Capítulo 2:
Convergencia
Ace’s PoV
Es bastante tarde y en lo único que quiero pensar es en… en nada, no estoy de mucho humor que digamos, luego de la gran noticia de hace un rato. Y para terminar mi día, suena mi celular, al fijarme de quién provenía no pude evitar soltar un bufido, genial, es mi padre, rayos.
- Diga...
- ¿Diga? Soy tu padre Ace, dime ¿por qué no has ido a trabajar? Ví un ausente nuevo en el sistema
- Me sientía mal
- Ese no es un buen motivo, ayer estabas bien hasta que te desapareciste
- .....
- Ajá, será que estuviste presente en cierta fiesta, de la que se rumorea ¿verdad?
- Papá yo....
Cortó, menuda manera de enterarse, mi padre es alguien con humor y despreocupado, pero bastante estricto cuando de responsabilidades se trata, me supongo que está incomodado pero ya se le pasa.
Aunque creo que me pasé.
Curiosamente, mi madre falleció al nacer yo, en honor a ello, él decidió nombrarme con el apellido de ella, cosa que no me molesta, es más, creo que es un humanezco gesto de su parte.
Da igual, no tengo ánimos para pensar en estas cosas.
*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*
****En el Ishida Hospital (narradora)****
Si bien le encantaba su trabajo, había días en los que se estresaba, sin embargo, podría pasar un huracán a su lado y su cara seguiría teniendo la misma expresión tétricamente seria y un tanto burlesca cuando le convenía. Trafalgar Law era un joven de 24 años, estudiante de medicina, como ya estaba en su último año, había conseguido un puesto agradable de interno, todo gracias a sus excelentes notas y a sus contactos, digamos que no participaba tan activamente como aquellos que ya se habían graduado, pero de que aprendía mucho, lo hacía.
Ese día estaba de guardia, la doctora en jefe de cardiología se había despedido hacía unos minutos, por lo que el hospital, aún con algunos enfermeros dentro, se quedó en silencio. No era muy común emergencias pero de todas maneras no se debía bajar la guardia.
Law tenía ojeras naturales, además, muchas de sus compañeras decían que esas mismas era su atractivo natural. El chico se rascó la perilla de su mentón y observó neutro las afueras del hospital desde el piso donde estaba, a decir verdad, el Ishida Hospital tenía una curiosa infraestructura, y aunque jamás lo admitiría, le gustaba.
Algo perturbó su concentración, achicó un poco los ojos para observar cómo arrastraban a un chico allá en la entrada, prácticamente se podían escuchar sus sollozos por todo el trayecto del jardín.
“Qué escandaloso” pensó sin prestarle mucha importancia.
- Law, un favor, la señora Dadan necesita cambio de suero ¿irías por favor?
Sin molestarse, asintió ante la sonrojada enfermera, que más por el favor, esa había sido una excusa para hablarle al joven. Sin embargo, desde que tenía uso de razón, jamás había tenido interés “amoroso” por nadie en toda su vida.
Luffy pataleaba con todas sus fuerzas, los guardaespaldas de su abuelo luchaban por llevarlo, uno tomaba cada brazo. Pero ni bien el menor prestó atención en donde estaban, extrañamente se distrajo.
- ¿¡Una Luna!?- dijo asombrado al ver el hospital
Garp sabía lo fácil de distraer que era su nieto, así que llevarlo al Ishida Hospital era su mejor opción; Luffy se dejó arrastrar mientras aún admiraba la bonita infraestructura del lugar, aparte, los jardines estaban muy bien adornados. Nunca pensó que un hospital sería así de bonito. Así, como la inocencia propia de un niño, observó maravillado el lugar, olvidándose por un momento que en realidad, por más bonito que sea, no quería estar ahí.
Una vez dentro, Luffy fue consciente de lo que pasaba nuevamente, así que intentó huir, sin embargo, un par de enfermeros bastante corpulentos lo cargaron cual saco de papas y se lo llevaron. Mientras tanto, su abuelo daba las últimas indicaciones a la recepcionista.
