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Jaula. por Naeh

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Notas del fanfic:

Historia simple, oneshot:3

Notas del capitulo:

:3

Bajo el oscuro cielo que atormentaba sus noches, bajo la falta de luz que guiara sus sentimientos, bajo la perlada sensación de vacío en su pecho se encontraba él sentado en esa deshabitada habitación. Solo, sin nadie que pudiera oír esos hilarantes gritos que rogaban por ser escuchados. Porque no había motivo alguno para que eso ocurriera, no tenía las herramientas para que eso ocurriera, así que sólo se lanzó a llorar. 

Él miraba por su ventana incapaz de hacer otra cosa, era eso o sucumbirse en una depresión tortuosa. Eso significaba perder y él no perdería. 

Sus cadenas pesaban y saber que en cualquier momento la habitación podía ser llenada por otros que no fueran su misma persona le ponían los nervios de punta. 

Pronto la puerta volvió a abrirse y el sujeto encantado por su vista corrió hasta llegar a su lado, inclinando su rostro cerca suyo para simplemente apreciarlo mejor. 

Estaba encantado por su apariencia y lo alagaba día tras día, ignorando el sufrimiento que intentaba ser transmitido por medio de sus adoloridas palabras. Todo lo que escuchaba esa persona era una melodía hermosa que anhelaba con que no se acabara.

Era infeliz.

Porque fuera, en la ventana que le habían brindado además de toda esa luminosidad egoísta que no paraba de burlarse de sus tragedias y las múltiples puertas abiertas a una posible libertad que jugaban con su corazón se encontraba él, la persona más hermosa que había visto jamás, ese joven libre y sonriente que cautivaba su corazón. 

Si su triste canto era adorado por su cruel opresor él quería que también fuera apreciado por el joven. 

Cada tarde después de que el sol llegara a su punto más alto, lanzándose en picada hacia abajo, esa persona de sonrisa jovial encantada de pequeños niños pasaba por afuera hasta llegar a los juegos que los menores agradecían día tras día. La plazoleta era el punto de encuentro de muchos tipos de personas, pero a él solamente le importaba cuando ese joven aparecía. Nadie más importaba.

Ojos grandes, altura descomunal, voz ronca y una sonrisa que lo derritió desde el primer momento. 

Una vez escuchó que su nombre era Chanyeol y pareciera que el sólo escuchar la palabra le había derretido el corazón.

- ¿Por qué no cantas para mi? vamos, sólo un poco. 

Había vuelto a hablarle como si su miseria no fuera suficiente para satisfacerlo. ¿Por que lo hacia? ¿por que lo mantenía allí? Nunca se abría imaginado que ser tan descuidado, ser tan tonto para confiarse en todo lo haría caer en esta tragedia. 

Ser tan estúpido como para embobarse con "Chanyeol" y perder sus sentidos. 

Se recordaba a si mismo sonriendo y riendo junto a sus amigos mientras viajaban en busca de algo, lo que sea, esa razón que necesitaban para existir ademas de las necesidades básicas. Se recordaba diciéndoles a todos que jamás iba a engancharse a ese "algo" porque era lo suficientemente feliz siendo como era y no quería atarse a nada ni nadie. Se recordaba junto a los demás recostarse en la pradera para contemplar como las demás personas eran capaces de tener una vida tan infeliz y monótona, y no importaba cuantas veces ellos intentaran ayudarlos tratando de convencerlos que esa no era una vida real, que eso no era la libertad que tanto decían tener. La libertad real era lo que él vivía día tras día, disfrutando de las pequeñas cosas que la vida le regalaba y luchar contra ella cuando se enteraba que realmente estaba disfrutando. 

Pero él... ah, él había sido embrujado. 

En su viaje había perdido muchos amigos, ellos se habían enamorado, habían decidido establecerse más formalmente en algún lugar y formar una familia. Él no era egoísta y los demás tampoco, no los juzgaron, simplemente les deseaban lo mejor, pero ellos debían seguir. 

Le había jurado a todos que jamás los abandonaría y estúpidamente apenas llegaron con la poca fuerza que les quedaba del día a esa plazoleta su sentencia de muerte había aparecido.

No importa lo mucho que sus amigos querían continuar y le insistían, conociéndolo, que era el momento de partir, él siempre volvía a la misma hora escondido para no parecer un acosador a ese lugar por Chanyeol. 

Si Chanyeol no hubiera existido, si Chanyeol no se hubiese aparecido esa vez él simplemente no hubiera llamado la atención de ese sujeto. 

No hubiese estado tan encantado y fuera de sí para intentar evitar lo ocurrido. 

- Eres hermoso.

Basta, no quería escuchar eso de él.

¿Habia...? si, estaba llorando. 

- ¿Estas triste? ¿quieres que yo te cante algo? 

