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2Fast, 2Beautiful por urumelii

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Notas del capitulo:

Ya regresé!!!!!

Como siempre perdón por la tardanza peor me fui de vacaciones jojojojo

Aquí estoy conuna nueva historia, si eres nuevo lector: esta historia tiene primera parte, no es necesario que la leas :D

Si me sigues desde la primera parte y no has leído el final te aconsejo que lo hagas ahora! 

y si, ya leiste toda la primera parte: tenias razón!! XD 

 

espero les guste, dejen rvws! 

 

Reita


 


Estaba guardando mis cosas, de verdad siempre tengo un tiradero sobre mi escritorio pero es que casi nunca estoy ahí. Mi trabajo representa ochenta por ciento en campo y veinte en escritorio. Se puede decir que tengo un buen trabajo como detective de homicidios dentro de la policía, pero no es la gran cosa, me dedico a investigar casos inconclusos. Es decir, si existe un caso que lleva sin resolverse dos años y de repente surge una pista nueva, yo entro en acción…”Acción”. Casi siempre, terminan en nada, aunque debo admitir que poder resolver un caso, me da una gran satisfacción. 


 


Estaba guardando algunos papeles cuando escuché el sonido de los zapatos retumbar en el piso viejo del departamento de homicidios, seguido de un montón de chiflidos y piropos que no alcancé a distinguir. No necesitaba de mucho para saber quien estaba acercándose, justo a mi escritorio. 


 


-mira nada mas quien nos visita - dijo el detective Kento, un imbecil con placa y demasiado poder. Se había aproximado a mi escritorio y se recargaba con una mano - ¿Que hace “El Rey de hielo” paseándose por aquí? No tenemos un caso para el que necesitemos tu presencia - dijo despectivamente.


 


Takahiro Sakaguchi o Sakito, como yo lo conocía, se paró junto a mi y sonrió - como fiscal de distrito yo puedo hacer lo que me de la gana, como rechazar por tercera vez tu invitación a cenar - enseñó su smartphone con la conversación abierta. El otro abrió y cerró la boca pero no dijo nada, sólo dio media vuelta y se alejó. Sakito bufó -idiota - guardó el teléfono en su enorme bolso de piel. 


 


Mi amigo era conocido en todo el sistema judicial como “El Rey de hielo” por ser el fiscal más despiadado de Tokio, no sólo era el más joven, también era de los mejores. Se había graduado con honores de la universidad después de haberse atrasado un año en nuestro último año de preparatoria. Toda la universidad se la había pagado Show y después él le pagó trabajando en un despacho de abogados de renombre donde hizo millones al demandar a una compañía de alimentos. Al final, terminó trabajando en el juzgado de lo menor, tratando con problemas familiares y chicos en situaciones complicadas. 


 


Me miró - ¿listo? No quiero llegar tarde a la gran noche de Saga y Hiroto - giró los ojos con desdén. 


 


Asentí tomando mi abrigo - no seas malo, es un evento muy importante - aseguré cerrando mi silla y encaminándome a la salida con Sakito delante mío. 


 


-Suzuki - escuché la voz de mi jefe llamarme, venía caminando hacia nosotros con un folder que reconocí como un caso nuevo - antes de irte, ¿puedes revisar esto? - torcí la boca, ya íbamos retrasados como para salir aun mas tarde por culpa de mi trabajo. Mi jefe pareció entenderlo - es un caso de hace ocho años, surgió una nueva pista con los cuerpos encontrados, revísalo y el lunes vamos con el forense - me tendió el folder y se despidió. 


 


Salimos al estacionamiento donde le di el folder al más bajo para poder sacar las llaves del auto, un simple Sedán del año color azul marino. Sakito bufó cuando las luces del carro prendieron al quitar la alarma. 


 


-odio este auto, es tan feo - dijo subiéndose al asiento del copiloto - ¿Cuándo perdiste el buen gusto? - colocó su bolsa en el asiento trasero y comenzó a hojear el archivo que mi jefe me había entregado. 


 


-cuando un viper casi me mata - contesté sonriendo y encendiendo mi sedán. Le prendí la luz interior pues Sakito parecía muy interesado en mi reciente caso. Nos dirigíamos a una galería de bastante renombre en el centro cultural de Tokio. 


