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The opportunity por ValexWalker

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Notas del fanfic:

Hola! xd Este fic va dedicado a Elena Montserrat-chan

Bien... yo no estoy familiarizada con este fandom, primero porque solo vi la 1ra temporada de Tokyo Ghou, del cual solo lei el manga hasta cierta parte, y segundo porque soy más del fandom de KHR, OP y KnB.

Dejé Tokyo Ghoul porque la UNI me damandaba mucho tiempo además de mis animes de deporte y yaoi que amo.

En sí recuerdo que amaba el Tsukiyama x Kaneki... y tambien el Hide x Kaneki; sin embargo este shot es de una pareja completamente distinta, ni siquiera me la imaginé por lo que no creo me haya quedado muy bien, espero no me maten! T.T 

No me gusta ni desagrada esta pareja, creo que por eso fui capaz de hacer este fic :)

Sin más que decir ¡a leer! xd

Caminaba por las desoladas calles de Tokyo. Al ser casi las diez de la noche y con un aguacero infernal, muy pocas personas se atrevían a estar fuera de sus hogares. Su cabello peliplata se le pegaba a la frente por la lluvia y a medida que avanzaba, sus piernas parecían traicionarlo, la herida de bala que tenía en una de ellas y la del lado izquierdo del torso comenzaban a hacer estragos en él, inmovilizándolo lentamente.

Un ruido seco se escuchó en la entrada de un callejón, Renji no pudo caminar por más tiempo y decidió tomarse un descanso sentándose en el suelo mientras la lluvia seguía mojándolo por completo.

¿Será este mi castigo por querer dejarlo?

­­­­­­________________________________________

 

-Gracias por tu ayuda, Kaneki-kun- sonrió un señor de avanzada edad

-No se preocupe, Yoshimura-san- el chico de aproximadamente veintidos años devolvió el gesto amablemente al mismo tiempo que entregaba las llaves del restaurante

-Claro que lo hago, muchacho, ya es muy tarde, no deberías ayudarme hasta estas horas y más cuando el clima está como está- el anciano le entregó un paraguas

-Gracias, y ya le dije que lo hago porque me gusta así que no debe preocuparse, me iré directamente a casa ahora ¿de acuerdo?- Kaneki volvió a sonreir

-Nos vemos mañana entonces- hizo un gesto con la mano en forma de despedida mientras el pelinegro se marchaba del local.

Kaneki Ken era un estudiante universitario de veintdos años, huérfano y con un trabajo de medio tiempo en el restaurante del señor Yoshimura.

“Anteiku” era el nombre del famoso restaurante, el cual era como un hogar para el chico, así como Yoshimura-san era para él como el abuelo que nunca tuvo.

Debo apresurarme en llegar, espero poder tomar el último tren

Caminó rápidamente con el paraguas cubriéndolo, tenía que llegar a la estación lo más rápido que sus pies le permitiesen sino quería pescar un resfriado, pero un quejido repentino lo detuvo instantáneamente.

-Tsk…

-¿Que fue eso?- caminó lentamente hacia donde creyó haber escuchado el sonido- ¿Hay alguien allí?- siguió caminando y en la entrada de un callejón nada iluminado pudo visualizar con mucha dificultad la silueta de un hombre

-D-Disculpe ¿se encuentra usted bien?- preguntó mientras se acercaba aún más al hombre

-Ahhh… ahhh- respiraba agitado- ¿quién eres? lárgate de aquí- respondió el peliplata con voz imponente

-Ehh… m-mi nombre es Kaneki ¿se encuentra usted bien?

-¿No escuchaste lo quedije? ¡Te dije que te largaras!.. cof… cof… ¡maldición!- tosió un poco de sangre, a medida que pasaba el tiempo su estado iba empeorando y más con la lluvia mojando sus heridas

-Pero- el chico miró las heridas de bala del mayor- ¡está herido! no puedo dejarlo aquí en ese estado

-Si no te largas ahora mismo yo…

-Así no puede hacerme daño- Kaneki lo miró serio- apóyese en mí, lo ayudaré

-No iré a ningún hospital ¿me oyes?

- No lo llevaré a uno, así que vamos, apóyese rápido

El pelinegro, a pesar de la diferencia de tamaños entre los dos, pudo ayudar a caminar al mayor. Luego de unos minutos, llamó un taxi ya que no podía llevar al peliplata a la estación, sería muy sospechoso el que una persona con heridas de bala se subiera al tren así sin más.

Maldición, todos mis ahorros se irán en esto pero qué más da, ya veré como lo repongo- pensó Kaneki mientras viajaba en el taxi con el “herido gruñón”,  así había bautizado al desconocido

Unos quince minutos después llegaron frente al edificio donde vivía el pelinegro, bajaron del vehículo y tras pagar el taxi y subir las escaleras hacia el segundo piso, Kaneki y el “herido gruñón” se adentraron en el pequeño departamento.

