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Order Vampire "La Película" por ScarlletParaise

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ORDEN VAMPIRE


“La Película”


Las semanas pasaron, Camus cumpliendo con el castigo que recibió de parte del director, tan solo eran 2 días y soportar a Albafica era lo último que deseaba hacer. Al pasar un mes como máximo y empezar con los exámenes del primer trimestre; en un lunes, la clase E tenía un examen de la asignatura Gramática.


Degel estaba tomando apuntes y repasando las últimas materias para rendirlas, y así recibirse en el doctorado en Gramática. En dos por tres levantaba su rostro de los libros para chequear si sus alumnos estaban realizando el examen, cuando uno de ellos se puso de pie para entregar las hojas.


 


- ¿Le entendiste o te costó algo? – Aquella pregunta le causo gracia a Camus, pero prefirió volver a su lugar y dejar con la duda al profesor. En eso Degel abandona por unos minutos el estudio, para comenzar a corregir la evaluación del alumno Afrontes – “Mejor que yo en esta materia, muchísimo mejor” – Pensó Degel, ya que estaba muy sorprendido por la prolijidad, la manera de contestar bien las preguntas y sobre todo notar que en varios puntos los había hecho sin ningún problema.


 


Mientras se sentaba en su lugar, Camus tomo un libro de su mochila de lo que parecía ser el de idioma, dado que en dos días tenía otro examen de la misma materia. Adoraba leer en un lugar muy tranquilo y sobre todo estudiar el idioma francés, ya que últimamente el profesor Sysipho le estaba apresurando el paso para aprender el idioma en excelencia, porque el trimestre siguiente comenzaba a enseñarles el alemán.


En eso, Milo se pone de pie para así entregar su examen y regresar a su lugar, saca de su mochila el mismo libro que Camus. En eso Kanon estaba observando a las dos personas en cuestión, notando que tanto Milo o como Camus, eran tan iguales cuando hace un tiempo atrás ambos fueron novios, cierra sus ojos un tanto cómico al pensar en el pasado y compararlo con el presente, opto por volver a resolver la última pregunta del examen, que lo tenía un tanto trabado.


 


- Quedan treinta minutos y la mayoría no termino, espero que algunos comiencen a finalizar porque no tendrán minutos de tolerancia – Dijo Degel mientras guardaba sus cuadernillos de estudio para controlar el salón, se pone de pie, baja de la tarima y comienza a pasar banco por banco para revisar si todos estaban realizando la prueba o ver si alguno necesita de su ayuda.


 


Por lo tanto a Mu no le ayudaba muchísimo, dado que no se había tomado la molestia de repasar antes de ingresar al salón. Se maldecía a sí mismo, por no haber hecho caso a lo que le sugería Camus; deja salir un suspiro resignado y para posteriormente echar un ojo a su compañero de banco, quien se disponía a ponerse de pie e ir hasta el escritorio del docente y dejar su examen. Cuando regreso Kanon, Mu volvió a concentrarse en su examen, ya que había logrado llegar al último punto, lee el inciso para después notar que era una pregunta trampa.


 


- “No es justo… Eso no lo repase… Demonios” – Pensó Mu, ya que estaba tan perdido por estar leyendo como unas diez veces la misma pregunta, para así después tomar la idea de escribir la en un papel y tirar el bollo al banco de Camus, quien por supuesto estaba hablando con Afrodita quien ya había entregado el examen.


 


- ¿Y esto? – Pregunto Camus un tanto curioso al recibir el papel abollado, se voltea para posteriormente cruzarse con la mirada preocupada de Mu, se vuelve a su lugar y ríe al ver la cara de preocupación de su amigo.


 


- No digas que le cuesta la última pregunta – Dijo Afrodita a un Camus quien abría el papel abollado.


 


- La verdad que sí, la última pregunta es muy tramposa, pero no quiero ser un copia exámenes – Aclaro, para así escribir la respuesta a la pregunta trampa, y después seguir con la charla - Mientras Degel escribía el examen, yo estaba sentado al lado de él y veía la televisión, digamos que estaba viendo dibujitos animados, donde un perro persigue una cigüeña que en su pico tenia al cachorro de este, en resumida – Se voltea para observar a su compañero de banco - el perro adulto se cae a una fosa e intenta por sus medios salir de allí – Afrodita se tapa la boca para no reír alto, ya que le parecía cómico lo que contaba Camus.


 


- Y ¿Qué tiene que ver lo que veías con la pregunta? – Pregunto Afrodita un tanto extrañado por lo que estaba escuchando, pero Camus continúo hablando sobre la creación de esa pregunta.


 


 – No obstante, la pregunta se la sugerí yo y Kardia quien estaba allí, le dijo que fuera tramposa – Acto seguido, en ese momento Shaka se había sumado a ellos, dado que tomo asiento al lado de Camus.


 


- Escríbele palabras sueltas y deja que la responda él – Aquella sugerencia no le cuadro mucho a Camus, pero le agradecía con la mirada a Shaka, para después vigilar al profesor y tirarle el papel a Mu con la respuesta, quien lo atrapo antes de que callera en la cabeza de Isaac.


 


Mu lee el mensaje y comienza a escribir la respuesta en la hoja rayada, para después tirar el papel en cuestión e ir hasta el escritorio donde estaba Degel vigilando a todos.


 


- Ya termine profesor – Decía Mu mientras le extendía su examen al docente, quien lo recibió un tanto curioso. Pero no le dio mucha importancia y fue hasta donde estaban sus amigos charlando amenamente.


 


El timbre sonó y la mayoría tuvo que entregar el examen a medias, pero Aioria y Deathmask optaron por terminar a toda  costa el examen de Gramática, ya que había contestado las preguntas fáciles y las difíciles las dejaban para el último.


------- /////// -------


Era la hora del almuerzo, Camus y sus amigos optaron por ir almorzar al patio, ya que el día pintaba muy lindo para disfrutarlo. Al llegar tomaron asiento debajo de un sauce, para estar a la sombrita, ya que el clima era un poco árido en medio del otoño.


 


- No entiendo como tu primo debe hacer tan complicados los exámenes – Hablo Mu un tanto abatido por lo que le costó hacer el examen, sobre todo en algunas actividades y preguntas trampa.


 


- Eso te pasa por no haber repasado antes de que el timbre sonara – Reprocho Shaka, mientras todos sacaban sus almuerzos. – Si hubieras hecho caso a la sugerencia de Camus, no te habrías tomado la molestia de lanzar un bendito papel para preguntarle sobre la última pregunta – Mu aboyo el papel de su almuerzo y se lo lanzo un tanto indignado a Shaka, quien reía divertido por la acción infantil del peli morado.


 


- Me daba pereza repasar en ese momento – Dijo sin más para darle un bocado a su almuerzo, en el que consistía un sándwich de carne con fetas de queso. Camus rio por lo bajo, ya que le daba bastante gracia el comportamiento infantil de su amigo.


 


- Si te preocuparas más por estudiar no te hubieras sacado mala nota – Los cuatro se giraron para encontrarse con la barrita de Milo, quienes llegaban con sus cosas y tomar asiento bajo el mismo sauce.


- ¿Quién eres vos Aioria en decirme que debo hacer o lo que no? Para tu información no eres mi padre para decírmelo – Aioria saco sus colmillos furioso ante las palabras dichas por Mu de una manera despreocupada y desafiante.


 


- Cálmate gato, nomás vinimos en son de paz – Dijo Shura mientras tomaba asiento al lado de Afrodita, quien se hizo a un lado para así los cuatro abrirse y dejarlos formar parte de su círculo.


 


- Lo hare porque vomitaría la sangre inmunda de este despreciable – Aioria aduras penas se sentó al lado de Shaka, quien le daba sorbos y miraba su bebida, ya que estaba nervioso con la presencia del joven de cabello castaño claro.


 


Sin embargo, Milo y Camus se miraron un tanto particular, ya que ambos poco a poco se iban acercando, sobre todo con los avances inexplicables de Milo, quien antes era muy cerrado consigo mismo y tenía un mal carácter con cualquiera.


 


- Y bueno ¿Díganos cuales son nuestras notas? – Kanon lanzo las hojas al centro mientras tomaba asiento al lado de Mu, para así acercarse a él de manera disimulada.


 


- Camus es el número uno de la clase, ya que en el examen sorpresa del profesor de Geografía, saco A, en el trabajo de Historia otra A – Decía Deathmask mientras recordaba con lujo y detalle las notas de Camus, quien estaba muy sorprendido por sus notas – También en Gramática se sacó un A más, ya que su actitud en clase sumo mucho – Shaka le felicito a Camus que le agradeció. No obstante, Milo se sentía un tanto raro, ya que jamás sintió alegría por otro.


 


- ¿Y los demás que nos sacamos? – Pregunto Camus para romper el hielo. Milo lo miraba mientras arrancaba una flor lila del pasto y para posteriormente jugar con ella, pero alza su mirada para cruzarse con la de Camus, para así en el instante un casto recuerdo de lo que se estaba dando le recordaba que en el mismo lugar que estaban, sobre los hechos ocurrían de manera similar.


---- 1880 ----


- Es lindo disfrutar este hermoso día de otoño con amigos y con la persona que amo – Decía el joven Monthay mientras tomaba la mano de su amado Milo, quien le había dado un cálido beso en la mejilla, provocando incomodidad entre sus amigos íntimos.


 


- Más viendo que ambos pronto se casaran y serán muy felices – Dijo Aioria muy contento al ver la felicidad de sus dos amigos, no obstante, los gemelos rieron por aquellas palabras.


 


- Tampoco es para exagerar Aioria – Hablo Camus mientras apoyaba su cabeza en el hombro de su amado quien le daba mimos, Aioria niega ante el reproche que le estaba haciendo el novio de su mejor amigo.


 


- No estoy exagerando, dado que esta semana se festeja el cumpleaños de tu cuñado Kardia y lo vas a conocer en persona – En eso Milo se alarma al escuchar en su cabeza repetidamente lo último que decía “Lo vas a conocer en persona”, ya que no sabía cómo responder o contradecir aquello, dado que el joven Monthay lo estaba mirando un tanto interrogante.


---- De nuevo a la actualidad ----


 


- Vaya, parece que Mu se está llevando dos materias de arranque – En eso Mu toma su bebida para después lanzársela a Kanon, quien se estaba burlando de sus calificaciones y los que estaban allí se reían ante aquello.


 


- Cállate imbécil – Exclamo Mu muy indignado, para después acoplarse con las risas y eso a Kanon le parecía un tanto tierno, hasta que el momento fue interrumpido por un llamado del centro de estudiantes.


 


- Se solicita a todos los alumnos del instituto Everglades para que se reúnan en la cafetería en menos de cinco minutos – Milo y Camus parecían estar un tanto hechizados por la mirada del otro, hasta que un insulto de parte de Kanon los saco de ese trance.


 


- Sera mejor ir ahora sino queremos ser víctimas de las jugarretas de Radamanthys y su sequito – Todos asintieron a lo dicho por Shura, para así ponerse de pie e ir hasta el lugar mencionado por los altavoces.


------- /////// -------


Al llegar a la cafetería, lo primero que se encontraron los nueve era con los gritos de euforia de Albafica y de Regulus quienes estaban entregando invitaciones, hasta que Albafica llego hasta donde estaban sus enemigos.


