Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Un sueño de arrepentimiento por ami4alice

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bueno, bueno. Aquí un nuevo fic... no es el que quería, pero igual ame escribirlo <3

Este fic es para el aniversario que tengo con mi Yuuri (pachi <3) 

Es dedicado para ella por el aniversario. Espero te guste mi regalo <3

Como costumbre: KKM no me pertenece, si lo hiciera haría sufrir mucho a Yuuri.<3

nota: Lean el fic oyendo esta canción pa que se corten las venas como yo Y-Y 

https://www.youtube.com/watch?v=6VVuZabj-TY

¿Cómo podemos darnos cuenta de que hemos cometido un error en nuestras decisiones?

¿Cómo nos damos cuenta de que fue erróneo lo que hemos escogido?

¿Por las palabras que decimos?

¿Por las acciones que realizamos?

Esas preguntas fueron las que se tuvo que hacer un moreno cuando se percató de la decisión que había tomado.

Se equivocó. Se equivocó con lo que hizo, con lo que dije, pues decidió seguir siendo un cobarde, por esa razón estaba a punto de perderlo todo. Pero Shinou es compasivo y paciente con su sucesor. Por eso, antes de que todo estuviera perdido se metió un poco en el asunto. Para que Yuuri pudiera darse cuenta de lo que estaba haciendo.

Que estaba equivocado. Que estaba siendo un cobarde.

Que estaba huyendo de la decisión que ya hace tiempo había tomado, pero era un cobarde que seguía sin querer aceptarlo.

 

 

 

 

 

Era un día como cualquier otro, todos realizaban su tarea como de costumbre. Como siempre, nunca hacían falta las peleas entre la pareja real de pacto de sangre, como se acostumbraba, casi a la misma hora, se podían oír sus peleas. Wolfram era insistente y Yuuri continuaba huyendo del rubio. Ese día no era diferente a todos los demás. De nuevo ambos se encontraban en mitad del pasillo teniendo otra pelea sobre el compromiso.

-Vamos Wolfram, ya hemos tenido esta conversación…

-¿De qué estás hablando? ¡Cada vez que quiero hablar contigo del asunto siempre terminas cambiando de tema! ¡No hemos hablado nada sobre el asunto! –soltó con evidente molestia el rubio.

-Claro que no es así, simplemente he estado ocupado… -dijo el  moreno sin mirar fijamente al rubio.

-¡¿Y cuándo vas a tener tiempo?! –grito con fuerza el rubio en su enojo.

-Vamos Wolfram –el moreno intento calmar al otro, iba a tomar su brazo pero el contrario lo alejo con brusquedad, eso molesto al moreno -. No es para tanto Wolfram, es solo un compromiso –dijo sin muchas ganas y un suspiro.

-¿Solo un compromiso? ¿Eso es lo que piensas? –pregunto aliviando su expresión.

-Nosotros nos comprometimos por una diferencia de cultura, ¿Acaso es otra cosa? –dijo con cansancio, había perdido la cuenta de cuantas veces hablaban del asunto.

-¿De verdad piensas así? ¿Qué es solo un simple compromiso? –en respuesta tuvo más preguntas. Quiso mirar a Wolfram para contestar pero este miraba al suelo.

-No entiendo tu pregunta, un compromiso es solo un compromiso…-dijo encogiéndose de hombros.

-Ah…

-Vamos, olvidemos del asunto… Greta nos está esperando para comer, será mejor que nos apuremos… -comento intentando aliviar la tensión que tomo el ambiente.

Yuuri se acercó a tomar el brazo de Wolfram, pero este de nuevo lo rechazo con brusquedad. El rubio dio unos pasos hacia atrás antes de levantar su mirada para ver fijamente al moreno, su mirada estaba llena de furia ligada con tristeza.

-Si eso es lo que piensas… Entonces deseo no haberme comprometido contigo desde el comienzo… -dijo con la voz quebrada antes de girarse y darle la espalda a Yuuri.

-¡Wolfram! –Grito antes de quedar completamente solo en el pasillo -. ¿Qué le pasa? Bueno, ya más tarde hablare con él para arreglar el asunto… -soltó sin mucho interés para comenzar a caminar en dirección contrario a la que se había ido Wolfram.

El moreno camino por el pasillo hasta llegar al jardín donde pudo notar a la pequeña Greta jugar con una de las sirvientas. Rio al verla, pero detuvo su risa cuando cruzo miradas con la pequeña, esta se despidió de la otra chica y salió corriendo a los brazos de sus padre, quien la recibió gustoso cargándola con alegría.

