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El cerezo dormido... por andherezu_rosui1

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Notas del fanfic:

Hola nuevaente aqui les traigo esta historia para continuarla desde esta cuenta como ya antes mencione perdi mi contraseña y he tenido que volver a subir cada una de mis historias otra vez.

Si, soy un completo desastre ahora pero intentare ponerme al corriente lo antes posible.

Espero que las lectoras de esta historia la encuentren una vez mas y la sigan,y tambien espero que las nuevas lectoras se interesen en saber mas y dejen RR

Enserio muchas gracias por leer...

Notas del capitulo:

Bueno uan vez mas disfruten y leean!!

Y si pueden dejen RR!!!

 

Quiero RR!! TT__TT

Capítulo 1 Mellizos…

 

En una gran mansión, un chico de ojos azules, más intensos que el mismo cielo se encontraba sentado en el palco de una ventana, observando a las personas que bajaban cosas de una camioneta. Al parecer ese día tendrían nuevos vecinos, el chico miraba sin mucho interés absorto en sus propios pensamientos.

 

En su mirada se veía algo de tristeza, quizá nostalgia la cual le daba un toque misterioso y seductor. Vestía una playera negra y unos pantalones del mismo color, sobre su cuello se encontraba una hermosa joya colgada, que hacia perfecto juego con sus hipnóticos ojos azules, había permanecido sentado quieto durante mucho tiempo, sin notar siquiera que era observado por un par de ojos negros, desde el otro lado del jardín.

 

Miró el cielo nublado que anunciaba la lluvia torrencial que se venía con aquellas nubes amenazadoras. Desde su ventana se podía ver perfectamente un majestuoso árbol que permanecía desnudo, sin una sola hoja en sus ramas. Observarlo acarreaba al joven rubio un malestar que había permanecido en su pecho desde hacía algún tiempo ya.

 

Pegó su frente al cristal de la ventana, sintiendo el frio tacto de esta con su piel y suspiró con resignación, sintiendo que un poco más de su felicidad se escapaba con aquel aliento. ¿Cuánto tiempo más podría soportar aquel dolor? Se preguntó abatido. De seguir como iba, sólo conseguiría preocupar más a la gente a su alrededor. Debía… ¿Qué debía hacer?

 

El firme toque en la puerta, los sacó de sus cavilaciones poco alentadoras, girándose para ver la silueta de su hermano, mirándolo con cierto recelo, quizá intuyendo lo que había estado ocupando su mente segundos antes de verle entrar en la habitación sin esperar siquiera que respondiera.

 

-Naruto es hora de bajar a cenar. –Le dijo el recién llegado, con una voz gruesa y seria, muy propia de él- Ya está todo listo – Agregó el joven pelirrojo.

 

La piel de su hermano era pálida en comparación con la suya y sus ojos parecían un par de esmeraldas, que contrastaban a la perfección con sus pestañas tupidas y negras que delineaban sus ojos rasgados. Era mayor que Naruto, por unos cuantos segundos al nacer. Siempre habían tenido una buena relación de hermanos, se apoyaban y comprendían mutuamente, sin embargo últimamente no era así para nada.

 

-Si gracias. –Respondió el rubio con tono escueto, sin moverse de su lugar, girando su mirada hacia afuera una vez más agregó - Voy en un momento Gaara.

 

En el pasado, Gaara habría entrado en la habitación sin más, en cambio ahora parecía pedir permiso para poder entrar más allá del umbral de la puerta. Pero Naruto entendía, que esa actitud reservada que su hermano tenia últimamente con él era nada más y nada menos que culpa suya. Sí tan sólo no hubiese pasado aquello, se quejaba internamente el rubio. Si tan solo pudiese deshacerse de aquel extraño sentimiento que lo hacía comportarse así, quizá Gaara no se portaría tan cauteloso a su alrededor.   

 

-¿Que tanto estás viendo por esa ventana? – Inquirió el mayor entrando en la habitación lentamente, hasta llegar a su lado en el ventanal. Lucía un semblante natural, a pesar de las circunstancias, Naruto le observó de reojo estudiando breve la cara del pelirrojo, agradecía que su actitud distante no afectará la determinación del otro, al no querer dejarle solo. Debía empezar a actuar algo más normal, y dejar de preocupar a su hermano decidió.