-Quédate aquí, en seguida vuelvo- habló Kaneki mientras desaparecía de la vista de Yomo dejándolo sentado en la cama de su habitación

-Tsk…

Luego de unos minutos el universitario regresó con un botiquín

-¿P-Podrías quitarte la ropa? sacaré primero la bala que tienes en el torso

-¿Podrás?- el peliplata lo miró entre burla y expectación

-¡Claro que podré! por si no lo sabes voy en tercer año de medicina

-Oh… entonces,  señor doctor, me dejo a su cuidado- Yomo sonrió burlonamente

Estúpido

Tras retirar la bala del torso del hombre, el pelinegro prosiguió a sacar la de su pierna. Se sentía un poco nervioso y su preocupación era obvia, el encontrarse a alguien con dos heridas de bala y oponiéndose rotundamente a ir a un hospital no era común; solo habían dos tipos de personas que harían lo que el peliplata y ninguna de las dos opciones era buena para el universitario.

-Terminé- se frotó el sudor que tenía sobre la frente por el esfuerzo hecho- ahora recuéstate allí por favor, en unas horas debo cambiar los vendajes, mientras tanto, toma estas pastillas- le entregó dos píldoras de tamaño considerable al mayor con una sonrisa

-¿Porque me ayudas?- cuestionó- ¿no tienes miedo?

-¿m-miedo?- Kaneki se dirigió a su mesa de noche para servirle un vaso con agua- ¿porque tendría que tener miedo?- colocó el vaso frente al mayor

-Sabes a qué me refiero-sonrió mientras tomaba el vaso y luego las pastillas que el universitario le había dado- sabes que no soy una persona cualquiera ¿o me equivoco?

-Yo…- Kaneki bajó la mirada, se estaba poniendo cada vez más nervioso y eso no era bueno; en esos momentos odiaba la manía que tenía por no poder dejar a nadie herido ¡su maldita manía por ayudar a todos!

-Uhm…- el peliplata volvió a sonreir- Yomo Renji

-¿Eh?

-Ese es mi nombre, Yomo Renji

-Oh, entonces, Yomo-san, es mejor que descanse ahora, se sentirá mejor si lo hace- el pelinegro seguía mirando al suelo, estaba demasiado nervioso

-¿Cómo sé que no llamarás a la policía mientras lo hago?

-Yo nunca…- levantó la vista y la enfocó en los ojos verdes del mayor-¡nunca haría eso, créame por favor, Yomo-san!

-Uhm…

¿Porque siento que puedo llegar a confiar en este chico?

-¿Por qué desperdiciarías la oportunidad de entregar a un yakuza? Kaneki-kun- la sonrisa burlona del rostro de Yomo no se desvanecía

Así que es un yakuza

-No haría tal cosa, a pesar de que usted sea un Yakuza como dice yo…- desvió la mirada de aquellos ojos que parecía que lo devoraban completamente- yo no siento que usted sea una mala persona

Yomo abrió ampliamente los ojos, ese chico se le hacía muy curioso, lograba sorprenderlo.

-Uhm…

-¿Yomo-san?

-Pffff… Jajajaja- el peliplata rio a carcajadas unos instantes- me despiertas cuando necesites cambiar los vendajes, chico

-¿Eh? ¿Y-Yomo-san?

Muy tarde, el peliplata ya se había dormido recostado con los brazos cruzados bajo su cabeza y con una expresión de lo más tranquila

-Ahhh- suspiró - ya es muy tarde, mejor pongo la alarma para levantarme a la hora a la que debo cambiar los vendajes

Y así, a las once con cincuenta y cinco minutos se acabó el día para Kaneki Ken,  con un  hombre herido recostado en su cama y él durmiendo en un futón al lado de esta.

_________________________________________

 

Los rayos del sol que se colaban por la ventana de su habitación lograron despertarlo. Abrió lentamente los ojos y recordó en donde se encontraba.

Palpó con una de sus manos el lugar de sus heridas y notó que los vendajes eran nuevos.

No me despertó como le dije

Se reincorporó como pudo y un quejido salió de su boca.

Maldición, aún duelen- pensó para luego, con mucho esfuerzo, poder sentarse en la cama

Estaba por ponerse de pie cuando una voz se lo impidió.

