Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El regreso por Bloomx

[Reviews - 66]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

YU-GI-OH no me pertenece, yo solo utilizo sus personajes para crear nuevas historias.

Primer cap del año!!

Feliz año nuevo!!

Escuché el celular sonar por un mensaje y abrí los ojos parpadeando suavemente, veía borroso. El sol se reflejaba en mi cara a través de la ventana. Tenía el brazo de Joey alrededor de la cintura y mi cabeza apoyada sobre la piel lechosa y fuerte, su pecho subía y bajaba desnudo como siempre… si algo había aprendido viviendo con él es que no soporta dormir con buzos, haga frio o calor.

Sonreí y con cuidado quité su brazo para girar sobre las sabanas y agarrar mi celular. Cerré un ojo ante la luz de la pantalla y leí el mensaje, era Duke, decía que vendría pasado mañana por pedido de Pegasus en el trabajo.

Me levanté lentamente y me cambié colocándome un jean negro ajustado y una camisa de mangas cortas morada, lo acompañé con mis zapatos de siempre. Me dirigí al baño para terminar mi rutina  y al volver encontré a Joey sentado en la cama desperezándose.

-Buenos días –le dije sonriendo y él me sonrió.

-Hola… -dijo bostezando-. ¿Qué hora es?

-Ya es mediodía –dije yo. En la noche aprovechamos las vacaciones de verano para jugar los nuevos  videojuegos que llegaron a la tienda de mi abuelo hace poco y al final nos acostamos cuando amanecía-. ¿Quieres desayunar o almorzar?

-¿Se pueden las dos cosas? –Siempre sonríe si se trata de comida. Ay Joey, nunca cambias…

-Podríamos salir a almorzar con Malik y Ryou. ¿Qué dices?

-Claro, por cierto, ¿quién mando el mensaje? –comenzó a vestirse.

-Duke, vendrá pasado mañana.

Me paré frente al espejo de cuerpo entero para cepillarme el cabello, agarré mi puzle milenario de arriba de mí cómoda  y pasé la cadena por mi cuello. Toqué mi pecho izquierdo, sobre mi corazón, no volví a escuchar esa voz que estaba seguro que era de Yami… ¿Qué habrá pasado?

Solo espero que esté bien, el grito que escuché sonó desgarrador, como si estuviera desesperado, al final terminó por mezclarse con lo que parecía un ruido a agua revuelta. Sentía tanto miedo en ese momento, tanto y recordé todos esos momentos en los que Yami me decía que confiara en mi y que sea valiente, suelen ayudarme esas palabras  en mi vida pero hace tres días parecieron borrarse de mi memoria.

El miedo era demasiado, quería ayudarlo y no sabía cómo. Ni siquiera sabía si era él con seguridad, después de un año recién ahora tengo alguna noticia si se le podía decir así y no parecían ser buenas. El pánico me inundó tanto que terminé por desmayarme o eso decía mi abuelito.

-¿Sucede algo Yugi? –preguntó cauteloso Joey, podía verlo detrás de mí a través de espejo, últimamente siempre me miraba preocupado como todos.

-No, no. Estoy bien –le dije mientras retiraba mi mano de mi corazón, coloqué una gargantilla totalmente negra alrededor de mi cuello.

-Ya hablé con los chicos, dijeron que ya salían para el lugar de siempre.

Asentí y agarré mi baraja y mi disco de duelo, Joey me imitó, después de todo nunca se sabe cuando lo vas a necesitar en esta ciudad. No sería la primera vez que quieren entrar al apartamento para robar alguna que otra carta y terminan llevándose una gran paliza de parte de Joey. Al final siento el duelodisc  como otra parte del cuerpo.

Salimos del pequeño departamento en el que vivíamos juntos desde hace ocho meses. Tenía dos habitaciones pero luego de un tiempo comenzamos a usar solamente una, contaba con una acogedora cocina y un living compartido con las pinturas esparcidas por todas partes de Joey.

Al llegar, Malik y Ryou estaban sentados en una mesa para cuatro conversando animadamente.

-¡Hey! ¡Chicos! ¿Cómo están?

La mesa se llenó de diferentes tipos de comida, yo tenía mi hamburguesa como siempre, no había lugar mejor que ese lugar para comerlas mientras que Joey tenía frente a si el monte Everest en comida.

