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SÍ, SOMOS PADRES por The_dark_Duchess

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Notas del capitulo:

Buenas noches! :D

Miles de gracias a todas las hermosas y sexys personitas que comentaron el capítulo pasado ;D montones de besos y abrazos.

Aún es martes aquí, jajaja las 11:41 pm D: ya me debo ir a dormir uwú

 

Al capi de hoy:

Para no oxidarme más en esto del lemon (estoy oxidada alv), hoy les traigo un par de lemons xD hahaha :'v y disculpen x lo q van a leer luego :'V ... sinceramente, una cosa llevó a la otra y pos... XD

¡Hay una pareja invitada!: JOHNLOCK (con su bebé!!! que resultó ser niña y no niño como ellos y todo el fandom creía :'v) sí, el detective y el doctor vuelven a aparecer, aunq esta vez con pequeñas participaciones ;3 la imagen se abre pestaña aparte.

 

 

Sin más exordios, nos vemos abajo si desean ver imágenes :u

Capítulo 17:

 

 

Party

 

 

***.***.***

 

(6/7 meses después)

 

 

En la casa de los Donquixote, tres de los integrantes mayores estaban haciendo pilates en el jardín; según los instructores en línea que Doflamingo había comprado por exigencia de Crocodile, la mejor manera de practicar el pilate y el yoga era hacerlo al aire libre. Tanto Crocodile como Rosinante se sentían muy culpables por todo lo que ‘tragaron’ en la fiesta de inauguración de la pasarela que Doflamingo había organizado una semana atrás. Luffy, que también había asistido, ni siquiera chistó y mucho menos se arrepintió de todos los bocaditos que ingirió. Ahora el menor era obligado a ejercitarse junto a Rosinante y Crocodile.

 

Kazuhiko gateaba sonriente a toda velocidad por el pasto sin una dirección definida mientras que Hana permanecía quieta observando a su progenitor elevar las piernas con respiraciones pausadas. Luffy hizo una arañita con su cuerpo, esbozando una gran sonrisa para divertir a su bebé sin intenciones de presumir su majestuosa elasticidad.

 

—¡Miren, los señores con las cámaras! —avisó el menor de los azabaches señalando a la entrada de la casa

—¡Esos idiotas nunca se cansan! ¡Les encanta el agua hervida! —farfulló Sir Crocodile entre dientes

 

Kazuhiko fue rápidamente atraído por las luces de las fotografías que tomaban varios paparazzis; desgraciadamente, la moda de la farándula eran la nueva hija del famoso Doflamingo y su nieto, ambos de nacidos de hombres fértiles; por lo que era imposible despistar esos nacimientos del ojo público. Hana rodó sobre su pancita y empezó a gatear en dirección de los fotógrafos, siendo seguida muy de cerca por su sobrino. Curioso que sean tía y sobrino teniendo casi el mismo tiempo de nacidos.

 

Rosinante, absolutamente derretido por esos dos bebés, corrió detrás mientras posaba glamurosamente para las fotos, luego los cargó a ambos para acercarse un par de metros a los entrometidos.

 

—¡Señor Rosinante! —clamó una— ¡acerque a los bebés un poco más!

—¿De qué revista eres?

—¡De Hola!!

 

Hump, una de las revistas que cubría el glamour de la realeza europea.

 

—Me das la portada con estos dos bebés y contesto todas las preguntas que quieras

 

Un barullo abrumador de ofertas similares al pedido del rubio empezaron a llover sin descanso, fue Crocodile quien los espantó con su sola mueca de tener pocos amigos, algunos paparazzis habían vivido la mala experiencia de aquella vez.

 

—¡Deja de ofrecer a mi hija como si fuera tuya! —regañó el azabache— y ustedes, deberían irse antes de que llame a la policía

 

Luffy se dedicaba a reír divertido por lo fácilmente irritable que se había vuelto Crocodile cuando se trataba de proteger a Hana. La bebé, por mucho que le cueste, ya se había acostumbrado a los flashes e inclusive sonreía cuando le hacían muecas; su azabache padre llevaba martirizado por ello, su hija había sacado una vena muy fuerte de los Donquixote, y estaba más que seguro que con Doflamingo y Rosinante, al final terminaría adorando ese mundo.

 

Law llamó a Luffy desde dentro de la casa, el menor corrió hasta donde estaba su bebé y disculpándose con los paparazzis se lo llevó, su camino fue acompañado de una abrumadora cantidad de flashes.

 

—¡Torao, volviste! ¿Por qué ya no entras por la puerta principal?

—Porque siempre está llena de entrometidos, seguro que si intento pasar por ahí tendría que responder a todas sus preguntas

 

El bebé le extendió los brazos a Law con una seria expresión, Luffy se lo pasó entre sonrisas.

 

—Torao, deberías sonreír más seguido

—¿Por qué? —inquirió sosteniendo a Kazuhiko y acariciando la pequeña manita

—Porque Kazuhiko intenta imitarte todo el tiempo ¡míralo ahora! Está tan serio como tú

 

Otro dato curioso era que Luffy había aprendido rápidamente el nombre de su bebé sin confusiones ni todo el asunto de deformarlo para su conveniencia, según Rosinante eso era instinto.

 

—Eso quiere decir que será un excelente médico

 

Luffy hizo un puchero agotado, a veces la terquedad de Law lo desconcertaba.

 

Al minuto, Rosinante entró a la casa con Hana en brazos poco antes de cerrar la puerta enorme de madera, dejando a Crocodile afuera y su malhumorada esencia para los fotógrafos.

 

—¿Y Cocodrilo? —preguntó Luffy un poco preocupado

—Se quedó con los paparazzis —sonrió torcidamente para hacer reír a los dos bebés— Law ¡préstame a Kazu-kun por esta tarde!

—¿Y eso por qué Cora-san?

—¿No puedo sacar a pasear a mi ahijado y mi sobrina? —se acercó a su sobrino con picardía— tendrán libre la casa, tú y Luffy podrán hacer cosas deliciosas ¿qué tal?

 

Law no lo golpeó nada más porque el rubio tenía a Hana en brazos, porque ganas no le faltaban.