-¡P-Pero que hace, Yomo-san! todavía no está curado del todo, por favor… recuéstese- dijo el universitario mientras iba hacia él lo más rápido que podía

-¿Porqué tendría que hacerte caso? ya es hora de que…-Yomo calló al ver lo que Kaneki traía puesto- Pffff Jajaja- no pudo evitar reír- no sabía que tuvieras esas inclinaciones

-¿Eh?- se dio cuenta de qué era lo que miraba tan divertido el “Yakuza gruñón”, otro apodo ganado por Yomo- ¡N-No es lo que parece!- respondió con el rostro completamente rojo- una amiga me lo regaló y no pude rechazarlo

-Uhm, pues esa amiga tiene unos gustos muy apropiados ¿no crees?- siguió mirando el delantal rosa lleno de flores y bobos- toda una preciosidad

-Tsk… ya deje de burlarse de mí-  frunció el ceño e hizo un puchero, ese desconocido se divertía con él y eso lo avergonzaba demasiado

-Uhm… bueno, como iba a decirte antes de distraerme con tu exótico delantal, ya es hora de que me vaya

-Pero usted aún no está curado del todo, no permitiré que se vaya hasta que pueda moverse libremente

-¿Y cómo harás eso?-sonrió, ese chico era toda una extrañeza

-S-Si tengo que golpearlo para evitar que se marche lo haré

-Oh, muy interesante ¿piensas que con ese cuerpo tan delgado podrás hacerme daño?

-Pues lo intentaré- la expresión decidida de los ojos de Kaneki se hicieron notar y eso divertía aún más a Yomo

-Tsk…- No puedo ganarle a esa mirad- está bien chico, me quedaré aquí hasta sentirme mejor

-¿En serio?- sonrió ampliamente- eso me tranquiliza

-Uhm…

-E-Etto…

-¿Que sucede?

-¿L-Le gustaría comer algo?

-Muero de hambre

-Bien, entonces le traeré el desayuno en un momento- dijo para luego desaparecer de la vista del mayor rumbo a la cocina

-Ahh- suspiró- que chico más divertido

_________________________________________

 

Había pasado una semana desde que Yomo había terminado en la casa de un estudiante universitario nueve años menor que él. Era curioso el hecho de que Kaneki iba a la universidad y al regresar de “Anteiku”, él aún seguía en su casa, bien podría irse cuando el chico no estuviese e incluso podría hacerlo así este se encontrase presente; sin embargo, había algo que le impedía hacerlo, algo que se llevaba preguntando desde el momento en que aceptó la ayuda del menor.

-Ya regresé- dejo sus zapatos en la entrada y caminó con una bolsa hacia la sala de su departamento- hoy cocinaré curry ¿es de su agrado, Yomo-san?

-Me gusta el curry- respondió  mientras observaba el rostro del chico, sus facciones tan delicadas y la gran sonrisa que ponía cuando contestaba a sus preguntas eran sin duda muy hermosas

¿Por qué demonios pienso que un chico es hermoso?

-Iré a prepararlo ahora mismo, espere aquí

-Iré a poner la mesa

-¿Eh?- esa respuesta descolocó a Kaneki, en los días que llevaba en su casa, el mayor nunca había hecho algo como ayudarlo- ¿en serio?

-¿Por qué tanta sorpresa? ¿O no quieres que te ayude?

-No - el pelinegro negó con  ambas manos- claro que me gustaría que me ayude

-Bien, entonces iré a hacerlo

-Solo no se esfuerce demasiado

-Ya me encuentro bien, Kaneki-kun

Y ahí estaba lo que más le gustaba provocar en el universitario, un sonrojo muy notorio en el rostro de este cada vez que decía su nombre.

-I-Iré a la cocina- dijo sin más el chico mientras desaparecía de la vista de Yomo rápidamente.

Al llegar, respiró profundamente tratando de calmar los latidos de su corazón.

“Deja de ser idiota”-se repetía a si mismo mientras comenzaba a preparar el curry previsto para esa noche

¿Cómo demonios puede gustarme alguien como él? es un Yakuza y  peor aún ¡un hombre!

El muchacho se recriminaba cada segundo por haber dejado que aquel sujeto de cabellos peliplata, facciones duras y sonrisa burlona se adentrara en su corazón. A medida que pasaban los días su atracción hacia él crecía más más y no sabía qué hacer para remediarlo.

No sé nada de él, tan solo su nombre y que es un Yakuza, ¡Baka Kaneki! tenías que enamorarte de un mafioso ¡sí que eres idiota!

El estudiante de medicina siguió recriminándose hasta que se dio cuenta que el curry estaba terminado. Sirvió dos platos y los llevó hacia el comedor donde lo esperaba el hombre que día a día ocupaba todos sus pensamientos.

-Ya está listo- colocó los dos platos sobre la mesa y una botella de vino- pensé que harían buena combinación- dijo antes de que Yomo preguntara a qué se debía la bebida

-Uhm…

La comida transcurrió en silencio, cosa que no le gustaba al menor de los dos comensales. Él quería saber más acerca del peliplata pero no sabía cómo iniciar una conversación, o bueno, si sabía cómo, solo que se moría de miedo.

