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Eien ni Aishteru por Tsuki no Megami

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Notas del capitulo:

Buenas noches y feliz lectura ;). 

Nanasai.



De regreso a Japón, Mikhail y Fei Long se veían como una verdadera pareja de casados, su hija los esperaba anciosa en casa de sus tíos Asami, mientras Tao se ubicaba en el colegio hasta sus próximas vacaciones. El auto deportivo en el que viajaban se detuvo frente a las grandes escaleras de color marfil, subieron al portón y cuando iban a tocar una niña de cabello largo los recibió con un fuerte abrazo.



—Hola padre y papi me trajeron algún recuerdo —la pequeña de siete años brincaba esperando que sus padres le dieran su obsequio.



—Sigo pensando que últimamente estas más consentida, solo te importan los regalos — fingiendo estar triste, Mikhail se llevó las manos tapándose el rostro y no le vieran llorar.



—No mientas lo tuyo es drama, papi dice que no te haga caso cuando estas en modo sudendere.

 


—Se dice tsundere y no te dije eso, simplemente que no pusieras atención y lo dejaras ser —le entrego a su pequeña un cuadro con agua que a contra luz produce el mismo efecto que las aguas estrelladas.



—Y yo soy el que da malos consejos —mirándole reprobatoriamente cargo a su niña, mostrándolo como funciona su presente.



—Por la carita que traes, estoy seguro te fue bien en tu luna de miel, de casualidad no encargaron un hermanito para Tasha —Akihito salía del cuarto que fungia como biblioteca, su intento de burla fue esquivada con una respuesta mordaz.



—Ni que fuésemos como Asami y tu, yo si soy consciente y responsable, se cuales son mis limites —Fei Long sonreía victorioso ante esa respuesta que muy pocas veces podía contradecirse.


—Los límites Fei-san no existen, cuando entiendan eso se convertirán en una verdadera pareja, por ahora lo dejaremos así y te informo que este fin de semana Tao irá con Ryuichi al campo de tiro para afinar su puntería.


En solo unos días sus polluelos habían madurado, tanto Fei Long como Mikhail se sorprendieron al ver ese cambio en ellos, Natasha era mas expresiva con lo que quería e incluso pidió lecciones de esgrima , Tao mejoró bastante en el uso de las armas y el combate cuerpo a cuerpo gracias a su tío Asami quien no lo dejó solo y fungió como su mentor. Ambos padres agradecieron la dedicación que sus amigos pusieron en el cuidado de sus hijos por esa semana, comieron y brindaron juntos para que al otro día volviesen a su trabajo.


Los días subsecuentes estaban cargados de contratos, negociaciones, exhibiciones, además de una noticia preocupante, un viejo conocido de ambas familias les aseguró que su rival Bergen Von Fuerst se encontraba en Japón firmando una alianza con el jefe de la familia Sahin, con ello su poder e influencia igualaba a la de Asami/Arbatov-Liu. Estando tan parejos en fuerza el primero en dar un erróneo paso será el que caiga y pierda todo.



Las amenazas hacia el dragón de Baishe no se detenían, por más que buscaban la fuente de ellas, no daban con la mente maestra ni tenían muy claro el objetivo de las mismas ya que cada carta llegaba en anonimato y su contenido eran frases como " tu felicidad se acabará pronto" o " no todo lo que tienes es real", aunque le preocupaba lo dejo pasar después de todo su pareja le apoyaba asegurandole que nada malo les iba a suceder.

 


Mes y medio había transcurrido entre todos esos dilemas, en ese tiempo Akihito planeaba sorprender al empresario por el aniversario, ambos tuvieron la misma idea ya que cumplían siete años de casados, viernes 24 de junio justamente el día en que se casaron, por la tarde el rubio acudió a la oficina de su esposo con la intención de saber la hora exacta para su reservacion, estaba por entrar cuando escucho parte de la conversación que sostenía con Kuroda Shinji, fiel amigo y consejero en la cual se entero del deseo secreto de Asami, como buen amante estaba dispuesto a cumplirselo esa noche, salió del lugar discretamente para preparar todo.



Sin saber lo que le esperaba Asami Ryuichi llegó a su hogar quince minutos antes de las siete, su lindo gatito se encontraba en la sala a la espera de salir al restaurante y comenzar a festejar, el lugar escogido fue * Le Chateau de Joel Robuchon* ubicado en Mita, Meguro en la prefectura de Tokio, por fuera se ve como un palacio, tiene cuatro pisos, reservaciones privadas, bar completo entre otras, las ventanas, lámparas, pisos hasta las cortinas son de estilo imperial, todo en el interior es tono dorado y marfil, las mesas redondas con manteles de seda en negro, los primeros pisos tienen sillas bastantes cómodas, el último piso es más lujoso pues alrededor de cada comedor hay sillones acolchonados hasta para diez personas, esa fue una de las piezas que el empresario reservo, cerca de la ventana como le gusta a Akihito.



