Kei no comprendía la actitud del otro, pero se detuvo ya frente a una de las máquinas expendedoras, sacó una bebida y se acomodó lejos de la vista de quienes caminaban por ese piso, pero no fue hasta 15 minutos luego, que unos pasos llamaron su atención.
—Wakatoshi…— Kei reconocía la presencia del otro en cualquier lugar o momento, por lo que, al notar la presencia del otro, simplemente buscó una explicación. —Desde que te conozco respetas los procedimientos y me sorprende que pongas en peligro a un niño, por lo que, no comprendo realmente como puedes aceptar que en nuestro hospital…
—Es mi culpa. — Wakatoshi tragó en seco, hacía años que no tocaba el tema, pero cada día lo carcomía, había actuado como un cobarde, había jugado con la persona que más amaba y estaba a punto de confesarlo.
—¿A qué te refieres?
—Estoy enamorado de él, lo he estado desde que tengo memoria, pero cuando su hijo nació, no antes de eso, Koshi es sincero y siempre me dijo que no veía en mi más que un amigo, por lo que me quedé con eso, me resigné a tenerlo y amarlo en secreto. — Suspiró pesadamente. — Cuando estábamos por salir de la escuela, nos emborrachamos y tuvimos relaciones, lo más probable es que Yu sea mi hijo, pero nunca me atreví a tocar el tema, Koshi no lo recuerda.
—¿Le mentiste durante años? —Kei sabía que no era quien, para juzgar a nadie, pero no pudo contener su incomodidad — Wakatoshi, ¿tú lo forzaste?
—No. — el castaño tenía la mirada bajo. — Pero no hice nada para resistirme, no cuestioné el usar protección.
—¿Y esa fue razón suficiente para no hacerte cargo? —El rubio estaba esperando los comentarios, en realidad no esperaba una confección como la que el castaño le estaba haciendo.
—Lo intenté, pero Koichi no es realmente cooperador.
Wakatoshi corría a todo lo que sus piernas daban, había apagado su celular por los ensayos que estaba haciendo para entrar a la Universidad, por lo que cuando pudo ver que uno de sus amigos había dado con la dirección de Koichi, había atinado a correr, solo a buscarlo.
Se había enterado del embarazo del peliplata, incluso de que sus padres lo habían sacado de la casa en que había vivido hasta sus 17 años, por lo que ahora, que lo había encontrado no lo volvería a perder.
Giró en el antiguo parque y se acercó a cierto joven, quien ahora simplemente miraba el cielo con gesto de tristeza.
—Es un día frío.
—Extrañaré el chocolate caliente de mamá. — Suga se veía cansado y ojeroso. — No podré hacer nada con esto Ushi, no tengo nada, no tengo un techo, como podré si quiera tener un bebé. — el castaño se había sentado junto al otro joven, quien, con una triste sonrisa en los labios, había dejado las lágrimas fluir. — No pensé que mis padres lo aceptarían de buenas y primeras, pero esperé que me dejaran hacerme cargo de mis errores con ellos a mi lado, creo que fui demasiado ingenuo y ahora, la única opción es no tenerlo.
—Suga…
—Abortar suena una palabra tan grande y me da tanto miedo, solo puedo pensar si el escuchará lo que estoy pensando, si el me estará recriminando desde aquí…—Se llevó la mano al vientre con ternura. — Sé que no es más que un conjunto de células, pero solo puedo pensar en como se verá, suena tonto, perdí todo y no puedo evitar estar emocionado, estoy tan idiotizado con la idea, que solo quiero llegar a ver su rostro.
—¿Podrías tenerlo?
—Gasté parte de mis ahorros en un café internet, donde dormí estos días, encontré un lugar donde me permiten trabajar a pesar de estar esperando, no ganaré mucho, pero por ahora…
—¿Y la escuela? ¿La universidad?
—Ushi, ya no podré hacer nada de eso.
—Suga, nosotros podremos hacer esto. — El castaño llevó las manos al vientre, aun delgado y tonificado del otro.
—No puedo pedirte algo como eso, no es lago justo.
—No se trata de que me lo pidas, además yo…
—Ushi…—El peliplata lo interrumpió. —No puedo recordar si quiera a la persona con la que estuve, no te voy a pedir que te hagas cargo del hijo de otro.
Kei miro al castaño — Te acobardaste.
—Mi corazón se rompió ese día, pero lo llevé a mi casa, mi madre ama a Yu como si fuera su nieto, realmente lo amo desde siempre, pero jamás he sido capaz de decirle, más sabiendo que Suga sigue enamorado de alguien más, así que solo me quedé, aquí cuando quiera mirarme.
—No es un poco patético de tu parte. —Kei tenía una sonrisa burlona en los labios.
—A veces olvido como amas esa palabra. — Suspiró y agregó. — Creo que e el fondo, sigue esperando que Yu sea hijo de Daichi, aunque ese idiota se olvidara de su mejor amigo hace mucho tiempo.
—Te compadezco. — Puso la mano en el hombro del otro y agregó. — Aunque entiendo que no quisieras decirle la verdad si estabas con la seguridad de que en realidad no serías correspondido, pero debes arreglar las cosas, ese niño necesita un padre y nuestro pequeño Dr. También necesita apoyo.
Wakatoshi miró las latas de bebida que había sacado de la máquina, Kei tenía razón, pero era difícil hacer algo tantos años después.
El castaño caminó hasta el cuarto en que se encontraba Yu, notando como Koshi lloraba, aun con la mano del menor entre las propias.
—Respira. —Wakatoshi acercó la lata fría a la nuca del peliplata. — Yu tuvo una crisis, y sabemos que su enfermedad puede haberle jugado una mala pasada, pero el verte así no lo ayuda, ni te ayuda a ti a estar concentrado en este momento.
—Soy una pésima persona, un pésimo padre para Yu, mi pequeño, mi bebé…—Lloró nuevamente. —Yo no pude llegar a termino, no pude cuidarlo estando dentro de mí, como cuidarlo ahora que está afuera…
—Bueno, hagamos lo primero que puedes hacer, démosle un nuevo cuarto, en mi casa.
—No quiero ser una carga ahora que…— Koshi apretó los labios de forma brusca. — Te pagaré por mi habitación y de la de Yu, no quiero que creas que queremos aprovecharnos.
—Sé que no te haré cambiar de parecer, pero eso lo discutiremos cuando ambos estén en mejores condiciones.
—Tengo turno…
—No, hablé con él jefe de residentes, por ahora te tomarás unos días de tus vacaciones, descansarás y contrataré una persona que los ayude con la mudanza, ambos deben cuidarse ahora.
—No puedo aceptarlo, no podré pagar algo así y menos ahora con la hospitalización de Yu, el tratamiento.
—Koshi, te lo suplico, déjame ayudarlos, déjame hacer algo por ambos. — Posó su mano sobre la mejilla del peliplata., quien volvió a llorar y simplemente asintió.