 

—Rosi-chan ¿vas a llevar a los bebés a comer carne? —dijo Luffy con entusiasmo

—No precisamente… solo pasearemos por el parque, tú mejor quédate

 

En realidad, Rosinante estaba que se moría de ansiedad por llevar a los bebés con los entrevistadores, una oportunidad así no se le presentaba a menudo.

 

—Esta bien, pero al menos a mi hijo lo quiero de vuelta antes del anochecer —condicionó el ojeroso

—De eso no dudes —tomó a Kazuhiko en su otro brazo y literalmente corrió para salir por una de las dos puertas traseras de la casa.

 

Law se acercó a Luffy con calma y le acarició un mechón de cabello azabache.

 

—¿Torao?

—Estamos solos en casa

—Eso no es cierto, Cocodrilo está afuera en el jardín

—Pero puede esperar

—¿Esperar qué?

 

Un suave beso seductor apresó los labios sonrosados de Luffy, quien un poco absorto, atinó a acurrucarse en los brazos del mayor.

 

—Torao tú…

—¿No tienes ganas?

—Sí tengo pero…

 

Uno de los tatuados dedos de Law lo acallaron y con una traviesa sonrisa, lo elevó, instando al menor a enroscar sus piernas en sus caderas. Luffy ya no tuvo ganas de protestar y en vez de eso, decidió seguirle la corriente a su pareja.

Definitivamente, iba a ser una tarde muy agitada.

 

Dos días después, Hola! presentaba su portada con un sonriente Rosinante que resplandecía en júbilo cargando a Hana y a Kazuhiko, también sonrientes. Ni qué decir de las fotos del artículo interno; a Crocodile casi le da un infarto.

 

 

 

 

 

***.***.***

 

 

—A ver… pequeños, vengan con el tío Ussop —decía el joven de nariz larga con los brazos extendidos en una visita a la casa de los Roronoa-Vinsmoke, les había llevado regalos a los bebés. No eran los primeros que visitaba, había ido a visitar también al bebé de Luffy varias veces.

 

Sanji estaba en la cocina preparando la cena para cuando llegara Zoro. Literalmente, el rubio había quedado en descanso para cuidar de sus hijos, más que nada fue una necesidad y exigencia por parte del peli verde.

 

Ussop observó un comportamiento bastante peculiar que diferenciaba a los bebés mientras gateaban hacia él.

 

—¡Oe, Sanji! Muahahahaha ¡Zoro va a estar orgulloso!

—¿De qué? —inquirió desde la cocina, el rubio, una vez escuchó a la visita exclamar

—Parece que uno de los gemelos le ha sacado el sentido de orientación ¡genial!

—¿¡QUÉ!?

 

Sanji corrió hacia la sala, alarmado.

 

 

 

 

—No entiendo por qué estás haciendo esto, cejillas

 

Esa misma noche, Sanji había formado a los bebés a unos metros de Zoro, quien estaba sentado en el sillón principal con los brazos cruzados y una mueca inquisitiva.

 

—Ahora vas a ver, necesito estar seguro de esto

—Te ves nervioso ¿sucede algo con mis mini cejitas de sushi?

—¡No los llames así! —Sanji martilló a su pareja con la mirada y un sonrojo del color del tomate pintando su cara

—¿Por qué? Tú les dices “mis alguitas” y no te digo nada

—¡Es porque les heredaste tu cabeza de musgo!

—¡Y tú tus cejas de diana!

 

Antes de ponerse a discutir por los atributos que los gemelos habían heredado de ambos, Sanji recordó el que quería descartar… o comprobar uno.

 

—¡Bueno! Ese no es el punto —se cruzó de brazos— quiero que veas algo y saques tus conclusiones

 

El rubio corrió y cayó sentado a un cojín del peli verde, abriendo los brazos en un claro ademán de llamado para sus bebés.

 

—A ver Reizei y Michiko, vengan con su papa…

—¿Por qué pronuncias “papá” así?

—Es francés, marimo, mis hijos serán plurilingües antes de los cinco años; ahora observa

 

Los dos gemelos al principio observaron con un deje de curiosidad a su rubio ‘papa’ y entre sonrisas comenzaron a gatear en su dirección; o al menos uno de ellos. Sanji se desvivía en aclamaciones para lograr que los gemelos gatearan juntos hacia él, pero aparentemente, solo Reizei tenía bien definido qué dirección tomar; Michiko se iba en diagonal sin intenciones, cuando su hermano llegó donde Sanji, ella estaba en la esquina más próxima junto a la lámpara y empezó a llorar.

 

—¡Michiko mi hermosa mellorine! ¡Veeeeen linda! ¡Veeeen con tu papounet!

 

La bebé comenzó a gatear en dirección del rubio, pero nuevamente se desvió hasta la otra esquina.

 

—¿Ahora ves marimo? —le reclamó indignado

—¿Qué cosa? —Zoro fue a cargar a la bebé y de inmediato dejó de llorar, arrullándose en los brazos de su peli verde padre

—¡Eso! ¡Mi hermosa hija no puede ni gatear en línea recta! ¡Es claramente tu culpa!

—¿Y por qué la mía?

—¿Serás hipócrita? ¡De quién entonces va a heredar la habilidad de perderse hasta en la sala!

 

Zoro alzó a su hija frente de él y la examinó con curiosidad.

 

—No me molesta que haya heredado eso

—¿¡Qué!? ¿Y qué tal si se pierde camino a la escuela? Muchas cosas pueden pasarle, aún no puedo creer que hayas llegado hasta esta edad

—Aprenderá a vivir con eso, le creará un instinto de supervivencia más agudo —aseguró Zoro— te angustias por cualquier cosa, cejillas

 

Sanji expulsó aire, un poco más calmado pero no menos preocupado mientras Reizei se dormía en sus brazos y bostezaba de rato en rato.

 

—Se están durmiendo, mejor los llevamos a su habitación —sugirió el rubio meciendo al bebé en sus brazos— shushushu… papounet te llevará a tu cuña pequeño

—Si a ti te van a decir ‘papounet’ a mí me dirán mom padre

—No, te dirán mes vieux, me encargaré de que sea así

—¿Serías capaz?

