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Una noche sin estrellas por yue-sama

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Notas del fanfic:

Hola!! Vengo con un one shot!! Y espero les guste aunque sea un poco.

Notas del capitulo:

Tú!!  Caliopebelikov Chica te lo debía desde hace tanto, pero tanto trabajo que tuve a penas y lo saque rápido, pero te agradezco con todo mi corazón que pudieras esperarme y tener paciencia por este one shot, espero de todo corazón que sea de tu agrado, que sea todo lo que imaginaste.

Lo hice con todo mí ser, y si no te gusta o era diferente a lo que pensabas, te pido disculpas, lo intente, de verdad intente complacerte, porque sabes que este one-shot es tuyo y siempre lo será.

Gracias por todo y espero disfrutes

Una noche sin estrellas

 

—Eres un asco —susurró al pasar a su lado, para luego caminar rumbo a la entrada del campus y perderse por la puerta con aires de suficiencia como si fuera el rey del mundo.

 

Él lo sabía, él se consideraba  asqueroso. Él, Naruto Namikaze se consideraba la persona más fea del mundo, y su primo Itachi se lo recordaba todo los días de su puta vida, era triste y frustrante.

 

 

Los insultos y empujones eran algo de todos los días para él. Cada vez que visitaba la casa de sus primos sucedía y la universidad era un tormento desde que había ingresado a la carrera de Leyes. No era de extrañarse, después de todo su primo, se encargaba de volver su vida un infierno.

 

 

No entendía por qué lo trataba tan mal, parecía como si siempre lo hubiera odiado, ni siquiera su primo Sasuke —hermano menor de Itachi—, lo trataba así, aun cuando con el resto de las personas era tan frío.

 

 

Sus primeros recuerdos nítidos sobre Itachi eran de cuando tenía seis años, tal vez porque ese día comenzó la pesadilla que al principio se disfrazó de sueño.

 

 

Tenía seis años cuando finalmente conoció a sus primos, por lo que entendía sus tíos y ellos había llegado desde Australia —aunque no sabía dónde quedaba eso—, para construir una empresa en Japón. Todos tenían el cabello negro y ojos tan bonitos como una noche sin estrella. Su primo Sasuke, era casi de su misma edad y tenía cara de amargado, Itachi en cambio se presentó con una hermosa sonrisa que le hizo sentir seguro o por lo menos eso creyó los primeros meses.

 

 

Los años pasaron y mientras su convivencia con Sasuke cada vez era más frecuente, con Itachi era todo lo contrario. Sasuke y él salían a jugar siempre, Naruto ya había aprendido a leer a su primo y sus gestos amargos y sus burlas ya no lo intimidaban, ahora lo que de verdad le asustaba eran los ojos tenebrosos de Itachi. Cada vez que salía con Sasuke, lo veía como si estuviera robando, parecía querer golpearlo. Su amabilidad ya no parecía existir. Le daba miedo estar a solas con él.

 

 

Salió de sus pensamientos cuando un chico pasó corriendo a su lado, vio en su reloj,  faltaban 5 minutos para su primera clase así que emprendió el paso para entrar a su salón, la asignatura de Teoría de la constitución era tan aburrida para él, y más un lunes por la mañana, no entendía cómo podían poner esas materias tan temprano, no pudo evitar voltear a ver el cielo por la ventana y perderse en sus pensamientos de nuevo.

 

 

El mismo tema de siempre rondaba su mente, no entendía como no dejaba de pensar en él. En lo que hacía, lo que le decía, cómo lo trataba, no había momento en que no lo tuviera en su mente.

 

 

Vio su reflejo a través de la ventana, y pudo ver lo mismo de siempre, un chico aburrido y sin gracia. Puede que fuera cierto, él no era el pijo más bello del mundo, pero no podía ser una basura como Itachi decía siempre, ¿verdad?

 

 

A sus 19 años creía ser como cualquier otro no tenía nada especial que presumir, todo en él era simple, pero no podía ser lo peor.

 

 

La realidad era que con su cabello rubio, ojos de cielo, su cuerpo envidiable y apariencia delicada, atraía más de una mirada. Pocas veces se le veía sonreír pero su sonrisa podía iluminar como un sol y su carácter amable y carisma natural eran un plus que cualquier otro hombre mataría por tener.

 

 

Sin embargo Naruto no podía verse así, Naruto siempre se menospreciaba y por supuesto que Itachi tenía mucho que ver con ello. Naruto podía recordar como por años Itachi lo había maltratado, recordaba claramente cada insulto como si estuviera grabado con fuego en su mente.

 

 

“Te ves horrible con esa ropa.”

 

 

“Deberías dejar de comer tanto o te pondrás como una ballena.”

 

 

“¡No eres más que basura! Me das asco”

 

 

Un recuerdo tras otro se agolpaba en su mente y lo lastimaba de la misma manera que cuando lo escuchó de su boca. Sentía nauseas de solo verse en un espejo, era detestable. Cerró los ojos con pesadez y suspiró, lamentablemente, la vida tenía que continuar a pesar de todo.

 

 

Anotó un par de cosas en su libreta y luego volvió a distraerse, ese día no tenía muchas ganas de ir a sus clases, de hecho detestaba su carrera pero tenía que aguantarlo. Él era un alma libre, quería convertirse en vocalista de su propia banda y volverse famoso, le encantaba la música, en especial el rock y su pasatiempo favorito era ver anime, su familia sin embargo consideraba todo eso una pérdida de tiempo, ellos creían que lo mejor para Naruto era dejar las tonterías y enfocarse en su carrera para volverse un gran abogado, eso sí prometía un buen futuro para su pequeño.

 

 

Sus padres eran dueños y socios de Rasengan Abogados, una de las  firmas jurídicas más prestigiosas de todo Japón. Era obvio que querían que siguiera con la tradición familiar y se volviera su socio, para probablemente en un futuro heredarle la firma.