-¡Yuuri! –pronunció su nombre junto a un par de risas -. ¿Dónde está Wolfram? ¿No comerá con nosotros? –pregunto con inocencia.

-Él… él no se siente bien, así que seremos solo nosotros dos… -dijo junto a un suspiro el moreno.

-¿De verdad? Yo quería que comiéramos los tres afuera… -dijo con un puchero.

-A ti de verdad que te gusta comer con los dos…

-¡Sí! Después de todo, tanto Yuuri como Wolfram son los padres de Greta –comento con una risa traviesa antes de que sus pies tocaran el suelo.

-Ambos somos tus padres… -dijo en un susurro el moreno. A veces se preguntaba sobre ese asunto.

Sin agregar más nada sobre el asunto comenzaron a caminar. Aunque solo fueran ellos dos la pequeña Greta quería comer afuera, le gustaba apreciar el ambiente mientras comía deliciosa comida junto a su padre, aunque le gustaba más si estaban los dos, pero por esa vez se conformaría con uno de ellos. Conversaron de cosas normales mientras comían bajo la sombra de un gran árbol y la suave brisa que pegaba en sus rostros.

-Este es un buen lugar… -dijo Yuuri mientras se estiraba en aquel mantel que estaba sobre la grama, ya habían terminado de almorzar y no quería regresar tan rápido al castillo.

-Yuuri, no te vayas a dormir, luego se enojaran contigo –comento con una risa Greta.

-Está bien, está bien, será solo por un momento, el ambiente me grita que duerma –comento acurrucándose en el lugar.

Mientras tenía los ojos cerrados pensó en la pelea que había tenido antes con Wolfram. Era una típica pelea, como las anteriores, pero no supo porque la mirada que le dedico Wolfram antes de marcharse le había dejado un mal sabor. Aun a esas alturas podía sentir un raro sentimiento en su pecho, como una fuerte opresión, pero quizás eso se debía a lo mucho que había comido. Sin darse cuenta el moreno se quedó completamente dormido.

Se dejó caer en los brazos de Morfeo. Tal vez un dulce sueño le haría olvidar aquella rara sensación en su pecho. Y no estaba tan lejos de la realidad.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-¡Yuuri! ¡Yuuri! –la dulce voz de su hija lo estaba despertando.

-¿Qué sucede Greta? –Pregunto soltando un suspiro, pero cuando termino de despertar y miro a la persona delante de él termino pegando un brinco del susto -. ¿Quién eres tú?

-¿Eh? ¿De qué estás hablando Yuuri? –pregunto la antes pequeña Greta.

Greta ahora se veía como una chica de trece años. Más alta, tenía el cabello más largos, los rasgos de una hermosa mujer se comenzaban a detallar aún más, no solo eso su cuerpo se estaba comenzando a definir. El vestido que llevaba le hacía notar su desarrollo cuerpo.

-¿Eh? –pero aquella voz que salía de ese cuerpo era la de Greta -. ¿Greta? –soltó con duda.

-¡Por supuesto que sí! –dijo con una risa sacudiendo su vestido y poniendo su espalda recta -. No has perdido esa costumbre de andar durmiendo en los bosques…

-¿Eh? ¿Durmiendo? –comento confuso mirando a su alrededor, notando que estaba recostado de un árbol -. ¿Cómo llegue aquí? –pregunto sin comprender.

-Uhm… Gwendal me ha mandado a buscarte, de nuevo te estas saltando el trabajo, serás regañado de nuevo –dijo con un tono travieso.

-¿Buscar? Pero… ¿Hace unos momentos no estábamos teniendo un almuerzo aquí? –pregunto mirando fijamente a Greta.

-¿Comiendo juntos? –soltó un tanto pensativa -. Yuuri ¿Te sientes bien? Nosotros no comemos aquí desde hace años… ¿Desde hace cuánto? ¡Ah! Ya recuerdo… desde que se rompió el compromiso.

-¿Qué sé que-? –dijo aún más confundido que antes.

-Yuuri, ¿De verdad qué te pasa? Estas raro… -comento Greta ahora mostrando ella una cara de confusión.

-¿Romper el compromiso? ¿Cuál compromiso? –pregunto con un toque de preocupación. Por alguna razón se daba una idea.

-Por supuesto que hablo del suyo. Yuuri, tú y Wolfram dejaron de estar comprometidos hace mucho tiempo –dijo con un toque de tristeza.

-¿Eh? Eso es imposible… -dijo levantándose de golpe -. Eso es imposible.

-¿Ahora vas a insistir con el asunto? –pregunto con seriedad la pequeña.

-¿Eh?

