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Eien ni Aishteru por Tsuki no Megami

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Notas del capitulo:

 

La desaparecida hace su reaparición después de un largo tiempo en la tierra de la fantasía 

Reconciliación.

 



En casa de los Arbatov-Liu el silencio reinaba, la única luz encendida provenía del tocador, en ese lugar el dragón de Baishe tomaba un revitalizante baño con aceites aromáticos, uno en particular llamo su atención, la botella cerca de la tina desprendia un aroma entre dulce y fresco, su color azul obscuro le dio desconfianza, no tenía etiqueta solo una nota que Yuki le había dejado explicando que únicamente dejara caer tres gotitas en el agua, dudo un momento si debía utilizarlo, pero se sentía tan cansado que opto por probar sus efectos "relajantes", estaba por verter el contenido cuando la puerta se abrió sobresaltandolo dejando caer el envase por completo.

 



—Lo lamento, creí que habían dejado la luz prendida y bueno... te ves bien —le daba gusto verlo, lucia mejor de lo que le habían contado de hecho no se veía maltrecho ni nada por el estilo. Ambos se miraban fijamente, buscando las palabras adecuadas para iniciar conversación.

 


—Me disculpo por mi intromisión, solo vine por unas cosas que necesito, si es tan amable de darme unos minutos a solas, saldré lo más pronto posible de su casa Arbatov-san —fría y cortes, esa fue la actitud de Fei Long hacia su esposo, después de todo aún no estaban separados legalmente. Se abrazo a sus piernas esperando el momento de salir ya que su cuerpo comenzaba a arder, no entendía porque solo quería alejarse de la persona que lo veía con insistencia.


—Entiendo que no desees verme sin embargo, soy yo quien debería estar molesto contigo, según tengo entendido caíste tan bajo que te revuelcas con cualquiera por unas monedas, lo que nunca quisiste hacer conmigo otros si... —el golpe que recibió en la mejilla le obligó a detenerse de la pared para no caer, frente a él se encontraba Fei molesto, ofendido por las insinuaciones que el tigre ruso había dicho.


—Eres un idiota, imbécil, estúpido... quien te crees que eres para hablarme así, tu pedazo de... a la mierda contigo, cree lo que quieras, de todas formas tu y yo no somos nada, al parecer nosotros nunca fuimos algo —tomó la toalla que tenia colgada dispuesto a salir del baño.

 


—No iras a ningún lado —sujetándolo del brazo le retuvo, entre jalones lo regreso a la tina metiéndose con él, ahí se dio cuenta al ver sus ojos llenos de ira que todo o parte de lo que le habían dicho era mentira— tu no, Fei, mi hermoso dragón, sabes que mi padre planeo esto para alejarme de ti, se que es cierto porque en el hospital dijeron que Akihito estuvo con alguien en la habitación de esa mujer, una persona de cabello largo, tan liso que parecía seda fina —apartando algunos cabellos de su rostro, viendo como sus mejillas enrojecian por el contacto— me tomó mucho tiempo el poder acercarme a ti sin que quisieras matarme, yo no me arriesgaría a perderte sabiendo lo difícil que resultó conquistarte.


—Ya fue suficiente Arbatov, déjame salir, necesito... —no solo su rostro ardía, todo su cuerpo estaba en ese letargo, aquella botella no era un simple aceite, tenía otra cosa, un estimulante muy potente ya que con sólo un par de minutos se sentía deseoso— Mikhail por favor... déjame ir —aquellas palabras salieron entre jadeos, su ser entero clamaba por algo mas que una caricia.


Arbatov al notar ese estado sonrío porque ya conocía el significado, incluso él con la ropa puesta comenzaba a sentirse incómodo y caliente. Despojandose de las prendas dejó que las pieles se rozaran, lo aceitoso del agua ayudó que el contacto fuese más placentero para ambos, cuando los roces fueron insuficientes para calmar su ansiedad, los besos se hicieron presentes, profundos y demandantes, mientras más permanecían en la tina, el calor corporal aumentaba exigiendo mas que un simple contacto.

