- Es hora...- Dijo con voz temblorosa parado en medio de aquella habitación.
- Listo Bro?- pregunto su amigo quien se encontraba a su lado, lo había acompañado durante toda su vida y ahora estaba presente en uno de los momentos más importantes de su vida.
- S-Si...- Se quedó sin aliento cuando lo observó entrar por aquella puerta. Se veia hermoso, vestía un traje completamente blanco y el cabello ligeramente arreglado.
Tsukishima era hermoso, tenia un cabello hermoso, un rostro hermoso, un cuerpo hermoso, y tenía que admitirlo, un carácter hermoso.
Aunque sonreía muy pocas veces, cada vez que lo hacía el corazón del pelinegro amenazaba con salirse de su cuerpo.
Su sonrisa le traía paz y calma, solo con verlo sonreír sabía que todo estaría bien.
Kuroo nunca olvidará el día que lo conoció.
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Se encontraba en su cuarto año de universidad, en la Facultad de Leyes. Había salido a beber con sus compañeros para celebrar el cumpleaños de su mejor amigo, Bokuto.
- Feliz cumpleaños Bro!
- Brooo! Gracias, solo me falta Akashi para que todo sea perfecto.
- ¿No lo invitaste? es tan raro viniendo de ti.- bromeó Kuroo.
- Si lo hice, me envió un mensaje diciendo que llegaría tarde y que traería un am...
- ¿Bokuto-san?- Justo en ese momento entraba por la puerta un pelinegro acompañado de un rubio con gafas.
- Akaashi!- Gritó el peliplateado - Viniste.
- Se lo prometí Bokuto-san - respondió Akaashi con calma - él es Tsukishima, estamos en la misma facultad y nos llevamos muy bien.
- Un gusto - dijo el rubio haciendo una reverencia. Volteó su mirada a un lado de Bokuto y vio a un pelinegro de peinado extraño que lo miraba fijamente.
Por su parte cuando Kuroo vió entrar a Tsukishima, se quedó embobado, su corazón empezó a latir a mil por hora, fue amor a primera vista.
El rubio era hermoso, pensó que veía un ángel, a pesar de que cuando el rubio lo miro tenía el ceño ligeramente fruncido y parecía irritado, al pelinegro eso le pareció adorable. En ese monto supo que tenia que tenerlo a su lado.
La noche pasó entre risas, bromas y muecas por parte de Tsukishima hacia la energía de todos los presentes, le gustaba el silencio y la tranquilidad y la celebración estaba muy lejos de ser silenciosa y tranquila. Ademas de que Kuroo se la paso toda la noche tratando de hablarle y conseguir su número de teléfono, el cual se lo terminó dando para que lo dejara en paz.
Ese sería el comienzo, de lo que a Tsukishima le cambiaría la vida por completo.
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- Kei... - susurró, mientras el rubio caminaba hacia él, acompañado de Akaashi quien caminaba a su lado.
- Tetsurou - Repondió con una tímida sonrisa en cuanto llegó a su lado.
Por fin había llegado el día, Kuroo había estado esperándolo por tanto tiempo. El día que por fin uniría su vida a la persona que amaba, la persona que le había dado sentido a su vida y que tanto le había costado tener a su lado.
Una voz interrumpió sus pensamientos.
- Buenas tardes, estamos reunidos para unir en matrimonio a Kei y Tetsurou, dos personas que han decidido iniciar un nuevo proyecto de vida, dos personas que por encima de todo se aman, amor del cual, el dia de hoy seremos fieles testigos. - El juez tomó una breve pausa para sonreirles.
Mientras tanto Tsukishima observó a Kuroo temblar y tomó su mano apretandola un poco para hacerle saber que todo estaba bien.
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¡Había aceptado!, Tsukushima había aceptado salir con él en una cita, Kuroo estaba realmente emocionado después de todo sus esfuerzos habían válido la pena.
Se la paso toda la noche planeando a donde lo llevaría, de que temas le hablaría, incluso se había tomado la molestia de llamar a Akaashi y preguntarle sobre los gustos del rubio, para no cometer ningún error.
Habían quedado en encontrarse en el Planetario que había cerca de un parque, Akaashi le había dicho a Kuroo, que Tsukushima era aficionado de la astronomía, estaba seguro que una función sobre astros era una buena idea para iniciar la cita.
Todavia no sabía como el mayor lo había convencido de salir en una cita, pero ante su insistencia términó aceptando.
Kuroo le había dejado en claro desde que empezó a escribirle por mensajes que iba en serio con él. Tsukishima decidió que lo dejaría ser, al fin y al cabo sólo parecía un persona mas en la vida de Kuroo Tetsurou.
Aunque le molestará Tsukishima tenía que admitir que la función en el planetario había sido entretenida, el asunto era que se había pasado casi toda la función esquivando la mano de Kuroo que trataba de agarrar la suya y no se daba por vencido, aun así disfrutó mucho la visita al planetario, el pelinegro le había atinado a algo.
