Miro el imponente edificio a través del vidrio polarizado para después mirar a su chofer a través del espejo retrovisor, quien bajó del coche último modelo para abrirle la puerta a su jefe.
Un alto hombre de figura estilizada y cabello negro azabache bajo del vehículo, llamando como siempre la atención de todo aquel que pasaba cerca de él. “ Te espero arriba Taylor.” dijo a su chofer mientras avanzaba al edifico frente a él.
Ignorando completamente la recepción y el desesperado grito de la chica con el gafet que decía “En capacitación, disculpe las molestias”, tomo el ascensor que lo llevaría al último piso del elegante edificio. Y por su puesto a su objetivo.
Después de al menos cinco minutos las puertas se abrieron, mostrando así una decoración menos fría, el piso ya no era de reluciente mármol, ahora era una alfombra oscura muy impecable, el blanco no predominaba e incluso había muebles de madera, la decoración había cambiado desde la última vez que Loki estuvo ahí, lástima que no hubiese cambiado el personal, ahí detrás del primer escritorio se encontraba Jane, la insoportable secretaria de Thor.
Con el elegante andar que le caracterizaba, acortó distancia hasta que su imponente figura cubrió la luz que la mujer usaba para retocar el grotesco maquillaje, la mujer ganaba bastante bien, debía usarlo en algo bueno y tomar clases de maquillaje, no pudo evitar pensar el azabache. “Dile a Thor que ya estoy aquí.”
La mujer respingo en su lugar, pues no había notado la presencia ajena. Lo miro de arriba abajo en un intento de mirarlo de forma despectiva, aunque en el fondo la mujer sabia que nunca podría ganarle a esos intensos ojos verdes.
Se levanto de su lugar y sin muchas intenciones de acomodarse la diminuta falda, camino a las puertas doble que estaba un metro detrás de ella, toco y después de un “adelante” entro a la oficina sin dejar si quiera que el más curioso se asomara al interior.
Por mientras, las puertas del ascensor se abrieron dejando ver al chofer del azabache quien sabiendo que la reunión de su jefe duraría un buen rato, tomo lugar en unas de las sillas que había cerca del único escritorio y tomo una de las revistas que ponían ahí para la gente que debía esperar mucho.
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Thor elevó la vista de los importantes documentos que leía cuando escucho la puerta abrir y cerrarse en menos de un segundo, encontrándose con la delgada figura de su secretaria, esa que siempre iba ajustada, rabona, con maquillaje como si fuera a una fiesta y tacones demasiado altos que se sorprendía de que pudiera pisarlos, esa había sido la razón de que mandara poner alfombra, había un momento del día que no soportaba escuchar los tacones de su secretaria ir de allá para acá.- ¿Qué sucede Jane? –ignoró la chica para continuar con sus documentos.
“El Sr. Laufeyson está aquí.”
“¿Algo más?”
“No…”
Un enorme suspiro se hizo escuchar en la amplia oficina, la mujer tenía un maldito intercomunicador y se tomaba la molestia de ir a decirle las cosas más “insignificativas” en persona, ¿En que momento se daría cuenta que no estaba interesada en ella?
“Hazlo pasar y tráenos café. Ofrécele algo también a su chofer.”
La mujer bufo, pero aún así le hizo caso a su jefe, saliendo de la oficina para decirle al hombre de afuera que podía pasar, para después irse a hacer el estúpido café.
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Entro en la oficina con pasó tranquilo, tomando asiento en una de las sillas frente al escritorio del dueño de la compañía.
“Me voy solo un par de meses y la decoración cambia, pero no la indeseada secretaria” dijo con el azabache con saña, mientras observaba al rubio que firmaba algunos papeles. “Ese look te va bien…Thor” el nombre del rubio salió en un suave y sensual susurro que hizo al hombre estremecerse en su lugar.
“No tiene porque irse, es eficiente...”
“Y molesta. Es obvio que quiere que te la cojas.”
“Y eso no va a suceder porque…”
No termino de hablar porque la puerta se abrió después de que hubieran tocado, mostrando a la susodicha entrar con una bandeja con dos tazas humeantes y un dos recipientes, uno con azúcar y el otro con crema. Ambos hombres observaron cada movimiento hasta que finalmente salió de la oficina.
“No sucederá porque está mal éticamente hablando …”Thor abandonó la cómoda silla para ponerse junto a Loki, con taza en mano mientras observaba al pelinegro desde arriba. “ ¿A qué has venido?”