 

 

El bullicio de sus compañeros los sacó de sus pensamientos, solo para notar que la clase había terminado y todos estaban retirándose, guardo perezosamente sus cosas y salió rumbo a la cafetería, al llegar compró una botella de agua y decidió salir al jardín antes de que su estómago le exigiera comida, ya había comido una manzana en la mañana y prefería evitar la tentación, ya estaba lo suficiente pasado de peso como para empeorarlo.

 

 

En fin, ahí estaba de nuevo esperando entrar a su siguiente periodo de clases, para eso le quedaba al menos una hora, así que se recostó bajo la sombra de un árbol, quería descansar un poco, la noche pasada había sido realmente estresante, primero había peleado con sus padres por sus calificaciones, ellos siempre buscaban que fuera perfecto pero por Dios su promedio solo había descendido una décima, él no creía que fuera tan malo aunque al parecer ellos no lo vieron de esa manera, así que decidió salir de su casa antes de terminar peor, pensó que ir a ver a su novio sería lo mejor, aunque al parecer se equivocó ya que para el final de la noche había discutido con su pareja, él sabía bien que estaba equivocado, no podía pedirle a Neji que se pintara el cabello y esperar a que le contestara “Claro cariño no hay problema, me convertiré en Itachi Uchiha como tú esperas”, pero no podía evitarlo.

 

 

Sabía desde los 16 que estaba enamorado de su primo, no estaba seguro de cómo había pasado, él siempre lo había molestado y lo hacía sentir como si no sirviera para nada, pero, había pequeñas cosas que lo hacían quererlo, como cuando a los 13 se cayó de un árbol y se raspó la pierna, Itachi lo había cargado hasta su casa y le había curado, claro no sin antes recordarle que era un inútil, o cuando Sasuke se burló de él por su torpeza al tirarse el ramen encima e Itachi le pegó para que dejara de molestarlo; eran justamente esos pequeños detalles los que lo había enamorado, aun cuando sabía bien que él no le amaba y nunca lo haría... Se suponía que tan solo debía aceptar eso ¿no? Sí, estaba consciente de eso sería suficiente.

 

 

Sin embargo parecía que no era así, era consciente de porque todas sus relaciones hasta ahora habían fallado, deseaba demasiado al Uchiha, lo buscaba en todas sus parejas, podía recordar como Shikamaru siempre lo ignoraba o como Gaara lo golpeaba y le gritaba cada vez que lo sacaba de quicio —que era muy común—, uno tras otro, pero ninguno era él.

 

 

Unos crujidos en la distancia le hicieron salir de sus pensamientos, unos pasos se aproximaban, su suerte no podía ser mejor, al levantar la cabeza pudo ver a Itachi con su novia Ino, no es que ella le cayera mal ni nada de eso, de hecho todos solían decir que ella era agradable pero... él detestaba verla junto a Itachi y además de alguna manera parecía que ella también lo detestaba. Al menos Sasuke también venía con ellos. Los vio acercarse hasta que a unos metros Itachi notó su presencia.

 

 

—¿Siempre estás de inútil? —su voz resonó ruda y fría en sus oídos. Bajó la mirada a sus manos y prefirió no contestar— ¡Te estoy hablando basura!

 

 

Tembló un poco y cuando estaba a punto de responder, la voz de Sasuke lo salvó.

 

 

—Déjalo en paz Itachi, porque siempre eres tan insoportable.

 

 

No esperó más y prefirió irse del lugar, se levantó casi de un brinco por lo que tropezó y cayó sobre sus palmas y rodillas en una posición muy comprometedora. Cerró los ojos al sentir el ardor en sus manos cuando la voz de Itachi sonó burlona a la vez que sentía su cuerpo pegado al suyo.

 

 

—Tan puta como siempre primito —susurró contra su oído— Lamentablemente ni aunque me pagaran te pondría una mano encima. Me repugnas —dijo para luego empujarlo y levantarse alejándose de ahí para alcanzar a Ino que en algún momento había corrido a saludar a alguien.

 

 

Las lágrimas se agolparon en sus ojos mientras Sasuke lo ayudaba a levantarse, escuchó como le pregunto algo pero no pudo entenderlo, salió corriendo en dirección a los baños donde vomitó lo poco que había ingerido en la mañana, se lavó la cara y salió de ahí como alma en pena.

 

 

Se dirigió a su siguiente clase y siguió su rutina habitual, sabía bien que así era su vida, que podía esperar, él no valía nada.

 

 

*

*

*

 

 

Ya estaba en su 6 semestre, a su tercer año su vida seguía siendo un desperdicio.

 

 

Terminó de arreglar su cabello, se suponía que Itachi se graduaba hoy de la carrera de Administración y dirección empresarial, tenían que ir al evento como “familia”.

 

 

Las cosas entre ellos seguían igual, a veces el pegaba un zape en la frente cuando quería y le dejaba pequeño moretones en esos lugares —después de todo tenía una piel demasiado frágil—, pero Naruto lo seguía amando y odiaba sentirse así, era repugnante enamorarse de alguien que no lo quería.

 

 

Había decidido muchas veces alejarse de él, olvidarlo, pero siempre terminaba volviendo como un maldito masoquista. Varias veces le había intentado preguntar el motivo de su comportamiento y lo único que conseguía era más odio.

 

 

Sasuke ahora estaba en sus últimos semestres de carrera y ya casi no tenía tiempo para verlo, eso lo deprimía aún más. Ahora ya ni siquiera tenía a su mejor amigo para apoyarlo. Era de esperarse, quién querría seguir a su lado.