-Deberíamos aprovechar el verano para hacer algo juntos, podríamos ir a algún lugar, ¿no creen? –dijo Joey tomando su bebida tamaño familiar.

-¡Podríamos ir a acampar cerca de alguna playa! –dijo animado Ryou.

-Sí claro, ve a convencer a Tea de estar a la intemperie por un par de días… -dijo Malik riéndose, Tea había vuelto a Dominó hace una semana y parecía no ser del agrado del peli cenizo. Nos pasó días contando lo bien que lo había pasado allí-. No sé por qué no se regresa si tanto le gustaba América…

-Malik, no digas esas cosas… solo quiere contarnos lo que vio, no sean tan crueles con ella –dije yo tratando de calmarlo todo, Tea es buena amiga no sé porque últimamente nadie la quiere cerca, se notó su falta el último semestre. Yo creo que sus actitudes extrañas se debe a su falta de amigas en un grupo de chicos, tal vez todas las chicas son así, ¿no?

-Bueno no hay por qué llevarla –dice Joey riendo-. Podríamos salir en dos semanas, así nos da el tiempo de prepararlo  todo.

-¿Qué todavía no se enteraron lo que hay en dos semanas? –dijo el peliblanco abriendo sus ojos de la sorpresa.

-Pues no. ¿Qué hay? – pregunté, no recuerdo nada para dentro de dos semanas…tal vez… no, nada.

-No puedo creer que no te hayas enterado, han hablado de eso durante toda la mañana en todos lados –comenzó Marik, tal vez el hecho de que nos levantáramos hace media hora sea el motivo de nuestra ignorancia momentaria.

-Ya pasó un año desde el Duelo de los Reyes –prosiguió Ryou-. Pegasus informó muy temprano en la mañana  que ya era hora de la segunda edición, se hará en dos semanas, aquí en Domino.

El Duelo de los Reyes fue la primera competencia en la que participé yo solo sin la compañía  de Yami y también la más difícil. Consiste en tres torneos diferentes: el primero es Duelo de Monstruos dirigido por Kaiba corp., el segundo es de Dados de Monstruos del Calabozo dirigido por Duke y su padre y el tercero es de Monstruos Encapsulado que se le concedió a Schroeder Corp. ya que habían firmado con Ilusiones inc.

Pegasus invitó a los mejores de los mejores en cada una de las áreas, desde jóvenes hasta viejos (mi abuelito participó en dos juegos, estaba muy emocionado por volver). Vinieron personas a Domino desde todo el mundo y los duelos fueron televisados. Tuvimos que enfrentarnos a duelistas del más alto nivel y sin la utilización de los Dioses Egipcios, pero si con una baraja especial para mí, la mezcla entre la luz y la oscuridad, entre Yami y yo.

Pero aún así gané y no hablo de la competencia de Duelo de Monstruos, yo era uno de los pocos que había clasificado para las tres categorías y para sorpresa de todos gané en los tres.

Así fue como me nombraron, Pegasus me entregó al final de ese día a un gran trofeo junto al título de Rey de los Juegos, como me conocían  todos ahora.

Kaiba había quedado en segundo lugar, Duke quedó segundo en su propio juego pero aún así fue rozando ya que su juego se había hecho muy popular y tenía muchos contrincantes a los que vencer y por último Rebecca había ganado Monstruos Encapsulados en segundo lugar. Este juego era más bien antiguo por lo que muchos participantes eran ancianos como mi abuelo y el profesor, el cual el primero quedó en tercer lugar.

Ese fue uno de esos días que nunca olvidaré y estoy seguro que si Yami me hubiera visto estaría orgulloso de mí. Por primera vez me di cuenta de que era bueno por mí mismo, que solo necesitaba mi confianza y la de los que me quieren.

Desde entonces se puede decir que me he vuelto famoso, bueno más de lo que era, decían que era una hazaña impresionante ya que me había enfrentado a leyendas y aún así les gané. Me hicieron miles de entrevistas y hasta me llegaban a considerar uno de los genios del mundo por mis estrategias. Todos esos halagos me abrumaban, me sentía avergonzado…

El dinero que tenía de los duelos ganados lo utilicé para pagar la mitad de la Universidad y el apartamento a medias con Joey cerca de esta y claro los viajes que hacía para ir a nuevos torneos cada vez que tenía un descanso de los estudios.