—Pruébame

 

Una vez recostaron a los gemelos en sus cunas, Zoro lo tomó por la cintura y lo apegó a sí con fuerza.

 

—Que te parece si en serio te pruebo

 

El rubio tragó saliva con un brillo peculiar en sus ojos mientras se acercaba con los labios semi abiertos; Zoro lo asió entre sus caderas y con sorprendente firmeza lo llevó escaleras abajo.

 

—¿Por qué no en nuestra habitación? —reclamó Sanji entre caricias

—Porque podríamos despertarlos

 

Sanji asintió obediente y se sentó sobre las caderas de Zoro cuando éste se dejó caer sobre uno de los sofás, hacía muchas noches que no podían consumarse porque siempre estaban los bebés despertándose e interrumpiendo antes de empezar, pero esta vez parecía que tendrían tiempo para un par de rondas.

 

Con brusquedad y apresuro, Sanji comenzó a desabrochar los botones de la camisa ceñida que siempre llevaba Zoro, debería prohibirle que salga de casa así, nunca falta alguna arpía aprovechada.

 

—Sanji no te desesperes —susurró Zoro entre suspiros ansiosos cuando los dedos del rubio se tropezaban con los botones de su prenda

—Es que hace tanto que no hemos…

—Jajaja sólo han sido cuatro días

 

El sonrojo del oji azul no se hizo esperar; entre molesto y orgulloso abandonó su labor para girar su rostro resentido e inflar levemente sus cachetes; el moreno enfocó la dirección del rostro de su pareja hacia él nuevamente y le plantó un beso cariñoso a la vez que le desabrochaba la camisa, para segundos después llenar con mimos de intensidad más fuerte su cuello y pecho, logrando que el rubio se curveara estirando la cabeza hacia atrás.

 

Entre suspiros y frases arrulladoras, el peli verde lo desnudó con la misma impaciencia -o más- con la que Sanji segundos antes lo hacía, éste último se dejaba hacer mientras jadeaba tortuosamente al sacudir sus caderas para tallarse con la despierta hombría del peli verde, aún apresada por sus pantalones.

Una vez Zoro tuvo a Sanji desnudo frente de él, se dedicó a delinear la firme línea que dividía sus músculos abdominales, gracias a su buena genética y el esfuerzo de gym diario, no solo había recuperado su figura anterior, sino que había tonificado más todo su cuerpo; el de piel canela repartió un camino de besos ruidosos por donde meses antes el oji azul había acogido a sus bebés, arranchándole desde lo más profundo de su garganta un gemido suspicaz, a lo que respondió con un gruñido gutural antes de clavarle sus dientes sobre el pálido hombro.

 

—Zoro… deja de torturarme…

 

Sanji adoraba cuando el peli verde lo consentía con cariñosas atenciones, pero resultaba a veces desesperante. Los largos dedos ya lubricados -siempre iba preparado para su pareja con un lubricante en el bolsillo- del moreno se entrometieron en su rosácea cavidad íntima y palpitaron el estrecho interior con lenta malicia, rebuscando el punto de clímax que ya se sabía de memoria; obteniendo como resultado que las uñas del rubio se apretaran contra los musculosos hombros.

Sin descaro, el oji azul remarcó más el movimiento de sus caderas para terminar con la inminente templanza del peli verde, incitándolo a liberar al fin su monstruosa erección; recio a dejarse vencer, los dígitos de Zoro presionaron con fuerza sobre la zona sensible de Sanji un par de veces, logrando que éste último se corriera por impulso.

 

—Mira lo poco que duraste hoy

—Ca… Cállate y apresúrate… ¿O no puedes…?

 

Se retaron con la mirada, como fieras en celo orgullosas que aún así se necesitaban insanamente; la pérfida carcajada gutural que manifestó Zoro puso los pelos de punta a Sanji, segundos antes altanero. El de piel acanelada finalmente liberó su entrepierna que casi hizo salivar la comisura del blanquiñoso; con un silencio solo roto por sus respiraciones, el rubio se preparó para la intromisión que no se hizo esperar, con una lentitud consentidora que se tornó en apresurados movimientos. Las caderas de Zoro cobraron vida propia al mecerse como si quisiera romper el suave cuerpo sobre él, apresando su cuello para besárselo mientras sus manos de roca afirmaban bien esas suaves caderas y así perderlo en el venerado paraíso.

 

Sanji no sabía si maldecir o gritar, estaba perdiendo la razón con cada estocada incesante que Zoro propinaba sin reparo, ahogándolo en una dulce y deliciosa tortura que deseaba fuera eterna. Los suspiros cariñosos a su oído hicieron derretir todas sus paredes mentales para entregarse rebosante de amor, siguiendo con cabalgatas inopinadas y por instinto las penetraciones, liberando corrientes de placer tóxico, adictivo que exudaba y comenzaba desde la gruesa erección en la que se clavaba.

 

—Demonios… Sanji… estás tan estrecho

 

Aunque hubiera querido responder, no hubiera podido, a duras penas de su garganta solo escapaban gemidos cargados de ansiedad y ensueño, enceguecido de calor sin cansancio, meció sus caderas aún afirmadas por el peli verde, y se dio la placentera gana de sondearlas como olas, haciendo maldecir a Zoro repetidas veces y darse el gusto de tenerlo enloqueciendo solo para él, como nunca nadie más podría verlo ya que el moreno siempre presentaba un semblante imperturbable frente a todos.

 

Cuando una cantidad abundante de esperma tibio llenó su interior, se besaron con tanta hambre que por un segundo creyeron que sus labios iban a hincharse —más… más Zoro… toda la noche…

 

—Hasta desfallecer

 

Zoro se curveó para tener al rubio bajo su yugo y sin perder el ritmo, empezó a penetrarlo bien y fijo, con estocadas duras y llenas de energía que obligaron a Sanji a morderse el dorso de la mano para no hacer un escándalo con su voz y evitar despertar a todo el barrio.

Pobre del sofá sobre el que desataban todo su amor y pasión.