 

 

Desearía ser especial, solo un poco, quizás así alguien podría quererlo… Quizás Itachi lo querría. Estaba cansado, y sabía bien que nada podría curar las heridas del pasado, esas que forman un nudo en su pecho, aquellos recuerdos que lo hacían agonizar, ese dolor que nunca desaparecería. Quería de vuelta a ese Itachi de sonrisa brillante y ojos sinceros que se fue desvaneciendo en menos de un año después de que se conocieron, ese que parecía nunca volvería.

 

 

Sin darse cuenta de cómo había pasado todo, ya habían llegado al evento. Pudo ver a todos los futuros graduados con sus togas y birretes, y entre la vana multitud, el aura dominante del Uchiha se distinguía a la perfección, se veía muy guapo. El negro siempre había sido perfecto para él. Lo hacía aún más atractivo.

 

 

Suspiró como tonto y se tensó cuando sintió un brazo posarse en su hombro pero al ver la brillante sonrisa de Sasuke se calmó, este lo llevó hasta los puestos donde se iban a sentar, para su mala suerte eran los primeros asientos así que tendría una buena vista de su amado, solo esperaba no sonrojarse.

 

 

Ser gay era difícil, sus padres no lo sabían y preferiría que siguiera así, o le harían la vida peor de lo que ya la tenía.

 

 

Siempre tenía que guardar apariencias y no le gustaba, se sentaron y esperó con calma a que el acto pasara a la entrega de títulos, cuando Itachi pasó, su mirada brilló y quiso aplaudir más fuerte que todos ahí pero mantuvo su pose y solo aplaudió como todos los demás, Itachi dio una gran sonrisa y miró fijo a Naruto, solo a él, y su sonrisa no se borró, era auténtica, el rubio quedó impactado, por un momento sintió que compartía algo especial en ese momento, como si Itachi le dijera “estoy feliz y lo quiero compartir contigo” su corazón se aceleró y bajó la mirada.

 

 

En ese preciso momento Sasuke agarró su mano y realizó un comentario que lo hizo reír, cuando vio a Itachi de regreso este le miraba mal y eso lo hirió.

 

 

El acto culminó y salieron de ahí para ir a la recepción que la familia Uchiha había hecho en honor a Itachi. Claro era una fiesta de gente millonaria, en un buen lugar y con deliciosa comida, cuando el rubio entró quedó fascinado, trató de  disfrutar,  después de todo era una fiesta, ¿y qué se hacía en las fiestas? ¡¡Pues disfrutar!!

 

 

En algún punto de la noche se quedó solo en la mesa y decidió levantarse pero no contaba con que algún estúpido amigo de Itachi que se había pasado de tragos lo agarrara y comenzara a molestarlo y tocarlo.

 

 

—Pero mira, si es la putita prima de Itachi.

 

 

—Basta Pain, me haces daño.

 

 

—No, no amor, podemos pasarla bien.

 

 

—Estás haciendo el ridículo, ¡¡suéltame!!

 

 

—Que no quiero —dijo enojado, comenzando a arrastrar al rubio.

 

 

—¡¡¡Suéltame!!!

 

 

—Que te calles —gritó Pain al mismo tiempo que lo golpeaba de lleno en la cara haciendo que varios vieran la escena, Naruto estaba aterrado y sin palabras, sus ojos se llenaron de lágrimas.

 

 

—Hijo de puta —rugió alguien atrás de ellos.

 

 

Pain lo soltó de lleno y vio como Itachi lo agarraba y lo estampaba contra la mesa en donde estaban todos los vasos de vidrio, haciendo que se rompieran y que todos exclamaran.

 

 

—Q-que…

 

 

—¡No lo vuelvas a tocar!

 

 

Naruto se encogió en donde estaba cuando vio la mirada de reprobación de sus padres y como sus tíos se acercaban rápido a la escena, estaba avergonzado, Itachi lo agarró del brazo y lo jaló rápido de ahí sin esperar a que alguien los detuviera.

 

 

¿Qué demonios pasaba ahora?

 

 

¿Estaba enojado con él? ¿Lo iba a golpear también por arruinar su fiesta?

 

 

Dios mío, solo quería irse a su casa y no levantarse nunca más.

 

 

Entraron al baño y ahí Itachi levantó su cara viendo su pómulo hinchado y rojo, tocándolo suavemente, por un momento vio dolor en esos ojos tan fríos y negros, estaba confundido.

 

 

—Perdón —la disculpa lo sorprendió pero quedó más petrificado al sentir el suave beso que Itachi le dio en la zona dañada.

 

 

No reaccionó para nada.

 

 

Simplemente quedó en blanco y luego escuchó unos golpes en la puerta.

 

 

—¿Naruto hijo? Nos vamos —resonó la voz de Kushina detrás de la puerta, el azabache puso un mala cara y se alejó del rubio rápido, como si le quemara el contacto.

 

 

Pero naruto estaba feliz, por un momento… por un momento de verdad se sintió querido por alguien.

 

 

Su mamá volvió a tocar la puerta y se apresuró a irse con ella, no volteó a ver a Itachi, se aguantó las ganas y salió de ahí como si nada hubiera pasado.

 

 

*

*

*

 

 

Había pasado ya varias semanas después de la fiesta, no había visto a Itachi en ese largo tiempo, era casi imposible verle ya que se había graduado y en la universidad ni siquiera la sombra se le veía y para empeorar las cosas, estaba en el baño devolviendo lo poco de comida que había ingerido esa mañana.

 

 

Su salud había desmejorado mucho, casi no comía y se sentía muy cansado, tenía que ir al doctor pero había estado tan ocupado que lo había dejado pasar.

 

 

Ahora que podía respirar debía ir, le había pedido a Sasuke que lo llevara al hospital y no tardaba en llegar a traerlo pero él se encontraba ahí hincado y con los ojos llorosos frente al retrete, todo le daba vueltas.

 

 

Escuchó la bocina del hermoso carro que Sasuke andaba, tuvo que levantarse como pudo y bajó con cuidado, cuando al fin logró salir Sasuke se acercó corriendo a agarrarlo.