-¿Sabes que significa, Yugi? –preguntó Malik de forma retórica-. Que podrías perder tu corona, mi rey…

-Eso es ridículo, solo ha perdido un puñado de dueles desde hace años –dijo Joey, siempre defendiéndome, hasta frente una broma.

-Bueno pues la suerte se acaba en algún momento, pienso vencerte, Yugi –dijo con una sonrisa diabólica el rubio cenizo-. O al menos llegar a las semifinales.

Nos comenzamos a reír. Otra vez podría ganar las tres categorías solo y realmente me emocionaba pero debía admitir que extrañaba el pelear juntos. Antes tenía en quien apoyarme si cometía un error, tenía a quien me los resolviera, si no lograba yo descubrir como vencer a alguien. Tenía otra cabeza que también pensaba en estrategias.

Ahora solo me tenía a mí para hacer todo y al lograrlo me sentía realmente orgulloso.

-Deberíamos ir al parque, hace calor -sugirió Joey y así lo hicimos, pagamos la cuenta y comenzamos a caminar por las calles de Japón.

Ryou tenía razón, le estaban haciendo publicidad al torneo por cada esquina, mientras caminábamos lograba ver en las pantallas de los edificios hablar sobre eso.

Mostraban las nuevas arenas que se inauguraron en el último año, se preguntaban quienes participarían este año y quienes tenían más posibilidades de llevarse el premio a casa. No podía entender como no había visto nada de camino al almuerzo… los Dioses sabrán nomas.

-¡Yugi, mira, ahí estás tú! –gritó Ryou señalando una pantalla en la que aparecía un video sobre la  final contra Kaiba y como recibía mi trofeo de Rey de los Duelos.

-Nadie podrá quitarte ese premio amigo –dijo Malik pasando un brazo por mis hombros a pesar de que hace cinco minutos él dijo que lo haría.

Y así nos dirigimos al parque, entre miradas de las personas al darse cuenta quienes somos. Otra de las cosas a las que tuvimos que adaptaros.

El parque estaba lleno de personas que buscaban refugiarse del calor de la mitad del verano bajo los tupidos árboles.

-¡Vayamos por un helado! –dije arrastrando a Joey quien terminó a arrastrándome a mí.

-Joey, ¿cómo puedes seguir comiendo? Ya te comiste una hamburguesa, unas papas, mis papas, pizza y parte del sushi de Ryou… - le recitó asombrado Malik hasta que llegamos al puesto.

-Mmm… no lo sé, solo tengo hambre –dijo llevándose una mano a la nuca creando una sonrisa, yo me reí por lo bajo y lo abrasé por la cintura. Típico de Joey.

Caminamos a través del parque buscando un lugar donde sentarnos, cada uno llevaba un helado en su mano que se derretía con el sol, el mío de mango y carbón.

-¿Ryou?

-¿Qué sucede? –pregunté. El helado del peliblanco se había caído al piso, frutilla y menta. Ryou miraba hacia un árbol en el que no había nadie tenía los ojos bien abiertos y estaba más pálido de lo normal-. ¿Ryou?

-Na-nada. Solo me pareció ver… -dijo tartamudeando.

-¿Qué cosa? –preguntó preocupado Joey.

-Nada, de verdad, solo… no importa –miró su helado en el piso con una mueca y luego con una sonrisa tímida miró a Malik-. Iré a comprar otro. ¿Me acompañas?

-Claro -dijo el rubio con una mirada de preocupación por el cambio repentino de Ryou-. Mientras busquen un lugar para sentarse, nos uniremos en un rato.

-Está bien –dije yo mientras comenzábamos a caminar de la mano con Joey.

Encontramos un lugar junto a una fuente, Joey se sentó y me arrastró a sentarme junto a él, apoyé mi cabeza en su hombro mientras comía mi helado. Admitía que no me gustaba estar así con él en lugares públicos, siempre había alguien subiendo fotos de las que después todos hablaban. Así que frente al primer signo de que alguien quería sacar foto me separé de Joey, lo oí suspirar, sé que odiaba tener que luchar contra mi timidez.