-Noto que estas muy nervioso ¿hay algo que quieras decirme?-preguntó siempre el muy perspicaz yakuza

-Yo- agachó la mirada- s-solo quería saber más sobre usted

-Oh…

-¡P-Pero si no quiere decirme nada lo entenderé!

-Jajaja- apoyó su codo en la mesa y su barbilla sobre la palma de su mano- pregunta lo que quieras, si lo creo correcto, contestaré

-¿En serio? Pues…  ¿Tiene usted familia?

-Si te refieres a una esposa e hijos pues no

-No, no me refería a eso- no pudo evitar alegrarse al saber que la persona que quería no se encontraba casado- me refería a…

-La mayoría de personas tiene una ¿o no? ¿acaso tú no tienes una madre y un padre?

-Es cierto, solo que aún no los conozco- Kaneki sonrió- me abandonaron en la puerta de un orfanato cuando apenas era un recién nacido, así que la única familia que tengo son las monjas que me criaron y el dueño del restaurante en el cual trabajo al cual considero como un abuelo

-Entiendo- Yomo miraba atentamente a Kaneki- mi familia fue asesinada cuando tenía diez años y desde ese momento me puse bajo la protección de un jefe Yakuza, por eso soy lo que soy ahora

-Lamento haberte hecho recordar eso-  dijo sintiéndose culpable

-No te preocupes- sonrió- ¿no tienes alguna otra pregunta que quieras hacerme?

-Ehh…-el pelinegro se debatía internamente si debía preguntar o no- pues… ¿Quería saber porque te dispararon cuando te encontré?

Hubo un silencio que pareció eterno para Kaneki, se arrepintió al instante de haber hecho esa pregunta, pero su curiosidad pudo más.

-Por querer dejarlo- el silencio fue roto por Yomo, quien miró con una seriedad inusual el rostro del chico- por querer dejar de ser un Yakuza

-...- el pelinegro no se atrevió a decir nada, solo dejaría que Yomo siguiese con su explicación

-Desde los doce años me convertí en uno y han pasado 18 años desde eso, ya me cansé de hacer los trabajos sucios, ya me canse de tener tantas muertes atormentándome día a día- miraba el rostro de Kaneki como queriendo adivinar lo que pasaba por su mente en esos momentos- así que decidir dejar la familia, aunque sabía que solo muerto podría hacerlo

-Pero estás vivo- al fin Kaneki se atrevió a hablar, podía notar el dolor escondido en las palabras de Yomo y eso hacía su corazón estrujarse.

-Gracias a ti- por primera vez sonrió sinceramente- si tú no me hubieses ayudado, en este momento estaría muerto

-Yomo-san…

-Gracias, Kaneki

El sonrojo en el rostro del pelinegro podía competir con el rojo de un tomate, su corazón latía fuertemente y no podía parar el dolor que sentía en el estómago en esos momentos.

-E-Es hora de que lleve los servicios- tomó los platos casi vacíos y se fue prácticamente corriendo hacia la cocina, debía tratar de calmar su palpitante corazón y sus ganas de llorar.

-No te escaparás de mí, no con una expresión como esa

El pelinegro sintió unos fuertes brazos abrazarlos por la espalda y apretarlo fuertemente haciendo que dejase caer los platos en el lavabo provocando que se rompieran.

-Y-Yomo-san…

-Kaneki- lo volteó lentamente y obligó al pelinegro a mirarlo a los ojos

-Q-Que… ¿p-por qué?

Yomo acarició la mejilla del menor con sus dedos mientras pegaba su frente a la de él.

-¿Y-Yomo-san?- trató de llamarlo, se encontraba cada vez más nervioso por la cercanía del mayor

-No sé qué sucede conmigo, solo sé que no puedo controlarme por más tiempo

-¿Eh? Y-Yom…-la voz del menor fue callada por el demandante beso que le propinó el peliplata

Acariciaba sus labios sin reparo alguno mientras recorría toda su cavidad y saboreaba cada rincón de esta con su lengua.

-nngh Y-Yom…- gimió al sentir las manos de Yomo acariciar sus muslos mientras lo arrinconaba contra la pared de la cocina

-Kaneki -el mayor besaba y mordía el cuello de Ken rudamente, su sabor era demasiado adictivo

-Ahhh… nngh…- el chico estaba muy sonrojado y a la vez asustado, era la primera vez que alguien lo tocaba de esa manera

-Vamos a la habitación- cargó al pelinegro y en un instante llegaron a su alcoba, en donde lo echó sobre la cama que en esta había y colocándose encima, comenzó a desvestirlo rápidamente

-E-Espere, Yomo-san-pedía, pero el mayor hacía caso omiso a sus palabras

Se disponía a quitar la última prenda del menor cuando Kaneki lo detuvo tomándolo del brazo.