-Yuuri –la pequeña soltó un suspiro antes de comenzar a caminar, el moreno le siguió por reflejo -. Tú tomaste la decisión hace muchos años de dejarlo ir, es inútil que ahora quieras recuperarlo…

-¿Recuperarlo? –Comento antes de tomar a Greta por el brazo y detener su andar -. De verdad no comprendo lo que me estás diciendo…Tampoco comprendo porque tienes esta apariencia, hace unos minutos eras una niña… -dijo notándosele el toque de desesperación, no estaba entendiendo.

-Yuuri… -soltó Greta quedando unos minutos en silencio -. Realmente que esa siesta te afecto la cabeza… Lo único que diré será: es mejor que no planees arruinar la felicidad de Wolfram. Te perdone la decisión que tomaste en aquel entonces, pero si intentas lastimarlo ahora, no te lo perdonaré, no importa si eres mi padre…

La severidad que tenía el tono de voz de Greta le hizo comprender que no estaba bromeando con sus palabras, pero no dejaba de estar confundido. ¿La felicidad de Wolfram? ¿De qué estaba hablando? Más preguntas se hubiesen formulado en la cabeza del moreno si no fuera porque otra voz conocida llego a sus oídos.

-Majestad… -Conrad llegaba, viendo a los otros dos -. Han tardado así que me he preocupado –dijo con su típica sonrisa.

-Te lo dejo a ti Conrad, yo tengo una meriendo con Wolfram… -comento antes de marcharse corriendo. El castaño miro al menor unos minutos.

-Majestad, ¿Se encuentra bien?

-Conrad, ¿Qué está pasando? Greta ha dicho que el compromiso con Wolfram se ha terminado, ¿De qué está hablando? –pregunto, quizás su padrino le respondería, aunque la desesperación no le dejo notar las arrugas que ahora tenía en el rostro.

-Majestad… su compromiso con mi hermano se rompió hace muchos años atrás… -dijo sin entender el comportamiento de su rey.

-¿Eh? ¿Hace muchos años? –pregunto -. Conrad… ¿Qué año estamos?

-¿Eh? Por supuesto que en el 2020… ¿Por qué? –pregunto ahora siendo él el confundido.

-¿Eh? –dijo sin creérselo. Hasta hace unos minutos era apenas el 2013… ¿Cómo había terminado en ese tiempo?

-Majestad… así que al final le afecto la noticia…-dijo con preocupación.

-¿Noticia? –soltó mirando fijamente al otro.

-Um… sí, la noticia de que Wolfram se va a casar… -dijo con un poco de inseguridad.

-¡¿Qué?! –soltó evidentemente en shock.

¿Wolfram se iba a casar? Eso era imposible, ellos tenían… no, tanto Greta como Conrad le habían aclarado de su rompimiento, eso significaba solo una cosa… ¿Con quién se estaba casando Wolfram? ¿Se estaba casando con alguien más que con él? Era imposible… ¿O tal vez si?

-A nosotros también nos sorprendió, pero Yuki es un buen hombre… -dijo Conrad con una sonrisa en su rostro -. Y Wolfram parece realmente feliz con él…

-¿Eh?

Quedaba cada vez más en shock con cada noticia que le estaba dando el castaño. Pero la cosa que más le impacto fue escuchar el nombre y que su padrino se refiera a esa persona en masculino, entonces se estaba casando con un hombre… Con otro hombre que no era él. Continuó caminando junto al otro de regreso al castillo por reflejo mientras escuchaba el monologo de Conrad.

Gracias a ese monólogo fue que se enteró de todos esos años que no estaban en su cabeza, no era raro, él era aún un chico joven, no iba a recordar algo que no había vivido. Su compromiso se terminó rompiendo en el año que él se encontraba, con la partida de Wolfram de pacto de sangre. Wolfram termino regresando un año y medio después, como el actual señor del apellido Bielefeld, ahora era un noble. También se enteró de como Wolfram y ese tal Yuki se habían conocido.

Cuando pregunto sobre su propio estado descubrió lo desgraciado que se encontraba. Luego de que Wolfram se marchara, un año después se casó con una hermosa mujer, quién lo engaño y desapareció de su vida luego del divorcio. Ahora estaba completamente solo y simplemente se dedicaba al trabajo, en realidad se enteró el porqué se encontraba en aquel bosque. Cuando Wolfram dio la noticia de su casamiento, él se había levantado sin decir nada y se fue a las afueras del castillo.

