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Había una vez, un gato...había una vez, un monstruo... por Panda Teme

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Notas del fanfic:

Pequeño y sin más capítulos dependiendo de cómo me vaya en el futuro.

Notas del capitulo:

"Soy malo con las rimas...pero el sentimiento que descargue en él es devastador, con esto no quiero que haya rencores entre tú y yo, ya que siempre te quise y te seguire queriendo..."

con ustedes...u monstruo hermoso que se enamoro de un gato especial...

"Había una vez, un gato...había una vez, un monstruo..."

 

 

"Era una buena noche en la ciudad, la luna llena se alzaba majestuosa en el cielo sin estrellas, siendo cubierta por una ligera capa de nube blanca y crema mientras que la brisa nocturna soplaba gentil. Si, sin lugar a dudas una muy buena noche...."

-ahhh~ esto es muy aburrido- una chica de cabellos azabaches se recostó en la cama y se estiró sobre ella, importándole poco si sus cabellos se enredaban por tal acción. -¿porque haces ese inicio tan aburrido...si me hubieras dejado escribirlo lo hubiera echo mil veces mejor.-

"...bueno...soy el narrador y este es el inicio de una historia seria..."

-uhm...con ese inicio a nadie le interesara escucharla, te lo aseguro...- reprochó la chica con un puchero mientras "veía" al narrador. -apuesto a que estas alturas los lectores que entren ya estarán cerrando la ventana en donde la están leyendo.-

"Ah, de eso no te preocupes...ya que esta historia fue escrita para personas con el entendimiento más allá de lo normal, de esas que no ven con los ojos naturales ni oyen con los oídos hechos de hueso y piel...no no no, solo es para aquellos que leen gracias a la experiencia."

-...explícate.- la chica enderezó su cuerpo y se sentó al borde de su cama.

"Me explicaré mejor contando la historia que estaba a punto de comenzar..."

-ahh...- la chica hizo un gesto de desagrado antes de suspirar. -uhm...muy bien, yo también la escuchare...si no me queda otra opción.- recostó su cuerpo en el colchón y con la mano en la barbilla se dedicó a escuchar la historia que el narrador contaría.

"Bien querida, bien pequeños...escuchad esta historia con un principio establecido pero sin ninguna conclusión aún...

Había una vez una criatura que emergió de los delirios de un científico rezagado y solo, esta criatura no tenía pasado ni poseía un futuro, era una especie de masa sin forma que vivía y se alimentaba de las partículas que flotaban a su alrededor, esperando alguna acción de parte de su creador, atenta al tiempo que corría veloz y modificaba todo a su alrededor pero sin dañarla a ella y a su pequeño corazón, y entonces el creador apareció, dandole a la masa una forma, su primera forma.

Un pequeño brazo emergió, limpio y perfecto pero aún sin nervios para sentir lo que había a su alrededor; formó unas piernas largas y fuertes, pero sin ojos no sabría qué dirección tomar ni dónde el camino terminara; aún había mucha masa así que hizo un pecho en donde refugio el pequeño corazón, lo lleno de sangre y al par de pulmones les dio el aire con el que fluiría la vida; con la poca masa que quedó a la cabeza creó, le dio una bonita forma y de larga cabellera negra la dotó, y así su creación terminó. El científico sonrío ante la hermosa escultura que le veía llena de vida, pero aún faltaba algo, su sexo, su identidad, sus emociones y sus sentimientos.

El científico dio manos a la obra y penetro lo más hondo de ese corazón, encontrándolo vacío y con un buen espacio que llenar. Hizo pues a una niña, una perfecta y pura niña y de nobleza la llenó, pero algo no cuadraba en ella, no estaba satisfecho, así que la reinició, creando así a un varón, galante y recto pero su sed no sació. ¿Que era lo que hacía falta? su creación no estaba completa... ¿que más se necesitaba para hacerla perfecta, única y hermosa...?

¡Pero claro! e ahí la respuesta en lo más oscuro de su mente, oculta y guardada con cerradura de oro. La perfección absoluta no existía a no ser que su criatura fuera imperfecta, horriblemente imperfecta.

El científico tomo un bisturí y con esa idea y de un tajo al brazo arranco y la sangre en sus ropas salpicó. Las viseras saco y el pecho rebano, pero al corazón jamás lo tocó, cambio las partes faltantes con su propia carne y con espinos las cosió, con el sexo de su creación no tendría complicación, ¡podría ser ambos y así no causaría ninguna confusión!

Su criatura estaba lista, horriblemente lista, una aberración ,un monstruo, un monstruo hermoso que daba asco y repulsión. El creador a su criatura amó, en el rincón más oscuro de su casa la acomodó y así todos los días la contempló.