 


Mi amigo dejó de hablarme de inmediato, seguía leyendo el archivo. Tamborileé los dedos sobre el volante al ritmo de la melodía que sonaba en el radio, una canción bastante vieja pero con buen ritmo de The Cure. Suspiré varias veces al dar la vuelta para llegar a la galería, Saga presentaría su nueva colección de diseño experimental, el cual se utilizaría para promocionar el nuevo sencillo de Hiroto. Los dos llevaban meses planeando todo y por fin sería la presentación, a la cual todos estábamos invitados. Todos los que seguíamos en el país al menos. 


 


Estaba a punto de llegar al bendito valet parking cuando Sakito soltó una maldición, me tomó por el brazo - Reita, detente - dijo con hilo de voz. Estaba tan pálido que parecía haber visto un fantasma, me orillé en seguida preocupado por la expresión en su rostro. 


 


-¿Qué te pasa? me estás asustando - le dije cuando apagué el auto. 


 


Cerró el archivo y me miró con los ojos desorbitados - están vivos - suspiró. 


 


Abrí mucho los ojos sin entender una palabra de lo que estaba diciendo, ladeé la cabeza y estiré el brazo para tomar el archivo pero no me dejó. 


 


-hace ocho años, no murieron. Están vivos - repitió. 


 


Sentí un dolor en el estómago, creí saber de lo que hablaba pero era imposible - Sakito, ¿te importaría explicarme qué demonios te pasa? - le pregunté un poco molesto por la mención de lo que había pasado hace ocho años. 


 


-Te piden investigar un caso de hace ocho años, al parecer encontraron nuevas evidencias de un caso de desaparición de dos jóvenes involucrados con la mafia - iba a decir algo pero mejor dejé que continuara - fueron reportados como desaparecidos hace ocho años y hace una semana se encontró su ADN en dos cuerpos exhumados, de otro caso. - abrió el archivo y leí claramente el apellido Shiroyama - al parecer, la madre de Aoi pidió que exhumaran los cuerpos de sus dos hijos fallecidos para hacerles una prueba por cuestiones de la herencia que su padre había dejado. Se encontró que los cuerpos de los que se creía eran los Shiroyama, en realidad eran los cuerpos de los otros dos chicos reportados como desaparecidos. - dijo casi sin aliento - es decir, que ahora el caso se ha abierto para encontrar a los Shiroyama - terminó porque se le cortó la voz. 


 


Le arrebaté el folder - tienes que estar bromeando - le dije mientras escaneaba con la mirada las hojas frente a mi. Ahí estaba todo, desde el archivo que daba a los Shiroyama por muertos hasta la exhumación, las fotos de los chicos desaparecidos. Entorné los ojos tratando de identificarlos, pero ninguno de los dos se me hacía familiar, había pasado mucho tiempo desde aquel encuentro con la mafia. Noté que el pedido de la señora Shiroyama se debía al fallecimiento de los abuelos de Aoi. Torcí la boca, seguro habían entrado en disputa por Aoi y Uruha; incluso después de su muerte seguían siendo dos personas problemáticas - aquí no dice que estén vivos Sakito - dije tratando de convencerme, perder a Aoi había sido una de las cosas más difíciles que había tenido que enfrentar en mi vida, no podía evitar sentirme extraño al pensar que podían estar vivos. 


 


-¿no es obvio? - dijo Sakito emocionado - malditos bastardos, seguro fingieron todo. Seguro lo hicieron para…-se mordió el labio, sabía que lo diría pero aún así me negaba un poco a aceptarlo y no sabía por qué - mañana iré al juzgado, haré preguntas…- comenzó.  


 


Le devolví el archivo y me giré hacia el volante apretando con ambas manos - ¿te molesta si no hablamos de esto hoy? - dije seriamente - no quisiera arruinar la noche de las chicos, han esperado esto mucho tiempo como para arruinarlo por dos fantasmas. No digamos nada hasta que estemos seguros que está pasando - sonreí de lado tratando de ocultar mi molestia. 


 


Vi a mi amigo entornar los ojos a punto de soltar un comentario sarcástico, pero no dijo nada, se limitó a asentir y a regresar a su posición original mientras arrancaba de nuevo el Sedán - estupido carro feo - se quejó apretando el folder con fuerza. 


