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Eien ni Aishteru por Tsuki no Megami

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Notas del capitulo:

Ya regrese y dentro de poco desaparecere otra vez. 

Love & Life.


El primero en despertar fue él rubio de ojos verdes, asegurándose que su amante dormía, sacó la caja que contenía una botella hecha de madera fina, un regalo más para su yakuza, lo dejo a la vista así no tendría problemas en encontrar, volviendo a recostarse unos fuertes brazos lo rodearon junto a los labios bastante conocidos que se posaron r en su cuello y parte de la espalda.



—Buenos días amor, dormiste bien.


—Dame unos quince minutos así y te digo —sus manos recorrían el cuerpo contrario como si tratasen de encontrar algo.


—Ryuichi dime que buscas, tal vez pueda ayudarte, será más rápido —girandose despacio miro a los ojos de su pareja perdiéndose en el tono dorado intenso.


La sonrisa en su rostro fue mas que suficiente para comprender lo que deseaba, acomodándose mejor Akihito separo sus piernas dándole libre acceso. Una danza erotica dio comienzo esa mañana de sábado, la cama se volvió bastante pequeña pues su pasión se desbordaba y los cuerpos pedían a gritos juntarse aún mas de lo que estaban. Así iniciaron el día, con unas buenas embestidas y los profundos sentones que el rubio daba sobre la virilidad de su amante, cerca del mediodía un teléfono no dejaba de sonar, la insistencia de la persona que llamaba rompió la romántica escena.


—Espero sea importante —dijo al responder el celular —, todavía tengo algo que hacer.


—Asami-sama, usted me pidió que le llamase a esta hora para recordarle su reunión —su mano derecha y fiel amigo Kirishima Kei, hablo sin inmutarse por el tono amenazador de su jefe—, ya cumplí con el encargo, lo veré en la noche.


Terminando de hablar, el empresario sugirió a su pareja ir a la oficina ya que de seguir en casa recibiría llamadas cada cierto tiempo. No muy a gusto se levantaron de la cama directo al baño donde tuvieron una sesión de besos y un poco más. Mientras se vestían, Asami noto la caja de regalo al abrirla vio la botella perfectamente tallada con su nombre grabado. —¿Qué es esto? —preguntó con asambro e incertidumbre —, se bebe o es para untar.


—Muy gracioso ja ja, es un aroma exclusivo para ti, lo hice yo y tienes la opción de venderlo a escala o guardarlo para que solo tu lo uses.


Destapando el frasco roció un poco sobre su muñeca percibiendo la esencia varonil y fuerte de ella. —Me gusta, en verdad tienes muchas cualidades —estrechandolo en sus brazos le mordió el cuello escuchando el pequeño chasquido que salio de boca de su amante —. Cuando lleguemos a la oficina me encargaré de ti.


—Eso crees, quiero verte intentarlo —provocar a la fiera es un suicidio pero a él le gustaba ese juego del gato y el ratón, en realidad ambos lo disfrutaban—. Con respecto al perfume es una mezcla de frutos del bosque, sándalo, cuero, tabaco, musgo de roble y un toque de pomelo con jengibre indio, me recuerda mucho a ti.


—Lo hiciste pensando en mí, olvida la ropa y la reunión ninguno saldrá de la habitación —estaba dispuesto a cumplir su misión pero el dichoso teléfono volvió a sonar dejándolo de mal humor—. Habrá que dejarlo para otra ocasión.


Se terminaron de vestir, bajaron al pórtico donde su auto esperaba, esta vez manejaria el mismo su escolta los seguiría a una distancia prudente, dentro del coche ninguno hablo llegando al punto de reunión que era el club donde trabaja, ambos fueron directo a la oficina y pidieron no ser molestados hasta la hora acordada. Apenas cerraron la puerta, dejaron salir sus íntimos deseos de tocarse, poco a poco las prendas salían dispersas por la habitación, caminaron hasta el escritorio donde tiraron todo lo que había encima y poder recostarse sobre el.


—Tengo un último obsequio para ti —abriendo un cajón saco el juego de grilletes y cadenas hechos de oro—. Sabes como usar estas cosas ¿cierto?