 


- Espero que asistan a la fiesta de Halloween y de cumpleaños del presidente estudiantil – Decía Albafica con arrogancia mientras le extendía las invitaciones a cada uno de ellos nueve – Pero vale aclarar que están invitados por… - Sus palabras fueron cortadas por la mirada fría de Milo que parecía estar un tanto extrañado y preocupado por aquella invitación, el de cabellos rubios cambia su expresión fría a una amenazadora.


 


- Esto no pinta para nada bien, cada año que Radamanthys hace una fiesta de cumpleaños y nos invita por familias es para hacernos alguna de sus jugarretas o alguna tetra que tenga en mente ¿O no es así Albafica? – El peli celeste traga grueso, ya que cada vez que Milo sacaba una conclusión acerca de algo o de alguien, daba mal presagio para cualquiera.


 


- Tu no lo metas en tus versitos Milo, él nada más está cumpliendo con la voluntad de mi novio – Dijo Regulus un tanto enfadado y ofendido al ver el semblante amenazador del mejor amigo de su hermano Aioria, quien por supuesto lo vigilaba minuciosamente.


 


- Tu novio las pelotas que siempre se las chupas mocoso – Regulus saca sus colmillos provocando que Camus y sus amigos se asustaran, menos Mu quien de su mochila preparaba su spray de ajo, pero antes de que lo sacara, una mano lo detuvo y por reflejo se giró.


 


- Ya cálmate Kanon – Hablo Saga de manera reconfortante, logrando que todos allí se voltearan a verlo y en unos segundos se voltea para observar a Mu quien parecía estar hechizado por Saga -  Y no lo hagas Mu, porque a más de uno de nosotros terminara asfixiado por el aroma del spray – Mu dejo el spray en su bolso y sin quitarle la mirada a Saga, no obstante, esto provoco que Kanon se pusiera un poco celoso e incómodo por la situación que veía, pero eso no pasa desapercibido por Regulus.


 


- Se ve que los gemelitos Stoltidis están enamorados de la misma persona – Milo se giró para mirar frívolamente a Regulus quien se burlaba socarronamente de los sentimientos de los gemelos, quienes se ruborizaron ante el comentario del menor de los León, pero en el instante Saga soltó a Mu, quien trago saliva por ser él la disputa de los hermanos Stoltidis.


 


- Eso es mentira, Saga tiene novia y ella está trabajando en… - Kanon le pego un codazo a su hermano para que le ayudara con la mentira, dado que Regulus se cruzó de brazos para observarlos con impaciencia.


 


- Si ella está trabajando en la veterinaria del pueblo – Mu pestaño varias veces para después caer en cuenta, toma la idea de irse de allí. Sin embargo, Regulus se la creyó para así restarle importancia y volver con su novio quien lo estaba esperando en la mesa. Saga se giró para ver a Mu y que el joven de cabellos lilas se había ido – “¿Se lo habrá creído?” – Aquella pregunta le había asentado mal ya que pensaba que Mu no le haría caso a su mentira, pero se dio cuenta que si paso.


 


Camus y los demás se dieron cuenta de que Mu se había ido, pero en el instante Afrodita miro a sus dos amigos para así ir tras de Mu, antes de que este cometa alguna tontería.


------- /////// -------


Fueron tras de Mu, los tres parecían estar desesperados, sin embargo los gemelos también fueron tras de Mu y los demás.


 


- No entiendo al borrego hermano ¿Le habrá molestado algo o se habrá hartado de la situación? – Pregunto Kanon un poco fuera de sí, ya que Saga parecía estar un tanto triste y decepcionado consigo mismo.


 


- Eso no me interesa Kanon, lo único que deseo saber es como esta Mu – En eso Kanon se detiene abruptamente para mirar mal a su hermano mayor, que por supuesto Saga se detiene, se voltea y cruza mirada con su hermano gemelo.


 


- ¿Desde cuándo te importa cómo está el borrego? – Pregunta castamente Kanon, mientras se acerca a su hermano amenazadoramente.


 


- Me importa porque es… - No sabía que decir, ya que Kanon lo estaba mirando de mala manera y eso no le gusto demasiado – Mi amigo – Kanon dejo salir un bufido para después tirarse los cabellos hacia atrás, porque sabía que pronto él y su gemelo discutirían.


 


- Mejor cierra la boca Saga, jamás espere en que digas que entre Mu y tú hay solamente una amistad, porque eso no me lo creo – Acto seguido, Saga no sabía que refutar hasta que se le cruzo la brillante idea de mentirle a su hermano menor acerca de la amistad que tenía con el joven en cuestión.


 


Pero en donde estaban discutiendo, Mu estaba escuchando la pelea atrás de la puerta de uno de los baños de los alumnos; escuchar todo aquello su corazón se detuvo cuando el chico que le gusta y el que le acosa todo el bendito tiempo, parecían estar entendiéndose.


 


- Kanon, entre Mu y yo solamente hay una amistad, y a mí me está gustando muchísimo el mejor amigo de Albafica – Kanon abre sus ojos enormemente al repasar sus nuevos compañeros y caer en cuenta de quien se trataba.


 


- No me digas que te gusta Sorrento – Saga asintió a lo que decía su hermano, pero en el momento Mu sale del baño y observa a los hermanos quienes lo miraron un tanto extrañados.


 


- ¡Son unas basuras ustedes dos! – Mu sale corriendo y Kanon intento detenerlo pero no pudo, ya que Saga le coloco una mano en el hombro.


 


- Déjalo – Dijo sin más Saga y tratando de que Kanon comprendiera lo que sentía el muchacho de cabellos morados.


 


Corrió y corrió, sentía una gran impotencia al recordar el primer día cuando ingreso allí. Él era muy tímido y le costaba muchísimo con las materias, hasta conocer por medio de un docente a un muchacho alto y de cabellos azules, detiene su huida para después derrumbarse en la entrada al colegio.


 


- “Los odio a los dos… ¡Los odio!” – Gritaba en su mente, mientras se abrazaba a sí mismo y comenzar a llorar. Deseaba volver hace dos años atrás, cuando conoció a un Saga muy unido y humilde con él – “No entiendo porque me buscas y dices que te gusta otra persona” – Se sentía afligido, hasta cuando noto el abrazo de alguien, levanta su rostro y se topa con la presencia de sus tres amigos.


 


- Llora que te hará bien – Mu se sintió comprendido y feliz al escuchar como Camus repetía las mismas palabras que le dijo él cuando Camus se sintió mal en el primer día de clases, por el mal carácter de Milo.


------- /////// -------


Los días pasaron como también los exámenes. Camus llegaba a su casa con muy buenas notas, ya que su primo y tío le tenían una gran sorpresa el día viernes.


 


- Ya regrese tío Krest – Dijo Camus mientras dejaba sus cosas arriba del sillón de la sala, cuando toco el interruptor y encender la luz.


 


- Felicidades – Gritaron su tío y primo, para notar que arriba se había colgado la pancarta que decía “Felicidades por ser un chico promedio”, Camus se asombró con ver aquello, dado que se sentía muy contento al ver que su única familia se preocupaba muchísimo por sus calificaciones.


 


- Muchas gracias, y los amó mucho – Acto seguido, Camus abrazo a su tío y primo, mientras ocultaba su rostro en el pecho de Krest para así sollozar.


 


- No llores Camus, ya estamos aquí y nadie te va arrebatar de mis brazos, tu eres lo último que me queda de mi hermano – Decía Krest mientras acariciaba los cabellos de su adorado sobrino, ya que tenía una noticia que darle a él – Mírame unos segundos Camus – el mencionado levanta su rostro mostrando sus ojos llorosos – Hace unos días, tuve una audiencia en el juzgado por tu custodia y el juez dictamino, que tú ya eres mi responsabilidad y de que nunca más volverás al orfanato de Francia – Camus rompió en llanto, se balancea a su tío y llora en su hombro por la felicidad que sentía en esos momentos. Degel se le une ya que su padre siempre lucho por la custodia de su primo, desde que su tío murió en aquel accidente aéreo.


 


En ese momento su celular sonó, Degel lo toma y contesta la llamada, para percatarse de quien se trataba - Diga – Degel se aleja de donde estaba su padre y primo hablando entre ellos, para así conversar con su cuñado, quien sonaba un tanto raro.


------- /////// -------


Milo llega del colegio con un sabor amargo, ya que lo único que le rondaba por su cabeza eran las palabras que le dijo Minos.


------ En hora de Básquet ------


- Milo ¿Puedes venir unos minutos? – Milo estaba haciendo tiros al aro, cuando el entrenador Hasgard lo llamo, fue hasta donde estaba el coach con pocas ganas.


 


- ¿Qué necesita coach? – Pregunto Milo un tanto sereno y despreocupado, Hasgard lo miro con una mirada un tanto fácil de descifrar – Esta bien, iré hablar con ellos – Sin más, Milo fue hasta la entrada al gimnasio, para ver quien lo solicitaba.


 


- Hola Milito – Saludo Radamanthys mientras se mostraba con sus dos mejores amigos quienes parecían estar disfrutando de lo que se vendría.


 


- ¡¿Qué quieres?! – Pregunto sin más, sentía como su furia aumentaba, ya que ellos le habían hecho de sus típicas jugarretas.


 


- Nada más quería decirte que tú y tu hermano deben de ir por obligación a mi fiesta de cumpleaños, ya que tengo algo para todas las familias que conformaban parte del comité del pueblo – Milo saco sus colmillos amenazadoramente, ya que sabía lo que significaba aquel mensaje – Evita que tus colmillos pierdan su blancura, porque pronto morirás como tu padre – Radamanthys se voltea dándole la espalda y Minos aprovecho para decirle algo a Milo.


 


- Por otro lado, Milo… - El joven de rizos rubios mira a un Minos sonriente por la próxima reacción del joven Diamantidis – Deberías de cuidar muy bien a la persona que tanto amas – Milo abrió sus ojos enormemente al escuchar aquello, sobre todo Aiacos y Minos rieron ante su reacción.


----- Fin del Flashback -----


No sabía que pensar o hacer, ya que esa misma noche debería de preparar la reunión intima para festejar el cumpleaños de su hermano Kardia. Toma el teléfono de su casa para después marcar a todos los números de los amigos de su hermano, y por supuesto el de su cuñado.


 


- “No entiendo lo que me dijo Minos. ¿Acaso sabe que mí amado está vivo o será una de sus tetras para deshacerse de mí? Jamás lo voy a entender y menos el por qué siempre debo observar o cruzar mirada con Camus…” Hola Degel – Milo dejo de divagar en sus pensamientos y reprimendas. Comienza a explicarle y hablar con su cuñado por el festejo del cumpleaños de su hermano, ya que en menos de unas horas Kardia regresaba del trabajo.


------- /////// -------


- ¡Ya llegue renacuajo! – Grito Kardia mientras dejaba sus cosas en la mesita del recibidor e ir a ver lo que hacía su hermanito menor.


 


- Evita volverme a llamar así, porque yo ya no tengo ocho años para que me llames de esa forma poco madura – Kardia dejo salir un bufido, ya que siempre que llegaba del trabajo su hermano lo recibía con los demonios encima.


