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El internado Omega de Domino por MizaiTan

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Notas del capitulo:

Hola, mundo! Espero que les haya gustado el primer capitulo. Un poco raro lo admito porque se que hay muy pocos fics omegaverso de yugioh y de verdad le hace falta. Posiblemente hay algunos que no conozcan de él, de ser asi por favor avisenme para dejar en las notas del siguiente capitulo una explicacion detallada.

Bueno, se que prometí que el prólogo dos sería de Ryo y Joey, pero ambas historias me quedaron tan extensas que decidí dividirlas, sin mas aqui el segundo prólogo

El timbre sonó en la casa esa tarde de sábado. Un muchacho peliblanco se encontraba en su habitación con sus audífonos y es de la nada interrumpido por una de las mucamas ya que la visita lo buscaba a él y su tío.

Ambos bajan a las escaleras para encontrarse que ya su tío está haciéndoles compañía a dos hombres en trajes negro, betas por su olor, mientras toman una taza de té. Al verlo su tío se levanta para presentarlo.- Bueno señores, éste es mi sobrino Ryo. Ryo, estos son agentes del gobierno pertenecientes al programa de protección a omegas.-

Por alguna razón eso no le gustó a Ryo, pero aun así por sus modales se presentó.- Mucho gusto.- Dice mientras se inclina amablemente.- ¿Puedo saber que se les ofrece?

-Ya le habíamos comentado un poco a su tío sobre la nueva ley que se decretó hace aproximadamente un mes.- Ryo tragó saliva, por supuesto que al ser omega él había escuchado algo de eso. Pero al vivir en Sapporo la posibilidad de que llegasen a buscarlo le parecía remota.- Todo estudiante Omega debe asistir a un internado de ciudad Domino.

El peliblanco mayor se sorprendió.- ¿Puedo saber los motivos de eso, por favor?

-Por supuesto, como bien saben desde hace 5 años se decretó leyes de antidiscriminación a omegas donde ellos podían estudiar gratuitamente en instituciones del gobierno y la prohibición al trabajo forzado infantil, sin embargo hemos notado que aún se necesita algo más fuerte que eso, pues aún existen casos de abuso y de discriminación muy severos.- El agente se levanta y continua su relato – Para lograr la educación plena para los omegas que alcancen la adolescencia y hasta su mayoría de edad se propuso la inclusión de estos a un internado.

Ryo estaba casi sudando a este punto, todo eso sonaba muy bonito como el hombre lo decía. Pero para él estaban prácticamente encerrando a todo omega en una sola ciudad, supuestamente para protegerlos, pero así solo generaba que los discriminaran más, a su parecer. Nadie quisiera ser encerrado en un lugar lejos de su familia.

-La idea de alejarlos de su familia para que maestros fríos le enseñen bases de la sociedad me parece ridícula.- Su tío dice frunciendo el ceño, siendo aplaudido internamente por Ryo.- Incluso si yo estuviese de acuerdo no es algo que me corresponde decidir, la custodia de Ryo está con sus padres, él sólo se ha quedado conmigo por un par meses.

Ryo palideció enseguida. Oh rayos. Pensó aunque incluso en su pensamiento sintió como su madre lo reprendía por decir una mala expresión.

Sus padres.

La razón por la que en primer lugar pidió con ganas venir a Japón.

Él no quería ir a ese internado porque presentía que se sentiría tan encerrado como cuando vivía en Inglaterra.

Uno de los hombres al parecer notó el susto que tenía Ryo y se quitó los lentes para hablar, dirigiéndose nuevamente hacia el mayor de los peliblancos.- Lo ha dicho de forma correcta, señor. Es deber de los padres del joven Ryo decidir. Por lo tanto ya la llamada fue hecha.- Ryo abrió más los ojos.- Ellos estuvieron de acuerdo.

El menor sintió lágrimas formándose en sus ojos. Lo sabía. Su tío suspiró y se levantó a abrazar un poco a su sobrino.- No hay nada que hacer, entonces. Ryo ya sabes que hay que cumplir con lo que te digan tus padres.

Ryo dejó caer una lágrima mientras asentía con pesar. Pidió permiso para ir a recoger sus cosas y se dirigió a su habitación.

 

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Ryo lloraba en el auto del gobierno mientras lo llevaban al aeropuerto, le habían dicho que el viaje tardaría 3 horas en avión. Le daba el suficiente tiempo de pensar sobre todo lo que le había pasado últimamente y de reprenderse mentalmente por ser tan débil.

El niño de 15 años nació en uno de los peores países para nacer Omega, Inglaterra. La razón es que las estadísticas de género en ese país son muy diferentes a las de Japón, encontrando que de alfas existe solo el 10% y de omegas el 2%, siendo el resto de la población beta.

Nacer alfa es una bendición para la familia y eleva su estatus social, no son muy comunes y son muy respetados. Su padre siendo alfa y su madre beta, se llevaron una desagradable sorpresa cuando su hijo nació omega. Sus dos hijos mayores habían nacido alfas y eran su mayor orgullo, pero este niño provocaba un bajón en su nivel social.

