Mi visión ahora mismo está cegada y roja, estoy siendo retenida tanto por Diego como por la presidenta, la furia e ira dentro de mi están saliendo y apenas agarre a ese desgraciado lo golpeare tan fuerte como pueda.
- ¡Amber no puedes ir! - Sigo tratando de soltarme de su agarre.
-Garrido si lo golpeas te expulsaran, no puedo permitir que hagas esa locura- Susana me sujetaba de manera firme y yo seguía forcejeando.
-No lo dejare ir… se atrevió a tocar a Angie y no solo eso… ¡LA BESO!, ¡ESE DESGRACIADO LA BESO! - seguía tratando de soltarme.
- ¡LO SE! - de algún modo Diego se puso delante de mí.
- ¿Entonces porque no me sueltas? -
- ¡Idiota!, con quien debes estar ahora no es con ese imbécil, es con Angie- Abrí mis ojos.
-Garrido, no… Amber, Angie te necesita, no a mí, no a Diego, a ti- vi que Susana se veía muy seria.
-Amber si quieres hacer lo correcto, debes ir por ella en este mismo instante, con Susana nos encargaremos de Ricardo, tu debes ir por Angie y quedarte a su lado- deje de intentar soltarme.
-Angie…- Recordé su expresión de pánico mientras salía de aquí
-Amber, ve con ella, eres a quien mas necesita- Susana me soltó y se puso delante de mí.
Asentí y me dirigí de manera rápida a la salida, entre tanta gente será difícil poder encontrarla.
Busque a Angie por todos lados, sentía mi desesperación crecer cada vez mas mientras las palabras que Diego me dijo se repetían una y otra vez en mi mente, seguía corriendo de un lado a otro, ahora mismo maldigo el no haber hecho demasiado deporte, siento que el corazón se me va a salir del pecho.
Me apoye en una pared para poder respirar correctamente… ¡maldición!, Amber piensa donde pudo haber ido, pregunte en la entrada si de casualidad ya se había marchado del establecimiento, por fortuna me dijeron que no, lo que significaba que seguía dentro.
Trate de recordar donde podría haber ido… y fue cuando recordé una conversación que tuve con Amber hace algún tiempo sobre el jardín que había en la azotea de nuestro colegio, recuerdo que me dijo que ese lugar era muy bonito y lo mucho que le gustaba ir ahí cuando tenia que ir a estudiar.
Una vez lo recordé retome mi carrera escaleras arriba, no me detuve por nada, tenia que llegar al final.
Una vez pise el último escalón sentía podría desmayarme en cualquier momento, pero no era el momento para eso, avance por el pasillo que me llevaría a la entrada del jardín, vi claramente como la puerta no estaba cerrada ya que se notaba como alguien había entrado dejándola abierta de par en par.
Entre despacio, el lugar no tenia luces, en cambio tenia faroles pequeños que brindaban una luminosidad tenue, pude ver unas cuantas luciérnagas, puedo entender por que este lugar le gusta tanto, no solo es bonito, también es muy tranquilo.
Seguí avanzando, tratando de controlar mi respiración que seguía algo agitada por haber corrido tanto, en eso sentí un pequeño sonido, por un momento pensé que lo había imaginado, pero después lo volví a sentir.
De manera lenta me dirigí en dirección al sonido y finalmente después de caminar unos metros pude verla, se hallaba sentada y apoyada en una de las barandas, abrazando sus piernas y llorando, me recordó demasiado a cuando se encerró en el baño hace unos días ya que en ese momento también se veía igual de frágil que ahora.
Me acerque lentamente hasta estar a una distancia de un metro de ella y con una voz suave para no asustarla le hable.
-Te encontré…- Angie levanto la mirada de manera rápida, pude ver como de sus ojos aun caían lágrimas.
- ¿Cómo? - sonreí.
-Me contaste de este lugar hace algún tiempo-
-A veces detesto que seas capaz de recordar ese tipo de cosas de mi- mi sonrisa se amplió.