 

 

 

 

***.***

 

(5-6 meses después)

 

 

 

 

—Ugh… Shanks…

 

Mihawk ya había olvidado que su pelirrojo tenía una lengua muy talentosa; casi habían pasado cuatro meses desde la última felación que experimentó; en ese momento se recostaba sobre  su despacho personal donde atendía a menudo los asuntos de negocios de la gerencia; sus impulsos más primitivos rugían por domarlo de los cabellos y guiarlo con bruscos movimientos, pero ver las sonrojadas mejillas de su pareja lo abrumaban de dulce compasión mientras enroscaba sus largos y pálidos dedos en esas hebras del color de las fresas.

Shanks disfrutaba de pura sensual vileza cuando su pareja batallaba en la delgada línea de tomarlo como un salvaje o como un caballero, en todo caso, sea como sea le gustaba descolocar a ese hombre tan correcto y serio.

 

Cuando el de ojos almendra logró su principal objetivo, el cual era lograr que se corriera en su boca, aún mirándole fijamente se tragó la blanquecina esencia mientras se relamía los labios— delicioso… —susurró jadeante, apoyándose en los muslos de Mihawk y meneando su trasero de manera coqueta, despegando furioso descontrol de los ojos color ámbar del azabache.

 

De un solo movimiento, Mihawk lo empotró contra su fino escritorio de madera oscura, de espaldas hacia él y le bajó los pantalones con insano descontrol.

 

—Mi… Mihi… estás siendo muy…

—¿Brusco? —liberó una gutural carcajada, erizando la piel del pelirrojo— tú te lo buscaste, abstente a las consecuencias

 

Shanks debía de ser masoquista o algo parecido, ya que la sola idea de que Mihawk le insinuara sus intenciones poco delicadas lo hacía saltar de la ansiedad— ah… ¿ya estás… tan duro? —inquirió con falsa inocencia cuando una dureza colosal se frotaba con su trasero.

 

—¿No es obvio, Shanks? —le dio un par de nalgadas con una de sus manos y la otra se embadurnaba con suficiente lubricante.

 

Sus dígitos lo penetraron sin consentimiento, haciendo temblar el cuerpo de Shanks bajo su yugo mientras intentaba suavizar la zona antes de penetrarlo; como pocas veces, esta vez no se tomó su dulce tiempo para torturarlo al buscar su zona sensible, simplemente preparó bien el lugar para su siguiente paso; el pelirrojo sacudía las caderas a propósito, a pesar de estar bajo merced del azabache, se arriesgaba a desafiarlo con una sonrisa pervertida.

 

—No tienes remedio…

—Ni tú querido

 

El de ojos almendra se mordió los labios cuando el oji miel lo penetró sin escrúpulos, aferrándose en el escritorio para no perder el equilibrio mientras que era embestido con fuerza; su desatendida erección le suplicaba a gritos internos un poco de piedad— Mihawk... ah… por favor…

 

De un gruñido dominante, el azabache sostuvo un lado de las caderas del pelirrojo con su mano izquierda y la derecha fue a atender esa escurriente y casi olvidada erección. Con oleadas de éxtasis recibido por ambos lados, a Shanks le empezaron a temblar las piernas de puro placer, Mihawk llegaba una y otra vez a ese lugar tan sensible que estaba seguro de que era un milagro si no salía loco de ello. Cuando se corrió bajo el escritorio, las manos pálidas apegaron más sus caderas a su erección y ralentizó sus estocadas para hacerlas más fuertes, obligando a Shanks a aferrarse con las uñas, rasguñando de vez en cuando la madera, dejándole unas marcas que probablemente nunca se borrarían; pero a ninguno de los dos le preocupaba ello.

 

Lo que sí inquietaba a ambos, era ser silenciosos; por más excitados que estuvieran, siempre guardaban una pizca de cordura enfocada en controlar el volumen de sus voces; aunque fuera la primera hora de la madrugada y sus hijos estuvieran bien dormidos, nunca faltaba la ocasión en que el desfortunio intentara fastidiarlos.

Mihawk la tenía un poco más simple, bastaba con morder uno de los hombros de Shanks para contenerse, con la tensión corporal y la nube de excitación envolviendo a éste, apenas y se percataba del dolor de la mordida; Shanks era el que se desvivía por morderse los labios o atragantarse entre sus jadeos, a veces simplemente no podía contener la voz, quería decirle cosas muy sucias a Mihawk pero recordaba que si intentaba articular algo siquiera, probablemente terminaría llenando la casa de mal portados gritos poco educados y morbosos.

 

El pelirrojo giró de soslayo el rostro, pidiéndole un beso que no le fue negado; ambos se devoraron como si no hubieran ingerido alimento alguno en días; apenas el azabache se corrió dentro, se despegaron solo para cambiar de posición, ahora ambos mirándose de frente y deseando continuar; Shanks abrió sus piernas y se sentó sobre el escritorio, encorvándose para facilitar el trabajo a Mihawk, quien con poca misericordia, lo besó al mismo tiempo que lo penetraba nuevamente, esta vez de manera más irregular y con la osadía de acariciar su cuerpo polvoreado de canela con toscas maniobras.

 

Se perdieron, durante mucho tiempo se perdieron en el bosque del placer, probablemente más tiempo del que era prudente.

 

 

*

 

 

 

A la mañana siguiente, Sellawk estaba preocupada y entusiasmada; Alastair oficialmente cumplía un año de nacido y Shanks decidió hacerle una pequeña reunión con otros niños contemporáneos a él, como se supone que es normal; y aunque Mihawk se manifestó reacio ante la iniciativa, no podía luchar versus su pareja y su hija. El pequeño de la casa apenas y enfatizaba sus gestos, si lo hubieran conocido bien, sabrían que al bebé no le gustarían las fiestas, pero como apenas y aprendía a hablar, pues aún el dominio de Shanks sobre sus cosas primaba, y bastante.

 

Solo que esa mañana el par de padres estaba muy mermado en energía, era de esperarse si se la pasaron disfrutando en el despacho hasta que estuvieron secos, metafóricamente por supuesto.

 

—¿¡Por qué no salen de su habitación!? —reclamaba furiosa la púber— ¡ESTOY QUE LOS LLAMO DESDE HACE SIGLOS! —volvió a golpear la puerta donde dormitaban sus progenitores— ¡Por si acaso, no quiero más hermanos por el momento! ¡Cierren la bendita fábrica!

