Los tres obedecimos, dejamos nuestras cosas en mi casa y nos subimos en silencio al auto de mi abuelo, mi abuelo encendió su vehículo y partido a quien sabe dónde.
Después de diez minutos de trayecto donde los tres no dijimos palabra alguna mi abuelo hablo.
-Chicos no tienen que estar tan tensos, no es como si los estuviera secuestrando ¿saben? - Mire a mi abuelo.
-La ultima vez que me subí de esta manera a tu auto acabamos en medio de una montaña, yo pensado que me llevabas de camping cuando en realidad estabas tratando de darme un entrenamiento casi militar, así que disculpa si te digo que no confió mucho- Mi abuelo sonrió.
-Eso fue cuando eras niña, además tu condición actual no permite algo así, sin mencionar que tu guardián personal y novia no me perdonaría hacer algo así- Mire por el retrovisor a Angie que estaba viendo a mi abuelo muy seria.
-Amm comprendo- Vi que Diego me miraba curioso.
-Pensaba que tu y Angie no eran nada Amber- Suspire.
-Y no lo somos Diego, todo el mundo insiste en que si pero la realidad es que no pareja así que procura ignorar los comentarios de nuestras familias- Angie suspiro.
- ¿Quieres decir que sus familias también lo creen? - Mi abuelo se reía.
-Diego créeme cuando decimos que este par es un matrimonio- Diego me miraba molesto.
-Amber ¿Por qué no me invitaste a la boda? – Diego se cruzó de brazos.
- ¡NO TU TAMBIEN! - mi abuelo ahora se reía de buena gana y Angie estaba roja.
-Estoy bromeando, se que aun no puedes casarte, aunque quieras, la ley no permite los matrimonios de menores de edad- Suspire con pesar.
-Olvídalo, me rindo- mire a mi abuelo- ¿puedes explicarme de una vez que se supone que vamos a hacer o siquiera a dónde vamos? - Mi abuelo dejo de reírse y me miro.
-Voy a ver a un viejo amigo y de paso saldar una deuda que tengo- Angie miro a mi abuelo.
-Si estamos aquí significa que de algún modo nos concierne ¿no es así? - Mi abuelo asintió.
-Así es- Ahora estoy preocupada.
Conozco a mi abuelo y estoy acostumbrada a sus métodos de guardaespaldas retirado, he visto a mi abuelo pelear y hacer añicos a otros, pero esa soy yo no se que tan malo sea ver algo así para Angie o para Diego.
-Bien llegamos- En mi distracción no había notado que ya estábamos donde se suponía que era nuestro destino.
-Ok abuelo estoy confundida, ¿por qué estamos en una academia de Judo? – Los tres mirábamos a mi abuelo con la misma pregunta en mente.
-Les dije que quería ver a un viejo amigo ¿no?, ahora síganme- si lo dijo.
-Pero también dijo que tenia que saldar una cuenta pendiente- Diego caminaba detrás de mi abuelo.
-Ya les mostrare- Mi abuelo solo sonreía.
Entramos al establecimiento, no se veía nada especial había algunos trofeos y fotos del equipo, no mire demasiado y seguí en silencio a mi abuelo.
Llegamos a una sala con tatamis bastante amplia y había un hombre que tendría unos cuarenta años, el hombre al ver a mi abuelo sonrió automáticamente.
-Maestro Raúl es un placer volver a verlo- el hombre saludo inclinándose ante mi abuelo y mi abuelo siguió su ejemplo.
-Ha pasado un tiempo, veo que te has estado cuidando…-En eso mi abuelo de la nada ataco con un puñetazo al hombre delante de él, por un momento me asusté, pero luego vi como el hombre lo detuvo casi sin problemas.
-A pesar de que ya no soy tan joven aun puedo decir que hay mucha diferencia entre nosotros dos- Mi abuelo sonrió.
-Bueno ciertamente he tenido un camino mas espinoso que el tuyo, pero has podido defenderte bien de ese ataque sorpresa- El hombre sonrió.
-Fue lo primero que me enseñaste, siempre espera lo inesperado- Los dos se empezaron a reír.
Angie se junto mas a mi y Diego se puso en a mi lado, claramente están incomodos, tome la mano de Angie para tranquilizarla.
