Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

SÍ, SOMOS PADRES por The_dark_Duchess

[Reviews - 187]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Buenas noches a todos/as

Lo sé, me he demorado una semana D: lamento la tardanza _ _lll pero mi salud ha estado un tanto delicada, así que sedada no puedo escribir xD  aunque ya me prometí terminar el fic :v así que no lo abandonaré >:D lo bueno es que… ¡Ya empezaron mis terapias físicas! Espero poder caminar en unos meses…

Agradezco de corazón a las personitas que me dejaron un review la pasada ocasión *3*

 

Sin más que decir, gracias por estar aquí, nos leemos abajo :D

Capítulo 5:

Alerta de planes inesperados

 

*******.*******

 

Cuando menos se dio cuenta, ya llevaba al menor a sus espaldas, mientras se abrazaba a su cuello, dormido y susurrando algunas cosas sin sentido de vez en cuando. Sin saber exactamente a donde llevarlo, comenzó a ir rumbo a su casa, no pudo evitar botar aire algo extrañado; el chico no le pesaba mucho, pero jamás había llevado a nadie de esa manera. Hasta podía sentir sus respiraciones rozándole la piel, cosa que al principio lo hizo sentir incómodo, pero ahora lo mantenía constante, en un constante ir y venir de extrañas sensaciones jamás experimentadas. Sí, un simple roce lo descolocaba, pero no era cualquier roce, sino aquellos que provenían de ese chico.

 

-        Oye… deberías despertarte… muguiwara-ya – susurró por enésima vez en esa noche, supuso que ese sombrero de paja sería su distintivo

 

Pero sólo obtuvo un “carne” por respuesta.

Las horas habían pasado demasiado rápidas, entre juegos, paseos, algunos shows en el mismo centro comercial, ni cuenta se habían dado que el cielo había cambiado su naranjo color a un oscuro con chispitas blancas. Ni siquiera cuando su tío Rosinante le llevaba se había quedado tanto tiempo en un centro, pero ese chico le había hecho perder la noción del tiempo. Será más porque se la pasaba buscándolo cada vez que corría hacia otra parte. Una vez el menor hubo gastado todas sus energías, cayó dormido sin dejarle muchas opciones a Law.

Pero aunque no lo admitiría jamás, se había distraído y por qué negarlo, estaba más relajado.

 

-        Has sido mi mejor terapia – le susurró al menor

 

“Qué estoy diciendo…” sacudió un poco la cabeza intentando despejarse, el cansancio le estaba jugando mala partida.

Ahora ya se encontraba frente a la gran puerta de madera de su casa, no había tenido otra opción, no contaba con el número de Sabo y Luffy parecía una piedra durmiente, por los cielos, no es un niño… no puede caer dormido donde sea y menos con un extraño, como se consideraba él.

Abrió con cautela la puerta y la empujó con uno de sus pies, miró hacia todos lados por si acaso y cuando se supo seguro, ingresó aún con el menor a sus espaldas. No se dignó a prender la luz para no despertar a sus custodios.

Recostó al chico en uno de sus grandes sillones y lo observó dormir por un momento, tenía facciones tiernas, verlo dormir era observar la paz en su máximo esplendor.

 

-        Esperé este momento por mucho – escuchó claramente la voz de Rosinante

-        Cora-san, demonios – Law le hizo un además para que guarde silencio y evitar despertar al muchacho

-        ¿Ha? Ah… ya entiendo – interrumpió el mayor sonriendo

-        ¿Por qué dices que esperaste esto? – inquirió al fin Law en susurro mientras el rubio se sentaba en el sillón del frente a observar al invitado, pero antes se tropezó con quién sabe qué

-        Hahahaha – luego de sacar un cigarrillo y prenderlo, analizó levemente a Luffy – había estado curioso por conocer por primera vez a tu novia o… novio, en este caso

-        ¡No es mi novio! – susurró algo exaltado

-        ¿Lo traes dormido en medio de la noche y me dices eso? – hizo cara de ofendido – no soy tan idiota por favor

-        Sí lo eres, mira, se te quema el abrigo

 

El rubio observó una pequeña llamita en el borde de su abrigo, el cual tiró al suelo y pisoteó para luego volver a sentarse antes de quemar su cigarrillo en el cenicero, al menos en estos momentos no convenía un incendio.

 

-        Como te decía, estoy feliz de que al fin quieras presentarnos a tu pareja, ¿cómo se llama?

-        No es mi pareja, es un… es un amigo

-        ¿Enserio? Pues qué extraño, nunca habías traído nadie a la casa

-        No es que quisiera traerlo, simplemente no tuve opción

 

Law sabía que Rosinante esperaba que le contara más, pero estaba cansado y lo último que quería hacer era dar explicaciones.

