Hoy toca celeste.
Sasuke caminaba por un pasadizo oscuro. Tanto a su derecha como a su izquierda había varias puertas ligeramente entreabiertas, lo suficiente para notar que dentro de cada habitación no había luz.
Pasó muchas puertas hasta que vio una de la que salía agua. De esa habitación salía una luz azulina.
Al final eh regresado.
Siguió caminando. Cada puerta que pasaba tenía más luz que la anterior.
Creo que esta estará bien.
Entró a la habitación. Frente a él se encontraba un niño de tres años tirado en el piso, mirando el techo.
-Levántate pequeño. Mira, te eh traído un regalo.
El adulto le dio una caja mediana al niño. Este la cogió y abrió.
-¡Rompecabezas!
-Puede que te demores mucho en armarlo; es de 70 piezas.
-¡Gracias! Te quiero mucho papá.
El adulto se fue y el pequeño tiró todas las piezas al suelo. Empezó a armarlo hasta que terminó. Le tomó cerca de veinte minutos el hacerlo.
-Ya… terminé.
Quedó bien. Pero nadie lo ve.
Ya era de noche y el niño tenía que irse a dormir. Sasuke siguió los pasos del pequeño hasta su cuarto; este se cambió la ropa por un pijama y fue a su cama.
El niño solo se sentó. No miraba a nadie, solo a la puerta.
Ya es hora de que duermas.
-No quiero. No puedo.
Hazlo.
De pronto la voz de una mujer se oyó en la sala.
-Fugaku, tenemos que hablar.
-Qué quieres mujer.
Escucha, tienes que dormir ahora.
-¿Por qué?
Por favor, duerme. Tienes que hacerlo.
-¡Siempre eres así! ¡Toda la vida soy yo la que trabaja como bestia y tú solo estas allá! Tienes familia. Siempre gastas el dinero en los gustos de ese niño engreído.
Duerme ahora.
-¿Yo soy un niño engreído?
Tápate los oídos. Tienes que hacerlo.
-¿¡Acaso yo no trabajo!? Un trabajo no solo es físico. Además Sasuke no es ningún niño engreído.
-Sí, claro. Le compras Rompecabezas, témperas, colores que al final termina por malgastar. Todo el día está jugando, rayando las paredes. Le estás dando un mal ejemplo a nuestro hijo.
-¿Están peleando… por mí?
De los ojos del niño empezaron a brotar pequeñas lágrimas, lágrimas que limpiaba con sus manitos.
Calla. No deben oírte. Un Uchiha no llora por algo así.
-¿Acaso si yo no estuviera aquí mis papás no pelearían?
El niño miró a Sasuke. Lo miraba atento, casi sin parpadear.
Es hora de dormir.
-No, es hora de despertar.
8:47 am.
Sasuke abrió los ojos. Estaba en su cuarto, en su cama.
-Fue un sueño.
-Ve a desayunar Sasuke.
Se levantó de su cama y bajó al comedor. Como siempre, solo estaba él.
-Quaquer con leche.
Desayunó como normalmente lo hacía, sin prisa. Cuando terminó lavó su taza y subió a su habitación. Cuando estaba por entrar sonó el timbre. Bajó para abrir y al hacerlo se encontró con el rubio del día anterior.
-Olvidé por completo que vendría.- Pasa. Te estaba esperando.
-¿Ansioso?
-Sí.
Sasuke subió a si habitación seguido del rubio. En definitiva fue un error darle su dirección y peor, el haber acpetado su oferta. No se sentía con ánimos de aguantar a nadie en ese momento, pero tendría que hacerlo.
Ya está aquí, ahora me aguanto.
-Comencemos con Aritmética, ¿Te parece?
-Ya.
Naruto sacó su boletín para empezar a resolver los ejercicios, al igual que Sasuke. A diferencia de Naruto, que estaba resolviéndolos sin ningún problema, Sasuke no pudo terminar ni el primer ejercicio.
-Eso es lo que pasa cuando no estudias ni tomas nota.
-Dime cómo resolverlo.
-Ahh… Mira.
Naruto resolvió el ejercicio y siendo observado atentamente por Sasuke. Luego le devolvió el boletín. Luego de aproximadamente quince minutos Naruto seguía resolviendo los ejercicios mientras que Sasuke ya había acabado. Cerró el boletín y salió de su habitación sin decir una palabra. Cuando regresó cargaba con dos vasos con refresco de los cuales uno dio a Naruto.
-Cómo le hiciste para terminar antes que yo. Hace un rato no podías ni con el primero.
-Por eso no tomo nota. Sólo estudiaré una semana antes del examen. Con eso será suficiente.
-Engreído. Si de verdad pudieras ingresar no seguirías en la academia. ¿Cuántos puntos sacaste en tu anterior examen de ingreso?
-Creo que fueron mil puntos.
-¿Mil puntos? ¿Con solo estudiar una semana sacaste mil puntos?
-No estudié.
-¿¡Qué!?
-Todavía no acabas.
Luego de eso Sasuke no volvió a hablar. Aun cuando Naruto ocasionalmente le preguntaba qué estudiaría o si realmente iba y postular no habló hasta que Naruto terminó de resolver los ejercicios del boletín.
-Ya debes marcharte.
-Pero hay otros cursos.
-Ya estudié por hoy. Allá tú si quieres resolverlos.
Sasuke se echó en su cama sin prestar la más mínima atención a Naruto, que seguía resolviendo ejercicios de otros cursos. Pensaba, como normalmente hacía cuando estaba solo. Eso hasta que dieron la una de la tarde.
-Ya es hora. Ahora sí tienes que irte.
-Sí, sí. Oye podrías ser más cortés.
Salieron ambos rumbo a la academia. Tampoco se dirigieron la palabra en todo el camino. Llegaron y tomaron asiento siendo el azabache quien se alejara del rubio sentándose en otra carpeta.
Terminadas las clases volvió a su casa. Había sido un día bastante agotador, como todos los viernes. Entro, cenó y todo lo demás, como todos los días.
Mañana es sábado. Algo de paz; artificial pero paz al menos…