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-Una bella ilusión- por Drak_Sakuma_sama

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Notas del capitulo:

 Hace muxo q devoe ste fic a mi amiga y ayer finalmente me tomo la inspiración y decidí escribirlo. Oh!! amo a la SLEEPLESS PAIR, espero les guste y me dejen sus valiosas opiniones.

Matta ne!!

 

 

 

No me es común ser alguien que obedezca mucho a otros, tampoco esta en mi ser dócil o ser tal vez muy humano.
Me encuentro sumamente muy aburrido, hastiado y molesto. Voy en camino a Roma con mis padres, aunque no entiendo para que si esta clase de viajes “en familia” me asquean.
Miro por la ventanilla y veo la ciudad pequeña y con solo eso, me da una sensación de tristeza…Ja! Tristeza yo….tristeza…

 

-Keigo, amor, date prisa-
-sí, ya lo sé-le respondo a mi madre que se ve emocionada. Por favor, como si fuera la primera vez vengo aquí.
Lo primero que hacen, por que sinceramente yo no me incluyo en esto, es ir al hotel, dar ordenes a todos, hablar de tonterías, algo que yo también termino haciendo.
No es que extrañé mucho Japón; al menos no como creo debería, pero se que no tengo a nadie que me espere o me extrañé.
-hijo-dice mi padre colocando una mano encima de mi hombro mientas veía el exterior-se que extrañas a tus compañeros, pero solo serán unos días-se ríe-claro..¿qué harán ellos sin su gran capitán?-me da unas palmadas y se retira orgulloso, ¿pero de qué?
Nadie me extraña.
Cuando dije saldría solo sonrieron, se despidieron como si no importase, solo me desearon suerte…pero no hubo lo que yo quería.
-y bien…¿a dónde vamos?-es tradición casi yo pregunté esto cada que salimos.
-mmm, primero vayamos a comer algo-dice mi madre arreglándose-la comida de los aviones no me agradan-vaya, y eso es de primera clase

 

Y ahí vamos, en auto…uno de los tantos que tiene mi familia. Comemos en un lugar VIP, los veo, me aburro, y sigo pensando que preferiría no haber venido.
Aún si siento nadie en Hyotei me echa de menos, preferiría estar ahí para quitarme esto de la mente.
Después de comer, vamos a visitar a unos amigos de mi padre. La noche se aproxima, mezclando el negro con el rojo atardecer que se esfuerza por no irse…por no irse…desearía algo que fuese mío y nunca se fuese.
Nos retiramos al fin tras una hora de adioses, buenos deseos, vino de cosecha privada y sonrisas.
-ya estoy cansado, quiero regresar al hotel-ordeno más que opinar.
-keigo-empieza mi padre viéndome de frente y tras sus lentes finos-aún nos falta ir a un lugar-
-por dios-resopló fastidiado y girando los ojos-déjame adivinar…en roma y mi madre aquí, eso solo significa ir al lugar más aburrido del planeta-

 

El auto se detiene frente a una iglesia enorme, vieja y que se va cayendo con el tiempo….como todo lo que tengo. Mi madre entra primero y mi padre después; yo me quedo un rato afuera viendo los vitrales con formas de ángeles que vuelan, rezan, y abrazan a la gente como protegiéndoles. Volteo a ver a mis padres hasta el frente, sin ver donde me encuentro y ocupados, pero al menos tiene a alguien.
Suspiró, como si así sacara esta molestia, pero nunca se va.

 

 

 

Me detengo y tal vez por estar harto de cargar con esto o por que es lo última que queda, volteo a mi alrededor y con fuerza mientras cierro los ojos pido a quien sea, a quien escuche, a quien pueda entenderme esto..”quiero algo que no se vaya nunca, que pueda ser mío, que no me deje…” y con algo de pena, pero reuniendo valor termino mi frase, “quiero algo que amar y me ame”
Abro los ojos y no veo nada más que el mismo escenario, tal vez no funcionó, pero no pierdo mucho al haber tratado…aunque me frustra no conseguir lo que quiero.
Bueno, puedo dar un paseo en lo que acaban ellos.
Estos lugares son tan diferentes..son enormes, fríos, con algo hueco, pero que te hace desear ver algo más, pero justo en mis pensamientos, justo en estas ideas que me rondan creo si me escucharon.