-Ya volvimos –dijo Malik. Ryou traía un nuevo helado en sus manos, se sentó en el pasto y se quedó ahí mirando hacia abajo mientras comía.

Levanté una ceja en forma de pregunta hacia Malik y el solo elevó los hombros. Anda a saber quién sabe lo que vio Ryou para ponerse así.

-Tengo una idea… -me susurró Joey. Oh, oh, cuando él tenía una idea no significaba que estaba buena, era todo lo contrario.

Se acercó más a la fuente y le lanzó agua a Ryou, este abrió los ojos y se paró ofendido para lanzarle agua de vuelta. Joey solo se rió y le volvió a lanzar agua.

-¡Oye! –Le gritó Malik-. ¡Me mojaste a mí!

El peli cenizo se acercó a la fuente y comenzó a tirarle agua a ambos y por consecuencia me mojó a mí, por lo que no me quedó otra que unirme.

Así pasamos cinco minutos, mojándonos y sacándonos el tortuoso calor entre risas y terminó entre que Joey y Malik tiraron al albino hacia dentro de la fuente.

-¡Oh, no! Son los guardias –dije yo mientras veía como se acercaban dos hombres altos con uniforme de policía hacia nosotros.

-¡Corran! –gritó Joey mientras ayudaba a Ryou a salir de la fuente y luego todos le hicimos caso corriendo lo más rápido que podíamos y lo más lejos del parque entre risas.

Al menos a Ryou ya se le había olvidado lo que fuera que le pareció ver en el parque y volvió a sonreír como siempre.

 + - + - + - + - + - + - +

-¿A dónde saliste anoche? –le preguntó Yamir a Akefia.

-Eso no te incumbe –respondió bruscamente el de ojos lilas.

-¿Fuiste a ver a Ryou? –dijo entonces el rubio-. ¿Hablaste con él?

-Les dije que no les interesa –volvió a responder mal Akefia.

-¡Si no me interesara, no te preguntaría!

-Solo salí a caminar, pensé que podía hacerlo sin problemas. ¿O es que de nuevo me convertí en prisionero?

-Sí puedes hacerlo, es solo que ayer te buscamos y no te encontramos, tranquilízate –dijo el antiguo faraón.

Los tres suspiraron y siguieron desayunando. Se podía decir que eran prácticamente amigos, habían pasado noches en vela solamente hablando hasta poder llegar a decir que se conocían y entendían, pero de vez en cuando solía salir ese rencor que se tenían el uno al otro y que de a poco iba desapareciendo.

Akefia tenía vergüenza de admitir que había visitado a su hikari y que no le había dirigido ni una palabra, una razón era por miedo a ser rechazado y otra porque estaba dormido.

-Señores, los profesores llegaron, los están esperando –dijo un hombre ya entrado en edad llamado Atsushi que era el mayordomo principal de la mansión y se encargaba de que todo estuviera en orden.

En la entrada esperaban los tres profesores con los que se presentaron y luego se dirigieron  a su respectiva habitación. Akefia estaba siendo acompañado por un hombre robusto ya entrado en edad, tenía el pelo canoso y ojos cafés caídos, había sido un músico de una banda muy famosa en su juventud y quedaban rastros de eso en algunos tatuajes que no lograron ser escondidos. Al retirarse comenzó a enseñar en una Universidad de artes por lo que Pegasus lo eligió sin dudarlo.

Marik creía haberse ganado la lotería, su profesor o más bien profesora era una mujer que aparentaba los 27 años, graduada en licenciatura de historia y esto le servía de práctica. Parecía ser fanática de las minifaldas que hacían juego con sus largas piernas y su largo pelo castaño y ojos verdes.

+

Me dirigí a mi habitación con mi nuevo profesor siguiéndome, no era muy viejo aparentaba tal vez 35 años, alto, delgado y por más curioso que pareciera tenía siempre una sonrisa, bueno al menos no dejó de sonreír desde que vino. Me recordó a Yugi… mi aibou… siempre tenía una sonrisa en la cara para cualquiera que la necesitara.

-Entonces Hitoshi, trabajas para Pegasus… -le dije invitándolo a sentarse en el sillón de mi habitación.