 


- Milo, me puedes contestar una cosa – su hermano le hizo un ademan de que continuara con su duda, pero aquello no le gustaba demasiado a Kardia, ya que detestaba ser él el inmaduro y Milo el hombre de la casa - ¿Por qué siempre sos tan cretino conmigo o con las visitas que entran a esta casa? – Milo uso su poder vampírico para lanzarle un florero caro y Kardia lo esquivo.


 


- ¡Sorpresa! – Kardia pego un salto al escuchar aquel grito en conjunto, se voltea para toparse que en la otra sala y en la secreta, estaban todos sus amigos de instituto.


------- /////// -------


Después de la noticia, los tres se dispusieron a cenar en familia. Degel estaba entretenido mensajeándose con su novio Kardia quien le enviaba fotos de su hermano menor enojado con él.


 


- Siempre lo mismo con Kardia – Piensa en voz alta acatando la atención de su padre y primo.


 


- ¿Qué hizo ahora el inepto de tu novio? – Pregunto Camus con la boca llena, provocando que Degel le pegara por debajo de la mesa – ¡Ay! Pegas como niña – Degel le saco la lengua para después hacerle escuchar el mensaje de voz a su primo - ¡son unos asquerosos! – Acto seguido Camus se enfadó muchísimo con Degel, ya que el peli verde disfrutaba hacer enfadar a su primo y Krest negaba con las múltiples veces que ambos se agarran.


------- /////// -------


- ¿Cuándo se dignara en venir tu novio Kardia? – Pregunto Shion un tanto exasperado por la tardanza de su mejor amigo, dado que estar sentado y al lado de la persona menos indicada sentía la necesidad de matarlo en esos momentos.


 


- El vendrá cuando su padre se retire de la casa – Dijo sin más mientras le seguía enviando imágenes y audios, ya que tener un celular a última moda, le hacía sentir el vampiro más lujoso y caro de todos.


 


- Sé que tiene una conferencia o algo parecido, dado que Mu me contó cuando fue al médico para pedir unas pastillas anti-depresivos – En la fiesta estaba Saga, ya que es el mejor amigo de Kardia. Pero al escuchar aquello se sentía muy culpable por lo ocurrido el día lunes.


 


- ¿Por qué pide esas pastillas? o ¿Tiene algún problema psicológico tu adorado hermano? – Pregunto Kardia un tanto curioso por lo que contaba el mejor amigo de su novio, sin embargo, Saga uso su poder vampírico para estar invisible e ir hasta donde estaban hablando el cumpleañero y el muchacho de cabellos verde lima.


 


- El miércoles fue al psiquiatra y a la psicopedagoga, para cerciorarnos que pueda seguir estando al mismo nivel de estudio que sus compañeros. Pero en la visita con el psiquiatra, y el médico le diagnostico depresión leve, por eso debe tomar esas pastillas – Conto Shion, provocando que Kardia se asombrara por lo último y niega ante la desgracia que sufría aquel joven de cabellos lilas.


- “No lo puedo creer… Mu, desearía que me perdonaras” – Pensó Saga un tanto abatido y triste, ya que escuchar aquello, sintió un enorme dolor en su pecho al recordar lo que paso días anteriores.


------- /////// -------


La noche cayo y los tres se dispusieron a disfrutar una linda noche con ver un poco de un documental de medicina. Camus mientras veía el documental sobre el cuerpo humano, aprovecho para tomar apuntes por si los necesitaba en la escuela; Degel se disponía a terminar de estudiar y Krest espero a que ambos finalizaran con sus tareas poco rutinarias.


 


- ¿Pueden escucharme unos minutos? – Camus y Degel dejaron de hacer lo que estaban haciendo para así mirar a Krest, quien estaba un tanto nervioso ante lo que tenía que comunicar.


 


- ¿Qué sucede papi? – Pregunto Degel para así tomar el control remoto y colocar en mudo al programa de televisión.


 


- Sucede que estaré dos meses fuera de casa, ya que debo ir a terminar los papeles de transferencia de Camus a Estados Unidos y tramitar la nacionalidad. – Camus asentía un tanto preocupado ya que desconocía aquellos trámites – Sin embargo, también estaré por temas laborales ya que en la ciudad capital del estado, tengo una conferencia de cuatro días y después debo dar clases en una universidad de medicina en dicha ciudad por dos semanas. – Degel estaba sorprendido y no sabía cómo tomarse aquello, ya que últimamente las cosas en el barrio se tornaron raras.


------- /////// -------


Todo fue tranquilo, cuando en el momento Degel se estaba preparando para ir a la fiesta íntima de su novio, pero en el instante escucho el sonido de las maletas de su padre.


 


- ¿Necesitas ayuda papi con esas maletas? – Pregunto Degel mientras iba ayudar a su padre quien le contesto con un asentamiento de cabeza.


 


- Por supuesto, ya que llevo unas cositas mías por si las necesito más adelante – Degel asentía un tanto desconfiado, cuando abría la puerta de entrada y dirigirse hasta el taxi que lo estaba esperando.


 


- Bueno papi, que te vaya bien en tu viaje a la capital – Dijo sin más Degel para después abrazar a su padre quien estaba muy feliz por él.


 


- Cuida bien de tú primo y de la casa – Comento Krest para después subirse al taxi y ya arriba de él saludaba a su hijo quien le respondió el saludo fuera del vehículo.


 


Estaba en su cuarto y veía como su tío se marchaba, estaba triste ya que le recordaba aquellos días cuando lo visitaban unas horas y se iban de nuevo. Vuelve hacer su tarea con la idea de terminar el trabajo que debía de entregar la semana que viene.


 


- Camus – El joven de cabellos aguamarinas responde al llamado de su primo quien estaba al otro lado de la puerta, se pone de pie para así dejarlo pasar.


 


- ¿Sucede Degel? – Pregunto Camus sin más, ya que detestaba cuando lo interrumpía en sus tareas.


 


- No sucede nada, pero quiero avisarte de que hoy iré a casa de Kardia y te quedaras solo en casa ¿No tienes inconveniente con eso primito? – Comento Degel mientras trataba de persuadir a la mirada de su primo, quien estaba no muy convencido con eso.


 


- No importa, me quedo solo – Dijo para después tomar asiento en el escritorio para continuar con su tarea de Historia.


 


- Como quieras, avísame por si necesitas algo – Camus sin más asintió para así Degel cerrar la puerta de la habitación e irse a la casa de su novio.


 


Los minutos pasaban mientras terminaba de subrayar y de armar la idea para el informe individual, acerca de la guerra civil de los Estados Unidos. Camus tomaba un descanso al terminar con la primera parte de su boceto, para después encender la netbook de su primo, entra al Facebook que se hizo para así chatear con sus amigos.


>>> Mensajes de Facebook <<<


Afro: ¿Saben que colocar en la pregunta donde pregunta quienes conformaron unos de los bandos de la guerra civil?


Shaka: Yo no lo coloque, dado que el profesor Sage dividió el curso en la mitad ¿O no?


Mu: Afro te toco lo mismo que a mí, y Shaka no estás equivocado.


Camus: Hola chicos ¿Cómo están?


Afro: Yo estoy tan ofendido con la pregunta número tres del cuestionario.


Camus: No es para tanto, si quieres yo te paso uno de mis bocetos, ya que el profesor Sage me dijo que hiciera los dos modelos por si lo necesitaba alguien.


Shaka: Tienes una suerte Camus.


Mu: Es cierto, no entiendo porque al viejo se le dio por darte el doble del trabajo.


Camus: Yo me ofrecí nada más, ya que Afrodita me habla todo el tiempo sobre cosas fuera de lo común.


Afro: ¡Cállate! No seas tan malo conmigo Camusin.


Camus: Jajajaja (Carita de diablo)


Shaka: Cuando lo desea es malo.


>>> Fin de los mensajes <<<


Camus se divertía con mensajearse con sus amigos, continuo chateando hasta quedarse dormido en el escritorio. Estaba agotado, su día fue lleno de emociones y sobre todo de cosas sumamente raras.


Afuera de la vivienda, un grupo de seres espectrales ingresan en compañía de otro ser quien tenía un látigo. Se mueven con cuidado y elegancia, hasta llegar a donde estaba el cuarto de uno de los que los mandaron a cumplir dicha misión.


Camus se despierta un tanto dormido, para después restregarse los ojos del sueño y tratar de divisar el cuarto, pero un ruido un tanto agudo lo alerto.


 


- “¿Qué fue eso?” – Se preguntó, para después apagar la computadora e ir hasta el lugar donde provenía aquel ruido. Baja a la plata de abajo para ver si su primo regreso - ¿Degel? – Llamo mientras revisaba la cocina, el comedor y la sala de estar, pero ni rastros de su primo – Si hay alguien no dudare en llamar a la policía – Amenazo Camus para después sentir el pasillo principal por demás frío, se da la vuelta al apreciar como algunos objetos del pasillo se caían al suelo. – “¿Por qué demonios hace tanto frio?” – Comenzó avanzar hasta la sala para después prender el calefactor. Le parecía extraño que hiciera mucho frio en la casa, al prenderlo comienza a escuchar murmullos que provenían del patio - ¿Serán los vecinos? – Se preguntó para después ir hasta el patio e inspeccionar si se trataban de los vecinos.


------- /////// -------


La fiesta era todo un éxito, Milo disfrutaba hablar con sus amigos y sobre todo con algunos pocos quienes eran amigos de su hermano Kardia, ya que su hermano mayor estaba hablando con su novio y los amigos de este. Sonríe de costado, ya que le traía mucha nostalgia al celebrar un cumpleaños con amigos y con tu única familia.


----- 1867 -----


- ¡Kardia! Es tu cumpleaños querido hermano, es tu cumpleaños – Gritaba un pequeño niño de cabellos rubios, vistiendo una bata de ceda negra con detalles en azul. Su hermano mayor trataba de no escucharlo ya que siempre el día de su cumpleaños el niño comenzaba a saltar en el colchón o en los sofás de su cuarto para así despertarlo.


 


- ¡¿Puedes cerrar tu bocota, mocoso del infierno?! – Pregunto a los gritos, mientras se sentaba en su cama y quedar frente a frente con su hermano más pequeño. Observar a su hermano más pequeño quien comenzaba hacer una carita de perrito regañado y eso no le gustaba para nada, ya que significaba que sus padres lo iban a castigar y sobre todo, tendría que estar condenado a la seguridad de él. – Por favor Milo, no te largues a llorar porque nuestro padre me castigara y no querrás eso ¿No? – El pequeño Milo asentía y Kardia le habría los brazos para así el niño de cuatros años fuera con él. En ese momento la puerta del cuarto de Kardia se abrió para dejar paso al mayordomo de la casa.


 


- Joven Kardia y Joven Milo, su padre los está esperando en el comedor – Los dos hermanos se miraron un tanto curiosos, ya que su padre no siempre pasaba sus cumpleaños con ellos.