Su vida había ido en pico, pero por lo que escucho de Conrad para Wolfram no había sido igual. Se había enamorado de ese tal Yuki y ahora se iban a casar. Yuki, un chico de cabello castaño que trabajaba en los establos de las tierras Bielefeld, ahí fue el punto de unión para que se conocieran. Llevaban juntos ya cinco años, así que habían tomado la decisión de casarse. Cinco años, casi los mismos años que él y Wolfram habían tenido estando comprometidos.

Terminaron llegando al castillo. Yuuri miró el lugar, se veía diferente a lo que él veía todos los días. Ya los edificios estaban algo viejos y otros habían sido remodelados. No tenían la misma servidumbre. Gwendal y Gunter se les notaba la vejez, todo era completamente diferente. ¿Así iba a ser su futuro? Desolado y con un sentimiento de arrepentimiento, pues eso fue lo que sintió en su pecho desde que piso pacto de sangre. Conrad se excusó, pues tenía asuntos que arreglar así que de nuevo se quedó completamente solo el moreno. En su camino por el pasillo logro encontrar un vidrió donde se veía su reflejo. Ahora se veía como un hombre de veintidós años, pero, lo que logro notar era que se veía apagado, como un hombre completamente acabado. ¿Por qué tenía esa apariencia tan patética?

Suspiro antes de rendirse, no iba a tener una respuesta a todo aquello. Continuó con su camino por el pasillo, sentía su garganta seca así que iría a la cocina por algo de beber, por alguna razón sintió un sabor amargo en su boca, aunque no reconoció que era ese sabor. Por tomar la decisión de caminar a la cocina fue que pudo verlo. Yuuri pudo reconocer a lo lejos a Wolfram. Estaba parado cerca de una columna, a un paso de entrar en el jardín. Se veía tan guapo ahí parado mirando al frente, quizás si no se hubiese quedado embobado mirándolo fuese notado que miraba Wolfram.

Una sonrisa, no, era mejor que eso, la expresión que se mostró en el rostro del rubio le hizo abrir los ojos con sorpresa. ¿Qué era aquella clase de expresión? Iba a llamarlo, esa expresión no se la había mostrado nunca a él, una llena de completa felicidad. Su llamado fue interrumpido cuando notó al otro estirar sus brazos hacía adelante, entonces vio una cabellera castaña que se acercaba al rubio.

Miro a aquel hombre quien abrazo con fuerza a Wolfram y este lo recibió gustoso. Hasta pudo ver como lo cargo girando antes de que los pies de Wolfram volvieran a tocar el piso, pero lo que menos le gusto de toda aquella escena fue lo que vino después. Besos, comenzaron a darse rápidos besos antes de separarse solo un poco, rieron juntos sin soltarse. Luego de unos minutos le llego a la mente la palabra de aquel sentimiento que estaba teniendo. Envidia. Yuuri Shibuya estaba teniendo envidia de aquella escena delante de él.

Porque él pudo tenerla, pero en esos momentos no era él quien la iba a tener. Sin siquiera tener ganas de continuar se giró en sus talones para regresar por el camino que había recorrido, tomaría otra ruta para llegar a la cocina, no quería seguir viendo aquella escena. La de dos amantes felices, la de dos amantes llenos de amor. La de la persona que en un tiempo pudo haber sido su amante.

Tardo más pero logro llegar a la cocina. Aunque hubiese querido pedir un poco de agua la gente se movía de un lado para otro tanto que ni oportunidad le daba de formular su petición, al parecer estaban arreglando todo para la boda. Sin más se resignó y fue él mismo por algo de beber. Al llegar al refrigerador lo abrió viendo una botella de vino, era lo único que había, quería algo para quitarse esa sed que le había dado, así que tomo una junto a un vaso. Con la botella y el vaso camino por el pasillo hasta llegar a una banca, al hacerlo vertió un poco de vino en el vaso y lo bebió de un solo sorbo.

Ahí descubrió el sabor amargo de su boca, era vino, aquel sabor fuerte en su boca había sido por el vino, ¿Había estado bebiendo vino? No lo recordaba, pero en ese momento no importaba, aun su garganta permanecía seca. Siguió bebiendo, más y más, y parecía no quedar satisfecho, su garganta parecía no dejar de estar seca. Cuando se vino a dar cuenta se había bebido toda la botella, en su impotencia de ya no tener más tiro la botella rompiéndose en pedazos no muy lejos de donde estaba.

-¡Yuuri! –una voz conocida llego a sus oídos pero no podía ver bien de quién se trataba -. ¿De nuevo te has puesto a beber? ¡Me prometiste que no lo harías!

Cuando tuvo la persona más cerca pudo notar que era Greta. Tenía una cara de preocupación y enojo ligados.

-¿Yo prometí algo como eso? –soltó mientras intentaba dejar de moverse de un lado a otro.