 

-No es nada.- Respondió, intentando sonar despreocupado, Gaara le miro con una ceja arqueada, y el decidió agregar entonces.-Es sólo que parece que tendremos nuevos vecinos.

 

Gaara, entendió entonces lo que había dicho el rubio y después de pensarlo un segundo decidió que esa noticia podría resultar inoportuna.

 

-Vaya, eso no me lo esperaba…- Comento incomodo, hacía tiempo que no tenían gente viviendo en la casa contigua. Así que esperaba que sus vecinos no fuesen personas ruidosas y poco fáciles de tratar. Él era muy poco social a la hora de tratar con gente nueva. Y Naruto lo que menos necesitaba ahora eran personas problemáticas por los alrededores. Sin embargo aquello carecía de importancia en ese momento. Así que dijo con tono de advertencia acompañando sus palabras por un par de palmaditas en el hombro para instarle a levantarse de su lugar en el ventanal.

 

- Como sea es hora de cenar, sí no, nos damos prisa Kaa-san nos reñirá a los dos. –Naruto le miró con agobio, en clara protesta de no querer levantarse de ahí. Pero para Gaara aquella actitud distante de su hermano estaba comenzando a salirse de control. Al punto de que prácticamente tenía que buscarlo en cualquier parte de la casa para asegurarse de que al menos probaba bocado.

 

-Sí, tienes razón vamos... –Aceptó después de lo que parecieron horas aunque sólo habían sido minutos. Gaara comprendía lo duro que resultaba para su hermano todo lo que había estado pasando pero ¿No era tiempo de dejar aquello en el pasado?

 

***

Al mismo tiempo, en la casa contigua, donde a pesar de ser tan tarde se encontraban en plena mudanza. Para Sasuke un joven de ojos negros como la noche y cabello del mismo color, ver con interés a él joven rubio sentado en la ventana de la casa vecina no hacía que su trabajo se redujera. Por deducción obvia supo que ese chico seria su nuevo vecino.

 

Sin embargo aunque al principio lo que llamo su atención fueron sus hermosos ojos azules, conforme lo miraba se dio cuenta de que aquel joven con extrema belleza tenía mucho dolor en su corazón. ¿Cómo lo sabía? Era algo que parecía explicarse con una mirada a ese par de zafiros en su rostro. Y porque algo en su interior le decía que así era.

 

-Me pregunto… ¿Cuál es la razón por la que sufre?- Se dijo pensativo en voz alta.

 

-¿Quién?- Escuchó que le respondían detrás de sí, sobresaltándole por lo inesperado de la respuesta ¿No se suponía que estaba solo? Su reacción al verse descubierto fue gritar enfadado.

 

-¡Ah! ¡Sai! ¡Estúpido no me des esos sustos! - Reclamó Sasuke mientras ahorcaba a su mellizo, antes mencionado el cual hacia la típica señal de amor y paz con sus manos, sin inmutarse por la agresión a su persona. Pues Sasuke ni siquiera llegaba a lastimarlo enserio, no era su intención, sólo quería desquitar su frustración por ser incapaz de detectarle antes de que se acercara a él. Siempre era lo mismo ¡Parecía un fantasma al caminar atrás de las personas! Le había dicho en más de una ocasión, pero así era él, aunque eso a Sasuke lo fastidiara.

 

-¡Eh! ¿Te asuste? -Respondía un divertido Sai con una sonrisa juguetona, que para Sasuke resultaba más molesta que otra cosa soltándolo al instante fastidiado - Pero dejando eso de lado ¿Qué es lo que estabas viendo? Parecías muy concentrado. –Comentó neutro el mayor.

 

Sai era casi igual a él de no ser porque tenía un poco más corto el cabello y que su piel aparentemente era más clara que la suya. Era el mayor de los dos y por eso se tomaba atribuciones con su persona que no le correspondían, como fastidiarle la vida o ponerle en vergüenza cada tanto ¿Por qué debía ser él el menor? De todos modos era de esperarse, eran hermanos mellizos, aunque no de los que comparten y se llevan todo el tiempo bien, más bien eran de los que se toleraban y buscaban la tortura del otro cada que se podía, aunque a su modo se querían como lo que eran hermanos.  