 


- Ya bajamos en unos minutos – Dijo Kardia para así alzar a su hermanito quien se aferró a sus brazos y ambos levantarse de la cama, el mayordomo se retiró para así dejar que los dos niños se cambiaran de ropas – Bueno Milo, usa tu poder vampírico para traer tu ropita y te cambias aquí en mi cuarto ¿Sí? – El pequeño niño de cabellos rubios asintió con un poco de tristeza para hacer aparecer un enorme placar provocando que este callera encima de la cama - ¡MILO! – Grito Kardia a todo pulmón provocando que su hermanito rompiera en llanto.


----- En la actualidad -----


- “Desde ese día, mi hermano y yo nos volvimos inseparables. Sobre todo, nuestros cumpleaños eran tristes, desde que mi progenitor murió en manos de los pobladores de la ciudad. No obstante, ahora siendo un vampiro que vivió más de disiento cuarenta y ocho años, no me importa o nos importa, tanto a mí como a mi hermano, de que podamos festejar nuestros cumpleaños. Sé que las cosas van cambiando con el correr del tiempo, pero mi actitud nunca cambio.” – Recordó Milo mientras observaba como su hermano besaba a su novio, le parecía romántico y sobre todo la melancolía que sentía al volver a recordar la primera vez que él tuvo su primer beso.


------ 1879 ------


Estaban los dos sentados observando el lago, donde algunos cisnes danzaban sobre el agua. Era incomodo estar los dos a solas, Milo estaba muy nervioso ya que fue él quien le mando aquel mensaje misterioso al joven Monthay, para ser él quien lo fuera a buscar, y ambos encontrarse en esa situación.


 


- ¿Tú eras la persona de las cartas? – Pregunto aquel muchacho de su misma edad, de cabello rojo y mirada azulina, mientras observaba con curiosidad y alegría al joven que tenía a un lado de él.


 


- Para serte sincero – Comenzó hablar Milo, mientras colocaba su mano cerca de la persona que le robo el corazón. Se voltea para así mirarlo a los ojos – Sí, soy la persona que te enviaba día, tarde y noche, aquellas hermosas cartas, para decirte todo lo que vivía en mi día a día o incluso las tonteras que hago con mi hermano mayor y mis amigos – El joven Monthay acerca su mano a la de Milo, y ambos al mismo tiempo las observan entre lazarse una con la otra.


 


- Cada palabra que plasmabas en el papel, era lo más lindo que pudieron hacer por mí y sobre todo – Los dos levantaron la mira para después acortar la distancia entre ellos. Milo estaba por demás nervioso, su corazón acelerado como también su respiración, no podía con aquellos zafiros tan profundos y que despedía un aire de cariño absoluto – Que hayas tenido la valentía de confesar cosas que jamás me las imaginaba de ti – Milo levanta su otra mano para después tomar el rostro de aquella persona que tanto amo en secreto durante seis meses. La distancia entre ambos se acortaba, el joven Monthay estaba por demás nervioso, pero viniendo de una familia fría y sin demostrar sus sentimientos a otros aunque sea con la familia misma, pero aquel caso era diferente.


 


- Entonces no te importa si soy un vampiro o ¿no? – Camus negó ante aquel comentario para después colocar la mano libre que le quedaba en el pecho de aquel ser de belleza inexplicable.


 


- Por supuesto que no me importa, ahora que ambos nos confesamos y aclaramos cosas, pode… - Sus palabras fueron cortadas por el beso que le dio Milo, estaba por demás sorprendido y sobre todo sentir como el calor en su cuerpo aumentaba.


----- En la actualidad -----


- “No sé qué pensar en estos momentos… Ah, como te echo de menos mi amado” – Milo se dispuso a ponerse de pie y fijar rumbo a su cuarto, ya que estaba muy melancólico al recordar su primer beso – “Desearía haber aprendido el poder de Aioros o de Aioria, para detener el tiempo y haberte rescatado… ¡Soy un idiota! Te deje solo, tú estabas tan ilusionado con ir a la fiesta de la luna, que era en enero, pero… no fue así” – Milo al llegar a la puerta de su cuarto, una lagrima cae por su mejilla ya que sentía una enorme impotencia al rememorar aquellos recuerdos, tanto los que era feliz o hasta aquella noche en donde los habitantes del pueblo fueron a su casa para matarlo a él y a su hermano. Se seca las lágrimas para después entrar a su cuarto, cierra la puerta con llave y se desploma para llorar desconsoladamente.


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Eran la una de la mañana del día sábado, Camus iba hasta los diferentes tapiales para ver si los vecinos no estaban haciendo nada raro, regresa a la puerta de la cocina, cuando de repente se voltea al escuchar un sonido medio extraño.


 


- ¿Quién anda ahí? – Volvió a preguntar pero esta vez muy enojado, ya que no le parecía por demás gracioso que no le respondieran. Sin embargo, los seres oscuros que iban por la casa y se desplazaron a la cocina, para posteriormente uno de ellos tomar una cacerola de presión la llenaba de agua caliente y después encendían la hornalla. – “Es extraño” – Pensó Camus para después volver a entrar a la casa, pero esta vez la puerta estaba trabada - ¡Maldición! – Exclamo Camus mientras forcejeaba la perilla, cuando escucho el sonido de una olla a punto de colapsar - ¡¿Degel?! – Pregunto Camus por si se trataba de su primo, pero no fue así en eso pecha la puerta, pero la misma se abre por si sola y termina ingresando a la fuerza - ¡¿Qué demonios sucede aquí?! – Dijo Camus un tanto nervioso, para después notar que muchos seres con capuchas negras y sin rostros, lo observaban de manera ansiosa. Camus se pone de pie y se dispone correr hasta la salida de la cocina, pero uno de los seres lo ataca, quitándole el aire – Auxilio…. Auxilio – Pedía Camus tratando de no entrar en un ataque de asma, pero en eso unos pasos se dejaron oír y notar la presencia de un ser un tanto particular.


 


- Buenas noches, mi estimado joven Monthay – Camus abre sus ojos al escuchar como lo llamaban, pero el ser espectral que le estaba quitando el aire, se esfumo dejándolo en un ataque de asma – Parece que eres asmático, sangre inmunda – Espeto aquel joven de cabellos largos, de un tono platinado y mirada violeta. Camus trata de recuperar el aire, pero no podía ya que sus pulmones jadeaban por oxígeno y su rostro se tornaba rojo, ya que la asfixia incrementaba. Aquel joven se acercó para tomarlo de los pelos y arrastrarlo.


- Su… elta… me – Decía en un tono cansino ya que si hablaba empeoraba su condición. Sin embargo, el intruso lo soltó dejándolo en el suelo.


 


- Dime una cosa, ¿Por qué sigues vivo? – Camus abrió sus ojos enormemente al escuchar aquella pregunta, pero le parecía por demás extraño – Noto que no me responderás, no obstante – Aquel ser tomo su látigo para jugar un poco con él – mi nombre es Lune y estoy aquí en tu humilde morada para entregarte este hermoso collar – Lune le extiende el collar con un dije de una cruz al revés, se la coloca a un Camus que parecía estar por caerse al suelo, ya que no podía recuperar el aliento – “Parece que se murió” ¡Jajajaja! – Rio Lune mientras se volteaba para disponerse ir de aquella vivienda.


 


- Señor Lune – Llamo uno de los seres espectrales quien se acercó a su amo, quien lo observaba con un semblante indiferente – El joven ¿Recordara quien le dio ese collar? – Lune sonríe con malevolencia, para después usar su látigo y atacarlo, para así lograr hacerlo desaparecer.


 


- Por supuesto que no – Acto seguido todos se fueron de allí, dejando a un Camus tendido en el suelo y con el collar puesto en su cuello.


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Pasaron las horas, la fiesta concluyo con éxito y eran las cinco de la mañana. Degel estaba desplomado en la cama de su novio, ambos desnudos, ya que un poquito de alcohol y las hormonas a full, las pocas horas pasaron como si la mañana se asomaba.


 


- Kardia, levántate – Llamo Degel para después tomar su celular y leer un mensaje de texto, en donde el número era desconocido – Si fuera tu iría a casa para cerciorarme de que las cosas están en su lugar – Degel tomo su ropa, se vistió y después salir de la casa, dejando a su pareja tendida en la cama y dormido.


 


Se subió al auto, para así encender el motor e ir hasta su casa. El camino era desconcertante, ya que llamaba a la casa pero nadie contestaba, se sentía mal y con un miedo de que a su primo no le hubiera ocurrido nada malo; cuando llego, tomo las llaves de la puerta, la abrió, fue a la sala cuando se encontró con la figura de su primo tendido en el suelo y con el rostro rojo por demás.


 


- ¡Camus! – Grito Degel, cuando en el momento la puerta de su casa, se abrió y dejar paso a la figura curiosa de Kardia.


 


- ¿Qué sucedió amor? – Pregunto Kardia cuando se acercó a su novio quien tenía en brazos a su primo, Kardia se acercó para ver que aquel jovencito tenía el rostro rojo.


 


- Tesoro, ten a mi primo que voy a buscar su medicina – Kardia no entendía nada, pero hizo caso a su novio para así alzar al mocoso que tanto le exasperaba. Los minutos pasaban y los nervios de Degel incrementaban ya que no deseaba que su primo muriera por un ataque de asma, encontró el inhalador, para así bajar a la planta baja y acercarse a su primo – Camus si me escuchas trata de recobrar el sentido e inhala un poco – En eso Camus reacciono, inhala un poco y con dificultad para después recobrar el sentido. Kardia observaba como el joven se despertaba, lo deja en el sofá para así este se despertara de a poco - ¿Estas bien primo? – Pregunto Degel mientras le acariciaba la cabeza con cariño.


 


- Si – Articulo con pereza, para después tomar su inhalador y volver inhalar - ¿Cómo te fue en la fiesta de Kardia? – Pregunto cansado Camus, ya que el medicamento lo atontaba un poquito.


 


Degel sonríe tiernamente mientras ayudaba a su primo acostarse en el sofá – Me fue bien, la pase lindo con la persona que amo – Levanta su mirada para encontrarse con el rostro indiferente de su amado.


 


- Eso me alegra mucho – Dijo sin más Camus, para después caer rendido al sueño. Kardia con su poder vampírico trae una almohada y algunas colchas para así tapar al adolescente.


 


- Ya se durmió el engendro de tu primo – Dijo sin más Kardia mientras se disponía ir a  la cocina, en eso Degel se pone de pie y se cruza de brazos ofendido.


 


- Esa no es la forma de tratar a mi primo, casi se muere por un ataque de asma, pero – Degel comienza a caminar hasta la cocina y ver como Kardia se ponía a preparar café para los dos, pero al ver aquello le trajo muchos recuerdos - ¿Cómo le habrá agarrado el ataque de asma? – Kardia encogió los hombros restándole importancia al asunto para después volver a usar su poder vampiro para obligarlo a sentar - ¡Kardia! – Grito enojado Degel, para después ser callado por un beso de su pareja, se sonroja pero oculta la mirada entre sus cabellos.


 


- Me encanta verte rojo de la vergüenza – Dijo sin más Kardia mientras tomaba asiento con su taza de café – y volviendo al tema de tu primo – Dice Kardia para así tomar la mano de su amado quien levanto su rostro para mirarlo con curiosidad – note que tenía un collar poco típico de él, ya que nunca lo vi usar joyería – Comento Kardia para dar un sorbo a su café, pero aquel comentario no le cayó del todo bien a Degel, quien le estaba mirando de mala manera.