 

-        ¿Sabes? Estoy cansado, traeré una colcha y dormiré aquí

-        Tienes una habitación Law – espetó serio

-        Pero no voy a dejar a mi invitado solo en la sala ¿no crees?

-        Podrías llevarlo a tu habitación

 

El ojeroso sabía perfectamente que cuando su tío le hablaba con ese tonito, sus palabras tenían doble sentido.

 

-        ¿Qué insinúas?

-        ¿He? Nada, por supuesto, tú que has aprendido de la pervertida mente de Doflamingo, ya te he dicho que su influencia es lo peor que puedes seguir…

-        Hablando de él ¿dónde está?

-        Seguro en su habitación follándose a tu profesor

-        Qué desagradable, nunca se cansa ¿o qué?

-        Hahahaha nada Law, era una broma… son las 2 de la madrugada, hasta él sabe dormir… así que si no quieres más problemas, será mejor que te lleves a ese chico a tu cuarto

 

El oji gris optó por hacerle caso a su tío, no quería a su padre adoptivo interrogándole y malinterpretando cosas y muchísimo menos que le echara ojo a Luffy. Se sintió extraño preocupándose por que se fijaran en el muchacho.

Rosinante le ayudó a subirlo por las escaleras para luego cruzar un oscuro y alfombrado pasadizo hasta llegar a la habitación de Law.

 

-        Por cierto, ¿qué haces despierto a estas horas Cora-san?

-        ¿Que tu tío no puede preocuparse? Aunque no me importaría si te quedas por ahí, pero deberías avisar por lo menos… ¿recuerdas cuando te hiciste esos tatuajes sin preguntarnos?...

-        Ya, vale, ya entendí – farfulló Law sólo para evitar escuchar las historias de Rosinante – sólo… no le digas al Sr. Doflamingo que… traje a alguien

-        Descuida, no diré nada

 

Y eso era lo que le preocupaba más, Rosinante no era malo, pero sí torpe, y aunque no tuviera malas intenciones, sin querer podría mencionar algo y luego tendría a su hostigante padre adoptivo pisándole los talones.

Una vez se supo solo, Law recostó al menor en su cama; aquello lo puso de los nervios, jamás había tenido alguien ajeno a él en su cama, menos en su habitación. El lugar era un tanto peculiar, con posters de grupos de rock pesado o metal en la pared, otros más de partes del cuerpo humano y un gran estante enriquecido de varios libros de medicina, sin faltar su escritorio y lamparilla. La ventana al lado de su cama dejaba filtrar la luz de la luna sobre el chico frente suyo, se sentó a su lado y por mero instinto acarició los hilos delgados de cabello negro, acercó su nariz a la mata y pudo aspirar un agradable olor a champo de bebé, la dulce sensación reciente le invitó a cerrar los ojos y recostarse acurrucado al lado. Antes de poder darse cuenta, ya tenía los brazos de Luffy atrapando su abdomen como si fuera un niño, el mayor abrió los ojos algo sobresaltado y se dio cuenta que estaba haciendo una estupidez; el chico tenía novio, y además, no era propio de él comportarse así. Sacudió su cabeza y trató de zafarse, sin embargo, el agarre de Luffy era digno de un candado; y por más que intentó, no pudo hacer nada para liberarse, además, lo último que quería era despertarlo.

Así que un poco abochornado y con sumo cargo de conciencia, cerró los ojos y decidió dormirse, también estaba agotado.

 

 

******.******

 

Esa mañana Sanji tocó la amplia puerta de madera de la oficina del CEO, ya estaba preparado para echarle la culpa a Zoro por lo que Mihawk había visto, dudaba que despidieran al peli verde, era el sobrino obviamente; en cambio él era solo un recomendado con buenas notas que de seguro no sería difícil reemplazar.

El rubio se asomó luego de obtener la autorización del jefe, esperaba ver a Zoro ahí, sin embargo, le tocó la ventaja de ser el primero en llegar.

 

-        Pase de una vez

 

Una vez dentro, observó con asombro la oficina, era un espacio sobrio y levemente opaco, algo diferente a la decoración variopinta de la mayoría de pisos de la compañía, incluyendo la suya.

-        Esperemos a Roronoa para implantarles la sanción correspondiente

-        ¿Me va a despedir?

 

El mayor enarcó una ceja algo desconcertado.

 

-        ¿Por qué habría de despedirte? Eres un recomendado de Akagami Shanks ¿cierto?

-        Sí, él me recomendó, pero mis actitudes no tienen que ver nada con él…

-        Lo sé

-        ¿Entonces despedirá a Zoro?

 

 En ese momento alguien estampó la puerta de la oficina.