Una carcajada escapó de los labios de Loki, una risa que se escuchaba burlona e infantil.
“¿Desde cuando se te da la ética?” preguntó cuando al final pudo ‘controlar’ su risa. Tomo la taza que la mujer había puesto frente a él y después de observar un momento el oscuro líquido, prefirió dejarla de lado, había algo raro flotando en el. “Vaya que no soy del agrado de tu secretaria...lástima” se encogió de hombros como si no le importar, porque exactamente no le importaba. “Sabes a lo que he venido.” el semblante de Loki se oscureció y el de Thor entristeció.
Thor tomo de nuevo asiento, pero ahora en la silla vacía junto al pelingero, dejando de lado su taza para observar al precioso hombre sentado junto a él. “No voy a firmar nada, Loki”.
El enojo comenzó a aparecer el en delgado cuerpo, dirigiéndole su mirada llena de ira al rubio junto a él, a esos profundos ojos azules. “No te estoy preguntando, tienes que hacerlo” dejó caer con brusquedad una carpeta en el escritorio del rubio; la fuerza había hecho que los papeles salieran de esta, mostrando así una demanda de divorcio, una donde Loki Odinson renunciaba a ese apellido y a la institución legal que los unía.
“Loki…”el rubio con temor tomo la mano del azabache, sabiendo que sería rechazado “Por favor, mi amor, por favor” la voz del rubio se escuchó ahogada: tristeza, frustración, enojo consigo mismo, era lo que se podía percibir.
“Deja ya el teatro, por favor, ya me estoy cansando de esto” estaba cansado, así que ahora tratando de no hacer alguna escena o empezar otra discusión, se soltó del agarre del rubio, mientras se levantaba para abandonar la oficina. Se supone que ya no debía de ir a verlo, pero aún lo amaba, aún estaba locamente enamorado de él, aún soñaba con él, anhelaba volver a ser lo primero que viera al despertar y lo último al dormir, pero se sentía tan traicionado.
Antes de que el pelinegro lograra salir del lugar, fue interceptado por el rubio, quien lo tenía rodeado con sus fuertes brazos desde atrás “Por favor, créeme, por favor”
“No puedo…no…”lágrimas comenzaron a surgir de los ojos color esmeralda, en serio quería creerle al rubio tonto, pero si ya lo había hecho una vez, nada le impedía hacerlo de nuevo, porque cuando se conocieron el fortachón tenía una relación y Loki se convirtió en el amante, para después de casi un año entre las sombras, finalmente tomar el lugar de la pareja oficial del millonario empresario.
Limpio las lagrimas de su hermoso esposo, Thor odiaba tanto ver a su pelinegro llorar y él había sido provocador de eso el último medio año, todo por unas malditas fotos que no tenían argumento.
Por supuesto parecían hacer ver cosas que no eran, solo había sido una borrachera con sus amigos pues era la despedida de soltero de uno de ellos, donde termino yendo la que alguna vez fue su novia de años, la que dejó de amar porque ella mostró su verdadero ser y porque además conoció a Loki. Se puso muy ebrio y posiblemente alguien planeó todo aquello.
“Te amo” y antes de que el pelinegro siguiera intentando alejarse de él,!estampó sus labios en las finos del azabache, en un beso agridulce, porque ambos se amaban, porque ambos se extrañaban, porque las inseguridades los había separado esos meses.
“No…no, basta…no” Loki forcejeaba, al principio con fuerza, pero al final rindiéndose ante el fornido rubio, lo amaba demasiado.
Finalmente correspondió el beso, enredando sus brazos en lo hombros del rubio mientras sus lenguas hacían lo mismo, había extrañado tanto el sabor ajeno.
Feliz de que Loki correspondiera, empujó el delgado cuerpo hasta que este topo con el escritorio, haciéndose un lugar entre las largas piernas de su amado. “No sabes cuánto te extraño” susurró contra los rojizos labios, dirigiéndose está vez al blanquecino cuello, su esposo siempre olía delicioso. Paseo su nariz por la larga extensión, aspirando todo lo que podía, mientras sus manos se perdían dentro del saco del menor. Su esposo en traje era la cosa más deliciosa de este mundo.
Y Loki había perdido toda batalla, había extrañado mucho a su rubio tonto, necesitaba de nuevo su toque y sus besos. “Demuéstrame cuánto me has extrañado” susurró excitado en el oído ajeno, mientras se unía al juego, enredando sus largos dedos en la coleta desarreglada de rubios cabellos, mientras su mano libre caía en el formado trasero de su marido, invitándolo a que se metiera más entre sus piernas.
