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Nuevo novio, nuevo hijo por Samantha0507

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Koshi se sentía mareado, pero no deseaba cerrar los ojos, el cuarto de guardia del tercer piso del hospital solía calmarlo, solía ser el único lugar en que sus ideas, sus sensaciones, sus miedos, volvían a esconderse en lo profundo de su ser, pero en ese momento, la idea de cerrar los ojos no le ayuda, por lo que simplemente se mantuvo recostado, sintiendo la suave caricia en el costado de su rostro, junto con la cálida mano que solía calmarlo más de lo que deseaba.

 

 

—Tu cuerpo no lo está llevando bien Koshi.

 

El peliplata se sentía tan relajado, se sentía pleno, el contacto que solía tener con el otro lograba hacerlo estremecer, lograba calmarlo, lograba un millón de respuestas en su cuerpo, en su piel, en su ser.

 

—Bueno, no fue un día sencillo y en realidad no soy tan joven como debería para dedicarme a la medicina.

 

—No es un tema de edad, no por lo menos a lo que yo me refiero. —  Wakatoshi se acomodó más cerca del mayor y con una pequeña sonrisa continuó. — Ya habías cumplido tu turno, no debiste…

 

—Muchas personas se encontraban heridas, era necesario que estuviese presente, siempre se quejan de la cantidad de personal que tenemos en el hospital, como para que me diera el lujo de no presentarme.

 

—Bueno, eso es verdad. — Koshi giró la cabeza, notando la sonrisa que el más alto, solía guardar solo para él, solo para cuando estaban en un lugar, juntos, sin llamar la atención, esa sonrisa que se reservaba solo para sus conversaciones, solo para esos pequeños momentos que Koshi solía guardar dentro de su corazón.

 

 

Ambos se quedaron en silencio, pero acortaron la distancia, era momento íntimo, algo propio de ellos, de esos besos fugases, se esos suaves roces de manos en los que el contacto parecía un simple hormigueo sobre la piel del otro, esos pequeños momentos, que solo duraban milésimas de segundos, pero que para Koshi, reflejaba su relación o lo que hasta ese momento Koshi consideraba su relación.

 

—Waka…—Koshi quería preguntar, había llevado su mano hasta la mejilla de otro y mirando fijamente sus ojos, pero el sonido del móvil del otro lo cortó.

 

—Lo siento, debo contestar, es Kei…

 

Wakatoshi se levantó, dejando una extraña sensación de frío y vacío en el pecho del peliplata, hasta ese momento su relación era segura o al menos lo era para el mayor, pero ante la presencia del nuevo doctor, todo era una locura, su cabeza estaba hecha un caos, solo tratar de entender esas ideas que hasta ahora parecían una realidad.

 

—Koshi, Kei necesita una consulta en urgencias, quédate y descansa, necesito que estés en condiciones, las cosas no se han calmado aún, descansa y come algo…

 

El corazón del peliplata se contrajo dolorosamente, mientras que por su garganta un duro nudo se  formó, haciéndole querer romper en llanto, la sala de descanso quedó vacía y su hasta ahora “pareja” no lo había mirado, siempre había creído que eran pareja, pero la verdad, con el dolor de su alma, solo habían compartido algunos besos en el tiempo, no habían tenido sexo y el cargaba con un hijo de otro.

 

 

Se levantó sintiendo que las piernas le fallaban, el malestar se sentía cada vez peor en su cuerpo, sus rodillas, cada una de las articulaciones de su cuerpo parecían estarse quebrando y el calor parecía extenderse desde el pecho, haciéndole sentir escalofríos.

 

El móvil del peliplata sonó

 

“Mamá, vino el casero a ver el departamento con la pareja nueva que lo usará, me preguntó qué día tendríamos desocupado para que el pueda revisar y limpiar si es necesario, le dije que le confirmaría, pero no estoy seguro ¿le envías un mensaje?”

 

Koshi sintió que el suelo bajo su cuerpo temblando, ahora si que estaba perdido, ya no tenía novio, casa y su hijo estaba enfermo, simplemente quería llorar, si antes sentía que en realidad arruinaba las cosas, ahora estaba seguro de que dañaba a casi todos los que lo rodeaban.

 

Suspiró y miró su móvil, buscando su cuenta bancaría, tenía algunos ahorros, si descontaba lo que necesitaba para los alimentos y los medicamentos de su hijo, podría buscar un lugar con renta baja, algo para cuidar y mantener sano a su hijo, hasta encontrar un lugar nuevo.

 

Se levantó pensando en volver a la sala de urgencia, cuando sobre una camilla, Kei era llevado mientras comprimía el pecho de un paciente, era una reanimación agresiva, casi errática para quien no conociera el procedimiento, pero para él, era magistral, los lapsos de tiempos parecían casi cronometrados, la posición del cuerpo y de las manos del doctor, eran como mirar un libro con la técnica.

 

En ese segundo pudo notar la diferencia, ahora no tenía nada que comparar en lo que pueda ganarle al rubio, el simplemente era un interno, era por lo menos 4 años mayor que el especialista y por mucho que quisiese, no tenía si quiera dinero.

 

Se miró las manos, cuando las lágrimas cayeron sobre ellas, la verdad es que sabía bastante bien lo que pasaba, era mediocre, más que muchos, con mucha suerte había terminado medicina, para pagar su carrera había privado a su hijo de su presencia y sus cuidados, había dejado a su hijo a la deriva, sus sueños a la deriva, sus deseos.

 

Su localizador comenzó a sonar, por lo que limpió las lágrimas, lo solicitaban en urgencias nuevamente, miró su correo con la sensación de angustia en su pecho, esa semana se enviaban las ofertas para los nuevos cirujanos, solo le habían llegado dos ofertas e incluía el hospital donde se encontraba realizando el internado, pero quedaban varias horas para pensar.

 

Cerró los ojos, llenó sus pulmones y se encaminó a las escaleras, le quedaban pacientes, luego podría dedicarse a ver o pensar en que podría hacer para solucionar todo lo que estaba pasando en su vida, incluyendo hablar con Wakatoshi para saber si podría contar con su ayuda, para saber si pensaba en el como pareja, si en realidad ellos mantenían la relación que el peliplata creía.

 


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