 

-        ¿¡Quién me va a despedir!? – azuzaba bastante alterado el joven peli verde que llegaba algo agitado, seguro al haber estado corriendo

-        Llegas tarde

-        Me retrasé por… por el tráfico

-        Mentira – el rubio lo miró con malicia – seguro se perdió

-        De eso nada cejas de sushi

 

Ambos juntaron sus frentes a modo de reto a la vez que se insultaban extraños apodos, el mayor cerró los ojos mientras se recargaba en su silla. Ese par tenía una química especial algo entretenida, definitivamente a su sobrino le gustaba ese rubio; puesto que se comportaba de una manera diferente con él, un lado curioso de su carácter que recién podía notar.

A esos dos les gustaba discutir, tenían algo así como una atracción desesperante que demandaba la atención del otro constantemente. Al hombre de mirada dorada le gustó la idea de que su sobrino al menos sentara cabeza en alguna cosa siquiera y no se la pasara vagando o entrenando como siempre lo hacía. Escuchar las constantes tertulias de su primo acerca de su sobrino se había convertido en un hábito que deseaba dejar.

 

-        ¿Podrían guardar silencio por favor?

 

Ambos se pararon al lado del otro sin decir mucho, aunque dedicándose una que otra mirada acusante.

 

-        No les voy a aplicar el castigo del año, pero al casi haber convertido mi compañía en un hotel – dijo provocando un ligero sonrojo en ambos – un par de horas extras no les vendría mal

-        ¿Horas extra? Pero si yo trabajo tres días hasta las 8pm

-        Pues te quedarás hasta las 10pm – musitó el mayor cuando su sobrino quiso protestar – Vinsmoke ¿hay alguna protesta de tu parte?

-        ¿Ah? No señor – aunque se notaba la disconformidad del rubio en el tono de su voz

-        Bien, hoy comienzan tus horas extras, espero que sean bastantes productivas porque estaré monitoreándolos

 

La oficina se quedó en silencio por un momento hasta que nuevamente Mihawk decidió romperlo.

 

-        ¿Qué están esperando para empezar a trabajar?

 

Ambos asintieron antes de salir como alma que lleva el diablo estampando la puerta a su paso.

Para mala suerte de ambos, laboraban en la misma sección. Así que caminaron por un rato en silencio hasta que fue hora de tomar el ascensor, Sanji iba a optar por usar las escaleras, bajar unos cuantos pisos más no le era demasiado problema; sin embargo, fue jalado bruscamente dentro del ascensor ni bien fue abierto por nadie más que Roronoa Zoro.

 

-        ¿¡Qué crees que estás haciendo!?

-        Evito que te fatigues

-        No necesito una niñera, mejor preocúpate por no perderte aún en línea recta, alga con patas

-        No tienes remedio ¿cierto?

-        Tú tampoco

 

Mas Sanji se quedó mudo cuando de improviso, el peliverde apretó el botón del sótano como destino antes de estamparlo contra la pared de metal.

 

-        Dime, cejitas ¿hasta dónde podré llegar contigo?

-        ¿Qu… qué estas insinuando?

-        Creo que ambos sabemos perfectamente qué te estoy insinuando

-        La verdad que no…

-        Mira – el peli verde suspiró con impaciencia – aceptas cuando te coqueteo, me respondes cuando busco cualquier pretexto para molestarte, además que tuvimos una cita…

-        No, tú me obligaste a tener una cita

-        Si no hubieras querido, simplemente hubieras desertado

-        ¿Enserio? Me chantajeaste

-        Hubieras buscado otras opciones si es que enserio no hubieras querido salir conmigo

-        ¡Sólo estas buscando ver cosas donde no las hay!

-        No, tú buscas ocultar lo obvio

 

Zoro acercó su rostro al rubio, este último hizo todo lo posible por ocultar su sonrojo pero fue inútil. La cara y el cuerpo le ardían como si estuviera al lado de una chimenea, prontamente se preocupó más por empezar a sudar y verse mal que por las sensaciones que su compañero le causaba; frente a Zoro, él siempre debía verse elegante, aunque las razones para querer eso ni él mismo las entendía.

 

-        Voy a decirlo una vez

 

Sanji tragó saliva, tenía ganas de apartarlo de ahí con una patada pero por algún bendito instinto dentro suyo, esperaba expectante.

 

-        Me gustas, me gustas mucho

 

Los ojos del rubio se abrieron de par en par; es decir, en otros tiempos él hubiera golpeado a cualquier homo que se hubiera atrevido a insinuársele, pero aquí entre nos, aquel joven peli verde le destrozaba los nervios, pero de una manera… agradable.

 

-        Mírate, Roronoa Zoro, diciéndome estas cosas, por favor… seguro sólo te has fijado en el soñado rubio de ojos celestes con el que te acostaste esa vez, ¿no ves? En tu mundo no hay espacio para el amor, sólo hay relaciones vacías cargadas de sexo y promiscuidad, no, yo no quiero eso, no soy parte de eso – se cruzó de brazos – por alguna razón te gusté esa noche y te prendaste, nada más

 

Sanji sabía que no quería decir aquello, pero también era consciente que era la verdad, al menos la que él creía; recordó a Shanks y su hija, de cómo su amigo había sido dejado por un hombre con el que solo tenía sexo sin compromiso y que sin querer, le había dejado un regalito. Era la prueba más cercana de lo que el mundo homosexual representaba no solo para él, sino para la sociedad. Y a las pruebas se remitía.

