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El sexto camino por yue-sama

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Notas del capitulo:

muchas gracias por todos su rw!! me alegraron mucho! si hay alguna duda por favor preguntar que con mucho gusto se los respondere..

aqui el cap.

—¿Qué?

 

 

Natsuki lo miró mal y sonrió prejuiciosa, muy feliz por ser capaz de hacer daño de una manera tan sencilla. Vio como Sorato se quedaba sin aire y entonces comenzó a alejarse dejándolo ahí.

 

 

Odiaba a ese Omega, ella era Beta y por lo tanto pocos Alfas la miraban en serio, odiaba ser geisha ya que no podía enamorarse de nadie, odiaba no tener un compañero destinado, odiaba a Sorato por tener algo que ella de verdad anhelaba.

 

 

—Maldito Omega —masculló.

 

 

***

 

—Sora —dijo el nene, sacando al fin a Sorato de su transe.

 

 

—Sí… Vamos ya es tarde.

 

 

Era imposible no sentirse herido, era de su Alfa del que hablaban, de su destinado y escuchar eso había sido muy duro pero no podía confiar en las palabras venenosas que Natsuki esparcía por todos lados.

 

 

Cargó a Kaoru como pudo, el nene era pesado y odiaba ser un Omega débil, tenía que ponerse en forma de nuevo. Entraron a la casa y trató de no perder la cabeza así que se puso a cocinar.

 

 

Si tenía que resolver algo, sería a la mañana siguiente, por ahora solo tenía que mantenerse ahí para su hermano.

 

 

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Al día siguiente Sorato salió de su casa hacia el pequeño campo de tierra y yerba para encontrar a Kai, era tan temprano que el frío estaba muy presente. Se había puesto una de las hakamas que su padre había utilizado, le quedaba muy grande por lo que tuvo que amarrársela bien para que no se le cayera.

 

 

Kai al verlo sonrió.

 

 

—Bien, viniste, eso es bueno Omega.

 

 

—deja de decirme Omega —dijo con fastidio—, tengo nombre.

 

 

—Lo sé, uno tan adorable como Sorato-chan

 

 

Sorato gruñó bajo y Kai sonrió encantado.

 

 

—Oye —llamó Sorato.

 

 

—¿Qué? —lo miró curioso.

 

 

—Ese Alfa… el rubio —Kai se puso serio—, él… ya sabes, ¿hay algo que deba saber de él?

 

 

Kai dudó y eso fue todo para ponerlo a la defensiva.

 

 

—No, no hay nada, solo parece que es tu destinado. Curioso ¿no? —dijo con una sonrisa.

 

 

—¡Eres un mentiroso! —dijo enojado—. ¿Él mató a mi padre?

 

 

Kai se quedó callado y bajó la mirada, Sorato se enfadó más, maldición, ¿cómo habían podido ocultárselo? ¡A él! El que tenía derecho sobre todos, tenía derecho de saber ya que era su Alfa pero sobretodo porque estábamos hablando de su padre… De su propio padre.

 

 

—¿Por qué? —susurró dolido y enfadado.

 

 

—…

 

 

—¿¡Por qué me lo ocultaron!?

 

 

No le importó esperar una respuesta, salió corriendo hacia su aldea y cuando llegó fue directo a la casa de Hayate, entró sin pedir permiso. En ese momento no le importó.

 

 

Le importaba poco que fuera un Omega que podía perder contra la fuerza bruta de un Alfa adulto.

 

 

Se adentró en la casa buscando la conocida cara del Alfa de la aldea pero no esperó recibir una brutal tacleada que provocó que cayera de lleno al suelo con un Alfa joven encima de él, al principio se asustó, el Alfa respiraba agitado y tenía las pupilas dilatadas, cuando se rozó contra él pudo sentir una erección bien parada y dura.

 

 

Y ahí, su enfado creció más, ¿que se creía ese maldito Alfa en celo?

 

 

Cuando el Alfa quiso morder su cuello el collar se lo impidió y Sorato reventó de enojo, vio a lo lejos como Hayate salía corriendo hacia ellos pero Sorato no quería ayuda de nadie, así que hizo una llave dejando sin fuerza al Alfa, simplemente si el Alfa se movía más se le zafaría el brazo.

 

 

Hayate lo miró sorprendido pero no dijo nada, unos Betas aparecieron para llevarse al Alfa en celo. Sorato trató de arreglarse la ropa que había desordenado ese joven Alfa.

 

 

—Lo siento, mi hijo está en su primer celo.

 

 

—¡No me importa eso! —Hayate arrugó el ceño, ninguna mierdita como el Omega que tenía delante le podía hablar así.

 

 

—No sé qué te pasa Ome…

 

 

No lo dejó terminar y volvió a levantar la voz.

 

 

—¡¡Maldición!! ¿¡Ese Alfa extranjero mató a mi padre!? —Hayate lo miró fijo—. ¿¡Lo hizo!? ¡¡¡Dígame!!!

 

 

Cállate —uso la voz Alfa y Sorato cayó al suelo chillando, no soportaba que los Alfas hicieran eso, sentía un miedo infinito.

 

 

Hayate se arrodilló frente a él y puso una mano en su cabeza.

