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Jeho divoké oči (Ojos salvajes) por yue-sama

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Notas del capitulo:

gracias por el gran recibimiento que tuvo este fic.

pues antes de comenzar quisiera saber que dias quieren que actualice?? es muy importante para dejar un dia ya en especifico.

otra cosa, esta semana habra otra actualizacion, quiza viernes, ya que la proxima semana me voy de viajes y no podre subir capitulo.

asi que mejor dejarles dos caps de un solo, que piensan?

ahora si, aqui el cap.

Se levantó en sus cuatro patas y asomó la cabeza por los barrotes, viendo hacia donde estaba la zona boscosa y pudo notar algo extraño, varios Betas estaban ordenando su patio de juegos y eso no le gustaba ni un poco, él había hecho algunas cosas ahí que los Betas estaban deshaciendo. ¡¡Era malo!!

 

 

Era su lugar.              

 

 

Si estuviera en su forma humana seguro tendría un enorme puchero.

 

 

Quiso salir y darles unos mordiscos a esos hombres… pero se detuvo, ¿por qué actuaba así? A él no le gustaba la violencia —era su instinto de Omega lo que lo hacía actuar de esa manera—, no sabía lo que le pasaba.

 

 

Retrocedió asustado y trató de tranquilizarse pero la voz de Pain —ese chico que no le gustaba mucho—, se estaba acercando mientras hablaba por celular. Cuando llegó donde él, lo admiró.

 

 

—Vamos princesa, tienes que bañarte y cambiarte —a Naruto no le gustaba absolutamente nada que Pain le diera órdenes, él no era suave, era brusco y le había hecho eso… No quería tenerlo cerca pero era uno de sus cuidadores y tenía que aguantar ver su cara. Comenzó acicalarse con su lengua en tono de rebeldía pero Pain golpeó los barrotes asustándolo—. ¡AHORA! —dijo fuerte y algo en Naruto se volvió sumiso y acató la orden.

 

 

Camino a paso lento hacia el pequeño cubículo donde había una regadera, y se transformó al estar dentro cerrando rápidamente la cortina para que Pain no viera su desnudez.

 

 

Trató de bañarse tranquilamente pero algo en su pecho estaba hirviendo, estaba comenzando a ponerse inquieto y nervioso, muy ansioso.

 

 

Y no le gustaba nada, ¿quizás estaba emocionado? Todo era muy nuevo para él y tal vez la noticia de un nuevo compañero le alegraba el alma.

 

 

Con el ánimo arriba terminó de lavar su cuerpo y salió enrollándose en una toalla y viendo que Pain ya no estaba sino que ahora era la chica de cabello dorado, ella estaba dentro de su jaula sosteniendo un juego de ropa, Naruto sonrió feliz yendo directo a ella para frotarse en su pecho.

 

 

No es como si la viera de otro modo, ella simplemente le daba calor y protección, despedía olor fuerte y le hacía sentirse tranquilo, ella era Alfa pero nadie le había comentado eso y la chica lo mantenía en secreto, simplemente estaba ahí protegiendo a ese dulce Omega y hasta ahora estaba cumpliendo su misión de infiltrada.

 

 

—¿Estás emocionado?

 

 

—¡¡Si!! —ella, además, era una de las pocas que hablaba japonés, todos hablaban checo y él lamentablemente no había aprendido el idioma ya que no tenía amigos checos que le enseñaran.

 

 

Apenas podía decir lo básico, que era muy poco.

 

 

—¿Crees que será un buen compañero? —dijo ella

 

 

—Eso espero Tsunade. ¿Será agradable? ¿¡Querrá jugar conmigo!?

 

 

Ella lo abrazó más fuerte y sobó suavemente su pelo mientras mordía su labio con dolor, ella sabía que llevaban a un macho Alfa con quien juntar al pequeño rubio, que ni siquiera le llegaría a los hombros. Estaba asustada por él.

 

 

Habría un Alfa muy pronto ahí además de ella, y no se metería en una pelea con ese Alfa por proteger a Naruto, simplemente no podía, tenía un Omega muy bello en casa esperando por ella y además, esperaban un bebé.

 

 

No necesitaba otro Omega.

 

 

—Espero que sí cariño, ahora ven, vamos a dar una vuelta antes de que abran las puertas.

 

 

El pequeño asintió feliz y se cambió rápido, enfrente de ella, no importaba, estaba feliz por salir de esa pequeña habitación e ir a ver a sus amigos, salió dando pequeños brinquitos que le provocaron a ella una sonrisa detrás de él, el chico casi de inmediato se dirigió hacia la jaula de un hermoso lobo color café, este al verlo aulló y movió la cola feliz.