El rubio gruño en el cuello del moreno cuando su erección rozo la de su esposo, la abstinencia le estaba pasando factura, pues aquel simple roce lo tenía casi al borde.
“Lo siento, mi amor. Pero tenemos poco tiempo” el pelinegro solo asintió, estaba perdido en la sensación de sus entrepiernas rozándose.
El rubio con pesar se separó del azabache y lo hizo girar, asegurándose de que sus manos estuvieran bien colocadas en el escritorio y las piernas bien abiertas para él. “Te prometo que en casa será más delicioso”
“Contigo siempre es delicioso…”susurró el pelinegro mientras se empujaba hacia adelante, su pecho toco la superficie del mueble y su trasero se elevó más, rozándose con el enorme bulto dentro de los pantalones del rubio.
Thor tomo eso como buena señal y aprovechándose de la nueva posición, se deshizo de los elegantes pantalones de su esposo, dejándolos caer hasta sus tobillos, un muy blanco y respingado trasero le daba la bienvenida, aunque lo más interesante se encontraba entre esas dos redondas mejillas “No seas muy ruidoso, amor” tomo ambos glúteos en sus enormes manos y los separó, mostrando la rosada entrada, la cual probó inmediatamente, sintiendo el cuerpo bajo el vibrar, había extrañado demasiado aquello.
Por su parte Loki se mordía el labio intentando no dejar salir algún sonido que los delatara, aunque se le hacía un poco imposible, la experta lengua de su marido no le daba tregua, de sentía tan bien que a veces no podía evitar mover las caderas hacia atrás en busca de más atención, ganándose de vez en cuando un par de de palmadas que le advertían que se quedara quieto.
Con un sonido de “plop” dejó en paz la rosada y húmeda entrada, levantándose de sus rodillas para encontrarse con la hermosa imagen de su esposo inclinado en el escritorio con la frente llena de sudor, los cabellos despeinados y el labio inferior atrapado entre los blancos dientes “¿Rico?” El menor solo pudo asentir con la cabeza, mientras abría más sus piernas y sacaba más el trasero.
Thor no era de piedra, así que tan rápido como pudo, se desabrochó los pantalones, bajándolos lo suficiente para que su verga saliera de los confines de la estorbosa ropa “Te voy a dar lo que más te gusta, bebé” tomó su erecto falo y lo colocó en la raya de las nalgas ajenas, sintiendo como la entrada del hombre se contraía por su contacto.
Con ayuda de su mano rozó la punta en forma de hongo contra la fruncida entrada y con un “Voy a entrar” empujó hasta que la punta estuvo dentro, mordiéndose el labio inferior para no soltar una sarta de maldiciones, estaba tan estrecho y cálido, habían pasado demasiadas semanas, demasiados meses.
En cambio Loki se deshacía en espasmos y temblores al sentir de nuevo a su esposo dentro de él, se sentía delicioso, quería más. Por lo cual no dudó en empujarse hacia atrás, chillando tan bajo como pudo cuando el grueso pene entro más en él, su hombre siempre había sido grande, la inadecuada preparación y la saliva como lubricante, no había sido suficiente, pero no había tiempo, menos cuando su esposos era dueño de una muy importante empresa.
Respiró profundo un par de veces para darse valor, y con un último suspiro se empujó hasta el final, hasta que Thor estuvo por completo dentro y sintió la pelvis de su esposo contra sus nalgas. Con la espalda arqueada y las uñas enteradas en las manos del rubio, trató de acostumbrarse a la intromisión, había sido demasiado tiempo, se sentía virgen de nuevo, de hacerlo tres veces a la semana a no tener nada de contacto con su esposo, si había causado diferencia.
Dejó que Loki desquitara su dolor en él, mientras él intentaba decir mentalmente el abecedario al revés para concentrarse y no correrse en ese momento.
Un movimiento por parte del ojiverde fue todo lo que necesito el rubio para comenzar a moverse, primero lento para que su chico no sufriera.
Pero no duró mucho así, volver a estar dentro de Loki era como ir y regresar el Vahalla. Los movimientos de su pelvis fueron más profundo, tanto como las uñas del menor en su piel.