 


La galería por supuesto, era un absoluto caos. Durante los últimos dos años, la carrera de Hiroto había despegado increíblemente después de protagonizar una serie de la NHK donde interpretó a un cantante de los años 40’s, estuvo muy bien y fue su gran despegue; ahora era una super estrella al menos en Japón, apenas se estaba escuchando en otras partes de Europa. Había paparazzi y fans por todos lados, todos iban muy bien vestidos, tanto que incluso me sentí un poco mal de traer un Sedán a tan importante evento. 


 


Sakito volvió a girar los ojos - que bueno que somos VIP ¿no? - dijo con sarcasmo bajando del auto con un porte espectacular. No traía un vestido de gala, sólo un traje con saco de color rojo y sus zapatos, pero su expresión y belleza eran suficiente para que más que uno volteara al instante. Lo alcancé de inmediato tendiéndole el brazo para que lo agarrara y caminamos por el pasillo de entrada con aire de suficiencia. Un enorme gorila nos detuvo en la puerta, estaba vestido de negro y traía una lista en la mano. 


 


-¿nombres? - dijo mirándonos de pies a cabeza. 


 


-Takahiro Sakaguchi y Akira Suzuki - contesté, odiaba la actitud de estos sujetos, siempre pavoneándose como si fueran la persona más importante del mundo. El tipo revisó su lista y su semblante cambió de inmediato. 


 


-por supuesto, pasen por aquí por favor - dijo de forma sumisa. 


 


Sakito sonrió y avanzamos a la entrada de la galería. No sé bien que me esperaba, pero ese enorme cuarto lleno de luces, y gente no estaba en mi mente. Era una enorme habitación con un enorme escenario al fondo, toda la decoración eran piezas de Saga, incluidas unas mascaras que tres acróbatas vestían mientras se colgaban del techo haciendo malabares. La música se oía muy fuerte y la iluminación cambiaba demasiado rápido para mi gusto. 


 


De inmediato fuimos atendidos por un mesero que nos preguntó que queríamos de beber, mi respuesta fue simple: una cerveza, Sakito pidió algo más elaborado que no alcancé a distinguir pero intuí que tenía muchos colores. 


 


No fue difícil encontrar a Saga rodeado de un montón de intelectuales o al menos así lucían, diferentes a los que rodeaban a Hiroto, todos estrellas del mundo del espectáculo y muy vistosos. 


 


-¿me recuerdas por qué estamos aquí? - me dijo Sakito al oído casi gritando mientras nos aproximábamos a Saga. 


 


-porque son nuestros amigos y es nuestro deber apoyarlos. Estuvieron contigo en el juicio más aburrido de la historia ¿recuerdas? - le contesté casi arrastrándolo por el salón. 


 


-ese juicio no fue aburrido, lo hice increíble. Me veía aún mejor - se indignó - ¡Saga! - saludó cambiando el tono drásticamente. Sakito seguía siendo cínico y brutalmente honesto, pero gracias a su profesión había aprendido a controlarlo, aunque también gracias a su profesión, era aún peor. 


 


Saga se giró hacia nosotros con una radiante sonrisa impregnada en el rostro. Vestía un increíble traje de color plata pegado a su silueta esbelta y a sus piernas kilométricas.


 


Se acercó a nosotros con paso rápido - que bueno que vinieron - dijo agradecido - me estaban volviendo loco con una plática del arte moderno - giró los ojos. Para haber estado en la industria del arte por más de diez años, Saga odiaba todo lo referente a las críticas y teorías o investigaciones. Había dejado la escuela después de la preparatoria y se había dedicado a lo que hace mejor: pintar. Aunque recientemente estaba explorando el mundo de la escultura y las artes plásticas en general. 


 


-¿qué no ha llegado nadie? - preguntó Sakito sacando su celular para revisar sus mensajes. 


 


Saga suspiró dandole otro trago al martini de manzana que traía en la mano - Kyo, pero ya sabes - hizo una mueca señalando con la cabeza el rincón donde sólo vi un vestido luminoso y unas manos recorriendo la tela con empeño. 