- Ya veo… esterilización
- Exacto- contestó Garp a la recepcionista- es un chico… “especial”
- Oh… descuide
Apuntó algo con las teclas y le entregó un ticket.
- Le atenderá la doctora Kureha ¿de acuerdo?
- Cualquiera está bien mientras sea rápido
Llevaron a Luffy dentro de un consultorio y amarraron a la camilla. Unos minutos después, una mujer de avanzada edad pero delgada y aún enérgica ingresó, enarcó una ceja y se sentó a su lado.
- Vieja, déjeme ir, mi abuelo se volvió loco- dijo el menor haciendo morritos
- Jajajaja pero qué mocoso más curioso- lo olfateó- descuida, no te dolerá- la mujer sonrió levemente- esperemos
- ¿Haaaa?
La doctora, lo más profesional posible, le quitó los pantalones y el bóxer al chico.
- ¡Oiga! Vieja mañosa ¡pervertidaaaaaaaa!
- ¡Silencio! Qué insolente, ¿por dónde crees que te voy a esterilizar? Debo revisar tu órgano viril niño, ¿no es vasectomía? Aunque eres muy joven
El viejo Garp tocó la puerta algo alarmado.
- ¿Quién molesta?- la mayor se paró antes de abrir la puerta- ¿Se le ofrece algo? ¿Revisión de próstata?
- Claro que no- musitó el mayor- ese es mi nieto
- Ya veo, lo tengo todo bajo control
- Necesitaba recalcar algo, esta no es una esterilización común… mi nieto es “especial”
- ¿Ah? Yo lo veo saludable y muy capaz de razonar
- No en ese sentido, es… “especial” en el sentido de que necesito que lo esterilicen antes de que él y quien sea que fuera su novio me traigan sorpresas- le entrega la orden de recepción
La mujer enarcó una ceja mientras asimilaba lo dicho hasta que comprendió. En verdad se notaba que al mayor le costaba horrores admitir la fertilidad de su nieto.
- El chico puede quedar preñado, eso quiere decir- sentenció la mujer
El mayor asintió notablemente incomodado.
- Ya veo, entonces procederé de otra manera ¿se quedará a observar?
- No, no es necesario
La mayor observó al muchacho una vez hubo cerrado la puerta, no tenía nada contra el chico pero de igual manera, trabajo era trabajo. Aparte, razones han de tener la familia.
- Muy bien niño, deberás colocarte de rodillas y levantarás bien las caderas…
Luffy no era un chico que se sometía con facilidad, todo lo contrario, y mientras la doctora hablaba con su abuelo, había logrado aflojar el nudo del trapo que atrapaba sus muñecas, sólo calculó la fuerza con la que tendría que rodar y cuando se supo listo… de un fuerte jalón más su impulso, salió disparado de la camilla. Casi al instante, como si fuera un conejito, saltó y pateó la puerta, afuera, su abuelo no cabía en cuenta hasta que su nieto salió cual bala antes de empezar su carrera.
- ¡Luffy! ¡Mocoso malcriado!
El chico sólo recordaba haber dado una carrera así el día que rompió el jarrón de la tatarabuela mientras jugaba con Ace hace ya muchísimo tiempo atrás. Subió cuesta arriba por las primeras escaleras que encontró, no conocía el hospital, pero eso no le importaba. Y como último movimiento, se metió a una de las puertas que encontró al azar; estaba con la lengua afuera y ¿para qué negarlo? Asustado.
El ojeroso joven se giró cuando escuchó el portazo de la habitación donde estaba, por suerte la paciente que descansaba allí seguía dormida. Luffy levantó su mirada y sin pudor, le miró curioso.
- Oiga… señor… ayúdeme…
“¿Qué extraña situación es esta?” pensó alzando una ceja el mayor de los varones, de inmediato desvió su mirada al ver que el chico no tenía pantalones ni… calzoncillos.