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Las horas pasaron, Degel y Kardia optaron por ir arriba para culminar con su charla y dejar a Camus descansando. Era sábado y a un paso de la fiesta de cumpleaños del presidente estudiantil, el timbre de su casa sonó estrepitosamente provocando que su mal humor despertara.


 


- ¡Degel! ¡El timbre está sonando! – Grito Camus muy fastidiado, espero por si su primo respondía pero no fue así. Se levanta del sofá un tanto mareado, para después acercarse a las escaleras de la casa - ¡Degel! – Volvió a llamar sabiendo que el timbre no dejaba de sonar, ya harto del sonido, Camus toma el picaporte de la puerta principal y la abre para encontrarse con la viva imagen de su amigo - ¿Afrodita? – El joven de cabellos celestes dio un paso adelante e ingresando a la casa sin ser invitado, con un Camus muy sorprendido con aquella visita.


 


- El mismo – Dijo para girarse y apoyarse en el umbral de la sala, Camus cierra la puerta de entrada con llave para después ir a la sala.


 


- ¿Se puede saber el motivo de tu visita? – Pregunto Camus en un estado de shock por la visita de Afrodita, quien se llevó la mano a la frente y negar.


 


- Siempre mal educado, primero recibes con buena onda a Shaka, segundo con las visitas de doctor de Mu lo recibes sin ánimos y abatido, y yo que soy tu otro amigo me recibes de mala educación – Camus tomo uno de los cojines de la sala para tirárselo a su amigo y compañero de banco, quien lo recibió de lleno - ¡Camus! – Grito Afrodita para después tomar el cojín y tirárselo a su amigo quien lo esquivo con agilidad, pero Camus reía divertido.


 


- Jaja – Ríe para después tumbarse en el sofá, Afrodita toma asiento en la mesita de café que estaba al frente para después toparse con la cama improvisada de Camus.


 


- ¿Te echaron de tu cuarto? – Camus negó para posteriormente tomar su inhalador y dar succionar el medicamento, aquello respondió a su pregunta – entonces te dio un ataque de asma – Camus asintió para después girarse y mirar con dirección a la escalera, frunce su seño muy enojado y comenzar a planear algo malo, pero aquello no pasó desapercibido por Afrodita - ¿Qué planeas? –


 


- Echar a Kardia – Dijo sin más, se coloca sus zapatos y corre en dirección a las escaleras, Afrodita lo siguió para ver qué pasaría entre los primos.


 


Llega a la puerta del cuarto de su tio y atrás de ella se podía escuchar una especie de gemidos. Camus hizo una cara de asco al escuchar aquello, dado que no se acostumbraba a las secciones de sexo desenfrenado de su primo y el novio de este.


 


- ¿Tan cochinos son? – Pregunto Afrodita mientras se tapaba los ojos un tanto avergonzado por escuchar aquellos gemidos guturales.


 


- Ahora lo dejaran de hacer porque estoy viviendo yo en esta casa – Dijo sin más, Camus busca en un florero que había en el pasillo para sacar atrás de este un spray de ajo, que él mismo preparo.


 


- ¿Qué piensas hacer? – Pregunto un tanto atemorizado Afrodita cuando Camus se preparó el spray e ingresar al cuarto en donde se podía ver a la perfección a Kardia encima de Degel, en una posición poco favorable para ambos.


 


Camus avanzo un poco, pego la cama con el pie para que la feliz pareja levantara sus miradas, les muestra el spray de ajo casero provocando que Kardia se atemorizara muchísimo.


 


- Feliz noche de Halloween y feliz cumpleaños Kardia – Dijo Camus y esparcir  el aroma en toda la habitación, Kardia se alejó de Camus para después cubrirse con las sabanas.


 


- ¡CAMUS! – Grito Degel muy enfadado, ya que siempre que su novio y él tenían relaciones, su adorado primo tenía la brillante idea de cómo fastidiarlos.


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- No puedo creer que hayas echo eso Camus – Dijo Mu muy entusiasmado mientras tomaba un batido, ya que los cuatro se juntaron para ir en busca de disfraces para la fiesta del domingo.


 


- Saben que detesto al novio de mi primo – Shaka asentía mientras comía patatas fritas.


 


- Al ver la cara de enojo del profesor Degel, fue lo más y después de la fiesta del domingo tendrás con que amenazarle – Dijo pícaro Afrodita y guiñarle un ojo a sus amigos quienes le sonreían, ya que se estaban divirtiendo.


 


- No vale la pena – Expreso Shaka mientras abría la puerta de la tienda de disfraces, Camus paso primero y después los demás.


 


- Guau – Dijo Camus muy asombrado al ver todos los estantes, maniquís y hasta la decoración de aquel lugar, ya que nunca se imaginó una tienda con aquella deslumbrante decoración. –  “Esto es lo más” ¿Tendrán libros también? – Pregunto Camus y Afrodita lo miro un tanto extraño.


 


- ¿Te decidiste en disfrazarte de un libro? – Camus se volteó para mirar al peli celeste, para después fruncir su seño no muy contento con aquella pregunta.


 


- Odio los disfraces, yo nomás vine para acompañarlos a ustedes – Shaka fue hasta un tendedero en donde había múltiples disfraces, para así ver que disfraz encontraba apto para sus amigos y para él.


 


- No seas aguafiestas Camusin – Decía Afrodita mientras sacaba un disfraz de Harry Potter, ya que le parecía lindo aquel diseño de una de las casas de la película. – Toma Shaka, te quedaría lindo este disfraz – El mencionado dejo de hacer lo que estaba haciendo para ir hasta donde estaba su amigo – Pruébatelo – Sin más el pelirrubio hizo una mueca de desacuerdo con el disfraz.


 


- No sé si sea de mi agrado – Comento Shaka mientras se dirigía a los vestuarios de la tienda. No obstante, la puerta principal del lugar se abrió para dejar pasar a Milo y su grupito de amigos, al verlos Mu se atraganto para después ir hasta donde estaban sus amigos.


 


- Milo y su barrita están aquí – Dijo sin más Mu, Camus y Afrodita se voltearon para después cruzar mirada con los recién llegados – “Y que me parta un rayo… No lo puedo resistir” – Pensó Mu ya que Kanon estaba allí, dado que este iba a paso firme hasta donde estaban ellos.


 


- Hola chicos – Saludo Kanon mientras tomaba asiento en uno de los banquitos de allí, pero Mu opto por esconderse atrás de sus dos amigos quienes lo miraban de manera extraña.


 


- Afrodita no me gusta este disfraz – Dijo Shaka mientras salía de los vestuarios y en eso Aioria con los demás se acercaron hasta su zona de búsqueda – “¡¿Qué hacen aquí?!” – Se preguntó mentalmente Shaka, ya que la mirada de Aioria lo había hecho sonrojar, dado que jamás se esperó tenerlo enfrente de él.


 


Afrodita se volteó para mirar a Shaka, para después sacar la conclusión de que no le quedaba bien aquel disfraz – Te ves peor que mi hermano en las vacaciones de verano – Deathmask hizo una mueca de gracia ante ese comentario incoherente, dado que Afrodita trataba por sus medios de buscar un disfraz apto para el rubio – No hay ningún disfraz apto para ti Shaka – El rubio se cruzó de brazos para después ir a cambiarse, el peli celeste se voltea para observar al otro grupo – Y ustedes que hacen o que esperan ¡Elijan algo o el presidente estudiantil nos marcara para siempre! – Dijo sin más Afrodita para después ir hasta Camus y tomarlo para llevarlo a un estante con disfraces clásicos. Los otros estaban un tanto sorprendidos más Milo ya que jamás espero escuchar aquello.


 


- ¿De qué se van a disfrazar? – Pregunto Shaka mientras salía de los vestuarios y mirar a cada uno de los recién llegados, sin embargo, los cinco señalaron el estante en donde está el letrero “Ropa clásica y combo de un antifaz” y el pelirrubio cambio su semblante a uno extrañado.


 


Por otra lado, Milo observaba como Afrodita le escogía una prenda de época y ver como Camus tomaba un antifaz en concreto, Milo fue hasta haya para así hablar con él. Al llegar aquel estante toma el mismo antifaz que tenía en mano Camus para observarlo con un dejo triste.


 


- Afrodita ¿Nos puedes dejar a solas? – El mencionado se giró para mirarlo sorprendido y él se volteó para mirarlo de manera fría, aquella acción le hizo pensar muchas cosas de manera atropellada y opto por irse de allí. En cambio, Camus también lo observo con sorpresa, ya que no sabía el porqué de aquella forma de echar a una persona – Gracias – Agradeció Milo para después buscar una prenda de época para usar él.


 


- ¿Se puede saber qué demonios quieres? – Pregunto de mala gana Camus, mientras le sacaba el antifaz y una bolsa con ropa de época e irse de allí, pero Milo con agilidad lo detuvo.


 


- Nada más quería hablar contigo – Respondió Milo para después voltearse y ambos quedar de frente – Y socializar un poco con personas como tú – Camus alzo sus cejas de la sorpresa, dado que no sabía que decir o hacer, ya que la mirada del joven de cabellos rubios rizados y mirada celeste lo estaba incomodando.


 


No obstante, al otro lado de la tienda, Aioria observaba aquella escena donde su mejor amigo y el joven con la misma apariencia que el antiguo amor de Milo, hablaban de cosas que su mente podía escuchar a larga distancia, pero aquello no pasó desapercibido para Shura.


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Las horas pasaron y la noche cayo, Camus con sus amigos se separaron en un cruce que parecía ser la calle donde sus casas estaban conectadas. Él caminaba con una bolsa en mano y en su mente todavía repasaba las palabras que le dijo Milo, sobre la fiesta y las prendas que él eligió.


 


- “No entiendo que quiso decir con eso, pero, ¿Qué tiene que ver estas prendas con mi persona?” No quiero sonar como loco pensando sobre aquellas cosas que no son ciertas – Se dijo a su mismo, mientras tomaba su celular y mandar un mensaje a su primo para que lo fuera a recoger, pero al escribir el mensaje de texto, este no se pudo enviar y su desesperación creció – Demonios – Insulto Camus y guardo su celular en el bolsillo, para después continuar con su camino.


 


- Ellos no tienen la culpa de que tu celular no funcione – Se giró para toparse con la persona que jamás se esperó, Milo estaba allí, sabiendo que había tomado otro rumbo cuando todos terminaron de hacer sus cosas.


 


- Ya lo sé y lo dije de manera literal – Refuto Camus, se cruzó de brazos y continúo su camino al lado de un Milo que parecía estar de buenas esa noche.


 


- No pareciera – Hablo Milo mientras tomaba su celular de último modelo, cosa que impresiono a un Camus que se volteó para observar lo que hacia él – Pienso que te enseñaron modales ¿No? – Pregunto Milo para mirar de costado a un Camus quien parecía estar asombrado y despreocupado.


 


- Me crie en un orfanato y no con mi única familia – Contesto Camus un tanto ofendido, desvió su mirada ya que le parecía triste escucharse decir aquellas palabras dolorosas, en cambio, aquello no pasó desapercibido para Milo.