 

Sai seguía interrogándole mientras miraba con insistencia hacia la misma dirección a la que el miraba momentos antes de que llegará a molestarlo. Sus ojos se agrandaron en reconocimiento al dar con la ventana en la que resaltaban un par de ojos azules muy intensos.

 

-¡Así que eso era lo que mirabas!- Le acusó dándole de codazos en las costillas suavemente.

 

-¡No sé de qué rayos hablas!- Fue la respuesta de Sasuke apartando la mirada para disimular o fingir demencia...

 

-No te hagas el tonto Sasuke. –Le refuto Sai sin dejarse engañar- Pero está bien te refrescare la memoria. Me refiero a ese hermoso chico de ojos azules. –Dijo con tono ladino - Debo admitirlo es muy lindo aunque como que tiene algo en la mirada, no sé cómo describirlo adecuadamente pero parece nostalgia ¿No crees?

 

-¡Deja de decir estupideces Sai! - Respondió indiferente al comentario del mayor. Aunque pensándolo detenidamente a él también le había dado esa impresión.

 

-Mira hay alguien más en la habitación- Le informó alarmado, haciendo que Sasuke mirará nuevamente a la ventana donde estaba el rubio.

 

-Es cierto. –Confirmó en modo ausente.- Probablemente sea un pariente o un amigo suyo o algo así.

 

-Sí,  y él también es muy lindo. –Comento poniéndose la mano en la barbilla a modo de meditar profundamente- ¡Él sí es mi tipo! – Declaró un segundo después. Sasuke le miro con aburrimiento. A veces se preguntaba ¿Cómo fue posible que los genes le dieran a un hermano tan raro como Sai?

 

-Ya te dije que no digas estupideces Sai- Le respondió harto Sasuke.  

 

-Que mal ya se fueron –Dijo ignorando su comentario anterior olímpicamente, al ver que se retiraban de la ventana sus nuevos vecinos...

 

-¡Oigan ustedes dos! ¿Ya terminaron de holgazanear? –Se escuchó una voz tras ellos.

 

Esta vez  se trataba de Itachi su hermano mayor por dos años el que hablaba al igual que ellos tenían el cabello y ojos negros más la piel lechosa casi enfermiza heredada de su madre. Aunque ese rasgo más que afearlo lo hacía aunque odiaran admitirlo apuesto, su cabello era largo y lo llevaba siempre amarrado en una coleta. Al igual que Sai, Itachi disfrutaba con torturarles de vez en cuando. Sí Sasuke podía estar de acuerdo con Sai era solamente en la rivalidad que mantenían ambos hacia el mayor. Aun si lo admiraban a su modo, no les quitaba las ganas de matarlo en ese momento, así que, en un gesto idéntico de fastidio se giraron al mayor y al unísono le respondieron.

 

-¡Cállate Itachi! – El mayor entrecerró los ojos al escucharles y tras eso les miró con cara de fingida aflicción para decir después.

 

-¿Por qué maltratan a su querido hermano mayor?- Lloriqueó como Magdalena. Ninguno de los mellizos le prestó atención, tirándolo a loco. -¡No me ignoren!

 

-¡Deja de hacerte la victima! ¡Después de todo que estemos en plena mudanza a estas horas es tu culpa! -El que había dicho esto era Sasuke cruzado de brazos y con el ceño fruncido.

 

-Es cierto, solo a ti se te ocurre comprar boletos a Japón sin considerar la diferencia de horarios desde Nueva York- Secundo Sai en el mismo tono y voz que Sasuke– A veces puedes ser un completo desastre Nii-san

 

-Yo solo pensé en llegar antes para poder descansar antes de que comencemos con las clases- Se defendía el mayor contrariado. ¿Por qué admiraban a un sujeto tan deplorable como él? Se cuestionaron ambos morenos mirando la cara llorona que compuso el mayor. ¡Deberás que no lo entendían!

 

-Bueno, ya no importa. Hay que terminar con esto, ya es muy tarde y pronto me dará hambre- Hablo Sasuke dejando de cuestionarse la existencia del individuo llamado Itachi.

 

-Bien- Fue la respuesta de Sai conforme, no quería que le doliese la cabeza por cosas insignificantes.

