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No digas nada | Kaisoo por tonny-17

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Notas del fanfic:

 

 

 

Otra vez.

Su puerta es golpeada delicadamente. Seis toques, y sabe quién es aquella persona que lo busca.

Van tres meses pasando lo mismo.

Se arrastra de la cama, y molesto, se coloca las pantuflas. Lanza la almohada con molestia contra la pared. Controla su ira, y tranquilizándose, va hacia la puerta principal.

Gira el pestillo y ahí, frente a él, se encuentra su espejismo. El moreno sonríe de oreja a oreja. Sin hacer movimiento alguno salvo respirar.

Kyungsoo juró que no volvería a abrir. Se juró a sí mismo olvidar al moreno que cada noche toca a su puerta. Y aunque su corazón se acelere de gusto, y todo su sistema se derrita al solo sentir la presencia contraria. Una mueca de molestia se plasma en su rostro.

 

— ¡Qué demonios haces aquí! ¡Piérdete! —Grita furioso, y de la misma forma en que abrió, cerró la puerta en las narices de Jongin.

 

Van tres meses desde que Jongin aparece frente a su puerta; día a día, y aunque él no lo quiera aceptar, le encanta el gesto que el moreno está teniendo. Lo maldice, pero por dentro se derrite por cada visita.

Suspira por última vez, y esta vez, se vuelve a jurar que realmente no volverá a abrir si esto vuelve a suceder.

Pasa saliva, y abre de nueva cuenta.

 

Entra. —Susurra entre ordenando y apenado.

 

Sin esperar a más, Jongin obedece. Camina hasta quedar en la habitación del dueño, y sin decir una sola palabra a su paso o siquiera agradecerle por sus buenas acciones, simplemente lo ignora y continúa caminando. Él, solo entró como si fuera su propia casa.

 

— ¿Qué está haciendo? —se pregunta en el segundo el moreno comenzó a desprenderse de su ropa, y finalmente, quedar en calzoncillos mientras se arropa con las sabanas y se recuesta en la recámara.

 

Jongin levanta su mano y aun recostado en la suave cama del otro, le pide que venga con un simple movimiento de manos.

Kyungsoo niega. Él por nada del mundo piensa ir a los brazos del otro. Pero su cuerpo se mueve por sí solo, y ahora mismo, sin su consentimiento, ha tomado lugar en la misma cama. Justo al lado del moreno y entre pequeños hipos,  lo maldice.

Jongin continúa con su voto de silencio. Solo acunando a Kyungsoo entre sus brazos y no dice nada por los leves golpes que el más bajito le propicia.

 

—No vuelvas a irte, por favor.

 

Pero no recibió respuesta alguna.

Kyungsoo estaba harto de siempre pedir lo mismo.

Estaba harto de que a la mañana siguiente, Jongin siempre desaparezca.

De que cada noche toque a su puerta, y lo ignore cuando lo deja pasar.

Pero sobretodo; estaba harto de sentirse feliz cuando el moreno aparece frente suyo en cada anochecer.

 

*

*

*

 

Sehun entra a la enorme institución. Suspira en agonía mezclada con la felicidad, toma su mochila y a paso decidido, va hacia la prefectura del lugar.

Entre pocas palabras y mínimos movimientos, entrega sus documentos. Una leve sonrisa y ahora se le entregan a él, otros documentos totalmente distintos.

Entre el aire queda un «Bienvenido», perdiéndose en cada paso que el alto joven daba.

Ahora está frente a su clase. La universidad siempre fue su sueño, y ahora lo está cumpliendo.

 

— ¿Oh Se Hun? —Un solo asentimiento y el otro joven muchacho, estira su mano. Presentándose, a Sehun solo le entran unas cuantas palabras que este le dirigió al ver a un chico caminar con pesadez.

 

Cargando a su derecha una liviana mochila, mientras a su izquierda, un tipo moreno le susurra cosas al oído en cuanto a este, solo gruñe en desaprobación.

Ambos chicos pasan cerca de un puñado de gente, murmullos se crean al paso de ambos.

Sehun relame sus labios y justo en el momento que el más bajo de los dos salió corriendo apurado del pasillo, el moreno detiene su andar. Las personas lo miran, y continúan murmurando.

Abre su boca, pero el moreno suelta un bufido provocando que la masa de personas deje de hablar más. Sus ojos se conectan, y Sehun no puede evitar seguir al moreno con la mirada.