 


Sakito ladeó la cabeza - ¿para qué viene a torturarse? - alzó la ceja al ver a mi amigo atascándose con un chica de identidad desconocida - se comporta como un niño cada vez que se trata de Hiroto - el mesero de antes se acercó a nosotros para entregarnos nuestras bebidas. Le dio un sorbo a algo que parecía un daiquiri - aunque debo de admitir que es rápido - parpadeó bastante. 


 


-es estúpido - dije molesto. Para nadie era un secreto que Kyo se había vuelto loco por Hiroto unos meses antes de salir de la preparatoria, sin embargo nunca se lo dijo. Estuvo a punto de hacerlo una vez, el mismo día del debut de la serie que lo llevaría a la fama; es claro porque nunca lo hizo. Desde entonces mi casi hermano, se dedicaba a acostarse con la primera que se le atravesara y bebía bastante en cada evento importante de nuestro amigo. Como si tuviéramos quince. 


 


-bueno, tu no eres precisamente nadie para juzgarlo señor-soy-más-lento-que-una-tortuga-en-la-arena - se burló Sakito - en serio ya dile a Kai, me está matando guardar tantos secretos - reclamó. 


 


Abrí la boca para defenderme cuando vi acercarse a mi novio hacia nosotros - ¿qué secretos? - preguntó de inmediato, sólo había alcanzado a escuchar la última parte de la conversación. 


 


Por un momento no supe qué decir así que sólo me limité a besarlo para saludarlo - luces increíble - sonreí - voy por Kyo - me zafé de inmediato aventurándome a ir por mi amigo antes de que hiciera algo de lo que se arrepintiera. Porque siempre lo hacía. 


 


Metí mi mano en el bolsillo de mi pantalón de vestir y sentí el peso de la cajita que llevaba siempre conmigo desde hacía tres meses. Con Kai siempre era todo muy lento, como nos habíamos confesado, como empezamos la relación, como decidimos nuestras carreras profesionales e incluso nos tardamos casi dos años en decidir vivir juntos. La mayoría de nuestras decisiones las tomábamos después de darle muchas vueltas al asunto y esta no era la excepción. No era que no estuviera seguro de querer casarme con él, era que nunca encontraba el momento apropiado; Kai se desvivía por su carrera y quería ser el mejor, siempre hablaba de eso y yo, bueno creo que de alguna forma yo iba en segundo plano después del periodismo. Tal vez no tan dramático, pero para él era más importante ser un profesional realizado a ser el esposo de un simple detective. 


 


Llegué a donde estaba Kyo, jalé el brazo de la chica que lo estaba besando con desesperación - hola linda, ¿me permites? - la chica me vio sumamente ofendida pero no se movió - mira, en serio. Necesito hablar con mi novio acerca de su comportamiento - fingí suspirando y la chica huyó despavorida ante la realización.


 


Kyo soltó una carcajada - eso estuvo de más - dijo limpiándose la boca - pudiste decirle que me necesitaban en otro lado - metió las manos en los bolsillos y alzándose de hombros. 


 


Negué - es la única manera de quitártelas de encima y el show de Hiroto no tarda en comenzar - le regañé. E ignoré la mueca de dolor que cruzó por su cara - escucha, le dije a Sakito que no hablaremos de esto con nadie hasta mañana pero en verdad estoy preocupado y sé que no harás un escándalo - Kyo me miró con curiosidad y esperó a que continuara - ¿Cuántas probabilidades crees que existan de que Aoi y Uruha estén vivos? - pregunté con seriedad. 


 


Noté que la pregunta lo descolocó por completo, pero supo de inmediato que no estaba bromeando por mi semblante serio - bueno, ninguna. Supe que hace poco por fin la señora Shiroyama metió los papeles de divorcio, después de casi treinta años de casados. Pero ¿qué tiene que ver eso? ¿Cómo se te ocurrió que podrían estar vivos? - Me miró serio, como advirtiéndome que no jugara con eso. 


 


Suspiré dandole otro trago a la cerveza - piénsalo, hubo tres cuerpos. Todo el mundo asumió que habían sido de Die, Aoi y Uruha pero en realidad no pudieron identificarse dado su deterioro por la explosión del auto. Ni siquiera pudieron determinar si habían muerto del impacto entre los dos autos o por el incendio. - Cerré los ojos lleno de confusión. 