 

 

Al instante se convirtió en un humano que se sentó en el suelo cubriéndose como podía su desnudez y saludo feliz a Naruto. Él no era tan sumiso como el rubio y era rebelde, por eso no se ganaba salir de ahí. También era un Omega.

 

 

—¡¡Kiba!! ¡¡Voy a tener compañero!!

 

 

—¿¡Qué!? —chilló el otro—. ¿¡Cómo es posible!? ¡¡Es asombroso!!

 

 

Tsunade que miraba todo, sintió cómo su estómago se revolvía, ¿cómo era posible que tuvieran a Omegas encerrados así? Cuando vio Betas acercarse se contuvo de arrancarles las gargantas a zarpadas por hacer ese crimen.

 

 

Si bien los Omegas eran los últimos en la jerarquía, no se merecían ese trato y ella siendo policía estaba en ese caso investigando y de verdad, no podía esperar para meter a esos hijos de puta en la cárcel.

 

 

Había notado que casi todos eran animales grandes —no habían aves—, pero todos eran Omegas, se aprovechaban de que eran débiles y no tenían complexión fuerte, sabían que si les hablaban de forma ruda ellos bajarían la cabeza. No eran más que Betas tratando de imitar Alfas.

 

 

—Pobres diablos —escupió con todo su rencor.

 

 

—¡¡Hey!! Lleva a Naruto a su hábitat ya, estamos por abrir.

 

 

Odiaba recibir órdenes de unos simples Betas, ella era Alfa, ella dominaba pero tenía que morderse la boca y suprimir su fuerte esencia con ellos para que no sospecharan nada, estaba infiltrada claro está.

 

 

—Sí, de acuerdo. Vamos Naruto —dijo fuerte viendo como el chico se tensaba y obedecía de inmediato despidiéndose apenas de su amigo.

 

 

Se reprendió por estúpida al haber hablado tan fuerte, el chico no estaba acostumbrado a escuchar una voz tan dominante y tuvo que retener un gruñido de frustración.

 

 

Mientras iban hacia el cuarto de Naruto pasaron cerca de otro de sus amigos y Naruto chilló aterrado cuando vio como sometían al pobre chico.

 

 

Tsunade paró su caminar y vio la escena.

 

 

Unos malditos Betas estaban sosteniendo el cuello de un zorro contra el suelo y este se removía furioso.

 

 

Cuando escuchó el chillido del animal se le erizó toda la piel y no pudo evitar que sus feromonas de enojo salieran, era tan espeso que Naruto casi se puso a chillar, olía rancio, amargo y desagradable, pero su pequeño corazón estaba fijo en su amigo, había visto como ese Beta le había pateado su patita muy fuerte y ahora cojeaba, ellos se reían y él quiso llorar, agarró la mano de Tsunade y esta reaccionó, la rubia mayor se fijó en que los Betas miraban hacia ellos por lo que agarró a Naruto fuerte del brazo y comenzó a caminar, lo dejó a salvo en su habitación cerrando los barrotes y dio la vuelta con apenas una sonrisa para calmar al rubio.

 

 

¿Por qué hacía todo eso?

 

 

Era fácil, se había encariñado con ese rubio muy rápido y es que era imposible no hacerlo cuando el chico era tan adorable y sencillo, había sentido salir su lado materno/paterno con él y sintió rabia al saber que su hijo podía ser Omega y podría correr con la misma suerte de Naruto y eso, le partía el corazón.

 

 

Cuando se trataban de sus cachorros era mejor no meterse con un Alfa, o salían muy mal, incluso hasta muertos.

 

 

Marcó un número de teléfono tratando de comunicarse con su compañero pero este no contestaba y eso no le gustaba para nada.

 

 

—¡¡Maldición!! Contesta pequeño maricón —rugió enojada—. Más te vale aparecer imbécil, si no quieres que te corte esa cola de tigre que tienes —dejó un mensaje de voz.

 

 

Ella no estaba sola en ese caso, tanto ella como su compañero habían viajado desde Japón para investigarlo pero el tipo había desaparecido, solo esperaba que no estuviera follando a cualquier Omega que se encontrara por ahí o ella se encargaría de dejarlo sin pelotas —literalmente—. Se fue enojada de ahí.

