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Apariencias por Momoka Yuuki

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Notas del fanfic:

¡Hola, hola! Dando lata nuevamente.


Este fic anteriormente estaba pensado en una historia yuri, ya tenía en mi mente (y algunos bocetos) listos. Obviamente las personalidades, más bien personajes eran los mismos del universo de Naruto, nada más que en su versión femenina :D


Pero como quería compartirlo con ustedes hice una adaptación y esto fue lo que quedo :)


Espero y sea de su agrado, es una historia en lo personal considero de lo más común, pero aún así espero que sea de su entretenimiento.


Como siempre, los personajes no me pertenecen son de Masashi Kishimoto. Solo la historia es de mi autoría.

Notas del capitulo:

Esto es como una introducción o una explicación del resumen (que loco).


Puede ser algo lento, pero es de vital importancia.


Sin más que agregar les dejo leer.


Por cierto, su publicación mientras tanto va a ser de manera irregular, sorry >.<


 

Cap.01 Nuevo

Nuevo ciclo, nueva escuela y nueva ciudad. Sus padres ni siquiera le dieron tiempo de darse a la idea de que ya no iban a vivir en el centro de la ciudad y se mudarían al pequeño poblado de Konoha. Era el primer día de clases y por ser el nuevo no le exigieron el uniforme inmediatamente, logrando destacar aunque no lo quisiera. Miró a los alrededores, tratando de ubicarse, había asistido unos días antes para dar un rápido recorrido al colegio y evitar que se perdiera justamente en ese momento, pero lo primero que capto su atención fue un llamativo y rubio doncel que poseía una radiante sonrisa y al parecer estaba dirigiendo a los alumnos de nuevo ingreso. Le hubiera gustado unirse a aquel grupo de jóvenes para así poder conocer más de aquel chico rubio que de inmediato capto algo de su interés, pero no podía, ya que él era un estudiante de segundo grado. Metiendo las manos en los bolsillos de su pantalón color azul marino se dirigió a la dirección por su respectivo horario.

Sasuke, Sasuke Uchiha un varón de dieciséis años que acababa de llegar al instituto principal de aquel pueblo, en el que según su madre se había criado y había conocido al amor de su vida. Resopló fastidiado, no estaba para nada de acuerdo y al menos esperaba que en ese pueblucho no lo catalogarán como doncel, así como le había ocurrido en el colegio anterior.

Poseía una altura de un metro con setenta y cinco centímetros, la complexión de su cuerpo era delgada que por más que hiciera ejercicio, su musculatura no se definía como esperaba, teniendo una apariencia delicada. Además de que su piel era tan blanca y suave, también era poseedor de unos grandes pero inexpresivos ojos negros,  mismos que eran tupidos por unas abundantes pestaña de semejante color, y por último una sedosa cabellera azabache con matices azulados que contrastaba perfectamente con el tono de su piel. He ahí la razón del porque la mayoría pensaban que era doncel, aunque no era precisamente por todo lo anterior mencionado (pero que influía en cierta manera), era por su delicado rostro, esa nariz respingada, esos finos labios rosas y sus cejas poco abundantes. Rompiendo siempre la ilusión de todos aquellos varones que se le acercaban, con su imponente y grave voz, además que viéndolo más de cerca y detalladamente, carecía de las curvas y las finas extremidades que un portador tenía, además de que su rostro poco a poco estaba adquiriendo una forma más cuadrada, varonil. <<Maldita pubertad, ya termina de hacer tu trabajo>> era lo que siempre pensaba el azabache, rogando de que su acoso terminara pronto.

Una vez que tuvo el horario de clases en mano, se encamino directamente al aula. Tocó suavemente la puerta, ya que todos a esa hora de la mañana ya se encontraban en clases. Un profesor de cabellera gris le miró de arriba abajo, causando que se sintiera incómodo y se cruzara instintivamente de brazos, el profesor pereció sonreír, aunque no podía decir que ese gesto era cierto, ya que un cubre-bocas tapaba mayor parte de su rostro. Con una seña por parte del profesor, le indico que entrara al salón.

— Bien muchachos, como es inicio de curso tenemos un nuevo compañero. Mi nombre es Kakashi Hatake y soy tu profesor de matemáticas— tomó asiento detrás del escritorio— preséntate ante tus nuevos compañeros.

El joven Uchiha se presentó ante la clase, siendo interrogado inmediatamente por las chicas y escuchando uno que otro silbido de algún compañero de lo que sería su nueva clase. No agregó nada más que su información básica; nombre, edad y su anterior colegio. Volteó a ver al profesor para pedirle que le indicara cuál iba a ser su nuevo asiento, pero verlo leyendo un libro en vez de prestarle atención hizo que una ceja le temblara levemente.