-¿Que sucede? ¿No quieres tener sexo conmigo?- preguntó con voz ronca a causa de la excitación

-Yo… t-tengo miedo, yo nunca…- Kaneki calló por vergüenza y agachó la mirada

-No tienes porqué- se acercó a él y lo beso mientras con su mano izquierda masajeaba sobre la tela de los bóxer su intimidad provocando que emitiera pequeños gemidos entre el beso

-mmm… ahhh

-Seré gentil contigo- dijo Yomo sobre los labios del contrario tras el término del beso

El menor solo lo miraba expectante con los ojos llorosos a causa del placer que le provocaba el hombre que ahora comenzaba a besar su pecho tras deshacerse de su bóxer negro.

-¿Te gusta esto?- preguntó cuándo comenzó a succionar y morder uno de los rosados pezones del chico

-¡Ahh!... no… nngh… no haga eso, Yomo-san… ¡ahh!- Kaneki gimió al sentir la gran erección del yakuza golpear su entrada

-Kaneki-el mayor comenzó a simular envestidas provocando que Ken gimiera aún más alto- p-puedo ¿puedo entrar en ti?

-Nngh… Y-Yomo-san- Kaneki comenzó a llorar de la excitación, algo que fue una invitación para Yomo

El peliplata se desvistió rápidamente y colocó su rostro entre las piernas del pelinegro.

-Q-Que… ¿Qué piensa hacer? Y-Yomo-san

-Haré que te sientas bien

-¿B-Bien? ¡Ahhh!- arqueó la espalda al sentir como el mayor  lamía su entrada-¡Y-Yomo-san! No… nngh… no haga eso

El aludido hizo caso omiso a lo dicho por Kaneki y siguió con lo suyo- pero si lo estás disfrutando, aquí ya está goteando, Kaneki- dijo mientras tocaba con una de sus manos el miembro húmedo del pelinegro

-nngh…- se retorció mientras jadeaba del placer

-¿Quieres que lo toque?- preguntó Yomo mientras presionaba con su pulgar la punta del miembro del menor y lamía su entrada al mismo tiempo

-¡Ahh!... nngh… t-tócame, Y-Yomo… tócame… nngh

-Kaneki- el mayor se metió todo el miembro del chico a la boca y comenzó a succionarlo mientras el menor se aferraba fuertemente a las sábanas de su cama

-¡Ahh! si sigues así yo…

-Córrete- tras dicho esto recibió toda la esencia del pelinegro en su boca

-Ahh… ahhh- respiraba agitado- no debió, Yomo-san

-Aún no acabamos- introdujo uno de sus dedos en la entrada del chico provocando que emitiese un sonoro gemido- ahora viene lo mejor

-nngh… duele ¡ahhh!

-Relájate- dijo para luego acercarse y besar a Kaneki mientras introducía un segundo dedo en él y comenzaba a moverlo

-nngh… mmm…- gemía entre el beso

-¿se siente bien?-preguntó mientras envestía al pelinegro con sus dedos

-nngh sí… ahh…yo... yo quiero a Yomo-san

El mayor no puedo contenerse al escuchar lo que había dicho el chico bajo él, sacó sus dedos de golpe e introdujo su gran miembro a medida que el menor gemía cada vez más y más fuerte por la intromisión.

-mmm… tan grande ¡ahh!

-Me succionas tan fuerte

El mayor permaneció inmóvil unos segundos para que el pelinegro se acostumbrase. Cuando notó que este comenzó a moverse para obtener más contacto, inició con las envestidas provocando que gimiese fuertemente mientras lo llamaba.

-Yomo-san ¡ahh! Más… nngh… más profundo

-No tienes... ahh… que decirlo, te romperé

-B-Béseme… nngh… quiero sentirlo

Yomo se acercó a él y devoró sus labios mientras lo seguía penetrando rudamente.

-Kaneki- gimió el mayor mientras sentía como estaba por alcanzar el clímax, el interior del menor se sentía demasiado bien

-¡Ahhh! creo que voy a… -se aferró fuertemente a la espalda de Yomo mientras sentía los espasmos previos al orgasmo recorrer por todo su cuerpo

-Juntos... Kaneki-  dijo el peliplata mientras abrazaba aún más fuerte al menor

-¡Yomo-san! ¡ahh! ¡Te amo!... nngh- dijo antes de correrse entre los vientres de ambos

-Ahhh… -Yomo se vino dentro del pelinegro y tras respirar agitadamente unos momentos buscó su rostro para después preguntarle acerca de lo último que escuchó salir de sus labios, pero el chico ya se encontraba dormido.

Sonrió y acarició sus mejillas para luego darle un casto beso.

