Advertencia.
El día comenzó ajetreado para algunos, los primeros en levantarse eran informados sobre la presencia de policías y cuerpos de emergencia, cada invitado sería interrogado como posible cómplice ya que las cámaras de seguridad fueron alteradas, lo ocurrido entre las dos y las cinco de la mañana fue borrado. Oficiales iban puerta por puerta inspeccionando y preguntando sobre las actividades nocturnas de los ocupantes, mientras ellos realizaban su trabajo, en las últimas habitaciones los recién casados y sus amigos daban inicio al día ignorando lo ocurrido en la planta baja.
— Lindo gatito, no te escondas, ven a jugar, después te daré algo rico.— hablando entre sueños el jefe de la mafia japonesa, estiro una mano por la cama buscando al dichoso minino. Sonriendo cuál niño apunto de hacer una travesura Akihito se aproximo sigiloso a la entrepierna del yakuza, metiéndose entre la sábana descubrió la virilidad y como buen amante comenzó a masturbarlo con su boca hasta vaciarlo por completo, levantándose luego de su fechoría descubrió que su pareja ya estaba bien despierta. — Creí estar soñando, me dio gusto saber que no es así.
Un maullido fue todo lo que recibió como respuesta, el rubio actuaba igual que un felino arrogante, después de tomar un poco de "leche" dio vueltas en la orilla de la cama y se acostó con el trasero bien levantado hacia la ventana. Despertar con una felacion lo hizo sonreir por demás justoso, se bajo del colchón con toda la intensión de penetrar ese redondo culito que se le ofrecía, sin embargo el rubio gatito quería jugar así que se quito de ahí girando su cuerpo terminó enrollandose entre la colcha y la sábana, pagaría caro por negarse a ser comida para el hambriento cazador quien no se inmutó y persiguió a su presa hasta que la pudo capturar, devorandole de pies a cabeza sin tregua alguna, esa mañana Asami Ryuichi deseaba internamente que todos los días despertasen con esa energía y vigor, pues escuchar a su minino gimiendo, pidiendo a gritos por más mientras se retuerce debajo de su imponente cuerpo era un lujo que sólo él podía ver y poseer.
Otros que también despertaron de buenas fueron el tigre ruso y el dragón de Baishe, desde que el sol empezaba a salir ellos ya estaban en su cama dando vueltas por ver quien quedaba arriba y tomaba el mando de la situación.
— Miki aaah déjame a mi ngh no creo aguantar aaahaa.— con la espalda pegada al colchón y sus piernas abiertas de par en par Feilong era penetrado salvajemente por su esposo.
— No te preocupes si terminas antes que yo volveremos al inicio, lo haremos tantas veces como quieras.— juntando sus labios en un profundo beso Mikhail Arbatov callaba los sonoros gemidos de su amante, aunque debía reconocer le encendía ver el rostro de su dragón mientras lo penetraba pues le es tan estimulante su cara descompuesta de puro placer por ello su habitación tenía un enorme espejo en el techo y otro en la parte de enfrente.
Tal como lo había dicho Feilong, no pudo aguantar más y llegó al tercer orgasmo del día con el nombre de su pareja en los labios y apretando su trasero logrando que el ruso derramará su semen dentro de esa cavidad que horas antes le daba una buena acogida a su miembro. — Deberíamos descansar un poco, no han de tardar en venir y decir que nos están esperando abajo.
— Que se esperen, primero estamos nosotros y por los niños ni te apures deje instrucciones para que les llevasen el desayuno así que puedes estar tranquilo.— liberando a su amante se recostó a su lado cubriendo el cuello de besitos mientras acariciaba su largo cabello, pronunció un té amo casi en susurro antes de dejarlo dormir. Al menos esa era la idea pero el golpeteo en la puerta irrumpió su sueño.
— Policía necesitamos hacerles unas preguntas.— dos oficiales se anunciaban mientras en las otras habitaciones sucedía lo mismo.
Para Asami y Akihito fue toda una sorpresa ya que apenas terminaron de complacerse cuando tocaron su puerta, se vistieron lo más rápido posible y permitieron a los agentes entrar junto a ellos la escolta personal les informo el motivo por el cual la policía estaba en el hotel, Mikhail y Feilong recibieron la misma noticia al igual que Yoh, Kuroda y Hatori, junto a sus parejas. Las preguntas eran iguales para todos ¿ Donde estuvieron a tales horas? ¿ Escucharon o vieron algo sospechoso durante la noche? ¿ Conocen a esta mujer? Mostraban la fotografía de la mucama con su uniforme puesto, era preferible que viesen esa imagen a la que actualmente se encontraba en una habitación.
Como era de esperarse ellos no hubiesen escuchado nada pues estaban muy ocupados calmando el calor de sus cuerpos, cuando los dejaron salir lo primero que hicieron fue ver a sus hijos asegurándose que se encontrasen con bien. Después se reunieron con el resto de los invitados, algunos murmuraban sobre el estado de la joven, los oficiales aseguraban que sólo un demente podía hacer algo semejante.
Aproximándose al cuarto donde el inspector junto a un detective charlaban acerca de que hacer con el cuerpo, Asami y Mikhail observaron a la empleada recostada en la cama, con los ojos sangrantes, el pecho lleno de laceraciones, tanto la cavidad anal como la vagina se encontraban desgarradas a causa de todo lo que usaron para dilatarla.