- Deberías retirarte niño- ordenó
De pronto se escuchó un alboroto afuera, unos cuantos “¿Dónde se metió?” o “Encuentren a ese chiquillo”, y como Law no era despistado, dedujo rápidamente que se referían al chico allí frente suyo.
- Al parecer eres un fujitivo
- No me entregue – le miró con los ojos acuosos, más que nada, Luffy estaba realmente asustado
El futuro médico sintió algo extraño en el estómago cuando fue observado con esos ojos… eran oscuros como la noche, pero destilaban mucha pureza.
- ¿Por qué estás escapando?
- ¡Quieren hacer que ya no pueda tener hijos! – su cara de horror era realmente graciosa
- ¿Vasectomía? Pero si aún eres muy joven
- No sé qué es eso – se frotó los ojos – pero no quiero, sino, no podré tener hijos
- ¿Por qué quieren esterilizarte?
- El abuelo siempre dice que es peligroso, que tengo una malformación que debemos eliminar… yo…
El ojeroso no comprendía, él veía al chico bien, de hecho muy bien, sin embargo, los peores males no son visibles al principio.
- Ayúdeme a escapar… sólo eso
¿Qué perdería? Tal vez ganaría un regaño si lo descubrían, además, quería librarse de ese niño de una vez. Así que sí, lo ayudaría.
En silencio, le entregó ropa de paciente para que se pusiera y lo sacó en camilla, vendado la cara.
- Pobre ¿qué le pasó a ese paciente? – preguntó una enfermera que los vio pasar
- Quedo desfigurado luego de un accidente, le reconstruyeron toda la cara, sin embargo quedó bien feo – susurró Law
Luffy le pellizcó el brazo, eso causó una pequeña sonrisa en el mayor que este mismo se encargó de borrar. Se estaba ablandado.
Una vez llegaron a la salida, muy disimuladamente, el chico al fin pudo salir.
- Oye… ¿me prestas tu celular? – inquirió el chico
Un poco incomodado, hizo caso sólo para que se fuera. Por respeto, no hizo caso a la conversación y se limitó a recibir su celular.
- Muchas gracias chico serio – le sonrió – Soy Monkey D. Luffy shishishishi
Permanecieron en silencio un rato, Luffy esperaba la respuesta.
- ¿Por qué no te vas? – inquirió algo impaciente
- Porque no me has dicho tu nombre – hizo un puchero
- No tengo que decírtelo, quiero evitar problemas
- ¡Pero me has ayudado!
- Tsk… soy Trafalgar D. Law ¿satisfecho?
- Shishishishi gracias por haberme ayudado ¡Somos amigos a partir de ahora!
- Espera yo no…
El menor salió disparado de ahí.
*****.*****
Sabo esperaba en la plaza principal a su novio, sí, aunque le costara admitir, le tomaba algo de trabajo hacerse a la idea de ello. Sin embargo, sentía mucho cariño hacia Luffy.
Todo pasó tan rápido que aún se preguntaba cómo es que ahora ya no llamaba a Luffy hermanito, sino novio. Tal vez el menor se ilusionó más rápido de lo que él habría podido predecir, pues desde que Ace había empezado a trabajar en la empresa donde su familia tenía acciones, Luffy pasaba más tiempo con él mientras Ace vivía de fiesta en fiesta.
Una particular vista lo distrajo de sus pensamientos, había recibido una llamada de Luffy para que fuera a recogerlo en la plaza en plena madrugada y como más que su novio era su amigo, no iba a dejarlo solo. Así que ahí lo veía venir, con una bata de paciente color celeste mientras se abrazaba por el frío de la madrugada.
Le sonrió con ternura antes de quitarse su saco y cubrirle.