 

De inmediato, fue Shanks quien abrió la puerta con horrorizada expresión.

 

—¡Sella! ¿Qué está insinuando tu inocente mentecilla?

—Por favor papi, tengo 12 años ¿en qué mundo vives? Sé cómo se hacen los bebés y sé que las parejas juntas los tienen cuando practican ‘ese ritual’ —argumentó la chica cruzando sus brazos

—Deberías dejar de ver esos programas o películas para señoritas de dieciocho, Sellawk, tú apenas tienes doce —esta vez fue Mihawk quién se sumó, apareciendo detrás de Shanks

—¿Enserio, papá? ¿Gossip Girl, Girl Boss, Mean Girls, Vampire Diary? Lo pueden ver hasta chicas de once ¡No puedes prohibirme crecer y desear ser una señorita! Estoy madurando

—¡Eres una niña! —refutó Shanks, incrédulo por el rumbo que había tomado esa conversación

—Ah… ¿Es porque aún no me viene el mes? So… solo se ha retrasado un poco, ya llegará

—No te va a venir hasta que tengas veinte —afirmó el azabache, ganándose una mosqueada cara por parte del pelirrojo

 

Por mucho que Mihawk deseara que su hija fuera una niña por el resto de su vida, no podría retrasar el flujo natural de la vida, pero soñar no costaba nada.

 

—Como sea, lo importante aquí es que los invitados van a llegar en una hora y hasta ahora he sido la única alistando los últimos detalles

 

Los padres se miraron alarmados e iniciaron la carrera por alistarse. Alastair desde hacía mucho rato que estaba despierto y jugando con un cubo de letras, con su semblante serio y concentrado en medio de la sala. Apenas y le había prestado atención a la colorida decoración de su casa.

Corriendo por aquí y allá, Shanks y Sellawk eran los que retocaban casi toda la casa e inclusive la piscina con globos y pelotas de plástico terapéutico.

 

El timbre sonó tiempo después, anunciando la llegada de los primeros invitados.

 

—Papi, llegó el primo Zoro

 

Bueno, Sellawk y Zoro eran primos, por obvias razones, por si las moscas.

Fue la chica quien abrió la puerta a la pareja, el peli verde llevaba dos regalos y el rubio tenía a ambos bebés en sus brazos.

 

—¡Llegan temprano! —saludó con una resplandeciente sonrisa antes de acercarse a hacerles mimos a los gemelos que observaban todo desde los brazos de Sanji

—Cejillas últimamente tiene un fetiche con la puntualidad

—Y tú con lo contrario

 

Con cuidado, dejaron a los gemelos en el centro de la sala, justo al lado del pequeño Dracule quien curioso, no prestó objeción alguna cuando los hermanos tomaron sus juguetes.

 

Los adultos se reunieron en los sofás para picar unos bocadillos de chocolate y conversar algunas cosas, en su mayoría compartir experiencias y consejos de crianza de niños. Hasta que de a pocos fueron llegando los bebés invitados, aunque al tener la mayoría ya un año de edad o a semanas de cumplirlo, tenían ya la potestad de poder ser llamados niños, pero básicamente se les seguiría diciendo bebés hasta los dos años de edad.

 

Habían pasado tres horas cuando ya casi todos los invitados habían llegado, no sólo eran la promoción de bebés contemporáneos que componían nuestros protagonistas; sino también algunas parejas del taller de preparación cuando tomaron las clases o niños compañeritos del piso donde antes vivían Shanks y Sellawk, también estaban los vecinos del nuevo gran barrio donde comenzaron a vivir poco antes de que naciera Alastair.  Las conversaciones eran múltiples y en varias direcciones; además, los pequeños oscilaban entre bebés de 8 meses a niños de 5 años que correteaban por la casa y se perseguían hasta el jardín,

 

—¿No piensan tener más bebés? —inquirió Luffy con una seria expresión a Shanks

—Lo dudo dahahaha… Con dos nos basta

—¡Yo quiero tener miles!

 

Law se atragantó con el boyo de naranja que se dispuso a comer.

 

—Ffuffuffuffu~ al parecer vas a tener que trabajar muy arduo Law, para mantener a tu gran futura familia —alentó con malicia el rubio de gafas

 

Pero recibió su merecido con un manotazo cuando Crocodile lo escuchó.

 

—No escupas al cielo, que como no controles esa serpiente que te cuelga entre las piernas, tú terminarás haciéndoles competencia

—Terminaremos Croco-chan~ recuerda que los bebés se hacen de a dos… ¡Auch! ¡Ya entendí mi amor, ya entendí! —suplicó cuando su azabache pareja lo chapó de las orejas

 

Zoro y Sanji vigilaban cautelosos a sus pequeños desde lejos, sobre todo a Michiko que tenía una peculiar habilidad para perderse sin querer. Ace y Sabo conversaban con otra pareja de padres muy animadamente.

 

El timbre de la puerta sonó repentinamente, quien fue a abrir fue Shanks entre animado y expectante; el que llegó fue un hombre delgado de cara maquillada y una gran sonrisa que vestía una túnica oscura y llevaba un gorro en copa del mismo color. Sólo al pelirrojo se le ocurrió contratar un mago para el show privado de los niños… aunque…

 

—¿Señor Bon Clay? ¡Yo solicité un payaso! —reclamó con los cachetes inflados

—¡Soy servicio múltiple! Si quiere me convierto en un payaso en menos de diez minutos

 

Fue Mihawk quien se acercó a ambos, sigilosamente.

 

—Shanks… ¿Trajiste un mago?

—¡Yo quería un payaso!

 

El azabache escaneó de pies a cabeza al tipo.

 

—No creo que a Alastair le guste los payasos —sugirió el oji miel

—¿Tú cómo sabes? ¡Yo los amaba cuando era niño!

—Y yo los detestaba

 

Shanks y Mihawk se miraron detenidamente hasta que el primero cedió.

—¡Está bien! Señor Bon Clay, quédese con su traje de mago

 

Cuando Mihawk asintió satisfecho y se retiró, Shanks se acercó disimuladamente al oído del ‘mago’.