 


- La verdad que lo siento mucho – Se disculpó Milo mientras enfocaba su mirada al frente.


 


- No tienes por qué disculparte, total mis padres ya murieron cuando tenía tres años, durante un vuelo rumbo a Francia – Conto Camus en un tono melancólico y frio, ocultando su mirada en sus largos flequillos evitando mostrar su tristeza al recordar aquello.


 


- Es una pena conocerte en estas condiciones y más sabiendo que hay cosas en donde ambos nos parecemos – De manera instantánea Camus se giró para mirar de costado a Milo quien también lo había hecho, ambos parecían entenderse y sobre todo, Milo se estaba acercando de a poco a Camus, quien parecía sentirse atraído más a él, pero estando fuera del colegio y que nadie estuviera encima de sus acciones o acercamientos al chico más lindo de todo el salón y del colegio, no hicieran estragos a su persona, lo agradecía. Camus esbozo una sonrisa un tanto feliz al escuchar a Milo, quien por disimulo reprimió una risa – Perdona si me parezco un frívolo contigo o con los demás, pero hay tantas cosas que me cuesta reconocer –


 


Camus frunce el ceño un tanto extrañado por escuchar aquellas palabras por parte de Milo - ¿A qué te refieres con eso? – Pregunto un tanto curioso, ya que el misterio que rodeaba aquella persona le hacía sentir una enorme curiosidad.


 


- Me refiero a que ya sabes mi secreto y de los demás – Camus se detiene y estando muy pasmado ante aquella respuesta, Milo también se detiene pero su rostro parecía neutro ante su contestación.


 


Camus lo pensó muy detenidamente, hasta comprender el punto de la conversación – Entonces todos en este pueblito son ¿Vampiros? – Milo asintió ante aquella conclusión, Camus deja salir todo el aire que contuvo por el asombro para después alejarse de Milo – Entonces ¿Lo del gimnasio? – Milo noto la distancia que puso Camus entre ambos, para después acercarse en modo de insistencia o incluso para asustar un poco a Camus.


 


- Sí, gran invento de uno de los amigos de tu primo o de mi cuñado – Al escuchar aquello los dos había llegado a la casa de Camus, pero en la entrada Degel y Kardia se estaban besando, haciendo que ambos jóvenes se voltearan por demás asqueados.


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El domingo había llegado, como también la noche había caído. Degel se estaba arreglando con aquella ropa que los otros años uso para las fiestas de cumpleaños de Radamanthys, al terminar fue hasta el cuarto de su primo quien tenía dificultadas con un lazo que iba por el cuello.


 


- Odio usar estos lazos – Especulo fastidiado Camus mientras dejaba de buscarle sentido al lazo.


 


- No es el fin del mundo, además te queda hermoso ese conjunto de época – Comento Degel mientras tomaba el lazo y hacia girar a su primo para así enseñarle a colocar un lazo – Primero te relajas, segundo colocas el lazo alrededor de tu cuello y tercero le colocas en broche – Al realizar los pasos Degel logro colocarle el lazo de color rojo intenso, ya que hacía juego con el saco – Ahora sí que está completo el traje – Camus se miró al espejo para después sentirse muy feliz al usar esa ropa.


 


- Si está casi completo, solamente me falta el antifaz – En eso Camus se puso a buscar aquel antifaz que venía con el conjunto – “¿Dónde demonios puse el antifaz?” – Pensó mientras busca por toda la habitación hasta los bolsillos del traje, pero nada.


 


- No me digas que te olvidaste del antifaz – Dijo Degel cruzado de brazos mientras observaba curioso a su primo que revolvía todo el cuarto en busca de ese antifaz.


 


- Parece ser que se me cayó alguna parte – Dijo Camus mientras tomaba asiento en su cama ya resignado por no tener el antifaz, pero en ese momento sonó el timbre de la casa y ambos se miraron.


 


- Es mejor que vayamos a la fiesta y después le pedimos alguien un antifaz para ti primo – Camus hizo una mueca un tanto cansina para así ponerse de pie y ambos salir del cuarto rumbo a la entrada de la casa.


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Llegaron a la fiesta, todos parecían estar disfrazados de todo tipo de personajes, algunos vestían ropas de época con antifaces un tanto extravagantes. Camus miraba aquellas personas por el vidrio del vehículo de Kardia quien se había estacionado en la entrada de la enorme mansión.


 


- Todos abajo – Hablo Kardia mientras se disponían a bajarse del auto, el joven de cabellos rizados y azules, le dio a un chico las llaves de su vehículo para así este llevárselo a los estacionamientos.


 


- “Se ve que este mono tiene elegancia y sofisticación” – Pensó Camus al ver como Kardia le entregaba las llaves aquel muchacho y observar sobre su hombro como el auto deportivo era llevado – No debiste dejar que te llevaran el auto, ya que tu deberías ir a estacionarlo y el estacionamiento esta un paso de la casa – Kardia se asombró ante el comentario constructivo de aquel adolescente y aquello provoco que Degel riera.


 


- Se ve que tu primo tiene cultura y romanticismo – La feliz pareja y Camus se voltearon para después ver a Mu con un muchacho alto de porte atlético, de cabellos rizados verdes y de mirada amatista.


 


- Buenas noches Shion y hola Mu – Saludo Degel muy educado, ya que Kardia estaba vigilando porque su instinto sobrehumano estaba alerta, dado que la mayoría de los invitados eran de su raza y unos cuantos parecían echar ojo al grupo.


 


- Buenas noches – Contesto Mu, mientras tomaba a su amigo del brazo para después hacerlo adentrar a la casa – Nosotros dos nos reuniremos con nuestro grupo de amigos – Dijo contento Mu llevándose a rastras a un Camus particularmente divertido, sin embargo, Degel sonreía al ver que su primo logro conseguir amigos.


 


- Parece ser que la historia se repetirá – Hablo Shion muy curioso, dado que Milo y sus amigos habían pasado por donde ellos estaban.


 


- Kardia trata de mantenerte alerta, porque esta noche volverá a ser peor que las otras – El susodicho se volteó para toparse con su mejor amigo, Manigoldo, quien llegaba con los gemelos y Aioros.


 


- La verdad que sí, esta fiesta siempre termina mal y ciertas personas terminan por enterarse por lo ocasionado – Hablo Kardia mientras tomaba la mano de su pareja, logrando que todos se centraran por lo que se venía a continuación.


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Ya estando dentro, Camus y Mu se reunieron con Afrodita y Shaka, quien ambos estaba con los antifaces, Mu saca su antifaz para después colocárselo.


 


- Camus ¿Y tú antifaz? – Pregunto Afrodita un tanto preocupado por no ver que su amigo no se colocara su antifaz.


 


- Buenas noches caballeros – Los cuatro se voltearon para encontrarse con la esbelta figura de un joven de cabellos rizados y morados, y de mirada del mismo color.


 


- Buenas noches – Respondieron al saludo todos juntos, cuando aquel muchacho recién llegado se acercó a Camus.


 


- Parece ser que los colores de ese traje te asientan bien, haciendo realzar tus bellos zafiros – Camus se sonrojo ante aquel piropo que le tiro aquel joven – Pero el día de ayer cerca de la tardecita, vi este antifaz platinado y con detalles rojos, pensé que podría ser tuyo, ya que tu traje lleva estos detalles – El joven le extendió el antifaz y Camus muy sonrojado lo tomo, para después colocárselo – Ahora sí que estas completo y más hermoso que nunca – Camus esbozo una sonrisa mientras agachaba su mirada por el sonrojo intenso que tenía en sus mejillas.


 


- No sé qué decir ante los cumplidos que me está dando – Afrodita parecía estar muy curioso y un tanto alegre por presenciar aquella escena un tanto particular.


 


- ¿Cuál es tu nombre? – El joven de cabellos morados y los cuatro amigos se voltearon para observar la presencia de Saga y Aioros, quienes se acercaba a ellos.


 


- Sabes bien mi nombre Saga – Contesto el muchacho de mirada morada a la pregunta incoherente del gemelo mayor, quien se sacaba su antifaz para mostrar su presencia, pero Mu lo había mirado un tanto embelesado por el traje divino que traía puesto esa noche.


 


- Pero Camus no sabe tu nombre y eso es mala educación por parte tuya – El joven de cabellos morados apretó sus puños por la rabia que estaba conteniendo ante el comentario de Saga, que por supuesto disfrutaba el momento – Aiacos – Acto seguido Aiacos toma del traje a Saga para levantarlo y hacerlo golpear contra una pared, Camus y sus amigos estaban sorprendidos por aquella escena un tanto extraña y sin sentido.


 


- ¡Ya basta los dos! – Dijo Kardia mientras ingresaba con sus amigos al toparse con aquello, Manigoldo fue ayudar a Saga y alejar con una mirada rabiosa a Aiacos quien se había ido de allí, si no antes guiñarle un ojo a Camus, haciéndolo sonrojarse.


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En una de las barras, Milo con sus amigos estaban bebiendo un poco de vino clásico y disfrutando ver a las personas bailar la música que colocaba el DJ.


 


- Tantas mujeres apetitosas, hombres sensuales y volviendo a las veladas que éramos invitados por la alta sociedad, donde nuestros amigos y nosotros disfrutábamos estar – Hablo Deathmask quien le daba un sorbo a su bebida, sino observar a todos los invitados y después a sus amigos.


 


- Estas en lo cierto, en aquellos tiempos la paz entre nuestra raza y la de los humanos, convivíamos a lo largo de la historia sin problemas, hasta que ocurrieron diversos conflictos – Continuo Aioria quien observaba a unas jovencitas pasar por ahí de manera discreta y dándole un último sorbo a su bebida – Pero ahora esa paz volvió, con más enredos que antes y nosotros somos el juguete con que el destino se divierte – Milo se voltea para mirar a su mejor amigo, quien logro tomar la mano de una jovencita y después llevársela a bailar – Con su permiso amigos míos – Acto seguido, la confusión de Milo creció y los demás no entendían el motivo de aquella rememoración.


 


- Es extraño decir esto, pero últimamente Aioria está actuando raro y les hago una pregunta ¿Cuál será el motivo de su actuar? – Pregunto Shura quien se volteaba a la barra y comer un poco de maní pasado  de estación, Milo se volteó para tratar de escucharlo y los otros lo hicieron igual.


 


- Pienso que su cambio de actitud se deba a celos del pasado y tiene que ver con una cierta persona en concreto – Sin más Milo se giró a su lado derecho donde estaba Deathmask, quien continuo bebiendo,  mirarlo con extrañeza y asombro por la respuesta que dio.


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Aiacos fue hasta donde estaban las escaleras y esperar a Minos, quien había llegado en compañía de alguien más.


 


- Siempre impuntual – Espeto fastidiado y todavía enrabietado por lo de hace unos momentos, se volteó para cruzar mirada con su mejor amigo y medio hermano.


 


- Mil disculpas, es que – Trato de justificarse Minos quien miraba a su amado Albafica que estaba bailando a unos cuantos metros de su ubicación. – Lune me estaba comentando acerca del collar que tú mismo le hiciste llevar a él – Señalo a su acompañante que por supuesto llevaba ropas negras y en manos su látigo, pero Aiacos dejo salir un suspiro y después una maldición. – A cierto muchachito – Señalo Minos a un joven de cabellos aguamarinas ir con un grupo de chicos a una de las barras, pero Aiacos opto por seguir aquella figura con la mirada.