-Te amo- dijo sobre sus labios, para después salir de su interior y quedarse dormido junto a él abrazándolo por la cintura

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-Y-Yomo-san

-Kaneki, resiste

-Te amo- el pelinegro cerró los ojos

-¡No! despierta, no me dejes- abrazaba fuertemente el cuerpo sin vida lleno de sangre del chico reusándose a aceptar que lo había perdido

Abrí los ojos de golpe y observé a la persona que dormía a mi lado, sonreí aliviado al saber que todo había sido un sueño, solo entonces pude comprender cuanto había llegado a amarlo y eso me aterraba.

Me levanté sin hacer el más mínimo ruido y me fijé en el reloj que se hallaba sobre la mesita de noche.

4:25 am

Sonreí melancólico y suspiré, era hora de dejar de soñar despierto y volver a mi realidad, tenía que despertar de una vez y darme cuenta de lo que estaba haciendo.

No puedo ponerte en peligro, no a ti

Me dirigí al baño y me duché rápidamente, era bueno que Kaneki tuviera un sueño pesado, por lo que no se despertó mientras lo hacía.

Me vestí con las ropas con las que él me había encontrado ya hace una semana, vi mis heridas ya casi completamente sanas y de repente me dieron ganas de llorar.

¿Porque tuvo que suceder? ¿porque tuve que enamorarme?

Fui hasta la cocina, tomé un bolígrafo y una hoja de papel para  luego comenzar a escribir.

Espero puedas perdonarme

___________________________________

 

-nngh…- se removió en la cama mientras aún con los ojos cerrados trataba de buscar el molesto aparatito que lo estaba sacando de su hermoso sueño

-Sí, diga- contestó mientras abría los ojos lentamente

-Kaneki-kun-habló una muchacha

-Oh…Touka-chan ¿qué sucede?

-¿Cómo que qué sucede? ¿No recuerdas que tenemos clases de biología molecular? llamaba para preguntarte a qué hora te dignarás a traer tu trasero aquí, ya son las nueve de la mañana ¡idiota!

-¿Ehh?

-La clase comenzará en una hora así que apresúrate- fue lo último que dijo la malhumorada chica para luego colgar

-No puede ser- Kaneki se levantó rápidamente de la cama y se dispuso a ir al baño para ducharse cuando un dolor profundo en la espalda baja lo dejó inmóvil

-Itte…- el menor recordó lo sucedido la noche anterior y un notorio sonrojo se apoderó de su rostro…

Yomo-san… me pregunto si lo que escuche ayer fue real o solo un sueño

Tras ducharse y cambiarse rápido se dirigió a la sala donde pensó encontrar al mayor, pero para su sorpresa no estaba allí.

-¿Eh? Yomo-san- llamó pero nadie le contestó

Esto es muy extraño

Fue hacia la cocina para servirse el desayuno aún con la duda en su mente. Yomo no había salido del apartamento en toda esa semana, era extraño el que no estuviese.

Se acercó a la mesa que allí había para luego tomar atención al papel que se encontraba encima.

Lo tomó con temor, quizá previendo las  palabras que contendría este; rogaba porque Yomo le hubiese escrito que se había ido a comprar algo y que iba a volver pronto, lástima que no todo lo que se desea, ocurre siempre.

 

Kaneki… cuando leas esto espero no provocar que tus hermosos ojos se llenen de lágrimas, no me lo perdonaría.

Esta semana fue para mí la mejor etapa que he tenido en mi vida, por primera vez me sentí una persona normal y el vivir a tu lado me llenó de una alegría que nunca antes hubiera creído

Gracias.

 

El menor comenzó a llorar mientras ponía toda la fuerza de voluntad posible para seguir leyendo lo que Yomo había dejado para él.

 

Te amo… esas palabras me llenaron de felicidad ¿sabes? eres la primera persona que me dice algo como eso y te agradezco profundamente el que ames a alguien como yo… alguien que no lo merece.

 

Las piernas de Kaneki flaquearon y se dejó caer de rodillas en el suelo mientras apretaba fuertemente la hoja de papel entre sus manos.

 

Mientras escribo esto me debato entre si decir la verdad o mentir, en si decirte, como lo hice luego de que hicimos el amor, que te amo como no te imaginas,  o decirte que solo jugué contigo y que fue divertido aprovecharme de tu inocencia, soy un estúpido ¿verdad?

 

El tiempo se había detenido para el menor, su mente solo pensaba en Yomo y en que quería verlo.

 

Al final decidí ser egoísta y decirte la verdad, sé que está mal y que solo te hago daño, sé que no debería pero, te amo Kaneki, te amo como no tienes idea.