 

—Haga una pequeña función con magia para los niños, y luego hace trucos de payaso —ordenó entusiasmado el pelirrojo

—Perfecto, no se preocupe, tengo mi ropa de payaso bajo la túnica negra

—Es usted un hombre talentoso

 

Cuando Bon Clay pasó disimuladamente por las columnas traseras, divisó a su viejo amigo Roronoa Zoro. “Joder” pensó angustiado, dudaba bastante que alguien dejara que un okama entretuviera a sus hijos, así que se pintarrajeó la cara con más polvo blanco y evitar ser descubierto.

 

Los niñitos fueron llamados al jardín para presenciar los trucos de magia, que dicho sea de paso estaban bastante entretenidos; Bon Clay tenía una extraña habilidad para cambiar de rostro efectivamente, con los que muchos niños tenían estrellas chispeando sus ojitos, inclusive Alastair observaba atentamente.

 

—Woooooow —Luffy husmeaba desde la ventana dentro de la casa, deseaba estar ahí afuera con los niños, pero la función era para los menores

—Luffy, deja de mirarlos tanto, Kazuhiko va a creer que lo estás vigilando

—¡Yo estoy mirando la función!

—Pues ya no tienes edad para eso

—Eso no es cierto, tú has dejado morir a tu niño interior

 

Law alzó una ceja acusatoria y sonrió de lado.

 

—O quizá tú dejas muy suelto tu niño interior

 

 

Bon Clay llevaba cerca de una hora con trucos de magia por todos lados y los niños aplaudían entusiasmados; y como había llegado el cambio de personaje, deshizo su túnica oscura junto a su sombrero antes de mostrar su ropaje de matices celestes y prefirió dejarse el cabello al natural, es decir, negro; para terminar, hizo ‘aparecer mágicamente’ una nariz color roja.

 

—Detesto los payasos, son… abominables —habló un pelinegro de ojos verde agua desde su posición cuando oteó el escenario del jardín

—Por favor Sherlock, esta no es tu fiesta, deja que Rosie se divierta

 

Eran la pareja conformada por el detective y el doctor blogger, habían sido invitados entre tantas parejas gracias a que John Watson había hecho buenas migas con Shanks en la fiesta de cumpleaños de los gemelos de Zoro y Sanji -y habían sido invitados ahí también porque John y Sanji se llevaban bien-. Como era costumbre, el azabache permanecía un poco estático y medio paranoico con ese asunto, ya que de por sí no gustaba de las celebraciones, todo lo hacía por su pequeña Rosie.

 

—Marimo, no puedo localizar a Michiko

—Está junto a Nyoko —se acercó por detrás del rubio y le señaló a la bebé que miraba con curiosidad al payaso; antes de besarle la mejilla aprovechando la posición

 

Sanji soltó la cortina que había arrimado para ver un rato a sus bebés y se giró con suavidad, sobando descaradamente su trasero con el monstruo dormido de Zoro que descansaba dentro de sus pantalones.

 

—No me provoques ahora, cejillas —aseguró con una media sonrisa— puede que no te guste mucho el resultado

—Creo que sería todo lo contrario —retó abrazando el cuello del peli verde

—Ahora no podemos, estamos en casa ajena

—Pero es una mansión muy moderna y llena de cuartos ocultos…

 

Unos cuantos extraños ruidos llamaron su atención, se asemejaban a jadeos suplicantes con secos golpeteos de quizá… un madero. Y tanto Zoro como Sanji sabían que esos sonidos no eran ninguna canción infantil.

Sanji se sonrojó suavemente mientras que Zoro husmeó en las tres puertas cercanas a ellos, no eran puertas grandes, más bien eran algo así como un mini ático, donde se deberían guardar utensilios de campo o jardín.

La tercera puerta develó algo inesperado y traumante para la pareja Roronoa-Vinsmoke.

 

—¡Pero vosotros no tenéis decencia! —reclamó Zoro entre desconcertado y perturbado

 

Aunque si lo pensaban bien, tanto él como Sanji pudieron terminar igual.

 

Doflamingo y Crocodile casi terminaban un rapidín en ese reducido espacio; por insistencia del rubio, se les ocurrió que sería buena idea complacerse tratando de que nadie se diera cuenta; por más que Crocodile lo quiera negar, era más que obvio que también disfrutaba de los juegos peligrosos, el hecho de que estuviera con Doflamingo era prueba definitiva de ello.

 

Con las prisas por abrocharse los pantalones, el azabache le tiró un zape merecido a su pareja, sin tener cara para mirar al rubio de cejas rizadas y menos al peli verde, quien los había descubierto directamente.

 

—¡Es tu culpa, maldito! ¿¡POR QUÉ SIEMPRE TE SIGO EN TUS ESTUPIDECES!?

—Porque me amas, así como yo a tiiiiii~

 

Literalmente, ignoraron a propósito al rubio y al peli verde por el bien de sus propios orgullos, dejando medió mosqueados al par.

 

 

—¿Y esos de ahí? —preguntó Sabo entusiasmado

—Se van a divorciar —afirmó Sherlock con una copa en mano

—¡Oh! Es una pena… su niña tiene cinco años apenas

—Él es gay y ella tiene un amante —dedujo con solo veinte segundos de observación a la pareja

 

Sabo se había acercado a Sherlock como un niño emocionado procurando mantener la cordura, y como el azabache era propenso a los halagos y fans, lo dejó respirar el mismo aire de su espacio de dos metros de radio.

 

Sherlock vio salir de uno de los pasadizos a Sir Crocodile junto a Doflamingo mientras se regañaban.

 

—Qué descaro —dijo con una ceja alzada

—¿Por qué? ¿Qué sucede con los señores Crocodile y Doflamingo?