Me acerque mas a ella y me arrodille para quedar cara a cara con ella.
-Dime, ¿qué ocurre para que te halles tan desolada? - mi mirada se tornó seria, mientras que la suya se negó a mirarme.
-Es una estupidez…- No lo creo.
-Si fuera una estupidez, no estarías llorando ni habrías escapado aquí, habrías ido con Diego y conmigo, sin embargo, estas aquí- Angie trato de quitarse las lágrimas.
-Es solo… que cuando Ricardo me beso… lo vi…- enarqué una ceja.
- ¿a quién? - creo que se, pero necesito una confirmación.
-A aquel hombre… no, no solo lo vi… podía escuchar sus risas, sentía sus manos…- Suspiré.
-Me creerías si te dijera que también los vi, cuando lo vi tocándote y besándote, mi mente me trajo el recuerdo de aquellos sujetos- Angie me miro.
-Pensé que ya lo había superado, creí que ya no me afectaba, que podría olvidar…- negué.
-Angie… fuiste asaltada y casi violada… nadie puede superar algo así en tan solo un año… ni siquiera yo… y dudo que algún día podamos olvidarlo- puse mi mano donde se hallaba mi cicatriz.
-Quiero olvidarlo, quiero que deje de doler, quiero dejar de sentirme aterrada- Angie volvió a abrazar sus piernas.
Me sentía frustrada, no quería verla así, ver miedo en su expresión me hace sentir inútil… debo hacer algo para alejar esos pensamientos y recuerdos de su mente…
En eso se me ocurrió algo.
-Angie ven conmigo- me levanté y extendí mi mano hacia ella.
- ¿Qué haces? - tomo mi mano y la levante.
Sonreí y la solté levemente para poner una lista de reproducción en mi celular.
-Bueno, tu ultimo baile no pudiste disfrutarlo y pensé que deberías ser capaz de pasártelo bien haciendo algo que te gusta, aunque sea por un pequeño momento- sonreí y le di al play.
La primera canción empezó a sonar y con una sonrisa suave le extendí mi mano.
- ¿Bailarías conmigo? - Angie se sonrojo, pero dio un pequeño asentimiento y tomo mi mano, deje el celular apoyado en uno de los maceteros para poder darle mi total atención a Angie.
La canción que estaba sonando era la banda Trading yesterday “May I”
- ¿Amber sabes bailar? - mi sonrisa vacilo.
-No demasiado… ¿me ayudas? - Angie me dio una sonrisa encantadora.
-De acuerdo- Angie posiciono mi mano en su cintura, poniendo su mano en mi hombro, mientras la otra era tomada por la de ella- trata de seguirme- Angie empezó a moverse de manera lenta, yo la seguí de manera bastante torpe al inicio.
-Perdón no suelo bailar demasiado-
-Lo sé, siempre suelo hacerlo yo, pero puedo ayudarte, enfócate en mí y en la canción- enfoque mi mirada en ella.
Mis movimientos seguían siendo algo torpes, pero a medida que iba escuchando la canción pude adaptarme al compás y pude acostumbrarme a los movimientos de Angie.
-Creo que lo estoy logrando- Angie sonreía.
-No esperaba menos, eres hábil y aprendes rápido- Poco a poco empecé a ser yo quien guiaba el baile, como era de esperarse Angie se adaptó de manera rápida y no le costó seguirme el paso.
Nuestros cuerpos en sincronía se iban acercando cada vez más, Angie al ser mas baja que yo pudo poner su cabeza bajo mi mentón, podía sentir mi corazón latiendo de manera rápida por nuestra cercanía, la canción finalizo dando paso a la siguiente, la cual identifique como “Sing for me”, de Yellowcard.
Empecé a guiarnos de nuevo y Angie se separo un poco de mi dándome una sonrisa hermosa haciendo que sonría de regreso.
-Debí haberte aceptado como pareja de baile antes- sonreí.
-No te preocupes por eso, ahora lo estamos haciendo y en el futuro si quieres volver a hacerlo aceptare, no esperaba que fuera tan divertido- Angie soltó una pequeña risa.