 

Itachi los miro con gesto de sospecha, en ocasiones parecía que el mayor podía leerles la mente, ya que de alguna manera ponía ese gesto cuando ambos mellizos pensaban mal de él.

 

-No Sasuke, no leo la mente. –Dijo el mayor tomando más cajas del suelo mientras decía.- Pero tú y Sai son predecibles.

 

Los mellizos intercambiaron miradas inquisidoras entre ambos y sin decidirse a pensar en las palabras del mayor, tomaron cajas y continuaron con su trabajo. Pronto llovería y debían terminar antes de que eso pasase.

 

***

 

Nuevamente en la casa de la familia Namikaze en la misma habitación, después de haber compartido el almuerzo con su familia. Naruto se encontraba recostado sobre su cama hacia poco que se había duchado y ahora se estaba intentando dormir por algún motivo se sentía solo, pero sabía que no podía seguir siendo egoísta debía ser fuerte y no preocupar a los demás, sobre todo a su hermano Gaara.

 

Sabía que Gaara en especial era él que sufría más que nadie por sentirse impotente al no poder ayudarle, era consciente de eso, sin embargo en esos momentos no se sentía capas de compartir su dolor, ni siquiera estaba seguro de poder hacerlo algún día. 

 

Cerró los ojos, trayendo a su mente aquel par de esmeraldas mirándole con preocupación, en ese rostro que le regalaba una sonrisa alentadora, y le suplicaba que siguiese adelante.

 

-“Si ella estuviese en mi lugar, no preocuparía a las demás personas de esta forma”- Se dijo entreabriendo sus ojos azules mirando el techo.- “Tengo que hacer el esfuerzo”

 

Con estos pensamientos se mantuvo inmóvil sobre su cama hasta que el sueño lo venció finalmente, no sin antes haber decidido que frente a sus amigos actuaria normal, como él solía ser siempre o por lo menos eso era lo que esperaba, ya que seguía en su cabeza aquel pensamiento que lo atormentaba desde hacía ya medio año "ella no estará ahí"

 

***

 

Finalmente la mañana llegó, Naruto se vistió rápidamente con el uniforme de la escuela el cual consistía en una camisa blanca con un saco de cuello bucle hasta arriba con bordado dorado en las orillas de las mangas y cuello, sumados a unos pantalones negros.

 

Abajo como cada mañana de escuela, lo esperaban Gaara junto con Deidara su hermano mayor este último asistía a tercer año de preparatoria tenía dieciocho años recién cumplidos, y solía llevar su cabello rubio y largo amarrado en una coleta alta desde la primaria, tenía los ojos de color azul y cejas tupidas a veces por su apariencia afeminada solían confundirle con una chica muy bonita, tanto que incluso su madre le había vestido como niña hasta que fue lo suficiente mayor para negarse.

 

-Naruto date prisa no es bueno llegar tarde el primer día de clases.-Comentó Deidara con tono severo.

 

-Sí, sí, Dei-Nii te preocupas demasiado aún estamos a tiempo- Respondió Naruto con tono despreocupado, ganándose una mirada de sospecha de ambos mayores. El fingió no darse cuenta y siguió su camino hacia el auto.

 

-Dei-Nii- Dijo Gaara solemne.- Vamos, el chofer está esperando.-Deidara simplemente asintió en silencio para seguir al menor que ya esperaba junto al auto. Gaara sólo esperaba que Naruto al fin hubiese considerado volver a ser el de antes, y sí así era lo menos que podía hacer era apoyarle.

 

*

 

La preparatoria a la que los tres asistían era administrada por su abuela Tsunade Senju, una mujer de carácter recio y con un aura imposible de desafiar. Era una mujer que había logrado mantener su posición no por nepotismo, sino más bien porque era buena en su trabajo. Había conseguido que la academia Konoha se convirtiese en una de las más prestigiadas escuelas del país. Entrar en ese colegio significaba, un brillante futuro y mayores posibilidades de entrar a la universidad.

 

Sin embargo, que la directora fuese su abuela, no les había puesto fácil el ingreso a los Namikaze, pues como todos los demás, probaron su rendimiento en el examen de admisión y aprobaron. Actualmente eran reconocidos, no por ser nietos de aquella mujer, sino porque eran el trio de jóvenes más guapos de la academia, con altas notas y con un carisma que impedía que no fuesen notados.