Una sarcástica sonrisa aparece en los labios de aquel hombre desconocido, y Sehun traga pesado ante esto. El moreno se acerca paso a paso, y Sehun solo puede pensar en cuanto la ha cagado al meterse, posiblemente, en problemas con, posiblemente, el brabucón del lugar.

 

—…Y seré tu guía por todo el día de hoy.

 

Sehun presta toda su atención a su guía y el moreno, al sentirse ignorado, se va hacia otra dirección. Golpea el bote de basura con enojo y todos los que transitaban por el lugar, se detuvieron a ver el acto.

 

—Vamos, aún hay mucho por recorrer.

Bien.

 

*

*

*

 

 

A paso decidido, deja caer su mochila. Se desprende del sweater azul, y tomando la chaqueta de alguien más, se la coloca.

Alguien lo empuja y unas cuantas malas palabras salen de los labios de aquel desconocido, Kyungsoo solo lo ignora y continúa su marcha hasta aquel club.

Ahora ha formado parte de una pelea callejera. Los golpes caen en su cuerpo, los gritos de los demás, gracias a la bulla que arman, entran en sus oídos. Un solo puñetazo que cayó en la mandíbula del desconocido, y sale victorioso al noquearlo con un simple golpe.

Entra al Club. Deja todo el dinero que lleva consigo y el bartender le sirve inmediatamente lo que este deseé.

La cerveza llega a sus manos, un solo guiño por parte de aquel bartender y los gritos de las personas a su alrededor, Kyungsoo bebe del líquido amargo como si fuera agua de un solo trago.

 

Vámonos. —Susurran a su oído, lo toman de la cadera y atrayéndolo hacia fuera, niega.

—Déjame.

—Vámonos, por favor. —Jongin pide y como Kyungsoo es un completo blandengue ante las suplicas del moreno, obedece.

 

El frio viento congela las mejillas del Do. Las lágrimas corren por estas mismas. Todos lo miran, pero no hacen nada.

Es «el chico de Kai» al fin de cuentas. Lo conocen, no lo tratan, pero lo respetan.

 

 

*

*

*

 

 

—Y ese, ¿Quién es? —El nuevo alumno mira al chico que esta al fondo del salón.

 

Una pequeña sonrisa junto a un suspiro, que bien pudo haber sido de cansancio, de la persona que le da el recorrido y al fin, habla.

 

Kyungsoo.

 

Y ahí no quedo todo el asunto. Sehun afila su mirar y nota levemente como el chico de piel blanca se gira dándole la espalda al moreno.

El moreno intenta tocar la espalda de este, pero en un movimiento rápido, Kyungsoo se levanta de su lugar. Camina fuera del aula, dejando al moreno con una expresión de pesar. Un pequeño suspiro salió de este y en el momento que Sehun trató de abrir su boca, el moreno le dirigió una abrumadora mirada.

Sehun se voltea de inmediato, suspira con susto y todo su cuerpo se heló ante la pesada mirada del otro.

 

— ¿Te encuentras bien, Sehun? —Pregunta su guía alarmado. Él solo mueve su cabeza en afirmación. Soba un poco su brazo derecho y mira al frente, justo donde el pizarrón se encuentra.

—Todo bien, ¿Qué más tenemos para ver?

—Oh, la cafetería. —Y con la corta respuesta, ambos se dirigieron hacia aquel espacio.

 

 

*

*

*

 

Uno de los lugares favorito de Kyungsoo es el parque. Por eso, cada que puede, visita aquel lugar.

 

—No sé si este es tu lugar favorito, o es cualquiera donde yo pueda estar.

—Ambos. —Y sin rastro alguno de pena o vergüenza Kyungsoo lo afirma.

 

Jongin suelta la carcajada de inmediato. Niega y sin el consentimiento del otro, lo toma de la mano y jalándolo, lo lleva hasta su auto.

 

—Entonces vamos a nuestro nuevo lugar favorito. —Guiñando y relamiéndose los labios, Kai habla.

 

Kyungsoo en ningún momento cambio su expresión. El moreno suelta una carcajada de nueva cuenta. ¿Acaso esperar una tímida acción del Do era realmente difícil? Al parecer así es.