-¡Lo hiciste! Me prometiste que no lo harías. Sabes que el alcohol te pone violento… -dijo con suavidad la pequeña.

-¿Violento? ¿Yo? ¡Ha! –soltó riendo un largo rato sin parar.

-Yuuri… la última vez me levantaste la mano… -dijo con mucha tristeza en su voz.

-¿Eh? –y sus sentidos regresaron de golpe con aquellas palabras -. ¿Yo qué?

-Por eso me prometiste que no beberías de nuevo… -comento Greta notándosele como sus ojos se cristalizaban -. Yuuri, no bebas más…

-Yo…lo siento mucho… -se disculpó, aun no se podía creer que se fuese atrevido a levantarle la mano a Greta. ¿Qué clase de hombre era?

No entendía porque se encontraba ahí, él era un adolescente en un cuerpo de veintidós años, pero no era algo que pudiera decir. Lo único que pudo hacer fue pasar esos días encerrado en su cuarto, cada que salía de la habitación podía ver a todos preparar lo de la boda o a la pareja que se iba a casar teniendo un hermoso momento, cosa que no soportaba y solo le daban ganas de ir por más vino, pero no quería actuar de aquella manera. Ese no era él, no podía serlo, alguien que no podía controlar la bebida, que se enojaba con facilidad, que le había levantado la mano a su hija.

¿Qué clase de hombre se había transformado? Pero, no solo eso lo inquieto… ¿De verdad todo eso se debía a que había roto el compromiso? Al principio quiso atribuirlo todo a aquel hecho, se debía al compromiso, así que si no se casaba con Wolfram iba a terminar en desgracia ¿Eso era lo que le quería decir toda aquella situación? ¿Él no podía decidir por su propia cuenta con quién quería estar? No, aunque quisiera culpar todo a ese hecho Yuuri sabía la verdad. Cada que veía a Wolfram con aquel hombre Yuki lo sabía. Él tenía envidia, tenía celos, tenía arrepentimiento, él se había llevado a aquel final lleno de soledad y desgracia.

El construyo con sus decisiones aquel final del cual se estaba arrepintiendo. ¿Eso era lo que iba a sentir si rompía el compromiso con Wolfram? No, eso no era lo que más le preocupaba. Lo que más inquietaba al soberado de Shin Makoku era que se estaba dando cuenta de todas las expresiones, todos las sensaciones que se estaba perdiendo por haber tomado la decisión de aquel final. Cada que veía la sonrisa de Wolfram, cada que veía su risa, su mirada enamorada, su vergüenza, quería que fueran para él, pero cuando miraba mejor se podía dar cuenta que no eran para él, ya no lo serían más.

Paso los días evitando aquellas escenas de las cuales se sentía envidioso. Así que además de su despacho no iba a ningún otro lado. A pesar de estar preocupado, Conrad no hizo mucho por su rey, no podía hacerlo porque eso significaba ir en contra de la felicidad que ahora tenía su pequeño hermano. Nadie mejor que Conrad podía saber sobre aquella historia, por esa razón no podía hacerlo, no podía romper la felicidad que ahora tenía su pequeño hermano por la felicidad de su ahijado. Y más porque el castaño sabía que todo eso lo había provocado el mismo Yuuri.

Por pedido insistente de Greta termino yendo a la dichosa boda. Una boda en la que no quería estar, no quería ver a la persona que pudo amar y con la que pudo ser feliz casarse con otra persona, sobre todo con otro hombre. Pero su pequeña hija termino convenciéndolo de asistir, aunque horas después se arrepintió de haberlo hecho. El lugar estaba hermosamente decorado, pero eso no fue lo que más llamo su atención.

Ver a Wolfram vestido con aquel traje completamente blanco con detalles dorados, con un largo velo y un ramo de flores, lo dejo sin palabras. Aquella blancura de ropa hacía resaltar aún más sus ojos verdes, no solo eso, la mirada avergonzada y nerviosa que tenía en su rostro mientras caminaba por aquella alfombra que lo guiaba a su futuro esposo, era tan encantadora que el moreno no pudo dejar de verla. Una mirada que pudo haber sido dirigida solo a él.

Quiso llorar, pero no pudo hacerlo, no era el lugar para hacerlo. Esa era una celebración, todos estaban felices por los novios que ahora intercambiaban votos, votos que pudieron haber sido para él. Aquellas palabras, aquellas promesas, aquellas risas torpes, todas ellas pudieron ser para él, pero no lo eran. Y estar sentado en una silla mirando desde la distancia aquel evento le hizo darse cuenta de eso. Aquello ya no sería nunca para él.