 


-Reita, los dos cuerpos estaban en el auto de Aoi ¿qué no me estás diciendo? - se dio cuenta que le ocultaba algo. 


 


-hoy me llegó un caso, es probable que los cuerpos que estaban en el Lancer no eran los Shiroyama - le dije rápidamente, pero antes de poder continuar las luces se apagaron. 


 


Escuché el suspiro de Kyo cuando del escenario surgió la figura de Hiroto con un micrófono en la mano, el show iba a comenzar. Nos acercamos a Saga y Kai, Sakito había desaparecido, para apreciar mejor las tres canciones que nuestro amigo iba a cantar. En realidad era extraño verlo ahí parado, tenia una gran presencia en el escenario para ser tan pequeño. Escuché a varios fans gritando sin parar, para mi era tres veces más extraño pensar que tanto él como Saga tenían admiradores y eran conocidos en todo el país; aún así nadie parecía conocerlos en realidad. Saga tenía un carácter del demonio y de todo se quejaba, mientras que Hiroto era extremadamente calmado y centrado; no sé si ser hijo de un detective lo había hecho así pero desde el momento que comenzó a hablarnos siempre había sido un apoyo importante; sobretodo para Kyo. Quien se veía bastante solitario desde que Takanori se había ido.  


 


Kyo suspiró a mi lado - yo podría casarme con ese chico - dijo refiriéndose a Hiroto, quien bailaba con dos chicos que eran sus bailarines de apoyo. 


 


Alcé la ceja- no sé, para casarte con alguien necesitas decirle cómo te sientes - traté de no morderme la lengua porque yo estuve en la misma situación para declararme a Kai. 


 


-no es lo mismo, miralo - dijo en el momento que el chico hacía un movimiento provocativo con el bailarín - nunca se fijaría en un simple profesor de matemáticas, aunque seamos amigos desde hace tanto tiempo. Ya no pertenecemos al mismo mundo -.


 


Bufé - eres el profesor de matemáticas más rico de la historia, no es que no pertenezcas al mundo de excesos y derroches. Además, conoces a Hiroto, todo eso no le importa - volví a meter la mano al bolsillo del pantalón y sentí la cajita, que parecidos éramos Kyo y yo en tantas cosas. Debía admitir que desde que Aoi se había ido, Kyo se había vuelto mi mejor amigo, casi como mi hermano. Todos en realidad, todos los que nos vimos involucrados en la locura de la mafia cuando sólo teníamos dieciocho años.


 


En eso estábamos cuando una de las luces del escenario en el que se encontraba Hiroto hizo un movimiento extraño, al principio parecía parte del espectáculo, pero siguió moviéndose fuera del compás de las demás. Y justo cuando Hiroto iba a acercándose a ella, la luz explotó con un fuerte sonido que interrumpió el show. Hiroto salió disparado hacia atrás junto a los dos bailarines. 


 


De pronto todo fue un caos, pues la luz había incendiado varias partes del escenario. No me percaté cuando Kyo saltó hacia delante para sacar a Hiroto de ahí, algunas personas gritaban y salían rápidamente de la galería al propagarse el fuego y sobretodo el humo, por el lugar. 


 


Vi a Kai sacar a Saga de la mano y no había rastro de Sakito, subí al escenario cubriendo mi nariz con la manga de mi camisa. Los dos bailarines salieron corriendo unos segundos después y me acerqué a Kyo quien estaba agachado junto a Hiroto, parecía que se había lastimado. La fuerza de la explosión había enterrado su tacón en el escenario de madera y Kyo trataba de quitárselo por encima del humo. El fuego se propagaba, cuando vi acercase a los dos gorilas que Hiroto empleaba de guardaespaldas, les enseñé mi placa para que no estorbaran. 


 


-listo - escuché a mi amigo quien de inmediato levantó entre brazos al más bajo. Se adelantaron tosiendo, no supe muy bien porque me quedé ahí, cerca de la luz que había estallado; como si algo me estuviera llamando en ese accidente. Mi instinto de policía me decía algo, pero no sabía exactamente que - me quedé hipnotizado. 