 

-        Parece que no me has entendido, de verdad me gustas, más que solo un físico que no te niego, es atractivo; pero muy aparte… tú me haces sentir tan… ni siquiera yo lo sé, me llamas la atención más que por tu cuerpo; es esa estúpida extraña manera de ser tuya que me hace necesitar hablarte aunque sea para discutir

 

¿Enserio estaba escuchando al marimo decir eso? No era una confesión al estilo Romeo & Julieta, ni tenía a Zoro arrodillado pidiendo su mano, lo tenía de frente, cerca, acechando cada movimiento que diera; hasta percibía el aliento a menta que tenía al hablar.

 

-        Pues – sentenció finalmente el rubio, mirándolo fijamente – no quiero ni estoy preparado para esto, he sido heterosexual toda mi vida

 

Y sí, le atraía Zoro, bastante, pero también estaba esta sensación pudorosa de dejar lo aceptado en la sociedad y unirse a ese reducido grupo de gente con gustos sexuales anormales.

 

-        De la noche a la mañana no se cambian los gustos – recalcó el rubio

-        No estas cambiando un gusto, estás descubriendo lo que de verdad eres

 

Sanji chasqueó los dientes y miró hacia otro lado. El peli verde presionó sus cachetes y lo obligó a volverlo a mirar, y sin darle mucho tiempo a pensarlo, le plantó un beso brusco. El rubio no supo reaccionar hasta que lo empujó, había dejado que la lengua de su acompañante invadiera su boca por unos escasos segundos. Le daba rabia pero también anhelo, no quería sentirse así… ¿por qué aceptó jugar a lo que sea que estaba jugando el peli verde? Si tan solo hubiera dejado las cosas claras desde un principio…

 

-        Así que decidiste resistir – farfulló el moreno al ser apartado

-        Cállate marimo – espetó hastiado – no puedo darte una respuesta ahora, así que sólo finjamos que esta conversación jamás pasó

 

Las puertas del ascensor se abrieron en el sótano, donde los autos se estacionaban, el peli verde sólo había presionado lo más bajo que pudo para tener tiempo de hablar con el rubio; nuevamente presionó un botón pero esta vez era el piso correcto; no dijeron nada durante el trayecto. Zoro se sentía avergonzado y algo ofendido, había dejado de lado su orgullo por los instintos y lo único que recibió fue indiferencia justificada, para ser la primera vez que decidía empezar una relación con un chico, estaba mal, terriblemente del asco.

Se le había quitado las ansias de seguir intentándolo, al menos por el momento.

Una vez llegaron al destino, Zoro salió rápidamente, dejando al rubio solo. Sanji estuvo tentado a sacar un cigarrillo de su bolsillo y dirigirse a la sala de fumadores, pero algo lo detuvo ya que unas terribles arcadas se hicieron presentes de un momento a otro, tragó en seco y fue directamente al baño del piso.

Ya casi sin poder resistirlo, pateó la puerta del primer cubículo que se encontró, se arrodilló frente al escusado y devolvió el café de la mañana. ¿Qué demonios? Solo había desayunado café y no recordaba haber ingerido algo que le hubiera caído mal. Trató de ordenar sus ideas mientras se dirigía a los lavamanos, prácticamente se empapó los cabellos y la cara con agua y se enjuagó la boca. Iría a por su cepillo de reserva en su escritorio luego y asearse como se debe.

 

-        Probablemente es el estrés – se convenció mientras se estiraba

 

Debía dejar de meterse en problemas y por supuesto, alejar a Roronoa Zoro de su perfecta heterosexualidad.

 

 

*****.*****

 

Ya en la hora de almuerzo, Shanks sonreía a su hija mientras esta le relataba que había sacado perfecto en el examen de matemáticas, al lado de ambos estaba Ben que comía su espagueti con calma, diferente de su pareja, que cada que podía devoraba los ravioles.

Una vez la menor hubo terminado, miró de frente a su progenitor y le analizó un poco curiosa.

 

-        Maaa… me dirás de una vez ¿por qué me trajiste a mi restaurante favorito? Hoy no es mi cumpleaños

-        Hahaha… – rió Beckman al ver al pelirrojo tragar en seco – lo de lista definitivamente no lo heredó de ti, Shanks

-        Ben, no me estás apoyando

 

La niña los analizó a ambos; nunca almorzaban con el tío Ben a menos que se encontraran casualmente o en un día festivo junto con los demás amigos del pelirrojo. Pero hoy ambos fueron a recogerla, sumándole eso que veía a su padre algo nervioso.