-Si además me licencié en economía pero prefiero no enseñar. Pegasus cree que sería bueno que alguien de la compañía le enseñara así podrá tener más cerca el trabajo que hacemos y podrá practicar ya con el nuevo proyecto de Ilusiones

-¿Qué proyecto?

-Dentro de poco comenzará la segunda edición del Duelo de los Reyes y Pegasus quiere que seas su mano derecha en esto, participarás en la organización.

-Mmm… ¿y qué es exactamente esa competencia?

-Yo puedo explicarte eso –Pegasus apareció en el umbral de la puerta-. ¿Cómo has estado Atem? ¿Se acomodaron bien?

-Sí, gracias. Todo está perfecto, no hemos tenido ningún problema por ahora.

-Excelente, ya sabes que cualquier cosa puedes decirme –el de pelo platinado comenzó a caminar por la habitación recto como siempre y serio-. La competencia de Duelos de los Reyes se trata de tres diferentes categorías, todo es dirigido por Ilusiones así que como te dijo Hitoshi es una buena oportunidad para que aprendas…

Pegasus prosiguió a explicarme con lujos y detalles cada cosa que se tenía organizada, en qué consistía y lo importante que se había vuelto en todo el mundo. Se veía que esto era su orgullo y por lo que había trabajado tanto, yo solo esperaba no fallarle en esto.

-¿Cuándo se hará? -pregunté, realmente parecía algo emocionante. Si volviera a competir querría hacerlo ahí, seguro que participaban los mejores de los mejores pero por ahora me dedicaría a mirar. Los monstruos en las cartas ya no eran para mí, aunque tenía la baraja de Dartz que podría darme una gran victoria, tal vez más adelante lo haría, ahora me sentía débil de solo pensar en tener un disco de duelo en el brazo.

-En dos semanas en el estadio de Arenas de Dominó, una construcción mía de este año –dijo sonriendo orgulloso-. Mañana debemos avisar a los participantes, los juegos son muy famosos como para elegir a pocos así que serán 30 personas por categoría.

-¿Y se puede participar en más de una? –pregunté pensando en lo bueno que le iba a Yugi en todos los juegos que existían.

-Claro… Yugi Muto demostró el año pasado que es posible estar concentrado en todas a la vez –dijo mi profesor.

-¿Qué? ¿Yugi? ¿Ganó en más de una? –no lo dudaba ni un minuto de mi hikari, el era muy bueno en eso y si había peleado de la misma manera que lo hizo con Kaiba hace un par de días estaba seguro de que ganó. Pero aún así, aún sabiendo lo bueno que era, no dejaba de sorprenderme. Ganar en dos categorías es impresionante y más si tienes que enfrentarte a las personas más talentosas del mundo.

-No solo ganó en dos –dijo impresionado Hitoshi-. Ganó en las tres categorías. Yo siempre lo digo, ¡ese niño es un genio! ¡Nació para jugar!

-Por eso Yugi es el Rey de los Juegos, Yami –dijo Pegasus mientras se acercaba a mi profesor y le tocaba los cabellos rubios… eso es extraño él ni se quejo… creo que sería mejor no preguntar qué pasaba ahí-. Yo mismo lo coroné así el año pasado después de tu partida. Se ha vuelto muy famoso, todos lo admiran.

-Yugi es el mejor en los juegos, le queda muy bien el título –dije sonriendo mirando hacia abajo. No me gusta eso de que todos lo admiren, no sé por qué, pero no me gusta. Ya me imagino a Yugi rodeado de gente que quiere su atención en la Universidad. Apreté el puño, yo no lo quiero compartir.

¿Por qué estoy pensando en eso? Debería estar feliz por él, ese era su deseo, tener amigos. Pero tengo miedo que no haya espacio para mí ahora, espero que sepa escoger a quienes lo quieren.

El resto del día estuve aprendiendo a dirigir una empresa. Pegasus se contactó con las demás empresas, me mostró el estadio en el que se haría; era enorme y equipado con la tecnología más avanzada. Dijo que desde que me fui el juego se había vuelto tan popular que en todas partes del mundo se hacían grandes arenas, pero principalmente en Domino, Tokio y El Cairo. Me mostró nuevas cartas, las conocía todas, algunos eran monstruos que Seth atrapó en las lápidas hace ya muchos meses, me parecía raro tener que recordarlas como criaturas del mal que invadían cuerpos.