*Quizá te diga algún día que dejé de quererte, aunque siga queriéndote más allá de la muerte; y acaso no comprendas en esa despedida, que aunque el amor nos une, nos separa la vida*, que aunque quiera estar cerca de ti en este momento no puedo hacerlo, al menos no ahora.

No sé si nuestros caminos se volverán a juntar algún día, no sé si tendré él valor de verte de nuevo, solo sé que me voy con un profundo dolor dentro de mí y con un amor tan grande que estoy seguro no me dejará hasta el día de mi muerte.

Adiós, futuro doctor.

 

Kaneki no supo que hacer en ese momento, de sus ojos solo caían lágrimas y sentía todo su cuerpo temblar.

-No te vayas- apretaba la hoja de papel en su pecho- ¡si me amas no me dejes!- gritaba como si el mayor lo llegase a escuchar- ¡Yomo-san!

_______________________________________

 

-Me alegro que te hayas graduado, Kaneki-kun- dijo alegre el viejo Yoshimura mientras le entregaba un regalo al chico de ahora veintiséis años

-¡Gracias Yoshimura-san!- Kaneki sonrió y lo abrazó fuertemente- me siento muy feliz, ahora comenzare a hacer mis prácticas en el hospital general de Tokyo, todo es perfecto.

-Puedes engañar a tus amigos, pero a mí no Kaneki-kun, sé que tienes un dolor muy profundo dentro de ti, sé que aún lo recuerdas.

El chico miró sorprendido al anciano para luego sonreírle sinceramente.

-Usted me conoce muy bien Yoshimura-san- de los ojos del pelinegro amenazaban por derramarse lágrimas, las cuales fueron limpiadas por él abuelo antes de que corriesen por sus mejillas.

-*No llores porque ya se terminó, sonríe porque sucedió*

-Sí- sonrió y abrazó nuevamente a Yoshimura

El abuelo había sido para él un gran apoyo luego de todo lo que sucedió con Yomo, Kaneki estuvo casi una semana sin querer comer, solo pensaba en el hombre de cabellos peliplata y en que no lo volvería a ver.

También había sufrido una descompensación y fue internado en el hospital por anemia, pero pese a todo, gracias a la ayuda y consejos del dueño de “Anteiku”, al cual el pelinegro le había contado sobre Yomo, omitiendo claro que era un Yakuza, Kaneki pudo salir de su profunda depresión y continuar con sus estudios, se lo debía todo a él y le estaba más que agradecido.

-Bien, es hora de la fiesta en el restaurante, todos tus amigos irán ¡vamos!- dijo alegre el anciano

-¡Claro!- Kaneki lo siguió con una gran sonrisa

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-Ahhhhh- suspiró el chico pelinegro- estoy tan cansado- se dijo mientras se quitaba el reloj de mano, el cual indicaban las tres y media de la madrugada

La fiesta duró mucho- pensó mientras recordaba como el señor Yoshimura se había empilado y puesto a bailar al medio del restaurante, todo fue tan divertido.

También recordó el cómo Touka se le había confesado, él ya se había dado cuenta de sus sentimientos hace mucho pero trataba de ignorarlos, él la quería como una hermana y no quería hacerle daño, pero ese día tuvo que enfrentarla y rechazarla como todo un caballero, no podía engañarla y decirle que intentaría amarla cuando su corazón todavía le pertenecía a aquel Yakuza gruñón.

Ahora entiendo porque me dijiste que serías egoísta, baka Yomo

Se duchó en quince minutos para luego vestirse con su pijama, quería descansar un poco y era bueno el hecho de que tendría una semana libre antes de comenzar  sus prácticas en el hospital, eso lo llenaba de alegría.

Estaba por meterse a su cama cuando escuchó unos golpes en la puerta de su departamento.

Qué raro ¿Quién llamaría a estas horas?

Kaneki fue hacia la puerta y la abrió lentamente

-Cuanto tiempo, Kaneki

El tiempo se detuvo en ese instante para el menor, tal como el día en que leyó la carta dejada por el hombre que ahora se encontraba frente a él, sonriendo mientras traía en sus manos una pequeño estuche cuadrado de color negro.

-¿Y-Yomo-san?- de sus ojos ya brotaban un sin fin de lágrimas sin que pudiera pararlas, su cuerpo comenzó a temblar y sin pensarlo se abrazó hacia el gran cuerpo del contrario mientras dejaba salir libremente su llanto sobre el pecho de este

-Kaneki ¿me extrañaste?- preguntó sonriendo mientras abrazaba fuertemente la cintura del chico

Ken se separó bruscamente y frente a todo pronóstico le tiró una fuerte cachetada a Yomo dejándolo anonadado.