— Kakashi-sensei— escuchó una voz aguda, que captó la atención del nombrado al instante— Uchiha-san quiere saber dónde va a sentarse.

El moreno volteo a ver hacia donde había escuchado aquella voz, sorprendiéndose que haya sido el mismo chico que vio en la entrada dirigiendo a los alumnos. Escuchó como el mayor le indicaba que se sentará a un lado de aquel joven que le regalo una sonrisa una vez que tomo asiento en el pupitre.

— Hola, mi nombre es Naruto Uzumaki y espero nos llevemos bien— le extendió la mano para que correspondiera su saludo, mientras le regalaba una sonrisa.

— Sasuke— dijo, quedando maravillado por ese par de ojos azules que le miraba emocionados y esa radiante sonrisa de dientes blancos. Cuando terminaron con su breve presentación se percató de como el resto de estudiantes miraban entre extrañados y reprobatoriamente aquel gesto.

El profesor dio dos golpes al pizarrón con el borrador, captando la atención de sus estudiantes al instante, Sasuke sacó la única libreta que cargaría por ese día y comenzó a tomar sus respectivos apuntes.

+*+*+*+

Cuando sonó el timbre que daba inicio a la hora del almuerzo, la mayoría de sus nuevos compañeros de grupo se reunieron a su alrededor para invadirlo de preguntas, pudo darse cuenta de que antes de que toda la bola de alumnos se acercara a su persona, él joven doncel rubio trato de acercarse y de cómo era alejado e insultado en el proceso, desistiendo en su intento y alejándose de todos para salir del aula de clases con una expresión cabizbaja. Se levantó de su asiento para ver cómo se alejaba del salón, planeaba seguirlo pero un par de voces no le dejaron si quiera intentarlo.

— Te aconsejo que no le sigas— hablo una chica de cabellera color rosa y ojos jade— su compañía puede arruinar tu reputación de muchas maneras.

— Escúchala, tiene razón en lo que dice— le secunda una chica de cabellera rubia— la compañía de aquel huérfano es peligrosa. Además para un doncel como tú, es todavía más peligroso— empleo un tono de advertencia.

Su ceja derecha le tembló considerablemente, “doncel”, nuevamente con lo mismo, y que tenía de malo que le hablará a aquel joven rubio, que tenía toda la pinta de ser agradable y nada de lo que ese par de mujeres le trataban de decir— No soy doncel— fue todo lo que dijo, con molestia en su voz para después levantarse y salir del salón. Las chicas que estaba alrededor, incluyendo a esas dos lanzaron un grito de emoción por tan reveladora noticia y los chicos no se tragaban aquel cuento, aunque no pudieron evitar sentirse un poco decepcionados al escuchar ese grave y profundo tono de voz.

Caminó rumbo a la cafetería, palpando sus bolsillos para verificar si traía dinero suficiente ya que por salir rápidamente no tomó su cartera. Al entrar el olor a comida golpeó directamente a su sentido del olfato, causando que su estómago emitiera un ligero ruido. Se dirigió a la barra, escogiendo una ensalada de jitomates y arroz como complemento. Miro a su alrededor, buscando una mesa disponible, ubicando sin querer al rubio que se sienta a su lado, dirigiéndose directamente hacia allá.

— ¿Puedo sentarme?— preguntó, captando inmediatamente la atención del blondo que se encontraba comiendo y al parecer leyendo un folleto, este solo asintió regalándole una tímida sonrisa.

— Pensé que ya no me ibas a dirigir la palabra— habló Naruto, revolviendo con los palillos el caldo de su ramen instantáneo y dejando el folleto a un lado— no después de que escucharas los rumores que rondan sobre mí.

— Trataron de decirme algo, pero lo único que  me dijeron es que eres huérfano y que eres mala influencia, nada más— se levantó de hombros restándole importancia— además soy nuevo y no por ello voy a creer lo que la demás gente diga sobre personas que todavía no tengo la dicha de conocer.

— ¡Enserio!— sus ojos brillaron de la emoción y una grande y radiante sonrisa dibujo su rostro— eres el primero que dice eso. Es cierto que soy huérfano y que he hecho algunas cosas que los demás han malinterpretado, pero juro que no voy a defraudarte dattebayo.

Sasuke solo dibujo una pequeña sonrisa, aquel doncel le parecía demasiado cálido y agradable, aunque un poco parlanchín y escandaloso. Se dedicó a comer sus alimentos con calma, quería preguntarle al blondo a que se refería con algunas cosas y del cómo y porque era huérfano. Pero todo a su debido tiempo, apenas era el primer día y tenían nada de haberse conocido.

— La escuela te va encantar— seguía hablando Naruto, mientras esperaban que sonara la campana para el retorno a clases— sé que perece que todos se dejan llevar por las apariencias y rumores que han existido desde siempre, pero también hay buenas personas. Por ejemplo mis amigos Kiba y Shikamaru, son de otro grupo pero ellos son los únicos que no me discriminaron desde el primer día de clases en la primaria.