 

 

—¡¡Te ves fatal!!

 

 

—Lo sé, no necesitas recordármelo —quiso bromear.

 

 

 

—No en serio, realmente muy mal.

 

 

Naruto no quiso decir más y con ayuda de Sasuke se metió al carro, Sasuke se subió igual y puso en marcha el carro.

 

 

—Tengo mucho sueño… por favor despiértame cuando…

 

 

—Lo sé, descuida.

 

 

No esperó mucho, cerró los ojos y cayó rendido, su primo lo miraba de reojo preocupado, quizás al cabo de 10 minutos vio como Naruto temblaba y sudaba mucho al mismo tiempo.

 

 

Estaba preocupado, así que aceleró la velocidad y llegó lo antes posible al hospital, lo despertó con cuidado y vio al rubio abrió sus ojos, sonrió un poco y salió de ahí.

 

 

Entraron al hospital y fueron a recepción donde una enfermera los atendió, llevando a Naruto con el doctor que los esperaba.

 

 

—Buenos días joven Namikaze.

 

 

—Buenas doctor —dijo amable, por un momento vio pena en sus ojos y no le gustó nada.

 

 

—¿Recuerdas que en tu consulta pasada te tomamos una muestra de sangre para hacer análisis y descartar cualquier enfermedad?

 

 

—Sí, lo recuerdo…

 

 

—Bien Naruto, quiero que seas fuerte. Aquí están los resultado y…

 

 

—Bien, no lo diga yo, emm… yo…

 

 

—Lo entiendo —dijo triste el doctor—. Toma ábrelos cuando estés preparado y ven a verme lo más pronto posible.

 

 

—Sí, bueno… Gracias doctor.

 

 

Sentía que estaba a punto de devolverlo todo de nuevo, estaba asustado, agarró el sobre y salió rápidamente de ahí, Sasuke le esperaba afuera y cuando lo vio llegar le removió el cabello feliz.

 

 

—Oye tengo que pasar por la casa a traer unas cosas, ya sabes voy de salida —dijo Sasuke

 

 

—Sí, está bien.

 

 

Iba a la casa de sus primos, se puso nervioso, ¿estaría Itachi ahí?

 

 

Dios mío quería verlo tanto.

 

 

Cuando llegaron Sasuke bajó apurado.

 

 

—Bájate y respira un poco.

 

 

Y no dudo en hacerlo, pasaron los minutos y Sasuke no salía, se aburría de estar ahí, comenzó a caminar hacia el patio trasero, abrió la puerta y admiró las rosas, la tía del rubio siempre las tenía así de hermosas, se sentó en los escalones donde estaba la puerta de la casa y vio el cielo, tenía hermosas nubes de diferentes formas y se miraban esponjosas.

 

 

¿De qué estaba hechas las nubes?

 

 

¿De sueños? ¿De súplicas? ¿Eran de algodón?

 

 

Sonrió un poco y tocó su ropa sin cuidado notando el sobre, lo sacó y respiró profundo, vio hacia todos los lados para asegurarse que no había nadie cerca y decidió abrirlo, sacó el papel en donde decían sus resultados y se le paró el corazón.

 

 

Se tapó la boca espantado casi sin poder respirar.

 

 

Tuvo que leer el nombre del paciente varias veces para caer en cuenta que era suyo y no le mentían, se le destrozó el corazón y se puso a llorar, arrugó el papel y lo botó, ahora sentía más frío y las lágrimas salían sin control.

 

 

No se percató de que Itachi iba pasando por ahí, lo veía desde el interior de la casa y cuando lo vio llorando llegó rápidamente hacia él.

 

 

Le tocó el pelo suavemente y Naruto levantó la mirada, tenía los ojos tan rojos de llorar y el bonito azul se arruinaba, las lágrimas salían sin parar y no sabía lo que pasaba, se sentó al lado de él y pudo ver vergüenza en la mirada del menor.

 

 

—¿Qué es lo que pasa?

 

 

—… —el rubio solo negó.

 

 

—¿Qué pasa? —volvió a decir sin paciencia, el rubio se puso más rojo y los sollozos se escaparon con fuerza de su temblorosa boca.

 

 

—Me estoy muriendo Itachi… Me estoy muriendo—dijo suave, en un susurro temeroso.

 

 

Era difícil aceptar eso y le dolía más admitirlo con su boca, se tiró encima de Itachi y este lo abrazó, solo quería estar así, no exigía nada más, Itachi no se movió ni un poco sorprendido, ¿lo estaba diciendo de verdad? ¿O era solo una metáfora?

 

 

Notó el papel hecho una bolita y lo agarró con cuidado sin soltar a Naruto, lo desplegó y se le hizo un nudo en la garganta cuando lo leyó.

 

 

Cáncer… Naruto tenía cáncer y estaba ya en una etapa avanzada.

 

 

Lo abrazó fuerte y quiso llorar con él, era su tesoro, era su niño, era su…

 

 

—Mierda.

 

 

—Yo… yo…

 

 

—Tranquilo —sintió a Sasuke llegar—, vete…

 

 

—Pero… tengo que ir  a dejarlo.

 

 

—Vete, ¡solo vete! ¡Yo lo llevaré!

 

 

—Bien, no te pases con él.

 

 

Itachi hundió sus labios en el cabello del rubio y siguió abrazando ese cuerpo tembloroso mientras Sasuke se iba.

 

 

Permanecieron ahí juntos, quizá unos minutos, quizá unas horas, ya no lo sabía pero de lo que estaba seguro era que el cielo había dejado de ser celeste para ser morado oscuro y no había ninguna estrella, ninguna…

 

 

Era una noche sin estrellas y se sentía tan vacío y solitario; el rubio se había calmado entre sus brazos, quizá hasta se había dormido y lo confirmó cuando lo movió un poco, se miraba tan débil, lo agarró entre sus brazos y lo llevó a su cuarto, dejándolo en la cama y arropándolo bien, Itachi se sentó en el suelo y agarró la mano de su primo admirándola, sólo en ese momento se permitió llorar.

