Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

La sombra, el emperador por 1827kratSN

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Holi~

Krat vuelve, porque... hizo una promesa XD

Notas del capitulo:

Holi~

Esto es un pedido navideño, lo explicaré todo cuando terminen de leerlo~

Como fuere... Madroj, espero que te guste y que a todos lo hagan de igual forma 

 

Un tigre es un animal salvaje, duro, desconfiado, veloz, fuerte, osado… pero sigue siendo un animalito, y con ello no sabe lo que es la maldad del hombre. Por esa razón Kuroko miraba a Kagami con detenimiento, tenía esa pequeña afición por admirar en detalle ese comportamiento tan interesante que tenía el más alto. Era grande, de filados colmillos que mostraba cuando iba a pelear en contra de sus adversarios, de mirada fiera que hipnotizaba al pequeño herbívoro que se atreviera a cruzarse en su camino cuando su hambre era incontenible, de porte tan altivo que hacía temblar de miedo al de menor tamaño. Kuroko sabía que era de dementes comparar a Kagami con un animal salvaje, pero era muy difícil no hacerlo, mucho más cuando lo escuchaba gruñir bajito de vez en cuando debido a alguna inconformidad que tenía con su alrededor

 

 

-Kuroko deja de mirarme con esos ojos sin vida

-¿qué es lo dice, Kagami-kun? – lo miraba con intensidad y lo veía temblar… a veces la presa era más temible que el cazador

-que estás distraído – el más alto, con su cabello de tono rojizo con filos más oscuros, de cejas partidas en dos extrañamente, corrigió su expresión y miró al frente donde el resto del equipo peleaba por alguna razón

-Kagami-kun, iremos a una reunión con los antiguo kiseki no sedai – informó cuando recordó aquel mensaje que le llegó esa precisa mañana

-¿y por qué debo ir yo?

-porque Akashi-kun lo pidió – con calma revisó su celular, revisando el texto de aquel mensaje, para después simplemente hacer un ruido leve al cerrar la tapa y guardarlo nuevamente

-¿por qué debo obedecer? – bufaba inconforme, no quería involucrarse con ese grupo de raritos con mañas extrañas

-entonces llama a Akashi-kun y dile que no irás – le ofreció su propio celular con el contacto visible

-eh… i-iré – Kagami se lo pensó bien y un ligero temblor le apareció en la espalda. No quería hacer enojar a ese pelirrojo agresivo y con mañas psicópatas – solo… no sé para qué hacen esas reuniones. Al final terminan peleándose entre ustedes

-el que termina así son tú y Aomine-kun – Era verdad, esos dos siempre terminaban en un pleito por el mínimo asunto, eran dos felinos que despedían poderío.

 

 

Cada vez que se reunían y Kagami estaba invitado, había otro que llegaba de igual forma, todos tenían una denominación para esa clase de personas y era “colado” pues no eran parte de la Generación de los Milagros. Takao era el colado junto con Kagami, aunque eso era porque estaba pegado a Midorima como un parasito o porque era como el chofer en esa carroza exclusiva. Kagami protestó, bufó, se quejó, pero al final contra la mirada serena de Kuroko le daba miedo seguir fastidiándolo hasta cierto punto. Además, el hecho de que lo amenazaran usando a Nigou también era buen incentivo para una aceptación rápida.

De todas formas ahí estaba Kagami en el día pactado, fichado, pidiendo algo de comer para matar el tiempo y mirando a su alrededor. Si, miraba a quienes llegaban porque al parecer él y Kuroko eran los primeros en arribar al lugar. El peliceleste hacía ruiditos con el popote en el batido de vainilla, él mordía su única hamburguesa, pues solo era un aperitivo hasta que llegaran todos y el tic tac continuaba con normalidad. Uno por uno llegaron con calma, Midorima con un extraño peluche en forma de oveja que sostenía un martillo, diablos cada vez esas cosas eran más raras. Takao, riéndose escandalosamente, criticaba esa absurda adquisición del peliverde se mostraba tan vivaz como siempre. Después de un saludo cordial, más o menos, terminaba poniéndose junto a Kagami pues serían los dos extraños en esa reunión de antiguos compañeros de equipo. Al menos así podían conversar y darse apoyo mutuamente