 


-¡Suzuki! - la voz de Kyo me despertó. Me percaté que tenía los ojos llorosos por el humo. 


 


Corrí hacia mi amigo y salimos antes de que el humo llenara toda la habitación. Los tres salimos tosiendo, pero no llevábamos mas de tres pasos cuando varias personas del personal de Hiroto ya estaban sobre él, arrebatándolo de las manos de Kyo. 


 


El cuerpo de Kai chocó contra el mío -¿estás bien? - me tomó por las mejillas - como te gusta ponerte en peligro - dijo cuando asentí y me abrazó fuertemente. Se lo devolví torpemente, estaba un poco mareado y probablemente necesitaría un poco de oxígeno. 


 


-ustedes están desquiciados - vi a Sakito acercarse a nosotros, tenía el celular en la mano, él había llamado a emergencias. 


 


-pudo haber muerto - pronunció Kyo mirando fijamente a la camioneta que se alejaba con Hiroto adentro - ¿qué clase de iluminación es esa? - volteó al edificio que ahora se incendiaba. 


 


Negué - no tengo idea, pero lo voy a averiguar - saqué el teléfono para marcar a la comisaría. 


 


-demasiadas emociones por un día - dijo Saga cruzado de brazos viendo con tristeza como su trabajo quedaba atrapado entre las llamas. 


 


Sakito silbó levemente - y las que faltan - lo miré amenazadoramente, rodó los ojos - mejor le digo a Shou que ni se aparezca - volvió a marcar por el celular. 


 


-x-


 


-Esto es una locura - dijo Kai mientras cambiaba el canal de la televisión. 


 


Era la mañana siguiente y seguíamos acostados en la cama, dado que era sábado ninguno de los dos tenía muchas ganas de levantarse después de los acontecimientos de la noche anterior. 


 


-está en todos lados - dijo refiriéndose al incendio, la cara de Hiroto aparecía en todos lados y muchos hablaban de que el ataque había sido premeditado, la verdad era que aun no había nada confirmado. Un amigo estaba encargado de la investigación y me mantendría informado por si se tratara de algo más que un accidente. Esperaba que no, ya tenía bastantes cosas en la cabeza como para ocuparme de un fan psicópata queriendo matar a Hiroto. Apagó el televisor - ¿tu que crees? - parpadeó. 


 


Me acomodé mejor en la cama - no lo sé - tomé la cajetilla de cigarros y prendí uno. 


 


Kai frunció el ceño - ¿tienes que fumar aquí? - vio con asco el cigarro. 


 


-Me ayuda a concentrarme, además cuando fumabas no te molestaba - era la misma defensa de siempre, a pesar de que había dejado de fumar dos años antes. Giró los ojos - Kai, quería hablar contigo de algo - dije un poco nervioso, no sabía como iba a reaccionar a la noticia que tenía desde ayer. 


 


Sólo se giró para darme a entender que me escuchaba, pero su teléfono sonó en ese momento - dame dos segundos ¿hola? - contestó rápidamente - ¡Taka! ¿ya están en Amsterdam? ¿mañana? claro, pasamos por ti - me miró para consultarme y yo asentí - ¿viste lo del incendio? sí ya sé, Saga está un poco triste, a pesar de que las piezas estaban aseguradas. Meses de trabajo a la basura. Lo sé, lo sé. Apenas, Kyo la sacó. Ya sé, no iban a mencionar su nombre, pero los dos están bien. De acuerdo, los vemos mañana, un beso a Nao - colgó el teléfono. 


 


Terminé el cigarro y apagué la colilla en el cenicero - ¿por fin? - pregunté. 


 


-llegan mañana, cuánto tiene que no los vemos ¿dos años? - asentí - dos años de seguir sus vidas en las revistas, Facebook y whatsapp. Qué loco - se acurrucó en mis brazos - ¿qué querías decirme? - preguntó. 


 


La abracé fuertemente - nada importante, pronto habrá una gran reunión. Eso me emociona mucho - dije con doble intención sin que Kai entendiera a que me refería. 