 

—Me gusta la adrenalina, —con la voz un poco más débil, Kyungsoo le comenta. Sube al asiento del copiloto, sorbe un poco de la nariz ya que el helado clima lo hacen moquear un poco. —me gustas tú. —Susurra, agradeciendo que el moreno no lo escuchara.  Porque eso rompería lo que están tener.

 

 

Quizás, solo quizás, Jongin si escuchó.

Quizás, solo quizás, le respondió «tú también».

Y, quizás, solo quizás, ambos intentaron ignorar aquella confesión.

 

*

*

*

 

Las conversaciones y gritos de los demás estudiantes, se cuelan sin su permiso en los oídos de Sehun. Toma su charola e intenta decidir qué comer. Su guía le comenta sobre los menús que tienen cada cierto tiempo al igual que los alimentos que no debe consumir, claro, si no quiere acariciar el retrete a cada segundo del día.

Un par de pasos. Más gritos a su alrededor. Más información sobre comida, y finalmente, los vuelve a ver.

A los dos chicos que desde aquella mañana le robaron por completo la atención.

Ahora Kyungsoo mastica con una mueca de tristeza. Sus lágrimas salen sin control alguno mientras el moreno, aquel moreno que lo ha seguido en todo el día, llora de la misma forma.

Lamentos son con los que ambos se ahogan. Kyungsoo agacha su cabeza mientras el moreno mira hacia el cielo, negando por algo. Intenta pasar su mano por el hombro de Kyungsoo, y en ese mismo instante, el otro se levanta de su lugar. Lanzando la charola con comida a su paso y dejando entre el aire un lastimero grito, se aleja.

Nadie dijo nada, salvo suspirar.

 

— ¿Qué acaba de suceder? —Sehun pregunta, casi al instante en el que Kyungsoo cruzó la puerta de la cafetería y el moreno lo siguió cual perro faldero.

—Es una larga historia, Sehun. —El guía suelta un leve suspiro, mientras un tipo alto limpia la mesa sucia. Sonríe juguetón, y un puñado de personas se acerca a este mientras murmuran cosas.

—Y ese, ¿Quién es? —Vuelve a preguntar, la sonrisa de guía se ensancha de oreja a oreja.

—Kris Wu. —Un leve silencio y cruzándose de brazos, continua—: Esta enamorado de Kyungsoo.

 

Kris toma la bandeja con sopa y arroz desparramados en esta y sin importar a más, alza sus hombros ante las burlas de los otros.

«Olvídalo. Kyungsoo jamás te verá a ti. Jongin lo es todo para él.» y el alto hombre vuelve a alzar sus hombros. «Yo lo veo a él, eso es lo importante. » Y con esa frase, se alejó de todos los mirones.

 

 

*

*

*

 

Kyungsoo sube al auto.

Gritos, malas palabras, más gritos y golpes.

Kyungsoo continúa en el auto. Jongin grita que se baje este.

Pelean. Se gritan. Se maldicen. Y al final, ambos se desgastan los labios. Entre violentos toques y maldiciones suaves, Jongin toma el rostro contrario.

Rápidamente, el Do es forzado a sentarse sobre el regazo de Jongin. No dice absolutamente nada, porque perdieron dos segundos de besos por una simple acción, así que continúa besando con desesperación.

Mueve sus caderas, y Jongin presiona sus caderas para que pare. Besa el cuello, y el moreno lo toma de los cabellos para que sus labios no se aparten de los propios. La piel puede ser para después, lo importante ahora son sus sedientas ganas de arrebatarle la respiración.

Con fuerza y un poco de ternura, toma la nuca de Kyungsoo, aprovecha para probar aquellos húmedos labios. Mordiendo cuando recuerda que está enojado. Besando cuando recuerda que lo ama. Acariciando cuando recuerda que es a Kyungsoo quien tiene encima suyo.

Ahora lo aleja, provocando que este se golpee contra el volante y se queje del simple hecho de haber sido lanzado lejos en un espacio tan pequeño; lo aleja porque ahora que lo recuerda, es a ese maldito de Kyungsoo, a la persona que ama y de quien esta malditamente enojado.

 

—Vete con ese puto de Kris.

 

Y ahora, hay más gritos, más malas palabras, y más reñidas caricias.

 

 

*

*

*

 

El recorrido continúa, tres clases han avanzado ya y saliendo de la penúltima, encuentra de nueva cuenta a su guía.