 

Lejos, del otro lado de donde estoy veo a alguien frente a un ventanal, dejando una vela entre todas las filas que ya hay; el color rojizo de las velas le alumbra tenuemente para contrastar con el azul oscuro de fuera y con su piel. Sus cabello es rizado y miel brillante, sus ojos se ven algo caídos, como con monotonía, pero su porte es delicado, tal vez sencillo.
Doy solo un paso sin querer, sin voluntad para verlo un poco más cerca, pero buscando ser precavido…temiendo en algún brusco toque se vaya lejos, pero veo no nota mi presencia, sigue sumergido en si mismo. Noto que es un chico.
Tranquilo, algo dulce, dorado, inocente… ¿es esto lo que tanto buscaba?
No avanzo más a él, solo lo veo al mismo tiempo que las velas se van consumiendo, pero me siento bien mientras siga ahí cerca de mí.

 

-¿quién eres?-finalmente nota mi presencia, pero no voltea a verme-llevas rato ahí-sus palabras no suenan que le molesta estuviese ahí.
-nada realmente-contestó sonriendo de lado como acostumbro, peor el no se asombra.
-¿quieres poner una vela también?-
-no tengo nada que pedirle a Dios-me voltea a ver al fin con ojos adormilados, pero muy leve sonrisa que me da una especie de impacto.
-¿sabes qué fue lo que pedí?-
-no es necesario me lo digas-
Me sonríe-no tienes que ser tan serio, ven-me toma de la mano y siento algo en mi se emociona, dios, ¿qué estoy diciendo?-la mía la puse lo más cerca de este ángel para que se cumpla lo que deseo-al hablar lo hace de manera tan honesta, sin mentiras, sin engaños y dulce que creo él es el ángel de quien habla-vine de vacaciones con mi familia y en unos días regreso a mi país, pero me gustaría...bueno…-
-no agaches tu cabeza-le digo levantándole la barbilla-no me burlaré-sus ojos los veo más claros de cerca y noto de nuevo ese color tibio que me roza por dentro.
-bueno…lo que yo quiero es a…-

 

-¡JIROH!-una mujer le llama de otro pasillo haciéndole señas.
-ya me voy-
No…no quiero, que no se vaya.
-espera-le detengo de la misma mano con la que el me tomó-¿te llamas Jiroh?-
-sí-responde-Akutawa Jiroh-
-antes de que te vayas, al menos dime que pediste-le digo actuando como si eso fuese lo que quería, aún cuando mi mano seguía firme a su muñeca.
-yo-sus mejillas suben de tono.
-dímelo-le jalo más a mí….¡No te vayas!, eso es lo que quiero. Lo tengo ya cerca de mí, huelo sus cabellos, percibo su aliento, su mirada ahora sorprendida dejando ver sus orbes brillantes.

 

-yo quiero a alguien a mi lado-dice finalmente desviando su mirada a otro lado y sin tratar de huir de mí-cuando regrese a Japón entraré a una nueva escuela, pero se que es la más estricta y yo…bueno…quiero tener a alguien a mi lado-
-¡Jiroh!-le vuelven a llamar y da media vuelta para irse y el colmo es que lo suelto, pero…
-oye-aún cuando va caminando le sigo detrás-¿jiroh, no es cierto? Veámonos mañana aquí-
-¿eh?-
Me sonrojo un poco, pero solo interiormente.
-te estaré esperando aquí a las seis-y finalmente lo dejo ir, quedándome parado en medio de aquella sala y de nuevo solo. No se porque, pero mi vista cae ahora sobre esas velas, como si algo en mi interior me pidiera hacer algo por no perderlo, pero conociéndome se no me rebajaré a obedecer, ni a mi mismo.
Yo también me retiro.

 

Ahora me encuentro en la cama, solo, sin poder dormir y repitiéndome el nombre de Jiroh constantemente. Se fue, pero por unos breves instante me sentía como si algo agradable me envolviese, ¿es eso que llaman felicidad? No lo sé, pero se que espero llegue de nuevo el atardecer.

 

-ojala-creo el sueño esta llegando al fin por mí ya que halo sin pensar-pudiera ser a quien esperas..Jiroh-y la paz cae sobre el lecho.

 

 

Otro día, pero esta vez tengo una esperanza para levantarme y fingir lo que sea; me siento impaciente, siento una extraña corriente atravesar todo mi interior como si deseara salir por mi boca a gritos.
Mis ojos solo ven ese cabello dorado, esos ojos tiernos e infantes, esa voz inocente como mi horizonte.
-keigo…-
-lo siento madre-interrumpo parándome de mi asiento de la sala-voy a salir, así que si tiene planes de salir, no cuenten conmigo-
-¡keigo!-me regañan, pero no me importa; tomó mi chamarra y salgo pese a los reclamos que cruzan los muros. Yo tengo que ir a ver a Jiroh. Finalmente llego a la misma iglesia de ayer; apenas pongo un pie siento como todo se detuviese y el gélido viento del próximo anochecer es lo único que me tiene en mi realidad.
-esperaré- me digo a mi mismo.