 

-        Sellawk, verás… err… tu tío Ben y yo…

-        Dímelo de una vez, pa-pi – Shanks sabía que cuando ella separaba las sílabas, era porque estaba molesta

 

No le costó ni un minuto hacerse a la idea de lo que Shanks le quería insinuar, y eso la encabritó un poco.

 

-        Querida, he decidido empezar una relación con Ben ¿qué te parece? Tendrás a uno de tus tíos queridos visitándonos muy seguido…

 

El silencio de la menor no le dio buena espina; Ben ya sabía que eso la incomodaría. Pero Shanks insistió en que si iban a fingir ser pareja, debían hacerlo lo más creíble posible y necesitaban el apoyo de la menor; considerando que ella no sabía que el motivo era alejar a Mihawk, también decidió fingir frente a ella. De hecho, el pelirrojo estaba seguro que por ahí algún insulso chismoso lo observaba para desmentirlo, conocía bastante a Mihawk como para tomarse el lujo de hacer precauciones. Necesitaba quitárselo de encima.

 

-        Shanks ¿estás borracho? – preguntó Sellawk entrelazando sus dedos sobre su mentón

 

Ahí estaba, cuando ella lo llamaba por su nombre, era que estaba muy incomodada. No era la típica adolescente que agudizaba su voz para pedir mañas o caprichos, ella era más serena y muy, muy tenebrosa si es que se lo proponía. Diferente a lo dulcemente tímida que mostraba ser cuando estaba de muy buen humor, cosa que no sucedía a menudo, su sequedad era marca original de Mihawk.

 

-        ¿Ah? No… claro que no Sellawk, hablo enserio

 

Los ojos ámbar fueron directo a taladrar a Ben.

 

-        A mí no me mires Sella, todo fue idea de tu padre

-        ¡Ben! Qué mal amigo eres

 

Y fue con eso que la chica notó la mentira detrás, llamarle “amigo” a su pareja no era exactamente apropiado dada la cariñosa naturaleza del pelirrojo.

 

-        Y me podrías decir ¿cuál es el objetivo de esto? – volvió a hablar la menor, un poco más relajada

-        ¿Debe haber algún objetivo detrás de una relación?

-        Papá, por favor, no saqué tu despiste

-        Shanks, ella ya se dio cuenta – afirmó el de cabellos oscuros

-        ¿Ah? ¿Qué dices Ben?

-        Esto no va enserio, padre, se les nota a kilómetros

-        En realidad es una farsa para alejar acosadores de tu padre Sella

-        ¡Cómo dices eso Ben! – le regañó – Sellawk, querida… si… si Ben y yo nos queremos mucho

-        ¡No te comportes como un crío! – sentenció la dama – no mola, enserio, ni siquiera yo hubiera tenido semejante idea y eso que tengo once años, de los dos, al parecer yo soy la más madura

 

Ben se recargó sobre su silla con una sonrisa, en verdad le daba curiosidad conocer al otro padre, y sí, el pelirrojo tuvo que contarle la verdad detrás de Sellawk dado que estaba colaborando.

 

-        Cariño, escucha…

-        No – miró al pelinegro – y tú, tío Ben, te me caíste… ¿cómo le sigues el juego? – se puso de pie – me voy, y no se molesten en seguirme, ya se guiarme solita

 

Tomó su mochila y se alejó de la mesa con rumbo a la salida.

 

-        Ben, esto es tu culpa – Shanks miraba apenado a su hija, no le gustaba estar peleado con ella – si no le hubieras dicho…

-        Ella se dio cuenta tan solo al analizarnos y escucharte hablar, no tenía sentido seguirla liando más, la conoces, detesta las mentiras – vio al pelirrojo apretar su vaso – no creo que esto se arruine si ella lo sabe

 

Lo que más temía Shanks era que su hija y Mihawk tuvieran algún contacto, ni siquiera sabía por qué temerle a eso pero la situación lo ponía de nervios.

 

-        Vamos a tu trabajo, ya va a terminar tu hora de refrigerio

-        Está bien

 

Ben pagó la cuenta por cortesía y llevó a Shanks en su auto al gran edificio donde trabajaba, en el camino hablaban de cosas triviales y recordaban algunas anécdotas. Por lo que ambos llegaron de buen humor a su destino. El pelirrojo se bajó y se acercó a la ventana del vehículo una vez cerró la puerta.

 

-        ¿Quieres que venga a recogerte?

-        Por favor Ben, parecemos una pareja de verdad

-        Jajaja ¿No se supone que hay que parecer reales?

 

La mirada del hombre de coleta cambió totalmente mientras fijó su objetivo en algo detrás de Shanks.