- ¡Sabo!- dijo el menor con ese tono típico de las personas que calman su miedo
- Luffy ¿Qué ha pasado? Me preocupaste
- Shishishishi me escapé de mi abuelo – hizo un puchero – me ayudó un chico… hummm chico Trafal si no me equivoco shishishishi… mejor Torao, sí Torao así se llamaba – se abrazó al saco de Sabo – me dio esta ropa porque yo estaba sin pantalones ni calzoncillos shishishishishi fue amable pues me vio las piernas y me quiso prestar unos pantalones bien feos, preferí esta bata…
- Espera – dijo el rubio - ¿Que te vio qué? – alzaba una ceja pero sin dejar de sonreír algo divertido
- La vieja me quitó mis pantalones y calzoncillos… no te molesta ¿verdad?
- Jajajaja no, no… mientras estés a salvo todo está bien
Así, el par se fue caminando en la soledad de la madrugada mientras conversaban de muchas cosas, y corrían de vez en cuando para hacer carrera.
*-*-*-*-*-*-*-*-*-*
***** Al día siguiente *****
Shanks’s PoV
Entro a la sección algo taciturno, un nuevo día, nuevos trabajos. Veo a Mihawk hablando con algunos compañeros en una esquina del lugar, la mayoría mujeres; no puedo evitar sentirme mal… pero no debería importarme, de seguro quiere familiarizarse con el personal nuevo que manejará. No soportaba su presencia, me dolía, dolía mucho.
Tiraste y me rompí…
Camino lentamente, bordeando algunas mamparas; el lugar no está lleno aún, es obvio, es temprano. Evito llamar la atención a toda costa, no quisiera tener que acercarme a ellos, no quisiera verle. Siento su mirada sobre mi espalda, que tenso. Frunzo el ceño de incomodidad.
Tú decidiste dejarme…
Tú disparaste primero…
Uno de ellos me llama, es descortés no saludarles, así que volteo levemente para saludarles con la mirada y fuerzo una leve sonrisa. Me ven raro, yo no fuerzo sonrisas.
Él y yo cruzamos miradas, demonios, aún me pone la piel de gallina, intento hacerle desistir pero me sostiene firmemente, como si me traspasara el alma. No puede pasar esto.
Y no es cuestión de egoísmo
No fue tan fácil dejarte ir…
No puedo evitar sonrojarme… no puede verme así… no, no, no… yo he sido y soy fuerte ahora
Te quise y no me arrepiento…
Los recuerdos nuevamente inundan mi mente, sacudo mi cabeza para regresar a la realidad y seguir caminando, rompo su juego de miradas y respiro hondo.
Él viene detrás de mí… ¿Está de broma?
Comienzo a caminar rápido, las manos me sudan un poco y me trabo, no sé a dónde ir… así que me sumerjo en el laberinto de mamparas para despistarlo. No admito que me haga huir… no a mí.
Ni se te ocurra acercarte
No te perdono ni quiero…
No puedo
Y aunque tu recuerdo arde…
¿Qué pretende he?
- Espera, Shanks…
No le hago caso, su voz es sofocante para mí; de pronto tropiezo y casi caigo, rayos, siento su agarre en mi antebrazo e intento zafarme suavemente, pero no puedo ya que él aprieta fuerte…
Mi cara está ardiendo…
Pero estoy molesto con él, no puedo perdonarle haberme dejado sólo… sólo por once años
Además, nadie ha dicho que porque esté nuevamente aquí yo deje de estar sólo.
Aunque ¿Por qué su agarre me hace temblar?... no giro pero él me obliga a hacerlo, cuando lo miro lo hago con el ceño fruncido y trato de dirigirle la peor mirada que tengo, él sisea un poco y traga saliva, cuando suaviza su agarre, tiro y logro soltarme.
No te perdono ni quiero
Nada más de ti…
- Shanks…
Nuevamente acelero mis pasos y lo siento acercarse, volteo a verlo y me encuentro con sus ojos miel algo dudosos… y… ¿tristes?
No. De seguro tanto tiempo ha pasado que ya no puedo descifrar los sentimientos detrás de su mirada… eso debe ser…
Al final llego a mi mini oficina y me encierro… menuda pasada y rara situación.
- ¡Shanks!
