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Adicto a mi por Haruki Kazuhiko

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Notas del fanfic:

Los personajes no me pertenecen. 

Notas del capitulo:

Jajajajaja como me gusta jugarle al ver***

 

Si es que no nos cierran la página, será tan solo de 3 capítulos.

 

Disfrútenlo =w= SI hubiera un demonio como Kagami… hasta yo lo invoco y al carajo mi alma *-*

 

Este fic participa en el evento #OcultoEnELHabíaUnaVez. Del grupo KagaKuro is love.

 

Su mirada estaba clavada al piso ¿Qué demonios iba a hacer? Más aun no entendía porque estaba haciendo caso a su amigo, pero… realmente no tenía otra opción. No es que fuera feo, no, incluso tenía una chica preciosa detrás de el Momoi Satsuki, pero por alguna razón ella simplemente no le ponía en ningún sentido de la palabra, ahora, las burlas entre sus “amigos” estaban yendo cada vez más lejos, cosas como “Tienes 16 y aun sigues virgen” estaban rondando por su ambiente muy seguidamente.

 

Kise volvía con lo necesario para iniciar aquel rito maldito.

 

-Estas seguro Kise-kun… -Kuroko miraba todo lo que el rubio traía en mano, esta era la 5ta vuelta que daba.

-Totalmente seguro, ya verás que funcionara.

 

Kise empezó a hacer lugar en el piso, Kuroko cada vez se lo pensaba más.

 

-Ya lo pensé Kise-kun, mejor le diré a Momoi-san que acepto acos…

-¡No! Es mejor mi forma.

-Pero… invocar un demonio ¿No crees que es demasiado?

-Las sucubus son demonios atractivos Kurokocchi, te gustara.

-Sigo sin estar de acuerdo…

-Además, ya te dije que el conjuro me lo paso mi hermana, ella una vez invoco a un Incubus y dijo que todo fue genial… ¿Qué debería ir mal en ti?

 

Kuroko seguía inseguro, finalmente Kise le sonrió, termino de limpiar el blanco piso de mármol y con un gis prosiguió a hacer un pentagrama protector, coloco 5 velas negras afuera del mismo, posteriormente dibujo a un lado de estas talismanes protectores, seguridad extra nunca estaría de más, Kuroko miraba embobado como parecía que Kise conocía perfectamente el ritual.

 

-Ahora Kurokocchi tienes que relajarte y concentrarte.

-¿Qué?

-¡Hazlo!

-Pero…

 

Kise lo encamino hacia el pentagrama y lo metió ahí.

 

-Ahora extiende tus brazos y piernas –Kuroko le obedeció a regañadientes –Invoca a la sucubus.

-Pero yo no…

-Cuando me salga concéntrate y piensa en quien quieres que venga, después te sientas en el suelo, justo en medio del pentagrama y debes empezar a sentir al demonio ¿Ok? ¡Suerte!

-Pero… ¡Kise….!

 

Kise apago el foco del cuarto y salió casi corriendo del lugar. Kuroko cerró los ojos y suspiro pesadamente y empezó a hacer lo que su amigo le dijo, cuando se sentó en el piso eh imagino al demonio… pero… ¿Cómo hacerlo? Ni siquiera le dio nombre, características, nada, solo se puso a imaginar  y ya.

 

Estuvo así por 15 minutos… y finalmente termino por aburrirse, oh lo hizo mal, oh todo eso era una vil mentira, y estaba 100 porciento seguro que era lo segundo, para empezar se sentía idiota por haberle hecho caso a Kise, invocar algo que no existía… ¿Qué eran? ¿Niños de primaria?

 

Abrió los ojos, estaba por ponerse de pie cuando… la habitación estaba totalmente  a oscuras…. ¿Y la luz de las velas? ¿Qué estaba pasando?...

 

De pronto alguien por detrás lo atrapo y el comenzó a moverse asustado, trato de ponerse de pie pero todo lo que logro fue irse de boca dejando su trasero totalmente levantado, comenzó a luchar con todas sus fuerzas pero de manera inesperada, sus pantalones junto con el bóxer eran bajados, sintiendo una carne dura entre sus nalgas ¡Era imposible! ¡Ilógico! Su camisa fue arrebatada también, sintió una humedad en su espalda ¿Qué era? Si mal no interpretaba, eso era una lengua, que estaba saboreándolo de toda su espina dorsal, hasta llegar a sus hombros y morderlo.

 

-¡No!... ¡Por favor no! –Comenzó a temblar, lloraba asustado.

 

Intentaba procesar lo que estaba pasando, había invocado un demonio, supuestamente mujer pero por lo que podía sentir en su trasero… era un hombre… ¿Qué demonios estaba?... Entonces… recordó las palabras de aquella cabecita rubia que estaba a punto de rodar:

 

-“Además, ya te dije que el conjuro me lo paso mi hermana, ella una vez invoco a un Incubus y dijo que todo fue genial… ¿Qué debería ir mal en ti?”