 

-        ¿Es él? – a Shanks se le crispó el cuerpo cuando escuchó la sepulcral voz tras de sí

 

Era Mihawk, ni siquiera supo cómo se acercó y menos en qué momento se apareció ahí, sólo estaba consciente de que esos amarillos ojos querían taladrar a su amigo Ben.

 

-        Señor Dracule, ¿quién es quién?

-        Deja de llamarme así – Mihawk atrapó los ojos del pelirrojo con intensidad - ¿este es tu pareja?

-        Sí, soy su pareja – contestó Ben

 

Esta vez Shanks se había quedado sin saber exactamente qué decir.

 

-        No le he preguntado a usted, estoy hablando con Shanks

-        Pues lo que le involucre a él, me involucra a mí ¿no es así querido?

 

El pelirrojo sólo asintió por inercia, estaba algo hiperventilado; aunque no debía haber motivo para ello, por alguna razón, el padre de su hija lo dejaba knock out en algunas ocasiones.

 

-        ¡Shanks, di algo! – dijeron ambos al unísono

-        Ne… necesito… ir a los servicios – miró al suelo – Ben, hablamos luego, ve con cuidado

 

Y se dirigió a paso apresurado hacia los servicios varoniles del primer piso, a pesar de que Beckman llamaba insistentemente, no le hizo caso. El hombre de coleta intentó seguirlo, sabía que su amigo estaba sintiéndose mal, pero el de mirada dorada ordenó a los vigilantes de la entrada que lo retuviesen; una vez quitado del camino al supuesto novio del pelirrojo y aún con los reclamos desde la entrada, Mihawk fue casi pisándole los talones a Shanks.

 

-        ¿Por qué rayos me quedé mudo? – se cacheteó las mejillas una vez se hubo remojado la cara – hace mucho que no me pasaba algo parecido

 

La primera vez que se hiperventiló fue cuando Luffy de 10 años se perdió en el parque junto con la bebé Sellawk, ese día no pudo ni respirar del susto.

 

-        ¿Ya estás más calmado? – escuchó a Mihawk en el marco de la puerta, cuando se viró a verlo, estaba ahí, recostado y cruzado de brazos

-        ¿Por qué estás aquí?

-        ¿Esperabas que fuera él el que viniera a verte?

-        Disculpa… ¿me estás haciendo una escenita de celos? ¿¡Tienes tal descaro!?

-        Tengo derecho, no me creo que él y tú tengan algo

-        ¿A sí? Y se puede saber… ¿Cómo has sacado esa conclusión?

-        No es tu tipo

-        Qué razón más tonta… ¿crees que sabes cuál es mi tipo?

-        Lo sé

-        Dahahaha ¿Así? ¿Cuál es? – ese hombre siempre tenía una respuesta para todo

-        Yo, yo soy exactamente tu tipo, te gustan fríos, dominantes

 

El mayor caminó lentamente hacia un paralizado Shanks algo conmovido por su cruel atractivo y esa manera tan tenebrosa que tenía de seducirlo.

 

-        No puedes ocultarlo, mientras más misteriosos sean, te da más curiosidad… pero te aseguro, Shanks, que no has encontrado nadie mejor que yo porque… como me lo dijiste una vez… te tengo hechizado desde el alma ¿lo recuerdas?

 

Su sonrojo no se hizo esperar, ¿en qué momento le dijo algo así?... pues no lo recordaba, tal vez en una de esas noches donde balbuceaba verdades mientras estaba perdido en el placer.

 

-        Cállate… si fueras un caballero… no me estarías diciendo tod…

 

El pelirrojo no puedo ni terminar ya que fue acorralado bruscamente en la pared más cercana y besado con brusquedad. Ni siquiera supo cómo, pero ya estaba correspondiendo a la ahogante danza de lenguas que buscaban el control; una de las piernas de Mihawk presionó el miembro de Shanks por encima de la ropa, masajeándolo levemente, sabía que el cuerpo del pelirrojo era sensible. El pelirrojo, semi ido, se aferró un poco más a los brazos del azabache. Finalmente se separaron, siendo Shanks el que mordía el labio inferior del mayor con lentitud y suavidad. Cuando fue consciente, empujó levemente a su opresor y se tocó los labios.

 

-        Con esto, me dijiste todo Shanks

-        ¡No es lo que estás pensando!

-        Es exactamente lo que pienso y más

 

Y sí, lo dejó en medio del baño, con los nervios rotos y a punto de llorar por haberse dejado llevar. Shanks maldijo sus instintos y ese deseo insano que causaba el mayor, ningún plan que ideara daría mucho resultado con Mihawk, pero… ¿qué se supone que debía hacer?... no estaba preparado para contarle su anormalidad y mucho menos que había una niña en medio. No podía simplemente venir a querer derrumbar su estabilidad emocional, ya no era un joven descuidado, ya no quería arriesgarse. No si eso significaría hacer sufrir a su hija, porque por él, como que vuelve a volar y caer mil veces en los brazos del azabache.