 

 

Naruto se transformó en el bello tigre que era y esperó paciente a que abrieran la rendija para salir y cuando eso pasó salió corriendo y comenzó a desordenar el lugar, tratando de ponerlo como a él le gustaba, todavía no se olvidaba de que habían arruinado su pequeño patio de juegos y él lo quería de vuelta. Comenzó a moverse de un lado al otro, buscando el mejor ángulo, moviendo las cosas menos pesadas con su cabeza, hasta dejarlo más o menos como le gustaba.

 

 

Algunos niños comenzaron a llegar y se maravillaban con él, se puso juguetón muy rápido, se acercó hasta estar enfrente de ellos, a veces deseaba que ese feo vidrio no los dividiera, se echó enseñado su pancita y ellos gritaron emocionados, reacción con la que él se sintió complacido.

 

 

Sus orejas se levantaron al escuchar como unos niños gritaban a sus padres.

 

 

—¡¡Mira, mira!! ¡¡¡El zorrito no se mueve!!!

 

 

Se paró de inmediato y trató de ver pero era imposible, se paró en sus patas y asomó su cabeza, varios se asombraron y tomaron fotos aglomerándose en su jaula, pero él quería ver a su amigo.

 

 

Estaba preocupado, podía reconocer los lastimeros gemidos y no le gustaban, se bajó y comenzó a caminar como si en eso se le fuera la vida, ahora solo tenía que esperar que su jornada terminara para ver si podía saber algo de Gaara.

 

 

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Se acababa de terminar de cambiar y estaba sentado en su cama vistiendo su pijama cuando por la puerta entró Tsunade.

 

 

 

—Por favor—dijo suavecito—, llévale esto a Gaa-chan y dile que lo quiero mucho y que le mando un beso a esa patita lastimada.

 

 

Que mono” pensó la Alfa agarrando suavemente las pastillas que Naruto le daba, eran para el dolor, le pareció extraño y frunció el ceño, ¿por qué Naruto tenía ese tipo de pastillas? ¿Acaso también lo habían maltratado?

 

 

—Por favor ve rápido, sé que puedes infiltrarte en su cuarto, revísalo, dile que te mando yo, dile que no sea arisco, y si no es mucho pedir, ¿podrías venir a decirme cómo está? Por favor.

 

 

—Claro que si Naruto, pero eso será mañana, ahora descansa.

 

 

Naruto asintió y se acostó en la cama acomodando su cabello, estaba exhausto pero había sido otro feliz día con sus niños corriendo y sonrientes,  sin darse cuenta se quedó dormido.

 

 

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Él estaba tranquilamente dormido, soñando con cosas muy bonitas como lo era su mamá pero fuertes sonidos lo despertaron y tuvo que calcular que era de madrugada y se asustó.

“Nadie” absolutamente nadie estaba en el zoológico a esas horas. No pudo evitar sacar su cuerpo de la cama, y asomarse por la rendija para ver su zona de juegos y notó que al otro lado de su zona boscosa estaban prendidas las luces, ¿qué estaba pasando? Estaba demasiado lejos para poder ver con claridad.

 

 

Pudo ver a Pain, su pelo anaranjado era muy vistoso y se interesó, ¿qué hacía al otro lado de su zona? Sabía que ahí había otro cuarto como el suyo, solo que estaba desocupado y algo hizo click en su pequeña mente.

 

 

—¡¡Mi compañero!!

 

 

Fijo mejor la vista y todo su cuerpo se erizó al ver como entre 5 hombres sometían a una enorme bestia de pelaje blanco para que entrara a la habitación.

 

 

Fue en cuestión de segundos no pudo admirarlo bien por la gran distancia de más de 50 metros —tampoco olió, ni escuchó nada—, pero si se dio cuenta de esos ojos celestes bestiales que habían visto todo de manera desorientada, una mirada tan salvaje que hizo que retrocediera un poco.

 

 

Vio cómo uno de los hombres había sido mordido fuertemente, casi arrancándole el brazo y llenando de sangre la habitación, después todo se descontroló y él tuvo que dejar de ver, a su “compañero” parecía gustarle la violencia y tuvo miedo.

 

 

 

Era el animal más bonito que había visto, pero en ese momento se dio cuenta de que las cosas más bonitas eran las más peligrosas.

Notas finales:

en este historia tsunade esta joven, no se si quisieran que les explicara algo? si es asi por favor dejar su rw con su pregunta y yo contestare por cualquier duda.

  sus rw ya estan contestados y tambien gracias por leer.   nos vemos  

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