-Abuelo, me alegra que tu reunión sea tan emocionante, pero podrías explicarnos ahora que hacemos aquí- El hombre ahora cambio su mirada a mi y su rostro cambio de uno sereno a uno extremadamente serio.
- ¿Estos son los acompañaste que mencionaste? -Mi abuelo asintió.
-Son mi nieta y sus amigos- Mi abuelo sonaba sereno pero serio.
-Ya veo, así que tu eres la descendiente del maestro…- Se empezó a acercar a nosotros, sentía un aura intimidante de él, Angie agarro con fuerza mi mano y ya que ella es mi prioridad…
-Si lo soy, me llamo Amber Garrido- me coloque entre el y Angie que ahora se hallaba en pose de defensa.
-Me pregunto si tendrás lo que se necesita para ser la alguien digna del apellido del maestro- el hombre se acercaba cada vez más.
-No sé a qué te refieres, pero si intentas cualquier cosa ten por seguro que no me quedare quieta- respondí de manera firme y segura.
-Ya veo, eres valiente, no cualquiera se atreve a enfrentarme directamente, o será que eres una idiota que no sabe lo que hace- sentí que Angie soltaba mi mano.
-Oiga, no lo conozco ni usted nos conoce, que cree que le da el derecho de insultar a Amber, el ser un amigo del abuelo de Amber no significa que se pueda creer mejor que nosotros solo por ser mas fuerte- Angie se veía molesta y encaro al hombre delante de ella que fácil le sacaba 20 centímetros de altura.
-Ciertamente, no nos conoce así que no tiene derecho a juzgarnos- Diego también se veía seguro y firme.
-Te dije que eran especiales- Vi a mi abuelo que se veía con una sonrisa complacida.
-Ciertamente lo son- El hombre se inclino ante nosotros- pido disculpas, necesitaba asegurarme.
- ¿Asegurarte de que exactamente? - me puse al lado de Angie y pregunté.
-Asegurarme de que de verdad pudieran resistir el entrenamiento del maestro, me conto acerca de que iba a empezar a entrenar a tres chicos jóvenes, pero que no sabía si tenían suficiente determinación, pero creo que ya disipo las dudas- Mire a mi abuelo.
-Temía que si empezábamos a entrenar eventualmente lo dejaran ya que es una rutina dura, así que pensé en comprobar que tan fuertes son sus mentes al encontrarse con un extraño- Enarqué una ceja.
- ¿Solo por eso nos trajiste hasta aquí? - Mi abuelo negó.
-No, también presenciaran la clase de hoy donde participare, espero que aprendan algo útil, ninguno empezara a entrenar hasta que Amber se cure del todo y el medico los autorice, así que el día que Amber vaya a hacerse su ultimo examen, ustedes dos se harán un chequeo medico para comprobar que están en optimas condiciones les diré de inmediato, ser delgado no implica estar saludable y tampoco implica que los tres puedan realizar un entrenamiento que será duro- los tres asentimos.
-El maestro como siempre demostrando su sabiduría, no se preocupen estaré brindándoles apoyo en algunas ocasiones y ayudare para que su progreso académico no se vea perjudicado- Los tres asentimos de nuevo.
-Bien con esto dichos chicos, vayan a las gradas que están ahí arriba, tendrán una mejor visión y no serán vistos fácilmente, por lo cual tampoco harán que los demás alumnos se distraigan- En silencio los tres fuimos donde nos indicaron.
-Por un momento pensé que ese hombre nos golpearía- Diego suspiro.
-Si te soy honesta yo también lo pensé- Angie se aferró a mi brazo.
-Si eso hubiera pasado lo habría golpeado- sonreí.
-Es un cinturón negro de Judo, no creo que hubieras podido hacer mucho- Diego dijo riéndose nervioso.
-Pues le hubiera dicho unas cuantas cosas- Solté la mano de Angie y la junte a mi lado.
-Eso nos habría metido en muchos problemas te lo aseguro, pero al menos me alegro de que no tuviéramos que recurrir a la violencia- suspire.
-Me pregunto… ¿Quién de ustedes dos hubiera saltado antes? - Diego nos miraba.
