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Una Cena por Yukine Kazuya

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Notas del fanfic:

Ni Diamond no Ace ni sus personajes me pertenecen

 

Este es otro OS por el cumple de Miyuki 2016

Dedicado a Shano-chan

Miyuki resoplaba y veía su reloj con insistencia, la reunión se había alargado más de lo previsto y al paso que iban seguramente no podría volver hasta el día siguiente. Apretó un poco los labios ante aquella perspectiva, podía imaginarse la expresión de Sawamura. Sobre todo porque justamente había querido que le asegurara que regresaría a tiempo. No era la primera vez que tenía que dejar la ciudad por asuntos de trabajo pero si era la primera vez que Eijun se mostraba tan insistente, suponía que alguna idea se le había ocurrido, era de Sawamura de quien estaba hablado. No es que no estuviera acostumbrado pero había aprendido a prepararse para sus ocurrencias, lo raro de esa ocasión era que en todas la anteriores se le habían escapado alguna pista y en esta simplemente no había podido averiguar nada. Mucho tenía que ver que la junta había sido repentina y que prácticamente apenas si había tenido tiempo de arreglar sus cosas para salir de inmediato. Un beso y una rápida despedida antes de dejar a Eijun en la estación con una mirada un tanto decepcionada.

 

Pasada otra media hora volvió a ver el reloj, era oficial no lograría llegar ese día, tendría que avisarle que pasaría la noche en la ciudad y que a primera hora del día siguiente tomaría un vuelo a casa. Tendría que aguantar el reclamo y tal vez un berrinche pero no había nada que pudiera hacer, sobre todo porque la junta aun no terminaba. Tal vez el presidente se dio cuenta de lo inquieto que estaba Miyuki o de que el mismo ya se había cansado de aquel discurso, que apresuro las cosas y pasados 15 minutos dio fin a la junta. Con alivio Miyuki se puso de pie y salió de la sala para poder hablar con calma por el celular.

 

Se sentó en uno de los sillones de la estancia y marco el número que ya se sabía de memoria, tardo algunos tonos en contestar

-¿Miyuki? ¿Ya llegaste?? -que le hablara en ese tono le hacía un mas difícil el trabajo

-Eijun aún estoy en la oficina -el silencio que le siguió tampoco ayudaba , escucho que suspiraba al otro lado de la línea

-oh, entonces vas a... Quedarte

-no creo encontrar vuelo y llegaría muy tarde

-supongo que te veré mañana

-Eijun, yo... Si entiendes que esto no lo controlo yo ¿verdad?

-si... Lo sé, no te preocupes -su tono de voz le apretaba el pecho a Miyuki

-prometo compensarte cuando regrese

-ya, no pasa nada. Solo regresa con bien

-bien. No vemos mañana

-si hasta mañana

 

Eijun bajo el teléfono y contemplo el fondo de pantalla, donde aparecían Miyuki y él después de ganar koshien. Suspiro y regreso la mirada hacia atrás en dirección a la cocina, había estado cocinando casi toda la tarde y hasta se había esmerado en preparar un pastel que aún tenía en la barra de la cocina a medio decorar. Hizo un pequeño puchero y se acercó hasta la barra, ya iba a medio camino, podría dejarlo después de todo no lo vería hasta el día siguiente pero si ya estaba en eso y siendo Eijun quien era, prefirió seguir decorando el pequeño pastel.

 

...

Miyuki colgó el teléfono aun extrañado, aquella no era la respuesta que esperaba de Sawamura, esa conversación solo había servido para confirmar que algo rondaba la mente de Sawamura. Resoplo y volvió a checar la hora en su celular también el tenia de fondo una foto de Sawamura y el de la temporada que habían ganado el campeonato como profesionales, en realidad el ultimo que habían jugado juntos.

 

Después de salir de Seido, Miyuki había sido reclutado por un equipo profesional, pero había decidido seguir estudiando, ver lo que le había pasado a Chris había influido y termino de confirmar que había sido una buena decisión cuando años después Masatochi, ex jugador de Inashiro, diera fin a su carrera después de una lesión. El sabía lo que era una lesión y por lo mismo había pensado en una opción alterna. Había descubierto que los números y los negocios también eran lo suyo y no era de extrañar si tomaban en cuenta que tenía una mente aguda para crear jugadas, era estratega por naturaleza y eso le había permitido hacerse de algunos negocios importantes y ser inversionista de algunas empresas importantes dentro y fuera del país, incluso tenía algo de capital en el equipo para el que jugaba Sawamura.

