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A mí querida mary-pa y a Daniel y Víctor (para que no se pongan celosos).
A mi nueva amiga chiby-san.
Mi misión es encontrarte
Capitulo 1
Año AC-195, lugar, Base de Córcega, una fabrica de movil suits de la Alianza, la misión, copiar los nuevos prototipos y destruir la fabrica.
Era una misión arriesgada, debía infiltrarse sin ser visto en una base llena de soldados de la Alianza, pero eso a él no le importaba mucho, él no podía morir, él era el dios de la muerte.
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Llevaban dos semanas allí, habían llegado en sus gundams y los ocultaron en un bosque cercano, se instalaron en una casa cerca de la base y estudiaban el movimiento diario de la misma, no salían para no llamar la atención y elaboraron un plan, uno de ellos entraría y el otro lo dirigiría desde afuera y lo ayudaría a salir de allí con vida y con la información. Lo harían al día siguiente en la noche, habían pasado mucho tiempo encerrados y la ansiedad y el mal humor de uno de los pilotos era más que evidente.
< Rayos! Ya no lo soporto, esta situación me esta volviendo loco, ni siquiera la meditación me sirve de ayuda, no puedo concentrarme, no se que me pasa, pero me esta afectando, su cercanía me pone nervioso>
- Maxwell apresúrate! Tenemos que estudiar estos planos otra vez, no podemos fallar en esta misión.
- Espera Wu, tengo hambre, quieres algo, prepare te.
- Uf! Esta bien Maxwell, si quiero.
- Aquí tienes, te lo prepare como te gusta.
- Como sabes lo que me gusta?
- Porque te he observado y se que te gusta negro, sin azúcar, por eso eres tan amargado, pero aquí tienes unas galletas ricas y dulces.
- Porque Maxwell, porque haces esto?
- A que te refieres, al te y galletas?, no entiendo, lo hago porque quiero, tengo hambre y somos amigos, no?
- Amigos?, no Maxwell, solo somos soldados, compañeros de misión.
- Y eso que, acaso los soldados no pueden ser amigos.
- No Maxwell, solo luchan y ganan o mueren.
- Yo no quiero morir, yo no quiero que tu mueras Wu, ni quiero que ninguno muera.
- Vamos a repasar esto, no podemos fallar.
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Mientras en la base, llegaba una visita inesperada.
- Primer teniente, que lo trae por aquí?
- Son órdenes del general Khushrenada.
Un hombre joven, muy joven para el cargo, fuerte, pelo largo, rubio platinado, de figura imponente e intimidante, enfundado en un uniforme de los especiales y una mascara plateada que cubría su rostro, una voz profunda y ronca.
- Estas órdenes son absurdas, poner esa chatarra inservible bajo resguardo y prepararnos para un ataque, quien se atrevería atacar a una base de la alianza.
- Alguien que no tiene nada que perder, voy a verificar que esa chatarra inservible sea puesta bajo resguardo, de lo demás imagino se ocupara usted.
- No creo que eso vaya a ocurrir, pero seguiré las instrucciones y colocare más guardias para vigilar.
- Bien me retiro para realizar mi encomienda, pasado mañana regresare a lago Victoria, con permiso.
El alto hombre dio la vuelta y camino hacia la salida de la oficina, con un andar elegante y grácil, no podía ocultar su procedencia.
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Al día siguiente los pilotos se preparaban para la noche, mientras Dúo Maxwell se preparaba a su manera, Wufei Chang intentaba recuperar el control con meditación.
< Debo vaciar mi mente de toda emoción, respira profundo, concéntrate, piensa en el vació, en la nada.
Ahgggg!, porque no puedo dejar de pensar en ese idiota, el allá arriba durmiendo sin pensar en nada y yo aquí desesperándome, tratando de no pensar en él. Porqué?, Que es lo que me pasa con el, no puedo quitarme de la cabeza esos hermosos y brillantes ojos y esa risa tan infantil…, creo que mejor practico con mi espada.>
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Al atardecer Dúo se levanto, preparo su comida, se puso unos audífonos para escuchar un poco de música, Wufei cansado se había ido a dormir, así que Dúo comenzó a bailar al compás de la música, meciéndose suavemente, sus caderas llevaban el ritmo, estuvo en eso un largo rato, hasta que sintió que lo estaban observando, levanto la vista y vio a Wufei; quien se sobresalto al verse descubierto.
- Maxwell se puede saber que haces, prepárate!, pronto será hora de irnos.
- Calma Wu, solo me estoy relajando, ejercitándome y despejando mi mente.
- Como puedes relajarte y despejarte con esa música loca que tu oyes.
- Deberías intentarlo a ver si se te quita el mal humor, no tengas miedo de probar cosas nuevas.
- Yo no tengo miedo idiota.
- Cada día te pareces mas a Heero, Wu.
