Entramos en el gimnasio, les dije que pagaría la entrada de los tres, iban a replicar, pero no los deje, ya que en parte era mi capricho el querer jugar, note que había bastantes personas y eran cerca de veinte mesas en total, las mesas eran para seis personas por lo cual nos podríamos sentar sin ningún problema los tres, note que estaban las del concejo haciendo revisión y cuando nos vieron fueron corriendo donde estábamos.
- ¡Angie! Realmente lo sentimos, no debimos haber aceptado a Ricardo como tu pareja- Angie les sonrió.
-Descuiden, me encuentro mejor, no negare que no fue la mejor experiencia, pero aprecio que lo hayan intentado- Las chicas me miraron.
-La próxima vez aceptaremos tu petición de ser su compañera de baile- se veían serias.
-Lo aprecio-
-Si es obligatorio que su pareja sea un chico avísenme y tomare el puesto- Diego se veía seguro.
-Lo haremos, enserio lamentamos los percances que te causamos Angie- Las chicas le pasaron unos boletos- son vales para comida, debes ocuparlos antes de que acabe el festival- mire la hora en mi celular, marcaba las 18:56 y el festival acaba a las diez.
-Nos aseguraremos de recordárselo y gracias por su preocupación- Diego si quería podía ser intimidante, se ve que aún no se le pasa la molestia del todo.
-Gracias chicas, por cierto, deje mi ropa en el vestuario, ¿podre ir a buscarla después? - Ambas chicas asintieron.
-Seguro, guardamos tus cosas en un casillero, solo pídele a Susana la llave y ella te las dará- Angie asintió.
-Gracias- Angie les dio una sonrisa.
Las chicas se marcharon y nosotros nos fuimos a sentar, cabe destacar que muchos volteaban a ver a Angie, uno por que estaba con aquel hermoso vestido y otra por que quizás vieron el drama que se armó en el baile.
Diego se mantuvo cerca de Angie en todo momento incluso vi como mandaba miradas duras a otros chicos que miraban demasiado a Angie y la verdad me habría unido de no ser por que Angie tomo mi mano y abrazo mi brazo haciendo que este tocara su busto… ¿por qué?… por que pareciera que mi cuerpo es mucho más sensible que antes, no es la primera vez que Angie esta tan cerca de mí, si hasta hemos dormido juntas, pero por alguna razón mi cuerpo está reaccionando demasiado a su toque… ¿Qué rayos me pasa?
Como no quería que mi mente pensara cosas extrañas hice que Angie soltara mi brazo para abrazarla por los hombros, Angie solo me dio una sonrisa y se juntó más a mí, suspire y decidí distraerme viendo como Diego mandaba miradas asesinas a medio mundo.
Elegimos una mesa que estaba más o menos centrada me senté, Angie se sentó a mi lado y diego frente a nosotras.
-Amm ¿alguno me podría explicar cómo funciona esto del bingo? - mire mi cartón con curiosidad.
Diego asintió con una sonrisa.
-Solo tienes que estar atenta a los números que te van a narrar, te dieron fichas con tus mismos números ¿no? - Asentí- con esas fichas debes marcar cada vez que salga un número que tengas, si completas todos tus números debes gritar bingo para detener el juego y que te den tu premio- asentí.
-Esa es la regla básica de un bingo, ahora existen también las figuras, que es cuando en vez de tener que llenar el cartón debes buscar hacer la letra en cuestión- ¿hacer una letra?
-Amm me explicas, realmente no entendí eso ultimo- Angie saco unas fichas y tomo su propio cartón.
-Imagina que debes armar una L buenos para ganar el premio lo que debes conseguir es que los números que tengas hagan la forma de una L, por eso debes estar atenta, te ayudaremos al principio, no te preocupes- Angie me dio una sonrisa encantadora que hizo que mi corazón volviera a latir con fuerza.
-G- gracias- desvié mi mirada a Diego que se encontraba enarcando una ceja.
Mientras esperábamos a que el evento empezara Diego y Angie me hicieron hacer un bingo de practica para poder entender mejor, la verdad no se veía tan difícil, lo que era realmente difícil era no mirar a Angie, Diego me miraba con una ceja alzada y trataba de parecer indiferente, pero esta claro que ya sospecha algo, no es un idiota.
Por que rayos mi cuerpo se siente tan raro… no es solo mi cuerpo… el solo mirar a Angie ocasiona que mi corazón empiece a latir rápido… aguarda… recuerdo que hubo una ocasión cuando mi abuela estaba viendo una telenovela y el chico también actuaba raro cerca de la chica que le gustaba… mi abuela menciono algo sobre… hormonas o no sé qué cosa.