 


-&-


 


 


Aoi


 


Giré la llave del departamento, la puerta abrió de inmediato. Me sentía muy cansado, odiaba el turno nocturno pero a veces era necesario quedarse con el personal para asegurarse que todo marchaba con regularidad. Lo primero que vi fue a Kouyou sentado en el enorme sillón blanco con las piernas recogidas y recargado sobre sus rodillas; miraba atentamente la televisión. 


 


-buenos días hermoso - saludé alegremente tratando de no sonar cansado. Al final él también trabajaba turnos largos de noche. 


 


Se giró a verme, pero sonrió levemente - ayer fue la presentación del nuevo sencillo de Hiroto - dijo con cierta nostalgia. Dejé las llaves sobre la mesa y me fui a sentar junto a él para seguir escuchándolo - en Shibuya. Saga hizo todo el concepto - torció la boca. 


 


A veces era difícil pretender que toda tu vida anterior no existió, como si hubiéramos borrado todo lo anterior a nuestros diecisiete años, incluidos ellos, nuestros mejores amigos. La única manera de saber de ellos eran las noticias donde ahora Hiroto aparecía muy seguido o las revistas donde Takanori publicaba fotografías de sus viajes con los cuerpos de paz y Nao; los artículos de arte exaltando el trabajo de Saga y nada más. De los demás no sabíamos nada y todos los días esperábamos que estuvieran bien. 


 


-el lugar se incendió - dijo de pronto sacándome del ensoñamiento. 


 


-¿qué? - pregunté sin poder creerlo. 


 


Kouyou alzó los hombros - están todos bien, no hubo heridos. Asumo que los demás estaban ahí ¿no? Suponiendo que se sigan hablando - se recargó en mi. 


 


Le di un beso en el cabello - seguro sí - bostecé sin querer. 


 


Se acomodó mejor para mirarme - ¿larga noche? - me abrazó dándome un beso en el cuello. 


 


-un poco, me quedé dormido en una de las habitaciones por ahí de las tres de la mañana - me reí por mi ocurrencia. 


 


Escuché la carcajada de Kouyou - ni aguantas nada - me dijo levantándose, fue entonces cuando noté que ya estaba vestido. Era absolutamente hermoso de los pies a la cabeza, durante los últimos años había crecido algunos pocos centímetros, ya no tenía cara de niño y su cabello era mucho mas largo. Seguía utilizándolo castaño pero más oscuro con las puntas de color rubio; cuidaba mucho su apariencia. Traía jeans, con un enorme cinturón, una playera de tirantes de color gris y botas de militar - tengo que ir a trabajar - se adelantó al comedor donde tomó su bolso. 


 


-¿Trabajaste anoche? - le pregunté un poco molesto. Tenía dos empleos, a pesar de que me había cansado de decirle que podía renunciar a uno. 


 


Negó mientras se amarraba el cabello en una coleta - me toca ir hoy - lo estaba mirando por la espalda, no podía creer que después de tantos años seguía encontrándolo absolutamente irresistible. Me quejé sonoramente - vete a dormir, regresaré cuando despiertes - me dijo colocándose la mochila en los hombros. 


 


-para volverte a ir - me volví a quejar. 


 


-¿por qué no vienes conmigo al bar? - me dijo en tono comprensivo - mañana no tienes que trabajar - se acercó a mi por detrás rodeando mi cuello con sus brazos - tomaremos un trago y después iremos a cenar - me dio un beso en la mejilla y después en los labios. 


 


-no hagas promesas que no vas a cumplir Takashima - le advertí jugando. 


 


Se alejó con una risita - duérmete - tomó sus llaves y abrió la puerta - te amo - me guiñó el ojo y salió cerrando la puerta detrás de él. 


 


Mi celular sonó casi al instante, lo menos que quería era más trabajo, algo me decía que no debía contestar pero era un adicto al trabajo sin remedio. Contesté sin mirar el remitente - ¿hola? - dije con desdén. 


 


-vaya, es cierto entonces…estás vivo maldito bastardo - la voz familiar resonó en mi oído. Sentí el color escapando de mi cara. 


 


Sabía que venir a Tokio había sido una idea pésima. 

Notas finales:

que les pareció?

lo escribí hace dos meses muahahha pero no habia podido subirlo jajajja 

 

espero dejen rvw :D 

 

perdón por la tardanza! 


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