 

Sigue haciendo frío, la cara la siento frágil y helada, pero no me hará desistir el esperar lo necesario. Ya son las seis diez, pero sigo en pie, pero...¿y si no viene?
Y como si fuera una bocanada de aire, escucho a lo lejos esa voz.
-¡perdón por llegar tarde!-viene corriendo por la acera haciéndome señas con la mano.
“ven, preciado ángel” pienso con risa al verlo.
-disculpa-repite ya al fin conmigo-esque se me hizo tarde…-
-olvídalo-le digo fingiendo no haber esperado gran cosa-anda, paseemos un rato-indico dirigiéndome hacía el centro de la ciudad que se ilumina ya de colores cálidos.
-sí..ahm…¿cómo te llamas?-
-Atobe Keigo-respondo disminuyendo un poco mi paso para permitirle alcanzarme; con la carrera cansado ha de estar.
-ah, mucho gusto-sonríe de nuevo como anoche.

 

Jiroh…no se ha impresionado; le he contado quien soy, sobre mi familia, que también soy japonés, de todo, pero no ha cambiado su forma de ser conmigo. Ni un gesto de inferioridad, de desconfianza o lejanía; me trata con la misma sensibilidad.
En nuestro paseo se detuvo a comprar varias cosas como recuerdo de su viaje.
-es la primera vez que salgo a otro país-me dice pagando un llavero en forma de una oveja, para agregarla a las otras bolsas que ya lleva encima.
-oye, Jiroh-ahora casi ni camino con este chico que entre tantas cosas si apenas puede ver por donde camina-¿no crees son demasiados recuerdos?-
-no..-dice tambaleándose y tratando de seguirme el paso inútilmente-tranquilo, son solo esto y eso y algo de… ¡Waaaa!-y finalmente tropieza consigo mismo y cae al suelo; de inmediato me acerco para ver como esta.
-¿te lastimaste?-preguntó buscando alguna parte de su cuerpo entre todos esos colores y letras de tiendas-anda, párate-
-sí, gracias-de repente queda cerca de nuevo junto a mi pecho y veo le tomé de la mano lo cual sin poder hacer nada en contra, me sonrojo y veo…el también lo ha hecho.
-bueno, anda…levantemos tus cosas-ni yo mismo  creo lo que hago. ¿Agacharme a recoger cosas de alguien más? Pero...supongo con él no tengo nada que signifique asombro.

 

-oye, espíame aquí-tengo una idea.
-¿eh?, ¿a dónde vas? Te acompaño-pero le detengo.
-no, espérame aquí, no tardo-y echo a correr; creo estaba unos seis locales atrás. De regreso veo mi reloj y sol me tardé unos veinte minutos.
-Jiroh-le llamo al verlo recargado en un farol aún cargando todas sus cosas.
-¡Atobe!-exclama cambiando el rostro adormilado que tenía por una enérgica-te tardaste mucho, ¿qué fuiste a hacer?-
-toma, te compré esto-
Toma el paquete color blanco que traigo en mis manos y con cuidado deja su carga en el sueño y desenvuelve el papel
-no es muy grande, pero podrás guardar todo esto y caminar sin caerte-lo que fui a comprar fue una mochila para él.(*)
-¡wow, muchas gracias Atobe!-con esas ansías infantiles suyas la abre y le examino alrededor y sin esperar toma todos sus paquetes guardándolos dentro-es perfecta, todo quedo bien, te lo agradezco Atobe-
-de nada, espero te haya gustado el color-
-claro-se la coloca sobre los hombros-oye, vayamos a comer un helado, ven-

 

Aún no me cabe en la cabeza como alguien puede cambiarme tanto, tratarme como alguien importante para sí y sentirme parte de él.
La pesada oscuridad al fin reina y cansados terminamos de nuevo en la iglesia donde comenzamos.

 

Por hoy, no quiero llegué el mañana ni que este chico se valla de mí, porque él es lo que tanto había buscado; alguien que me tiene cariño, alguien que me sonríe sinceramente, que se preocupa por donde estoy y como estoy. Creo no exagero en decir que Jiroh es mi ángel.