 

 

-quiero apretar las mejillas de Kagami – decía Takao mirando las mencionadas

-¿eh? ¿Para qué? – decía tragando lo último de su segundo aperitivo, pues pidió más en vista que parecía que eso iba a tardarse más de lo pensado

-porque ahí cabe mucha comida – decía señalando el rostro del pelirrojo y observándolo con enorme interés para después sonreír con malicia mal disimulada – quiero saber si se expande como la de las ardillas

-ni lo sueñes – se quejó frunciendo su ceño y viéndose amenazante, pero Takao era inmune pues la curiosidad le nublaba el buen juicio

-vamos, porfis – decía con la mirada iluminada de extraña forma

-Takao cállate… deja a Kagami o tendrás problemas – advertía el peliverde que se dedicaba solo a calmar a su compañero de equipo actual para no despertar la furia de alguien en especial

-vamos Shin-chan, sabes que tú también tienes curiosidad – decía aquel azabache estirando las manos e intentando agarrar aquellas porciones de piel que…. Se veían TAN suaves

-Takao-kun… debería quedarse quieto – Kuroko miraba al pelinegro con detenimiento, se había mantenido en silencio un buen rato pero ya se cansó. Había dejado su batido de lado y admiraba como Kagami se apartaba lo más posible de un Takao que insistía en querer tocarlo

-aléjate, ¡no soy un juguete!

-vamos Kuroko-kun. Sabes que también tienes curiosidad – se reía Takao casi logrando su acometido, parándose y luchando con las manos de un Kagami que seguía negándose – solo ayúdame y…

-Takao-kun, insisto… no toque a Kagami-kun – Takao entabló contacto visual con Kuroko en cierto momento. Aquellos ojos serenos, sin expresión de piedad, duros, celestes, intensos que no pestañeaban y que… detrás de ellos había… ¿una amenazante aura negra? O dios, eso se ponía peligroso

-solo es un apretón y… – pero el pelinegro se calló cuando un ligero movimiento de aquellas cejas le envió el mensaje claro.  “Mío” era la palabra que interpretó en esa simple expresión. Diablos ahora entendía eso con claridad – bueno… está bien – sonrió nervioso

-¿qué diablos tienen con mis mejillas? – criticaba Kagami apartándose y tomando asiento junto a Kuroko

-te lo advertí – habló Midorma cuando Takao ocupó su lugar junto a él. El peliverde sabía la verdad escondida, lo percibía con tan solo mirar de lejos la reacción más calmada de su amiguito peliceleste

-entiendo – Takao seguía riendo con nerviosismo, aun sentía el escalofrío recorrerle. Los rumores eran ciertos, Kuroko daba miedo en ocasiones

-Kagami-kun… – Kuroko volvía a tomar su batido con calma, sin apretar  el envase y el pelirrojo volteó a verlo con curiosidad

-¿qué haces? – Kagami frunció su ceño y su tono fue molesto, pues sintió las manos frías y esos dedos delgados en sus mejillas. Kuroko le estaba apretando las mejillas, ¡acaso todos querían hacer eso! – ¡oye! Kuroko desgraciado, también tenías curiosidad

-claro que si Kagami-kun – decía con calma apretándolo levemente y jugando con ese rostro que podía a veces tener la expresión más inocente que había visto

 

 

Nadie dijo nada, pues con eso quedaba demostrado que Kuroko no quería que nadie se acercara al tigre, era obvio… hasta para los clientes de la mesa adjunta fue obvio, incluso la mesera se apartó un poco de aquel lugar. ¿Por qué Kuroko dictaminó eso? Sinceramente, Midorima y Takao no quería saber, aunque lo sospechaban. Kise, Aomine, Murasakibara llegaban con ese orden exacto para armar la mesa solicitada, aunque cuando el espacio faltó unieron una mesa más y se ubicaron al fondo del local. Kise trataba de acercarse a Kuroko con insistencia pero el otro ni caso le hacía, ocasionando la depresión momentánea del rubio. Después llamaba la atención de Aomine y así la tristeza momentánea de Kise se extinguía. El grandote del lugar comía dulces haciendo ruiditos con los empaques, Midorima le criticaba el defecto de dejar las envolturas por doquier, hasta ese punto todo iba de lo más normal. Aomine empezaba con sus comentarios de ser superior a todos, lo que iba causando el enfado de cierto miembro de Seirin. Y finalmente, como era tradición acababan pidiendo un pack grande de hamburguesas para competir para ver quién comía más rápido. Típico. Tigre y pantera se miraban retadores mientras tomaban la primera bocanada de aire antes de iniciar la extinción de aquellas inocentes hamburguesas. Kise, animado por la pelea, junto con Kazunari, iban a dar la señal para que empezaran. Tres… dos… uno…