— ¿Se conocen desde la primaria?— preguntó algo incrédulo, sabía que muchos compañeros se reencontraban en los nuevos colegios pero las probabilidades siempre eran bajas.

— Si, más bien aquí nos conocemos desde que estábamos en maternidad— soltó una pequeña risa— Konoha es un pueblo que con el paso de los años ha ido creciendo, pero aun así es demasiado pequeño a comparación de la ciudad, por ello es que la mayoría nos conocemos desde siempre, aunque nos llevemos mal— se levantó de hombros, sorbiendo después el caldo de su sopa— si quieres te puedo enseñar el resto de la escuela.

— No hace falta, vine la semana pasada a hacer el recorrido correspondiente— dijo tranquilamente, mientras degustaba lentamente una de las rodajas de jitomate de su ensalada.

Naruto no dijo nada más, aguardando a que el azabache terminara con su almuerzo, dándose cuenta que aquel fruto o ¿verdura? Roja era su favorita.

— ¿Qué tanto miras, dobe?— pregunto el Uchiha al sentir la mirada fija del doncel sobre su persona— ¿Acaso quieres un poco?— con el tenedor de plástico señalo lo poco que le quedaba en la charola.

— No me digas dobe, teme— alegó de inmediato— solo me dio curiosidad el saber que al parecer te gustan muchos los jitomates.

— ¿Cómo puedes decir eso? — trato de sonar serio, aunque no negaba que le sorprendió que aquel rubio haya descubierto con solo observarlo un poco sobre su comida favorita.

— Será porque te tomas el tiempo para saborearlo mientras lo masticas, además de que se te ve ligeramente feliz cuando lo consumes— el azabache levantó una ceja, tratando de comprender que le decía el rubio— es decir, tu expresión es parecida a la mía cuando como mi adorado ramen, ttebayo.

— ¿Así que te gusta esa comida chatarra llamada ramen? Eh— dijo el Uchiha, notando como las mejillas del doncel se inflaban, formando un muy adorable puchero.

El blondo iba a protestar, pero el sonido de la entrada de un mensaje a su celular le obligó a posponer su reclamo para más tarde. Una pequeña sonrisa se dibujó en su rostro, no esperaba que el primer día de clases ya tuviera una oferta de trabajo, no es que no las haya tenido en su temporada vacacional pero sí habían disminuido bastante, batallando considerablemente para poder pagar los servicios de su pequeño apartamento.

Sasuke mientras tanto veía las expresiones del doncel, no pudo evitar fijarse en el viejo y obsoleto modelo de celular que llevaba el chico ¿Quién en esas épocas usaba un teléfono de pantalla monocromática? Obviamente el chico que estaba a su lado tecleando como si la vida se le fuera en ello. No dudaba que el chico estuviera conversando con su novio, porque debía admitir que aquel doncel era bastante lindo y las adorables expresiones que dibujaba su rostro le indicaban que se estaba divirtiendo con la conversación que mantenía.

— ¿Tú novio? —pregunto neutral, una vez que Naruto hubo guardado su móvil dentro de su pantalón.

— Trabajo, solamente— respondió, tomando sus pocas pertenencias de la mesa— es mejor irnos, el timbre de entrada ya no tarda en sonar

El joven varón quería preguntar acerca de su “trabajo” pero al parecer el rubio leyó sus intenciones, levantándose inmediatamente y adelantándose al aula de clase. No comprendía el porqué de su actual actitud, si hace apenas nada estaban platicando amenamente y ahora quería mantener su distancia. No tardó nada en llegar al aula de clase, observando como el rubio tomaba asiento y sacaba aquel folleto que estaba leyendo en la cafetería antes de que él llegara a ¿interrumpir? No se iba a quedar con la duda de saber que le pasaba a su amigo, no entendía porque le interesaba saber cada vez más sobre aquel jovencito Uzumaki, si tan solo apenas se habían conocido. Se quedó fuera del salón, esperaría a que sonara el timbre para entrar.

— Hiciste bien en alejarte de él— escucho una voz masculina muy cerca de él— una vez pagué por sus servicios para saber si los rumores son ciertos, pero aquello me dejó más que sorprendido. Es mucho mejor que esos absurdos rumores que inventan los demás.

El pelinegro volteó a su derecha, para encontrarse con un varón de cabellera blanca y ojos color violeta, mismo que le regalaba una sonrisa de dientes afilados. Aquel tipo no le generaba suficiente confianza y mucho menos por la forma en que le miraba, pero aun así pensó que sería una buena manera de saber a qué se refería con “rumores”.