 

Eijun por su parte era otra historia, no es que no tuviera otras habilidades pero en el último año de Miyuki en Seido había dejado claro que tenía un talento que no podía de ninguna manera desperdiciarse, había demostrado que como pitcher en ningún momento dejaría de evolucionar, era de los pocos jugadores con tanta versatilidad. Por eso después de ganar por segundo año consecutivo Koshien, las ofertas de reclutamiento le llovieron al instante. Fue el equipo de Miyuki quien más le ofreció al pitcher ya que al tener a su antiguo compañero de batería era una apuesta segura. Eijun no la desaprovecho y no solo por el contrato sino porque desde un año antes Miyuki y el eran pareja, con aquella nueva situación no tardaron en irse a vivir juntos.

 

Miyuki se pasó la mano por el cabello mientras Eijun seguía ocupando su mente, habían pasado por algunos cambios cuando el decidió dedicarse a los negocios pero en todo ese tiempo Sawamura nunca había tenido una respuesta como aquellas. No podía estar tranquilo hasta que entendiera de que se trataba y lo peor era que volver a marcarle y preguntarle tampoco era una opción si no se lo había dicho hacia algunos minutos no lo haría en ese momento. Frustrado se puso de pie y comenzó a caminar hacia la salida. De pronto un pensamiento llego a su mente y se frenó de golpe

-tiene que ser eso

 

Eijun tenía dos semanas de descanso gracias a una leve lesión en el tobillo derecho. En su último juego había estado lloviendo, algo muy extraño para esa época del año y con el campo resbaloso después de un lanzamiento al pisar al final del movimiento su pie resbalo y termino torciéndoselo y con un esguince de segundo grado. Su expresión había sido de pánico ante la cantidad de posibilidades que le pasaron por la cabeza pero Miyuki se había dedicado a decirles que todo estaría bien, que no era tan grave como para pensar en algo tan falta como el retiro. Sin embargo había estado un poco decaído. Miyuki se mordió el labio y se regañó mentalmente

-¿qué no lo conoces lo suficiente? Ha estado todos estos días en casa y seguro que sobre todo hoy estuvo llenándose la cabeza con ideas innecesarias. Debí sugerir que viniera y ahora aparte de todo no llegare a dormir, ¿puedes ser más tonto Miyuki Kazuya?

 

Seguía regañándose cuando unos tacones se acercaban a su espalda y lo llamaban con insistencia

-Miyuki-san que bueno que aún no se ha ido, por un momento temí no alcanzarlo -saliendo de sus pensamientos se giró para dedicarle una sonrisa a una joven quien era la asistente del su jefe

-Yashi-san buenas noches. ¿pasa algo?

-fiuuu buenas noches, no es nada, solo que las chicas de la oficina queríamos darle esto -Yashi le extendió una tarjeta que tenía en la imagen una ilustración muy colorida con globos y un pastel y un letrero que decía feliz cumpleaños -Miyuki-san en nombre de todas le deseamos un muy feliz cumpleaños

-definitivamente eres un completo idiota -Miyuki le sonrió a la muchacha y acepto la tarjeta -muchas gracias Yashi-san, no hacía falta

-no, no. Lo hicimos con mucho gusto

-muchas gracias. Por cierto, Yashi-san ¿el jefe ya se fue?

-no

-¿me podrías hacer un favor? -la chica no entendía muy bien a que venía aquello pero no se negó

 

...

Eijun colocaba una última trufa de chocolate blanco sobre el pastel mientras suspiraba y se recargaba sobre la barra mientras se chupaba un dedo para comprobar el sabor de aquel postre. Paso la mirada por la mesa que antes de la llamada de Miyuki ya había arreglado. Se había esmerado por hacer todo aquello y Kazuya no llegaría a tiempo, le daba algo de coraje tener que recoger todo aquello, así que antes de que terminara haciendo algo que no se, alejó de la barra y se recostó en el sofá. Y sin poder evitarlo recordó como era que aquello se le había ocurrido.

 

Ambos caminaban de regreso a casa después de haber salido a cenar, por lo regular Miyuki cocinaba pero aquella había sido una semana algo pesada. Comenzaba hacer frio y Eijun caminaba pegado a Kazuya mientras sostenía su mano.

-ya es noviembre

- si, lo sé por eso ya comienza a hacer frio

-pero no me refería a eso -Kazuya le miro sin entender - es noviembre, va a ser tu cumpleaños

-¡aah! eso hahaha

-en serio Kazuya ¿cómo puedes pasarlo por alto?