 

 

—Perdóname… Perdóname.

 

 

Ahora sin quererlo iba a perder el amor de su vida.

 

 

*

*

*

 

 

Habían pasado semanas muy dolorosas para él, su cuerpo se resentía con mucha facilidad y poco a poco se quedaba sin fuerzas… Era difícil sonreír cuando sentía un inmenso dolor. Nadie lo sabía, no se había atrevido a contarle a nadie, excepto Itachi claro, recordaba una y otra vez su desliz al contárselo y llorar en su hombro.

 

 

Se terminó de alistar y bajó las escaleras, su madre asomó su cabeza, ella era hermosa, cabello pelirrojo y ojos morados, una mujer muy hermosa para sus ojos.

 

 

—¿A dónde vas cariño?

 

 

—Saldré con Itachi ma, volveré después de un rato.

 

 

—Vale —dijo sin ganas.

 

 

Naruto salió de la casa para esperar a Itachi, solo él podía llevarlo al hospital, ni siquiera había tenido el valor de decirle a Sasuke, no pasó mucho para que el azabache llegara, se subió al auto y esperó paciente a que llegaran, no intercambiaron palabras, Itachi solo agarró su mano, con ese gesto le demostraba que estaba con él.

 

 

Cierta parte del rubio estaba feliz pero la otra enojada, ¿por qué Itachi se mostraba así ahora? ¿Por lastima?

 

 

No quería eso.

 

 

Cuando llegaron se bajó del carro rápido y se fue sin esperar a Itachi, preguntó por su cita y lo llevaron con el doctor.

 

 

Después de unos chequeos generales, el doctor se sentó tras su escritorio.

 

 

—Bien, podemos implementar un tratamiento…

 

 

—No quiero.

 

 

—¿Qué? —dijo incrédulo.

 

 

—Usted mismo lo dijo, el cáncer está muy avanzado y no es cualquier cáncer, es leucemia, ¡por Dios! Hay que aceptarlo voy a morir y no hay nada que me salve, solo sentiría más dolor con las putas quimioterapias.

 

 

—Sí, acepto que las quimioterapias son muy agresivas pero son efectivas, no puedes dejar de luchar y simplemente morir.

 

 

—No las quiero… Es mejor morir rápido a estar alargando mi muerte y con la posibilidad casi garantizada de tener una recaída si me salvo.

 

 

—No puedes ser negativo, no te encierres en eso. Déjame ayudarte.

 

 

—No me crea tonto —dijo triste—. Me informé en Internet.

 

 

—No todo lo que encuentras en Internet es cierto, podemos...

 

 

—No quiero nada.

 

 

—¿Qué dicen tus padres de esto? Eres muy joven Naruto.

 

 

—No lo saben…

 

 

—¿Qué?

 

 

—¡Que no lo saben!

 

 

—¿Y aun así piensas dejarte morir sin más? ¡No estás siendo racional jovencito! Quiero que vengas con tus padres. ¡Estamos hablando de una vida preciada! Y mientras esté en mis manos no vas a morir, ¿entiendes? —dijo alterado.

 

 

El rubio se molestó, ¿¡por qué nadie lo entendía!?

 

 

Su vida no era hermosa.

 

 

Solo asintió y salió de ahí sin decir más, pero su sorpresa fue encontrar en la recepción a su madre gritándole a Itachi y a su padre muy a la defensiva. Itachi estaba muy enojado, se le notaba.

 

 

Había enfermeras agarrando a Itachi de los brazos para que no hiciera nada indebido.

 

 

Se acercó con cuidado para que nadie lo notara. ¿Por qué sus padres estaban ahí? ¿y por qué peleaban con Itachi?

 

 

—¡¡¡Te lo advertí!!! ¡¡Te dije que te alejaras de él!! ¡Bastardo! —gritaba furiosa su madre.

 

 

—Diste tu palabra y nosotros prometimos no enviarlo a otro país, mira como nos fallas, a tu propia familia —dijo su padre.

 

 

—¡¡Familia de mierda!!

 

 

Naruto no lo podía creer ¿estaban hablando de él? ¿Qué pasaba?

 

 

—¿Mamá? —dijo confundido.

 

 

—¿¡Qué demonios haces aquí!? ¡¡Y sobre todo con él!!

 

 

—¿Qué demonios pasa aquí? —dijo desesperado.

 

 

—Yo te explico —dijo Itachi.

 

 

—Tú te callas imbécil —dijo su padre.

 

 

Naruto se acercó a Itachi y pidió una explicación con los ojos. Itachi se lo iba a decir cuando Kushina lo jaló del brazo lastimándolo para alejarlo de él.

 

 

—¿Qué estás haciendo aquí? ¡¡Maldición responde!!

 

 

No soporto más y gritó.

 

 

—¡¡Me estoy muriendo mamá!! ¡¡Tengo leucemia y me voy a morir tarde o temprano así que déjame en paz!!

 

 

Se soltó bruscamente y jaló a Itachi para irse de ahí.

 

 

La cabeza le daba vueltas y pronto todo se volvió negro.

 

 

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Despertó en la cama de Itachi, claro, siempre podría reconocerla, al notarlo su estúpido corazón comenzó a latir fuerte, emocionado y feliz, Dios, odiaba estar enamorado. Cuando vio la puerta abrirse se tensó.

 

 

—Estás despierto, es un alivio.

 

 

Cuando Itachi se acercó a él y comenzó a limpiarle la nariz no entendió porque lo hacía, hasta que vio que el papel tenía sangre.

 

 

Y eso lo trajo a la realidad.

