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Eien ni Aishteru por Tsuki no Megami

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Notas del capitulo:

Hola, hola, hermosas personas, oficialmente este es el último capítulo de esta historia, así que disfrútenlo mucho.

Despedida.

 



Conforme pasaban los días Akihito se iba recuperando, los doctores daban esperanza al decir que su inflamación cedía y parecía que no habría daño permanente. Para el grupo de Asami, el tiempo se les hacía eterno, la mayoría fueron interrogados por oficiales acerca de su visita al país, con la asesoría de Kuroda, las historias coincidieron a la perfección por lo cual ninguno fue sospechoso de los hechos ocurridos días atrás.

 



El fin de semana Alger se comunicó con Asami disculpándose por arrebatarle su venganza y tortura. —No podía dejarlo escapar, lamento que usted no consiguiese castigarlo.

 


—Apesar de todo lo que hizo, tendrá un funeral decente, eso para ti debe ser una molestia.

 



—Para la familia Von Fuerst, él se merecía más, yo les menti por esa razón será algo simple sin tanta ceremonia —suspirando, arreglo su equipaje de viaje— en unas horas llegaré a Suiza para recoger el cuerpo, llevarlo a casa, lo sepultarán cerca de nuestros ancestros.

 


—Deberias dejarlo en una fosa común —sentado a un lado de su niño, revisaba los asuntos pendientes por correo— si quieres pasar a verlo, lo puedes hacer, en parte fue gracias a ti que pude encontrarlo.

 


—Lo agradezco, seré breve ya que aún tengo cosas que arreglar —terminando la llamada, se dispuso a tomar su avión.

 



Al paso del tiempo, Alger llegó a Suiza, estuvo unos minutos con Akihito y Asami, relato lo que sucedió dentro de la aeronave, el porque cedió a sus hijos para que la otra familia los educara y sus planes a futuro.

 



—Bergen no merece nada de atención, sin embargo los hermanos de mi padre creen que al menos debemos darle un funeral digno de un Von Fuerst —recargandose en la silla— ellos se encargarán de los niños, al final solo mi pequeña Amary es hija mía, los demás son de ese sujeto.

 



—Si necesitas ayuda para tu negocio puedes decirle a Kirishima el sabrá que hacer —cambiando la silla por el camastro junto al gatito— tan lindo, así de tranquilo.

 



—Prefieres que esté en cama —moviendo la cabeza de un lado a otro— es mejor que sea inquieto y de trabajo mantenerlo en un solo lugar.

 



—A estás alturas me confirmó con que este despierto y me reconozca, esa es la victoria de la semana —pasando sus dedos por los largos y rubios cabellos— solo falta asegurar que podrá caminar además de conservar su visión.

 



—Tan mal lo dejo —sintiendose culpable por lo sucedido— de haber actuado antes, quizá el daño no hubiese sido tan extenso.

 



—Alger, no te culpes, la vida de un hijo supera la de otros, tu encontrar y proteger a esa pequeña, agradezco la ayuda que nos brindaste.

 



—No fue mucho —estrechando la mano de su amigo— espero verlo en pie la próxima vez que visite Japón —despidiendose de ambos, salió del hospital a terminar sus deberes.

 



Tres semanas después Akihito despertó, el parte médico fue positivo, salvó por su ojo derecho ya que la membrana ocular sufrió una pequeña fisura, comprometiendo su vista, además debía abstenerse de la actividad sexual demasiado energíca y en posiciones extravagantes por quince días para que su cadera se recupere en totalidad.

 


—Si ya te aguántaste un año, que son unos días más —Akihito se mantenía recostado con las manos entrelazadas a las de su amante.

 



—Tienes suerte, en cuanto salgas de aquí te mantendré en cama por otros motivos —dandole de besos Asami podía relajarse ya que si gatito estaba fuera de peligro— no te quejes sabes que te encanta.

 


—No me estoy quejando, solo digo que debes ser consciente, no puedes ser brusco conmigo aún estoy débil —haciendose bolita cual niño chiquito— e indefenso.

 



—Cuando te conviene —abrazandolo, le daba mimos— te dejare un mes de reposo después de eso olvídate de dormir, te dedicaras a reponer los días que estuve en abstinencia.

 


—Me agrada tu optimismo —pegandose más al cuerpo que le daba seguridad— se puede saber dónde dejaremos a los niños o pretendes dejarlos sin supervisión.

 



—Nana Mary junto a su sobrina los cuidarán, tú no te preocupes, solo enfócate en sanar, lo demás se resolverá.

 



—En ese caso voy a dormir —acurrucandose sobre su pecho se dejó llevar por el sueño.

 



El siguiente fin de semana Akihito fue dado de alta, Asami arreglo todo para que regresarán a casa, en su avión privado sobre el sillón ambos se daban amor.

 



—Creí ¡aaah! Que esperarias mng

 



—Ya fue suficiente, necesito esto ahora —besando su cuello mientras lo penetraba— tus fotos no bastaron.