 

Por lo que era normal, que al llegar a la entrada del instituto los tres jóvenes fuesen recibidos por todo el cuerpo estudiantil, con saludos mañaneros, suspiros soñadores y uno que otro piropo. Los Namikaze eran muy populares tanto con mujeres como con hombres sobre todo Naruto que al mostrar un semblante serio y tranquilo arrancaba suspiros de las estudiantes. Todos sabían que esa apariencia en el rubio era recién adquirida, poco propia del menor de los Namikaze. Él era un chico risueño e hiperactivo, con una sonrisa siempre para regalar, pero desde que "aquel incidente" pasó, su forma de actuar había cambiado poco a poco creando preocupación por sus compañeros y amigos, era como si su luz se hubiese apagado poco a poco.

 

Muchos habrían querido ayudarle a salir de aquella depresión, pero sé encontraron a sí mismos incapaces de conseguirlo, limitándose a esperar al igual que la mayoría a que aquel chico risueño que todos querían volviese de las tinieblas que lo mantenían cautivo. Todos estaban preparados para recibir a aquel chico serio en el que se había convertido, a saludarle ignorando los tristes ojos azules y aceptando la sonrisa forzada que les dedicaría, pero al ver que sonreía con aquella chispa perdida de antaño a medida que regresaba los saludos, todos pensaron que tal vez, al fin estaba mejorando.

 

Al llegar a su nueva aula Gaara y Naruto se despidieron de su hermano Deidara. Mientras este les dedicaba una sonrisa y les deseaba suerte el primer día.

  

-Naruto entremos. – Dijo Gaara con calma, observando meticulosamente el gesto aparentemente risueño en el comportamiento de su hermano. Naruto asintió disponiéndose a abrir la puerta del salón.

 

- El tutor de este año también será Iruka-Sensei ¿Verdad? –Inquirió Naruto.

 

-Así parece. -Respondió pelirrojo siguiéndole al interior.  

 

Al entrar al salón, un momento de silencio se dio hasta que sus nuevos compañeros asimilaron que estarían compartiendo clases con ellos dos todo el año que venía, reuniéndose a su alrededor para poder saludarles, cuando por fin pudieron liberarse de ellos se percataron de que en su aula se encontraban rostros conocidos.

 

-Hola Naruto, ¿Cómo estas Gaara?- Les saludo un chico moreno de colmillos afilados y carácter bullicioso.

 

-Que tal Kiba, parece que nos tocó en la misma clase de nuevo- Mencionaba el ojo azul siguiéndole el tono despreocupado al muchacho, que al igual que el resto le miro primero con sospecha, para después sonreírle casi con alivio. Naruto comenzaba a encontrar algo molesto que todos cuestionasen por un segundo su comportamiento, pero mantendría la sonrisa y fingiría no darse cuenta de aquellas miradas preocupadas. Sus amigos solo estaban ansiosos por este nuevo comportamiento suyo, no era nada más que las consecuencias de su anterior ostracismo.

 

-Sí, también están Shikamaru, Ino, Lee, Hinata, Choji y Shino. –Anunció el moreno mientras señalaba al grupo tras él.

 

-Hola Naruto-kun, Gaara-kun ¿Cómo les ha ido en estas vacaciones?- Preguntó Hinata.

 

-Bien Hinata-chan, gracias por preguntar- Le respondió el pelirrojo con la solemnidad que acompañaba siempre a su voz.

 

Poco a poco fueron saludando a sus amigos y antiguos compañeros de clase, pronto se abrieron nuevamente las puertas del salón dejando ver a su maestro y tutor del año Iruka -Sensei.

 

-Buenos días a todos, esperó que se hayan divertido en las vacaciones- Dijo el castaño profesor con tono jovial.

 

-¡Si! -Fue la respuesta general por parte de sus alumnos.

 

-Bien, muchachos. Me da gusto verlos, mi nombre es Umino Iruka para los que aún no me conocen, esté año seré su tutor, y para empezar escogeremos a los delegados de la clase, ¿De acuerdo?- El grupo entero volvió a responder afirmativamente, esperando a que el profesor continuara.

 

Iruka, deslizo su mirada por cada uno de sus alumnos topándose con el inconfundible par de cabelleras rubia y pelirroja una junto a la otra, sonrió al verles en su grupo de nuevo y tomo una decisión.

