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Descubriendo por Mizuki Nozomi

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Notas del fanfic:

Los personajes de Durarara!! no me pertenecen, son propiedad de Narita-sensei. No hago esto con fines de lucro sino por meras ganas de yaoi~

 

Notas del capitulo:

¡Hola gente! Bueno, aquí les tengo un nuevo proyecto~


Se me antojo hacer esto cuando en Facebook me topé con una imagen Shizuo x IzayaFem, y aunque he de decir que odio este tipo de parejas (ya saben, hacer chica aun chico (?), esto me recordó que tenía guardado un pequeño borrado con una temática relacionada~ 7v7r así que bueno, mande al diablo mi tarea y me puse a trabajar un rato :v  (definitivamente hoy no voy a dormir -.- )


Oh, de una vez aclaro que no será demasiado largo, posiblemente será un two-shot o three-shot (no sé, simplemente tengo ganas de hacer algo zukulento, y pues estas cosas no suelo hacerlas sin algo de trama)


En fin ~ Espero les agrade este nuevo fic~  (igual pido una disculpa por empezar esto en lugar de avanzarle a mis otros trabajos… ;-; Perdón…) 

DESCUBRIENDO

CAPÍTULO 1. ¿SEÑORITA…?

No lo había provocado, no le había dicho nada, ni siquiera se le había aparecido, ¡pero eso no era necesario para molestar al ex barman! Bastaba tan solo con aquel olor en el aire, ese que parecía estar tatuado en su cabeza, aquel que simplemente no podía pasar desapercibido ante su olfato jamás, ni siquiera aunque así lo quisiese. Y no es que eso fuera porque le gustara, sino todo lo contrario; le parecía repulsivo, asqueroso, tan desagradable...o al menos eso decía siempre que alguien sacaba a relucir el tema...

Sacudiendo la cabeza para no pensar en aquello, Shizuo soltó un gruñido que alarmo a las personas cercanas a él, quienes presurosas salían de su camino, pues nadie quería ser blanco de su ira, y aunque por su lado Shizuo odio la mirada que le dirigían, él sabía que tener una señal de tránsito en una de sus manos, con claros planes de usarla en cualquier momento, no ayudaba demasiado a cambiar aquello.

Ignorando lo anterior concentrándose en su principal objetivo, el rubio siguió su camino por aquellas calles, mirando de un lado a otro y dando círculos por todo el lugar. ¡Lo sabía, sabía que estaba por algún lado! ¡Ese maldito olor no podía ser de nadie más que aquella pulga asquerosa! ¡¿Pero dónde diablos estaba?! Jamás había tardado tanto en encontrarlo...

¿Acaso su olfato ya no le funcionaba? ¿O pudiera ser que ese desgraciado estaba jugado a algo con él?

El maldito olor estaba en el aire, quemándole las fosas nasales. Tan cerca...pero no lo veía. ¿Por qué no lo encontraba? ¿Por qué ese desgraciado no se largaba de Ikebukuro y dejaba de joderle la existencia?

"Pero eso sería muy aburrido~ porque me gusta molestar a Shizu-chan~ ", casi pudo escuchar la voz del pelinegro en su cabeza, y él no hizo más que sentir como su cuerpo se tensionaba aún más. Lo odiaba tanto...

Aún más furioso que antes, Shizuo apresuro el paso, sin ser capaz de nada, pues la cambiante brisa de ese día en especial tampoco ayudaba demasiado.

A punto de rendirse, el ex-barman miro una última vez a su alrededor, pero como en todas las ocasiones anteriores le fue imposible visualizar a Izaya, así que siguiendo con su caminata giro hacia una de las calles laterales, con dirección a su hogar, pero justo cuando hizo eso su mirada se vio atrapada por algo...o más bien alguien...aunque más concretamente una parte de esa alguien.

Ahí, a tan solo unos metros de distancia, se encontraba parada una chica de cabello negro y falda y abrigo del mismo color, que dándole la espalda charlaba con un hombre trajeado; "tal vez su novio", pensó el rubio, y aunque casi quiso darse una bofetada y se sentía increíblemente mal por su inusual descaro para con la imagen de una señorita, no por ello pudo apartar la mirada de aquello que desde el primer momento le había llamado la atención sobre ella: sus blancas, delgadas, y visiblemente tersas piernas que lucían bajo la bonita falta.

Shizuo jamás había visto nada igual, y no porque se la pasara o no viendo los atributos de las mujeres, en lo absoluto. A decir verdad, a él no le llamaba la atención nada de eso en si. Incluso a veces se mataba la cabeza tratando de comprender a los hombres que prácticamente babeando solían observar a su compañera de trabajo.

Es decir, no es que creyera que Vorona no era bonita, pues le constaba que si con tan solo ver cómo la gente la miraba, pero al menos en su caso ni siquiera la primera vez que la había visto le había llamado la atención algo en particular sobre ella, más que su expresión y gran habilidad para pelear, y quizá su vestuario, que a veces no dejaba mucho a la imaginación, pero que a él, aunque si le avergonzaba un poco de vez en vez, no le incitaba a nada.

Pero ahora las cosas eran muy diferentes. Esa chica, además de sus hermosas piernas, tenía un algo que le atraía como si de un imán se tratase...