 



—¿Cuáles fotos? —deteniendo a su pareja— ¿Que fotografías mías tienes?

 



—Las que he guardado de tu lindo rostro al borde del orgasmo.

 



—¿Acaso todos tienen una habitación así? —recordando la que vio en casa de Bergen.

 



—La mayoría, unos la dejan a simple vista, otros la ocultan y unos más muestran un espejo —besandole— Arbatov es de los últimos, su biblioteca está llena de imágenes decentes con Fei, sin embargo detrás de ellas, se encuentran las que tomó en una situación más íntima.

 



—Son unos pervertidos —cubriendose el rostro con un cojín por la vergüenza— destruye todo eso.

 



—No lo haré, es mi colección privada, además luces tan hermoso, eso fue lo único que me ayudó a aguantar todo un año sin tí —girando su cuerpo, comenzó a besar la espalda dejando un marcado camino— solo disfruta, hablaremos después.

 



Con cada beso y caricia el calor aumentaba junto a su deseo de sentirse cerca del otro, olvidaron por completo las restricciones, dejando que su pasión los guiará al mundo del placer, solo ellos sin que nada ni nadie les llegase a interrumpir. El viaje duro cerca de 12 horas al aterrizar dejaron que la pareja disfrutase de su tiempo.

 



—Necesito dormir —hablando en pausa por el efecto de los orgasmos— despiértame cuando lleguemos a casa.

 



—No te has dado cuenta —acariciando su espalda— aterrizamos hace horas, te llevo cargando al auto, ahí descansaras un rato.

 



Dentro de la limusina Akihito durmió sobre el regazo de su amante, en ningún momento quiso separarse de él. Al llegar a su hogar, fue recibidos por todos con la inclinación respetuosa, mientras les avisaban que el baño y la cena estaban preparados, bajo el agua caliente otra ronda de sexo ardiente tuvo lugar, Asami tiraba de los dorados cabellos, penetrandole a velocidad, por su parte, el lindo gatito se sostenía de la orilla de la bañera, gimiendo de placer.

 



—No pares aaah, más...más fuerte ngm, aaaah así agh.

 



—Con gusto lo haré —sacandole de la tina, lo llevo directo a la cama, dejando que la espalda mojada, choque sobre sus pectorales, no bastaría una vez, estaba dispuesto a hacerle olvidar todo lo malo, mimandolo, cumpliendo cada capricho y dandole satisfacción sobre el colchón o cuálquier superficie que logré sostenerlos— bienvenido a casa, mi dulce Akihito.

 


Esas palabras bastaron para que el joven amante se sintiese libre y relajado, disfrutando de su pareja, la alfombra, de pie, sobre el armario, en el balcón, lo hicieron en varios lugares hasta quedar agotados, la cena se convirtió en desayuno, uno familiar ya que sus hijos estaban de regreso.

 



—Mami, ya no te vayas por mucho tiempo, que sea la última vez.

 



—Estamos de acuerdo con Ashura, no lo hagas más, quédate con nosotros y nuestro hermanito.

 



—Lo prometo mis niños hermosos, ya no saldré de viaje —besando la frente de cada uno, les dejo comer.

 



—Gracias papi —Ashura se acercó al oído de Asami para hablarle en secreto— gracias por salvar a mami y traerlo de regreso —podia ser pequeña sin embargo era capaz de entender la situación, actuando de manera sensata.

 


—Eres muy lista mi niña —sentandola sobre sus piernas, la abrazo— eres igual a él, nada se les escapa.

 



Terminando de comer, Ryuichi dió un último obsequio a su niño, un nuevo collar ya que el anterior Bergen lo rompió, así que de vio obligado a reponerlo. Por diez días, sus momentos de romance se volvieron escasos, al menos hasta que sus empresas estén en orden y sostenibles, además de saldar algunas cuentas pendientes. Al termino de todo eso, Akihito sorprendió al empresario con un baile muy sensual vistiendo lencería fina, dichas prendas quedaron completamente destruidas por la ferocidad de su amante que no le dió tregua. —A que debo tan bonito regalo, espero no olvidar una fecha importante.

 



—Te ayudo a quitar tensión, mañana es tu última reunión, debes estar relajado así que te dejo hacer lo que quieras conmigo.

 



Apenas terminó de hablar y ya se encontraba de espalda al colchón con las piernas bien abiertas, su esfinter era invadido por un pene grueso y palpitante, cada que goleaba si próstata una corriente eléctrica recorría todo su ser haciéndole gritar, perdió el sentido del tiempo, simplemente se dejó llevar por su esposo, de tanto placer perdió la consciencia despertando durante la madrugada.

 



—Lamento tanto si te deje a medias —besando sus labios, descendió tranquilamente por el cuello, pasando al pecho, se quedó un rato lamiendo y dejando besos sobre los bien marcados abdominales hasta llegar al falo que se encontraba en reposo— ya sé cómo te lo voy a compensar —viendole dormir, se enroscó con las sábanas para que no lo fuesen a quitar de su labor.