El beso termino de destrozar su corazón. Un dulce beso unido a una oleada de aplausos. Ya no había esperanzas para él, era ya demasiado tarde. El Yuuri adolescente que residía en aquel cuerpo mayor quería escapar de ese lugar, ¿Debía vivir ese tipo de vida a partir de ese momento? No quería hacerlo, no quería continuar con aquella historia que pasaba frente a sus ojos como si se la estuvieran contando. Quería regresar, pero a pesar que lo intento en los días anteriores parecía completamente inútil, parecía como si algo le estuviera diciendo que esa era su vida y no podía escapar. A partir de ese momento tendría que aceptar aquella vida.

Después de la boda venía la fiesta. Todos estaban alrededor de los novios dándoles sus bendiciones a la pareja, Yuuri se encontraba a lo lejos mirando cuan feliz se veían los otros dos. Nunca creyó que vería aquella expresión en el rostro de Wolfram, después de todo a él le mostraba la mayoría de veces era un ceño fruncido, pero luego de unos minutos pensando, llego a descubrir que eso también era su culpa. Wolfram seguramente le hubiese mostrado aquellas expresiones si él le fuese dado una oportunidad, si tan siquiera Yuuri se fuese enfrentado a sus propios sentimientos.

De nuevo fue su hija quien lo convenció de acercarse, diciéndole cosas como que debí darle las  felicitaciones a Wolfram. A pesar de que él se dio cuenta de que su hija sabía de su sufrimiento le seguía insistiendo en ese tipo de cosas, quizás se estaba vengando por las cosas que el moreno había hecho. Yuuri mismo llego a pensar que hubiese hecho lo mismo si se encontrara en la misma situación. Se acercó a los novios, siempre creyó que Wolfram le miraría arrepentido, pero en vez de eso le regalo una sonrisa, como si le estuviera diciendo que todo con él había terminado.

-Felicidades Wolfram… -escucho a su hija decir con alegría.

-Muchas gracias Greta. Estoy feliz de recibir una felicitación de tu parte.

-Estaba asustado en realidad –la voz de Yuki llego a sus oídos, tenía una voz ronca -.No sabes lo que paso todas las noches, nervioso de que no le dieras tus felicitaciones –comento con una risa obteniendo un codazo de parte del rubio.

-¿De verdad? Eso sería imposible –comento con una corta risa, la pequeña le dio un codazo al moreno para que él hiciera lo mismo.

-Yo… -inicio bajo la mirada de los otros tres -. Felicidades –fue lo único que logro decir.

-Muchas gracias –escucho como respuesta de parte de Wolfram -. De verdad estoy agradecido por tus palabras.

La sonrisa que le dedico en aquel momento fue la sentencia de su amor. Ahí pudo ver como todo había terminado, aunque quisiera nunca iba a tener oportunidad de recuperar al rubio, si por un momento la idea cruzo por su mente. Era el final de la historia entre él y Wolfram. De pronto un mesero se acercó a su grupo ofreciendo un poco de vino.

-Oh no, por favor –escucho decir a Yuki -. No le ofrezca a mi esposo, él no puede beber…

-¿Eh? –soltaron al unísono Greta y Yuuri.

-Yuki… -dijo avergonzado Wolfram -. Habíamos acordado no decir nada todavía.

-Pero ¿Por qué no? Es una buena oportunidad para anunciarlo.

-¿De qué están hablando? –pregunto Greta llena de curiosidad.

-Pequeña princesa Greta, pronto tendrá un hermanito –dijo con alegría Yuki.

-¡Eh! –Soltó la pequeña antes de dar un par de brincos de alegría -. ¡No puede ser!

Yuuri quien miraba aquella escena delante de él no se lo podía creer. ¿Alguien podía detener aquel mal cuento? Era mentira, tenía que serlo, Wolfram iba a tener un hijo, un hijo con otro hombre. Por alguna razón aquello lo destruyó por completo. No era solo eso, la felicidad que se les veía por tal noticia, parecía como sí su existencia no importara en ese momento. Cuando Wolfram se giró a verlo no pudo más con todo aquello.

Sin pronunciar ni una palabra se giró para sin pensarlo dos veces irse corriendo de aquel lugar. No quería seguir observando, no quería seguir viendo aquel escenario delante de sus ojos. No quería ver todo lo que pudo haber tenido y que no tuvo el valor de aceptarlo. Pudo haber sido su boda, pudo haber sido su hijo, pudo haber sido su sonrisa, pudo haber sido sus votos, pudo haber sido su felicidad. No supo en que momento había ido al establo y tomo un caballo, cuando se percato estaba cabalgando bajo la fuerte lluvia que en mitad del camino comenzó a golpear su cara.