Estoy empezando a lamentar no escuchar con más atención a mi profesor de biología…
- ¿Amber estas escuchando? - sentí una mano sobre la mía.
-perdón ¿qué? - mire a Angie que enarco una ceja.
-Que esta por empezar el bingo- Asentí.
- ¿Amber estas bien? - Diego me miraba curioso.
-Si… solo me distraje un momento- miré la mano de Angie sobre la mía y sentí como mi cuerpo tenía un escalofrió.
El presentador se escuchaba bastante animado, pero apenas pude concentrarme en lo que decía, la mano de Angie no soltaba la mía y por alguna razón tampoco quería apartarme.
Se dio inicio al primer tablero, el presentador empezó a dictar los números y yo en un esfuerzo sobrehumano trate de centrarme, pero para mí mala suerte mi cerebro se sentía medio fundido, Angie parecido notarlo y me dijo que uno de los números que habían dicho lo tenía, quería decir algo, pero no salían las palabras, Angie me miraba curiosa y se empezó a acercar a mí.
Sentí mi cuerpo tensarse y mi corazón latir como loco, en mi mente solo una frase se repetía constantemente y esa era Putas hormonas
Trate realmente duro de volver a centrarme y actuar normal, aunque Diego creo que se dio cuenta de que me ocurre algo, no lo parece, pero ese chico si quiere puede ser muy observador.
Para mi suerte pude encontrar un poco de autocontrol y logre calmar mi cuerpo, aunque no aguantare mucho si Angie se sigue acercando tanto a mí.
El presentador siguió nombrando números y enfoque mi mente a solo escuchar la voz del presentador, hasta que sin darme cuenta llene el cartón, Diego me miro incrédulo.
-No puede ser…- Yo tampoco lo creo…
Angie reacciono y grito a viva voz BINGO, me sorprendió un poco lo fuerte que grito y cuando la vi pude ver lo feliz que se veía lo que me hizo darle una sonrisa boba.
Se me pidió llevar el cartón para revisarlo y en efecto había ganado el primer premio del bingo, que realmente no era nada especial, era una mochila con una caja de chocolates dentro, reconocí la marca de inmediato ya que son los favoritos de Angie, agradecí y me lleve mi premio hasta donde se encontraban Diego y Angie sentados, Angie lucia una sonrisa resplandeciente como si ella misma hubiera ganado el premio, la verdad es que estaba tan centrada en que las putas hormonas no me hicieran hacer algo tonto que mi cerebro aun no procesa que acabo de ganar un premio en el bingo.
-Amber… ¿se te fundió el cerebro? – Mire a Diego interrogante.
- ¿De qué hablas? – Note que Angie no se encontraba con nosotros.
-Bueno, claramente no notaste cuando Angie se fue y haz estado mirando a la nada los últimos diez minutos- sacudí mi cabeza para poder recuperar el enfoque.
-Perdón… creo que aún me siento un poco… en shock- Diego sonrió.
-Si, eso puedo verlo, Angie fue por bebidas, solo espero que no se vea acosada por otros chicos- Al escuchar eso, sentía como un aura oscura emanaba de mí.
-Por que dejaste que fuera sola- mi voz sonó amenazante.
-Tranquila solo bromeaba, no creo que otro idiota intente nada por hoy, más por que le dije a unos amigos que les advirtieran a los demás, no me quedare quieto si intentan hacerle daño a Angie de nuevo- Diego se veía muy serio.
-Sabes que yo tampoco me quedare quieta- Lo mire igual de seria.
-No creo que puedas hacer mucho si tu cabeza anda en las nubes- Diego me dio una mirada divertida.
-Yo…- Suspire- iré a ver si necesita ayuda- Diego me dedico una sonrisa.
Sali y logre ver a Angie casi al momento, estaba esperando su pedido ya que tenía un numero en su mano, me acerque despacio por detrás y la envolví en un abrazo que al principio la asusto, pero cuando me vio se relajó al instante.
-Vine a asegurarme de que te encuentras bien- puse mi mentón en su hombro.
-Tu y Diego realmente se toman lo de proteger a alguien enserio verdad- vi su sonrisa, mi corazón latía con fuerza, pero no podría importarme menos, logre divisar a un par de chicos que miraba a Angie de manera nada pura, así que acomode mis brazos de manera que nuestro abrazo se veía más íntimo y envié una mirada fría a los chicos que al verme voltearon la vista y siguieron su rumbo.
-No creo que sea algo malo tomarme enserio tu seguridad-
- ¿Mi seguridad también incluye lanzar miradas asesinas a otros y abrazarme como si fueran a raptarme? –
-No puedes culparme… tuve que aguantar ver como ese bastardo coqueteaba e intentaba acercarte a el cada vez que podía- gruñí por lo bajo.