 



Comenzó a succionar el glande con suavidad, haciendo círculos con la lengua, poco a poco lo fue metiendo a su boca, subía y bajaba despacio, entreteniendose con el falo en su garganta sintiéndolo palpitar. Asami despertó por las atenciones que recibía, trato de alejarlo pero Akihito no se lo permitió, continúo succionandolo hasta dejarlo seco y rojizo, solo en ese momento salió de su escondite.

 



—Quieres más, será mi disculpa por dormir y dejarte a medias.

 


—Disculpa aceptada —le acomodó mejor embistiendo una y otra vez— esto es un extra para ambos.

 


A media tarde, Asami Ryuichi sentía incomodidad al caminar, así que llegando a su oficina pidió una consulta con su médico de confianza, Soichi le indico paso a paso como inspeccionar el área genital descubriendo el problema. —Mi amigo, estás rozado, lo usaste demasiado o se irritio con algún lubricante.

 



—Te parece que necesito ese tipo de cosas —fingiendo molestia, ocultando así su sonrisa— hay algo para que deje de doler.

 



—Te sugiero que no uses ropa ajustada, talvez una pomada a base de óxido de zinc, vaselina o una crema hidratante, también puedes usar talco —intentando no reirse— descuida en unos días estarás bien.

 


Termino de hablar con el doctor dedicándose a organizar los documentos que necesitaba para su reunión nocturna. Un par de horas antes de la junta, Akihito entro a la oficina sentándose sobre sus piernas. —Traje un poco de comida y esto —sacando un tubo verde con blanco de su maletín— te ayudará con la irritación además de acelerar la curación.

 



—¿Quien te dijo de eso? —leyendo las indicaciones de la crema— ya no tengo privacidad.

 



—Nadie me dijo nada, estoy consciente de lo que hice, por ello sé cómo tratarlo —con delicadeza desabrocho el pantalón, tomando un poco de la sustancia, comenzó a frotar la virilidad— sentirás fresco al principio después de eso dejara de doler y tendrás un olor a menta.

 



—Lo estás disfrutando —dandole de besos— ya no se si es un premio o un castigo, aunque ambos me benefician.

 

 


—Tomalo como un adelanto —recargando su cabeza en el hombro del yakuza— la decisión de salirte, es por mí, porque no puedo dormir y estoy a la defensiva.

 



—No, lo tengo en mente desde antes que Bergen atacará —rodeandolo con sus brazos, le estrechaba con fuerza moderada— Takeru tendrá mi lugar hasta que alguno de los niños quiera tenerlo, apartir de la próxima semana solo seré un empresario dueño de hoteles, gimnasios y clubes nocturnos.

 



—Hazlo por tí, que sea algo que tú desees, no para hacerme sentir bien ni cuidarme, haz la elección para tu beneficio, no el de otros —su rostro fue elevado y sus labios fueron hechos prisioneros por unos más hábiles.

 


—Lo hago por mí, no soy más joven, está vez tarde un año para recuperarte, ya entendí que no puedo ni quiero estar sin ti, necesito que estés cerca y si dejar el contrabando es el precio, con gusto lo daré —metiendo sus manos por debajo de la camisa— ahora, que te parece si pasamos a la acción, tengo unos minutos libres.

 



—Tu estás lastimado, debes estar unos días en reposo, así que, quédate quieto —depositando un beso en el glande— se un buen chico.

 



—Mejor aún, seamos malos todos y hagamos que valga la pena —cargandole, lo dejo caer sobre el escritorio tirando todo a su paso— grita para mí, así sabrán que estoy ocupado.

 


Por más de dos horas se quedaron encerrados en la oficina, sus cuerpos bañados en sudor, las marcas de besos, mordidas y rasguños delataban sus acciones, no fue solo sexo rudo sino amor, muestras claras de amor y pasión, cada superficie, posición, penetración, cada palabra y gemido lanzado, reforzaba su unión, terminaron agotados sin embargo Asami tuvo que ir con sus socios a aclarar la situación. Después de una larga junta más la despedida de un gran jefe, Ryuichi regreso a casa con su gatito, ahí tendrían todo el tiempo del mundo para seguirse amando.

 


A los pocos meses, Mikhail Arbatov hizo lo mismo que su colega para dedicarse a la familia, él entrenaría al joven Tao, así cuando tuviese la edad suficiente ocuparía el cargo como jefe de la facción rusa y Baishe. Ambas familias se apoyaron, la amistad creció, sus hijos e hijas se beneficiaron bastante de esa unión, los negocios progresaron, lo suficiente para mantener su estilo de vida sin problemas.

 


Después de tantas dificultades, conspiraciones, malos entendidos, secuestros y demás percances, por fin tuvieron unos años de paz y tranquilidad, vieron crecer a sus bebés además de pasar tiempo de calidad con sus parejas, hasta que el momento de partir le llegase a cada uno de ellos.

Notas finales:

Gracias por leer y comentar


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