 


No obstante, en ese mismo momento un joven de cabellos cortos y rubios rojizos bajaba en compañía de una persona clave de aquella fiesta de disfraces y de Halloween. Lune hizo una reverencia para después marcharse de allí, dejando aquel grupo de amigos en paz.


 


- Parece ser que todos los invitados llegaron y será mejor cerrar la entrada a la mansión hasta terminar – Dijo el recién llegado a sus dos amigos y medios hermanos, quienes se giraron un tanto asustados por la repentina aparición del cumpleañero.


 


- No te preocupes amor mío, que nadie se ira sin tu consentimiento – Comento Regulus mientras le daba un beso tierno a su amado, los que estaban allí hicieron una meca de asco y de fastidio por el muchacho.


 


- Siempre detallista mi leoncito – Decía en un tono tierno a su pareja quien feliz lo tomo de la mano - ¿Quieren que haga acto de presencia ante todos? – Pregunto Radamanthys a sus dos amigos que por supuesto rodaron ojos muy fastidiados por la noche.


 


- Haz lo que quieras – Dijeron al unísono, y Radamanthys fue en compañía de su novio hasta el DJ para pedirle un micrófono.


 


- Me permiten su atención – Hablo Radamanthys más radiante que nunca, logrando acatar la atención de los invitados – Gracias a todos por venir a mi humilde casa y a mi fiesta de cumpleaños, ya que este día es muy especial para mí y quería de hace mucho festejar con todos ustedes, que son vecinos, conocidos, parientes e incluso mis amigos o compañeros de colegio – Comento Radamanthys mientras se desplazaba con el micrófono hasta el pie de las escaleras para dar finalizado su discurso – Les doy una vez más las gracias y que siga ¡la fiesta! – Todos los invitados aplaudieron, silbaron y el DJ coloco una canción movida haciendo los que estaban en la pista de baila continuaran con su diversión.


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Al escuchar el discurso del cumpleañero, Milo se estaba hiperventilando y Kardia quien fue hasta ellos lo había notado. Pero muy preocupado fue a socorrer a su hermano pequeño.


 


- ¡¿Qué sucede hermano?! – Pregunta alarmado Kardia mientras tomaba a su hermano y hacerlo sentar en un taburete.


 


- Quiero… Sangre… Maldito sea él – Trato de decir Milo mientras hacia una seña con su cabeza a Radamanthys quien había enfocado una mirada seria y fría hacia ellos.


 


- Tranquilo tu muerde – Dice Kardia mientras le extiende su brazo para dejar que su hermano pequeño succionara su sangre.


 


- ¿Por qué demonios a tu hermano se le reseca la garganta en este tipo de fiestas? – Pregunta Manigoldo un tanto despreocupado por la situación un tanto particular, pero su hermano menor Deathmask le propina un pisotón haciéndolo gritar - ¡Ay! – Deathmask niega ante el comportamiento de su hermano mayor que por supuesto se había sentado en otro taburete - ¿Por qué demonios lo haces? – Pregunta Manigoldo a su hermano quien le había mirado sobre su hombro de manera fría y sádica.


 


- Evita reírte delante de ellos – Dice sin más, pero se voltea para observar a un muchacho de cabellos celestes que lo hizo sonrojar, ya que desconocía la entidad de él, y esto no pasó desapercibido por Manigoldo.


 


- Parece que esa tal Afrodita te tiene embobado hermanito – Comento Manigoldo mientras se acomodaba la corbata y se dirigía hasta el otro grupo de chicos, pero su hermano menor lo detuvo.


 


- Lo tocas, te juro que te mato aquí mismo – Deathmask y Manigoldo se miraron fiero, pero Milo y Kardia observaban aquello con intriga.


 


- ¿Mejor? – Pregunto Kardia a su hermano quien tenía su mirada celeste llena de  sentimientos que hacía mucho no veía – “¿Qué sucede contigo Milo?” – Sin más Milo le sonrió a su hermano mayor, sino antes contarle algo al oído y aquello que le contaba, Kardia se asombró ya que su hermano menor se estaba dejando llevar por el presente de manera lenta.


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Al otro lado de la barra, Camus y sus amigos habían ido a pedir unas bebidas con poco alcohol, ya que los cuatro no eran de beber mucho o nunca lo habían probado.


 


- Me divierte salir de casa y pasar un tiempo con amigos – Comento alegre Shaka mientras tomaba el copón con cerveza blanca, ya que todos se habían puesto de acuerdo en compartir la bebida.


 


- ¿Tan encerrado estabas años anteriores? – Pregunto Afrodita a Shaka quien le daba un sorbo a la bebida y se la pasaba a él.


 


- No tanto, siempre salía con mis padres de viaje y durante los viajes leía libros o estudiaba cosas del cole – Conto Shaka ante la pregunta del peli celeste, quien le había dado un sorbo grande a la cerveza y le paso el copón a Mu.


 


- Eso es un poco malo, pasar un fin de semana con tus padres – Hablo Mu mientras le daba un pequeño sorbo a la cerveza, pero después del sorbo de la paso a Camus – Cambiando de tema, ¿Por qué Aiacos se acercó a ti Camus? – El peli aguamarina se le había caído el copón de cerveza haciendo que esta manchara los zapatos de una persona menos indicada de esa noche.


 


- ¡¿Eres tonto o te haces?! – Grito un joven de cabellos celestes y lacios, los cuatro se voltearon para toparse con la perfecta presencia de Albafica, que por supuesto estaba con su grupo de amigos, compuesto por Balder, Sorrento, Syd y Bud.


- Lo siento muchísimo Albafica, no te había visto, ya que no se en lo que estaba pensando por hacer caer el copón de cerveza – Sin más Albafica tomo el copón casi vacío para hacer una maldad, en la que consistía manchar el cabello de Afrodita.


 


- Esto lo que les sucederá a ustedes cuatro, ya que Milo y su grupito no los salvara siempre cuando estén en a puros – al realizar la maldad, Albafica y sus amigos se rieron de ellos cuatro, para después marcharse hacia los baños dejando a un Afrodita ofendido por lo que le hicieron.


 


- Esto es humillante – Dijo Afrodita, cuando se dirigió a los baños donde supuestamente fue Albafica y su sequito.


 


Pero en ese momento Aioria aprovecho el momento para tomar de la mano a Shaka, quien asombrado ante el tacto de otra persona, se voltea para mirar fijamente aquel muchacho.


 


- ¿Me concedes esta pieza? – Shaka se sonroja levemente e inútilmente asiente ante la propuesta, dado que el DJ había colocado un tema lento.


 


Los dos quedaron solos y disfrutando de la compañía del otro, Shaka nota un aroma particular y ese olor era alcohol, pero el rostro de aquel joven que desconocía no mostraba rastro de que haya bebido.


 


- Estas muy hermoso esta noche, mi adorado Shaka – Alago Aioria haciendo que el joven de cabellos rubios esbozara una sonrisa embobada – Ya que esos tonos azules, con leves detalles negros con blanco por las ropas clásicas, hacen que tus cielos realcen ante las miles de estrellas o nubes que pueden obstaculizar mi admiración por ellos – Shaka se sonrojo muchísimo y Aioria aprovecho por usar sus poderes vampíricos para averiguar secretos de aquel muchacho parecido al joven Monthay.


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Durante el camino hacia los baños, Mu se voltea para ver si Shaka los seguía, pero su sorpresa fue que lo encontró bailar con Aioria y aquello le parecía un tanto extraño. No obstante, su sorpresa fue que un grupo de chicos le dio un copón con una bebida extraña y estos parecían estar sacando a otro chico de allí ya que estaba por demás ebrio.


 


- “¿Y yo que hago con esto?” – Se preguntó Mu para después dar un sorbo a la bebida, al darle el sorbo siente un rico sabor y continua bebiendo hasta el punto de emborracharse. – Uh que mareo – Dijo Mu tratando de tantear algún apoyo pero lo que recibió fue la ayuda de alguien que conocía - ¿Saga? – En realidad era Kanon, el gemelo menor levanta una de sus cejas un tanto extrañado al ver como el peli morado estaba un poco ¿Ebrio? – ¿Sabes que me gustas? – Al escuchar esa pregunta o frase confusa, Kanon no pudo sentir como sus celos iban creciendo, ya que no sabía cómo tomárselo - ¿Sabes verdad? – Mu se acercó al gemelo menor, mientras posaba una de sus manos en el pecho de este, logrando que Kanon se sonrojara por la acción hecha por el chico que le gustaba en secreto, sin más, Mu hace puntita de pie ya que Kanon era más alto que y darle un beso en sus labios.


 


- “¡Mu!” – Pensó Kanon ya que no podía con aquel beso, un beso que no se esperaba y más viniendo de la persona que ni la hora le daba; no le quedó otra alternativa que dejarse llevar por el beso, pero a escasos metros de allí estaba Saga, quien veía aquella escena con mal sabor y más sintiendo odio e incluso obsesión ante la persona que amaba incondicionalmente.


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Ambos llegaron a los baños, Camus ayudaba a su amigo con la bebida en su pelo, ya que el olor alcohol se le había impregnado.


 


- Esto es lo más asqueroso que me hicieron – Espeto indignado Afrodita mientras buscaba en sus bolsillos alguna cosita para deshacerse del olor alcohol – Perra de mierda – Insulto al aire mientras se miraba en el espejo, pero Camus fue rápido y busco en su cartera que traía escondida en sus ropas para sacar de ella un perfume.


 


- Ten – Le extiende el perfume a su amigo, quien estaba un poco sorprendido al ver aquel gesto – Roséate de perfume para disfrazar ese olor fuerte por uno lindo – Afrodita le sonrió para después abrazarlo, Camus le sonrió a Afrodita quien feliz de la vida tomo el perfume y comenzó a bañarse en él – Aclaro que ese perfume es fuerte y uno de mis favoritos – Comento mientras se peinaba un poco, pero en ese momento la puerta del baño se abrió para dejar el paso a Albafica quien estaba en compañía de Minos.


 


- ¿Qué hacen ustedes aquí? – Pregunto irritado Albafica haciendo que los dos amigos se voltearan para verlos.


 


- Vinimos a la fiesta de cumpleaños del presidente estudiantil – Contesto Afrodita de manera chistosa haciendo que Minos le echara el ojo a él, y la sorpresa más grata era que en el baño entro Deathmask en compañía de su hermano mayor.


 


- Guárdate tus míseras palabras y tus gestos hipócritas, porque esta fiesta no es apta para ñoños como ustedes – Afrodita emitió un gritito ofendido ante como los llamo, pero Camus no se dejaba intimidar por las palabras de Albafica y en menos de unos segundos Afrodita se lanzó contra Albafica para así comenzar ambos pelearse.


 


- ¡Maldita perra! – Insulto Afrodita mientras le tironeaba los cabellos ha Albafica, quien por supuesto no se quedó atrás - ¡Retráctate! – Sin más Albafica le dio un manotazo ha Afrodita logrando quitárselo de encima.