— Se les ofrece algo caballeros.— el detective les llamo la atención al verlos inspeccionando el sitio.
— No en realidad, solo quería saber el nombre de la chica, sus oficiales enseñaron la foto pero no dijeron su nombre.— la verdad querían enterarse de los por menores del caso.
— Su nombre es Konoyomi Mizui trabaja aquí por las tardes, en la mañana acudía a la universidad eso es todo, ahora alejense debemos idear una forma de sacarlo sin que los reporteros se enteren y quieran ser los primeros en dar la noticia.
— Les sugiero llevarla por la parte trasera, fingan que esta dormida hay niños y no queremos traumas.— Asami giro el rostro viendo a su pareja e hijos sonriendo junto a los otros pequeños.
— Eso es cierto, ya tengo suficiente con saber que asesinaron a una persona el día que se supone debe ser el más feliz de todos.
Dejando a los hombres de la ley hacer su trabajo, caminaron hasta sus respectivas parejas en un intento por borrar esas imágenes, si bien cada uno dirige una organización ilícita sus víctimas salían por su propio pie, eran sádicos y les gustaba jugar con sus presas pero no a ese grado de depravación.
— Sucede algo malo, tienes cara de que algo te molesta.— dejando que sus hijos fuesen a jugar al cuarto de arriba, abrazo al yakuza recibiendo un beso en respuesta.
— Por el momento asegúrate que los niños no bajen, al menos hasta que las patrullas y la ambulancia se vayan, prometo contarte todo después.— dejó que se fuera a cuidar de sus hijos mientras él conversaba con sus otros amigos. — Imagino que Mikhail ya te contó lo que hay dentro de esa habitación.
— De solo imaginarla me dan ganas de regresar hasta el desayuno de ayer, la o las personas que hicieron esto están enfermas.
— Supongo que lo más grave que hemos hecho con una mujer es obligarla a tener sexo o practicar BDSM con ellas, nunca a ese grado de locura.— de reojo vieron como en la camilla llevaban a la joven Mizui hasta la salida de emergencia.
— Iré con Aki-chan a ver a mi niña, avísame cuando podamos irnos de este lugar.— Feilong siendo un hombre de la mafia, creció en un ambiente hostil sin embargo su padre procuraba mantenerlo alejado de todo eso quizá por esa razón había ocasiones en las que su ser se alteraba y se mostraba vulnerable en situaciones como la que estaban viviendo.
— Llévalo lejos por unos días, lo necesitan créeme, vete por unas semanas Aki y yo podemos cuidar de sus hijos así no perderán clases y ustedes tendrán tiempo para establecerse como esposos que son.
— Cambiaste mucho desde que Akihito llego o debo decir que todos cambiamos desde que el entró en nuestras vidas.— por unos segundos en su rostro se formo una sonrisa hasta que un oficial les indico que ya podían retirarse, fue en ese momento que la seriedad regreso.
Cada familia se retiro del hotel deseándole a la feliz pareja muchos años de matrimonio, Asami se llevó a su pareja e hijos en una camioneta blindada para mayor seguridad. En la limusina Mikhail sugirió un viaje a la playa para la luna de miel, los niños se quedarían en casa con su tío favorito de esa forma no perderían clases, el dragon de Baishe meditó durante el trayecto la propuesta hecha por su esposo, al llegar a su hogar se decidió que irían al sur de la India por dos semanas, avisaron a los niños sobre sus planes de viajar, no les gustó mucho la idea de quedarse en casa pero se conformaron con saber que las próximas vacaciones ellos escogería el lugar de destino.
Poco más tarde en casa de los Asami, los pequeños jugaban en el jardín mientras sus padres charlaban sobre lo ocurrido en el hotel. — Dime porque estás tenso luces como felino a punto de degollar.
— Ya te platique lo que había en la habitación y sobre la joven Mizui, me preocupa el mensaje que tenía sobre su cuerpo, fue hecho con navaja en letras chinas y significa " La felicidad no dura, disfrútala" no estamos seguros para quien va dirigido pero...
— No te preocupes, estaremos bien, ya no soy tan indefenso como antes, además tenemos buenos amigos, tu tranquilo.— sentado sobre sus piernas acariciaba el rostro con ternura, repartiendo besos sobre el. — Si llegase a pasar algo buscaremos la manera de resolverlo juntos.
— Lo que menos quiero es que te pase algo, ya lo viví una vez y no me gustó.— tomándolo por la cintura le cargo y acomodo a lo largo del colchón apresandolo con su cuerpo. —Ahora me gustaría amarrarte a la cama y mantenerte así hasta que todo se calme.
— Aunque lo hagas encontraría la manera de escapar, sabes que no me agrada eso a menos que sea placentero para ambos.— guiñando el ojo tratando de ser coqueto y provocar al yakuza, Akihito bajo una mano levantando la camisa tocando los abdominales.
— No tengo idea que estés imaginando en esa cabecita solo espero que estés bien preparado para lo que te haré.— devorando tranquilamente cada parte de su cuerpo, Asami se deleitaba con los suspiros que lograba arrancar de los labios de un Akihito sumido en el delirio y el placer que le provocaba su experimentada pareja.
Esa mañana en la recamara del hotel la policía no los dejo disfrutar de su "ejercicio" matutino, por la tarde ya en su hogar sobre su cama harían cuánto quisieran y hasta qué sus cuerpos aguantasen.