—Han tenido sexo en algún lugar de esta casa —Sherlock bebió de su copa de vino

—¡Increíble! Quisiera tener esa capacidad de deducir

—Solo tienes que observar los detalles, eso que casi nadie hace

 

 

Nyoko -de la pareja Portgas-Goa- y Michiko -Roronoa-Vinsmoke- habían empezado a hacer buenas migas, mientras que Reizei, Alastair y Kazuhiko junto a más niños revoloteaban alrededor del payaso interpretado por Bon Clay, ellas jugueteaban con un par de muñecas de trapo que Sella les había prestado. Junto a Hana, se tomaron de las manos para hacer una ronda con las muñecas, solo que al ser sus piernas recientemente adaptadas a la común práctica de caminar, uno de los bollitos que tenían como pies se tropezaron y en su sobre esfuerzo por recobrar el equilibrio; Hana cayó sentada pero Nyoko se sostuvo de Michiko, al ser esta última la más pequeña de las tres, terminó rodando hasta remojarse con un vaso de jugo.

 

Las niñas poco o nada prestaron recelo al incidente, bastaba con solamente sacudirse y de nuevo retornar al juego, pero no era así con los padres. Zoro y Ace habían visto toda la escena y rápidamente sus pasos dieron prisa hacia el apartado donde jugaban todos los niños.

 

—¡Tu hija ha atentado gravemente contra la mía! —Zoro fue el primero en reclamar

—¿Qué cosa? ¡Te faltan lentes Zoro, fue tu hija la causante de su caída!

 

Recientes padres, sobre protectores y sumamente orgullosos, ninguno tenía planeado dar su brazo a torcer. Peor que cualquiera de los niños, cada uno cogió un regalo de la pila enorme que descansaba al lado de la piscina y chocaron con esos.

 

—Agradece que no traigo mis katanas ¡retráctate!

—¿¡Tú crees que lo voy a hacer!? ¡Nunca!

 

A su vez, Mihawk, quien había sido distraído en la cocina por Shanks para que no se percatara del payaso, salía por el alboroto.

 

—¡Shanks! ¡Dije que no al payaso!

 

Caminó incómodo hacia el jardín.

 

—¡Alga con patas por favor compórtate!

—¡ACEEE! ¿¡QUÉ CREES QUE ESTÁS HACIENDO!?

 

Tres regalos más volaron, esta vez gracias a los niños que habían enloquecido con la entretenida disputa entre el pecoso y el peli verde. El jardín era un reverendo desastre.

Mihawk caminó apodíctico hacia el payaso que jugueteaba y se tambaleaba para hacer reír a los pequeños— dejé bien en claro que no habría ningún payaso —soltó amenazante el de ojos miel

 

—Pero si fue el mismo señor Akagami quien me dijo que…

—El que manda aquí soy yo

—¿¡Qué dijiste, Mihawk!?

 

Ace cayó a la piscina y el acontecimiento fue celebrado por todos los niños presentes entre exclamaciones de júbilo y risas; Zoro celebraba su infantil victoria con los brazos cruzados mientras algunos niñitos lo aclamaban. Sabo no sabía dónde esconder la cara de la vergüenza, Sanji quería matar al peli verde.

 

—¡Oye! ¿Tú no eres Bon Clay? —el moreno cayó en cuenta cuando de improviso miró al payaso, caminó curioso mientras el azabache okama casi se quedaba petrificado hasta que le quitó la nariz rojita— ¿Qué haces aquí? ¿Te despidieron del club okama?

—¿Es un okama? —preguntó asustado, Mihawk

—¿¡DE QUÉ CLUB OKAMA HABLAN, ZORO!? —venía a toda velocidad un celosísimo Sanji

—¡Tengo muchos trabajos, Zoro-boy! —aclaró Bon Clay un poco nervioso— y veo que al final conquistaste al rubio de tus sueños

 

Sanji se sonrojó cuando llegó, obviamente por la afirmación de Bon Clay.

 

—Niños, todo suyo —ordenó Mihawk con una malicia pintada en los ojos mieles

—¿Disculpe, señor Dracule?

—¡Mihi, no seas tan infantil!

—Detesto los payasos

 

La horda de niños ahora entusiasmados por la orden del oji miel corrieron directo a treparse al payaso sin nariz roja de Bon Clay; Shanks vio en cámara lenta cómo era tumbado al suelo.

 

—Y esto también —el azabache remató entregándoles la ansiada piñata sin romper

 

Los pequeñitos enloquecieron de entusiasmo, literalmente tenían dos cosas que “desmantelar”: el payaso y la piñata— ¡SUÉLTENME, NIÑOS DEL MAL! —como hormiguitas a la miel, un grupo trepó en Bon Clay, que intentaba defenderse tratando de no ser tosco, mientras otro grupo se repartía desesperado para “destripar” la piñata y obtener los dulces.

 

Zoro era lanzado a la piscina por Sanji en su intento por hacerlo recibir su merecido.

 

—Sherlock, no te rías —regañó John a su pareja

 

Holmes miraba satisfecho y con un deje de diversión todo el alboroto formado en el jardín. Bon-Chan parecía el senescal de Gondor cuando su cuerpo se incendiaba, solo que el okama se arrastraba lastimeramente intentando arrancharse algunos niños.

 

—¿Sabes, John? Esta es una de las pocas fiestas que han resultado… interesantes, sobre todo el ver cómo le dan su merecido a ese payaso

—No tienes remedio

 

El griterío infantil hacía eco por la sala, algunos padres preocupados, corrieron a la entrada cerca a la piscina; una vez desmantelado el pobre de Bon Clay, los infantes se movieron como pudieron para finalmente probar la tentación final: la piscina. Varios padres alarmados corrieron a por sus respectivos, muy pocos infantes llegaron a mojarse en la piscina. Entre risas y júbilo, al menos los niños se habían divertido muchísimo, sobre todo el cumpleañero.

 

Shanks junto a otros, fueron a despedir a los invitados, que más se iban porque sus pequeños estaban agotados.

 

Al final quienes quedaron en la sala, fueron Ace y Zoro, aún tiritando de frío porque sus ropas permanecían mojadas.

 

—Enserio, primo Zoro, tío Ace, ustedes se pasan —era Sella quien traía un par de toallas para que pudieran cubrirse

 

La chica se sentó al lado de Zoro con una expresión divertida— el primo Sanji debe estar furioso jajajaja

 

Ace había ido por una taza de café.

