Un día normal volvía a darse con los chicos amantes del básquet.
¿He dicho todos? Entonces debería rectificar, ya que no para todos estaba siendo un día normal y tranquilo.
El número 5 de too, se encontraba por la calle caminando sin rumbo, mientras en su cabeza se cruzaban miles de pensamientos contradictorios, respecto a un tigre con ojos y cabellos rojos.
Así es, el gran Aomine Daiki, se había enamorado de su rival y ahora mismo se encontraba luchando contra su conciencia decidiendo qué hacer.
-”¿Debo confesarme? Pero eso es vergonzoso y el orgullo me lo impide. ¿Debería tirarmelo y reclamarlo después? Pero eso igual lo alejaría de mi… ¡Ahg qué complicado, ojalá alguien me ayudara!”- Pensó, mientras se sacudía los cabellos con desesperación, por suerte para él, nadie había visto aquello, ya que por donde caminaba no transitaba ninguna persona.
Y como si fuera por arte de magia, un Kagami invisible y con alas de ángel se encontraba a su lado izquierdo.
-”¿¡Que demo…!?”- Penso alterado el moreno- ¿¡Eres real!?- Pregunto ahora en voz alta y con los ojos abiertos como platos.
El ángel se rió suavemente y negó con la cabeza.
-”Soy tu conciencia buena con el aspecto de tu persona amada”- Comento aquel Kagami, incluso tenía la voz del verdadero taiga.
-”Así que me estoy volviendo loco, ya hasta imagino que tengo conciencia reales”- Pensó asustado, mientras seguía caminando, hasta que llegó a un parque donde no había ni un alma.
El Ángel inexistente serio de nuevo con suavidad, lo que provocó que el corazón de la pantera la tierra con rapidez y deseara, desde el fondo de su alma, poder escuchar esa risa para él, en el verdadero Kagami.
-”Si tanto lo deseas ¿Porque no le dices lo que sientes?”- Le pregunta la conciencia buena.
-No es tan fácil, no creo que me corresponda- Comento un poco cabizbajo, a la vez que pensaba;
“Por todos los dioses necesito un psiquiátrico al estar hablando conmigo mismo”
En ese instante a su lado derecho apareció otro Kagami invisible, pero este tenía un aspecto más salvaje y en su espalda tenía unas alas negras y algo marchitas.
-”¿Desde cuando eres tan pesimista, derrotista y miedoso?”- Comentó el Kagami “demonio” con expresión molesta, a la vez que se colgaba del brazo derecho del moreno.
-”Sí el verdadero Kagami te viera ahora mismo, seguro pensaría que eres patético”- le siguió metiendo cizaña, para provocarlos, cosas que lo consiguió inmediatamente, ya que el moreno se encontraba totalmente furibundo por aquellos comentarios.
-¡Cállate, no soy un maldito cobarde!- Contestó cabreado la Pantera- Te demostraré que no soy un cobarde, me iré a coger a Kagami y lo reclamare como mío- Contestó a la provocación, cosa que hizo sonreír al demonio Kagami, pero que hizo preocupar al ángel, o sea, a la conciencia buena de Daiki.
-”No lo hagas Daiki”- En cuanto dijo aquello el ángel, Daiki deseo que fuera el verdadero Taiga el que pronunciara su nombre.
Salió de sus pensamientos, al oír que su conciencia buena, con la imagen de Kagami, hablarle.
-”Si haces aquello lo ahuyentaras y lo más seguro es que acabes con un puñetazo”- Le intenta hacer razonar su conciencia buena.
A lo que el cinco de Too se quedó pensando y asintió al ver como el ángel tenía razón, pero enseguida volvió a frustrarse, ya que estaba como en el inicio.
¿Cómo demonios le decía a Kagami sus sentimientos?
Entonces, aprovechando que la pantera murmuraba maldiciones y se tapaba la cara con las manos frustrado, el ángel y el demonio, se miraron por unos segundos y telepáticamente se pusieron de acuerdo, para luego ambos asentir con la cabeza en dirección a Daiki.
Ambos le agarraron de los brazos a la vez que le susurraban en su oído;
-”Solo sé tú mismo”- Comenzaron a decir a la vez.