—Es bastante elegante, me siento dentro de un cuento —maravillado por la perfecta armonía del sitio no pudo evitar una sensación de incomodidad, algo que no pasó de ser percibido por su acompañante.


—No pensé que te fuese a abrumar, podemos ir a otro lugar, uno donde te sientas cómodo —le hablo en voz baja mientras llegaban a su mesa—. Dime antes de empezar a ordenar.



—Estoy bien, es solo que en las películas a estos lugares los hombres de "negocios" traen a sus amantes en lugar de su esposa, recordé parte de una —viendo cada rincón, tomo el brazo de Asami y esbozo una encantadora sonrisa.



Llegando al comedor que era muy grande para dos personas, tomaron asiento, ordenaron un tazón de vichyssoise junto al quenelle con ternera acompañado de un buen vino rosado, mientras comían y bebían, la música de fondo los llevaba a un viaje en el tiempo, cada nota era perfecta y envolvente, un sonido muy agradable para sus oídos. Dispuesto a cumplir con su meta agarro un vaso en el cual guardo unos cubos de hielo, durante una breve distracción de Asami hábilmente se escabullo por debajo de la mesa dejando cerca los hielos, uso su destreza para desabrochar el pantalón liberando el miembro y tomandolo prisionero en su boca dio placenteras succiones.



Tal acción sorprendió al mayor, forzandose a mantener la compostura sacó su teléfono fingiendo que habla con alguien pedía que se detuviera pues no era un buen lugar para hacer eso, Akihito ignoró la petición chupando con más fuerza, paso un hielo por los testiculos muy lentamente ascendió hasta la punta del glande donde se entretuvo unos segundos antes de meterlo nuevamente y seguir con su labor, el mesero que los atendió en un principio se acercó a la mesa para saber si ordenaria algún platillo o postre, Asami pidió una botella de bourbon junto a su copa de helado especial, el joven se marcho a la cocina dejándolo solo, no se sorprendió de verlo sin su acompañante, pues era normal que se vayan a fumar o por algún asunto de negocios tomar las llamadas lejos de sus asientos.



Comprendiendo que el helado era para él, dejó de masturbarlo quitándose su pantalón junto a la ropa interior se sentó en las piernas de su amante formando un arco con su cuerpo sujetándose de la base, aprovechando lo largo del mantel para taparse hundió el falo del empresario en su cavidad anal, moviéndose con lentitud metía y sacaba ese trozo de carne dándose placer mutuamente, estirándose un poco el joven de ojos esmeralda sujeto el último pedacito de hielo metiendolo junto a la hombría llegando ambos al punto de olvidar todo y a todos para disfrutar de ese momento. Justo cuando les llevaban su bebida y postre, los dos terminaron con un largo suspiro, derramando su semen uno manchando la mesa el otro inundando la cavidad de su pareja, tomándose un tiempo para calmarse Akihito salió por un lado del sofá fingiendo que dormía.



Pese a estar lleno de personajes ilustres ninguno de los presentes se había dado cuenta de lo sucedido en esa mesa, sin embargo al fondo una persona no quitaba sus ojos del rubio, esbozando una sonrisa se fue del lugar sin que nadie notase su presencia, mientras tanto Asami daba órdenes a sus subordinados por teléfono esperando que el lindo gatito terminase su mantecado. Media hora después Kirishima entró anunciando que el auto ya estaba listo y así como llegó se fue dejando a Akihito sorprendido, más aún cuando le sujetaron por el brazo obligandolo a salir del restaurante.



En el estacionamiento una limusina los esperaba con la puerta abierta y dos guardias, con la mirada Asami le indico que abordará el vehículo, quería reprochar por que lo sacó sin dejarlo terminar su postre pero algo en esos ojos le obligó a seguir indicaciones, dentro del auto sus cinco sentidos quedaron deslumbrados pues todo estaba repleto de rosas y claveles, los ramos compuestos por unas flores abiertas y otras a medio florecer, las pequeñas velas desprendían una fragancia delicada como agua de manantial e incluso el piso contenía algunos pétalos como si fuese una alfombra, arrodillandose para oler un ramillete de claves azules no se percató cuando su amante subio al vehículo, solo sintió un tirón que lo hizo sentarse de espaldas chocando con un fornido pecho.