Lo único bueno de todo eso era que las gotas de lluvia tapaban las lágrimas que comenzaban a caer por sus mejillas. En un punto de aquel oscuro camino que recorría había comenzado a gritar con fuerza, quería sacar todos sus sentimientos. Su frustración, su tristeza, su irá, su envidia, su remordimiento. Quería sacar la frustración de ver la horrible vida que estaba llevando, quería sacar la tristeza que todo aquello le causaba, quería quitarse la irá que tenía por haber sido un idiota, quería dejar ir la envidia que aquel escenario le daba, él quería ser el que diera los votos con Wolfram, quería eliminar su remordimiento por no haberse dado cuenta a tiempo de su estupidez.

Fuertes gritos que dejaba salir los cuales eran acallados por la fuerte tormenta. No quería aquello, no quería vivir esa clase de vida, quería regresar, quería de nuevo regresar a aquel tiempo que él recordaba, quería regresar a su adolescencia. ¿Cómo podía hacer para regresar? Esa no era su vida, no, Yuuri Shibuya no deseaba esa clase de destino para él. Quería regresar y corregir todo lo que había hecho, quería buscar el perdón de Wolfram y decirle lo que verdaderamente sentía.

Escucho un fuerte ruido y cuando se vino a dar cuenta su caballo perdió el control del camino, se deslizo e intentando recuperar el control termino saliendo de aquel asiento. Cuando se dio cuenta del ambiente se dio cuenta de que era un risco, vaya manera de acabar con su vida. Cerró los ojos para sin más aceptar el final de su historia, era el final de aquella historia.

 

 

 

 

 

 

 

 

-¡Yuuri! ¡Yuuri! –despertó de golpe al oír la voz de su hija -. Yuuri ¿Estas bien?

Era su hija, la pequeña Greta, la niña. Al verla pudo darse cuenta que había regresado. Se levantó de golpe sintiendo como algo húmedo caía por sus mejillas, estaba llorando. ¿Todo aquello había sido un sueño? Ta vez…

-Lo siento Greta, tengo algo importante que hacer –dijo terminando de levantarse y sin ninguna duda regresar al castillo.

Mientras caminaba se pasó el brazo por el rostro para detener sus lágrimas pero parecían estas estar en contra de su decisión. Camino por una parte del castillo es busca de Wolfram para poder disculparse, pero no lo encontró por ningún lado, termino encontrándose con Conrad en su búsqueda quien le vio preocupado cuando notó la cara que tenía.

-Majestad ¿Esta bien? –no dudo en preguntar siguiéndole, pues no detuvo su andar.

-¿Dónde está Wolfram? –no contesto sino que hizo otra pregunta.

-¿Wolfram? Él… bueno, lo último que supe era que había decidido regresar a las tierras Bielefeld.

Al escuchar aquellas palabras se detuvo en seco. Ahí estaba, como el Conrad del futuro le había dicho, si no detenía a Wolfram su rompimiento era seguro. No quería aquella clase de vida llena de arrepentimientos. Sin más acelero su paso sin dar explicaciones buscando con más desesperación a Wolfram.

Termino encontrándolo en su vieja habitación junto a un par de maletas. Así que eso había pasado, aquel sueño que había tenido era sobre su propio futuro, había tomado, lo más seguro, la decisión de no seguir a Wolfram, eso es lo que había causado su rompimiento. Soltó una risa antes de entrar en la habitación sin siquiera esperar respuesta de parte del otro. Tomo las cosas que estaba comenzando a acomodar en una maleta y las tiro en la cama.

-¿Qué es lo que estás haciendo? –escucho decir a Wolfram.

-No dejare que te vayas –sentenció sin ninguna duda tomando al otro de la muñeca.

-¿Qué? ¡¿Quién te crees que eres?! Primero me dices que no es importante y ahora ¡¿Me obligaras a quedarme?! –dijo Wolfram enojado intentando soltarse.

-Yo…

-¡Sueltamente ahora mismo!

-Wolfram, yo…

-¡Te dije que me sueltes!

-¡¡No lo haré porque soy tu prometido!! –Wolfram detuvo el forcejeo cuando escucho aquellas palabras. Yuuri jamás se llamaba a sí mismo su prometido.

-¿Qué pasa? –pregunto ya más calmado.

-Wolfram, yo… lo siento… -y las lágrimas que se habían detenido antes comenzaban de nuevo a caer por sus mejillas -. Lo lamento, de verdad lamento todo, por favor perdóname.

