Se encontraban los hijos de los villanos más despiadados en la entrada de la preparatoria por petición del nuevo Rey, quien les dijo que tenía una sorpresa a los cuatro, al escuchar la palabra "sorpresa" Evie, Jay y Carlos comenzaban a saltar de la emoción, Mal solo se puso curiosa, pero al parecer se les esfumó emoción al oír el plan de, su ahora, Rey.
"-Como el último día de la familia ustedes no tuvieron con quién estar, entonces decidí traer a sus familiares- comentaba contento el Rey
-Amm... ¿Si recuerdas que ya pasó el día de la familia, verdad, Ben?- comentó Evie
-Lo sé, pero de repente pensé que sería buena idea hacerles un día aparte para ustedes, ya que por la emoción de hacerlo, no pude esperar al siguiente año
-Bien, bien, ¿Y cuándo llegan esos familiares?- preguntó Jay confundido
-A las 3:00 de la tarde
-¡¿Qué?!- preguntaron los cuatro sorprendidos
-¡¿Vas a traer a familiares nuestros y nos avisas el mismo día en que vienen?!- preguntó Evie
-Sí... es que no sabía cómo reaccionarían si les decía antes, y quise ahorrarme la sorpresa
-Ben...-suspiraron derrotados"
Ahora estaban los 5 chicos en la entrada de la preparatoria, los 4 hijos de los villanos esperando a sus familiares, prácticamente esperaban a sus padres, tal vez les darían un reproche o discurso de la gran decepción que sentían al notar que habían preferido el bien, pero lo afrontarían con la misma valentía con la que había vivido 16 años de sus vidas en la isla.
-Carlos, eres el único con más de un familiar, ¿te gustaría que fuera alguien más en lugar de tu madre?- preguntó Evie
-No... Y sea quien sea, igual ya estoy preparado psicológicamente, ya sea mi mamá, mi primo, el tío Cecil... o hasta mi abuela...- contestó alzando a Chico en sus brazos que pedía ser cargado
-¿Tu abuela?- preguntó Evie
-Sí mi mamá es un demonio, mi abuela es el diablo mismo...-contestó nervioso abrazando a Chico
-Yo no diría que solo él tiene más de un familiar- intervino Ben
-¿Qué?- preguntaron todos confundidos
-Ah, ¡ahí viene el primero!- exclamó contento el Rey, todos miraron la limusina y vieron que en la puerta había una estampa de dos huesos cruzados
-Oh no...-murmuró Carlos
El conductor abrió la puerta de la limusina y dejó ver a un chico de 18 años con mohicano blanco con negro, el chofer estaba dispuesto a ayudarlo a bajar, pero el chico respondió con un manotazo
-No me toques, bajaré de la misma manera en que entré, sin ti- dijo fingiendo molestia, luego bajó y lo vieron con dulces en ambas manos, 2 regalices en la boca y otros dos en la mano izquierda, gomitas en forma de frutas en su mano derecha, y lunetas rellenando su boca; al ver a su primo pequeño, sonrió- ¡Carlos!
-Aahh... hola...-dijo fingiendo alegría, su primo se acercó como loco y al estar cerca de él, lazó los dulces a sus costados, haciendo que cayeran dos regaliz en el cabello de Jay y unas cuantas gomitas en el de Evie y el de Mal
-Creí que ya no te volvería a ver- dijo escupiendo unas cuantas lunetas en el rostro de Carlos
-Ah... pues al parecer te equivocaste, Diego- soltó sonriendo falsamente, nervioso -Vamos, antes no me recibías así
-No recuerdo haberte recibido felizmente alguna vez- dijo bajando al perrito
-¿Ah no? ¡Ven aquí!- dijo contento tomando a Carlos del cuello con un brazo y comenzando a frotar sus nudillos con la cabeza rizada del otro
-¡Argh! ¡No! ¡Diego, para!- pedía el menor
-Ay no sea chillón- dijo riendo, luego se lo llevó en esa misma posición- ¡Hey, Jaime, me llevas luego las maletas!- gritó al chofer antes de alejarse con Chico siguiéndolos mientras le ladraba a Diego
-Me pregunto quién será el siguiente...-dijo Mal de un modo sarcástico
-¡Ahí viene!- dijo Evie emocionada, de verdad quería ver a su mamá
La limusina llegó al frente de la escuela, solo que el familiar bajó del otro lado, entonces Evie supo qué quizás si se trataba de su madre, al ver la corona asomándose del auto, pero se sorprendió al ver que era una corona más pequeña, como una tiara, mejor dicho, luego salió una chica de cabello negro, facciones muy finas y serias, su cutis sin arruga alguna y piel tersa y ojos zafiro; siguiéndola, salió un chico de cabello negro, piel blanca como la nieve, facciones suaves pero masculinas y al final, ojos tan azules como el mar, Evie se acercó a ellos
-Hola, soy Evie- dijo sonriéndole a la chica- al parecer somos... amm...