 

 

 

******.******

 

-        ¿Es esta tu casa? – inquirió el ojeroso

-        Sí…

 

Law enarcó una ceja, desde que ambos despertaron abrazados en la cama del pelinegro, Luffy se había comportado un poco extraño, estaba algo más tímido y se sonrojaba de vez en cuando. Y aunque ya se había cansado de decirle que no había pasado nada malo entre ambos, no podía hacer que Luffy cambiara de actitud.

 

-        Oye, escucha… ¿podrías dejar de ponerte así?

-        ¿Así cómo?

 

“Deja de hacer esos adorables pucheros”… pensó pero lo borró inmediatamente, ¿qué le estaba pasando?

 

-        Un poco callado… mira, no quiero que tu familia piense otra cosa

-        No lo harán

 

La puerta de madera se abrió de par en par, de ella, Sabo salía discutiendo con Ace de quién sabe qué, pero al ver a Luffy, se callaron y corrieron directo hacia donde el menor. Law no sabía exactamente qué hacer, si irse o explicar las cosas.

 

-        Luffy ¿dónde estabas? ¡No llegaste en toda la noche! – lo zarandeaba Sabo – tu padre no dejaba de llamarme muy preocupado

-        Y a mí también – farfulló el pecoso

-        Shishishi… estaba… estaba… en casa de Torao

 

Tanto Sabo como Ace miraron a Law.

 

-        Pasé la noche en su casa, no se preocupen

-        ¿¡Qué pasaste la noche con quién!? – ahí estaba, Garp, el abuelo del menor había salido en el momento menos oportuno

 

He de agregar que, nadie a excepción de Ace, Law y algunos conocidos externos a la familia Monkey D. sabían acerca de la relación que tenían Sabo y Luffy. Gracias a unos rumores, Garp se enteró de que Luffy estaba con novio, pero aún no sabían quién era. Sino, el rubio estaría sepultado en quién sabe dónde.

 

-        Sabo-ya no es ni siquiera parecido a lo que están imaginando – en realidad le ponía los pelos de punta estar aclarando este tipo de cosas

-        A ese mocoso no le tienes que dar explicaciones sino a mí, delincuente aprovechado – azuzó el abuelo

-        ¿Disculpe?

 

Si algo le molestaba a Law, era que lo tildaran de mala persona solo por su apariencia algo diferente, eso no.

 

-        Mírate, chico, pareces un pandillero con tatuajes… en todo el cuerpo de seguro, me apuesto a que quisiste…

-        A mí no me importa vuestra opinión acerca de mi físico ni mi comportamiento, absténgase de decirme sus comentarios porque no los escucharé

 

El mayor de todos se quedó perplejo, ni siquiera Luffy le reprochaba algo en esa magnitud. Claro, Garp les pegaba a todos, aunque ahora que ya estaban grandes, no se sabría muy bien el resultado.

 

-        ¿Cómo osas… muchacho insulso?

-        Muguiwara-ya, Sabo-ya, chico de pecas-ya,  me retiro; gracias por los inconvenientes

 

Se dio la vuelta sin importarle los reclamos de Garp mientras hacía oídos sordos a todo lo que pudiera ser ofensivo para su persona. Si algo había aprendido de su tío Rosinante, era hacer oídos sordos y callar cuando es debido.

 

-        ¡Luffy! ¿¡Cómo es eso de que pasaste la noche con ese delincuente!? ¿¡Cuánta mañosería habéis aprendido!? Cuan mal ejemplo fue ese desviado de Shanks…

-        ¡No lo hice abuelo! ¡Y no hables mal de Shanks!

-        ¡A la casa! Cuando tu padre se entere…

-        ¡Quiero ir a la casa de Makino!

-        ¡Pasa he dicho!

 

Sabo no podía sentirse peor, si él no hubiese dejado a Luffy con Law, nadie hubiera pasado la noche en vela mordiéndose las uñas de los nervios y mucho menos los hubieran regañado.

 

-        Ya estarás contento – esta vez el que atacaba era el pelinegro de pecas

-        ¿Mn?

-        Mira, la casa de mi primo fue un caos toda la noche, y yo también estuve muy preocupado…

 

Cuando Ace se había enterado de que Luffy no había llegado a casa, inmediatamente creyó que la pasaría con Sabo. Y eso lo estaba matando.

 

-        No fue mi intención

-        Sabo, no sé si esto es mejor o peor…

-        ¿A qué te refieres?

-        Que pasara la noche con ese tipo que apenas y conozco, no me da buena espina

-        Es un amigo de Luffy, mi intención no era que no llegara a casa, también me desconcerté…

-        ¿Por qué… lo dejaste con él?