Lo mantuvieron escondido en casa, diciéndole a todos que su hijo había nacido muerto, dándole educación en casa a través de tutores. En un principio tuvieron problemas encontrando a los tutores correctos puesto que todos pensaban que irían a enseñar a niños alfas, no a un debilucho omega.

Por culpa de ello, Ryo creció pensando que no tenía valor, y que al ser el de peor rango debía obedecer a todo lo dicho o seria reprendido por su familia de lo contrario.

-¡John, por favor déjame entrar! ¡Hace frío aquí afuera! – Le gritaba un pequeño peliblanco de 6 años a su hermano mayor. Estaba en el balcón y su hermano mayor lo había encerrado; al estar lloviendo se estaba empezando a empapar.

-Quédate ahí, es una orden alfa – Su hermano le dijo y se entró riendo.

Ryo estaba llorando y tenía frio. Como pudo logró hacerle señas a una mucama para que le abriera y él poder irse a su habitación. Al llegar sus padres se enteraron de lo que había pasado

Su madre en lugar de reprender a su hermano por dejarlo encerrado en el balcón con lluvia, o la mucama por desobedecer al niño mayor, lo reprendió a él por no obedecer a su hermano.

Ryo al recordar su infancia se entristeció aún más, así que para no darse un puñal aún más grande, sin que los hombres adelante lo notasen, comenzó a desabrochar el cordón de su zapato derecho para poder quitárselo. Se quitó un poco su calcetín y pudo ver su pequeña marca de un diamante en su pie.

Pasó su mano suavemente sobre el grafico y sonrió un poco. Oh Bakura

 

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Si había algo que sus hermanos pudiesen envidiar de él y quizás todas las personas que conocía es que él había conocido a su alma gemela. No fue algo mágico como lo describen en los cuentos de fantasías pero si algo destinado.

Hasta antes de encontrarse, Ryo de 8 años pensaba que había nacido en el mundo sin un propósito y sin un rumbo, que debía obedecer todo lo que fuese dicho. Su padre le había dicho que lo presentaría en sociedad cuando le pudiese encontrar un esposo adecuado que elevaría el estatus donde él lo dejó. Todo se trataba de eso para su padre.

Considerando lo raro que son los omegas en Inglaterra algún millonario le gustaría tenerlo en su colección. Ese era el mejor futuro que deparaba para Ryo.

Pero un dia mientras iba con su niñera a la casa de su médico de confianza se perdió al ella no estar pendiente. Era visto con malos y pervertidos ojos en lo que trataba de llegar a algún lugar que lo ayudasen. Hasta que por pura casualidad se chocó con un chico un poco más alto que él, que veía la televisión desde la vitrina de una tienda.

-Oye niño ten más cuidado.- Le dijo el extraño mientras que aun así lo ayudaba a levantarse.

-Lo siento – Ambos se miraron por un momento y se extrañaron al tener caras algo parecidas. Hasta que el niño mayor frunció el ceño en lo que olfateaba el aire. Ryo se entristeció un poco al ver que el niño no gustaba de su olor a omega.

-Maldición – Dice mientras miró furioso. Ryo se encogió un poco ante eso dispuesto a irse cuando el niño volvió a decir algo.- Si tienen algo que hacer con él, atrévanse a hacerlo delante de mí.

Ryo se sorprendió y se giró notando 3 niños betas, entre esos una niña. Los tres se asustaron ante lo dicho por el niño mayor y se fueron. El peliblanco más alto luego se volteó hacia él y le sonrió. Ryo se sonroja un poco, es de las primeras veces que le sonrían de forma sincera.- Gracias – Dice de forma tímida – Soy Ryo.

-Un gusto soy Bakura – Le dijo en lo que su atención volvía al televisor y le señalaba – Algún día compraré uno, ya lo verás.

Ryo le asiente aun un poco sorprendido, ¿Éste niño llamado Bakura no le dice nada por ser un omega? Qué raro – Emm, Bakura – El niño le mira poniendo atención - ¿No te molesta que… Bueno tú sabes… Lo que soy yo?

Bakura frunce el ceño y luego alza una ceja – ¿Qué seas más bajo que yo? – El niño niega - ¿Qué seas omega? – Ryo asiente con mirada ilusionada - ¿Por qué habría de importarme eso?

Era la segunda vez, desde que uno de sus tutores le dijo que era especial por nacer omega, que alguien decía algo no discriminatorio por ser lo es.

-Bueno… A todos les importa eso.

-Están locos – Dice volviendo su atención a la televisión, sonriendo un poco por una broma que hicieron en los comerciales.- Además mi mamá me daría una cachetada si llegara a tratar mal a un omega. Ella es uno así que la idea que se burlen de ella también lo odio. – Lo voltea a ver nuevamente – Ella es especial sin importar que sea.- Ryo sonríe como hacía mucho tiempo no lo hace.