 

—…Y, generalmente después de las cinco de la tarde, la cafetería cierra, por lo que es recomendable que compres antes de esa hora.

— ¿Eso es todo?

—No. Nuestra última parada es: la biblioteca.

 

Dando pasos y charlas, el joven guía habla de todo lo que sabe.

 

—Normalmente, nadie entra a una biblioteca, pero aquí no es el caso. —Con confianza comenta. —Si intentas ocultarte, no te recomiendo este lugar. Brabucones, nerds, personas normales, burros e incluso los de fuera; todo tipo de persona entra a este lugar.

—Oh.

—Este es el único lugar en toda la universidad, que tiene aire acondicionado. Los demás solo tienen ventiladores, créeme, no querrás estar aquí en verano e invierno.

 

Los comentarios quedan atrás cuando toma el primer libro.

Y los vuelve a ver.

El moreno cantando al aire leves «La-la-la», el más bajo leyendo un libro mientras recarga su espalda contra la madera. Quedando frente a frente, uno mirando al otro y el otro, ignorándolo.

 

— ¿Qué estás viendo…? —Actuando de forma rápida, Sehun ahuyenta a su guía.

 

Le pide que le enseñe mejor otros lugares de la biblioteca que no sean simplemente la sección de animales, y sin esperar a más la otra persona lo guía.

Sehun suspira aliviado. Si el moren ose le vuelve a topar, será mejor que le agradezca esta vez por el mero hecho de haberlo cubierto.

Porque en el momento en el cual Sehun ahuyentó a su guía, el moreno comenzó a gatear tal cual felino, llegando con lentitud hasta donde Kyungsoo se encontraba.

Pero eso no fue todo, en el momento en el que Kyungsoo abrió las piernas un poco, este aprovecho para hacer su recorrido hasta su sexo.

 

Me debes una.

— ¿Perdón?

— ¡Oh! Nada. Pensé en voz alta.

 

 

*

*

*

 

Los leves gritos y gemidos logran ser cubiertos por todos aquellos libros de pasta gruesa del lugar.

Las personas a su alrededor ignoran lo que esté sucediendo en la sección de animales, y solo se centran en  sus trabajos escolares y lecturas. Alguno que otro en una cita, pero de ahí en más, todos ignoran lo que pasa.

 

—Te voy a matar. —Kyungsoo suelta la amenaza en un hilo de voz. Kai solo sonríe y vuelve a su trabajo inicial. Ignora la advertencia y separa las piernas del otro.

 

Una, dos, tres, nueve estocadas, y el Do parece querer desfallecerse ya que vio entre su borrosa visión, el cuerpo de un par de estudiantes.

Once, doce, trece estocadas más, y ahora muerde un libro porque a Jongin le gusta hacerlo sufrir al morder su cuerpo.

 

Te voy a matar. —Vuelve con la advertencia. Su esencia se queda concentrada en su mano. Su respiración se vuelve cada vez más pasiva.

 

La contracción de todo su cuerpo fue una de las peores cosas que pudo haber experimentado en su vida. Todo su cuerpo parecía haberse roto en un solo segundo, mientras en el otro parecía volver a la normalidad. El adormecimiento de todas sus extensiones es lo que más odia. ¡Oh, maldito el momento en el cual se enamoró del Kim!

Esos jodidos orgasmos son los que más odia hasta tal punto de amarlos. Justo de la misma forma que hace con la persona que se los provoca.

 

—Hazlo cuando termine, Hyung. —Y Kyungsoo realmente lo va a matar.

 

 

*

*

*

 

 

— ¿Quién es el tipo moreno que está a un lado de Kyungsoo? Lo he visto pegado a él todo el día.

— ¿Quién…?

— ¡Oh, vamos! El chico moreno, el que lleva una chaqueta negra y los jeans desgastados. —Y señalándolo, aun siendo una falta de respeto, gira a ver a su guía mientras apunta con el dedo a la persona. —El de pelo platinado.

 

*

*

*

 

La primera vez en que Kyungsoo notó al moreno, fue cuando este entró a su departamento.

Dos de la mañana, y sin saber porque, abrió la puerta a los violentos golpes que le daban a su puerta.

Jongin cierra la puerta al momento en el cual logró entrar. Su respiración estaba agitada. Todo su cuerpo temblaba. Su piel estaba completamente sudada.

