche.

 

 

Ignoré a Yuber durante toda la mañana, todavía estaba sensible por la conversación del día anterior y no quería enfrentarlo porque no iba a terminar bien. Me tomé toda la tarde para hacer las tareas pendientes y dejé la pileta para el último turno, que era de las nueve a las diez de la noche. Y sí, quería asegurarme de no encontrarme con cierta persona.

 

Como lo supuse había muy pocas personas en la pileta y estaba más que feliz. Creo que voy a tomar este turno.

 

Me quedé hasta el final y cuando la última persona se fue a las duchas la seguí cinco minutos después. Mientras buscaba la ropa en mi casillero escuché que se iba el ultimo y quedé completamente solo, estúpidamente me puse un poco nervioso al razonar que estaba sólo en un lugar tan grande. Por un momento dudé en ducharme y largarme de ahí, pero ya estaba desnudo y la regadera estaba a un paso. Tan sólo cinco minutos y estaría afuera.

 

Pero cuando terminé de lavarme el pelo y abrí los ojos quedé en shock. Yuber estaba parado delante de mí completamente desnudo. La mirada que me devolvía era de completa lujuria y no supe cómo reaccionar. Avanzó lentamente los dos pasos que nos separaban y no hice nada para detenerlo.

 

En un abrir y cerrar de ojos sus labios estaban sobre los míos. Los movimientos eran suaves, tímidos, como si esperara mi permiso y abrí mi boca otorgándoselo. La reacción fue instantánea, subió sus manos a mi cadera y empujó hasta que mi cuerpo chocó con la pared soltando un gemido ahogado.

 

En solo un segundo todo se volvió frenético. Me besó tan duro que parecía que fuera a tragarme y respondí de la misma manera. Sus manos se trasladaron a mis nalgas donde se afirmo en un agarre de tenaza. Su cadera se balanceaba sobre la mía y podía sentir su pene duro friccionándose sobre el mío que estaba tan duro como una barra de acero. Me agarre con fuerza de su espalda para traerlo más a mí, como si eso fuera posible.

 

Soltó mi boca y se trasladó hasta mi cuello besando todo a su paso. Ambos jadeábamos y respirábamos con dificultad mientras su cuerpo seguía amasándose contra el mío de una manera furiosa como si tratara de empotrarme en la pared. Me sentía tan caliente y fuera de mí que cuando el orgasmo me alcanzó me golpeó como un camión y agradecí ser yo el que estaba apoyado contra la pared. Unos momentos después sentí que Yuber se puso rígido y se quedó muy quieto con su frente apoyada en mi hombro izquierdo.

 

No nos soltamos por varios minutos, el sonido del agua golpeando en el suelo amortiguaba nuestras pesadas respiraciones.

 

—¿Queda alguien todavía?— la vos fuerte que llegó desde la entada me hizo entrar en pánico. Nos separamos tan rápido que Yuber casi cayó al suelo— Estamos cerrando, por favor apúrese.

 

—¡Estoy saliendo!— grité para que no entrara.

 

Me enjuagué rápidamente la evidencia que tenía pegada en mi abdomen. Para cuando terminé de vestirme Yuber ya no estaba.

 

XOXOXOXOXOXO

Notas finales:

Gracias por leer!!!


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