 

Si utilizo el mismo conjuro que su hermana… ¡¡HABIAN INVOCADO A UN INCUBUS… NO UN SUCUBUS!!

 

Se lo llevaba la mierda….

 

 

 

La humedad de aquella lengua llego hasta su entrada… Él no quería eso, no era gay… ¿Qué debería hacer? Pero, también hablábamos de que era un demonio, mientras pensaba todo aquello, podía sentir como su interior estaba empezando a ser saboreado, sus glúteos eran mordisqueados, y las manos de aquel ente lo tocaban tan expertamente, apretando sus nalgas, sus piernas, su mano se fue por inercia hacia atrás intentando detenerlo, pero… era como si una pasión tan embriagante lo envolviera, era totalmente hetero y aun así quería seguir experimentando aquello.

 

Jamás en  su vida había hecho algún acto sexual… cuando tenía 13 y se masturbo por primera vez casi entra en pánico al ver aquella sustancia blanca y pegajosa… que olía muy extraño… por graves regaños de su papá se enteró de lo que era, de ahí en mas no tuvo otra intención, siempre se decía que los hombres eran muy pervertidos, lujuriosos, con la hormona siempre arriba… pero el no, no tenía interés en el sexo… pero las burlas lo estaban hostigando.

 

Hecho su mano para atrás tratando de detenerlo pero lo único que logro fue que lo voltearan bocarriba, su miembro se sumergió en la calidez de una boca, la humedad, la viscosidad, atrapo con sus manos el pelo de esa cosa, y empezó a tratar de reconocer con su tacto, al parecer era como un humano común, orejas… ojos… cejas… pelo… era lo que había alcanzado a sentir, de pronto sintió como el demonio se incorporó, al levantar su mirada con miedo logro ver la silueta del incubus, pero debido a la falta de luz no pudo ver nada definido… solo… aquellos ojos autoritarios, fríos… posesivos… que querían reclamarlo… unos ojos color borgoña que le miraban penetrante.

 

-Kuroko –Susurraron.

 

No podía más… ¡No podía más!... Se dio la vuelta y corrió hacia donde él sabía que estaba la puerta de la habitación y con una fuerza desesperante, la abrió.

 

Se levantó bañado en sudor, aun dentro del circulo que había dibujado, se puso de pie y salió corriendo de ahí, no podía ser… ni de joda podía ser… al salir de la habitación Kise corrió hacia él.

 

-¡Kurokocchi! –Kise iba a agarrarlo, pero él se quitó.

-¡Invocaste un hombre, no una mujer! –Se dejó caer nuevamente en el suelo.

-Lo siento… yo…

-Déjalo… -Kuroko respiraba agitado, se limpiaba su rostro lleno de sudor, tratando de ocultar su erección, -me voy a casa.

 

Duro 2 semanas durmiendo con la luz de su recamara prendida, sus padres al no entender la situación, prefirieron comprarle algunas lámparas de luz media, por unos momentos estuvo asustado pero, al poco tiempo empezó a recordar las caricias, los ojos borgoña y lo que le hacía pulsar de manera ridícula su erección era la manera en que aquel demonio susurro su nombre.

 

“Kuroko”… recordaba una y otra vez.

 

-Kagami… -susurro cálidamente.

 

¿Kagami? Quién demonios era Kagami. El no conocía a nadie con ese nombre.

 

Se levantó de la cama y en medio de la tenue luz de la lámpara miro hacia su espejo, a sus espaldas, unos ojos rojos acompañados de una tenebrosa silueta se dejaban ver. Cayó de espaldas hacia el suelo y rápidamente intento echarse para atrás, pero ante la velocidad un vaso de vidrio pesado callo en su cabeza, dejándolo en la inconciencia.

 

De pronto nuevamente se vio en aquella habitación, en la oscuridad, desolada, y frente a él, con un andar sensual y un aura segura, se dirigía un cuerpo que desprendía erotismo.

Su respiración empezó a acelerarse, sus nervios le estaban matando y el miedo no lo dejaba pensar bien, poco a poco, sus ojos celestes chocaron con los borgoña, aquel demonio se detuvo frente a él, eh hincándose gentilmente tomo su mano y la beso, cortésmente, finalmente Kuroko abrió sus ojos grandes, mirándole el rostro por primera vez, y aunque con muy poca nitidez, le hizo tragar saliva al ver lo guapo que era.

 

-Invócame nuevamente Kuroko… y terminemos lo que empezamos.

 

Su corazón desbocado le gritaba que no, pero su mente, su cordura y su cuerpo le gritaban ¡SI!

 

Y ahora solo se preguntaba… ¿Qué debería hacer?

Notas finales:

Y Bueee ya saben, solo si veo buena respuesta y rew considerables… si no… ni pa que :’v jajaja

 

¡See you!

 

Kazuhiko Haruki 


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