Le tomo menos de cinco minutos colocar cada una en su lugar, en el hermoso collar se podía leer la frase “propiedad de Asami Ryuichi "debajo de el había un dije en forma de letra "A". Tirando de la cadena dio inicio a lo que sería una tarde de placer absoluto, las estocadas eran tan certeras que el cuarto se lleno de sonoros gemidos y gritos exigiendo mas. El hombre de la mafia se sentía en el paraíso pues su niño estaba tan complaciente como muy pocas veces lo erá, con ese cuerpo flexible pudo ponerlo en diferentes posiciones, prácticamente realizó todo el libro erotico y algunas nuevas.


—¡Oh Ryuichi! No pares... sigue mas... mas rápido —todo lo que el ojiverde podía pronunciar eran esas frases. Para mejorar la movilidad solo le dejo la cadena y el collar de esta forma sus extremidades se encontraban lejos de una de la otra permitiendo ir mas profundo, justo como lo deseaba.


El último orgasmo se dio cuando el sol estaba en el ocaso, fue en ese momento que ambos quedaron rendidos pero contentos. Cerca de las escaleras los guardias discutían sobre si era verdad o posible tal situación descrita uno de ellos.


—Te digo que es verdad, Asami-sama estaba arrodillado y Akihito-san tenía su pie sobre él.


—Estas equivocado, no existe nadie capaz de someter así al jefe.


—Exacto, tu vista falla, por mucho que lo quiera, jamás permitiría algo como eso.


—Porque no mejor en vez de discutir tonterías se ponen a trabajar —el que interrumpió la disputa fue Shinji Kuroda, llevaba documentos para que su amigo los revisará—. Déjenlo así por su propio bien, ellos son pareja y lo que hagan o no, es asunto que no nos concierne.


Los dejo atrás encaminandose a su destino, entrando a la oficina lo primero que sus ojos vieron fue la cabecita rubia alzándose al mismo tiempo que la mitad de su cuerpo, el abrigo que servia de cobija se deslizó suavemente por el dorso hasta la curvatura de los glúteos dejando ver la piel satinada con puntos rojos adornandola, una mano se coloco decorosamente enfrente de la hombría cubriéndolo un poco.


El fiscal no pudo apartar la mirada de la figura frente a él, la cadena de oro que llevaba atada al dije de su cuello cayó sobre el escritorio haciendo que su visitante siguiese con la vista el camino que llevaba y tocaba fin en la muñeca del jefe de la mafia japonesa quien descansaba en su comoda silla. Ahora si podía creer lo que los guardias decían, si existía alguien que lograse arrodillar al gran Asami Ryuichi ese debía ser Akihito.
Un suave maullido hizo que el representante de la ley volviese la vista al joven sentado sobre la mesa de trabajo, su mente ideó mil formas de disfrutar con ese cuerpo que no se dio cuenta de lo cerca que se encontraba, sus pies lo guiaron al escritorio sin que estuviese consciente de ello


Estiro su brazo para tocar con los dedos el rostro que lo miraba expectante, faltando unos centímetros para lograr su objetivo, una mano lo detuvo haciendo que ambas chocaran sobre la mesa, al voltear se topo con la mirada mas agresiva y amenazante que en su vida haya visto, los ojos dorados le enviaban un mensaje "si lo tocas, terminaras muerto" su instinto de supervivencia se activo, haciendo una reverencia dejo la carpeta sobre el escritorio marchándose.


Bajando la escalinata se quedó en el piso de los privados recuperando el aliento, sentía que la sangre le hervía y el aire le quemaba los pulmones, su cuerpo le pedía a gritos desahogarse y así lo hizo, ocupo una habitación con dos chicas que se encontraban trabajando. Volviendo al cuarto con el dueño del club, apenas cerraron la puerta y ya estaba encima de su gatito. —Creo haberte dicho que no mostraras tu cuerpo a nadie.


—Escuché que tocaron y me levante por instinto, cuando vi que se acercaba muy sospechoso te desperté, mi intención nunca fue mostrarme así.


—Miedo, tus ojos aún reflejan miedo, le puse seguro pero esta se abre con una llave especial y solo dos personas en quien confío tienen copia, sin embargo no me queda duda tu te hubieses defendido si no estuviese presente.