Loki recargo la frente en el escritorio, sintiendo como su nariz rozaba la madera cada que Thor arremetía en él. Pero no dijo nada, en verdad necesitaba eso.
Un gemido salió sin permiso cuando fue cambiado de posición, recibiendo un ‘shh…’ seguido de un risa cómplice.
Ahora la nueva posición le dejaban ver a su apuesto hombre, aún con la corbata en su lugar, pero la verga hundida hasta el fondo dentro de él, y los rubios cabellos saliéndose de la liga. Amaba demasiado a ese hombre, ya no lo quería lejos de él “Dame fuerte, dámelo todo, como me gusta y rompo la demanda. ¿Trató?” Apenas termino de formular la pregunta cuando las embestidas más duras comenzaron a hacerle ver estrellas y galaxias.
Su cabeza se iba hacia atrás cuando el pene del rubio salía por completo y sus dientes se enterraban en la carne del cuello ajeno cuando volvía a entrar y la cabeza tocaba su punto dulce. “Más…”pidió mientras lamia la piel herida.
Por todos los Dioses, su esposo era la cosa más caliente del mundo. Incitado por los ahogados gemidos de su marido, siguió moviéndose en tu interior, asegurándose de que con cada nuevo embate, alcanzará a tocar ese punto que hacia a su marido olvidarse hasta de su nombre.
“Thor…Thor…Oh Dioses…Oh Thor…” aquello era el anuncio que el rubio estaba esperado, el orgasmo estaba llegando al cuerpo de su hombre y al suyo también, pero lo atrasaría hasta que su azabache estuviera satisfecho.
Gimió tan bajo como pudo más veces el nombre su marido, con la zurda deteniéndose en el escritorio y la diestra en su pene, jalo de este hasta que su semen comenzó a salir en chorros que se quedaron atrapados en su mano. Todo su cuerpo arqueado, con los ojos cerrados y la boca bien abierta sin sonido alguno, eran la más hermosa imagen regalada a Thor.
El sonido de sus pieles chocando y el pequeño movimiento del mueble donde estaban, era todo lo que se escuchaba, hasta que finalmente con un fuerte suspiro Thor se corrió en el interior de su esposo, recibiendo un quejido por eso.
Recargo su cabeza en el hueco entre el hombro y cuello del pelinegro mientras intentaba recuperar el aliento, en cambio el menor seguía perdido en su mundo de sexo y orgasmos.
El interfono hizo acto de presencia con un pitido, teniendo Thor que presionar el botón que le dejaba escuchar a su secretaria y todo aquello con la verga aún dentro del lleno agujero de su esposo, que se encontraba aún preso del post orgasmo.
“Señor, tiene junta con la mesa directiva en quince minutos.”
“Gracias, Jane.”
La comunicación se corto, volviéndoles a dar privacidad a la pareja que aún disfrutaba de estar juntos.
“Creo que ya debo irme”
“Lo siento, amor” el rubio dejo un par de besos más en el blanquecino cuello, en forma de disculpa, pero Loki solo negó, era el trabajo del mayor, no podía reclamar por aquello.
Cuando Thor estuvo completamente flácido, salió de la estrecha entrada, ganándose un pequeño gemido por la acción, sonriendo al ver su semen escurrir en las blanquecinas piernas.
“Voy a necesitar un baño” dijo Loki mientras bajaba del escritorio, sintiendo como más del semen del rubio escapaba, era incomodo pero podría soportarlo en lo que llegaba a casa.
En menos de cinco minutos ambos ya estaban presentables de nuevo. Y Thor aprovechando que aún tenía tiempo, acorralo de nuevo al pelinegro y lo beso con pasión, separándose con un fuerte ‘plop’. “Te amo” susurró con los azules ojos mirando directamente en los verdes de su amor.
Loki no respondió, simplemente dio media vuelta para tomar la carpeta con la demanda de divorcio y bajo la atenta mirada del rubio rompió todos y cada uno de los papales hasta que el documento dejo de existir.
Se separó del rubio para sacar de su saco un juego de llaves y entregárselas a un confundido Thor. “Estaba muy enojado y cambie la cerradura” se encogió de hombros como si aquello no fuera muy importante. “Sácale copia. Estoy muy cansado y no se si te pueda ir a abrir la puerta.” Dejó un último y profundo beso en los labios del mayor y salió de la oficina con un extraño caminar.
Sonrío con superioridad a la secretaria de su marido y camino al ascensor. “Taylor, vamos a casa, he terminado por hoy”.