-sabes esa respuesta

-pero ya te había dicho que eso no volvería a pasar o no mientras estuviera a tu lado -Miyuki lo acerco un poco más gracias a ese comentario -¿quieres algo en especial?

-mmm no lo se

-Kazuya vamos, piensa en algo

-hahaha ok, ok déjame ver –Eijun lo miraba con unos ojos tan ilusionados que le resultaba un poco difícil concentrarse y por eso contesto

-una cena

-¿que?

-si, me acostumbre a preparar mi propia comida casi desde que tengo memoria por eso seria interesante

-dalo por hecho, te prepare una deliciosa cena

-oye, solo no lo llevas a un extremo en el que terminemos con una casa incendiada

-¿que se supone que significa eso?

 

Ambos se habían carcajeado, Eijun suspiro recostado en el sofa pensado que seguramente lo había olvidado

-y tanto que me esforcé.

 

Al estar ahí recostado y en el silencio de la casa no tardo en quedarse dormido.

 

La puerta se abrió suavemente y en silencio. La luz de la sala estaba encendida pero era bastante tarde. Miyuki camino en silencio imaginando que el pitcher, así como era de distraído, había olvidado apagarla, sin embargo se sorprendió al encontrarlo sobre el sofá dormido. Paso la mirada por el comedor que estaba arreglado con la cena. Negó con la cabeza pensado en lo idiota que había sido y se acercó a Eijun, se agacho para contemplar su rostro, había llorado. Aun tenía una lagrima rodando por su mejilla, la pregunta era; lo había hecho por su descuido o por el dolor de su tobillo. El frasco de pastillas estaba sobre la mesita de centro lo cual le decía que seguía molestándole pero casi podía asegurar que aquellas lagrimas eran su culpa. Con suavidad la limpio y dejo su mano sobre aquella mejilla que era tan cálida. El pitcher pestaño y abrió lentamente los ojos. Al distinguir al que tenia de frente se sorprendió y de inmediato se enderezo

-Miyuki pero ¿cómo? Dijiste que no podrías llegar... - pero Kazuya no le permitió terminar aquella oración porque lo abrazo con fuerza

-pedí algunos favores, no podía perderme mi propia celebración -Eijun correspondió el abrazo y negó con la cabeza

-eres un tonto Miyuki. Solo a ti se te puede olvidar tu propio cumpleaños, dime ¿que harías sin mí?

-¿la verdad? estaría completamente perdido -se separaron un poco y Eijun rozo la nariz de Miyuki con su propia nariz mientras le susurraba

-feliz cumpleaños Miyuki

 

Quitándose lo adormilado, Eijun y Miyuki disfrutaron de la cena que Sawamura con mucho cariño había preparado. En todo momento el pitcher había mantenido sus ojos fijos en el catcher fascinado con el hecho de que el otro estuviera disfrutando de lo que le había preparado. Era un sentimiento cálido que lo hacia sonreír suavemente. Por su parte Kazuya elogio la cena de Eijun, se notaba el empeño que le había puesto y en todo momento sostuvo su mano. La verdad era que no necesitaba la cena para sentirse feliz en su cumpleaños...

 

Después de comer incluso el pastel de chocolate amargo, Eijun volvió a bostezar pero no quería irse a dormir, quería seguir charlando con su Miyuki. Por eso Kazuya acomodo a Eijun sobre su pecho mientras descansaban en el sofá, ambos disfrutando de la respiración del otro.

-¿te gusto la comida?

-por supuesto, sabes que no te mentiría. Aunque la verdad es que cuando te lo dije tu mirada me estaba distrayendo. Lo cierto es que no necesito más que esto para ser feliz en mi cumpleaños

-¿de que hablas???

-de que esto es suficiente, mientras te tenga a ti entre mis brazos mis cumpleaños ya son especiales porque tú los volviste únicos. No le pondría ni le quitaría nada. -Eijun se apretó un poco  más contra el pecho de Miyuki y se enderezo para besar con dulzura y una extremada calma los labios de Kazuya

-entonces hare que cada cumpleaños sea único. Te amo Miyuki Kazuya

-no más de lo que yo te amo Eijun.

 

Y esta vez fue Miyuki quien llevo sus dedos al mentón de Eijun para acercarlo y besarlo con aquella dulzura que solo a él le podía dar.

Notas finales:

Cuando se trata de ellos dos simplemente este tipo de situaciones se dan con tanta naturalidad que disfruto mucho escribiendola, espero que ustedes tambien disfrutaran leyendola

Como siempre comentarios, sugerencias y dudas son bien recibidas y si solo quieren pasar a saludar tambien se vale

Saluditos


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