En un lugar fuera de la trama de la historia, mi lamentable historia. Demasiado lamentable debo aclarar. Se encontraba una persona en un rincón. Alejada de todo ser humano y con el uniforme de Neibor. Mi pequeño lacayo. El humano que mide más que yo y que tiene menos tiempo viviendo que yo. Ahí se encontraba. El ser que aceptaba hacer cualquier cosa, y además de ser mi sirviente a cambio de trabajarle su turno en mi día de descanso.
La persona que me pedía hacer cosas absurdas solo para molestar al pobre de Jimin. Exacto, Jungkook.
— ¿Qué haces aquí afuera, eh? —Tomo asiento a un lado de este alto y joven ser, mientras él me sonríe afligido.
— ¿Hada madrina, eres tú?
—Voy a ignorar que acabas de decir eso…
— ¿Qué no eres mi Hada Madrina? ¡Cumples todos los requisitos! Vestido azul, tamaño bolsillo, larga cabellera, y la varita mágica que-
—Es un tronco, y te golpearé con el si no te callas.
Borra su sonrisa y baja la cabeza. Pequeños métodos que he aprendido a lo largo de mi vida para controlar a las demás personas, “amenazas” les decimos para popularizar.
Me ajorobo un poco y abro un poco el vestido, el corset me está apretando desde hace rato y pareciera que estaba a punto de morir. Jungkook suelta una risita cuando me ve.
— ¿Qué?
—Pareces triste, ¿Qué te pasa? —Enserio, ¡su risa no fue burlona! Fue como automática, así, sin sentimientos ni nada.
—No lo estoy, hyung. No sé de qué habla. —Hace un ademán junto a una mueca y mese su mano, aquí no pasa nada de nada, según él.
—Estabas desojando una flor, te estabas cantando “Eclipse total de amor” y por si no fuera poco, ¿no crees que he notado que ya no estas alrededor de Jimin? O eso de que Taehyung los ignore. —suelto. Lo único que queda en este lugar es la canción de Bonnie Tyler, porque sí, Jungkook la sigue reproduciendo y cantando.
La música termina, y la vuelve a reproducir. Ya no digo nada, solo meso mi bella y larga peluca rubia mientras me centro en la voz de este humano y la entradora música.
La canción termina otra vez, y la vuelve a reproducir. Toma una rosa de un ramo que saco de su espalda, y la comienza a desojar. Me aburro y le ayudo con una.
Frente a nosotros, después de reproducir la canción por octava vez consecutiva, apareció el primo de Byun junto a otro chico y no solo eso, tomado de las manos. Con su pelito rosa y su bajo tamaño, toma cariñoso la mano de aquel alto y rubio. Jungkook no alzó la mirada en ningún momento y lo golpeo para que vea lo que mis bellos y grandotes ojos ven.
— ¿Qué no ese estaba enamorado de Jimin y era tu rival de amor? —Pregunto con sombro al verlo besar al otro.
—Tae está saliendo con Hoseok.
—Qué diablos…
—Llevan como dos meses, creo. —Comenta con simpleza y toma otra rosa para desojarla.
—Pero, ¿Qué no gustaba de Jimin? —Pregunto con curiosidad y acomodo la peluca para el otro lado del hombro, ya me estaba cansando; ahora entiendo porque las mujeres ladean su cabeza, es por el cabello que tanto les pesa. — ¿O solo yo lo creía así?
—No. De hecho, solo nos dimos por vencidos.
— ¿Qué? ¿Por qué? —Y ahí aparece mi instinto de chisme. Mamá debió haberme dado otro don y no este.
—…—Suspira y después deja las rosas para mirarme. —Hyung, Jimin-ssi está saliendo con un tipo increíble.
— ¿Increíble?
— ¡Maldición! ¿Puede existir una persona tan increíble siquiera? —Se altera, lanza las rosas, y se toma de los cabellos, yo agarro mi peluca, no me vaya a despelucar después. —Ese bastardo lo enamoró con una maldita palabra. ¡Seguro usó brujería! ¡Para mí que es un brujo el muy maldito!
—Oh, vamos, Kook, no es posible eso. A ver, ¿Cómo lo conquistó?
—Ese bastardo, se acercó a mi Minnie, se paró frente a él y después de mirarlo por solo diez segundo, le ofreció su mano y al momento en que Jimin-ssi la tomó, le sonrió y le dijo «bultaoreune».
—Wow. —Dios que este hombre es todo un conquistador. Hasta mi piel se erizó completamente. ¡Lo juro! Me tuve que tocar el corazón porque la palabra me llegó.
—Ese bastardo enano lo enamoró así de fácil. —Arranca un poco del pasto y lo lanza al cielo en desesperación.
Aceptándolo, soy una persona realista. Nada puede vencer esa declaración. Jungkook está perdido. Debería de darse por vencido, por Dios, ¿Quién enfrentaría a tal hombre? Nadie. Ni yo, que soy todo un temerario sexy, lo haría; no me vaya a bultaoreunear, y ahí sí, estaría perdido. Y eso que ni lo conozco.
Toma mis manos y suelta un suspiro.
—No puedo vencer eso, hada Madrina. —Se tira al suelo (bueno, lo tiré al suelo) y con agonía respira (porque lo golpee un poquito fuerte).
— ¡Oh, vamos! ¿Te vas a dejar vencer por eso? ¿Tú? Quien peleo a capa y espada con el primo de Byun Baekhyun. Quien se ofrecía a ser mi sirviente solo para coincidir con Jimin en el trabajo. Quien por mucho tiempo nunca se dio por vencido, ¿lo dejará libre? ¿Así de fácil?
—Hyung, usted no-
—Tú no eres el Jungkook que desee que muriera. —Interrumpo, lo miro desde arriba y me doy media vuelta, tomo mi vestido y lo alzo un poco, la larga cabellera la acomodo mejor y solo sostengo por poco tiempo para que no se desacomode. —Y yo que le quería cumplir un deseo al Jungkook que conozco, tú no mereces que a un Hado Madrino como yo, adiós.
A paso dramático, me voy. Dejando aquel ser humano en el pasto, agonizando porque también me perdió.
— ¡Qué demonios estás hacien-mph! —Me doy media vuela, provocando que la peluca cayera y con asombro, aplaudo al ver a Jungkook arrebatándole lo que es suyo a aquel humano.
Un golpe en el rostro a un chico teñido de azul grisáceo, y ante el alarido de Jimin, lo carga en su hombro y lo rapta.
Escucho a lo lejos un « Minnie, recuerda que eres mío. » Y los gritos de Park, se aplacaron. Jungkook se detiene, baja a su hombre y le da un pequeño beso en la mejilla. Voltea a verme y levanta su pulgar, después, vuelve a cargar a Jimin porque el chico que golpeó hace un momento, se levantó para su venganza.
—Buena suerte, vaquero. —Tomo mi peluca, levanto mi vestido para no pisarlo, y me voy de ese lugar.
A veces, las personas solo necesitan un empujoncito en esta vida.
The finish