 


Siguiendo sus instintos juguetearon bajo el agua, Mikhail aprovechando el líquido de la tina, metió sus dedos por el recto de su dragón dilatandolo, abría y cerraba los dígitos, un tercero les hizo compañía. Moviéndose de un lado a otro por el placer que le estaban dando, Fei Long gemia el nombre de su amado rogándole por qué fuese más profundo —Liu Fei Long puedes ser más específico amor, que quieres que te haga, se tan honesto como puedas —sabía lo que deseaba, simplemente disfrutaba de oírlo suplicar ya que en muy pocas veces lo tenía tan abierto y condescendiente.


—Miki, por... por favor... te quiero... dentro por... favor —movia su cadera inquieto, buscando más placer, el cual le fue dado de inmediato.

 


Retirando sus dedos, le dio media vuelta pegando el pecho a la espalda de su amado Fei, lo penetro poco a poco torturandolo hasta que tocó fondo arrancandole un grito de dolor y gozo. Con las embestidas que le daba el agua de la bañera se desbordaba por los lados, quito su sedoso cabello negro, colocándolo sobre su hombro derecho dejando el otro libre al igual que la espalda para ser besados. Extraño tanto tenerlo así, tan cerca e íntimo, escucharlo jadear en busca de aire, su nombre entre gemidos era un deleite. Por su parte Fei Long debió sostenerse de la orilla para resistir el embate de su pareja, el esfinter apretaba ese duro y venoso miembro, deseaba retenerlo y así continuase su placer, el primer orgasmo llegó aún insatisfechos cambiaron la tina por su recamara, la pared a lado de la puerta fue el lugar ideal para comenzar otra ronda, el líder de Baishe terminó con las piernas sobre los hombros del feroz tigre, cada que hacía su cabeza para atrás chocaba contra el muro, eso no evito que disfrutará al máximo ese encuentro.


De un momento a otro llegaron a la cama, una sesión de sexo oral avivó más la llama, Mikhail disfruto los movimientos de cadera que Fei daba sobre su falo, llevándose a sí mismo al extasis, de espaldas, aún lado, sentados, en cuatro, parados sobre el piso, no hubo un solo rincón donde Arbatov no le hubiese acomodado para darle amor. Las horas pasaban y ellos sentían la imperiosa necesidad de estar unidos, entre besos y caricias se confortaban mientras recuperaban el aliento para continuar, gracias a ese líquido azul Fei Long pudo mostrarse sin inhibiciones, el tigre ruso experimento la entrega total de su esposo, igual que la primera vez que estuvieron juntos en el teatro de Rusia.

 


Faltaba poco para el amanecer y ellos apenas iban a dormir, Mikhail rodeo con sus brazos al hombre que descansaba cómodamente sobre su pecho, parte del largo cabello se pegaba al rostro por la excesiva transpiración, cuidadosamente los apartaba al mismo tiempo que acariciaba su mejilla. Ambos estaban conscientes que debían hablar, resolver ciertas dudas y ver si esa relación tiene futuro o no, justo cuando iba a cerrar los ojos el teléfono de su amado dragón sonó, era un mensaje de la persona que planeó todo, su contenido era directo *Espero hallas o estés disfrutado el obsequio, no abuses de el porque es muy difícil de conseguir. Ten piedad y no me asesines, recuerda que tengo tres bebés a los cuales cuidar*.

 


Mikhail sonrió al terminar de leer, ahora sabía a quien agradecer pero primero debía conseguir más de ese "obsequio" para casos de emergencia, dejó el teléfono aún lado acomodadose mejor y así poder dormir a lado de su tan amado Fei Long. Bien entrada la tarde el líder de Baishe despertó trato de moverse pero los fuertes brazos de Mikhail se lo impedían.

 


—Mikhail, Mikhail despierta, necesito ir a... —en su forcejeo se dio cuenta que seguían unidos en la parte baja.

 


—Espera amor, te ayudo a levantarte —despertando de a poco fue levantándose con su dragón en brazos llegó al baño, bajandole con cuidado— quieres un baño para refrescarnos —entró al tocador empujando a Fei hasta la regadera, al separarse para abrir la llave pudo ver como el líquido seminal bajaba por los muslos.

 


—Deja de mirarme —deteniéndose en la pared— quiero bañarme en privado, puede dejarme solo.