-Eres una idiota… pero no puedo decir que no me guste eso de ti- Angie lucia un sonrojo al decir eso ultimo y por alguna razón yo también me sonroje.
A pesar del sonrojo Angie lucia una sonrisa y eso me hacia feliz, por alguna razón las palabras de Diego regresaron a mi “Ella jamás corresponderá a Susana estando tu” Mire a Angie, su expresión alegre y despreocupada, todo lo contrario al rostro asustado y desolado que tenia hace unos minutos atrás cuando la encontré, mi pecho se sentía cálido mientras mas miraba a Angie, no pude evitar recordar todas sus sonrisas, todos los momentos que he tenido con ella, todas las lágrimas, todas las risas, abrazos… lo mucho que se ha preocupado por mí, el como ella me saco de aquel mundo solitario, como mi vida ha cambiado para bien desde que ella llego, como mi pecho duele ante la idea de alejarme de ella, mi deseo de no querer perderla… el beso que compartimos aquella noche… espera… poque estoy recordando eso ahora…
Mire a Angie y por alguna razón mi mirada se dirigió a sus labios, los labios que habían sido robados por ese desgraciado… sentía el impulso de cortar nuestra distancia… que sus labios volvieran a estar con los míos… ooh no… no puede ser que yo… no puede ser cierto…
Me detuve y Angie me miro extrañada debido a la interrupción de nuestro baile.
- ¿Amber ocurre algo? – No puede ser…
-Angie… yo…- Siento mi corazón latiendo rápidamente.
- ¿Amber? - ¿Como no pude verlo…? ¿por qué tarde tanto…?
-Perdón yo solo… recordé algo- Retomé nuestro baile.
-Segura, me veías muy seria- Angie sonaba preocupada.
-Es solo que me siento como una imbécil- una imbécil de la cual mi abuelo se burlara por el resto de su vida.
- ¿Por qué? – Angie se veía confusa.
-Por qué…- Porque…
- ¿Amber que ocurre? – Desvié mi vista, necesito relajarme un poco.
-Es solo que nunca te he agradecido realmente todo lo que haz hecho por mi… y ahora recordándolo me di cuenta que no suelo decírtelo a menudo- realmente no puedo decírselo.
Angie se sonrojo fuertemente.
-Idiota… no tienes que agradecerme nada, si fuera por agradecer yo tengo mucho mas que agradecerte a ti- sonreí.
-No te preocupes, eres mi mejor amiga y te cuidare siempre- mi corazón sigue latiendo a este paso se me saldrá del pecho.
No sé en qué momento habrá cambiado la música, pero ahora estaba sonando “Bledding love” de Leona Lewiss, pero realmente mi mente no estaba en la música, estaba totalmente en la persona delante de mí.
-A todo esto… nunca pude decirte que ese vestido se ve muy bien en ti- Rayos ahora me siento avergonzada.
Angie se separo un poco de mi con una sonrisa.
- ¿Enserio? - Angie también se veía avergonzada- al principio me pareció un poco revelador debido al corte en la pierna, pero me alegra que te guste- trague saliva al recordar el baile de tango y maldije al idiota por haber podido estar tan cerca de Angie mientras vestía algo que ahora que lo veo bien es bastante provocativo.
-Los del club de costura realmente hicieron un gran trabajo con el vestido- demasiado bueno.
-Si me dijeron que podría conservarlo- no me molestaría volver a verlo en el futuro.
-Bueno si ocurre otro evento así, podrás usarlo de nuevo- trate de relajarme.
-Lo usare… pero solo si tu eres mi pareja de baile- Me sonroje.
-Ya te dije que no tenia problemas en serlo- Angie sonrió y de manera rápida me dio un beso en la mejilla que hizo que mi corazón latiera como loco.
Pero el momento fue arruinado por el sonido de mi teléfono.
-Ah es Diego- conteste.
- ¡AMBER, PUDISTE ENCONTRARLA! - aleje el celular de mi oído.