 

 

-veo que ya están todos – esa voz detuvo la primera mordida que iban a dar – ¿se puede saber porque están armando escándalo en este lugar?

-era una competencia – habló Aomine con calma mirando a Kagami que frunciendo el ceño parecía querer mostrar colmillos  

-deberían sentarse – Midorima veía como Takao tomaba su lugar sin protesta, era inteligente. Kise de igual forma, pero eso podía considerarse buen juicio más que inteligencia. Ellos sabían el riesgo que corrían al contradecir a Akashi

-pero estábamos por empezar – se quejó Kagami mirando a Aomine con furia ante esa sonrisa socarrona y de un minuto a otro estaban de nuevo en esa pelea de miradas que…

-basta, no estamos aquí para esta clase de situaciones

-nunca supimos para que fuimos llamados en primer lugar – protestó Aomine

-¿y por qué yo estoy aquí?... y Takao – complementó Kagami. Par de idiotas que ni siquiera miraban como Akashi se había cruzado de brazos. ¡Mala señal! ¡Muy mala señal!

-Daiki, Taiga – advirtió y con solo eso los mencionados sintieron un escalofrío recorrerles, así que regresaron a sus posiciones… daba  miedo, mucho miedo en ocasiones – ¿necesariamente tenía que haber una razón especial para ver a los amigos? eso se llama socializar – culminó el recién llegado. Nadie protestó, tenía razón en parte

 

 

Bien, eso fue muy raro. La amistad no era una razón poderosa como para reunirlos a todos sin opción a protesta, pero lo valía, pues era divertido relacionarse entre todos. Lo primero fue, la competencia de comer hamburguesas entre aquellos dos grandotes rivales que parecían ardillas con las mejillas llenas, todos… aunque sonara raro, todos estuvieron de acuerdo en no cortar esa competencia, claro sin armar tanto escándalo. Takao y Kise hacían barras después de que el ánimo se les subió a la cabeza, mientras que un silencio se instauraba en los otros miembros. Murasakibara no hablaba, no le hacía falta porque entendía lo que Akashi estaba haciendo, solo bastaba con conocerlo un poco y conocer a otra persona también. Una pelea silente que ya se había estado dando  desde hace un tiempo ocasionaba la falta de protestas por el escándalo. Murasakibara no sabía por qué inicio eso, pero tampoco quería pasar pensado en ello, le daba flojera analizar el comportamiento de la sombra y el emperador

Con un dulce en la boca, el pelimorado optó por platicar un poco con Akashi para matar aquella tensión silente que le estaba dando escalofríos. Compartieron información valiosa entre ellos, pues siendo Murasakibara compañero del hermano de Kagami, interactuaba con el tigre por más tiempo del que alguna vez pensó hacerlo. La visita de hermanos siempre se hacía y con ello se dio cuenta del interés de Akashi por cierta persona, la verdad fue evidente por la insistencia para que soltara información, Himuro se lo explicó en detalle a la vez que prometía mantener el secreto. Esa persona que ganó el interés del antiguo capitán de todos, era la misma que ahora estaba atorándose con la comida al igual que cierto moreno que casi se derramaba la gaseosa encima. Normal si se metieron dos hamburguesas de un solo bocado solo por intentar tomar la delantera en esa competencia demasiado pareja. Divertido de cierta forma, peligroso de otra, podrían perder a dos futuras estrellas en el baloncesto.