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Era medianoche, tenían todo listo, Wufei esperaba impaciente a que Dúo saliera de su habitación, cuando este salio vestido para la misión, Wufei se quedo sin habla. Dúo tenia puesto un traje pantalón negro ajustado al cuerpo, de un material elástico, con el se podía apreciar bien la pequeña cintura y la suave curva de sus caderas, Dúo tenia el cuerpo de un muchacho, era delgado, muy delgado, muy bien podría pasar por una chica, podía apreciarse la curva de su trasero firme. El traje era de cuello alto y mangas largas, el color hacia resaltar la palidez de su hermoso rostro, que era lo único que tenia descubierto, llevaba botas altas negras y guantes de cuero del mismo color, un arnés cubría sus hombros y pecho con un pequeño paracaídas, un cinturón grueso alrededor de sus caderas, con varios compartimientos donde llevaba explosivos, el pelo largo brillante de color castaño claro con reflejos dorados, sujetos en una trenza, enlazada en la punta con una de sus cintas favoritas, que era su amuleto, solo tenia dos de esas cintas, con sus iniciales bordadas por la hermana Helen, una blanca y la otra negra, que era la que había escogido esta vez y la cruz de plata en el pecho, su tesoro, la que lo acompañaba día y noche, el ultimo regalo del padre Maxwell.
Miro con sus enormes ojos brillantes, por la emoción que lo embargaba, con la adrenalina al máximo, a Wufei quién tenia una expresión extraña en su rostro y en sus ojos, que no supo descifrar.
- Estoy listo Wu, nos vamos?
Wufei reacciono al oír la voz suave de Dúo y asintió tomando el maletín que estaba a su lado y salio delante de Dúo.
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Dúo entraría solo, dirigido por Wufei, quien había intervenido el sistema de vigilancia del edificio principal, ya habían detectado donde guardaban la información que buscaban, con su ordenador portátil Wufei hizo un escaneo de la base completa, coloco un transmisor y un rastreador a Dúo, podían ver en la pequeña pantalla la cantidad de guardias y donde se encontraban. Los trabajadores dormían en un edificio aparte, allí no colocarían explosivos, lo primero que harían era colocar los explosivos en la fabrica de la base, esa era la especialidad de Dúo y por ultimo irían por la información que se encontraba en el edificio principal, que tenia mas de treinta pisos y como era de esperarse estaba en los últimos pisos.
Wufei dirigió a Dúo, indicándole donde estaban los guardias, este coloco rápidamente los explosivos por toda la fábrica, solo le tomo diez minutos hacerlo, en verdad era rápido, Wufei no podía mas que admirarlo, luego se dirigió al edificio principal donde solo podía entrar por un ducto de ventilación. Subir al piso treinta no iba a ser fácil, ya que no podía usar el ascensor ni las escaleras, debía usar el conducto que utilizaban para destruir la correspondencia, este estaba conectado al incinerador que estaba en el sótano, Dúo era tan delgado que podía subir por allí, le tomo veinte minutos escalar hasta el piso treinta, desactivo las alarmas y se dispuso a terminar la misión, con sus conocimientos y rapidez enseguida pudo acceder a la información confidencial, planos, y otros de interés, hacia lo posible por no hacer ruido. Termino de copiar, coloco los explosivos por todo el piso y se dispuso a salir por las ventanas, pero estas estaban selladas y Wufei le aviso que el guardia hacia la ronda y se acercaba, se metió otra vez por el conducto y bajo un piso, entro a una oficina y comprobó que las ventanas abrían, estaba con un pie en la misma, a punto de salir, cuando de repente sintió que lo halaban de la trenza.
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El primer Teniente Marquise, había cumplido con su misión y se dirigió al piso treinta, si la información que había recibido era cierta, los terroristas podían atacar esa misma noche, hizo un escaneo al piso con su portátil y se dio cuenta de que había un intruso, no pudo alcanzarlo ya que este se metió en el conducto, se dio cuenta que bajaba al piso siguiente y corrió por las escaleras, abrió la puerta de la oficina y vio que el intruso intentaba escapar por la ventana, no lo pensó y halo una larga trenza, oyó un grito agudo y un pequeño cuerpo cayo encima de el, forcejearon unos segundos y el intruso le dio una patada, se soltó y salto a la ventana ágilmente, se dispuso a saltar, pero antes de hacerlo volteo a ver a su agresor, la habitación estaba a oscuras, solo iluminada por la luz de la luna llena, durante el forcejeo se le había caído la mascara, se levanto y lo que vio lo dejo inmóvil, allí en la ventana a contraluz veía a un ángel, una jovencita vestida de negro, muy delgada, solo podía ver su rostro, su hermoso rostro de piel blanca, pálida, con las mejillas rojas por la lucha recién, y unos enorme ojos brillantes de un extraño y bello color violeta, con una expresión de burla y una boca de labios rosados, carnosos, con una sonrisa de triunfo, porque se había escapado de sus manos. Un hermoso cabello largo, brillante, suelto de la trenza ya que le había quitado la cinta y la tenia sujeta en su mano, la chica levanto su mano, le saludo y salto de espaldas mirándolo, el primer teniente reacciono muy tarde y solo levanto su mano y le mostró la cinta, sin pensarlo, fue cosa de segundos, el rostro de la chica se trasformo y su mirada cambio a una de dolor y suplica, todo pasaba como en cámara lenta, esa imagen se le quedo grabada en la memoria; la bella niña con su pelo suelto alrededor, como flotando, etérea y su mano extendida hacia el, pidiéndole la cinta, que al parecer era de mucha importancia para ella.