-Si, está conmigo-
- ¡PORQUE NO ME LLAMASTE! -
-Lo siento, teníamos que hablar- Sentí a Diego suspirar.
- ¿Ella está bien? - La voz de diego se escuchaba seria.
Mire a Angie la cual portaba una sonrisa nerviosa.
-Si lo está, me aseguré de eso- sonreí
-Con Susana ya nos encargamos de el percance, vayan al gimnasio el bingo empezara en veinte minutos- Abrí mis ojos.
- ¡Vamos enseguida! - colgué
- ¿Ocurre algo? - Angie se acercó a mí.
-Si el bingo está por comenzar, debemos irnos- Angie se puso a reír.
-Bueno supongo que después me cambiare de ropa- Tome a Angie de la mano y empezamos a salir de manera rápida del jardín, aunque a Angie le costaba trabajo seguirme con el vestido, en las escaleras acabe optando por lo sano.
-Angie perdóname por esto- Angie me miraba extraño.
- ¿Amber? -
Sin darle tiempo a replica cargue a Angie estilo novia y empecé a bajar las escaleras de manera rápida, aun me queda energía y para mi fortuna Angie no pesa demasiado, aunque en ningún momento la mire ya que sentía mi cara ardiendo y no era precisamente a causa del esfuerzo.
Una vez acabe de bajar escaleras que por suerte no había nadie ya que no quería sentirme mas avergonzada, baje a Angie de mis brazos suavemente y trate de controlar mi respiración.
- ¿Estas bien? Angie lucia sonrojada y preocupada.
-Si descuida solo debo respirar un poco- no te acerques más por favor…
Una vez logre calmarme seguimos caminando para llegar al gimnasio, para mi fortuna logramos llegar rápido y apenas nos vio Diego corrió a darle un abrazo a Angie.
-Angie que bueno que estas bien- Angie se veía feliz y correspondió el abrazo de Diego, yo sonreí y vi a la presidenta mirándome.
-Veo que no me equivocaba- enarque una ceja.
- ¿Con respecto a qué? - La presidenta suspiro.
-Con el hecho de que lograrías traerla de regreso, sabía que podrías encontrarla-
-Supongo que tenias razón, ella me necesitaba- la presidenta asintió y dio una sonrisa derrotada.
-Eso veo, en fin, el Bingo empezara pronto, escuche que nunca habías jugado, ve a pagar tu entrada y que te den el cartón para que puedas jugar- Suspire- ¿Ocurre algo Garrido? -
-Lo siento- La presidenta enarco una ceja.
- ¿qué cosa? -
-Lamento que no puedas estar con Angie- La presidenta suspiro.
- ¿Aun dices eso?, eres realmente una idiota, te lo dije antes, ella te necesita a ti, no a mi- Asentí.
-Y yo… la necesito también, antes fui egoísta e injusta, quería que ella pudiera estar en buenos términos contigo… pero… supongo que solo quería una excusa para no tener que darme cuenta- la presi me miraba seria.
-Así que finalmente paso…- Mire a la presidenta.
-Es una locura… no se supone que sienta esto- me siento frustrada.
-Pero lo sientes y ahora no puedes negarlo… ¿se lo dijiste? – negué.
-No puedo…- Veo que Diego y Angie conversan felices.
-No seas tonta y díselo, cuanto antes lo hagas, menos dolor sentirás- Suspire.
-No quiero lastimarla-
-Amber… dijiste que era una locura, pero realmente no considero que algo que te hace feliz sea una locura mala y no creo que la lastimes, la has cuidado, te preocupas por ella y ella se preocupa por ti, daré un paso al costado esta vez, pero no descartes que Ricardo volverá y como él muchos también lo harán, Angie sigue soltera después de todo…- Mire a la presidenta.
-Lo hare, pero no hoy… quiero hacer las cosas bien y hoy ya soporto bastante- La presi asintió y se marchó.
Miré a Diego y Angie conversando y fui con ellos para ir a jugar al Bingo.