—¡No¡ quiero estar a tu lado, vamos a hablar sobre lo que ocurrió, para ello lo haremos bajo el agua, saca todo lo que te molesta —tomándole en brazos lo puso bajo el chorro de agua.


El vapor llenaba el cuarto, mientras ellos hablaban de lo sucedido en esos días. Fei confesó que no durmió con nadie, los hombres que iban a visitarlo pertenecen a Baishe le llevaban comida, ropa y algo de dinero para que lograse escapar, al final no pudo salir ya que Akihito intervino sus planes encerrandolo en una habitación bajo la estricta vigilancia de sus amigas. —No se quien te dijo que yo me acostaba con cualquiera, tengo mi orgullo y no soy tan fácil, tu mejor que nadie deberías entenderlo.

 


—Si lo se, también pude comprobarlo anoche, este cuerpecito es solo para que yo lo disfrute —volvió a besarlo, recorriendo con sus manos la piel que vibraba al sentir su tacto— me encargaré que mi padre no vuelva a molestarnos, tu solo quédate a mi lado sin embargo la niña, descuido o no, es mía debo hacerme cargo de ella, ¿crees que puedas cuidarla igual que hiciste con Natasha?

 



—Esa bebita es inocente, sus padres fueron manipulados, además la joven Kyouka no podrá cuidarla —recordando el rostro de la chica lleno de angustia y tristeza, contuvo las lágrimas sacando fuerza para contestar— la cuidaré como si fuese mía, pero esta es la última que te paso Arbatov, a la próxima estupidez que hagas no esperes... —sus labios fueron sellados, lo que comenzó como un tierno beso concluyó en más sexo salvaje dentro del baño.

 


La cama también se vio envuelta en esa batalla Fei Long tomó en cuenta lo que su amigo rubio de ojos verdes le había dicho, respirando lento le dio vuelta al asunto, mostrandole a su esposo lo bueno que puede llegar a ser en la intimidad, el pobre tigresito quedó fascinado, le faltaba el aire, exhausto y con él cuerpo sudoroso, mentalmente se preguntaba si necesitaba ese aceite aromático, su cerebro hizo corto cuando Fei engullo su virilidad dandole profundas succiones, si bien ya estaba agotado, de algún lugar sacó fuerzas para darle otra ronda de placer, el líder de Baishe se dejó tomar de una forma tan posesiva que sus gritos podían escucharse cuadras adelante, meneaba la cadera pidiendo más de ese falo, abrió las piernas todo lo que podía dándole completo acceso a su cavidad, la cama se movia al compás de las embestidas incluso tiraron varios objetos por lo apasionado de su encuentro, si mañana no caminará sería algo que no le preocuparía pues será prueba de lo mucho que disfruto y gozo durante la noche.

 


Con la sonrisa en los labios cerraron sus ojos para descansar bien, hicieron las pases, quedaron de acuerdo en lo que harán al despertar y lo más importante recuperaron su relación el amor que se tienen podrá superarlo todo aunque deban romper lazos familiares. Mientras ellos dormían, al este de Europa en una gran casa,la cabeza de la familia Arbatov discutía los términos de su acuerdo con un hombre de mediana edad, la hija menor de ese sujeto sería entrenada para ser la esposa y madre perfecta así Mikhail no tendría pretextos para cumplir sus obligaciones con la organización y su propia familia.

 


—Escuche bien Arbatov, ella es mi tesoro, la única hija que tuve, así que espero sea tratada con respeto y dignidad.

 



—Mi buen amigo, si esa muchacha coopera bien con nosotros, te aseguro que solo obtendrá cosas buenas, te doy mi palabra, yo veré que tenga lo que se merece.

 


—En ese caso me retiro, dejó todo en tus manos, espero que la rebeldía de tu hijo pase pronto o de lo contrario, todo por lo que has luchado se perderá volviéndose cenizas.

 


—Si no entiende por las buenas, entonces lo hará a la fuerza, ya lo verás, le haré entrar en razón —despidió con la mano a su amigo, regreso a dar órdenes precisas, en pocos días pondría su nuevo plan en marcha y esta vez sería el todo por el todo.


Notas finales:

Gracias por leer 


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