— ¡Oh! Lo siento, mi nombre es Suigetsu, Hom2;zuki Suigetsu— se presentó extendiendo su mano para que el azabache la tomara, el Uchiha correspondió el saludo asintiendo levemente con la cabeza.

— ¿Qué rumores corren sobre él?— cuestiono, sin querer perecer ansioso o demasiado entrometido, notado como la sonrisa de su compañero se extendía de un lado a otro sobre su rostro.

— ¿A qué no es un doncel bello?— pregunto, dejando de lado el anterior cuestionamiento. Sasuke frunció el ceño, eso no lo quería saber. Ya lo sabía y al parecer todos se habían dado cuenta de la innegable belleza que el doncel demostraba sin ser realmente consiente. El albino se dio cuenta de la mueca que su nuevo compañero hizo por su cuestionamiento— solo contesta mi pregunta y yo te digo lo que quieras saber, claro que nada es gratis.

— Sí, es lindo— bufó, decir que un doncel o una chica era linda a alguien más era de cierta manera vergonzoso, una cosa era en su mente pero decirlo abiertamente, ese no era su estilo.

— ¿Pagarías por tener al menos una cita con él?— volvió a cuestionar el peli-blanco, ganándose una gélida mirada por parte del moreno que solo negó suavemente con la cabeza— bien, pues es eso lo que realmente hace, cobra por salir con alguien.

— ¿Quieres decir que él…?— sus ojos se abrieron por la sorpresa, sin ser capaz de terminar la pregunta, no podía creer a que se dedicaba aquel doncel rubio de aura inocente, que al parecer de inocente no tenía nada. Suigetsu vio la expresión incrédula del Uchiha, soltando así una risilla de burla y negando con la cabeza.

— No es lo que piensas amigo— se mofó de la expresión contrariada del azabache— es únicamente lo que acabas de escuchar “cobra por SALIR con alguien” nada más eso, no besos, no caricias, ni siquiera que uno se tome de la mano con él, claro que si quieres hacer alguna de esas cosas tiene un costo extra.

Sasuke aún no comprendía a que se refería con salir, costo extra, trabajo, nada de nada. Iba a realizar otra pregunta para resolver su duda, pero la campana de fin de receso sonó, imposibilitando que siguiera hablando con el albino.

+*+*+*+

Su jornada escolar concluyo satisfactoriamente. Lo que pensó en un inicio de que sería aburrida su estadía ahí, en ese colegio, le hizo ver que estaba equivocado.

Naruto se despidió inmediatamente de él una vez que el timbre de salida sonó, nada más dedicándole una sonrisa y un “hasta mañana”. El único que lo acompaño hacia la puerta de salida fue el peli-blanco, que en el camino fue conociendo a una chica de cabellos rojos de nombre Karin y un varón de cabellos naranjas que respondía al nombre de Jum2;go, ambos compañeros se le hicieron amigables. Quería preguntarle al Hom2;zuki un poco más acerca del Uzumaki, pero bien sabía que la situación no lo ameritaba, así que con algunas dudas llegó hasta la puerta de su casa.

— ¿Cómo te fue en la escuela, cariño?— fue la primera pregunta que recibió de parte de su amorosa madre, nada más cruzar la puerta y ser recibido por un apachurrable abrazo.

— Me fue bien, mamá— sonrió, con su madre no podía mostrar esa faceta indiferente que le mostraba a los demás— creo que tienes razón, la escuela no es tan mala, aunque…

— ¿Qué sucede, amor?— su voz se escuchó preocupada al ver como su hijo guardaba silencio y pensaba lo que le quería decir.

— Me volvieron a confundir con un doncel— se podía escuchar un tanto fastidiado. Mikoto Uchiha, una mujer de cabellera azabache y piel blanca como la leche y madre de Sasuke Uchiha e Itachi Uchiha, abrazó a su pequeño nuevamente dándole consuelo y repartiéndole besos sobre su negra cabellera— mamá no hagas eso, no ves que ya tengo dieciséis años.

— Para mí sigues siendo mi pequeño Sasu— refunfuño Mikoto, dándole un sonoro beso en la mejilla y peinando los cabellos de su hijo hacia atrás— deberías aprender a tu hermano, él tiene veintiuno y no se queja cada vez que lo mimo.

Sasuke se cruzó de brazos y miró a su progenitora en total desacuerdo, notando como su mamá se reía de él y le decía que parecía niño pequeño haciendo rabieta por nada. Lo admitía, le gustaba comportarse así con su madre, a nadie le dejaría ver aquella faceta “infantil”, salvo a ella y a su hermano.

Notas finales:

Muchas gracias por haber llegado hasta aquí.

Espero y les haya parecido al menos un poco interesante.

Cualquier duda, sugerencia o queja estoy dispuesta a que me lo hagan saber.

Gracias por leer y nos vemos en el próximo capítulo.

Les quiero


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