-C-Cómo ¡¿Cómo puedes preguntarme eso? ¡Baka!- Kaneki se acercó al mayor y comenzó a golpear su pecho con sus puños- ¡te odio! ¡No sabes cuánto! te fuiste y me dejaste una estúpida nota… ¡te odio!- el pelinegro lloraba y seguía golpeando el pecho del peliplata mientras este lo apresaba en un abrazo soportando todo hasta que se calmara

-Kaneki -susurraba en el oído de Ken, quien  perdió todas sus fuerzas cuando Yomo besó su mejilla

-S-Suéltame- trató de soltarse del agarre del peliplata, pero este lo apretó aún más fuerte entre sus brazos

-Sé por tu expresión que aún me amas, que me amas tanto como lo hago yo

-No es cierto ¡te odio! te odio mucho

-¿Ah sí?-Yomo sonrió y besó la frente de Ken

-S-Sí- respondió con dificultad - además ahora yo, tengo un novio, uno al que quiero mucho

-Dime ¿qué más?- habló Yomo mientras sonría divertido y rozaba su nariz con la del menor

-También, nosotros…-Kaneki estaba sumamente sonrojado

-Eres un pésimo mentiroso- se apoderó de los labios del chico y lo adentró en el departamento sin soltarlo

Tras unos segundos, el oxígeno se hizo presente en el demandante beso que compartían y tuvieron que separarse.

-Yomo-san -dijo con dificultad- ¡te amo, te amo, Yomo-san!- Kaneki se abrazó de nuevo al mayor mientras las lágrimas de felicidad recorrían sus mejillas

-No llores, no lo hagas frente a mí- hizo que el menor levantara la vista y limpió con sus dedos las lágrimas de sus mejillas

-Todo es tu culpa, te fuiste y…

-No podía permitir que te hicieran daño, había sobrevivido, pero me buscarían, lo sabía, y no podía dejar que supieran de ti, jamás me perdonaría si te pasase algo por mi culpa, Kaneki

-Yomo-san

-Pero ahora ya todo está bien, logre derrotarlos, ya no pertenezco a ninguna mafia, por eso regresé por ti, con la esperanza de que me perdonaras y de que no me hubieses olvidado

-No pude olvidarte, lo intenté pero no pude, cuando recordaba la nota de despedida que me dejaste yo…-hizo una pausa- con solo leer tu “te amo” mi corazón latía con fuerza y se reusaba a dejar de amarte

-Te dije que fui egoísta

-Lo fuiste- sonrió y le dio un casto beso- pero ahora estas aquí conmigo, y no pienso dejarte ir nunca más

-No pienso irme nunca más, Kaneki- Yomo tomó la pequeña cajita negra y la abrió frente al menor

-E-Eso es…

Sacó el anillo dorado del estuche y lo colocó en el dedo anular del pelinegro.

-Te amo ¿Quieres estar conmigo por siempre?

Kaneki abrió ampliamente los ojos al escuchar esas dulces y anheladas palabras salir de la boca de la persona que amaba.

-Me estas pidiendo que…

-¿Te casarías conmigo?- besó el dorso de la mano de Ken provocando que un notorio sonrojo se apoderara de su rostro

-Yo- el pelinegro estaba sorprendido por la propuesta, pero muy feliz- claro que acepto, te amo, Renji-  sonrió dulcemente

-Ken- el mayor se abalanzó contra él y lo besó demandantemente mientras los dos se dirigían a la habitación del pequeño departamento que había sido testigo de su inmenso amor

Esa noche la pasaría juntos, fundiéndose en uno solo mientras susurraban aquella frase tan mágica para dos personas que se quieren profundamente.

Al fin Kaneki sería feliz completamente, la persona que amaba estaba a su lado y no se iría nunca más.

Al fin el hombre peliplata encontraría la felicidad que toda la vida había buscado.

*El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos lo desconocido. Para los valientes, la oportunidad* y Yomo había elegido ser valiente y darse la oportunidad con la persona a la que amaba, un dulce y hermoso doctor.

...

Notas finales:

¿Les gustó?

¿Merezco algun Review?

Espero en verdad Eli-chan te haya gustado xd

pd: Vale chan, cumplí mi promesa :)

Este será mi aporte a este lindo fandom, espero me perdonen las fanáticas de Kaneki o Yomo por el OC, pero en verdad no estoy familiarizada con ellos.

Me olvidaba, las frases:

*quizá te diga algún día que dejé de quererte, aunque siga queriéndote más allá de la muerte; y acaso no comprendas en esa despedida, que aunque el amor nos une, nos separa la vida*- José Ángel Buesa

*No llores porque ya se terminó, sonríe porque sucedió*- Gabriel García Márquez ( uno de mis escritores favoritos <3)

*El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos lo desconocido. Para los valientes, la oportunidad*-Victor Hugo ( otro que amo) 

Adios lindas!! xd 

Hasta quizá otra oportunidad!!

 


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