 


- ¡No pienso retractarme, porque eres más feo y yo soy más lindo que tú! – Afrodita se puso de pie para después ir a pegarle un puñetazo a Albafica pero Deathmask lo tomo del brazo y lo saco de allí.


 


- “Esto es  lo que me gusta, lástima que ver a ese muchachito parecido a Albafica, es muy hermoso.” – Pensó Minos, mientras iba hablar con su pareja y de paso mirar a Camus quien los observaba con recelo, sin más, el joven de cabellos aguamarinas se dispuso a irse de allí.


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Las cosas en la pista eran aturdidoras, Shaka trataba por sus propios medios de decirle a Aioria de que deseaba ir a un lugar tranquilo, pero el muchacho de mirada parda no le hacía caso sino le seguía elogiando.


 


- Por favor Aioria ¿Me puedes llevar a la barra que deseo beber un poco de agua? – Le pregunto de buena manera, en la que el peli-castaño acepto y lo llevo hasta donde estaban sus amigos reunidos.


 


Al llegar, Aioria se llevó la sorpresa en donde Milo y su hermano mayor lo miraban curioso, pero en ese instante cuando un sonido de un micrófono encenderse había acatado su atención y la de los demás invitados.


No obstante, de los baños salían Camus a toda prisa en busca de sus amigos, pero la sorpresa era que Aiacos se aproximaba a él, con su mirada morada enfocada en sus zafiros.


 


- Si me permiten su atención – Decía Radamanthys, esperando que las luces de la pista y de los bares se apagaran, para posteriormente prenderse una sola luz blanca que se enfocó en él – Pido a todos mis amigos íntimos, compañeros de clase y de escuela, como también personas de la misma clase social que yo, podamos disfrutar de este encantador momento con una de las melodías más trascendentales que hace de este pueblo el único – Al decir su discurso, el DJ puso aquella canción logrando hacer brillar el collar que tenía Camus en el cuello. Milo había enfocado sus ojos en la figura alumbrada de Camus hasta reconocer aquel collar.


 


- “No puede ser” – Pensó a tal punto de recordar aquel treinta de octubre a la media noche, en donde su amado era invitado a bailar por Aiacos.


------ 1879 ------


Era la noche perfecta para Milo, estaba radiante y feliz, ya que el domingo pasado se atrevió a confesarle sus sentimientos al joven Monthay. Sonreía y más nervioso, porque en esa fiesta anunciaría su romance ante sus amigos y familiares.


Entro a la mansión de Radamanthys, que era uno de sus amigos íntimos más cercanos. El mismo los recibió con una gran sonrisa en su rostro.


 


- Muchas Gracias por venir, amigos míos – Dijo Radamanthys mientras estrechaba mano, daba dos besos y hasta abrazos a todos sus invitados, pero sobre todo ante los más cercanos.


 


- Gracias a ti por invitarnos a tu fiesta de cumpleaños – Decía Camus Monthay, quien estaba siendo acompañado por Unity, su mejor amigo, como también por Albafica. Milo estaba en la entrada, a la espera de ser él quien salude a uno de sus amigos.


 


- Chicos, bienvenidos sean a mi humilde hogar – Decía Radamanthys muy alegre mientras saludaba a sus amigos íntimos. Milo estaba detrás de su hermano Kardia quien estaba charlando con el cumpleañero, sin más el joven de cabellos rubios se adentró a la casa para ir hasta donde estaba su amor, pero su sorpresa fue otra.


 


- “No lo hagas Camus” – Pensó Milo, ya que Aiacos estaba por darle un beso en la mano de su único amor, estaba feliz ante tal acto por parte de Aiacos y sin tener en cuenta de su presencia. – “No me hagas esto, te lo pido” – al ver toda la escena un tanto particular, Milo no dejaba seguir con su mirada aquel par quienes comenzaron a danzar y teniendo los dos una mirada de enamorados – No – Sin más Milo tomo la idea de retirarse de la fiesta, dejando a su hermano y amigos más preocupados que antes.


------ Actualidad ------


Mientras que ambos bailaban muy pegados, Camus le dedicaba sonrisas de felicidad a un Aiacos satisfecho al ver que su plan iba a la perfección. Aiacos le da una vuelta a Camus, para después volver a danzar cómodamente ante la presencia del otro.


 


- Nunca espere que aceptaras mi petición – Hablo Aiacos mientras enfocaba sus ojos en los de Camus, quien agachaba la mirada por el sonrojo que le apareció esos momentos.


 


- ¿Por qué lo dices? – Dice Camus mientras alza su mirada para después percatarse de algo extraño en los ojos de su acompañante.


 


- Lo digo porque tú eres el primer chico que me ha robado mi corazón frío y solitario – Decía Aiacos teniendo su poder vampírico activado, con el fin de hacer activar el collar que tenía puesto Camus – Ya que no hay hombre o mujer que se compare contigo, Camus Afrontes – En su cabeza parecía estar resonando otro apellido en sí mismo, sentía que sus ojos cambiaban de brillo y más sintiendo que era preso en un poder sobrenatural. - ¿Aceptas ser mi novio? – Camus estando encontra de su voluntad se aproxima a Aiacos quien esperaba a que concrete aquella acción, pero en ese preciso momento Milo se había aproximado.


 


- Si me disculpas Aiacos, pero el primo del joven lo anda buscando – Aiacos miro a Milo quien tomaba a Camus del brazo para así llevárselo de ahí.


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Las cosas en la barra eran complicadas para Deathmask, quien no podía entender los comportamientos y facetas de aquel muchacho de cabellos celestes. No entendía absolutamente nada, pero su enojo estaba en el cambio repentino de Afrodita.


 


- ¡Odio Albafica, lo odio! – Gritaba Afrodita mientras le daba un sorbo a su tequila, que sin más le estaba haciendo efecto y descontrolando sus acciones. – Siempre los chicos lo miran a él, pero pocos me observan – En eso se voltea para mirar a un Deathmask desinteresado ante sus palabras - ¿Sabes porque no me miran? ¿Seré feo? – el joven de cabellos cortos y azules, se gira para mirar al joven que comenzaba a sentir cosas por él.


 


- Tú no eres feo, eres más lindo que ese montón de paja – Afrodita ríe ante el comentario gracioso de Deathmask, que por su parte se acercó un poco y tomar uno de sus mechones y comenzar a jugar con ellos – Además eres perfecto, tal y como eres, nadie y menos Albafica, se puede comparar contigo – Afrodita se tira encima de Deathmask haciéndolo caer al suelo, pero quedando arriba de él y ambos observarse con ansiedad.


 


- ¿Tienes novio? – Aquella pregunta le hizo sentir por primera vez mariposas en el estómago, ya que jamás había logrado enamorarse.


 


- No tengo novio – Respondió Deathmask y la sorpresa que se llevó, era que Afrodita lo estaba besando con mucha ansiedad.


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Camus trataba de zafarse del agarre de Milo, sabiendo que el joven Diamantidis estaba un tanto enojado al ver aquello. Al llegar a uno de los cuartos, Milo tumbo a Camus en una de las camas y para después trabar la puerta quedando los dos a solas.


 


- ¡¿Por qué lo haces?! – Grito fastidiado Camus mientras se ponía de pie y avanzaba hasta Milo con su ceño fruncido.


 


- ¡Lo hago porque no debes estar relacionándote con esa clase de persona! – Le devolvió el grito, pero Camus estando hipnotizado y fuera de en sí, levanto su mano y tratando de abofetearle, pero Milo lo detuvo – No lo intentes, porque no deseo pelear contigo –


 


- Ah ¿Y entonces porque me interrumpes? – Pregunto frívolamente, pero Milo había reparado en el collar que llevaba puesto Camus.


 


- Tu primo me pidió que te alejara de él, ya que me comento las cosas malas que hizo – Camus reacciono al escuchar aquella frase, Milo se acercó a él para después tomar el collar que tenía puesto.


 


- ¿Qué haces? – Pregunto un tanto anonado al ver como Milo se acercaba a él, pero lo que había tomado era aquel collar con la cruz al revés.


 


- Este collar te queda feo, ya que arruina tu imagen – Camus retuerce un poco la cabeza confundido al escuchar aquello. Milo fue hacia la cama para después recostarse un poco, pero Camus se fue hasta él para preguntarle ciertas cosas.


 


- ¿Por qué me trajiste aquí contigo? – Le pregunto mientras tomaba asiento a un costado de la cama y al escuchar aquella pregunta Milo se voltea para mirar aquel semblante que le parecía un tanto particular de su acompañante, sabiendo que Camus estaba algo neutro en esos momentos.


 


- Por que estabas siendo víctima de uno de los poderes vampíricos que tú mismo no saldrías de él, sino alguien externo debe de hacerlo, por lo tanto fuiste una víctima más de la hipnosis de Aiacos – Camus asentía ante la información que le decía Milo, sin embargo sus dudas incrementaban ante su entorno.


 


- ¿No te dan ganas de morder a un humano y chuparle su sangre? – Milo lo miro un tanto sorprendido, sabiendo que Camus no podía saber tanto sobre su especie, sin más Camus había lanzado un bostezo.


 


- La verdad que siempre tengo hambre, pero lo ocurrido en el instituto me es preferible que no lo haga – Respondió a secas para después notar que Camus se acostaba a su lado, pero muy incómodo Milo se corrió un poquito para así el joven Afrontes se acostara.


 


- ¿Por qué no se reflejan en los espejos? – Volvió a preguntar Camus mientras se giraba para quedar de costado, observando a Milo con su rostro cansado y neutro.


 


- Eso jamás lo sabré, ya que cuando era niño, jugando con mi hermano Kardia, él me empujo contra un espejo enorme que había en la sala y todos los cristales se me cayeron encima y yo me había cortado la cabeza – Camus se asombró al escuchar aquella historia, mientras se imaginaba a Milo de pequeño y las reacciones del bruto que es el novio de su primo.


 


- Me imagino de lo preocupado estaban tus padres – Milo había sonreído aquella suposición de Camus, que al ver la sonrisa de Milo lo había encantado.


 


- No querrás decir mis nanas, ya que los de la mansión al verme sangrar querían matar a mi hermano mayor, pero el pobre se había escusado de que el espejo se me había caído y se estrelló en mi cabeza logrando lastimarme – Camus coloco su cabeza en la almohada ya cansado, mientras pestañaba varias veces del sueño que tenía.


 


- ¿No tienes sueño? – A la pregunta Milo negó y Camus se acurruco a su lado, haciendo que el corazón de Milo latiera a mil por hora. – Entonces ¿Por qué no descansas? – Al preguntar Camus cerro sus ojos ya agotado para así comenzar a dormir, al verlo descansar plácidamente, Milo no sabía que hacer esos momentos, pero lo único que hizo fue abrazarlo con el fin reflexionar ante la bella conversación que tuvo con aquel joven.


 


- “Espero que todo esto acabe, ya que mi vida está cambiando por algún motivo que no se” – Aquel pensamiento fue el pasaje a su noche de reflexión, teniendo millones de pensamientos y charlas de antes, donde el protagonista era el joven Monthay.

Notas finales:

Espero que les haya gustado, dejen muchos reviews...


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