Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi deseo por SebbyPhantomhive

[Reviews - 8]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Gracias por leer esta mini historia

Empezaba el famoso día de brujas, todos parecían estar muy entusiasmados por celebrarlo, las tiendas llenas de personas comprando dulces, niños y hasta adultos corriendo por las calles mirando que disfraces usar. ¡Vaya tontería! Era lo que pensaba al ver como perdían el tiempo en aquella banalidad, no le encontraba nada de divertido. Era más trabajo para mí, en la modesta donde trabajaba como mayordomo, seguramente tendría que trabajar más por los hijos de mi amo. Limpiar, decorar, cocinar y estar pendiente de que su día de brujas salga a la perfección, heme aquí en una tienda tratando de conseguir los caramelos que a ellos le gustan. ¡Que fastidio!

Al menos ya había oscurecido, y los niños tan cansados del apogeo de la celebración terminaron durmiéndose algo temprano, al menos algo me favorecia. Deje recogiendo todo, al fin yo también tomaría mi merecido descanso. Eran cerca de las 11 y me prestaba a cambiar mi uniforme cuando un sonido fuera de la ventana de mi cuarto se escuchaba, por un momento pensé que sería algún borracho o algún niño fastidiando todavía, al asomarme busqué fuera pero me pareció extraño no encontrar a nadie. Tal vez solo estaba alucinando, sacudiendo la cabeza volvía a cerrar la ventana y me prestaba ahora si a descansar.

Pocos segundos pasaron cuando el mismo ruido se escuchaba, ese jueguito estaba comenzando a ser molesto, al asomarme de prisa para no dar oportunidad de que se escapara quien me molestaba, miraba alrededor y pasó lo mismo, había alguien o algo, esto estaba tornándose tenebroso. No era supersticioso pero era mejor ya no seguir con este jueguito. Me acerqué al espejo y comencé a mirarme, tal vez estaba enloqueciendo a mis veinticinco años. Estar tan solo ya no me hacía bien. Pensando tonterías escuché el mismo ruido, dudé en ir a ver pero mi curiosidad era más y fui a mirar. Mis ojos se abrieron al ver ese niño fuera de mi ventana, su traviesa sonrisa, su profunda mirada, no podía evitar pensar que esos cuernitos y cola lo hacían ver muy adorable.

-¿Qué haces aquí a estas horas niño? Todos los dulces se acabaron-

Fueron mis palabras con algo de molestia, aunque fingida solo para iniciar conversación. El solo sonrió sin decir más levantaba sus hombros, como no dando importancia a lo que le decía. Era algo grosero por así decirlo.

-Tu... ¿Estabas molestando hace un momento? –

Con una sonrisa asintió con su cabeza, esto estaba comenzando a ser molesto de nuevo. Me quedé en silencio esperando tal vez que se fuera al ya no hablarle, pero el solo se me quedaba viendo con esa traviesa sonrisa. Pasaron un par de minutos y esto se tornaba muy incómodo, así que decidí cerrar la ventana y me entré.

-Eres un grosero...-

Escuchaba la voz de un jovencito dentro de mi habitación mientras se recostaba en mi cama de forma atrevida. Consternado al verlo allí, sentí un escalofrío recorrer mi ser pero traté de disimular, tomando una bocanada de aire lo miré fijamente, a la luz de la lámpara se veía mucho mejor pensaba. Al darme cuenta de mis pensamientos impropios desvíe la mirada.

-Esto debe ser un sueño.-

Murmuré cerrando los ojos para que al abrirlos no verlo allí, pero para mi sorpresa al abrirlos de nuevo él estaba allí, y seguía sonriéndome pero ahora burlón.

-No soy un sueño soy tu pesadilla.-

-Algo tan adorable como tu... ¿una pesadilla?-

Le dije ante su casi jactanciosa aclaración, si era un ser sobrenatural maligno no sentía miedo al notar su bella carita, no creí que tuviera malas intenciones. Al escucharme, el sonrío divertido y me llamó con uno de sus dedos para que me acercara. Lo hice, total no tenía nada que perder, una vida solitaria, un trabajo que comenzaba a ser fastidioso. Que más daba. Me acerqué a paso lento hasta mi cama donde el descansaba, al estar a un paso me ordenó que me arrodillara. Su mirada parecía hechizarme porque sin titubear le obedecí.

-¿Quieres saber quién soy?-

-Claro que si.-

-Soy demonio con ganas de jugar en esta noche especial para nosotros.-

No sé porque en lugar de mostrarme incrédulo ante esas casi incoherentes palabras, solo sonreía embelesado al verlo mover sus labios, y como no hace mucho tiempo ponía a prueba mi coquetería.

-¿Quieres jugar conmigo? ¿De qué manera?-

Esas preguntas que salieron de mis labios con un tono coqueto mientras que mis manos comenzaron a rozar su rostro, al comprobar si era real. El parecía un gatito ante mi caricia, eso solo aumentó mi interés.

-Si quiero jugar contigo... Pero no de la manera en que estás pensando... De esa forma no...-

Me respondió igual de coqueto con una sonrisa mientras parecía provocarme más. Se acercó a mi oído respirando algo agitado, obviamente lo hacía a propósito para seguir jugando, pero no me parecía malo tampoco, por unos segundos se quedó así.

-Te concedo tres deseos a cambio de tu alma.-

Lo dijo sin titubeo pero de forma seductora que me hizo relamerme los labios, de reojo mi mirada chocaba con la suya mientras él seguía respirando a mi oído. Era una tentación, una dulce tentación.