Me sobresalto al oír mi nombre, cuando caigo en cuenta de que es Sanji quien me esperaba en la oficina.
- Sanji, jajaja casi me matas de un infarto
- Shanks, necesito de tu ayuda
- ¿Mn? Sí claro, dime
Él juguetea con sus dedos, está nervioso, lo que me causa una ligera sonrisa.
- Tú… esto…
Ladeo mi cabeza a un lado para que se tome su tiempo mientras tomo un sorbo de agua de mi botella.
- Podrías decirme… ¿cómo es… el… el sexo gay?
Escupo lo que estaba a punto de tragar. ¿Qué clase de pregunta es esa?
- ¡Lo que quiero decir es!... es que como tú, bueno, tuviste a Sella-swan… eso quiere decir que te han…
- Ok, te entiendo perfectamente - digo algo sonrojado
No puedo evitar recordar todo el sexo que tuve con Mihawk hace mucho tiempo atrás, pero ese no es el punto, si Sanji me está preguntando esto… debe haber una razón; así que le sonrío pícaramente.
- ¿¡Por qué me miras así!?- inquiere asustado
- ¿Acaso hay algún afortunado chico que te interese? Dahahahahaha dime ¿Planeas ser el de arriba o el de abajo?
- ¡No es eso!... bueno no sé… sólo quisiera saber
- Dahahaha… ¿No has visto imágenes en internet? Eso te puede instruir bastante
- ¡No soy de buscar pornografía!- su cara es un poema puro- por eso, no tengo ni idea de cómo es el proceso… digo, cuál es el agujero más común que suelen usar para…
- ¿Qué “agujero” crees que sea?- le digo con una sonrisa divertida
Él sólo me mira asustado, Dahahahaha, por favor, ni que fuera el crimen del siglo.
- Te lo diré, en el sexo gay suele haber un pasivo y un activo, el activo suele meter su órgano viril por el an…
- ¡Basta!... ¿No usan la boca? ¿siempre es… es… el… el…
- ¿El ano? – Dahahahaha ¡Ni yo me avergoncé tanto al hablar de sexo a su edad!
- ¡Eso!- en este momento no sé qué es más rojo, su cara o mi cabello- ¿Siempre usan eso?
- Que yo sepa sí, también la boca… ¿qué otra cosa podrías haberte imaginado? ¿La oreja? Dahahahahaha ¿El ojo? Entonces seríamos ciegos dahahaha
- ¡No estoy bromeando!- dice algo cabreado
- Yo tampoco- hago morritos- ¿qué sucede? ¿Vas a perder la virginidad? Pues te aconsejo que te lubriques bastan…
- ¿Luego de tener sexo gay te duelen las caderas?
- Claro, si has sido el pasivo… dependiendo de cuán… hummm cómo decírtelo, cuán “rudo” haya sido tu activo dahahahaha
- Maldición- le escucho decir por lo bajo
Aquí hay gato encerrado, y no puedo negar que me carcome la curiosidad.
- Sanji, ¿hay algo de lo que no esté enterado?
- ¿Ah? No nada…
- Bueno, si tuvieras algo de qué hablar, sabes que puedes confiar en mí
Él me asiente levemente antes de reverenciarse y salir de mi oficina. Qué curioso, nunca imaginé que llegaría el día en el que Sanji, aquel jovencito inocente y soñador me preguntaría este tipo de cosas; en fin, las personas maduran, además, es bueno saber que se está informando antes de cometer cualquier locura.
Sanji’s PoV
Maldición, no debí preguntarle nada a Shanks, porque ahora estoy seguro de que esa alga me metió su… “cosa” por mi… ¡Ah! Ni siquiera me hago a la idea, qué horror, ¿quién le dio permiso para meterla eh? ¡Yo estaba borracho!... a dónde se fueron tantos años de eterna heterosexualidad… solo espero, por su propio bien, que no recuerde nada.
Una vez llego a mi mini espacio de mamparas y vigilando de que ningún fisgón se atreva a estar observándome, busco algunas imágenes… ¡No me malinterpreten!... tuve sexo gay y no me recuerdo nada, tengo algo de curiosidad.