-        El señor Dragon me pidió unos favores, es mi jefe, tenía que hacer caso – botó aire – no quería decepcionar a Luffy

-        Si supiera que sales con su hijo…

-        ¿Qué estás insinuando?

-        Debes decírselo ¿o qué? ¿no estás seguro?

 

Ace quería presionar al rubio, incitarlo a que le dijera que no estaba seguro y en ese momento, sugerirle que separarse era lo mejor. Aún tenía esperanzas. Quería protegerlos a ambos, a Luffy como su primo y hermanito, y a Sabo como su pareja y compañero.

 

-        Ace ¿otra vez con eso?

-        Sí y será así por siempre

-        No quiero hablar al respecto

-        ¿Por qué rehúyes?

-        ¡No lo sé!... quiero mucho a Luffy…

 

“Pero tal vez no de la manera en la que exige una relación…” dijo entre pensamientos, pero no podía decírselo a Ace, temía la reacción un tanto brusca del azabache.

 

-        ¿Quieres tomar algo?

-        ¿Qué? – la pregunta dejó un poco descolocado a Sabo

-        Tú, yo, ir, juguería, ahora – dijo con señas y una expresión burlesca – para que nos relajemos un poco

-        Bueno, si sale de tus bolsillos

-        Jajaja claro, vamos

 

Ace estaba confundido, enojado, celoso, triste, eufórico y todo a la vez; pero confiaba en que Sabo y Luffy se darían cuenta de que eso no iba a ningún lado. Tampoco quería verse como el mal hermano con ganas de quitarle el novio a su primito, sólo… quería que los hilos del equilibrio lo ordenaran todo. Sin embargo, esperar lo estaba desesperando un poco. Pronto, explotaría, o eso él creía.

 

 

*******.*******

 

Mihawk había estacionado su auto fuera de la escuela de Sellawk, ni siquiera sabía con exactitud el por qué estaba ahí, la dirección se la había dado uno de los observadores que recién había contratado hacía un par de días. Algo extraño le pasaba con esa púber quisquillosa, le recordaba algo a él; siempre se había imaginado cómo serían los niños que él y Shanks hubieran adoptado si es que decidieran tener una familia. Tal vez un niño o niña que tuviera los rasgos de ambos. Y esa chica cumplía las expectativas, sobre todo por sus ojos, era la primera vez que alguien le hacía competencia a sus ojos. Claro, los suyos eran más grandes y crueles en cierto sentido.

¿Y si esa niña era adoptada?

Probablemente en el afán de Shanks por querer algo de ambos, adoptara un bebé parecido a él. Pero era muy improbable, aunque con el pelirrojo jamás se sabía.

Y ahí la vio, saliendo con su uniforme de escuela, a las cinco de la tarde mientras conversaba con sus amigas, salió de su auto color negro y se recostó en el; mirando a la púber.

Cuando Sellawk y el azabache cruzaron miradas, la primera se detuvo, despidió a sus amigas y caminó rumbo al mayor un par de pasos.

 

-        ¿Qué hace usted aquí?

-        ¿Podemos tener una charla normal?

-        ¿Disculpe? Hasta donde esté yo enterada, no habría motivo por el que debamos charlar

-        Quiero hablar de tu padre

-        No lo quiero cerca de él, ni a usted ni a nadie

 

Rayos, la pequeña arpía era testaruda, al menos para Mihawk. Pero tenía que ganársela, o al menos hacerla entender que iba, de todas maneras, pasar algo entre él y Shanks. Porque con lo de esa tarde, era más que obvio que tenía todas las de ganar.

Pero estaba ella de… obstáculo. Lo presentía, no había que ser muy ducho para suponerlo.

 

-        Una última charla – aceptó la niña – mi papi me enseñó que no debo hablar mucho con extraños – sonrió socarronamente

-        Te enseñó bien, pero yo soy su jefe y tu futuro padrastro, ahora, por favor, al auto

-        ¿Ah? ¿Qué está diciendo?

-        Te llevaré donde quieras, mientras no sea algo imposible

-        A la pastelería cerca de Sabaody

 

El mayor cerró los ojos a modo de afirmación y la niña caminó insidiosa con elegancia. Quién sabría, tal vez se podría sacar algo provechoso de esto.

 

 

******.******

 

 

 

 ███▓▒░░.NEXT.░░▒▓███►

Notas finales:

Gracias por haber leído :3 trato de avanzar en juntar a los personajes pero xD todo en su momento TT_TT quiero lemon… oki no :v

Kami, debo dejarlos mis estimados, no sin antes con unas imágenes MISHAZOSANLAWLU  al menos las principales xd de AceSab y DoffyCroc es un poco dificil encontrar DX sobre todo de la primera u.u

También agradecería que me dejaran vuestras opiniones, quejas, sugerencias, saludos, correcciones, etc c:

Nos vemos!!! Good Luck

<3

 

 

Lunes 30 enero 2017


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).