—Vas a pagar por lo que hiciste allá arriba —señalando la parte del restaurante en el que estaban, con una mano desabotonaba la camisa sintiendo lo suave de la piel, tomando uno de los botoncitos rosados, comenzó a jugar con el hasta dejarlo erecto para hacer lo mismo con el otro—. Tendrás suerte si te puedes mover por la mañana.



—Ryu... Ryuichi esp... espera —su propio cuerpo le traicionaba o tal vez era que él también deseaba ser tocado por esas expertas manos.



—No, si tu no obedeces porque debo hacerlo yo, no soy una persona que pierde la compostura fácilmente pero acabas de conseguirlo al mismo tiempo que despertaste algo muy profundo en mi —sus manos retiraron cada prenda del rubio dejándolo completamente a su merced, con la corbata lo sujeto de las muñecas para su deleite—. Puedes suplicar piedad si lo deseas pero de nada te servirá.



El vehículo comenzó el trayecto de regreso a casa, mientras Akihito recostado sobre el suelo era devorado por una feroz pantera que no dejaba de clavar sus dientes en la deliciosa carne bronceada, con cada mordisco la oleada de placer se intensificaba, elevando las caderas pedia ser penetrado pero el cazador tenía otros planes, como sus manos estaban prisioneras por encima de su cabeza, solo podía usar las piernas para insitar al yakuza y que le concediese su deseo, sin embargo sus intentos se vieron entorpecidos por una boca que engullo su sexo llevándolo a un estado de completa sumisión.



Junto a la felacion Asami metía sus dedos notando que el recto seguía húmedo, moviendolos de adentro hacia afuera producía un sonido de chapoteo, gracias a ello su gatito no dejaba de gemir y pedir que fuese más rápido pues estaba a punto de llegar al paraíso, antes que lograse su tan anhelado orgasmo el empresario se detuvo ganándose un quejido de reproche más una suplica para que continuase, acercándose al rostro lo beso intensamente pasando a su oído chupando y mordiendo el lóbulo, Akihito solo abría la boca para jalar aire tratando de calmar la exitacion.

 


—Eres malo conmigo, hice eso para hacerte feliz y tu solo piensas en torturarme —mirándole con visible molestia, estaba por soltar más frases de enojo, pero fue levantado hasta quedar sentado con la espalda pegada a la orilla del asiento, ahí sus labios fueron sellados por una virilidad que entraba y salía en un lento compás.


—Mi niño voy a hacer que cada segundo cuente, haré que este día sea inolvidable para ti como tu lo hiciste por mi —pasaba su mano por la cabecita rubia hasta que tomó un mechón de cabello y tirando de el llevaba el ritmo de las penetraciones—. Ahora si te voy a encerrar o mejor aun te encadenare a mi ¿Te parece bien?



Como no podía hablar movía la cabeza en forma negativa lo que provocó una sonrisa en el mayor, una idea cruzo por su mente y sin mas la hizo realidad, liberando su boca le indicó que se pusiese de rodillas sobre el asiento, estampandole el rostro contra la ventana que separa al conductor de ellos lo penetro como anteriormente se lo había pedido, una y otra vez su cuerpo se estremecía cada estocada llegaba profundo en él, los sonidos que salían de su garganta eran la clara muestra de lo mucho que disfrutaba ser invadido en esa zona.


—Aki mi lindo Akihito, no aprietes tanto, debes ser paciente para recibir tu premio —cambiando la posición, lo dejo en cuatro sobre lo acoginado del asiento, penetrandolo de rápido a lento depositando besos sobre su espalda pues no quería dejar ni un milímetro de piel sin marcar. Se quedaron unos minutos así antes que Asami le girará medio cuerpo para ver la expresión de extasis en el rostro del ojiverde, quien no paraba de gemir con cada golpeteo, el eco de los testículos chocando en su trasero inundaba sus oídos perdiéndose en un mar placentero, así llegaron a lo que sería su segundo orgasmo de la noche, Ryuichi derramó su esperma sobre el rostro de su niño mientras lo veía retorcerse de gozo.



—Si te dijera que no aún quiero mas y esta vez déjalo adentro ¿Quieres?



No tuvo que pedirlo dos veces, el yakuza utilizo cada rincón de la limusina como soporte para penetrar al joven que no dejaba de provocarlo. Perdiéndose unos minutos en el mundo de los sueños Asami despertó con su gatito desnudo recostado sobre sus piernas, entre besos le pidió que se levantara y fueran a su habitación, el auto llevaba rato sin moverse por lo cual asumió que habían llegado a casa, el chófer y su escolta sabíamente los dejaron solos en el estacionamiento subterráneo.

 


Efectivamente al salir descubrió que ya estaban en su hogar, con solo la camisa de su esposo Akihito bajo del vehículo recargandose en el fuerte brazo que le fue ofrecido como apoyo. —Te tengo que dar otros obsequios que están en algún lugar de la habitación.