 

 

-tengo sueño…Atobe-me dice recargando su cabeza sobre mi hombro-¿te molesta?-
-no-
-que bueno-cierra los ojos y lo que hago es contemplarlo, verlo por siempre, grabarlo en mi memoria.
-Jiroh-llamó suavemente-Jiroh-le vuelvo a llamar asegurándome si esta despierto o dormido
-..ahm..-
-¿me oyes?-
-…ahhm..-supongo que no. Acerco mi rostro hasta el suyo y le susurraré algo que tal vez nunca sepa.
-Jiroh, el pretexto de verte no fue solo porque que sí, fue para estar a tu lado, para tenerte cerca de mí-no había notado la clama con la que respira-eres lo que he buscado en tanto tiempo y quisiera permanecieras a mi lado, Jiroh…-
-..uhm..-siento tristeza en medio del silencio, siento que puedo perderlo porque en unos días me iré.
-Jiroh…¿puedo besarte?-
-..uhm..-se que jamás lo recordaras, pero espero de verdad no te moleste.

 

Me acerco con cuidado para no sacarlo de su sueño, mis labios se están algo fríos y trato de ser delicado con los suyos que al primer roce superficial son tibios y provocan presione solo un poco más y termino separándome de él.

 

Pero como todo inicia, todo termina; después de esa noche llevé a Jiroh hasta donde se hospedaba con su familia; me hizo gracia verlo aún con la mochila puesta, pero esa gracia se esfumo cuando me separé de él; no quise preguntar cuando se irían, por que eso solo me traería más miseria y preferí rime silencioso.
Pero traicionándome, llamé a la mañana siguiente por él al Hotel solo para saber se habían marchado al aeropuerto hacía las nueve de la mañana; ya nada más me quedaba que saber al menos esa mochila naranja era algo mío que le acompañaría hasta donde el quisiese.
Por primera vez supe que fue ser querido, probar la esperanza e ilusión de ver a alguien. Tres días más tarde también era mi turno de regresar y es ese lapso no regresé aquella iglesia, pero tal vez, si mi otro deseo se cumplió..no creo pierda más con otro. Voy solo, no quiero mis padres me restrieguen en cara que vaya al lugar que antes me hastiaba…si tan solo supieran su significado.

 

Tomó una vela, justo en el lugar donde vi. a aquel ángel y al encenderla pienso “haz lo que sea, aún si se es egoísta, pero tráeme a Jiroh de vuelta” y coloco mi deseo junto a otros más; lo siento, pero el mío estará más cerca del ángel.

 

Esta es la última ilusión que me queda llevar tras haber conocido a otra que se ha ido lejos de mí. Volver a Hyotei como capitán no tiene gracias, es como si volviera al pasado aún más derrumbado que antes.
-bienvenido Capitán-
-le echamos de menos-
-es un alivio verlo al fin-

 

Por favor, ya dejen de mentirme…no me recuerden lo que soy.
-Atobe, hace poco se nos unió un nuevo miembro-
-sí, voy en un rato-digo-voy a cambiarme-
Entro a los vestuarios solo y comienzo a quitarme el saco y la camisa, pero sin pensarlo siento alguien echa sus brazos a mi alrededor.
-¡viniste, viniste!-volteo y ni yo lo creo-en cuento me dijeron eras tu el capitán del equipo no sabes cuanto me alegré-
-…¿Jiroh?-era él, sus ojos, su boca, sus cabellos rizados. Cierto, nunca le pregunté a que escuela entraba. Me soltó y con voz bajita me dijo.
-se cumplió mi deseo, tengo alguien a mi lado y eres tu Atobe-
-sí..tienes razón-
-te veo en las canchas Atobe, bye bye-se despidió y salió corriendo dejándome ver llevaba en la espalda aquella mochila que le di.

 

Al parecer, no recordó nada la noche antes de separarnos ni el beso que le di, pero esta bien, no se que hubiera pasado, pero mientras tanto se alguien escucho lo que pedimos ambos.
Cada día que pasa se hay alguien que me espera sinceramente a mí, que me sonríe con alegría o duerme tranquilo. Tengo a ese alguien que tanto amo aún si el no sabe de lo que siento, que lo que hago es por él, guardo la bella ilusión de no volver a dejarlo ir de mi lado otra vez a este ángel.
Mi ángel.

 

Todos los días, guardo la ilusión de que tal vez algún día pueda decirte lo que siento; solo tengo que poner mi deseo cerca del ángel que eres tu y se, será realidad.

 

“””””””””””””

 

(*) En la serie, Jiroh siempre lleva una mochila color naranja donde guarda su raqueta a diferencia del resto del equipo, creo hasta le di historia al nacimiento de esta mochilita X//D

 

Con cariño a mi amiga y yuntita-chan…Hally!!


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