Shizuo sacudió la cabeza, tratando con ello de despejarse. O sea, ella estaba con su pareja, y él no podía solo acercarse y tratar de hablar con ella, de invitarle algo ¿Qué clase de persona seria si hacia algo como eso? Además, aun si ella estuviera sola seguro se aterraría al tenerlo frente a frente. Una chica tan bonita jamás querría estar con a quien todos consideraban un monstruo por su inusual fuerza y poca capacidad de controlar la ira.

Mirando hacia el suelo al tiempo que botaba la señal de tránsito hacia una jardinera para que no hiciera demasiado ruido, Shizuo apretó sus puños, conteniendo su frustración.

Definitivamente lo mejor sería irse...o eso pensó y se obligó a creer, pero tal posibilidad se vio opacada cuando al levantar la vista para ver a la dama una última vez, vio con total enfado cuando aquel tipo con el que se encontraba la tomaba por la muñeca con rigidez y fuerza visiblemente innecesaria antes de comenzar a caminar, arrastrándola hacia un callejón, mientras ella parecía replicar algo y jalaba de su muñeca sin mucho éxito.

Eso fue todo para Shizuo, quien mandando todo pensamiento a un lado corrió en dirección a la pareja que acababa de perderse en las sobras de aquel solitario callejón.

Fue curioso como el rubio, en los pocos segundos que le tomo llegar al lugar, no reparo en el olor que a cada paso que daba se hacía más fuerte, ni en el grito no muy masculino (pero que claramente lo era) que se escuchó provenir desde las sombras.

Fue hasta que hubo al callejón que su enojo se fue repentinamente abajo, y su rostro adopto una expresión de total estupefacción cuando a pocos metros de él se encontró con el cuerpo del hombre trajeado tirado en el suelo retorciéndose de dolor mientras se tocaba sus partes bajas, al tiempo que en su cuello se visualizaban unos diminutos cortes, como si hubieran presionado un objeto filoso contra el sin tener la real intención de hacerle daño.

Pero aquello fue lo de menos para Shizuo cuando al final del callejón observo a aquella chica que de igual forma ahora lo veía, tan o más sorprendida como él, pero sin miedo alguno, sino más bien como quien simplemente no se esperaba algo y estuviera pensando en sus próximos movimientos.

Curiosamente, a pesar de la situación, al rubio le fue imposible no tomarse unos segundos para apuntar mentalmente que había acertado al suponer que aquella chica era muy bonita, pues al tenerla por fin frente a frente, quedaba convencido de ello con tan solo reparar en sus finos rasgos y expresivos ojos... Aunque...de algún modo todo de su rostro se le hizo familiar...

Esa chica tenía un escalofriante parecido con alguien...

Shizuo quiso tener unos segundos más para procesar las cosas, pero aquello fue imposible cuando repentinamente la pelinegra pareció "recuperarse" y se llevó una mano al rostro, cubriendo su boca. Shizuo hubiera creído que hacia aquello por estar asustada, pero el temblor de su hombros y la forma de sus cejas demostró todo lo contrario. Ella estaba conteniendo la risa.

Nuevamente el nombre de una persona pareció querer formarse en la cabeza del rubio al verla hacer aquello, pero justo cuando una ligera sospecha comenzaba a formase casi frente a sus ojos, la pelinegra se dio la vuelta y levantando una mano en señal de despedida, corrió hacia el fondo del callejón.

Shizuo no se hizo esperar al ir tras ella sin saber por qué con certeza, pero ni bien creyó poder alcanzarla al notar que al final del callejón este no tenía salida, que ella simplemente siguió adelante, antes de saltar de pared en pared aprovechando la cercanía que había entre estas, para finalmente alcanzar uno de los balcones que se encontraban casi a dos pisos de distancia, trepando a este antes de subir por las escaleras de emergencia y así perderse entre los últimos rallos de sol del día.

Desde el momento en el que ella había comenzado a saltar Shizuo quedó estático en su lugar, y fue justo cuando ella había desaparecido de su vista que un algo hizo "click" en su cabeza...y un peculiar aroma por fin fue percibido por su cerebro.

No podía ser cierto...

Frunciendo el ceño a cada segundo que pasaba, el ex barman dio un sonoro golpe contra la pared más cercana antes de regresar sobre sus pasos, deteniéndose frente al hombre de traje que un continuaba sobre el suelo un poco más calmado y menos adolorido, aunque esto cambio rápidamente apenas lo tomo por la camisa y lo elevo varios centímetros sobre el suelo.

-Su nombre –dijo con simpleza, haciendo un gesto hacia donde se había ido la pelinegra.

-E-ella... -tartamudeo el pobre hombre, presa del pánico al tener ahora frente a él al monstruo de Ikebukuro- S-su nombre...es...Ka-Kanra.

Shizuo entrecerró los ojos ante la respuesta.

-Bien, dime todo lo que sabes sobre ella –fue la orden que le dio a aquel sujeto, deseando con todas sus fuerzas que con ello todo resultara ser una simple confusión...

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~FIN DEL CAPÍTULO 1~

Notas finales:

¿Qué les pareció? ¿Le sigo o no? :’v  

Sé que no fue mucho y tampoco paso nada interesante como tal, pero créanme que en el próximo capítulo las cosas se pondrán buenas~ 7v7r

Pd: ame escribir de un Shizuo enamorado de unas lindas piernas (??? Jajajaja ¿qué pasara cuando “vea” lo demás? xDDD muajaja(?

Nos leemos~ 


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