El monstruo por primera vez respiró, y su corazón vacío la sangre bombeó. A la ventana ya estaba acostumbrado a mirar para así a la hermosa luna saludar o al menos ver a las personas pasar. Pero una noche, la más especial, a un gato escucho maullar; levantó la vista y al tejado observó, la luz de la luna llena sus ojos penetro y con cierto dolor el rostro desvió; había visto otros gatos antes, pero este su curiosidad despertó, era un gato especial, la vida y la muerte cargaba a la par y con su sentido del humor le hizo las penas olvidar.

El gato todos los días le visitó y así su confianza se ganó, con sus patitas peludas sembró una pequeña planta en el corazón del monstruo la cual creció con cada oración y esta se llamó amor.

El amor le llegó con muchos nombres, formas y colores, y cada una despertó sus muertas emociones. La primera semilla se llamó amistad y con comprensión la hay que alimentar; llegó después la esperanza, el gato su vida contó, y al monstruo una razón de seguir le dio. El compañerismo no se hizo esperar, con su compañía el gato ahuyentó a su soledad y poco a poco empezó al monstruo a reanimar; movió sus piernas por primera vez y sintió el frío suelo con sus pequeños pies, los brazos movió y sus nervios reanimó. Estaba listo para andar.

-ahora sal de ahí y sígueme, nos iremos juntos a lugares inimaginables.- era lo que el gato cantaba en el marco de la ventana, pero...¿como salir de la oscuridad y presentarse con su figura insana? Además que el creador se enfadaría y era más probable que este les mataría. Pero esos maullidos se intensificaron conforme las noches pasaban, entonando un canto distinto y las notas su alma le hablaban. Ese canto especial al monstruo movió y sin pensarlo dos veces la criatura huyó.

Corrió emocionada por las calles y callejones, dándose con las piedras algunos tropezones. La última semilla había sido sembrada, la más hermosa y mortífera, la semilla del amor genuino, sano y verdadero.

El monstruo buscó al que le profesaba por la ventana esos cantos de amor, más nunca jamás lo halló, su precioso gato un dueño encontró, y su todo amor a esa persona entregó; todo frente a sus ojos se desmoronó y su corazón dolido se partió en dos...

-¡Ay desamor! ¡Negro desamor! ¡Cruel desamor!- sus manos fueron a su cabeza mientras daba gritos sin vergüenza, tirando con fuerza de sus hebras negras y así, con los pies al fin en la verdad, no le quedó más que su propio camino tomar.

Dos desiciones la criatura encontró, con su amo regresar y en aquel rincón oscuro sus días terminar, o hacer maletas y el mundo explorar, enamorarse de nuevo y así su video volver a realizar...

¿Como entregarle a alguien más algo que ya fue dado? un corazón frío y desmoronado, él dijo que lo llevaría a lugares inimaginables y lo cumplió, lo llevó al oscuro y sangrante mundo del desamor...

El monstruo su camino siguió y a su mente palabras de consuelo dictó. Podía ser un amor no correspondido, pero a fin de cuentas era amor, muy unilateral, pero era amor, insano y bizarro, posesivo y gentil, pero aún era llamado amor.

En cada episodio de su dolor, al amo siempre vio, un hombre que no tenía perdón, pero para el tampoco existía la condenación, simplemente la soledad su corazón pudrió y en él el consuelo encontró; y así, con esa ilusión, el monstruo sobre sus pasos se volvió y a su creador regresó con la imagen de un espejismo sonriente, de un gato hermoso y valiente; era lo mejor, siempre será lo mejor...amargura y dolor habría en esta separación, pero si se quedaba moriría por la desolación que inundaría su corazón, por eso era lo mejor, siempre será lo mejor..."

-...- la chica no logró pronunciar palabra alguna hasta que el narrador finalmente calló. -...bueno...¿que más?- exigió saber.

"¿Que más qué querida?"

-¿como que qué más que? ¿que más paso con el monstruo?-

"Uhm...bueno...este es hasta ahora el final."

-¡qué!- la chica se levantó de un salto y frunció el ceño con fuerza. -¿como que ese es el final? tiene que haber más, ¡exijo saber más! ¿donde fue el monstruo, regresó, se enamoro de nuevo o no...o qué?-

"Jeje...paciencia querida...el final se los dejo a su imaginación...este cuento es para que conozcan la existencia de un monstruo que por el primer amor sufrió pero gracias a eso su vida transformó...si regreso con su creador o no ya lo dejo a decisión de los que escuchen esta triste canción..."

-¡deja de hablar así! perturbas...- la chica se volvió a recostar en la cama y se estiró con ganas sobre ella. -¡bah! es solo un tonto cuento... nada de lo que contaste es verdad...-

"Tal vez si, tal vez no... tal vez sea solo una fantasía o es alguna predicción del futuro...o tal vez esté pasando en el presente...el caso está que en algún lugar de este mundo vivió un monstruo hermoso que se enamoro de un gato especial, porque a la vida y a la muerte cargaba a la par..."

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

gracias por leer -w-

 

~Mi Fin~


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