Al final del día me entregó una tablet, tenía los nombres de cada posible participante además de fotos y videos de sus antiguos duelos. Pegasus me dejó la misión de elegir a los participantes.

-Necesito un buen ojo para elegir –había dicho.

Lo quería para mañana en la tarde y eran más de 150 personas por juego… ahora entiendo por qué Kaiba siempre anda de mal humor…

-Tienes experiencia, tanto o más que yo. Será un buen comienzo, demuéstrame que puedes hacerlo, algún día tendrás que encargarte solo de esto como mi heredero.

-Heredero…  es algo complicado.

-No creo que sea más difícil que gobernar a todo un país, faraón Atem.

Ambos compartimos una risa cómplice. Tenía razón, si logré dirigir a mi pueblo también puedo hacerlo con esto. No sé por qué estoy tan nervioso, tal vez sea porque es diferente, ya no tengo a mis sacerdotes pero debería ser capaz de hacer esto, después de todo es solo elegir y categorizar.

Me dirigí afuera, ya estaba cayendo el sol, era verano y anochecía tarde. El patio de la mansión era enorme, tenía una gran piscina y detrás de esta había un hermoso jardín que podía ver desde el balcón en mi habitación.

Caminé por un camino que me llevó al centro, allí había un cerezo enorme de tronco grueso y firme, no era fecha para que estuviese florecido, pero apostaría cualquier cosa a que se vería sublime cuando lo hiciera. Allí, de una de sus ramas, colgaba una hamaca de madera de esas que son para dos o tres personas. Me senté allí, estaba seguro de que a Yugi le encantaría estar acá conmigo, le encantan los cerezos y el aroma que desprenden.

Tenía una libreta a mi lado para anotar los nombres de mis elegidos y en mis manos la tablet, todos eran impresionantes pero no todos llegaron a impresionarme como para quedarse. Al llegar a los videos de Yugi me quede embobado, obviamente él estaba en la lista por ser el campeón invicto pero de todas formas quería verlo en un duelo. Su baraja era muy especial, prácticamente demostraba que no me había olvidado. Él único video que encontré contra él perdiendo fue contra Ryou en un show de entretenimiento en Inglaterra, pero también mostraba como Yugi tenía dos Dioses Egipcios en su mano y se negaba a utilizarlos.

Realmente no sé cómo explicar lo orgulloso que me siento de él.

A muchos de los participantes los conocía y eran mis amigos, bueno menos Rebecca ya que ella quiere quitarme a Yugi, pero en esto vi la oportunidad perfecta para volvernos a ver. Seguro que se llevarían una gran sorpresa.

Aún me faltaba revisar una categoría, era casi medianoche y el jardín era iluminado por luces escondidas, era un jardín muy japonés después de todo, lo había pedido así. Me paré y me dirigí a la entrada de la casa, subí las escaleras y seguí los gritos escandalosos que venían del cuarto de juegos.

-Hey faraón, ¿no quieres unirte? Así te daré una paliza como a Marik.

-Como si pudieras hacerlo, dame eso –agarre el mando del juego y me concentré en ganarles, lo cual no me llevó mucho tiempo.

Qué raro, me pregunto por qué siempre gano en los juegos. Bueno, mejor para mí.

-Haces trampa –dijo cruzado de brazos Akefia.

-No es verdad, ya supéralo. Yo soy el faraón, soy el mejor –me llevé las manos detrás de la nuca mientras me recostaba en el sillón cerrando los ojos.

Sentí un almohadón golpear mi cara seguido de las risas de los otros dos.

-Ups, discúlpame faraón. Por favor no llames a tus sacerdotes, prometo que me portaré bien de ahora en más –escuche la voz de Akefia, se estaba aprovechando, Idiota.

-Esto es la guerra… -agarré el almohadón y seguido me paré y se lo lancé.

Ya falta poco mi Hikari, ya nos volveremos a ver y esta vez no me iré.

 

Notas finales:

¿Les gustó?

Gracias por leer!!

Nos vemos en el próximo capítulo!!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).