  

-Naruto-kun, Gaara-kun de pie por favor- Ambos chicos respondieron a la orden de inmediato, aunque algo desconcertados.- Chicos ustedes fueron encargados de la clase el año pasado e hicieron un buen trabajo. Me gustaría saber si pueden hacer el trabajo nuevamente. ¿Qué dicen?

 

-¿Nosotros?- Cuestiono Naruto algo incómodo, lo normal era una votación después de que alguien se postulase ¿No?

 

-Así es. – Afirmó el castaño.

 

-Por mí no hay problema Sensei.- Respondió Gaara sereno. Le vendría bien a su hermano distraerse con algo que hacer en la escuela. -¿Naruto?

 

-Sí, bueno aceptamos si los demás están de acuerdo.- Respondió el rubio dudoso aún.

 

-Me parece justo. ¿Qué dicen chicos? Está bien que Naruto-kun y Gaara-kun Namikaze sean los delegados de la clase - Preguntó el mayor dirigiéndose a el resto de la clase. La cual respondió afirmativamente por tercera vez consecutiva.

 

-Esplendido, está decidido entonces. Cuento con ustedes. – Dijo el castaño contento. Los mellizos sólo asintieron en respuesta. - Como primera tarea para ustedes. Necesito que vayan a la recepción de la dirección y traigan a dos estudiantes nuevos, ellos ya deben estar esperando ahí. Son recién llegados y no conocen la escuela. –Explicó el mayor a la clase en general.- Se supone que yo debería haber pasado por ellos, antes de venir aquí. Pero no habían llegado cuando fui a buscarles.

 

La clase entera se emocionó, ¿Nuevos estudiantes? ¿Y tenían la dicha de ser escoltados por los mellizos Namikaze? ¡Qué envidia! Ambos chicos salieron del aula rumbo a la dirección, al llegar se dirigieron a Shizune la secretaria de su abuela Tsunade.

 

-Buenos días Shizune-san. Venimos de parte de Iruka-Sensei a recoger a los nuevos estudiantes- Informó el rubio a la morena.

 

-Buenos días.- Dijo la morena con una sonrisa gentil.- Los chicos que buscan están ahí – Agregó señalando las bancas de recepción, a un costado de la sala de espera, donde un par de morenos se encontraban sentados mirando el lugar con cara de aburridos.

 

-Gracias Shizune-san- Expresó Gaara dirigiéndose a los recién llegados.

 

-Shizune-san ¿Tienes la tarjeta?- Cuestionó él rubio.

 

-Sí, aquí tienes Naruto-kun - Respondió la mayor con una sonrisa.

 

Al llegar frente a ellos, el primero en hablar fue Naruto quien se presentó educadamente, regalándoles una sonrisa que solo el rubio podía dar, llamando la atención de inmediato de ambos morenos.

 

-¿Ustedes son Uchiha Sasuke y Uchiha Sai?- Indagó Naruto leyendo los nombres que ponían en la tarjeta. Sasuke quedo perdido en ese momento, ¿No era ese chico su vecino de la ventana? Sai por su parte fijo su mirada ónice en los ojos aguamarina del pelirrojo que a diferencia de Naruto les miraba con solemnidad y sin intención alguna de sonreír.

 

-Sí -Respondió Sasuke poniéndose de pie, seguido de un muy callado Sai.

 

-Mucho gusto, mi nombre es Namikaze Naruto y él es Namikaze Gaara- Anunció el rubio, sin perder su sonrisa amable.

 

-Naruto y yo venimos de parte de Iruka-Sensei para llevarles a la clase. Somos los delegados -Secundo Gaara con su tono habitual.

 

-Genial.- Dijo Sai con tono monótono.- Soy Sai y él es Sasuke.

 

-Sígannos por favor, la clase ya va a comenzar- Comentó el pelirrojo.

 

-Eh... ¿Gaara-kun? – Llamo Sai con inquietud.- No te molesta que te llame por tu nombre ¿Cierto?- Pregunto un segundo después de que el aludido le mirara de reojo con seriedad. Gaara negó.- Tengo una pregunta.

 

-¿Cuál?-Alentó Gaara volviendo su mirada al frente.