 

 

—Tienes que comprender que…

 

 

—Solo dígame —sollozó de enojo y temor.

 

 

—Sí, lo hizo… pero…

 

 

Sorato dirigió una mirada iracunda hacia Hayate.

 

 

¿Cómo era posible que ese Alfa extranjero pudiera vivir ahí como si nada?

 

 

Se soltó y salió muy enojado de ahí, ¿más de lo que había llegado? Oh sí… sí se encontraba a su Alfa no dudaría en darle una tunda por caradura.

 

 

Cuando al fin pudo llegar a donde había dejado a Kai ya habían pasado una hora, y se sorprendió un poco al ver que estaban todos los samurais ahí entrenando. Kai al verlo salió de la formación que tenían todos y fue hacia él.

 

 

—Oye yo no quise…

 

 

—Cállate —dijo Sorato.

 

 

—Pero es que…

 

 

—¿Sigue en pie el entrenamiento? —volvió a cortar y le miró mal, Kai tragó duro y asintió—. Bien, comencemos.

 

 

Kai agarró dos katanas de madera y le pasó una a Sorato, este la agarró y la peso, se familiarizo con la espada y se sintió listo.

 

 

Tenía que sacar toda la ira que sentía, primero lo de su padre, segundo lo de su Alfa y tercero un maldito pequeñajo había querido violarlo. ¡Al diablo con todo el mundo!

 

 

Salió corriendo directo a Kai y le dejó ir un certero golpe con la espada, sacándole el aire, todos pararon de hacer los ejercicios al ver como un Omega había golpeado a Kai. El Alfa se recuperó y lo miró incrédulo, cuando vio venir otra estocada con la espada empuñó la suya y le cortó el paso, Sorato lo miró intensamente y volvió a hacer un movimiento rápido, Kai volvió a impedir el golpe y así siguieron.

 

 

Varios se agruparon para ver el espectáculo, la pequeña mierda se movía rápido y ya le había dejado ir varios golpees a Kai, ahora peleaban en serio, como si fueran enemigos que estaban dejando ir todo su odio y varios estaban fascinados.

 

 

El Omega era fuerte y un experto en espadas, no era para nada débil.

 

 

Kai sonrió de lado al ver un punto débil, dando un golpe en las piernas del Omega haciendo que este cayera, pero si bien cayó y gritó por el golpe se movió rápido haciendo una barrida con los pies, botándolo de un solo movimiento al suelo para luego clavar su espada de madera en su cuello, dictando que él había ganado.

 

 

Todos los Alfas y Betas samuráis comenzaron a gritar impresionados y sonriendo. Sorato salió de su transe y se dio cuenta de lo que había pasado.

 

 

Se sonrojó al verse observado por tantos Alfas, y su enojo se fue volando, estaba tan cansado, hace tanto que no empuñaba una espada. Sabía que después de eso varios moretones iban a aparecer en su cuerpo, Kai no se había contenido y también le había golpeado.

 

 

Lo vio desde el suelo y le tendió una mano, el Alfa sonrió y se la dio. Le ayudó a levantarse y Kai se sacudió toda la tierra que tenía.

 

 

—¡Eres todo sorpresas! ¿Quién iba a decir que podías ocupar katanas?

 

 

—Se te olvida que soy el hijo de tu maestro —lo sintió amargo al salir por su garganta pero Kai asintió.

 

 

—Debí pensarlo, como Shiraoka-san iba a dejar a su hijo Omega desprotegido.

 

 

—Sí, ahora vete al carajo y no me molestes más con que debes defenderme, lo puedo hacer solo.

 

 

—Ya me di cuenta —sonrió radiante, haciéndole una llave y desordeno todo su cabello, cuando Sorato se soltó, su goma se había arruinado y su pelo caía en cascadas libres, todos ahí guardaron silencio y vieron embobados la belleza del Omega.

 

 

Ojos dorados una tez blanca y su pelo largo y sedoso, era un bellísimo espécimen.

 

 

Sorato trató de arreglarse el cabello pero no pudo, miro mal a Kai y este solo le pellizcó la mejilla. Comenzó a caminar y le hizo una seña para que lo siguiera, no dudo en seguirlo, llegando a un templo al pie de la colina.

 

 

—No pensé ser el correcto para contarte eso… ya sabes.

 

 

—No lo sé… —dijo Sorato.

 

 

—Quiero que sepas, que Issei es buena persona… es encantador a su modo —dijo sonriente Kai.

 

 

—¿Cómo puedes? —dijo dolido, su Omega quería creer que su Alfa era buena persona pero su lado racional le decía que sentía traición.

 

 

—Todos, absolutamente todos —hizo que lo mirara a los ojos—. Odiamos a Issei, te lo aseguro…

 

 

—¿Pero?...

 

 

—Pero el demostró poco a poco el tipo de persona que era y mi padre lo tomó bajo su protección.

 

 

—¿Tu padre? —dijo confundido.

 

 

—Mi padre es Yamamoto Morita…

 

 

—Oh diablos…

Notas finales:

dar click para poder ver.

hakamas

espada de madera

espero me dejen saber que les parecio.

nos vemos!


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