La tarde paso demasiado rápida para Kuroo, después del planetario recorrieron un museo, al inicio Tsukishima parecía aburrido pero cuando llegaron a una exposición sobre el avance de la tecnología se percató que el rubio puso énfasis en los aparatos eléctricos de principios del siglo XIX, no era de extrañarse después de todo Kei era un informático y según Akaashi le gustaba mucho su carrera.
Después de visitar el museo se dirigieron a una cafetería Kuroo pidió un café y Tsukishima un té, compartieron una rebanada de pastel y hablaron acerca de sus intereses, adentrándose poco a poco hacia temas más personales, Tsukishima había exposicionstudiafntrado en confianza.
Salieron de la cafetería y se detuvieron en un parque a descansar bajo la sombra de un árbol, donde continuaron hablando de temas sin relevancia, pero atentos a cada palabra que saliera de la boca del contrario.
Tsukishima tenía que admitir que había sido una buena tarde en compañía del mayor, inconsientemente quería volver a repetir la salida, pero no se lo diría, más bien su orgullo no permitiría que se lo dijera.
Hablaron hasta que cayó la tarde, aunque descubrieron que no tenían muchas cosas en común, disfrutaban de su compañía, era agradable conocer mas aspectos acerca del otro.
Kuroo acompañó a Tsukishima hasta la estación de tren y esperaron sentados en una banca, acompañados de un cómodo silencio, no quería que el día terminara.
Tomó valor y agarró la mano de Tsukishima quien sorprendentemente no lo rechazó, estuvieron tomados de la mano hasta que el tren llegó,se despidieron y Tsukishima sorprendió a Kuroo soltando su mano y regalandole una sonrisa que lo dejó anonadado mientras la puerta se cerraba y el tren empezaba a moverse.
Kuroo sintió que podría morir en paz luego de ver aquella sonrisa que movió miles de cosas dentro de él e hizo que cayera nuevamente por el rubio.
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- Mmm - Se aclaró la voz - Este acto que hoy nos reúne a todos es, sin duda, para ustedes - miro a los novios- el más importante de su relación, un paso más en su condición de pareja. En nombre de todos los amigos y familiares aqui presentes les deseo, de corazón, todo lo mejor.- Unos cuantos familiares y amigos se encontraban presentes en aquella sala, acompañándolos en tan importante evento.
- Así pues- el juez continuó - les pregunto: Tsukishima Kei ¿quieres contraer matrimonio con Kuroo Tetsurou? Y efectivamente lo contraes en este acto? Y tú: Kuroo Tetsurou ¿quieres contraer matrimonio con Tsukishima Kei y efectivamente lo contraes en este acto?
A lado de la pareja, Bokuto y Akaashi sonreían conmovidos y felices por el paso que habían decidido dar sus amigos, así como Kuroo y Tsukishima habían sido sus padrinos en su matrimonio, ellos aceptaron al instante cuando les preguntaron.
Bokuto llevaba 1 año de casado con Akaashi, se habían casado después de 3 años de relación y eran una pareja con altos y bajos como todas las parejas pero completamente enamorados y satisfechos de su decisión, por eso ellos deseaban lo mismo para sus amigos, estaban dispuestos a acompañarlos en todo el camino que recorrieran.
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Después de varias citas, mensajes nocturnos y momentos compartidos Kuroo y Tsukishima empezaron a salir. Tsukishima se había tomado su tiempo al darle su respuesta al pelinegro, pero cuando le dijo que aceptaba Kuroo fue tan feliz que no le importó todo el tiempo que había esperado.
Su relación fue tranquila, se encontraban pocas pocas veces pero cuando lo hacían la pasaban muy bien, Kuroo esperaba a Tsukishima fuera de su facultad y regresaban juntos.
Después de 2 años de noviazgo y de vivir juntos durante 5 meses Kuroo había tomado una decisión, ya no podría estar sin el menor. Quería unir sus vidas en una promesa de amor, Bokuto ke habia dicho que era muy pronto, hace muy poco que vivian jintos, pero a Kuroo no le importaba, él amaba al rubio y le pediría matrimonio, después de todo estaba a punto de terminar sus estudios universitarios y Tsukishima estaba totalmente adaptado al ritmo de la universidad. Si aceptaba ya se las arreglarian contra cualquier contratiempo que se les presentará.
Bokuto y Akaashi ayudaron a Kuroo a planificar el como sería la propuesta, concluyeron en que, conociendo al rubio lo mejor sería llevarlo a un lugar reservado y calmado, elnlugar en donde se conocieron, aquel bar que siempre visitaban, era un poco viejo y sencillo pero acogedor y para Kuroo era un lugar especial, lleno de sentimientos compartidos con su amado rubio.