 

—Sanji es así, ya se le pasa el enojo — “O se lo quito a punta de besos en la noche” agregó en su mente Zoro

—Bueno, pero debo admitir que fue un cumpleaños bastante peculiar

 

La chica se levantó de su asiento y caminó aleatoriamente, hasta que por un espejo, vio en su parte trasera una mancha jodidamente escandalosa, una del color de la sangre.

 

Oh, God, era sangre. ¿Acaso la pequeña Sellawk daba un paso más hacia el sendero de la adolescencia?

 

La chica se apegó intranquila a la pared más próxima tan pronto como pudo, con el carmín polvoreando sus orejas y la vergüenza rebalsándose por todos lados.

 

—¿Qué te pasa, Sella? —inquirió el peli verde cuando observó a su prima pegoteada como una lapa a la pared blanca

 

F-U-C-K

 

—Na… nada…

—Te estás portando raro —divisó un curioso fenómeno húmedo en el sillón— ¿Qué es esto?

—No… Lo… Toques…

 

Pero tarde, el peli verde había embadurnado uno de sus dedos con eso, antes de acercarlo a su nariz y olisquearlo con escepticismo.

 

—Huele a metal… ¿Qué clase de salsa o jugo se derramó aquí?

—¡No es eso!

 

Sella se desplazó con la espalda aún pegada a la pared, intentando llegar a la escalera más próxima.

 

—Uf… adoro el café que compra el señor Dracule —llega Ace con una taza de café en sus manos

 

El pecoso vio con sus oscuros ojos un rastro del color del vino dejado justo por donde se desplazaba Sella; como un caracol dejaba su brillosa baba al avanzar.

 

—¡Sella! ¿Qué te pasa? —inquirió Ace

 

Zoro se percató del dichoso rastro, imposible de pasar desapercibido ya que las paredes eran blancas.

 

—Sella debes de tener kétchup en los bolsillos, estás manchando las paredes

—No es ningún tipo de salsa —bueno, era ahora, de todas maneras se iba a dar cuenta— es sangre

—¿¡Te estás desangrando!? —gritaron los dos varones al unísono

—¡No es posible que digan eso! —Sellawk estaba más molesta que avergonzada

—¡Tenemos que llamar a la ambulancia!

 

Zoro sacó una de las fundas de los cojines del sofá.

 

—Ten, para que amortigües la hemorragia —le alcanzó la funda, aún muy alejado por precaución

 

Mihawk entró a la casa, se escuchaban los resondrones de Shanks a lo lejos.

 

—Shanks está peor que fiera —comentó como si nada el azabache una vez entró— ¿qué pasa aquí?

 

Sellawk estaba aislada en una esquina y su cara era de puro susto.

 

—Señor Dracule, ¡su hija está…!

—¿Por qué te has manchado con el jugo de tomates? —sugirió Mihawk cuando analizó la apariencia de su hija

 

Sellawk rodó los ojos.

 

—¡Ustedes parecen como si nunca hubieran tratado con mujeres!

—¿Entonces es jugo de remolachas? —agregó el oji miel

—¡No, papá! ¡ES MENSTRUACIÓN!

 

Todos abrieron sus ojos como platos, horrorizados.

 

—Iugh… —reaccionó Zoro

—Uj… —susurró el oji miel en voz baja

—Qué… asquito… —remató con sinceridad el pecoso

 

La pelirroja pisoteó el piso.

 

—Todos ustedes son unos incompetentes —azuzó resentida y abochornada

—¿Quiénes? —preguntó Sanji, que ingresaba a la sala con una bandeja vacía

—¡Primo-cuñado! —Sella se abalanzó sobre el rubio

—¡Oh! ¡SELLA! —cuando pudo observarla y vio la entropía en la parte baja, comprendió— ¡la urgencia del Andrés*! ¡Venga, te llevo con Shanks!

 

La chica se protegió con el cuerpo de Sanji y antes de salir les sacó la lengua, inclusive a su padre.

 

—Genial, yo solo vine a comer pastel y termino peor que gato mocoso… —se quejó Ace

—Tío ¿te pasa algo? —preguntó Zoro al oji miel que caminaba en círculos, con la mirada perdida

—Mi hija está empezando a… crecer…

 

Bueno, el ciclo natural de la vida Mihawk; imposible de parar.

 

 

 

****.****

 

* "Andrés": aquí y no sé si en vuestros paises será igual, pero al ciclo menstrual de las mujeres suele rimárseles así: "Te vino Andrés, el que te visita cada mes" (sí, sólo porque el nombre "Andrés" rima) XD así que donde vivo, cuando una chica quiere decir "Estoy en mis días menstruales", se acostumbra decir "Estoy con Andrés" jajajaja :'v por si las moscas, lo aclaro.... stos dichos e,e

 

 

 

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Notas finales:

Recaigo con la costumbre de traer imágenes! más que nada porque un par de parejas está en su momento cumbre para mostrarlas.

MISHA (O_O) -  ACESABO (*o*)  -   DOFFYCROC (xD)  y... LAWLU (con su bebé!!! *-*) además... OK, de esta pareja sí que hay muchas de este tipo (padres), pero pos en mi colección tengo tantas (más de 700 :'v) que solo he podido seleccionar estas, de las que corresponden conforme avance la historia:  ZOSAN 1   -   ZOSAN 2   -   ZOSAN 3   -   ZOSAN 4  -  ZOSAN 5 ZOSAN 6 (omg!!!!!!! Parecen Zoro y sus gemeloooos x3)   -   ZOSAN 7   uf... imagínense a los bebés con las cejas rizadas y listo :'v

Las imágenes se abren pestaña aparte :P

¡En el siguiente se viene un salto temporal! xD veremos a los bebés un poquito más crecidos jujuju y a Sellawk por su puesto ;D ya sé como será, pero aún no lo escribo :'v alv, espero que esté listo pronto :3

 

Bueno, muuuchas gracias por leer, si desean dejar alguna queja, corrección, sugerencia, carita, saludo, grito, etc...  :'v serán bienvenidos y respondidos con mucho cariño.

Cuidaros!! espero que estén teniendo una gran semana!! nos vemos! ;'3

 

 

Martes 8 agosto 2017


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