 

 

—¿Qué es lo que pasó Itachi?

 

 

—Es algo de lo que tuve que haber hablado antes contigo y no haber sido un cobarde.

 

 

—No lo entiendo.

 

 

—Estoy enamorado de ti —dijo triste y con el corazón en la mano.

 

 

—¿Qué?

 

 

—Éramos unos niños cuando nos conocimos pero me enamoré perdidamente de ti, de tus hermosos gestos y de tus sonrisas, eras como un pequeño sol y me mataba de rabia que Sasuke pudiera tener más tiempo contigo, me mataba verte jugar con él mientras yo tenía que hacer otras cosas. Era tan molesto.

 

 

El rubio no sabía qué decir, guardó silencio y escuchó atento, su corazón no había dejado de latir con mucha fuerza.

 

 

—Tú tenías 6 y a mis 12 años yo no tenía dudas de que me gustaba alguien de mí mismo sexo, no lo veía mal, solo pensaba que el amor era puro y que eso era lo que más importaba pero tus padres no pensaron lo mismo, descubrieron que te amaba he hicieron de todo para separarme de ti, me amenazaron con que te llevarían a otro país si es que no cambiaba mi forma de ser contigo.

 

 

—Y por eso…

 

 

—Por eso comencé a tratarte tan mal, porque tenía miedo de que si te trataba con amor ellos te llevarían lejos de mí. Prefería verte desde lejos, dolido por mis palabras al no verte.

—Yo…

 

 

—Fui muy egoísta —dijo llorando—, pero eras y eres lo único que me importa. Era joven y muy manipulable, muy cobarde, si me hubiera revelado hace tiempo que estaríamos juntos y no me quedaría tan poco tiempo para enseñarte que el amor es bello…

 

 

Se le partió el corazón al ver como Itachi se deshacía en lágrimas, era su amor… Era correspondido, estaba feliz y a la vez muy triste.

 

 

—Oye… Oye —dijo suavecito e Itachi le miró—. ¿Puedo darte un beso?

 

 

La expresión incrédula de Itachi valía oro pero Naruto estaba feliz, lo jaló un poco e Itachi reaccionó dejándose besar, fue suave, muy suave y dulce, el azabache agarró suavemente su cara, acariciándolo, moviendo sus labios al compás de los suspiros de su rubio amor.

 

 

El rubio se puso de puntitas para recibir mejor el beso, acarició esos largos cabellos que Itachi tenía mientras parecía que su corazón iba a darle un paro cardíaco si no se controlaba, “doki, doki” sin parar.

 

 

Cuando se separaron del beso para recuperar su aliento, el rubio habló.

 

 

—No me estás mintiendo ¿verdad? ¿No es una de tus crueles bromas?

 

 

—No, no lo hago… de verdad.

 

 

Sus palabras murieron cuando ya tenía al rubio besándolo de nuevo, ambos perdieron el equilibrio y cayeron de lleno al suelo, el que recibió el golpe fue Itachi ya que el rubio había quedado a horcajadas en sus caderas pero aun así el beso siguió.

 

 

Itachi pudo sentir las manos temblorosas de Naruto sobre su cuerpo, deslizándose con suavidad hacia los botones para abrir su camisa, ¿estaba bien hacerlo? ¿Era el momento adecuado? ¿Dañaría a Naruto? ¿Tendrían tiempo después?

 

 

Eran tantas las preguntas y no tenía ninguna respuesta.

 

 

Sintió la brisa tocar su piel cuando su camisa estuvo completamente abierta, Naruto dejó de besar sus labios y recorrió lentamente su mejilla, bajó besando su quijada  descendiendo por su cuello, lamiendo lentamente y luego simplemente se detuvo.

 

 

El temblor en todo el cuerpo del rubio le hizo saber que algo estaba mal y los sollozos se lo confirmaron. Las lágrimas de Naruto bajaban por su hombro desnudo y él solo pudo consolarlo y abrazarlo muy fuerte. Él tampoco tenía palabras, y tenía un gran nudo en su corazón. Debía ser fuerte para no quebrarse una vez más y volver a llorar, pero… al diablo.

 

Dejó salir sus lágrimas y lloraron juntos por primera vez, compartieron sollozos tristes, y una promesa de amor en forma de caricias.

 

 

Lentamente Itachi le dio vuelta a los papeles, dejando al rubio debajo de su cuerpo, era tan grande a comparación de él, se sentía gigante sobre el delicado cuerpo del rubio.

 

 

Cuando sus lágrimas cayeron en la cara del rubio las limpió, ambos tenían que ser fuertes, Itachi terminó de quitarse la camisa y el rubio dejó de llorar para verlo por lo que sonrió un poco al notar que interesado que estaba.

 

 

Se acercó a sus labios de nuevo, mordiendo suavemente su labio inferior y lo escucho jadear, metió sus manos por debajo de la camisa holgada que traía puesta y comenzó a tocar toda esa piel que se le regalaba.

 

 

Fue besando su cuello hasta donde la camiseta lo permitía, Naruto comenzaba a respirar más rápido y eso le gustaba. Bajó sus manos hasta tantear el pantalón y vio lo inquieto que se puso el rubio así que bajo su mano y comprobó que su miembro estaba duro, lo vio sonrojarse fuertemente y ocultar su mirada, se sintió afortunado y sonrió con ternura, se agachó a besar la frente de Naruto mientras abría su pantalón para sacárselo de esas hermosas piernas, dejándolo vulnerable contra él.

 

 

Levantó un poco la camisa y fue besando esa dulce piel, lamiendo de a poco y mordiendo suavemente, besó con ternura el abdomen del rubio sin parar, bajando hacia esos muslos que lo traían loco, mordiendo esa piel y escuchándolo gemir suavemente al estar en una zona íntima, besando cada vez más cerca de su miembro.