Se escucharon pasos fuera. Las luces se colaron debajo de su puerta. Las voces se acercaban y para cuando Do trato de abrir la boca, Jongin lo cayó tapando su boca con la mano. Las voces estaban cerca de su puerta.

Ahora podía escuchar como aquel infiltrado tragaba saliva. El corazón latiente prácticamente estaba por salir del pecho de este. Intenta moverse, pero el desconocido hombre le pide que guarde silencio.

 

¡Están por aquí! —Se escucha a lo lejos.

 

Los pasos se alejan. Las voces se pierden y el corazón del moreno vuelve a una palpitación más normal.

Las sirenas de la patrulla inundan el edificio. El moreno sonríe, Kyungsoo se asusta. Un simple asentimiento de cabeza, y aquel desconocido sale de la misma forma en la cual entró.

 

Nos vemos luego.

 

 

*

*

*

—Sehun…

— ¿Sí?

 

*

*

*

 

El moreno toca la puerta.

Kyungsoo la abre de inmediato. Prácticamente había estado a un lado de la puerta. Solo esperaba el momento en el cual un simple toque en su puerta lo aliviara un momento.

Sus lágrimas corren al momento de ver el cuerpo del otro. Lo golpea, pero inmediatamente lo abraza.

Llora otra vez porque Jongin es un bastardo mal nacido. Jongin sonríe, limpia las lágrimas contrarías. Y de la misma forma en las que aquella acuosa sustancia sale de los ojos de Kyungsoo, comienzan a salir de los propios.

 

—Yo-

—No digas nada. —Kyungsoo pide. Besa los labios de Kai y aun entre el llanto. Jongin promete hacerlo.

 

 

*

*

*

 

Kyungsoo está solo.

 

*

*

*

 

Fue hace tres meses. Kyungsoo aún recuerda aquellas palabras que Jongin le dijo al último momento. Cuando ya no hubo una vuelta atrás. Cuando ya todo estaba por terminar.

 

«No digas nada. Solo disfruta el momento.»

 

Sus lágrimas corrieron por sus ojos. Un último beso con sabor a despedida. Y las palabras que no pudo decir para detenerlo, porque, al fin de cuentas él no debía decir nada.

Quizás aquel juego tonto fue demasiado para todos. Quizás Kai ya presentía algo. Quizás por eso mismo le pidió a Kris que llevara consigo a Kyungsoo. Quizás por eso mismo, el Do no pudo pedir que se detuviera de una vez por todas.

 

—Vamos a casa, Kyung.

—Voy a esperar a Kai aquí. —Sin siquiera parpadear y hablando de forma seca, se alejó del alto.

—Kyungsoo, Kai me pidió que-

¡EL AUTO DE KAI ACABA DE ESTRELLARSE!

 

Y el mundo de todos se derrumbó.

El velorio que nadie espero de la persona menos esperada.

«Aún era joven para sufrir un infarto» Todos lo dijeron. Kyungsoo solo se mantenía quieto. Callado. No era posible lo que estaba pasando.

Todo era una tonta mentira.

Ahora es el momento en el que Jongin debe pedirle algo más allá de sólo mantenerse en silencio. Ahora es el momento en el cuál el moreno le pida hablar y suelte todo lo que quiso decir aquel día.

Kyungsoo solo quiere pedir que se quede con él. Que se quede como siempre lo había hecho.

 

— ¿Kyungsoo, estas bien?

— ¿Por qué no lo estaría, Kris?

 

Desde hace tres meses, mientras Kyungsoo duerme, sueña que aquel moreno lo visita. Siente como es que este lo acaricia. Sueña en aquel rostro que ya no volverá a tocar jamás. Y sólo espera el momento en el cual este le hable y le diga que debe hacer.

Espera a que Jongin le pida algo. Le ordene algo. Que lo aleje y le pida nunca más soñar y pensar en él.

Porque créanlo, Kyungsoo no está disfrutando el momento.

 

*

*

*

 

— ¿Lo vieron, cierto? —diecinueve asentimientos y todos dan un paso hacia atrás. Se toman de las manos y se persignan por casi diez veces seguidas.

 

Su mirar solo recae en un solo objeto que continúa rodando con lentitud en el suelo con un poco de basura fuera.

 

El bote se movió solo.

 

 

Notas finales:

Y sí. Es todo.

 

*Besos*


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