-”Dile que te gusta”- Comenzó esta veza decir el ángel, para luego seguir hablando el demonio. -”Y una vez que esté en shock, besale inmediatamente”- Finalizó el demonio con una sonrisa.
-Oye, eso es una buena idea- Comentó en voz alta satisfecho, ya que no se vería ni muy cursi ni un violador.
-¿El que es una buena idea Aomine?- Preguntó una voz muy conocida para el peliazul, que estaba detrás de él.
El as de Too se sobresaltó, ya que no se esperaba encontrar de esa forma tan repentina al pelirrojo de Seirin.
-Idiota, no te aparezcas esa forma tan repentina, ya te pareces a Tetsu- Le reclamaba y que, mientras se da la vuelta y encara al otro, el cual le miraba con el ceño fruncido.
-Yo estaba paseando, cuando te vi a ti perdido mirando hacia la nada, pensando en que sabe que- protesto el pelirrojo, celoso, ya que lo más seguro estuviera pensando en chicas con buenos pechos.
El demonio de Aomine se rió divertido y la aconsejó que Kagami estaba celoso. El Ángel también estaba de acuerdo con lo dicho por el demonio.
La Pantera sonrió arrogante. Aquello significa que tenía una oportunidad, la cual la pensaba aprovechar con astucia en ese momento, ya que ambos se encontraban solos en el parque.
-¿Estas celoso Kagami?- Preguntó con un tono coqueto y divertido, a la vez que avanzaba unos pasos en dirección al tigre, para quedar a menor distancia.
-¿¡Q-Que demonios dices!? ¡Por supuesto que no! ¿¡Por qué debería estarlo!?- Grito sonrojado por la vergüenza, de ser descubierto, e intento disimular, mientras retrocedía unos pasos, al ver que el otro se aproximaba hacia él.
-”Es tu oportunidad, aprovecha, es el momento indicado”- Dijeron a la vez la conciencia buena y mala de Daiki, para luego desaparecer, debido a que el moreno lo tenía todo claro, ya que aquellas dos conciencias en versión Kagami ya no eran necesarias.
El moreno agradeció en silencio a sus dos conciencias, para luego mirar con una mirada segura a Kagami, el cual lo miraba nervioso, ya que percibía que el otro planeaba algo.
-Oye Ao…- Empezó a llamarle Taiga, pero este fue interrumpido por la pantera.
-Me gustas taiga, sal conmigo- Le pidió de forma segura y directa, y así los nervios, que lo habían estado carcomiendo desde hace varios días.
El pelirrojo se quedó de piedra. Había comprendido su confesión, pero aún no lo asimilaba. El pobre corazón de Taiga latía muy deprisa al saberse correspondido.
Amomine, aprovechando que estaba en shock el contrario, se acercó hasta él para terminar de cerrar la distancia que los separaba, dándole un beso en los labios, en un beso lento, pero lleno de sentimientos hacia el contrario, a la vez que colocaba sus manos en las caderas del as de Seirin.
Kagami en un principio tenía los ojos como platos, debido a la sorpresa, y no correspondía, pero enseguida en los cerros, y se dejó llevar por aquel beso, en donde ambos disfrutaron el sabor del contrario en sus bocas.
Estuvieron así por unos minutos besándose, cuando se alejaron, por la falta de aire, sonrientes y jadeantes.
-Eso quiere decir que ahora eres mi pareja ¿Verdad Taiga?- Le pregunta, más bien, afirma con una de sus típicas sonrisas llenas de seguridad.
Kagami se sonrojo, ya que las manos del moreno acariciaban lentamente y consensualidad sus caderas, pero no por ello se alejó.
-Idiota, si no fuera así, ya te hubiera pegado un puñetazo en tu cara, Daiki- Contestó avergonzado, mientras desviaba la mirada.
Ambos idiota se volvieron a besar, y después de aquello se fueron con las manos entrelazadas, a la casa del tigre donde ambos disfrutarían de un agradable y quizás apasionada velada.
Lo que nunca se imaginaría Daiki, es que Kagami también había tenido conciencias buenas y malas, con las cuales había discutido, y que sus apariencias eran las versiones del as de Too.
Fin.