 

-Ustedes se apellidan igual, ¿Son primos?

 

-Hermanos. –Respondió automáticamente Naruto, desconcertando a los dos morenos. –Mellizos en realidad. –Aclaró.

 

-Eh, ¿Enserio? –Respondió impresionado el moreno mayor.

 

-¿Te parece raro?-Le respondió Naruto

 

-Bueno si, es que no se parecen mucho que digamos. –Aseveró el moreno.- Sasuke y yo también somos mellizos. Pero en nuestro caso ambos tenemos mucha similitud física...-Comentó Sai.

 

-Entenderías porque somos así si conocieras a nuestros padres- Finalizo el pelirrojo solemne.

 

Estas palabras dejaron un poco confundido al moreno por lo que no pregunto nada más.

 

-Bien ya llegamos, por favor pasen primero- Indicó Naruto a los Uchiha.

 

Al entrar en el salón las chicas se sonrojaron, pues ambos morenos eran de muy buen ver, mientras que los Namikaze tomaban asiento ellos eran presentados a el resto de la clase.

 

Las clases comenzaron una vez terminada la presentación de los nuevos estudiantes ambos chicos fueron sentados al final de la primera y segunda fila ya que eran los bancos vacíos que sobraban en el salón, con forme transcurrían las horas ambos morenos se interesaban más en los delegados de su salón ambos chicos tan distintos. Uno serio y el otro alegre, aunque a la vez tenían algo en común, ambos se notaban solitarios, como si intentasen lidiar con algún gran peso, que impedía que sus sonrisas no alcanzaran sus ojos.

 

Tan absortos estaban en vigilarlos que no se dieron cuenta de que la campana del receso había sonado, hasta que Kiba se les acercó con la intención de invitarlos a comer con ellos en el jardín.

 

-Hola chicos, soy Inuzuka Kiba. Queremos saber si les interesa ir a comer con nosotros al jardín- Dijo contento el moreno mientras señalaba al grupo de gente que habían visto hablar con los mellizos Namikaze durante las clases.

 

-¿No les importa que les acompañemos?- Preguntó inseguro Sai. Después de todo eran el grupo de amigo de esos dos.

 

-No hay problema. ¿Qué dicen, vienen?- Negó el castaño, sin cambiar de tono y sonriendo con ganas.

 

-¿Sasuke? – Llamó al menor que miraba absorto la puerta de salida del salón.

 

-Sí, está bien- Respondió tras pensarlo.

 

-Perfecto, síganme al jardín.

 

***

 

Camino hacia el jardín, Kiba les fue mostrando los lugares que necesitaban conocer de la escuela, tales como la ubicación de los baños, el laboratorio de ciencias, la biblioteca y la enfermería. Les explico que la cafetería de la escuela estaba en el edificio de abajo y que aunque servían buena comida, no era nada fácil conseguirla. Sugiriéndoles que cargasen con su almuerzo si querían evitarse luchar por el en la cafetería. Al llegar al jardín, lo primero que hizo fue buscar con la mirada al grupo que se había adelantado a ellos, al salir del salón, divisándolos bajo la sombra de uno de los cerezos de la escuela.

 

-Perdón por la espera muchachos- Sé disculpó Kiba, tomando asiento junto a Hinata.

 

-No hay problema Kiba-kun-Le respondió Hinata

 

-¡De acuerdo! Los voy a presentar.- Dijo el chico con determinación, ganándose un gesto extrañado de los morenos que vieron innecesario aquel gesto. Recordando con algo de lentitud que en Japón las costumbres eran distintas.- Sasuke, Sai ellos son Shikamaru, Lee, Hinata, Ino, Shino y Choji

 

-Mucho gusto, chicos esperó que nos llevemos bien- Comento tímida Hinata.

 

-¿Oigan? ¿Dónde están Naruto y Gaara? -Inquirió el Inuzuka al notar la ausencia de los dos Namikaze.

 

-Sé supone que ellos dos iban a comer con nosotros, pero…-Explicó la rubia inconclusa.

 

-Naruto-kun desapareció en cuanto sonó la campana y Gaara-kun fue a buscarlo- Completó la Hyuga.