Nos acomodamos en las gradas y me asegure de que mi celular tuviera memoria suficiente para poder grabar.
-Entonces básicamente vamos a estudiar Judo- Negue.
-Creo que mi abuelo solo nos mostrara una parte, mi abuelo sabe mas de un arte marcial, sin mencionar el manejo de arma blanca y arma de fuego, está claro que, si quiere que de verdad podamos defendernos, se asegurara de enseñarnos mas que solo Judo, es por eso que aquel hombre dijo que seria un entrenamiento duro- Ambos me miraban.
-Dijo que nos hiciéramos un chequeo médico, si nos lo pide…- Diego estaba inseguro.
-No te preocupes, el chequeo es para saber cuáles serán tus limites, los primeros dos meses probablemente sean para acondicionar nuestro cuerpo y que de este modo no te lastimes al momento de aprender los golpes además de este modo se asegura de tenernos a todos al mismo nivel físico- Recuerdo que mi abuelo me solía dar charlas acerca de las diversas maneras de estudiar las artes marciales pero me explico que para poder aprender bien primero debes fortalecer la mente y el cuerpo, necesitas tener en control tu cuerpo, casi nunca le prestaba demasiada atención ya que jamás espere encontrarme en una situación en la que estuviera amenazada mi integridad o mi vida, pero esta claro que ahora todos esos conocimientos vendrán a mí.
Vi que mi abuelo conversaba con aquel hombre, si no lo conociera probablemente no pensaría que es alguien que ha visto de cerca la muerte…
En eso vimos como cerca de 25 personas, desde niños hasta jóvenes adultos entraban a la sala, todos ya vestidos con el uniforme y vistiendo diferentes colores de cinturón, note que solo dos personas poseían el cinturón negro además del profesor, el resto poseía amarillo, azules unos pocos también lucían café y había varios blancos, pero había un solo verde.
-Amber mira ¿esa no es…? – Vi que Diego señalaba a una chica que llevaba cinturón azul.
-Susana…- Angie tenía un semblante serio.
-Vaya ahora veo por que me dolió tanto cuando me agarro- Diego me miro confundido.
-A que te refieres- Mire a diego.
-En el Judo al igual que el Karate hay cinturones que determinan tu nivel de estudiante, Blanco para los principiante y negro para los que están en el máximo nivel, bueno los demás colores son los que se encuentran en medio, los cinturones cafés son aquellos que están mas cerca del negro, en este caso la presidenta lleva cuatro años estudiando la diciplina, no me extraña que este a tan alto nivel- Diego asintió.
- ¿Amber cuantos cinturones son? - medite un momento.
-Depende mucho de la escuela y el tipo de Judo que se estudie, pero lo común son 7 y van en el orden de Blanco, Amarillo, Naranja Verde, Azul, Café y finalmente Negro- Amber y Diego asintieron.
-Quiere decir que Susana es de las mejores…- Diego se veía pensativo.
-No necesariamente, depende mucho de la habilidad, y se hacen pruebas para determinar si estas listo para ascender de cinturón, el cambio de cinturón de blanco a amarillo es el más común y el que no debería tardar mucho en ocurrir, puedes tardar dos meses o un año, a diferencia del cambio de cinturón café a negro, donde lo común es que tardes mas de un año en subir de categoría-
-O sea que en promedio puedes subir uno o dos cinturones al año- medite.
-Es lo normal en los primeros cinturones, pero a medida que el cinturón se acerca mas al negro se hace mas complicado subir, la presi lleva cuatro años y esta en el quinto cinturón, no me sorprendería si hubiera ascendido hace poco, aun así cuatro años no es un tiempo muy largo- Angie me mira.
-Amber dime, tu crees que tu abuelo pueda aguantar a 20 personas tratando de atacarlo- La verdad es que ni yo lo sé.
-Si les soy honesta ni siquiera yo conozco el estilo de pelea de mi abuelo, lo he visto entrenar, pero esta será la primera vez que lo veré enfrentarse a otros, he crecido con sus historias, pero no se que pasara ahora- Los dos se veían temerosos y entusiasmados preparados para observar lo que mi abuelo quisiera mostrarnos.