- Buenos días, Vinsmoke
Giro tempestivamente intentando cerrar las imágenes pero ahora resulta que se colgó la bendita máquina. Estas estúpidas páginas tienen muchos cookies. Sí, es Roronoa Zoro el que ha aparecido.
- Vaya… quién lo diría, mirando pornografía en plena oficina – dice enarcando una ceja sonriendo burlón ¡lo detesto! – no sabía que tenías esos gustos
- ¡Cállate!... no es lo que parece…
- ¿Ah no?... mira – se acerca
Me señala una imagen donde un hombre está… está con otro… pues haciendo “eso”, así como los perritos… qué vergonzoso es esto.
- Así te tenía el domingo en mi cama…
Lo que me dice me deja paralizado y siento como por instinto mis ojos se abren hasta salir de sus órbitas. ¡Él lo recuerda! ¡Lo recuerda! ¡Estoy jodido!
- Acaso tú…
- Ahora me vas a decir que no te acuerdas de nada… tu cara te delata
- ¡Vete a freír moscas! Qué bajo has caído…
- ¿Yo? Jajajaja por favor, no estoy diciendo ninguna cosa que no haya pasado- se acerca a mi rostro- además, mi padre te ordenó instruirme en los asuntos de esta sección, así que… cejillas… te aguantas- susurra antes de jalar una silla y sentarse a mi costado
¡Será cabrón el tipo este! Ahora es oficial, la vida quiere joderme. Casi por inercia, saco un cigarrillo de mi bolsillo y me voy a la sala de fumadores a relajarme, sí, tengo un pequeño vicio y se llama tabaco. Nadie suele ser perfecto.
***** Un par de horas después *****
- Debes revisarlo y apilarlos cuando veas que todo va en orden, no aceptamos propuestas bajas de dinero, la empresa se da ese lujo por el prestigio y… ¿Podrías dejar de mirarme?
- No
- Bien, si no dejas de mirarme, no seguiré con esto. Aprende tú solo
Él sonríe de lado y camina hacia otro lado, estúpida alga, si lo que intenta es seducirme, pues valla que sabe cómo poner de los nervios a uno.
Perona, la secretaria del gerente, se acerca a él antes de quedarse conversando lejos, hasta que siguió con su juego de miradas seductoras… “estúpido marimo, no sé qué verás en mí, pero no dejes de mirarme”…
Sacudo la cabeza y me doy una cachetada imaginaria… ¿cómo pude ser capaz de pensar eso?
Yo… soy hetero…
Perona se va y él vuelve aquí… menudo terco.
- Seré claro, sal conmigo
Ok eso me dejó en Knock out por unos segundos… no esperará que le haga caso o ¿sí?
- Podrías perder tu trabajo si es que no aceptas- prosiguió
- Ey eso es chantaje
- Tengo que conseguir lo que deseo a cualquier costo
- Además, tú ya no tienes tanto poder, recuerda que el sillón de CEO lo está ocupando otra persona
- Mi tío, sí, podría pedirle un pequeño favor y tu nombre no figuraría más en la planilla de trabajadores en cuestión de minutos
- No sé cómo aclararle, joven Roronoa, que no siento atracción hacia los hombres
- Eso no parecía cuando estabas gimiendo y rogando por más en mi cama
Como acto reflejo, le tiro una sonora bofetada por su muy faltoso comentario. Se queda mirando un rato hacia la dirección que mi golpe le hizo tomar antes de sonreír de medio lado. ¿Qué...?
Eso me hace tragar saliva, estoy bastante nervioso.
- ¿Y bien?- me dice, ¿qué le sucede a este tipo?
- ¿Bien? Tú eres indigno de cualquier oportun…
- Perfecto, mañana en la tarde luego de salir…
- ¡No me estás escuchan…!