—Lo haría, no soy de los que se quedan quietos —recuperando su tono juguetón, enrollo sus piernas a la cintura y los brazos sobre el cuello del mayor haciéndolo prisioneros—. A que hora es tu reunión.

—No importa, tengo todo el tiempo para hacerte mío —hundiendo su falo dentro de la cavidad anal comenzó un nuevo encuentro íntimo sobre el escritorio.

En su mente se formaba una idea, algo muy profundo, un pensamiento que jamás creyó concebir en su interior, todo su ser lo gritaba día a día: Akihito es y será la única persona capaz de producirle tal sensación de calor, placer, armonía, estabilidad emocional, fuerza, poder y no menos importante amor, desde los primeros meses de convivir con él lo supo, ese cuerpo sería su perdición.


—En que piensas —tomándole el rostro entre sus manos, atrajo la atención de su esposo.


Juntando sus labios en un beso apasionado, retomando la velocidad de las embestidas se detuvo un instante para responder. —Meditaba si llevarte a la silla que está más cerca o ir al sillón para acomodarte mejor.


—Hazlo donde quieras, no te detengas —subió la pelvis buscando esa sensación de placer.


Una sincera sonrisa se formó en su rostro al escuchar la suplica de su gatito, lo cargo hasta el sofá donde lo acomodo para seguir penetrandolo, Akihito no paraba de gemir ni aferrarse al fornido cuerpo de su amante. Cambiando la posición se quedó con la cara pegada al sillón y su trasero al aire dando una vista espectacular, el golpeteo fue más profundo y estimulante para ambos, cuando se cansó de estar elevando la cadera descendió un poco moviéndose de arriba abajo al compás de las embestidas.


Cambieron un par de veces el lugar para terminar ambos recostados uno sobre el otro, antes de quedarse dormidos Asami le susurro unas palabras que reflejaban su mayor deseo "When I grow older, I will be there at your side, to remind you, how I still love you" Un último beso sello esa promesa cayendo en el sueño abrazados fuertemente. Al poco rato la puerta se abrió, con voz suave la mano derecha del empresario informó que todos sus invitados ya habían llegado y lo esperaban desde hace una hora en la otra habitación.


Con pocos ánimos se levantó del sofá, busco su ropa volviendo a vestirse, con su abrigo tapo al rubio que seguía durmiendo tranquilamente, le dejó ahí con cuatro escoltas cuidando la puerta y parte de las escaleras. Durante la reunión algunos se mostraron preocupados por la falta de interés del jefe en los asuntos financieros y de embarques, a lo que Asami respondió que él confía en la eficiencia de sus subordinados por eso los contrato en primer lugar.


Conforme exponían los puntos que necesitaban aclarar las horas pasaban de igual forma, a las dos de la madrugada el club estaba a reventar, los privados ocupados y de un cuarto en el último piso hombres de trajes elegantes bajaban uno tras otro satisfechos por las decisiones recién tomadas.


—Debo agradecerte Kirishima, dejaste que terminará mis asuntos con Akihito antes de avisarme de su llegada —quedándose con sus dos amigos y confidentes, habló con ellos de lo sucedido recientemente.


—En realidad no, toque varias veces al no obtener respuesta abrí y supe por qué nadie contestó así que me disculpo por ello —inclinando la cabeza pidió no ser castigado.


—No solo Shinji —mirando al susodicho—, tú también, supongo que no se podía evitar después de todo fui yo quien insistió en traerlo —recordando como se dejó llevar por sus instintos y el placer que le provocaba tomar una y otra vez el cuerpo de su pareja sonriendo como muy pocas veces lo hace—. Así son las cosas ahora, no será la primera ni la última vez que vean eso, solo les pediré discreción, de por sí ya lo tienen en la mira no necesito que mis propios agentes se vuelvan en contra mío.


Aceptando sus disculpas junto a la promesa de no decir palabra alguna de esa noche, salió para despertar a su niño e ir a casa, dormir un poco antes que el trío infernal lleguen y reclamen por el abandono de ambos padres.

Notas finales:

Si hay alguien que aun lea esto, se lo agradezco mucho.

 

*Cuando envejezca, estaré a tu lado, para recordarte cuanto te sigo amando*

Fragmento de la canción Love of my life de Queen. 


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