Era extraño, Wolfram no lograba comprender esa situación. Él siempre terminaba perdonando a Yuuri, con solo una sonrisa le perdonaba, pero esa vez estaba siendo diferente. Era la primera vez que el moreno se ponía a llorar al pedirle perdón.

-¿De qué estás hablando?

-Wolfram, lo siento, por favor perdóname por todo lo que he hecho… -comenzó a hablar antes de llevar la mano ajena a su propio rostro -. Lamento todo lo que te he dicho, Wolfram, yo quiero casarme contigo. Por favor se mi esposo.

Yuuri creyó que tendría una respuesta de inmediato, pero el silencio los invadió a ambos, el moreno no tenía el valor de verlo fijamente. Al cabo de unos minutos se decidió a levantar la vista viendo a Wolfram. Yuuri se sintió regocijado, Wolfram le estaba sonriendo, le estaba sonriendo de aquella manera como en su sueño se lo hacía al desconocido, aunque luego de unos minutos pudo ver como también comenzaba a llorar.

Ahora serían suyas, todo y cada uno serían suyos. Sus sonrisas, sus risas, su felicidad. Cada una de aquellas cosas que en su sueño ya no le pertenecían ahora serían para siempre solo suyas.

No se equivocaría esta vez. Esta vez no sería un cobarde y las tomaría todas.

No huiría de su felicidad.

 

 

 

 

 

 

 

Era otro día común en Shin Makoku, como de costumbre todos realizaban sus tareas con entusiasmo. Como todos los días se podían escuchar las peleas entre la pareja real, era algo cotidiano para todos, no había día en que ambos no se encontraran en una discusión. Y ese día no era para nada la excepción.

-Wolfram ya hemos hablado del asunto.

-¡Claro que no! ¡Yo no estoy de acuerdo!

-No hablemos más de eso, ahora estoy ocupado… -dijo el moreno en un suspiro.

-¡Siempre me dices lo mismo!

A lo lejos se encontraban las sirvientas escuchando aquella discusión, aunque pudieron notar como la pequeña Greta llegaba de uno de los dos lados. Tal vez ella podría detener la pelea de la pareja real.

-¿Por qué pelean esta vez? –pregunto con curiosidad la pequeña Greta.

-No, no estamos teniendo una pelea –dijeron al unísono Yuuri y Wolfram.

-¿De verdad?

-Por supuesto, después de todo hemos decidido que lo mejor es el decorado de puntos… -dijo Yuuri con seguridad.

-¿Eh? ¡Claro que no! Yo no quiero ese horrible diseño. Ya te había dicho que yo quiero el de flores –dijo Wolfram con molestia.

-¡Pero es mejor el de puntos! –soltó el moreno antes de comenzar a caminar.

-No, es horrible –continuó Wolfram también comenzando a caminar. De manera completamente normal ambos se tomaron de la mano mientras iban caminando.

-Pero a mí me gusta, siempre terminamos escogiendo el tuyo… -se quejó el moreno en un suspiro.

-Porque siempre escoges cosas raras –sentenció Wolfram sin ninguna duda.

La pequeña Greta que los seguía unos pasos atrás los observaba soltando un par de suspiro de vez en vez. Era cierto que ahora era oficial su compromiso, no solo eso, la fecha de la boda ya estaba pautada, ahora se encontraban en la planificación de esta, pero parecía que ninguno de los dos podía dejar la costumbre de pelear.

-A veces las costumbres son difíciles de quitar… -Soltó la pequeña Greta antes de correr junto a los otros dos para ir de la mano los tres.

Como siempre, la pareja real seguía teniendo sus peleas, aunque la mayoría era como en ese caso, sin sentido. Aunque para la sorpresa de todos en pacto de sangre, su rey termino siendo alguien posesivo y celoso, ahora los papeles se encontraban invertidos y era Yuuri el que se enojaba por supuestas infidelidades de Wolfram. Aunque a pesar de todo, cada persona en pacto de sangre sabía que los dos solo tenían ojos para él otro.

Se podía evidenciar en sus miradas, en sus gestos, en sus acciones.

Se podía notar en cualquier momento, lo felices que eran juntos.

Se podía ver el amor que ambos se profesaban y se seguirían profesando por el resto de sus vidas.

Porque también se podría saber por la noticia que descubrirían días después.

Notas finales:

¿Qué tal les parecio? Yo lo ame mucho <3

Aunque me dio cosita escribir como Wolfram era feliz con alguien más.

¡Pachi! ¡Feliz aniversario! (aunque es mañana xp) 

¡Nos veremos en otro fic! <3

Muchas gracias por sus comentarios <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).