-Está bien, lo comprendo, lo pasaste mal al igual que yo- Angie acaricio mi brazo.
Llamaron a Angie y ya que no quería soltarla aun, caminamos como un par de pingüinos, podía ver la cara roja de Angie, claramente esta avergonzada, pero finalmente tuve que soltarla para recibir el pedido, le dije que lo llevaría yo y ella no objeto.
- ¿Desde cuando eres tan caballerosa? – Desvié la mirada.
-Tómalo como una compensación por el mal rato que tuviste- Vi la sonrisa de Angie por el rabillo del ojo.
-Bueno pero que sepas, no necesito que seas un caballero de brillante armadura… solo quiero que seas tú, después de todo, me gustas tal cual eres- mi corazón latió como loco al escuchar eso, pero no debo ilusionarme, después de todo ella solo me ve como su mejor amiga… solo le gusto como su amiga… mi sonrisa titubeo y sentí un pequeño vacío en mi pecho.
-Descuida, es solo por hoy…-
Ambas regresamos donde nos esperaba Diego para seguir jugando.
El resto del juego fue un borrón en mi mente ya que solo estaba pendiente de controlar mi corazón que no dejaba de acelerarse por cosas tontas que suelo hacer con Angie casi a diario, esto de ser consiente de tus propios sentimientos da asco realmente.
Salimos del gimnasio y Angie nos dijo que se iría a cambiar el vestido ya que empezar a refrescar y no quería enfermarse.
Con Diego asentimos, ella entro en la habitación, con Diego nos miramos y por acuerdo mutuo nos pusimos en la pared al lado de la puerta con miradas asesinas en nuestros rostros.
-Poniendo esas caras parece que van a golpear a alguien- ambos volteamos y vimos a la presi con una carpeta y una ceja enarcada.
-Solo estamos cuidando de la integridad de Angie-
-Si puedo ver eso… pero saben que adentro hay ventanas también ¿verdad? - Me paralice y entre corriendo al vestuario solo para ver a Angie terminando de ponerse su pantalón y arriba sin tan siquiera sostén ambas nos miramos y de golpe Angie se cubrió y se sonrojo mientras yo desviaba mi mirada rápidamente.
-AAAAMBEEEEER- Tome rápidamente el polerón que había sobre la mesa y la cubrí mientras me golpeaba, la presidenta cerro la puerta quedando afuera con Diego podía escucharlos reír y quería ir a golpearlos, pero primero me aseguré de que las ventanas y cortinas estuvieran cerradas.
-Angie te juro que esto no es lo que parece yo no pretendía verte semi desnuda- trate de calmar mi sonrojo y mi corazón mientras le daba la espalda a Angie.
-No esta bien, ambas somos mujeres y no debí golpearte… es solo que…- No debo voltear.
-Aun así… no debí entrar de esa manera… fui imprudente y entiendo tu molestia- Mi abuelo tiene razón en que debo empezar a pensar antes de actuar…
-Por un momento pensé que eras un pervertido- Angie se puso delante de mí ya vestida.
-Juro que no soy una pervertida… yo… te juro que no era mi intensión- Mi sonrojo crecía cada vez más.
-Amber no estoy enojada- Mire a Angie que me veía con un suave sonrojo, pero con una sonrisa divertida.
-Lo siento- Angie me abrazo y yo me tense.
-La que debe disculparse soy yo, te golpee-
-No te preocupes no dolió casi- correspondí su abrazo.
-Eres tan torpe- Angie tomo mi cara en sus manos de manera suave.
-Por otro lado, estamos a mano- Angie lucia confundida.
- ¿A qué te refieres? -
-En el hospital me viste también- Angie me jalo de una de las mejillas y puso una sonrisa aterradora.
-Crees que una situación así iba a estar preocupada de cómo te veías si mi única preocupación era tu herida-
-Angie duele- Angie suspiro me soltó y se cruzo de brazos con un puchero.
-Idiota- Sonreí y la abracé contra mí.
-Pero me quieres- Angie suspiro.
-Demasiado…- Al ver los ojos de Angie quería mas que nunca cerrar la distancia entre nuestros labios.
La puerta fue abierta esta vez revelando a la presidenta.
-Si ustedes dos dejaron de coquetear, es hora de que salgan por que dentro de poco debo cerrar- Me separé de Angie y me sentí sumamente avergonzada.
-Susana por Dios…- Angie estaba totalmente roja.
Tome a Angie de la mano y nos marchamos Diego lucia una sonrisa divertida que solo hizo que deseara que la tierra me tragara cuanto antes.
Lo único que podía pensar en mi mente en este momento tan vergonzoso era, estupido corazón loco y PUTAS HORMONAS.