—En verdad quieres estar que te ate a mí por el resto de tu vida —tomándolo entre sus brazos le beso con fuerza hasta dejarlo sin aliento—. Algunos de ellos los vi antes de irnos y pedí que modificarán un poco la cama y el baño.



—Creo que hice bien en pedirle a Yuki que regresara a los niños hasta el domingo por la tarde, esos ojitos me dicen que no vamos a dormir, aunque tu cometiste un error al no cambiar la fecha de esa reunión.


Recordando ese compromiso Asami levantó igual que a una princesa a su amante y con paso veloz lo llevó hasta su recamara con la intención de continuar la celebración pero Akihito sugirió que primero se diesen una ducha antes de acostarse, en realidad tenía curiosidad por ver lo que había hecho el empresario con su supuesta remodelacion. Al entrar noto un pequeño arreglo en la bañera, la gran tina estaba repleta de agua aceitosa y no de espuma como el la había dejado, además de las lámparas con luz tenue y un enorme espejo en el techo.


—Sabes yo solo quería refrescarme un poco, pero veo que tus intenciones son otras —dejando caer la única prenda que le cubría, se acerco al hombre cuyos ojos dorados destellaban un fuego ardiente y no dejaban de mirarlo—. Debo suponer que "eso" también será mi culpa.



—Tienes toda la razón, esto lo provocaste tú ahora debes pagar —sin nada más que decir, lo puso bajo el agua dejándose llevar por la pasión y el deseo, sus más bajos instintos fueron despertados apoderándose de todo su ser, por vez primera no se contuvo en lo absoluto, dejo de lado cada pensamiento turbio dedicándose únicamente en sentir el gozo que le provocaba tener a Akihito sobre él empalándose de una forma constante, al mismo tiempo su pene era apretado expandiendo la sensación de placer.


La tina quedó casi vacía, su intenso jugueteo la dejó en ese estado, poco les importó esa situación solo querían continuar la demostración de afecto. —No es un a... aceite nor... normal verdad, pu... puedo sentirlo —a pesar de estar con el agua fría, su cuerpo se sentía demasiado caliente la mas ligera brisa provocaba en su piel una sensación de hormigueo—. Dime que le pusiste.



Percatandose de los espasmos que le producía la corriente de aire, se acercó a su cuello quedando encima del rubio, respiró sobre él varias veces antes de responderle. —Nada, es solo un aceite aromático, lo que sientes es tu propia exitación, el cuerpo sabe lo que necesita y lo pide, el tuyo no es la excepción, al contrario cuando estás así es el momento en que ambos disfrutamos en demasía —acorralandolo en la orilla de la bañera recorrió cada milímetro de piel con sus dedos, sintiendo como se retorcía por el contacto, opto por llevarlo a la cama donde tendría más espacio para comerlo.


Estando sobre el colchón Akihito pudo darle un vistazo a su recamara la cual tenía tintes románticos, las almohadas, sábanas, cobijas eran de algodón suaves y esponjosas, de un blanco puro. —¿Te gusta? Escogí ese color porque me recuerda a ti, un lienzo listo para ser guiado por un buen artista.


—Aunque sea un maestro en la tortura —una linda sonrisa se dibujo en su rostro que junto al sonrojo de sus mejillas, lo hacían ver como un ángel inocente y a su vez prometía dar la mejor experiencia en la vida—. Y bien el artista ya tiene idea de lo que quiere hacer.


—Después no te andes quejando —sentenció prosiguiendo con su ardua labor. No podía decirlo, aunque no era necesario, pues ya todos a su alrededor sabían que Ahikito es la persona más importante en su vida, no se puede tocar tampoco mirar con deseo, solo podrá ser visto como una presencia omnipresente, los pocos humanos que tenían el privilegio de estar a su lado debían agradecerle al gran Asami Ryuichi por permitírselos.


Dentro de esas cuatro paredes hicieron el amor de tantas formas posibles, los dulces gemidos inundaban la habitación, el golpeteo que se generaba por el choque de ambos cuerpos hacia eco por todo el lugar, en ese momento aquel hombre orgulloso y empoderado de ojos color ámbar suspiraba y gruñia en señal de plena satisfacción. La necesidad de estar juntos era insaciable, un fuego ardiente que no tenía manera alguna de extinguirse, solo hasta que su ser quedó completamente satisfecho, se dieron la oportunidad de dormir uno a lado de otro, el latir del corazón se volvía uno, sus rostros reflejaban la dicha y felicidad que sentían con una sonrisa.

Notas finales:

Gracias por leer y comentar :) 


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