- Las cosas importantes no se piensan con mucho detenimiento- dice antes de darme un beso en la mejilla y salir rápidamente
Ahora sí no tengo idea de cómo es que logró sacarme una cita.
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******* (En las afueras de la universidad Thriller Bark) ********
Por la temperatura del clima, eran cerca de las siete de la noche y el pelirrojo salía de la maestría, sólo le quedaban un par de clases más y ¡por fin! Algo más que agregar a su currículum y por ende, solicitar un merecido aumento. Shanks estaba acompañado de su gran amigo Beckman, quien había sido su compañero de universidad hace años atrás. Para ser sinceros, se llevaban bastante bien, podría decirse que conocían lo suficiente el uno del otro como para descifrar sus intenciones.
- Shanks, ¿tomamos un café?
- Me encantaría, pero Sellawk debe estar…
- No te robaré mucho tiempo
Ya de por sí, al pelirrojo le parecía muy extraña la situación. Sin embargo ¿qué podría suceder? Después de todo, estaba con un amigo de confianza.
- ¿Cómo está Sella? – pregunta el hombre de coleta una vez ambos se sientan en el café frente a la universidad
- ¿Mn? Pues muy bien, saludable y traviesa como siempre
- Está entrando a la pubertad
- Sí, me preocupa un poco… ya sabes… entrará en esa etapa rebelde…
- Jajaja necesitarás ayuda para educarla Shanks…
Ya sabía él que había intenciones ocultas en esta conversación. Shanks descifró nervios en los ojos de su amigo, y eso, definitivamente, no le daba buena espina.
- Shanks, he estado solo desde hace años…
- ¿Nunca te reconciliaste con Bellemere? – inquirió astuto el pelirrojo
- Ella no quiere saber nada de mí, inclusive adoptó un par de niñas hace años… ha hecho su vida
- ¡Pero jamás le aclaraste qu…!
- Shanks, no viene al caso
No quiso insistir, Shanks sabía cuándo un tema le resultaba doloroso a un amigo.
- Lo que quiero decirte es algo que estuve pesando desde hace mucho – tomo un sorbo de su taza de café – y al principio me pareció una locura, es más, lo tomé a broma cuando Lucky lo sugirió
- ¿El qué? – qué más daba, escucharía a Ben
- Si tú y yo podríamos intentarlo
El pelirrojo se atoró con el mocaccino ni bien escuchó eso, esa debía de ser una broma, una tonta broma.
- Ben – lo vió serio – ¿te volviste gay?
Era difícil de creerlo ya que Ben había estado de novio por muchos años con una chica llamada Bellemere, es más, lo vio más feliz que nunca durante esa época.
- No, pero puedo intentarlo
- Dahahahahahahahahaha – la risa de Shanks inundó todo el lugar, escuchar a alguien intentando volverse gay era nuevo
- ¿Qué es tan gracioso? – volvió a sorber de su taza - ¿Tan patético te resulto?
Ok, el pelirrojo calmó poco a poco su risa, su intención jamás fue ofender a su amigo.
- No es eso – sorbió de su mocaccino – Ben – tomó con sus manos el rostro del otro – mi querido Ben…
No había dobles intenciones en aquellas palabras, más bien, lo dijo con el cariño propio que se le tiene a un hermano.
- Has estado intentando cicatrizar la herida que hace mucho te dejaron, y supongo que tu último recurso fui yo, pero lamento decirte, que yo no soy el que debe sanarte – le sonríe amablemente – no dudes que estaré junto a ti, pero de la única manera en la que podré estar… como un buen amigo
El hombre de coleta suspiro afligido, no le dolía el rechazo, es más, le aliviaba; su suspiro fue porque se sentía apoyado. Y eso era lo que necesitaba. Dios bendiga el hecho de haberlo conocido aquella lejana tarde de invierno cuando se escapaban de la escuela para retar en canicas por los callejones de la ciudad.