 

 

—¿Es correcto? —dijo de un momento a otro.

 

 

—No lo sé… —dijo el rubio—, pero… me estoy…

 

 

—No lo digas, lo sé —afirmó con dolor.

 

 

Podía ver los hematomas que tenía en su piel gracias al cáncer.

 

 

No era la mejor idea para hacerlo suyo por primera vez, en el suelo de su cuarto sin ninguna preparación, era pésimo, horrible y miserable, pero Naruto brillaba, se miraba tranquilo y aceptaba todo de él.

 

 

Lo volvió a besar, entrelazando sus lenguas y pidiéndole todo. Sus manos fueron a las caderas del rubio deslizando su bóxer para deshacerse de él. Descendió tocando sus largas piernas y abriéndolas suavemente para acunarse entre ellas.

 

 

Naruto casi al instante enredo sus piernas alrededor de Itachi para no dejarlo escapar, lo quería, no sabía si esa iba a ser la única oportunidad que iban a tener.

 

 

No tenía pena, había tenido tantos novios antes, sin embargo lo único que le apenaba era no darle su primera vez al gran amor de su vida. Al fin se soltaron y jadearon juntos, Naruto bajó sus manos por la espalda fuerte de Itachi arañando y paró en su trasero apretándolo un poco, Itachi sonrió de lado y se derritió, su miembro se pegaba entre el vientre de Itachi y el suyo y comenzaba a dolor por tanta excitación, era una tortura no moverse.

 

 

—¿Ansioso? —preguntó ronco.

 

 

—No tienes ni idea…

 

 

—Eso me gusta.

 

 

Itachi desabrochó su pantalón dejando que sus miembros se restregaran para tener fricción y Naruto gimió fuerte, llevó sus dedos a sus labios y los lamió, cuando terminó los llevó con cuidado hasta la entrada de Naruto y metió un dedo con el que Naruto gimió más fuerte, ahí se dio cuenta de que no había dolor y Naruto tenía una vida sexual activa. Quiso sentirse mal pero se reprochó, no era el momento para pensar en eso. Tenía que aprovecharlo. Aunque verlo avergonzado lo hizo sentir mejor y siguió besando su cuello dejando marcas pequeñas pero visibles.

 

 

Le encantaba escucharlo gemir contra su oído mientras metía su dedo más fuerte. Así sin medir el tiempo, ya tenía tres dedos dentro de él y jugaba con ellos, Naruto arañaba sus hombros y arqueaba la espalda para recibir más.

 

 

Nunca paró sus movimientos, sabía que al rubio le quedaba poco para correrse y sonrió. Buscó con cuidado el punto del rubio, hallándolo y bastó un ligero toque para que el rubio se viniera entre sus abdómenes con un fuerte sollozo.

 

 

Itachi sintió su entrañas arder por el deseo de meter su pene en esa linda entrada.

 

 

—Mmmh Itachi.

 

 

Quiso separarse para bajar sus pantalones y bóxers pero Naruto no se lo permitió, así que solo pudo sacar su pene y escupir un poco de saliva en su mano para tratar de lubricarlo, lo alineó y entró en él.

 

 

Al rubio no le dolió solo sintió placer mientras que Itachi lanzó un gruñido ronco, bañando la piel del rubio con sus suaves y provocativos jadeos.

 

 

Se sentía bien, el sexo siempre se sentía bien pero ahí había más que solo sexo, había amor, y no simplemente sexo vacío, era reconfortante y Naruto no pudo evitar gemir abiertamente al sentirse tan bien. Se sintió pleno y amado, con la boca de Itachi exigiendo su rendición.

 

 

Los movimientos de cadera de Itachi eran suaves pero imponentes, era perfecto, se sentía débil pero no le quería decir nada a Itachi, ¿para qué? ¿Para qué se detuviera? Estaba seguro de que esa iba a ser la única y última oportunidad para ellos.

 

 

Y eso dolía, dolía mucho.

 

 

Las arremetidas contra él no pararon y solo podía suspirar el nombre de Itachi mientras este besaba su piel, lo amaba tan lento y tan perfecto, los labios le dolían por tantos besos, su interior vibraba cada vez que Itachi entraba y se estaba volviendo loco al sentir su próstata ser tocada con cada estocada.

 

 

Estaba por venirse.

 

 

Itachi agarró suavemente su miembro y comenzó a tocar la punta con suavidad, haciéndolo llegar más rápido de lo que quería, abrió las piernas completamente e Itachi buscó su liberación entre ellas.

 

 

Naruto lo vio maravillado, ahí despeinado con el sudor corriendo por ese magnífico cuerpo, vio sus ojos llenos de amor y lloró, esto, todo esto era una basura…

 

 

Nunca más lo vería así. Estabas seguro que después de esto todo sería lágrimas y tristezas.

 

 

Poco después Itachi al fin se vino en él, y gimió ronco. Vio preocupando a su rubio amor y le beso la frente saliendo suavemente de él.

 

 

—¿Te lastimé? —pregunto temeroso.

 

 

—T-te a-amo —dijo con la voz quebrada y llorando fuerte mientras que Itachi, que era un mar de emociones, lo abrazó fuertemente.

 

 

Lo alzó y lo llevó a la cama, los arropó a ambos y lo abrazó fuerte, tratando de consolarlo y arrullarlo entre sus brazos, pero ¿quién era él para hacerlo? Si él también se estaba muriendo por dentro mientras mordía su labio fuertemente para no llorar.

 

 

—Todo saldrá bien.

 

 

—N-nada saldrá bien —susurró suavemente.

 

 

En ese momento Itachi supo que él tenía que ser fuerte por los dos.

 

 

*

*

*

 

 

El tiempo había pasado y no había sido muy grato, sus papás habían perdido la cabeza con eso del cáncer y querían llevarlo con los mejores doctores para curar su enfermedad, y él se aferró a la esperanza de vivir solo por Itachi.