Por favor... detente. ¿Acaso no se daba cuenta que cada vez que le hablaba o siquiera se presentaba le hacia sentir miserable? 

El sujeto susurró su nombre antes de alejarse e irse de la habitación. Nuevamente solo, atado, y la luz del día se estaba acabando. Chanyeol, el deslumbrante y hermoso Chanyeol también se iba con todos esos niños que llevaba de la mano. 

Su luz volvió a irse. 

Y así era todos los días, atrapado, abandonado. Sus amigos no sabían donde estaba, a veces los veía aparecer por la plazoleta buscándolo, preguntando si lo habían visto o cualquier pista que les diera su paradero. Era frustrante saber que estaba tan cerca de ellos, más cerca de lo que pensaban pero ni siquiera podía acercarse. Ya no podía acercarse.

Volvió a llorar toda la noche hasta que perdió sus energías y cayó dormido, volvió a despertar con la agonía en sus hombros, rasgándole los ojos a tal grado de no querer realmente despertar, volvió a temblar asustado cuando el sujeto volvió a la habitación a darle algo de comer e intentar acariciarlo. Dios, no. Es repugnante. Si esas manos volvían a tocarlo iba a desmayarse. 

El sujeto negó y se retiró con un portazo sobresaltando todos sus sentidos. ¿Estaba molesto? ¿se una a descargar con él? ¿iba a hacerle algo? por favor, que no le hagan nada, ya no quería nada, ni quiera tenía a donde huir. 

- Quiero ir a casa... mamá... 

- ¿Despertaste por fin? 

Había vuelto.

El sujeto se acercaba veloz y él todo lo que atinó a hacer fue retroceder lo más rápido que pudo chocando fuertemente con los barrotes metálicos que agredieron vilmente su espalda. Respiraba entrecortadamente, tenia un mal presentimiento.

- Ven, está aquí. 

Dios santo.

¿Estaba viendo bien? ¿realmente no se estaba volviendo loco? 

Su cuerpo cayó lentamente al piso con el sólo hecho de ver al autentico Chanyeol entrar a la habitación junto a esa persona. Quería vomitar, no podía ser cierto. No quería que Chanyeol lo viera así, tan deplorable, tan apagado... tan muerto. Intentó tapar su rostro pero Chanyeol ya se había acercado, no pudo más, comenzó a llorar. 

- ¿Este es...?

- Si, su nombre es Baekhyun.

Baekhyun sintió como su mundo se derrumbaba con el sólo hecho de que Chanyeol conociera su nombre de esa manera. Estaba acabado, lo único que le quedaba era la dignidad de "no tener un nombre" y ahora Chanyeol lo conocía, no tenía como tapar su vergüenza, su estupidez. Si tan sólo le hubiera hecho caso a Kyungsoo cuando le dijo que había alguien que lo estaba vigilando desde que tocó por primera vez esa plazoleta nada de esto hubiera pasado.

Chanyeol sonrió melancólico mientras intentaba descifrar sus pensamientos, era estúpidamente fácil porque simplemente lo tenía allí, encerrado, temblando. 

- ¿Crees que esté bien? 

Chanyeol volteó a ver a Heechul como si de un idiota se tratara y negó de inmediato. Su amigo estaba loco, pero no pensó que llegaría a tales extre- a decir verdad, siempre temió que eso pasara.

- No puedes esperar tomar a una simple avecilla, encerrarla en una jaula y que te cante como si nada Heechul, las aves necesitan libertad y tu se la haz robado. 

- ¡No me digas eso! es una hermosa musa para mi santuario de aves, es el primer pajarito que capturo por mi propia cuenta y es especial. 

- Heechul, es un simple ave. Déjala ir o va a morir de soledad. 

¿Morir de soledad? oh, no... si Baekhyun llegara a morir seria netamente del corazón. Porque esas frías pero a la vez tan sinceras palabras que nunca quiso reconocer para si mismo habían vuelto. Chanyeol lo miraba como eso, como una simple ave a la cual había que darle lástima.

Más lástima daba el simple hecho de haberse enamorado de un humano tan humano como él. 

Baekhyun escuchaba el debate de esas dos personas sobre su posible futuro mientras le pedía a Dios que por favor lo dejara morir, le quitara toda esa humillación, guiara a sus amigos a nuevos lugares y se olvidaran de él. Baekhyun pidió muchas cosas, volver al nido de su madre, regresar a los tiempos donde era sólo un polluelo que no sabia volar, estar con sus seres queridos y jamás haber llegado a esa plazoleta, pero en el fondo, muy en el fondo Baekhyun sólo tenía un deseo sincero a Dios y a la vida...

"Si vuelvo a nacerporfavor, déjame ser un humano... y estar al lado de Park Chanyeol."

Notas finales:

pajarito byun~ 


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