-¿Tres deseos?-

-Si... Lo que tú quieras...-

-¿ahora mismo?-

-Sí, solo por hoy son tres deseos... Debes darte prisa porque a medianoche la propuesta declina.-

Me susurraba al oído, al terminar de hablar sentí su lengua lamer mi lóbulo estremeciéndome, los demonios sabían cómo conseguir lo que quisieran, pensaba al sentir como mi entrepierna comenzaba a reaccionar. Ciertamente no había estado con nadie hace mucho, que algo asi me tenía excitado a este punto.

-Si acepto...-

Respondí casi sin pensarlo, y ni siquiera sabía que pediría. Solo mi excitación me hacía afirmar aquello que no era cualquier asunto. Mi alma estaba en juego. El sonrío satisfecho por su hazaña, yo apenado desviaba la mirada.

-Piensa tus deseos mientras hago el contrato.-

Dijo emocionado dándome un pequeño beso en los labios, era un demonio bastante raro si lo pensaba seriamente. Lo vi ansioso buscando en su bolso un papel y una pluma, mientras yo pensaba que pedir. Él se me acercó y tomó mi rostro con sus delicadas manos.

-Eres muy atractivo... ¿Cómo te llamas?-

-Sebastian Michaelis.-

-Hasta tu nombre es bonito.-

Al escucharle hablar así solo sonreí y me sentía halagado, era la noche más extraña de mi vida no podía ser peor, que dejarme seducir por un pequeño. El escribía algo mientras yo le miraba, no me concentraba en que pedir.

-¿Cómo te llamas bello demonio?-

-Eres muy galante, pero no creas que por eso no devoraré tu alma. Llámame Ciel...-

Me respondió sin levantar la mirada de lo que escribía, mientras yo sentía como mi entrepierna molestaba y con mi mano trataba de taparla para que no se notara.

-No escondas lo de allí... Ya lo vi... Te sugiero que pidas una mujer como primer deseo.-

Le escuché murmurar con sarcasmo y algo burlón, mientras seguía escribiendo sin levantar la mirada.

-Y si te pido a ti...-

-¿Eh?

Al escucharme decir eso, ahora si su mirada se dirigió a mí y algo sorprendido me miró, pero su sorpresa al instante se cambió por una sonrisa traviesa.

-Pero hoy no tengo ganas...-

Advirtió divertido rozando sus labios a los míos, solo para provocarme, algo sonrojado sentía su roce con mucha delicia, nuestros labios se sellaron con un beso. Que el pequeño demonio no opuso resistencia, más bien lo correspondía ansioso como si hubiera estado tan desesperado como yo por contacto así. Pronto me vi sobre su cuerpo entre sus piernas, sometiéndolo en mi humilde cama en ese apasionado beso, trataba de que no hiciera mucho ruido. Sus jadeos los callaba con besos, el cerraba sus ojos como dejándose llevar, más adorable no podía ser.

Bastaron unos minutos para quitar parte de su ropa o por lo menos las prendas esenciales para esa extraña entrega. El papel que escribía antes estaba bajo nosotros arrugándose por nuestro peso, el enredaba sus delgados brazos a mi cuello, y en el oído susurraba que lo tomara por completo, sin vergüenza alguna, yo bajé mis pantalones y ropa interior con prisa. No quería que se arrepintiera antes, el viendo mi erección sonrío con malicia abriendo más sus piernas invitándome perverso a entrar, ante eso no me contuve y lo embestí con fuerza mientras sentía sus uñas arañar mi espalda, ambos desesperados en ese vaivén de caderas nos entregábamos al placer. La cama era testigo de esa entrega, su movimiento comenzaba a ser algo ruidoso y eso me desconcentró un poco, temía que me sorprendieran en ese acto. 

El demonio como sospechando lo que pasaba me indicó con la mirada ir al frío suelo, y así lo hicimos. Era tan exquisito tenerlo así, que perdí la noción del tiempo, con besos y caricias mientras cada estocada nos llevaba al delirio. Al parecer él estaba experimentado en aquello pues me guiaba a probar distintas posiciones, que no me negué. La lámpara que nos alumbraba parecía apagarse mientras nuestros cuerpos llegaban al clímax, el dejó que me corriera dentro suyo, sumisamente esa noche yo acataba todo lo que me decía. Ahí estaba yo en el día que más odiaba haciéndole el amor a un demonio.

-tsk...-

-¿Qué?-

Le cuestioné mientras yo en el suelo todavía trataba de recuperar el aliento, el parecía algo molesto mientras arreglaba su ropa, y con prisa buscaba en la cama el supuesto contrato que habíamos arrugado.

-Es más de medianoche, no puedes pedir más de tres deseos... Solo uno... soy un idiota...-

En un bufido molesto le escuchaba refunfuñar, mientras fruncía su ceño, aun se le notaba agitado. Y nuevamente era adorable ante mis ojos con tantos cambios de humor y gestos.

-Uno me basta...-

Le susurré al oído abrazándolo, el sorprendido me miró de reojo y sonrío como resignado.

-He sido un demonio idiota que me dejado engatusar por un humano, un ordinario humano, desde la mañana que te vi, te he estado todo el día siguiendo. Te di lo que querías y lo que yo quería. No tenemos que hacer un contrato. Fue un grato momento...-

Hablaba diferente, esa jactancia y burla de antes no se notaba en sus palabras de ahora. Tal vez solo era un juego para un demonio, pero entendí algo y verlo así me hizo tomar una decisión.

Eso pasó hace un año, hoy es nuestro primer aniversario, ese pequeño demonio deambulaba feliz por las calles pidiendo dulces y yo a su lado le tomaba la mano, mientras en mi mente resonaba ese deseo que le pedí a cambio de mi alma.

"Mi deseo es... estar contigo por la eternidad"

Y así se cumplió... 

 

Notas finales:

Espero haya sido de su agrado :3 besos


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).