Después de aquello, entre risas, tonterías y demás, se fueron al lugar más indicado para todos… una cancha de basquetbol donde organizándose bien, hicieron un cuatro contra cuatro, tres contra tres que terminó en un one vs one por parte de los dos felinos carnívoros que terminaban discutiendo por cualquier estupidez. Así eran esos dos y causó que dos personas en especial se juntaran a hablar… eso era más importante que la pelea silente de miradas competitivas

 

 

-Akashi-kun creo que tenemos un problema

-lo estoy viendo, Tetsuya – decían ambos mirando a Aomine y a Kagami discutir. Esos dos estaban cercándose demasiado. Claro con Aomine y sus bromitas que causaban las risas de todos daban la chispa perfecta para la dinamita de Kagami que lo enfrentaba sin miedo

-¡Mai-chan y una mierda! – gritó Kagami… ¿cuándo llegaron a ese tema? Pues no querían saber, lo importante era lo que ocurría en ese momento

-¡respétala! – el moreno se acercaba a Kagami y el otro le respondía dando un paso más

-¡no soy como tú!

-no hay nadie como yo – sonreía burlonamente y el pelirrojo se enfadaba más

-no me vengas con eso de el único que puede vencerte eres tú – bufaba Kagami agarrando la camiseta de Aomine y a su vez el moreno agarraba la suya. Pose furibunda, retadora, temible y cercana, demasiado cercana

-no me gusta lo que veo – decía Kuroko con una venita en su frente

-están muy cerca – hablaba Akashi sacando algo entre las cosas guardadas en su bolsa – y eso…

-afecta nuestro propósito – añadió Kuroko quien en silencio, como una sombra se acercaba a ese par, siendo seguido por el pelirrojo a su lado

 

 

Fue bastante rápido. Kuroko dio un golpe duro en las costillas de Kagami dejándolo sin aire. Akashi casi apuñala a Aomine con sus tijeras y todo terminó en un oscuro silencio que nadie se atrevía a romper. Eso fue riesgoso, demasiado riesgoso para la salud física de todos. Lo que significaba que la tarde amistosa se acabó y con ello también el partido. Discusiones, risas y ahora debían sentarse a descansar, beber agua, charlar en calma, mucha calma. No querían hacer enojar a ese par de individuos que… se parecían cuando el mal humor les llegaba

Los miembros de ese grupo, uno a uno empezaban a captar cierta tensión entre Kuroko y Akashi. El primero fue Midorima que percibió que si el uno se acercaba mucho a Kagami, el otro se enfadaba y buscaba alguna excusa para acercarse al tigre. Si ponías un poquito de atención eso se volvía contundente, extrañamente contundente. Akashi y Kuroko se peleaban con miradas sutiles, acciones sencillas y… ¿qué diablos pasaba allí? El peliverde quiso preguntar pero la respuesta salió sola y gracias a Kazunari. A veces el pelinegro servía de algo

 

 

-así que… ¿cuál es tu número favorito Kagami?

-¿a qué viene eso? – decía acomodándose la chaqueta, eran los últimos en el lugar

-vamos, dime, dime… ya sabes de lo que hablo – insistía el azabache, escondiendo esa sonrisilla pícara que salía a flote

-pues… ¿por qué quieres un número? – el tigre solo veía a los demás que empezaron reírse

-vamos Bakagami – bufaba Aomine atrayendo la atención de todos – suelta el número

-¿qué rayos quieren? – ladeó un poco su cabeza aunque su ceño estaba fruncido

-postura, postura – repetía Kise picándole las costillas a Kagami – vamos, habla

-están locos – hablaba el pelirrojo tomando agua

-solo di 69 y basta – se reía Aomine al ver a Kagami en esa pose desinteresada – te libras de todo

-¿qué tiene especial el 69? – todas las miradas se posaron en el pelirrojo de puntas oscuras en el cabello – ¿por qué me miran así?

-no es cierto – habló Kise acercándose al acosado tigre, la verdad pensaron que Kagami estaba simplemente fingiendo – ¿es en serio Kagamichi? No sabes que es… esa postura

-¿saber qué?

-en serio no sabe – susurró Aomine antes de empezar a reírse, contagiando a los demás, causando el leve rubor en las mejillas de Kagami y la impresión de dos personitas que en silencio observaban

-Murochin me explicó eso – habló Murasakibara viendo a Kagami – ¿quieres que te lo explique?