Ese bar había sido testigo de tantos acontecimientos en su vida: cumpleaños, escándalos, risas, peleas, besos compartidos entre ambos. Sí, era el lugar perfecto para una proposición.
Kuroo había estado actuando extraño todo el día, como si le estuviera ocultando algo, pero como Tsukishima no era de pensar demasiado las cosas lo dejo pasar, ya se le pasaría.
Esa noche habían quedado en encontrarse con Bokuto y Akaashi en el bar al que siempre iban, esperaba una noche común como todas las que tenían cuando salían los cuatro juntos, beberían, disfrutarían del ambiente y el lugar, Bokuto haría un escándalo por lo ebrio que terminaría y al final Akaashi terminaría llevandoselo para evitar que cause problemas, sí, una noche como cualquier otra.
Habían bebido un poco y Tsukishima hablaba con Akaashi de la universidad cuando de pronto Kuroo se puso de pie, el menor lo miro extrañado por su repentina acción, el pelinegro se termino de un sorbo lo que tenía en su copa y se preparó para hablar.
- Kei...- se arrodilló frente a él y lo miro a los ojos - Apuesto a que no veías venir - Sonrió - Te amé desde la primera vez que te ví. Desde que te conocí, desde que tú me eencontraste a mí. Has sido una bendición para mi vida, eres mi mejor amigo, mi motivación, mi bendición, mis sueño hecho realidad. - aspiró profundo y continuó - Quiero envejecer a tu lado, construir un hogar al que siempre puedas llegar y sentirte amado. Yo te haré sentir amado. - Tomó la mano de Tsukishima - Hoy te amo mas que ayer, pero mañana quiero amarte aún más. Así que con esto en mente - con su mano libre, saco del bolsillo de su chaqueta una pequeña caja de color rojo, y la abrió, dentro la caja habia un hermoso anillo dorado engastado con un pequeño diamante en el centro. Volvio a tomar aliento para hablar. - Aún tenemos mucho por recorrer, pero esta noche te pido a ti Tsukishima Kei que camines junto a mí, ¿Te casarías conmigo?...
Kuroo miraba ansiosamente a Tsukishima esperando una respuesta, el rostro del rubio era inexpresivo, eso asustaba al mayor, en ese momento se imagino el peor escenario posible en el que Tsukishima además de rechazar su propuesta decidió cortar su relación.
Kuroo entró en pánico, empezó a temblar y bajo la vista, borro todos los malos pensamientos que se le cruban por la mente, volvió a mirar hacia el rubio, lágrimas silenciosas caían por sus mejillas, su rostro estaba levemente sonrojado y su boca esbozaba un tímida sonrisa.
- Tetsu...- murmuró el menor - yo...- Bokuto, Kuroo y Akaashi lo miraban insistentemente - yo... acepto.
Lágrimas empezaron a salir de los ojos del mayor mientras colocaba el anillo en el dedo del rubio.
En cuanto terminó, no tuvo tiempo de levantarse, Tsukishima se había arrodillado a su lado para lanzarse hacia sus brazos.
Aplausos y silbidos se escucharon a su alrededor mientras Kuroo abrazaba a Tsukishima y le susurraba palabras de amor al oído.
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- Ahora pueden proceder al intercambio de anillos.- Dijo el juez, dando paso a los padrinos quienes entregaron los anillos a cada uno respectivamente.
- Yo, Kuroo Tetsurou, te tomo a ti, Tsukishima Kei, como esposo y prometo serte fiel y cuidar de ti en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida.- Colocó el anillo en el dedo del rubio.
- Yo, Tsukishima Kei, te tomo a ti, Kuroo Tetsurou, como esposo y prometo serte fiel y cuidar de ti en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida. - Colocó el anillo en el dedo del mayor y le sonrió, recibiendo una cálida sonrisa de vuelta.
- En virtud de los poderes que me confiere la legislación del estado, los declaro unidos en matrimonio. Enhorabuena, pueden besarse.- finalizó el juez.
Kuroo se acercó a Tsukishima, se sentía ansioso como un niño pequeño, lo tomo del mentón, cerró sus ojos y posó sus labios sobre los del rubio en un casto pero tierno beso. En cuanto sus labios se encontraron con los de su compañero, miles de sentimientos lo invadieron y no fue capaz de contener sus lágrimas, se separaron y susurró un "te amo" sobre los labios del contrario, ambos sonrieron y volvieron a unir sus labios, esta vez en un beso más prolongado.
Después de firmar los documentos que les ofreció el juez, recibieron abrazos y felicitaciones por parte de sus amigos y unos cuantos familiares presentes en el acto. Salieron del registro civil tomados de las manos, encaminandose hacia su nueva vida juntos.
- Kei, te amo - dijo Kuroo apretando su mano.
- Lo sé, Tetsu - respondió Kei - lo sé, y también te amo.