- Bueno, le diré a Lucky que lo intenté jajaja
- Dahahaha – le miró falsamente enojado – ¿sabes? creo que esto fue plan de Lucky para hacernos avergonzar
- No lo dudo, qué locura, es más, ni siquiera podría imaginarnos en un beso
Ambos hicieron una mueca de horror, para luego comenzar a reírse.
- Si quieres, podríamos ir a visitar a Bellemere, yo aún me hablo con ella… - propuso Shanks intentando ayudar
- Por ahora no, quiero dejarlo así… si necesitaras ayuda, no dudes en decírmelo
- No hay problema
- Salúdame a Sella – se paró antes de ponerse el saco
- Lo haré
Shanks no sabía que no muy lejos, utilizaría la oportunidad de ayuda que Beckman le ofrecía.
********** (En la nueva casa del joven Roronoa) ***********
El chico peliverde tenía una copa de vino en la mano mientras observaba extrañado a su pecoso amigo caminar de un lado a otro. Habían estado conversando por un largo rato.
- A ver si entendí, ¿Sabo y Luffy? ¿en una relación? – musitó algo divertido el anfitrión
- ¿¡Puedes creerlo!? ¡Eso es incesto!
- No, porque no tienen la misma sangre
- ¡Eso no tiene nada que ver! – el pecoso seguía dando vueltas por la sala – nos conjuramos hermanos, así que es incesto
Ace saca su celular y le enseña al peliverde una foto del Facebook donde salen Sabo y Luffy… cantando su nueva relación.
- ¡Mira esto! – dice el pecoso, algo irritado – y esta otra foto… además están esas mocosas arribistas que les apoyan con sus likes… todos están en mi contra
- Pues… debes admitir que se ven bien
- ¡Claro que no! – Zoro rueda los ojos, su amigo podía llegar a ser un verdadero terco cuando se lo proponía
- Ace, lo que tú sientes por Sabo también sería incesto entonces, déjame decirte tu verdad, lo que no soportas es que Sabo esté con alguien más ¿qué esperabas? Mientras tú disfrutabas de la vida en reuniones y fiestas, ¿él iba a esperar eternamente? Por favor
- Pero… pero…
- Pero nada – Zoro bebió lentamente de su vino – aguanta como hombre las consecuencias
- ¡No lo acepto! Además… que alguien esté con Luffy también me acojona… es mi primo, no quiero que lo lastimen
- Es Sabo, dudo que le haga daño, además, conociéndolos, eso llega a matrimonio
- ¡No me estás ayudando!
- No pretendía hacerlo
El pelinegro hizo un puchero incomodo antes de tomar la botella de vino y beberla de una.
- No te excedas Ace, después, si no llegas a tu casa, tu padre se la arma al mío y este a mí
- Zoro – le miró decidido, Ace había tenido una idea y por alguna razón, esa no era buena señal – ya sé cómo me ayudarás
El dueño de casa alzó una ceja algo curioso.
- Vas a enamorar a Luffy y así se separará de Sabo
- Ace, tú estás loco ¿no te has puesto a pensar que eso los lastimará a ambos? – sorbió su vino – además, tu primo es mi amigo, sin contar que ya tengo alguien en mente
- ¿Ah? ¿Y se puede saber quién es la desafortunada?
- Es un hombre
- ¿¡Queeeee!? ¿Desde cuándo a ti te gustan los hombres?
- Desde bastante, pero intenté luchar contra esos instintos por mucho tiempo, la gota que colmó el vaso fue cuando me emborrache en mi fiesta y… pasaron cosas
- Cierto ¿Qué fue? Te desapareciste
- Eso no importa, ahora… estoy intentando conocer al chico que me pareció muy interesante aquella noche, ya sabes, ver si congeniamos…
- ¿Quién es? – inquiere el azabache más que curioso – ¿lo conozco?
- Probablemente sí, probablemente no, ya veremos
Ace no insistió más que nada porque prefería tratar de dar solución a su enigmático asunto, pero de que trataría de averiguar quién es el que había despertado interés en su amigo, definitivamente lo haría. Pues oportunistas existían en todos lados, había que protegerse entre compañeros.
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