Había terminado la relación que tenía antes de estar con él, sin decir más que un “Adiós”, no había querido decirle que estaba enfermo, simplemente se fue para desaparecer de su vida.

 

 

Podía comenzar de cero con Itachi y eso le agradaba mucho.

 

 

Sin embargo decir que las quimioterapias eran buenas, era mentira. Eran lo más doloroso que había sentido en su cuerpo, vomitaba y se sentía fatal, en vez de sentir que mejoraba sentía que se moría cada vez más, y su pelo, estaba comenzando a caerse. Estaba cansado de eso, de verdad que sí.

 

 

Itachi siempre estuvo a su lado y fue fuerte, no se separó de él aunque sus papás lo mandaran al carajo, Itachi simplemente los mandaba al carajo igual. También fue inevitable que sus tíos y Sasuke no se enteraran.

 

 

 Y ahí estaba recibiendo su quimioterapia, Itachi estaba acostado detrás de él abrazándolo y dándole suave besos en el cuello, mientras pasaba todo.

 

 

La intravenosa que tenía le dolía mucho y comenzó a llorar, no la quería, quería arrancársela e irse.

 

 

Itachi lo apretujó más contra él diciéndole que todo estaba bien.

 

 

Entonces, si todo estaba bien, esperaba con todo su corazón que aceptaran la decisión que tenía, ya estaba cansado de todo, no podía soportalo más.

 

 

Cuando todo finalizó, el doctor entró con sus papás y Naruto se sentó con ayuda de Itachi.

 

 

—Ya no quiero seguir este tratamiento —dijo firme y vio la cara de sus padres descomponerse.

 

 

No pudo ver la cara de Itachi porque estaba atrás.

 

 

—¡¡Estás loco!! —dijo histérica su madre—. ¡Nunca! Me escuchaste Naruto Namikaze, ¡Nunca voy a dejar que te mueras!

 

 

—Es mi vida, es mi decisión y ya no quiero esto, quiero morirme en paz.

 

 

—Pero… —intentó decir su padre.

 

 

—Ya lo decidí, no pueden hacer nada.

 

 

Vio cómo su madre se quebró y lloró mientras su padre la sostenía y la sacaba de ahí, el doctor lo miró decepcionado y salió también, ahora… ahora solo quedaba Itachi.

 

 

—¿Por qué?... —dijo él.

 

 

—Solo tú has visto como sufro… Oye —hizo que Itachi lo viera—, solo quiero que todo termine no soy fuerte… Nunca lo he sido y ya no puedo más.

 

 

Itachi no dijo nada y solo lo tomó de la mano para irse a su casa.

 

 

Cuando llegaron dejó a Naruto recostado y se fue a la cocina a preparar algo para  comer, estaba enojado, dolido y muy triste.

 

 

Azotó varios vasos de vidrio y los quebró, haciendo un gran estruendo, para luego comenzar a llorar. Quería destrozarlo todo, sus manos se habían llenado de sangre, su propia sangre y todo a su alrededor comenzaba a desmoronarse.

 

 

Naruto apareció muy asustado y lo vio, sabía que era su culpa que Itachi estuviera así. Se acercó para agarrarlo de la cara y lo vio tan destruido que le dolió, lo abrazó e Itachi solo sollozó más fuerte.

 

 

—¿Por qué?… ¿Por qué me quieres dejar?… De verdad te necesito —su voz se entrecortaba—. Eres todo para mi…

 

 

—Shhhh —dijo Naruto.

 

 

Lo sacó de la cocina y fueron a la recamara, lo sentó y fue al baño por alcohol y vendas, curó lentamente a Itachi y este solo lo miró con los ojos rojos aun cuando su llanto se había detenido.

 

 

Al terminar Naruto lo acostó y se acostó también, hizo que Itachi le pasara un brazo por la cintura y cerró los ojos.

 

 

—Dime que estarás ahí en mi último momento…

 

 

—No… No puedes pedirme eso —se le volvió a quebrar la voz—. Es demasiado cruel.

 

 

—Shh, shh, tranquilo amor —dijo suavecito e Itachi lo apretujó más.

 

 

—Me duele mucho Naruto.

 

 

—Por favor Itachi solo… Ese es mi último deseo.

 

 

—Si…

 

 

Naruto sonrió un poco, estaba tan cansado que cerró sus ojos nuevamente y se acomodó contra Itachi.

 

 

—¿Me amas?

 

 

—Te amo, así como el mar… Así como las nubes.

 

 

—¿Así de grande?…

 

 

—Sí, así de grande…

 

 

Naruto soltó una lágrima y supo que todo iba a estar bien.

—Gracias… gracias por todo.

 

 

—No lo hagas sonar como una despedida…

 

 

—Todavía no muero, pero estoy verdaderamente cansado…

 

 

—Descansa —besó su cuello.

 

 

—Solo hazme un favor… No olvides todo lo que fuimos.

 

 

Y lo que pudimos ser…” pensó Itachi.

 

 

No iba a ser fácil, no cuando tenía que aceptar en silencio que poco a poco su amor se iba a morir y lo iba dejar solo. ¿Después de eso se recuperaría? ¿Podría superarlo?

 

 

Solo sabía que cuando eso pasara, sería la noche más oscura, una noche sin estrellas y llena de soledad…

 

 

Pero sería fuerte por él, por Naruto. Le diría todos los días lo hermoso que era y lo amaría con todo su ser, para así, no arrepentirse por no haber hecho nada.

 

Notas finales:

no se si habran personas que han leido mi fic ''ojos salvajes'' pero si hay alguien mañana subire el siguiente cap.


a mi me dolio un poco escribirlo. y estan largo!! estoy orgullosa de eso. les quiero por leer y espero les haya gustado y nos vemos.

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