Con el último disparo de Bloody Rose un estruendo se escuchó y los cristales en los cuales se convirtió el cuerpo de Rido desaparecieron lentamente. Pronto Yuuki y Kaname Kuran se marcharían de la academia, la vampiresa pensaba que esa era la única forma para que Zero tuviera un objetivo al cual aferrarse y continuar viviendo.
Se habían despedido del director y junto con su sequito caminaban hacia la salida que estaba totalmente destruida por la batalla anterior pero antes de salir el cielo azul se empezó a nublar, rayos comenzaron a caer, la briza fresca se volvió fría y tormentosa como si quisiese arrasar todo a su paso y de pronto un vórtice apareció en cielo era de color violeta, de el cayo algo y pronto el cielo volvió a su tonalidad azul, los rayos cesaron y el viento se calmó.
Todos ellos corrieron hacia el lugar en donde cayó lo que sea que era y se les unieron Zero, Yagari y Cross que también habían presenciado tal cosa.
Cuando llegaron al lugar se quedaron helados al ver que era lo que salió del vórtice, parada frente a ellos había una chica con curvas perfectas, ojos color borgoñas y cabellos castaños cortos, ella se volteo, vio a todos los presentes y sonrió de forma melancólica. Era idéntica a Yuuki, excepto por el cabello que era corto.
Pudieron sentir el aura de un sangre pura rodeando a esa chica, quien luego se desplomo pero no cayó en el suelo ya que Kaname había sido rápido y la sostuvo entre sus brazos.
—Muchas gracias –hablo la chica con voz suave que demostraba un poco de cansancio, su voz aunque mucho más suave era idéntica a la de Yuuki.
—No te preocupes, pero ¿Quién eres? –preguntó Kaname – Y dudo que seas la gemela de Yuuki.
Todos prestaron atención, querían saber cuál sería la respuesta de la extraña, no era normal que alguien saliera de un vórtice y se parezca a un conocido tuyo.
—No soy su gemela ya que yo no provengo de este lugar –dijo ella suavemente, causando aún más curiosidad en todos.
Ella se alejó de Kaname quien a un la tenía sujeta y señalo un edificio que no había sido destruido.
—Hablemos allá –ella empezó a caminar en esa dirección y todos la siguieron en silencio.
Al llegar allí se sentaron en los sillones, excepto Yagari y Zero quienes se recostaron cerca de una pared, como si estuvieran al pendiente de las acciones de esa desconocida.
—Bueno yo os diré la verdad y ustedes juzgaran mis palabras –comenzó a decir — Ciertamente soy Yuuki Kuran, se preguntaran como es eso posible si la Yuuki que ustedes conocen está sentada en ese sillón –dijo señalándola.
—Bueno yo si soy Yuuki pero no pertenezco a esta dimensión, sé que es difícil de creer pero mis palabras son ciertas –termino de añadir y luego guardo silencio.
—Lo que dices es imposible –dijo Aido seriamente.
—Aquellos que conocieron a Haruka y a Juuri Kuran podrán percibir su material genético en mí. Y bueno como explicaran que soy idéntica a ella –dijo señalando nuevamente a Yuuri.
Nuevamente reino un silencio sepulcral. Nadie podía contradecir sus palabras y sabían que los padres de Yuuki no tuvieron más hijos.
—¿Cómo llegaste a esta dimensión? –pregunto Cross dando a entender que le había creído.
—Me pueden llamar Yuu para que no se confundan y con respecto a su pregunta Cross, bueno... yo – por alguna razón parecía muy nerviosa y se debatía internamente.
—¿Tú qué? – dijo irritado Zero, quien no parecía de buen humor para rodeos.
Yuu lo noto rápidamente y sonrió tiernamente al pensar que Zero en realidad era único y era parecido al Zero de su dimensión.
—Era de noche y me encontraba en medio del bosque y decidí practicar un hechizo pero algo salió mal, no sé si lo pronuncie incorrectamente por la oscuridad o me equivoque leyendo algún párrafo –dijo y luego sonrió inocentemente, haciendo que todos pensaran que aun en otra dimensión Yuuki siempre sería muy despistada.
—Y ¿Cuánto esperas para irte? –dijo Yagari, para él ya había suficientes sangre pura para que pareciese otra.
—Para poder volver necesito el libro con el que estaba practicando para ver en que me equivoque, pero este se quedó en mi dimensión.
—Aquí debe haber un libro parecido, por lo que Aido te ayudara a buscarlo –dijo Kaname dirigiendo su orbes borgoñas hacia el rubio quien asintió levemente.
—Entiendo gracias..... – no termino de hablar, cuando se levantó del sillón —Hay niveles E afuera.
Ella con su velocidad vampírica salió hacia afuera y contemplo que habían cinco niveles E, pero no sabía porque estos estaban allí. Igualmente todos la siguieron.
—Parece que los seguidores de Rido aun sabiendo que su maestro está muerto quieren seguir luchando – dijo Aido y en su voz se notaba la molestia cuando pronunciaba aquel nombre.
Aunque nadie lo noto los ojos borgoñas de la joven se apagaron por unos instantes.
—Kaname-sama nosotros nos encargaremos de ellos –hablo Ruka cuando vio que Yuuki se acercó un poco temerosa hacia Kaname.
—Yuu por favor manténgase alejada de esto, eliminaremos a esos niveles E rápidamente – le dijo Takuma a la joven peli corto.
Ella abrió la boca para hablar, pero Yagari hablo antes.
—Los responsables de acabar con los vampiros somos nosotros los cazadores, ustedes no se metan en esto.
Todos escucharon atentamente esas palabras y la joven solo sonrió, lo que les pareció extraño a los presentes.
—Yagari creo que se equivoca en lo dicho – decía seriamente Yuu —ustedes los cazadores están para proteger a los humanos de los vampiros, no para eliminarlos, pero los sangre puras somos los responsables por convertir a los humanos en niveles E por lo tanto si ellos se salen de control somos los responsables de eliminarlos.
Al terminar lo que dijo rápidamente se arrancó el collar que traía puesto y este se convirtió en una guadaña, esa arma era Artemis no cabía duda de ello, pero esta era un poco diferente no era plateada era totalmente negra.
Con la velocidad vampírica que poseía y sin piedad, con Artemis le corto la cabeza a dos niveles E, y con destreza partió a la mitad a otros dos que estaban un poco más alejados, el ultimo que faltaba al ver a sus compañeros caer, se llenó de miedo y empezó a temblar, cuando pensaba escapar, las borgoñas que tenía por ojos la joven resplandecieron cual carmín reduciendo al nivel E a cenizas.
Todos se quedaron quietos en sus lugares, esa joven era muy diferente de Yuuki, no tenía miedo a decir lo que pensaba y algo que Yuuki nunca haría que era matar sin piedad lo que ella hizo sin que le temblara la mano. Esta joven simplemente era aterradora.
Dejaron de pensar en ello cuando sintieron una presencia cerca, encima de unos montículos de piedras, los cuales eran las construcciones destruidas estaba un joven de cabellos plateados largos que se mecían con la ayuda del viento y gemas amatistas que brillaban como las estrellas más grandes.