-¡hasta tú! – se quejaba Kagami al no entender lo dicho – demonios, ¿qué rayos tengo que saber con ese 69?

-yo le explico – Kazunari apartó a todos de aquel tigre. Acercándose al oído del pelirrojo sonrió divertido, su travesura empezaba allí. Kagami no replicó nada, se quedó bebiendo agua empezó a escuchar el susurro en su oído, pero fue un grave error. Bastaron diez segundos para que escupiera el líquido y sus mejillas tomaran un rojo intenso – así que entonces la pareja…

-¡ya no quiero saber! – se alteró alejándose de todos y cubriéndose los oídos

-no has escuchado del Kama Sutra – se reía Aomine persiguiendo al grandote de cejas partidas – vamos Kagami, somos hombres, es normal que…

-¡no quiero saber! – se quejó alejándose de los perseguidores que se aprovecharían de su inocencia – ¡ya no poder ver ese número nunca más!

 

 

Inocencia perdida sin remedio. La mayoría solo se reía de aquello, mucho más cuando los demás empezaron a perseguir a Kagami para convertirse en sensei oral en esos temas de índole sexual. Aunque claro, cuatro personas no siguieron con el juego de arruinar la ingenua mente del tigre de Seirin, quien corría por su vida cubriéndose los oídos. Midorima porque le parecía ridículo, Murasakibara porque no quería cansarse más y por último otras dos personas que con las miradas escondidas en sus flequillos de cabello distintivo, solo miraban al frente. Kuroko y Akashi tenían algo en común, ese algo estaba corriendo despavorido, ese algo… no era algo, sino alguien

 

 

-Kagami-kun es mío –

-Tetsuya, estas por completo equivocado – habló con calma, en voz baja solo para ellos dos – no es nada tuyo

-es mi luz, es mi compañero… es mi vinculo más fuerte ahora – Kuroko no mostró enfado o algo más. Su rostro estoico seguía igual pero apretaba los puños estando junto a su rival

-Aomine lo fue también, y nada pasó – Akashi sabía qué puntos golpear

-eso no viene al caso, Akashi-kun

-te demostraré que Taiga estará bajo mi dominio

-no lo acepto Akashi-kun – miró al otro con calma, seriedad, decisión – Kagami-kun será mío

-esto es guerra entonces – duras palabras que prosiguieron a miradas serenas pero intensas

 

 

La explicación era simple, dos personas estaban fascinadas por cada cosa que realizó el tigre de Seirin, el adversario que no sucumbió aunque las dificultades y las derrotas lo golpearan, el mismo que se levantó cada vez con más fuerza. Entonces las cosas se ponían interesantes. Kuroko y Akashi se declararon la guerra por nada menos que un tigre, un tigre que se encrespaba cuando un cachorro se le acercaba demasiado, pero al fin y al cabo sería siempre un tigre. Ambos se preguntaban cosas especiales. ¿Cómo seria rebelar la verdadera naturaleza de Kagami? ¿Aquella que es dominada por el salvajismo y el instinto? ¿Cómo sería ser poseído por alguien tan enormemente demencial en cada poro de su cuerpo? Quien lo descubriera primero, jamás lo dejaría ir, de eso estarían seguros… y por eso su rivalidad empezaba desde ese punto donde, chocando sus puños pactaron el inicio de la contienda

 

 

 

Notas finales:

Bueno, bueno, este era un pedido navideño, pero por alguna razón se convirtió en long fic... deus, mi inspiración que me traiciona en estos tiempos y que me abandona cuando se le da la maldita gana XD

No será algo largo, es más, solo habrán como tres o cuatro capítulos cortos y claro todo es una idea sencilla que culminará en una sola pareja. Así que ... ¡qué inicien las apuestas e hipótesis! XD

Si les gustó, de verdad me gustaría saberlo, ya que es uno de los pocos fics que salto a este fandom. Estos no son mis lugares de trabajo XD yo estoy más por KHR y Naruto, incluso en YOI XD

 

Les mando abrazos y besos~

Nos veremos~

PD: Intentaré acabar el fic antes de fin de año XD

PD2: Aún no escojo advertencias, así que si tienen sugerencias, bienvenidas sean 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).