 

-Ya veo.-Dijo Kiba con reticencia, notando algo que al parecer los demás también intuyeron a excepción de los Uchiha que se miraron extrañados entre sí, al escuchar que Kiba agregaba acongojado.- Pensé que Naruto ya estaba mejorando pero parece que aún sé sigue culpando..

 

-¿Culpando? – Cuestionó sin querer Sasuke, el grupo se dio cuenta entonces que ellos no sabían nada y les miraron con incertidumbre. -¿A qué te refieres Kiba?

 

-Bueno de nada sirve ocultarles la verdad, pero nosotros no podemos hablar de los problemas de Naruto, discúlpanos, pero eso no nos corresponde-Intervino Shikamaru, no es que desconfiara de esos dos, pero Naruto era muy discreto con sus cosas. Y era mejor que el mismo decidiera contarles lo que había pasado.

 

-¿Es algo malo?-Insistió Sai insatisfecho con aquella cortante respuesta.

 

-¿Malo? Mmm… No lo sé, pero nuestro amigo ha sufrido mucho desde aquello.  No ha sido él mismo, desde hace mucho.-Aclaró Shikamaru.

 

- Estoy seguro de que él responderá sus preguntas. Pero por favor es mejor que no las hagan ahora –Agregó Lee con semblante triste. Los Uchiha se incomodaron por el tenso ambiente que se formó alrededor de todos.

 

-Sasuke, creo que deberías dejar de preguntar cosas que no nos incumben- Reparó serio Sai, no le gustaba lidiar con cosas como esas.

 

-No te preocupes Sai-kun, es normal que Sasuke-kun este confundido después de todo nosotros solo les hemos hablado en clave, pero lo que dijo Shikamaru es cierto este asunto no nos corresponde- Finalizó la rubia.

 

-Gaara-kun, sabe que les estamos esperando para almorzar todos juntos así que sin duda traerá a Naruto-kun con él- Decía muy segura la Hyuga.

 

-¡Es cierto!- Concordó más animada Ino, recuperando de apoco el ánimo que se había perdido momentáneamente por el grupo.

 

***

 

Mientras tanto en la azotea de la escuela, Naruto se estaba tendido boca arriba observando las nubes, en cuanto había sonado la campana del descanso, había salido huyendo de las miradas de sus amigos, tenía que estar solo por algunos minutos, fingir estar bien era más agotador que nada de lo que hubiese hecho jamás. Odiaba tener que hacerlo, no se sentía bien, quería volver a su habitación y permanecer ahí, soñando con ella, se había salvado de ver el asiento vacío en el salón recordándole que no estaba, pero tener que sonreír a medio mundo era algo que parecía resultarle difícil. Se sentía cansado… Sin darse cuenta fue cerrando sus ojos hasta caer dormido.

 

La puerta que conectaba con el techo se abrió dejando ver a Gaara que inspeccionó el lugar velozmente con la mirada, para ver si se encontraba la persona que buscaba, al mirar pudo percatarse de que tirado en medio de la terraza se encontraba Naruto. Sintió alivio casi al instante, había llenado su mente de cosas extrañas mientras le buscaba, y se reprochaba lo inmaduras que estas habían sido, Naruto jamás haría una locura.

 

Optó por acercarse y regañarlo por haber hecho que lo buscara por casi todo el plantel escolar, pero con forme se acercaba a él pudo notar que el rubio se encontraba dormido, sin embargo, y como venía siendo costumbre desde algunos meses atrás, su sueño era inquieto y doloroso, las lágrimas que se deslizaban por las mejillas del rubio en sueños eran la señal. No soportaba verle así, sentía que se le estrujaba el corazón, quiso despertarlo para sacarlo de aquella agonía de sus sueños, llevarlo con sus amigos y hacer que olvidase todo, pero antes de que su mano pudiera siquiera tocar su hombro Naruto susurró lloroso aun dormido.

 

-Lo siento… “----”- Gaara solo pudo contraer su puño con dolor, al escuchar como un pitido el nombre de esa persona. Miró el cielo con cierta nostalgia, sintiendo el aire que arrastraba con su corriente, pequeños pétalos de la flor que llevaba como nombre aquella persona. 

 

 

Continuará...........

 

 

 

 

Notas finales:

Bueno espero haya sido de su agrado...

Nos vemos en la que sigue!!

 


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