-Primos- contestó la azabache- nuestras madres eran hermana de tu padre, me llamo Annie- contestó
-Y yo Alex
-Es un gusto, siempre quise tener una hermana, y aunque no tuve, estoy feliz de tener primos por lo menos, pasaremos una buena semana
-Eso espero- dijo Annie sin una sonrisa ni expresión alguna, después ella junto con Evie y Alex se retiraron a los dormitorios
-No se veían muy felices- dijo Mal después de un pequeño silencio
-¿Feliz? ¡Parecen robots!- soltó sorprendido Jay
-Eso no te incumbe- dijo Mal, Jay arqueo una ceja
Esperaron unos minutos y apareció otra limusina más, de ahí bajó un chico moreno de 20 años un poco más alto que Jay el cabello le llegaba un poco más abajo de las orejas, tenía un chaleco de cuero negro con detalles guinda, pantalón negro y botas; de no ser que ese chico tenía el cabello corto, hubieran apostado a que era una copia un poco más alta de Jay
-Jacob- dijo sonriendo y extendiendo su mano a su primo para chocar sus palmas en un saludo
-Jayden, hace siglos que no te veía- dijo el chico sonriendo
-Unos cuantos meses, no son nada, que sorpresa verte aquí, pensé que sería mi padre el que vendría- contestó devolviéndole el gesto
-Igual yo, hasta que dijo que fuera yo en su lugar, sabes lo que la tienda significa para él
-Es verdad, ven, te enseñaré mi cuarto
-Qué bien, de seguro hay mucho para "tomar"- dijo en un intento de ocultar la palabra "robar"
-Amm... Jacob, hace mucho que ya no "tomo" nada
-Bah, eso ya lo veremos, andando- ambos se retiraron y dejaron solos a Ben y Mal, entonces la chica miró a su novio
-Bueno... supongo que eran todos, ¿No? Vámonos
-Espera, Mal, aún falta uno más
-¿Quién? ¿Familiar de Evie, Carlos o Jay?
-De ninguno, es tuyo
-¿Mío?- preguntó, Ben asintió, luego Mal dejó salir una risa- Bennyboo- dijo soltando una risa sarcástica- ¿Sabes que yo no tenía a nadie más que a mi mamá?
-De hecho sí lo pensé al principio, pero luego investigué y descubrí que tienes un pariente, y uno cercano
-¿Un pariente?, ¿Quién?
-Ah, ahí viene- dijo al ver lo que parecía ser la última limusina
La puerta fue abierta por el chofer y lo primero que Mal vio fueron unas botas de combate de cuero, seguido de un pantalón entubado negro y cinturón plateado, luego se mostró una esbelta figura con chaqueta de cuero negra con detalles morados que lo hacían ver como si estuviera envuelto en fuego, pulseras con púas en cada mano y al final miró su rostro, no dudaba que era atractivo, su piel era igual de pálida que la suya, sus ojos eran de un intenso verde y su cabello era morado y algo largo que tenía que ser peinado hacia atrás, sinceramente, le dio una gran impresión a la chica.
Aquel muchacho caminó hacia Mal, el cuero de sus botas emitía un chillido y el tacón, aunque no muy alto, sonaba imponente. Revisó a la peli-morado de arriba abajo, sonrió engreído mostrando dientes blancos y parejos, pero lo extraño no era su blancura, eran sus caninos, los cuales eran más grandes de lo normal y Mal intentó fulminarlo con la mirada, aquella con la que hace meses había derrotado a su madre; el chico entendió y desvaneció su sonrisa y en cambio le sostuvo la mirada, una nueva competencia para Mal, ninguno cedía, pero Mal flaqueó y terminó retirando su vista de la del mayor, dejándola sorprendida.
-¿Qué fue eso?- murmuró casi para sí, pero aquel chico había logrado oírla, entonces soltó una nueva risa
-Entonces es cierto que lograste derrotar a Maléfica, debo reconocer que me diste buena batalla, pero necesitas más práctica- Mal parpadeó rápidamente y miró nuevamente al chico
-¿Cómo supiste que derroté a mi madre?
-Me lo contó Diablo... no pensé que fueses la primera en derrotar a nuestra madre, la verdad, ese quería ser yo- Mal lo miró sorprendida
-¿Nuestra?
-Así es- intervino Ben- Mal, este es tu hermano, Malfas- Mal miró a su hermano con sorpresa
-Lo sé, mamá es pésima para los nombres- soltó el chico rodando los ojos
-Bueno, seguro querrán estar solos para conocerse por todo este tiempo que no estuvieron juntos, yo regresaré a mis deberes- dijo Ben sonriendo, luego se retiró no sin antes darle un beso a su novia en la mejilla
-Es cierto que te has ablandado- dijo con burla
-Eso no te incumbe- contestó cruzándose de brazos
-Vaya, qué carácter, es lo único fuerte que te queda
-¿Cómo sé que en verdad eres mi hermano? Nunca te había visto en la isla
-Una larga historia
-Tenemos todo el día
-Bien, te lo contaré todo...