Ambos pasaron la tarde juntos en lo que Bakura le mostraba más cosas en la ciudad, cosas que el desconocía por vivir en su casa toda su vida. Antes de notarlo se hizo de noche, su niñera debía estar loca buscándolo por todas partes, pero él no quería irse, no ahora que era la primera vez que hacia un amigo por ser quien era.

Bakura también debía volver a su casa, así que lo invitó para la cena, y luego le diría a su mamá para que le acompañaran a su casa, ya que quizás ella sabía dónde estaba, según ellos.

-Oh pero mira, traes un nuevo amigo – Dice la madre de Bakura con una sonrisa amable. Era la primera vez que conocía a otro omega, y el aura que transmitía ella era muy diferente a la de su mamá.

-Soy Ryo Ethan* - Inclina un poco la cabeza al saludar, como le fue enseñado.

-Oh querido, no seas tan formal. Pero ¿Familia Ethan? ¿Te refieres a la familia de la calle Richards? – Ryo sonríe tímidamente y asiente.- No sabía que tuviesen otro hijo… - Ella misma calló al ver que el niño miraba hacia abajo.

-Pero eso no importa, Ryo me hizo compañía toda la tarde, ellos se lo pierden.- Bakura sonríe y agarra la mano de Ryo para halarlo a su alcoba mientras este se sonrojaba.

-Alto ahí niños, primero vayan a bañarse. Yo iré a preparar la cena y luego trataré de conseguir el número telefónico de tu casa ¿Ok? – Ambos niños asintieron mientras Bakura lo guiaba.

Bakura se comenzó a descambiar delante de Ryo que lo único que quería era salir corriendo a la sala, pero solo se dio la vuelta. Bakura se rio un poco de eso.- No seas tonto ambos somos chicos, y solo tengo 9 así que aún no estoy interesado en nada de eso.

Ryo se volteó lentamente justo a tiempo para ver a Bakura solo en boxers, la pena le pudo mucho más y miró a sus pies y se quedó como piedra. Al ver que se quedó detenido viendo sus pies Bakura se acerca sonriendo un poco burlesco - ¿Qué pasa?

Ryo no responde por unos segundos, sino que aun con cara de shock se quita de forma rápida sus zapatos y pone su pie derecho descalzo al lado del de Bakura. Ambos viéndolos en shock y luego mirándose asombrados.

La madre de Bakura se asustó, casi dejando caer la taza en sus manos cuando ambos niños gritaron y corrieron a ella. Su hijo casi desnudo mientras su amigo estaba descalzo, ambos levantando un poco su pie para que fuese visto.

-¡Mamá, lo encontré! – Dice Bakura alegre mientras abraza a Ryo, también sonriente

 

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Ya aterrizando el avión, Ryo pudo bajar con una medio sonrisa al recordar durante el vuelo.

Aunque claro gracias a su padre no pudo terminar todo feliz, al descubrir que el alma gemela de su hijo omega era un alfa de clase media baja inmediatamente puso manos en el asunto. Le mandó a la madre de Bakura dinero y una amenaza de que ambos se fueran. Ni siquiera tuvieron la oportunidad de despedirse, y aun hoy no se han vuelto a ver.

Pero eso no deprime a Ryo ahora, antes era un mar de lágrimas. Él sabe que están destinados a volverse a encontrar y gracias a Bakura desde ese momento pensó que era alguien especial sin importar lo que le dijeran los demás. Si no pueden estar juntos, le gustaría al menos encontrarlo para darles las gracias.

Hace un mes su tío lo invitó a vivir con él en Japón por un tiempo y él rogó a sus padres para que aceptaran. Quería empezar a vivir sin estar encerrado.

-Bueno éste es el dormitorio, espero que sea de tu agrado.- El encargado del dormitorio le hablaba de las reglas en lo que lo guiaba a su habitación.-Tu compañero ya ha llegado, que tengas suerte. Cualquier duda estoy dos pisos abajo.- El encargado omega prácticamente huye.

A Ryo le parece un poco raro pero igual toca la puerta para entrar y entra cuando obtiene el permiso. Ve a dos chicos jugando con unas cartas y riéndose – Hola, soy Ryo Ethan. Me asignaron esta habitación.-

Ambos chicos voltean a verlo y un moreno más alto que él se levanta.- Soy Malik Ishtar, tu compañero de habitación, este es Yugi.-

Ryo se acomodó en la otra cama y dejó allí sus dos maletas.- Mucho gusto, Marik. ¿De casualidad sabes por qué el encargado casi huyó?

Ambos chicos se rieron ante lo dicho por él, mientras Yugi responde – Creo que la actitud no tan Omega de Malik lo confunde un poco.

Notas finales:

Si señores, es Ryo que ya conoce a Bakura!

Ryo Ethan* Escogí el apellido para evitar confusiones de posibles parentezco con Bakura

Yo diria que en unos 3 o 4 dias tengo el ultimo prologo para entrar a la historia de lleno.

Adios~


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