Se asomo por la ventana y vio con horror que ella caía viendo hacia arriba, a él y no abría el paracaídas, saco medio cuerpo por la ventana y le grito, observo que el paracaídas abrió tarde, apenas pudo amortiguar su caída, reboto fuertemente contra el suelo y se quedo inmóvil por un momento, un auto de la base se acercaba a ella a gran velocidad, la jovencita se levanto con dificultad y cojeando entro al vehiculo y desaparecieron, al fin pudo respirar, no se había dado cuenta que había aguantado la respiración todo ese tiempo, se alegro de verla bien, levanto su mano y vio la cinta negra con bordados en plata, unas iniciales.
- Te voy a encontrar, juro que te encontrare y esta cinta me ayudara a hacerlo, esa es mi misión.
Dijo en voz alta, para si mismo, en eso una explosión sacudió el edificio, recogió su mascara, se la puso y se apresuro a salir de allí, mientras corría por las escaleras pudo escuchar y sentir otras explosiones.
- Diablos! Esa chica es un demonio, debí atraparla.
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Wufei miraba la pantalla, cuando Dúo estaba en el piso treinta y este le dijo que las ventanas estaban selladas, se dio cuenta de que un guardia venia y así le informo a Dúo, vio que bajo y cuando estaba a punto de saltar, no tuvo tiempo de advertirle del otro guardia, no lo vio, se descuido pensando tonterías y habían atrapado a Dúo por su culpa. Se alegro cuando lo vio saltar por la ventana, para luego entrar en pánico porque ese idiota no abría el paracaídas y le grito por el comunicador.
- Maxwell! Que haces idiota, abre el paracaídas, YA!
Dúo reacciono y lo abrió muy tarde, se asusto cuando lo vio caer, golpear contra el suelo y rebotar varias veces, ya había puesto en marcha el vehiculo que el y Dúo habían robado antes y a toda velocidad se dirigió a él, se alegro cuando lo vio levantarse y montarse en el auto, traía el pelo suelto y despeinado, nunca lo había visto con el pelo suelto antes y estaba sorprendido, Dúo estaba pálido y sangraba por la nariz y boca, casi se desmayo en el auto, quiso ayudarlo, abrazarlo.
- Dúo, Dúo, no te desmayes, vamos despierta, háblame Dúo!
- Ya Wufei, creo que me fracture las costillas, casi no puedo respirar y me torcí el tobillo, además me duele todo el cuerpo.
- Podrás pilotear a Deathscythe?
- Claro, puedo pilotear a mi Deathscythe hasta dormido.
- Muy bien, puedo saber porque no abriste el paracaídas.
Dúo no contesto, se quedo pensando, ese imbecil le quito su apreciada cinta, la cinta que le bordo la hermana Helen y lo peor de todo fue que no pudo verlo bien, solo podía recordar su pelo rubio, muy rubio, casi blanco y esos ojos azules, brillantes, furiosos y ese olor, un olor agradable, salvaje, emanaba de ese sujeto, lo sintió cuando cayo sobre él, cuando lo halo por la trenza, ese estúpido maldito tenia su cinta, sentía ganas de llorar y gimió.
- Dúo, estas bien, te duele mucho?
- No te preocupes Wufei, no es mi cuerpo, es mi alma, perdí algo muy valioso durante la misión y siento ganas de llorar.
- Lo siento mucho Dúo, pero si quieres llorar puedes hacerlo, yo no diré nada.
Dúo se doblo en el asiento, su cabeza cerca de las piernas de Wufei, cerro sus ojos, las lagrimas corrían lentamente por sus pálidas mejillas, Wufei soltó una mano del volante y acaricio su cabello suavemente.
- Gracias amigo Wu.
- Que fue eso que perdiste Dúo, para que te pongas así.
- Un recuerdo de uno de los pocos momentos felices de mi vida, de una de las tres personas que más he querido en mi maldita vida.
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Después de eso, hubieron muchas misiones, batallas, guerras y luego la paz…
Continuara…